ASERET HA'DEVARIM (LOS DIEZ MANDAMIENTOS)
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La Congregación Primitiva Y El Aborto
La Congregación primitiva enfrentó el
problema del aborto y el asesinato de niños en su propio tiempo, y condenaron
por unanimidad tales prácticas. Su punto de vista en este asunto no difería de
la creencia de Judea. A fines del primer siglo, Josefo testificó de la creencia
judía en su libro, Contra Apion, II, 25:
Además, la ley nos obliga a criar a todos nuestros descendientes y
prohíbe a las mujeres causar el aborto de lo que es engendrado, o destruirlo
después; y si alguna mujer parece haberlo hecho, será una asesina de su hijo.
Desde tiempos antiguos, los hombres habían
descubierto ciertas pociones de hierbas que inducían el aborto. La ley romana
permitía el aborto e incluso el infanticidio, ya que defendía el derecho de
vida y muerte del padre sobre sus hijos.
La Didáctica, o "Enseñanza de los Doce
Apóstoles", dice en 2:1:
El segundo mandamiento de la enseñanza es: "No
asesinarás"... no abortarás a un niño ni cometerás infanticidio.
También la Epístola de Bernabé 14:11 dice:
No destruirás tus concepciones antes de que sean reveladas; Ni los
mates después de que nazcan.
A pesar de no ser considerados parte del
canon, en este sentido son un registro importante que demuestra que el aborto
no es aprobado.
En el año 177 EC, Atenágoras se mostró en
desacuerdo con los rumores que circulaban entre los paganos en su época de que
los creyentes mataban a bebés y bebían sangre en sus reuniones cuando
compartían la comunión. Refutó esto, diciendo en su súplica, cap. 35:
¿Por qué razón tendríamos que cometer un asesinato cuando decimos
que las mujeres que inducen el aborto son asesinas y que tendrán que rendirle
cuentas a Elohim?
En el 210 EC Tertuliano, un abogado
creyente romano en el capítulo 9 de su Apología:
En nuestro caso, estando prohibido el asesinato de una vez por
todas, no podemos destruir ni siquiera al feto en el útero, mientras que el ser
humano aún deriva sangre de otras partes del cuerpo para su sustento.
Vemos entonces que el aborto no es un tema
nuevo en la Congregación. Fue practicado por culturas humanistas que basaban
sus leyes en la creencia de que los padres eran los originadores de la vida y,
por lo tanto, también tenían el derecho de quitarle la vida a sus hijos. La ley
de Elohim no permite esto, incluso para el peor delincuente juvenil. Incluso
los no nacidos disfrutaron del reconocimiento de Elohim en la corte divina y se
les otorgó protección por ley contra la malicia de los padres.
Si bien los padres engendran y dan a luz a
sus hijos, no originan la vida. Toda la vida viene de Elohim y por lo tanto
está sujeta a su voluntad. La ley de Elohim, por lo tanto, regula los derechos
de los padres sobre sus hijos.
El Aspecto Moral
¿Por qué
desearía mujer alguna poner fin a la vida de un ser humano que está
desarrollándose dentro de ella? Puede que la respuesta no agrade a las personas
que favorecen el aborto. Pero, a pesar de todo, el egoísmo frecuentemente es la
raíz del problema. Por lo general, tiene que ver con evadir la responsabilidad
y con un asunto que gradualmente ha ido perdiendo todo tabú: las relaciones
sexuales. Para muchas personas, las relaciones sexuales son un pasatiempo muy
importante. Quieren disfrutar de ellas plenamente, pero no quieren la
responsabilidad de cuidar de lo que naturalmente resulta de dichas
relaciones... ¡un bebé! El aborto es un método para controlar la natalidad
—método muy malsano— que se emplea en todas partes del mundo.
Muchas personas
se dan de toda alma a la búsqueda de los placeres. Su empeño egoísta de
disfrutar de los placeres sexuales eclipsa su respeto a la vida. Las Escrituras
dicen:
También debes saber esto: que en los últimos días se presentarán
tiempos difíciles. Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero.
Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
envanecidos y amantes de los placeres más que de Elohim. Timotio Bet 3:1-4.
Los defensores
del aborto se valen de diferentes expresiones para ocultar la verdadera
atrocidad que se comete. Se refieren a "los productos de la
concepción" y al "contenido del útero". Al acto mismo de provocar
el aborto se le llama la "terminación del embarazo". Tratan de eludir
la cuestión moral de múltiples formas hipócritas. Pero, expresada en términos
sencillos, la pura verdad es ésta: El aborto provocado es el acto de matar a un
ser humano. ¡Da lo mismo si se apaga la vida en el útero antes de pasar 12
semanas desde la concepción o si se le da muerte a la criatura por medio de
estrangularla 12 minutos después que nazca! Se le ha matado.
La División
Demográfica de las Naciones Unidas informa que "el aborto quizás sea hoy
el método singular de control de la natalidad más ampliamente usado en el
mundo". Pero, ¿significa esto que el aborto es una solución deseable a los
problemas demográficos del hombre?
En 1948 la Dieta
del Japón aprobó una ley muy liberal sobre el aborto. ¿Qué ha resultado de
ello? Un freno demográfico, naturalmente. Sin embargo, después de tanto tiempo
de aborto fácil, un profesor de la Universidad Nihon, en Tokio, hizo notar:
"El aborto ha llegado a ser un modo de vivir. La vida moral se ha vuelto
desordenada. Es una era de libertad sexual, y no se respeta la vida del no
nacido".
Al eliminar las
consecuencias "desagradables", si quita todos los límites a las
prácticas sexuales y aumenta la promiscuidad.
Sí, el aborto ha
ayudado a contener el crecimiento demográfico. Pero al mismo tiempo ha
resultado ser moralmente corrosivo. Ciertamente no ha engendrado respeto
profundo por la vida humana. Por eso, ¿es el aborto realmente una solución
deseable a los problemas demográficos? ¿No dice el desarrollo de la sociedad
que No?
Estas son
simplemente las excusas que han tratado de utilizar las instituciones satánicas
para imponer su nuevo régimen de sacrificios humanos de forma legal y a gran
escala.
No, el aborto no
es la solución correcta. El casamiento lo es, para los individuos que desean la
intimidad sexual. Entonces los que están unidos en matrimonio hallarán que
pueden conseguir verdadera felicidad a medida que planean su vida con miras a
agradar a Yahweh Elohim, el que originó la vida humana, el amor y el
matrimonio.
Los que abogan
por el aborto sostienen que el feto no es una entidad humana porque no puede
vivir de por sí. Si tal es el caso, ¿qué se debe decir respecto a adultos que
para seguir viviendo dependen del uso de una máquina que les sirve de riñón
artificial o que precisan la ayuda de un marcapaso que funciona con batería?
Ciertamente no se puede decir que esas personas sean algo menos que entidades
humanas simplemente porque no pueden existir independientemente de estas ayudas,
a pesar del crecimiento de la eutanasia.
Recomiendo la
lectura complementaria de INSTITUCIONES
ASESINAS 1: Eugenesia, la Cultura de la Muerte y INSTITUCIONES
ASESINAS 2: Retrato de una Serial Killer Políticamente Correcta.
La Castidad, Y Por Qué Pasó De Moda
La castidad toma
en cuenta el sexo. A la luz de la Palabra de Elohim el sexo es sagrado. El sexo
no brotó de evolución ciega, no inteligente, no moral, accidental, funcionando
hacia un fin egoísta, como determinan la suma de las locas, locas teorías humanistas.
El sexo humano, así como el sexo de los animales, peces, aves, insectos y
plantas, es de Elohim. ¿Es inmoral Elohim porque creó el sexo? ¡No! Él no se
propuso la gran ola de locura sexual que ha estado arrollando al mundo desde el
principio de los tiempos, desde que los vigilantes bajaron a la tierra deseando
a las mujeres. Él se propuso que el sexo sirviera a un propósito milagroso, el
de propagar la vida en sus diversas formas sobre la Tierra, incluyendo la vida
humana.
En armonía con
esto, ¿cuál era el propósito de los órganos sexuales, y por qué hay un aspecto
sagrado en cuanto a ellos? Los órganos sexuales masculinos y los órganos
sexuales femeninos fueron creados con el fin de cooperar para cumplir este
mandato de multiplicación y reproducción dado por Elohim. Por eso, los órganos
sexuales no son juguetes con los cuales divertirse mucho, porque tal diversión
no cumple el propósito divino. Esto resulta en daño, no sólo a los órganos
sexuales, sino a todo el individuo que trata de divertirse de esta manera. Los
órganos sexuales, en vez de ser juguetes, tienen un propósito sumamente serio
que cumplir. Por esa razón los órganos sexuales, masculinos y femeninos, tienen
un aspecto sagrado o modo sagrado de considerarse. Tienen que ver con la vida,
especialmente la vida de una generación venidera de humanos.
¿No es la vida,
en primer lugar, un don de Elohim, y por lo tanto, no es sagrada? La vida de
toda criatura humana que ahora inhala el aire debe considerarse sagrada, porque
tiene vida en su sangre. ¿No debe considerarse también sagrada la vida de la
generación venidera? Sí. ¿Queremos realmente matar o siquiera lisiar a la
generación venidera, a un bebé, a una criatura? Cualquiera puede hacerlo al
usar indebidamente los órganos sexuales, usándolos de manera contraria al
propósito y ley de Elohim en cuanto a ellos y, por lo tanto, de manera inmoral.
Esto inclusive produce enfermedades de transmisión sexual muy graves, capaces
de afectar negativamente a la descendencia humana, además de la indecencia mental
y espiritual, y el bajo nivel moral que acompaña.
La vida, como
don de Elohim, es sagrada. Por eso, la simiente de vida que Elohim puso en el
hombre y que sólo puede reproducirse en la mujer es sagrada y tiene el fin de
cumplir el noble propósito divino. Por esa razón, cuando la vida de un
individuo de la generación venidera se iniciaba en la matriz de una mujer, esa
vida se consideraba sagrada. El matarla merecía castigo, que le quitaran la
vida al asesino, aún siendo accidental, como vimos. En la ley de Elohim por
medio de Moshe la criatura no nacida aún, el feto, en la matriz de la mujer se
consideraba una vida con el derecho de vivir por medio de nacer de su madre.
La carta a los
Ivrim dice:
"Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho
conyugal sea sin contaminación, porque Elohim juzgará a los fornicadores y a
los adúlteros". Ivrim 13:4
Es la conducta
de los adúlteros y los fornicadores al pecar contra su propio cuerpo lo que
produce las enfermedades sociales y la degradación moral, y lo que así
pervierte el propósito divino, degradando los órganos sexuales que Elohim creó
para tan elevados propósitos y que él viste con tanta importancia y dignidad.
Debemos recuperar la comprensión de lo SAGRADO del vínculo sexual, porque
implica la utilización del aparato reproductor que contiene la simiente de
VIDA. Es sumamente importante que recuperemos este ángulo. Yahweh tiene en suma
importancia la vida, y nosotros no podemos tratarla livianamente, aunque nos
hayan acostumbrado a pensar de esa manera. No sólo debemos revertir esa
comprensión entre nosotros como adultos, sino mucho más, transmitirla a
nuestros hijos, quienes enfrentan un mundo que los empuja de forma casi
obligatoria a las prácticas promiscuas que terminan en consecuencias que pueden
llevarlos a matar.
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Publicado por: Anunciadora de Sión
SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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