02 - No Jurar En Falso 01
Una Perspectiva Bíblica De Los
Juramentos de Pacto
La cultura
contemporánea enfrenta una creciente crisis de integridad. El carácter
obligatorio y solemne de la palabra de una persona es quebrantado de la manera
más frívola. Una perspectiva bíblica de los juramentos pactales y de las
promesas nos hace un llamado al más alto compromiso, si acaso aún más doloroso,
de cumplir con nuestra palabra.
"Juro decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad".
"Te tomo para ser mi esposa dada en matrimonio y prometo y pacto ante
Elohim y estos testigos ser tu amante y fiel esposo, en enfermedad y en salud,
hasta que la muerte nos separe".
"Solemnemente juro que cumpliré fielmente con el oficio de
Presidente... y si así no lo hiciere, Dios y la patria me lo demanden".
Cuando uno
firma un documento jurando que la información que contiene es verdadera, él
está haciendo un juramento. Cuando una novia y un novio prometen permanecer
casados hasta que la muerte los separe, están haciendo un juramento. Cuando un
individuo entra en un contrato, él está haciendo un juramento. Cuando un
testigo en una corte jura decir toda la verdad y nada más que la verdad, él
está haciendo un juramento.
Cuán a
menudo hemos escuchado estos juramentos durante juicios, bodas e inauguraciones.
Pero cuán raro es que la gente en realidad honre tales juramentos se evidencia
por la cantidad de perjurios, divorcios, y la demagogia. Y el asunto no termina
allí. Tristemente, la gente (aún los creyentes) violan sus pactos y votos a
capricho, como si la verdad fuera prescindible y sus promesas, desechables. Al
actuar así, se muestran a sí mismos culpables de ignorancia, indiferencia o
insensibilidad hacia su responsabilidad bíblica de honrar sus palabras en
general y sus juramentos y votos en particular. Simplemente, nos hemos vuelto
una sociedad y una congregación sin integridad verbal, una sociedad y una
congregación que carece de personas que den valor a la palabra y que honren sus
juramentos.
Por esa
razón, es importante examinar lo que las Escrituras tienen que decir acerca de
nuestra responsabilidad de honrar nuestros juramentos. Después de definir lo
que constituye un juramento y probar que las Escrituras no prohíben todos los
juramentos, vamos a ver un par de lineamientos escriturales para tomar
juramentos, en caso de ser necesarios, y refutaremos las excusas comunes que la
gente profiere para violar sus juramentos. Este estudio, entonces, tiene la
intención de ser una revisión concisa de lo que las Escrituras tienen que decir
sobre los juramentos.
Definiendo Los Juramentos
Quizás no
hay mejor lugar para comenzar esta exposición sobre los juramentos que por
explicar lo que queremos decir cuando hablamos de juramentos. En forma simple,
un juramento es una promesa. Más particularmente, un juramento o promesa es
simplemente un acuerdo tomado entre una persona y otra por el cual aquel que
toma el juramento:
1) explícita o implícitamente apela a Elohim
para que sea testigo y sancione lo que ha dicho o con lo cual se ha
comprometido a sí mismo, y
2) invoca a Elohim para juzgar y vengar Su
nombre en caso de que lo que diga sea falso o aquello a lo cual se ha comprometido
nunca llegara a efectuarse.
En primera
instancia, quiero que queden muy pero muy claro que UNA PROMESA ES DE POR SÍ UN
JURAMENTO, AÚN CUANDO NO SEA HAYA "FORMALIZADO" SIGUIENDO LOS PASOS
DEL MISMO. Un juramento requiere ese compromiso de palabra. Hoy la sociedad lo
ha reemplazado por documentos firmados, depositando en la firma de la persona
lo que debería estar por fuerza en su palabra, y le da mayor importancia a un
papel garabateado que a la palabra de un hombre. Esto es así porque los hombres
han perdido su palabra y han dejado de ser confiables. Sin embargo, ante los
cielos las cosas continúan manejándose por las Leyes de Yahweh, nada ha
cambiado y cuando cada uno comparezca delante del juez en Aquel Día, SERÁ
JUZGADO DE ACUERDO A SU LEY, NO A LAS LEYES HUMANAS. De manera que la liviandad
que hemos adquirido a través de aceptar las reglas humanas como la máxima
expresión de justicia solamente nos hundirá en nuestra propia culpa.
Cualquier
cosa en la que nos comprometamos, aún sin jurar, YA ES EN SÍ UN COMPROMISO QUE
TIENE EL VALOR DE UN JURAMENTO. Y eso porque, como ya vimos, nosotros cargamos
con el Nombre del Padre. Mashíaj nos ha dado ese gran privilegio, nos ha dado
Su Nombre, y ese Nombre contiene el del Padre. Él
nos selló con el Ruaj, y nos dio toda autoridad que a Él le fue dada, para que
seamos sus representantes sobre la tierra, en imagen, representación, dominio y
ministerio. Por lo tanto, usar el Nombre equivale a ejercer autoridad. Donde
está el Nombre, ahí está la autoridad. Es como si nos hubiera dado su chequera
en blanco, con la autoridad de usarla como queremos, PORQUE ÉL SE HARÁ
RESPONSABLE DE LO QUE HAGAMOS CON LO QUE ÉL NOS DA. Tal vez esto nos traiga un
poco de regreso al lugar en que deberíamos colocarnos porque hemos recibido no
sólo tan enorme salvación y bendición, sino mucho más, TAN ENORME
RESPONSABILIDAD DE REPRESENTAR AL PADRE A TRAVÉS DEL HIJO SOBRE LA TIERRA.
¿Estamos representándolo correctamente? ¿Cumplimos con todas las promesas que
hacemos? (Recordemos que basta dar nuestra palabra, o sea, decir que sí lo
haremos, para habernos comprometido, y que lo que está en juego es el Nombre
que llevamos en nuestro interior). ¿O nos disculpamos como hacen todos los del
mundo, poniendo excusas por las cuales se supone que no pudimos hacer lo que
prometimos? ¿O mentimos, diciendo que sí haremos algo QUE NO DESEAMOS HACER,
porque no hemos aprendido a confrontar las situaciones que nos presionan o
empujan a hacer cosas que no deseamos hacer (Y NO ESTAMOS HABLANDO DE COSAS MALAS),
y después entonces no lo hacemos y nos disculpamos como podemos, agregando
mentira sobre mentira? Recuerden: TODAS ESTAS COSAS ESTÁN AUMENTANDO NUESTRA
LISTA DE DEUDAS.
No se trata
solamente del Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sino de ESTAR EN EL NOMBRE DE
YAHSHUA HA MASHIAJ, Y HACER LAS COSAS DESDE ESA POSICIÓN DE AUTORIDAD. Si
leemos la Palabra de Elohim y procuramos andar por la senda espiritual, es
posible que frecuentemente digamos que actuamos en el Nombre del Adón Yahshua o
hacemos algo en el Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sin saber en realidad lo que
significa ESTAR en este Nombre. Si no sabemos cómo conducirnos en el Nombre del
Adón Yahshua, no podemos ni siquiera ser creyentes. Por lo tanto, necesitamos
entender el significado de ESTAR en el Nombre del Adón Yahshua.
Quisiera que
todos respiren hondo y comprendan la magnitud de este asunto. Puede parecer
maravilloso a primera vista (y lo es, ciertamente), pero también implica un
peligro SI INSISTIMOS EN MANEJARNOS EN LA CARNE. Mashíaj se hará cargo de todo
cheque en blanco que emitamos con Su sello, Él cubrirá los errores, pero
cuidado, porque también disciplinará a los que crean que pueden malgastar Sus
fondos. Ya sabemos lo que sucedió con el siervo malo y con los buenos siervos
que hicieron producir más a partir de lo que se les había confiado. Los buenos
siervos produjeron más fruto, pero el siervo malvado no produjo nada y fue
lanzado en las tinieblas de afuera. Los que insistan en amar más al mundo que a
Mashíaj, sufrirán pérdida. Entonces cuidado con lo que queremos producir,
PORQUE SÓLO LOS FRUTOS DEL RUAJ CUENTAN. La carne puede tomar esa autoridad y
hacer producir cosas para la carne, pero si lo que hacemos NO ES PARA EL REINO,
ESTARÁ FUERA DE SU VOLUNTAD, POR MUY BUENO QUE PUEDA PARECER. Una misma cosa
buena y correcta puede ser realizada desde los dos ámbitos, y en su fuente
radica la diferencia. Practicar un bien cuya finalidad NO ES EL REINO DE FORMA
DIRECTA no es correcto. Pero si practicamos ese mismo bien CUANDO EL RUAJ LO
DETERMINA, el resultado, aunque sea algo visible en lo material, será de
acuerdo a Su Voluntad. Esta es una de las lecciones más difíciles que debemos
aprender.
Ahora que
hemos comprendido que una promesa y un juramento son equiparables en cuanto a
la inevitabilidad de su cumplimiento (sólo la muerte de una de las partes puede
impedir que sea cumplida, y si se incumple por cualquier otro motivo, la parte
a la cual fue prometido deberá decidir qué hacer: si perdonar, si dar otra
oportunidad, o si condenar. Como podemos ver, esto nos tiene a todos
amarradísimos y entrelazados unos con otros, el mundo está bajo una red de
amarraduras tan densa como opresiva, y lo único que puede cortarla es LA LEY
DEL JUBILEO: EL PERDÓN. Entonces, debemos aprender a liberar a otros, pero
también a cumplir nuestras promesas.
No Jurar En Falso
Con este
entendimiento básico acerca de los juramentos, necesitamos ahora conocer lo que
las Escrituras tienen que decir acerca de ellos, en su aplicación práctica. El
punto escritural de partida es el Tercer Mandamiento que estamos estudiando.
Muchos creyentes asumen incorrectamente que este pasuk enseña meramente que no
debiésemos maldecir usando el nombre de Elohim. En efecto, como ya mencionamos,
el tercer mandamiento sí enseña que no debiésemos maldecir usando el nombre de
Elohim. Pero enseña mucho más, porque ya debemos estar comprendiendo la
importancia de Su Nombre.
Como ya
dijimos, SHUA (vano) también significa FALSO. Así que el pasuk podría ser
traducido en al menos dos diferentes formas: 1) No jurarás usando el nombre de
Elohim y así amarrándolo a una mentira, y No jurarás (usarás) el nombre de
Elohim falsamente. El significado básico es el mismo, son como dos caras de una
misma moneda: deberíamos refrenarnos de apelar al nombre de Elohim para
confirmar o dar testimonio de una falsedad.
Entonces, el
tercer mandamiento primariamente prohíbe el apelar a Elohim para confirmar una
falsedad. Pero al igual que con todas las Diez Palabras, lo mayor incluye lo
menor. El sexto mandamiento, por ejemplo, meramente prohíbe el matar
injustificado; también prohíbe el asesinato y los sentimientos de maldad
(MattiYah 5:21-24).
En la misma
forma, el mandamiento de no invocar a Elohim para dar testimonio de una
falsedad también prohíbe todas las formas menores de irreverencia relacionadas
con el nombre de Elohim. Así pues, el tercer mandamiento prohíbe cualquier
falta de temor, honor y reverencia a Elohim y cualquier profanación o abuso de
cualquier cosa por la cual Elohim se dé a conocer a Sí mismo, especialmente en
nuestro hablar. Debemos refrenarnos de hacer cualquier cosa que desmerezca la
gloria debida al nombre de Elohim en nuestras vidas.
Pero el
tercer mandamiento no solamente prohíbe cierta conducta; también requiere
afirmativamente que nosotros, todo el tiempo, temamos, honremos y reverenciemos
a Elohim y Su más santo nombre lo mismo que Sus títulos, atributos, ordenanzas
y obras, especialmente en nuestro hablar. Por lo tanto, el tercer mandamiento
requiere que honremos nuestros juramentos y nos prohíbe violarlos. Cuando
apelamos a Elohim por medio de juramentos, debemos honrar a Elohim por medio de
honrar nuestros juramentos.
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Publicado por: Anunciadora de Sión
SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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