20 de junio de 2020

AHD019 - El Tercer Mandamiento - ''No Tomarás En Vano El Nombre De Yahweh Tu Elohim'' 05



02 - No Jurar En Falso 01

Una Perspectiva Bíblica De Los Juramentos de Pacto

La cultura contemporánea enfrenta una creciente crisis de integridad. El carácter obligatorio y solemne de la palabra de una persona es quebrantado de la manera más frívola. Una perspectiva bíblica de los juramentos pactales y de las promesas nos hace un llamado al más alto compromiso, si acaso aún más doloroso, de cumplir con nuestra palabra.



"Juro decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad".

"Te tomo para ser mi esposa dada en matrimonio y prometo y pacto ante Elohim y estos testigos ser tu amante y fiel esposo, en enfermedad y en salud, hasta que la muerte nos separe".

"Solemnemente juro que cumpliré fielmente con el oficio de Presidente... y si así no lo hiciere, Dios y la patria me lo demanden".

Cuando uno firma un documento jurando que la información que contiene es verdadera, él está haciendo un juramento. Cuando una novia y un novio prometen permanecer casados hasta que la muerte los separe, están haciendo un juramento. Cuando un individuo entra en un contrato, él está haciendo un juramento. Cuando un testigo en una corte jura decir toda la verdad y nada más que la verdad, él está haciendo un juramento.

Cuán a menudo hemos escuchado estos juramentos durante juicios, bodas e inauguraciones. Pero cuán raro es que la gente en realidad honre tales juramentos se evidencia por la cantidad de perjurios, divorcios, y la demagogia. Y el asunto no termina allí. Tristemente, la gente (aún los creyentes) violan sus pactos y votos a capricho, como si la verdad fuera prescindible y sus promesas, desechables. Al actuar así, se muestran a sí mismos culpables de ignorancia, indiferencia o insensibilidad hacia su responsabilidad bíblica de honrar sus palabras en general y sus juramentos y votos en particular. Simplemente, nos hemos vuelto una sociedad y una congregación sin integridad verbal, una sociedad y una congregación que carece de personas que den valor a la palabra y que honren sus juramentos.

Por esa razón, es importante examinar lo que las Escrituras tienen que decir acerca de nuestra responsabilidad de honrar nuestros juramentos. Después de definir lo que constituye un juramento y probar que las Escrituras no prohíben todos los juramentos, vamos a ver un par de lineamientos escriturales para tomar juramentos, en caso de ser necesarios, y refutaremos las excusas comunes que la gente profiere para violar sus juramentos. Este estudio, entonces, tiene la intención de ser una revisión concisa de lo que las Escrituras tienen que decir sobre los juramentos.


Definiendo Los Juramentos

Quizás no hay mejor lugar para comenzar esta exposición sobre los juramentos que por explicar lo que queremos decir cuando hablamos de juramentos. En forma simple, un juramento es una promesa. Más particularmente, un juramento o promesa es simplemente un acuerdo tomado entre una persona y otra por el cual aquel que toma el juramento:

1) explícita o implícitamente apela a Elohim para que sea testigo y sancione lo que ha dicho o con lo cual se ha comprometido a sí mismo, y
2) invoca a Elohim para juzgar y vengar Su nombre en caso de que lo que diga sea falso o aquello a lo cual se ha comprometido nunca llegara a efectuarse.

En primera instancia, quiero que queden muy pero muy claro que UNA PROMESA ES DE POR SÍ UN JURAMENTO, AÚN CUANDO NO SEA HAYA "FORMALIZADO" SIGUIENDO LOS PASOS DEL MISMO. Un juramento requiere ese compromiso de palabra. Hoy la sociedad lo ha reemplazado por documentos firmados, depositando en la firma de la persona lo que debería estar por fuerza en su palabra, y le da mayor importancia a un papel garabateado que a la palabra de un hombre. Esto es así porque los hombres han perdido su palabra y han dejado de ser confiables. Sin embargo, ante los cielos las cosas continúan manejándose por las Leyes de Yahweh, nada ha cambiado y cuando cada uno comparezca delante del juez en Aquel Día, SERÁ JUZGADO DE ACUERDO A SU LEY, NO A LAS LEYES HUMANAS. De manera que la liviandad que hemos adquirido a través de aceptar las reglas humanas como la máxima expresión de justicia solamente nos hundirá en nuestra propia culpa.

Cualquier cosa en la que nos comprometamos, aún sin jurar, YA ES EN SÍ UN COMPROMISO QUE TIENE EL VALOR DE UN JURAMENTO. Y eso porque, como ya vimos, nosotros cargamos con el Nombre del Padre. Mashíaj nos ha dado ese gran privilegio, nos ha dado Su Nombre, y ese Nombre contiene el del Padre. Él nos selló con el Ruaj, y nos dio toda autoridad que a Él le fue dada, para que seamos sus representantes sobre la tierra, en imagen, representación, dominio y ministerio. Por lo tanto, usar el Nombre equivale a ejercer autoridad. Donde está el Nombre, ahí está la autoridad. Es como si nos hubiera dado su chequera en blanco, con la autoridad de usarla como queremos, PORQUE ÉL SE HARÁ RESPONSABLE DE LO QUE HAGAMOS CON LO QUE ÉL NOS DA. Tal vez esto nos traiga un poco de regreso al lugar en que deberíamos colocarnos porque hemos recibido no sólo tan enorme salvación y bendición, sino mucho más, TAN ENORME RESPONSABILIDAD DE REPRESENTAR AL PADRE A TRAVÉS DEL HIJO SOBRE LA TIERRA. ¿Estamos representándolo correctamente? ¿Cumplimos con todas las promesas que hacemos? (Recordemos que basta dar nuestra palabra, o sea, decir que sí lo haremos, para habernos comprometido, y que lo que está en juego es el Nombre que llevamos en nuestro interior). ¿O nos disculpamos como hacen todos los del mundo, poniendo excusas por las cuales se supone que no pudimos hacer lo que prometimos? ¿O mentimos, diciendo que sí haremos algo QUE NO DESEAMOS HACER, porque no hemos aprendido a confrontar las situaciones que nos presionan o empujan a hacer cosas que no deseamos hacer (Y NO ESTAMOS HABLANDO DE COSAS MALAS), y después entonces no lo hacemos y nos disculpamos como podemos, agregando mentira sobre mentira? Recuerden: TODAS ESTAS COSAS ESTÁN AUMENTANDO NUESTRA LISTA DE DEUDAS.

No se trata solamente del Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sino de ESTAR EN EL NOMBRE DE YAHSHUA HA MASHIAJ, Y HACER LAS COSAS DESDE ESA POSICIÓN DE AUTORIDAD. Si leemos la Palabra de Elohim y procuramos andar por la senda espiritual, es posible que frecuentemente digamos que actuamos en el Nombre del Adón Yahshua o hacemos algo en el Nombre de Yahshua ha Mashiaj, sin saber en realidad lo que significa ESTAR en este Nombre. Si no sabemos cómo conducirnos en el Nombre del Adón Yahshua, no podemos ni siquiera ser creyentes. Por lo tanto, necesitamos entender el significado de ESTAR en el Nombre del Adón Yahshua.

Quisiera que todos respiren hondo y comprendan la magnitud de este asunto. Puede parecer maravilloso a primera vista (y lo es, ciertamente), pero también implica un peligro SI INSISTIMOS EN MANEJARNOS EN LA CARNE. Mashíaj se hará cargo de todo cheque en blanco que emitamos con Su sello, Él cubrirá los errores, pero cuidado, porque también disciplinará a los que crean que pueden malgastar Sus fondos. Ya sabemos lo que sucedió con el siervo malo y con los buenos siervos que hicieron producir más a partir de lo que se les había confiado. Los buenos siervos produjeron más fruto, pero el siervo malvado no produjo nada y fue lanzado en las tinieblas de afuera. Los que insistan en amar más al mundo que a Mashíaj, sufrirán pérdida. Entonces cuidado con lo que queremos producir, PORQUE SÓLO LOS FRUTOS DEL RUAJ CUENTAN. La carne puede tomar esa autoridad y hacer producir cosas para la carne, pero si lo que hacemos NO ES PARA EL REINO, ESTARÁ FUERA DE SU VOLUNTAD, POR MUY BUENO QUE PUEDA PARECER. Una misma cosa buena y correcta puede ser realizada desde los dos ámbitos, y en su fuente radica la diferencia. Practicar un bien cuya finalidad NO ES EL REINO DE FORMA DIRECTA no es correcto. Pero si practicamos ese mismo bien CUANDO EL RUAJ LO DETERMINA, el resultado, aunque sea algo visible en lo material, será de acuerdo a Su Voluntad. Esta es una de las lecciones más difíciles que debemos aprender.

Ahora que hemos comprendido que una promesa y un juramento son equiparables en cuanto a la inevitabilidad de su cumplimiento (sólo la muerte de una de las partes puede impedir que sea cumplida, y si se incumple por cualquier otro motivo, la parte a la cual fue prometido deberá decidir qué hacer: si perdonar, si dar otra oportunidad, o si condenar. Como podemos ver, esto nos tiene a todos amarradísimos y entrelazados unos con otros, el mundo está bajo una red de amarraduras tan densa como opresiva, y lo único que puede cortarla es LA LEY DEL JUBILEO: EL PERDÓN. Entonces, debemos aprender a liberar a otros, pero también a cumplir nuestras promesas.


No Jurar En Falso

Con este entendimiento básico acerca de los juramentos, necesitamos ahora conocer lo que las Escrituras tienen que decir acerca de ellos, en su aplicación práctica. El punto escritural de partida es el Tercer Mandamiento que estamos estudiando. Muchos creyentes asumen incorrectamente que este pasuk enseña meramente que no debiésemos maldecir usando el nombre de Elohim. En efecto, como ya mencionamos, el tercer mandamiento sí enseña que no debiésemos maldecir usando el nombre de Elohim. Pero enseña mucho más, porque ya debemos estar comprendiendo la importancia de Su Nombre.

Como ya dijimos, SHUA (vano) también significa FALSO. Así que el pasuk podría ser traducido en al menos dos diferentes formas: 1) No jurarás usando el nombre de Elohim y así amarrándolo a una mentira, y No jurarás (usarás) el nombre de Elohim falsamente. El significado básico es el mismo, son como dos caras de una misma moneda: deberíamos refrenarnos de apelar al nombre de Elohim para confirmar o dar testimonio de una falsedad.

Entonces, el tercer mandamiento primariamente prohíbe el apelar a Elohim para confirmar una falsedad. Pero al igual que con todas las Diez Palabras, lo mayor incluye lo menor. El sexto mandamiento, por ejemplo, meramente prohíbe el matar injustificado; también prohíbe el asesinato y los sentimientos de maldad (MattiYah 5:21-24).

En la misma forma, el mandamiento de no invocar a Elohim para dar testimonio de una falsedad también prohíbe todas las formas menores de irreverencia relacionadas con el nombre de Elohim. Así pues, el tercer mandamiento prohíbe cualquier falta de temor, honor y reverencia a Elohim y cualquier profanación o abuso de cualquier cosa por la cual Elohim se dé a conocer a Sí mismo, especialmente en nuestro hablar. Debemos refrenarnos de hacer cualquier cosa que desmerezca la gloria debida al nombre de Elohim en nuestras vidas.


Pero el tercer mandamiento no solamente prohíbe cierta conducta; también requiere afirmativamente que nosotros, todo el tiempo, temamos, honremos y reverenciemos a Elohim y Su más santo nombre lo mismo que Sus títulos, atributos, ordenanzas y obras, especialmente en nuestro hablar. Por lo tanto, el tercer mandamiento requiere que honremos nuestros juramentos y nos prohíbe violarlos. Cuando apelamos a Elohim por medio de juramentos, debemos honrar a Elohim por medio de honrar nuestros juramentos. 










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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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