7 de junio de 2020

PSN02-01 - Llevar Fruto Al Servir En El Ruaj 01



01 - El Servicio Depende De Que Recibamos La Visión Del Adón

Necesitamos considerar cómo tocar el deseo del corazón de Elohim sin perjudicar la congregación. El Adón le dijo a Shaúl:

Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque te he aparecido para esto: para constituirte servidor mío y testigo de las cosas que has visto y de las que te voy a revelar. Hechos 26:16



Esto indica que el servicio de Shaúl no dependía de la pereza o la diligencia, sino de las cosas que él había visto acerca del Adón, es decir, del conocimiento de Mashiaj que él recibió mediante la aparición del Adón. Es posible que una persona reciba una revelación acerca de muchas cosas, pero no necesariamente de las cosas referentes a Mashiaj. Por tanto, el Adón se le apareció a Shaúl y dijo que Él se le aparecería nuevamente para que Shaúl pudiese ver las cosas referentes a Él. Las cosas en las cuales Él se iba a aparecer a Shaúl eran las cosas en cuanto a la congregación. Al ir camino a Damasco, Shaúl adquirió el conocimiento de Mashiaj, y luego el Adón le reveló la congregación gradualmente.

En los pasukim 17 y 18, el Adón le habló a Shaúl y dijo:

Yo te libraré del pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder del Satán a Yahweh, para que reciban perdón de pecados y una herencia entre los santificados por la fe en mí. Hechos 26:17-18

Shaúl pensaba que sus ojos estaban abiertos, pero una vez que lo rodeó el resplandor de una gran luz del cielo, su ceguera fue expuesta. Antes que la luz resplandeciese a su alrededor, él pensaba que sus ojos estaban abiertos, porque él tomaba la delantera para servir a Elohim. Sin embargo, cuando la luz vino, él fue cegado y tuvo que ser guiado por la mano de otros (9:8). Anteriormente, él guiaba a otros; ahora, otros lo guiaban a él. Sus ojos interiores no fueron abiertos sino hasta que él fue cegado exteriormente. Por tanto, cuando el Adón le dijo que le enviaba para abrir los ojos de otros y para que se convirtiesen de las tinieblas a la luz y de la autoridad de HaSatán a Elohim, él entendió.

Al igual que muchos judíos celosos, Shaúl de Tarso estaba en tinieblas. Los judíos pensaban que ellos vivían en la luz y que eran guías de los ciegos y maestros de niños:

Tú estás convencido de que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los que no saben, maestro de niños, porque tienes en la Torah la completa expresión del conocimiento y de la verdad. Romaniyim 2:19-20

Pero ellos realmente estaban en tinieblas. Por tanto, cuando el Adón le habló a Shaúl de Tarso acerca de abrir los ojos de los gentiles para que se convirtiesen "de las tinieblas a la luz, y de la autoridad de HaSatán a Elohim" (MaAseh 26:18), esto fue un fuerte indicio de que el servicio que Shaúl rendía estaba relacionado con la maquinación de HaSatán. Shaúl persiguió la congregación y era celoso por la religión y la ley, pero él estaba plenamente bajo la autoridad de HaSatán. Aquellos que están bajo la autoridad de HaSatán están ciegos y en tinieblas. Al igual que otros judíos, Shaúl adoraba en el templo y él apoyaba el servicio sacerdotal de ofrecer sacrificios, quemar el incienso, encender las lámparas y presentar el pan de la Presencia. No obstante, él servía a Elohim sin saber que estaba ciego, en tinieblas y bajo la autoridad de HaSatán. Por tanto, antes que el Adón enviara a Shaúl a los gentiles, Él lo envió a Su pueblo para recibir la debida ayuda.

Es posible que una persona reciba revelación sin recibir visión alguna. En MaAseh 26:19 Shaúl testificó ante el rey Agripa, diciendo: "No fui desobediente a la visión celestial". De camino a Damasco, Shaúl no sólo recibió revelación, sino también una visión de "que el Mashiaj había de padecer, y que siendo el primero en resucitar de entre los muertos, había de anunciar luz al pueblo y a los gentiles" (pasuk 23). El pueblo se refiere a los judíos que adoraban a Elohim, no a los gentiles. Los judíos que adoraban a Elohim en el templo necesitaban recibir luz. La Besorah fue predicada a los judíos primeramente y luego fue anunciada a los gentiles.


La Obra Necesita Producir Fruto

Necesitamos entrar en la presencia del Adón, considerar y acudir al Adón, y permitir que Él resplandezca sobre nosotros nuevamente. Es posible que hayamos caído en la misma condición que el pueblo judío. Ellos adoraban a Elohim en el templo conforme a la ley de Moshe, y nosotros servimos en la congregación conforme a lo que se nos ha enseñado a lo largo de los años. Nunca deberíamos pensar que es imposible caer en tinieblas, en ceguera y estar bajo la autoridad de HaSatán, como lo hicieron los judíos. Así como ellos cayeron en tinieblas bajo la autoridad de HaSatán, nosotros podemos caer y quizás hasta caer más bajo que ellos.

Cada árbol se conoce por su fruto:

O declaren bueno el árbol y bueno su fruto, o declaren malo el árbol y malo su fruto; porque el árbol se conoce por su fruto. MattiYah 12:33

No es un buen árbol el que da malos frutos, ni es un árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se recogen higos de los espinos, ni tampoco se vendimian uvas de una zarza. Luka 6:43-44

Esta es una ley invulnerable de las Escrituras. El que nuestro servicio sea bueno o malo no se determina por las palabras que nosotros hablamos, sino por el fruto que llevamos. A fin de tener fruto apropiado, debemos estar en el ruaj. El fruto que hay en la mayoría de las congregaciones no es una evidencia convincente de que los santos viven en el ruaj. No digo esto para condenar a otros o a la congregación, sino para recordarnos de que debemos examinarnos a nosotros mismos constantemente. Si vivimos en el ruaj, ¿dónde está nuestro fruto? Un grano de trigo que cae en la tierra y muere lleva mucho fruto (Yahanan 12:24). Si decimos que somos granos de trigo y que hemos caído en la tierra y muerto, ¿dónde está el resultado de nuestra muerte? Deberíamos cosechar muchas espigas. Si nosotros somos iguales a quienes no tienen experiencia alguna de la muerte y no llevan fruto, ¿acaso hemos muerto verdaderamente? Si un grano de trigo no lleva ningún fruto, ¿es mejor que un grano de arena? Es inútil debatir acerca de las razones por las cuales no tenemos fruto; incluso los bandidos tienen razones para ser bandidos. No podemos depender sólo de palabras; tenemos que ver si hay algún fruto.

Si hemos sido creyentes por muchos años pero no tenemos ningún fruto, no necesitamos ninguna otra prueba de nuestra carencia. La infructuosidad de otros no es el problema. Si nosotros mismos no tenemos fruto, nuestra obra es insignificante. Si el Adón viniera hoy a arreglar cuentas con nosotros, Él no verificaría si nosotros estamos en lo correcto acerca de ciertos asuntos, si tenemos la razón o no, si estábamos "en lo cierto" y los demás en lo errado; más bien, Él verificará si tenemos fruto. Las congregaciones deberían tener una fuerte capacidad para engendrar muchos hijos. Si los creyentes no tienen hijos, perderemos una generación después de otra, como ha sido hasta el día de hoy. Nosotros los creyentes que hemos obrado por tantos años necesitamos preguntarnos: ¿Quién llevará la obra adelante? ¿Dónde está nuestra próxima generación? Si los creyentes no producen una nueva generación, las consecuencias serán preocupantes.










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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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