01 - No Blasfemar El Nombre 01
"No tomarás el nombre del Eterno tu Elohim en vano; porque no dará por
inocente el Eterno al que tomare su nombre en vano" Shemot 20:7
El tercer mandamiento hace hincapié en la importancia de guardar el
debido respeto a Elohim. Tiene que ver con la forma en que comunicamos nuestros
sentimientos acerca de Elohim a otros y también hacia Él. Encierra nuestras
actitudes, así como nuestro hablar y actuar, como representantes Suyos.
En este
sentido, y porque en los últimos dos siglos los cristianos se han negado a
estudiar las escrituras en sus idiomas originales (en verdad, se han negado a
estudiarlas, de manera generalizada), han hecho malabares idiomáticos,
indicando que este mandamiento se refiere a los juramentos en cuanto a
imprecaciones, insultos, etc. Aunque esta interpretación es correcta y por eso
vamos a comenzar por ella, es la más simplista, porque no agota lo que el
mandamiento indica.
El Respeto A
Elohim Y Su Nombre
La calidad de nuestra relación con Elohim depende del grado de amor y
respeto que le tenemos. También depende de la manera en que le expresamos
respeto delante de los demás. Él espera que siempre le honremos por quién es y
por lo que es.
Por lo tanto, utilizar el nombre de Elohim de una manera frívola,
denigrante o de cualquier forma irrespetuosa demuestra una actitud de desprecio
a la relación que debemos tener con él. Esto puede variar desde simple descuido
hasta hostilidad y antagonismo. Tiene que ver con cualquier uso inapropiado del
nombre de Elohim.
El significado de la palabra hebrea SHAU (H7723), traducida como
"en vano", también quiere decir "engaño; malicia; falsedad;
vanidad; vacío". Proviene de la raíz SHO (H7722, masculino) o SHOÁ
(femenino), que significa "precipitarse sobre; tempestad; por implicación,
devastación". Considerando estos significados, tenemos tres implicaciones
que surgen acerca de este mandamiento.
La primera implicación de la prohibición sería evitar que el pueblo
utilizase el nombre de Elohim para fines mágicos. Considerando que el tercer
mandamiento tenía un contexto litúrgico, la palabra hebrea SHAU tiene
acepciones malignas, de destrucción, que iban más allá del concepto limitado de
falsedad. No podemos olvidar el contexto religioso en el que Yisrael estaba
insertado. Entre los paganos, era muy común hacer uso del nombre de sus dioses,
pronunciándolos durante las ofrendas en los altares para malos propósitos. El
ejemplo más claro es el caso de Bilam (Balaam), pero aún hoy sabemos que se
utiliza su nombre con intenciones mágicas, como promueve ciertas escuelas de
Kabalah, de Tarot y de Magia Negra y Blanca.
La palabra para "tomar" es NASÁ (H5375), que tiene muchos
significados, pero básicamente implica ELEVAR. O sea que lo que aquí se dice es
que no se eleve el Nombre de Yahweh en vano. Que no sea invocado, elevado, para
prácticas mágicas. Pero esto no es todo, aunque también debemos entender que si
bien nosotros no realizamos tales prácticas que sí existen en la magia, elevar
Su Nombre de manera a no representarlo plenamente también implica este uso supersticioso.
Muchos encierran sus oraciones con un "en el nombre de Yahshua ha
Mashíaj", lo cual es correcto, pero depositan en esa frase una fe
supersticiosa como la que se coloca en las palabras de un cierto ritual mágico.
Estas cosas pueden ser muy sutiles, porque "engañoso
es el corazón del hombre, quién lo podrá conocer".
Además de la manipulación impropia del nombre del Adón en la adoración,
la segunda implicación sugiere que el nombre de Elohim podría ser profanado por
juramentos falsos:
No jurarás en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Elohim: Yo
soy Yahweh. Vayikra 19:12
De este punto hablaremos en breve más profundamente.
O por abandonarse la verdadera adoración al Adón:
No permitas que nadie de tu prole sea ofrecido a Mólekh, y no profanes el
nombre de tu Elohim: Yo soy Yahweh. Vayikra 18:21
Dile además al pueblo yisraelita: A cualquiera de entre los yisraelitas, o
de entre los extranjeros que residen en Yisrael, que le entregue alguna de su
prole a Mólekh, se le dará muerte; el pueblo de la tierra lo ejecutará a
pedradas. Y yo pondré mi rostro contra ese hombre y lo cortaré de entre su
pueblo, por darle de su prole a Mólekh y profanar así mi santuario y profanar
mi santo nombre. Vayikra 20:2-3
Así, en un sentido más amplio, cualquier acción que pudiera negar la
centralidad de la revelación del Adón, por medio de Su Palabra y de Su Nombre,
significaba tomar su nombre en vano.
La tercera implicación se refiere a la tendencia continua de los hombres
de manipular el nombre de Elohim, utilizándolo para lograr sus fines privados,
robando su significado personal. En este sentido, el pueblo de Yisrael es
advertido contra el peligro de paganizar su fe, pervirtiéndola hasta llegar a
ser nada más que una magia, por la cual Elohim puede ser forzado a cumplir la
voluntad del adorador. Un ejemplo de esto es lo que llegaron a hacer con el
arca cuando la llevaron a la guerra de forma supersticiosa, siendo que Yahweh
había advertido que no estaba con ellos por causa de su desobediencia. Murieron
los hijos de Eli, perdieron la batalla y el arca fue tomada por los filisteos,
porque ellos la habían llevado consigo como un fetiche, creyendo que por la
simple presencia del objeto, ellos vencerían. No les importaba la presencia de
Yahweh, estaban considerando al arca como un arma, un artefacto de poder.
Es necesario comprender la importancia del Nombre antes que nada. Como
ya estudiamos en otro post (ver CLE01 34 - El Malaj De
Yahweh y El Nombre), el Nombre de Yahweh es Yahweh mismo. Cuando Elohim le dijo a Moshe
que Su Nombre estaba en el malaj de la zarza, ESTABA DICIENDO QUE ÉL ESTABA EN
EL MALAJ —SU VERDADERA PRESENCIA O ESENCIA. El "Yo Soy" del arbusto
ardiente acompañaría a Moshe y a los yisraelitas a la tierra prometida y
lucharía por ellos, era un enviado (recordar que malaj no corresponde con
nuestra idea de angelitos, sino que significa ENVIADO, MENSAJERO, EMBAJADOR,
alguien que viene en nombre de otro), y Yahweh había depositado Su Nombre en
este enviado. Eso lo hace uno con Él. Para ampliar, los remito al post citado.
También vimos allí que el Nombre de Yahweh está personificado en muchos
pasajes bíblicos. "El Nombre" (HaShem) funciona como una palabra
sustituta para Yahweh. En varios, el Nombre está personificado, el Nombre es
una persona.
Miren que EL NOMBRE DE YAHWEH VIENE de lejos en ardiente furor, con una
carga pesada, con los labios llenos de furia, y su lengua como fuego
consumidor, y su aliento como torrente desbordado que llega hasta el cuello
–para ponerle un yugo extraviante a las naciones y unas bridas erradas a las
quijadas de los pueblos, YeshaYah 30:27-28
En este texto, el nombre está claramente establecido como una entidad
que realiza acciones y tiene sentimientos bastante intensos; es el mismo
Yahweh. Esto está explícito en el Mizmor 20:
"Que Yahweh te responda en tiempo de angustia; que te proteja EL
NOMBRE DEL ELOHIM de Yaakov" Mizmor 20:1
"Unos cuentan con carros, otros con caballos, mas nosotros contamos
con EL NOMBRE DE YAHWEH nuestro Elohim" Mizmor 20:7
Finalmente, necesitamos entender la importancia de que Yahweh deposite
Su Nombre en algún lugar o entidad. Así como determinaría que los yisraelitas
le presentaran sacrificios únicamente DONDE ÉL COLOCARA SU NOMBRE:
Háganme un altar de tierra y sacrifiquen sobre él sus ofrendas quemadas y
sus ofrendas de bienestar, sus ovejas y sus bueyes; EN TODO LUGAR DONDE YO HAGA
QUE SE MENCIONE MI NOMBRE vendré a ti y te bendeciré. Shemot 20:24
Entonces, es necesario comprender que ese "lugar" no es
simplemente un espacio físico geográfico como lo era en la etapa de las
sombras, porque ya en aquella etapa se prefiguraba que ese "lugar"
serían Sus hijos, los que creen en Él y en Su Hijo, que es su enviado. Los
sacerdotes debían bendecir al pueblo COLOCANDO EN ELLOS EL NOMBRE DE YAHWEH en
la bendición aarónica:
Así pondrán ellos mi nombre sobre el pueblo de Yisrael, y yo los bendeciré.
Bamidbar 6:27
Por eso:
No deben profanar mi santo nombre, para que yo sea santificado en medio del
pueblo yisraelita –yo Yahweh que los santifico, yo que los saqué de la tierra
de Mitsráyim para ser el Elohim de ustedes, yo Yahweh. Vayikra 22:32-33
Profanar Su Nombre es también profanar a quien lleva ese Nombre. Cada
vez que maltratamos o ignoramos a nuestros hermanos estamos profanando Su
Nombre, porque Él lo ha depositado en cada uno de Sus Hijos. Por eso el segundo
gran mandamiento (que es el principio regidor de los últimos 5 mandamientos)
está centralizado en amar a los demás como a nosotros mismos, porque tanto en
ellos como en nosotros está Su Nombre Kadosh.
"Entonces los justos le preguntarán: "Maestro, ¿cuándo te vimos
hambriento y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos
forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo, o
en la cárcel, y fuimos a verte?". Y en respuesta el Rey les dirá: "EN
VERDAD LES DIGO QUE EN CUANTO LO HICIERON A UNO DE ESTOS MIS HERMANOS MÁS
PEQUEÑOS, A MÍ ME LO HICIERON". MattiYah 25:37-40
La segunda parte del mandamiento dice: "Porque no dará por inocente Yahweh al que tomare su nombre en
vano" (Shemot 20:7). Para entender el significado de estas palabras
que suenan tan duras, debemos volvernos al pasuk 2: "Yo soy Yahweh tu Elohim, que te saqué de la tierra de Egipto, de
casa de servidumbre". En concordancia con la forma literaria de los
pactos del antiguo Oriente, el pacto empieza con un preámbulo que identifica el
autor: "Yo soy Yahweh tu Elohim". Observemos que sólo el Adón es
mencionado. El pacto debía haber sido hecho sólo por el Adón, un pacto
unilateral como el que hizo con Avraham, y no era un acuerdo entre Yisrael y el
Adón, como entre partes iguales, pero el comportamiento del pueblo hizo que
tuviera que ser realizado el Pacto Sinaítico o Mosaico, un pacto que sí era
condicional al comportamiento de los hombres.
En los tratados de soberanía (o de vasallaje) del Oriente antiguo, era
dada gran atención a los actos de beneficencia del rey hacia el vasallo. Por lo
tanto, no es de extrañar que el del Sinay fuera proclamado con este prólogo
histórico, anunciando la acción redentora de Elohim hacia su pueblo. ¿Qué
significaba todo eso? Que el Adón, que era el soberano del pacto en el Sinay,
podría punir a los "vasallos" (los yisraelitas) caso ellos cortasen
el pacto, despreciando a Su Salvador. En el caso del tercer mandamiento, la
ruptura del pacto vendría si el pueblo tomase el nombre de Elohim en vano.
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Publicado por: Anunciadora de Sión
SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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