14 de septiembre de 2020

AHD-121 - El Décimo Mandamiento - ''No Codiciarás'' 10



02 - La Envidia 04


Comparaciones Apropiadas

 

Entonces, ¿siempre está mal compararse con los demás, o hay ocasiones en que podría ser apropiado?

 

Muchas veces, las comparaciones llevan a la amargura y a la depresión, pero no siempre tiene que ser así. A este respecto, notemos el consejo del apóstol Shaúl:

 

"Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas" Ivrim 6:12

 

Es bueno esforzarse por cultivar cualidades como las de los siervos fieles de Yahweh de tiempos antiguos. Claro que, a fin de lograrlo, tal vez tengamos que hacer algunas comparaciones. Pero éstas nos ayudan a ver ejemplos que podemos imitar y aspectos en los que debemos mejorar.

 

Pensemos en el caso de Yahonatán. Podría decirse que tenía motivos para sentir envidia. Siendo el hijo mayor del rey Saúl de Yisrael, seguramente hubo un tiempo en que esperaba ser rey, pero Yahweh escogió a un hombre treinta años más joven que él: a David. En vez de resentirse, Yahonatán se distinguió por brindar a David su amistad y apoyo altruista como rey designado por Yahweh. Fue un hombre verdaderamente espiritual (Shemuel Alef 19:1-4). A diferencia de su padre, que vio a David como un rival, Yahonatán reconoció la dirección de Yahweh y se sometió a Su voluntad. No se comparó con David ni preguntó: "¿Por qué él y no yo?".

 

Entre los creyentes, jamás deberíamos sentirnos amenazados, como si los demás estuvieran tratando de superarnos o de quitarnos el puesto. La rivalidad no debe tener cabida entre nosotros. Los creyentes maduros se caracterizan por la cooperación, la unidad y el amor, no la competencia. Si amamos a alguien, deseamos su bien, y nos sentimos felices cuando tiene éxito y él también es feliz. De modo que si en la congregación alguien obtiene cierto privilegio, lo correcto sería estar contentos con eso. Esa fue la actitud de Yahonatán. Al igual que a él, se nos bendecirá si apoyamos a los que sirven fielmente en los puestos de responsabilidad de la organización de Yahweh.

 

Es apropiado admirar el excelente ejemplo de nuestros compañeros creyentes. Una comparación equilibrada con ellos puede impulsarnos a imitar su fe. Pero si no tenemos cuidado, la imitación puede convertirse en competencia. Si nos sentimos superados por alguien a quien admiramos y tratamos de denigrarlo o criticarlo, la imitación ha dado paso a la envidia.

 

Lo cierto es que ningún ser humano imperfecto ofrece un modelo ideal. Por esa razón, las Escrituras nos dicen:

 

"Háganse imitadores de Elohim, como hijos amados". Efesiyim 5:1

 

Pues para eso los llamaron, porque también el Mashíaj sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo para que sigan sus pisadas. Kefá Alef 2:21

 

Lo que debemos esforzarnos por imitar son las cualidades de Yahweh, que están manifestadas en Yahshua: su amor, afecto, compasión y humildad. Tenemos que dedicar tiempo a compararnos con sus cualidades, propósitos y modo de hacer las cosas. Esa comparación puede enriquecer nuestra vida, porque nos provee guía confiable, estabilidad y seguridad, además de ayudarnos a alcanzar la medida que corresponde a creyentes maduros (Efesiyim 4:13). Si nos concentramos en hacer todo cuanto podamos por imitar los ejemplos perfectos de Yahweh y de Yahshua, no hay duda de que nos sentiremos menos propensos a compararnos con nuestro prójimo.

 

 

El Peligro De Ceder A La Envidia

 

La gente que consigue lo que quiere mediante el fraude y la violencia puede disfrutar por un tiempo de prosperidad, seguridad y buena salud. Es posible que los inicuos incluso tengan una muerte pacífica, no angustiosa. Cuando un siervo de Elohim observa que sus circunstancias son menos favorables que las de los inicuos, puede ser que permita que la envidia erosione su aprecio por el valor de hacer la voluntad divina, como le sucedió al salmista Asaf.

 

Pero yo, por poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados. Ellos no se preocupan por la muerte; su cuerpo se mantiene vigoroso; no pasan trabajos como los otros mortales, ni reciben golpes como los demás hombres. Por eso el orgullo les sirve de collar, se ponen como manto la licenciosidad; los ojos se les saltan de gordura, tienen más de lo que puede desear el corazón. Se mofan, y hablan con maldad de hacer violencia, hablan con altanería; abren la boca contra el cielo y su lengua recorre la tierra. Y así golpean a Su pueblo una y otra vez, hasta que escurren su última lágrima. Entonces dicen: "¿Podrá saberlo El? ¿Podrá haber conocimiento de esto en Elyon?". ¡Y estos que son tan malvados, siempre prosperan, y amasan riquezas! Completamente en vano he limpiado mi mente y he lavado mis manos en inocencia; pues he recibido azotes cada día, y castigos todas las mañanas. Si decidiera decir estas cosas, traicionaría al linaje de tus hijos. Meditaba yo para entender esto, pero me resultaba muy difícil, hasta que entré en el Santuario de Elohim y entendí el paradero de ellos. Mizmor 73:2-14

 

Por eso, en repetidas ocasiones las Escrituras ofrecen razones sólidas por las que no se debe envidiar a los malhechores ni adoptar sus caminos: los que practican la injusticia son tan transitorios como la hierba que se seca en seguida bajo el calor del sol.

 

No te enojes por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malhechores; que como pasto serán pronto cortados, como la hierba verde se secarán. Mizmor 37:1-2

 

Aunque los que consiguen sus objetivos mediante la violencia disfruten de prosperidad, son detestables a Yahweh y están bajo su maldición:

 

No envidies a un hombre sin ley, ni escojas ninguno de sus caminos; porque el desviado es una abominación para Yahweh, pero Él intima con el sincero. La maldición de Yahweh está sobre la casa del malvado, pero Él bendice el hogar del justo. Mishlei 3:31-33

 

Y su vida no tiene futuro:

 

No envidies a los pecadores en tu corazón, sino sólo a los respetuosos de Elohim, en todo tiempo, porque entonces tendrás un futuro, y tu esperanza nunca fallará. Mishlei 23:17-18

 

No envidies a los malvados; no desees estar con ellos... No te dejes enojar por malhechores; no te dejes molestar por los malvados; porque no hay futuro para el hombre malo; la lámpara del malvado se apaga. Mishlei 24:1,19-20

 

La patética suerte de la persona envidiosa se anuncia en el proverbio inspirado:

 

"El hombre de ojo maligno se agita tras cosas valiosas, pero no sabe que la carencia misma le sobrevendrá". Mishlei 28:22

 

Este "ojo maligno" es AYIN RAAH (esto es, tacaño, avaro, envidioso, codicioso). En efecto, la persona de ojo envidioso se encamina a la carencia. Se esfuerza por elevarse a sí misma a la altura de aquellos a quienes envidia, pero al mismo tiempo se degrada en sentido moral, sacrificando los principios justos. Aún si consigue riquezas, son temporales y tiene que abandonarlas cuando le viene la muerte. De modo que se ha esforzado o "agitado" para nada.

 

Yahshua mencionó "el ojo envidioso" (literalmente, "inicuo") entre las cosas inicuas que proceden del interior del hombre y lo contaminan.

 

...avaricia, malicia, engaños, indecencia, envidia, calumnia, arrogancia, estupideces. Todas estas cosas malvadas vienen de adentro y hacen a la persona impura" Mordejai 7:22-23

 

La envidia es una de las obras despreciables de la carne que se interpone en el camino hacia el Reino de Elohim. (GalutYah 5:19-21). Sin embargo, con la ayuda del ruaj de Elohim es posible evitarla:

 

Por eso digo: Anden en el espíritu, y así jamás satisfarán los malos deseos de la carne. Porque la carne desea lo que es contrario al espíritu, y el espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que ustedes no hagan lo que quisieran. Pero si se dejan guiar por el espíritu, no están bajo la ley... Ahora que vivimos en el espíritu, andemos en el espíritu. No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros. GalutYah 5:16-18,25-26

 

Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Éramos aborrecibles, odiándonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Yahweh nuestro Salvador y su amor por los hombres, él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del espíritu de santidad... Tito 3:3-5

 

Ya que han dejado toda maldad, todo engaño, hipocresía, envidia y toda maledicencia, deseen como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcan para salvación... Kefá Alef 2:1-2

 











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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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