5. Costumbres Infantiles
Además de lo mencionado en el post anterior, debemos tener también costumbres infantiles. Leemos en el siguiente pasuk: "El que guarda sus mandamientos, permanece en Elohim, y Elohim en él". Una de las maneras de ser infantiles es amar nuestro hogar. El buen niño, que obedece y tiene buen comportamiento, y cuyas peticiones siempre son oídas por sus padres, no ama ningún otro lugar como la casa donde viven sus padres.
Ahora, se dice que el que ama y guarda los mandamientos de Elohim permanece en Él; esa persona ha convertido al Adón en su lugar de habitación, y habita en Él cada momento del día, haciéndolo su compañero constante en sus asuntos cotidianos, sin olvidar ninguno de ellos: tanto en la casa, en la familia, en el trabajo, en el estudio, en la vida social, donde y cuando sea. En este tipo de creyente se cumplen las palabras de nuestro Adón:
"Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá". Yahanan 15:7
La fe y el amor, como dos alas de águila, transportan nuestro corazón por encima del mundo, y nos colocan en Su Presencia. De esta forma nos volvemos cada día más y más semejantes a Él, y entonces nuestras oraciones son Sus oraciones, Él atraviesa nuestro ser y nos unimos en ejad, por lo que finalmente, nuestras oraciones son de una naturaleza tal que Yahweh las responde, porque son de Su propia naturaleza. Pero mientras no seamos conformados de esta manera a la mente divina, mientras no desarrollemos la mente de Mashíaj, tiene que haber algún límite a la potencia de nuestras súplicas, porque "pedimos, y pedimos mal, porque no sabemos lo que nos conviene". Permanecer en Él es necesario para tener la mente de Mashíaj, que jamás nos apartará de la Voluntad del Padre. A medida que crecemos en esta mente, vamos cambiando la naturaleza de nuestras oraciones, conformándolas a Su deseo.
Supongamos que alguno tiene un hijo, que dijera: "Padre, no me gusta mi hogar, tú no me importas; y no voy a soportar las restricciones de las reglas familiares; me voy a vivir con extraños. Pero voy a venir a ti cada semana, y te voy a pedir muchas cosas; y esperaré que me concedas lo que te pida". Vamos, ninguno en su sano juicio, ni siquiera un incrédulo, aceptaría que un hijo lo desafíe de tal forma, y además abuse de él.
Y lo mismo sucede con Elohim. Si permanecemos con Él y tenemos comunión con Él, nos dará todas las cosas. Si le amamos como debe ser amado, y confiamos en Él como debemos hacerlo, entonces oirá nuestras peticiones; pero si no lo hacemos, no es razonable que esperemos que nos oiga. Sería una afrenta para el carácter divino si Él cumpliera los deseos perversos y satisficiera los caprichos malvados.
Deléitate en Yahweh, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Mizmor 37:4
Pero si no nos deleitamos en Él, y Él no es nuestra morada, NO NOS RESPONDERÁ. Podrá inclusive darnos pan de aflicción y agua de aflicción, y hacernos amarga la vida, pero ciertamente no concederá lo que nuestro corazón corrupto desea.
De manera que prestemos atención a ver cuál es nuestra postura delante de Su presencia. Si nuestras oraciones no obtienen respuesta, es probable que estemos transgrediendo algunas de todas las cosas que hemos estado viendo. Ciertamente hemos pasado nuestras vidas al revés, y todos descubriremos que estamos mal posicionados en la mayoría de las cosas.
6.
Tener Un Ruaj Infantil
"Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Ruaj que nos ha dado". ¿Qué es esto sino el Ruaj de adopción, el Ruaj que gobierna en todo a los hijos de Elohim, y que nos hace clamar "Abba"? Mientras nos mantenemos obstinados y completamente invertidos, pensando, sintiendo y actuando de manera radicalmente opuesta a la Suya, no podemos esperar respuesta. No podemos esperar que Elohim se conforme a nuestra manera de pensar y de sentir y de actuar. Necesitamos URGENTEMENTE reconocer nuestra carne, que se oculta a plena luz y que nos ha esclavizado, haciéndonos creer que nuestras motivaciones son altruistas, honrosas y espirituales. Es siempre fácil señalar a la carne cuando se refiere a comportamientos ABIERTAMENTE soberbios, egoístas y malvados, pero nunca conseguimos verla cuando se disfraza de santidad.
Mientras mantengamos esos ídolos ocultos en nuestro interior, Yahweh no responderá nuestras oraciones, al contrario, nos expondrá para que descubramos esos errores y comencemos a corregirlos. Aunque hemos hablado todo el tiempo de colocarnos en una posición "infantil", como niños, es hora de que hagamos que la disciplina a la que Él nos somete DEJE DE PARECERNOS UN CASTIGO, PORQUE NO LO ES. Él nos disciplina porque somos Sus hijos, y de los mismos se espera que crezcan en obediencia, no que pasen toda la vida hasta la vejez necesitando recibir la misma disciplina UNA Y OTRA VEZ.
Si el Ruaj haKodesh gobierna en nosotros, subordinará nuestra naturaleza a Su propia influencia, y entonces las oraciones que brotan de nuestros corazones renovados estarán de conformidad con la voluntad de Elohim, seremos ejad con Él y oraremos lo que Él mismo coloca en nosotros, Y ESAS ORACIONES SERÁN NATURALMENTE ESCUCHADAS. Ningún padre pensaría en escuchar a un hijo obstinado, pero todo padre se complace en otorgar lo que el hijo obediente le pide, MUCHO MÁS CUANDO ESOS PEDIDOS ESTÁN DE ACUERDO CON LA VOLUNTAD DEL PADRE Y SUS ESFUERZOS, DIRIGIDOS A TRAER SU REINO Y A CONVERTIRSE EN DIGNOS REPRESENTANTES SUYOS SOBRE LA TIERRA.
El
Poder De Estos Elementos Esenciales
En segundo lugar, veremos rápidamente el poder de todos estos elementos que hemos mencionado. Si están en nosotros y están en abundancia, nuestras oraciones no pueden ser estériles o sin provecho.
Primero, si tenemos fe en Elohim, no hay duda de que Él oirá nuestra oración. Si podemos alegar en fe el Nombre de Yahshua, debemos obtener respuestas de paz. La confianza infantil nos conduce a orar como nadie más podría hacerlo, ni siquiera nosotros mismos, CUANDO ESTAMOS EN LA CARNE. La confianza infantil es cosa del ruaj, no de la carne. Es someter nuestra pequeña comprensión a orar las oraciones del Padre porque confiamos en que ÉL SABE LO QUE HACE. De esta manera, oramos por cosas grandes que nunca habríamos pedido, si no hubiésemos aprendido esta confianza; y nos lleva orar por pequeñas cosas que muchas personas tienen miedo de pedir, porque todavía no han sentido para con Elohim, la confianza de los niños. Me doy cuenta que se requiere mayor confianza en Yahweh para pedirle algo pequeño que para pedirle cosas grandes. Muchos imaginan que nuestras cosas grandes son un poco más dignas de la consideración de Elohim, aunque en verdad son muy pequeñas para Él; y luego nos imaginamos que nuestras cositas son tan irrelevantes que sería casi un insulto traerlas delante de Él; por el contrario, deberíamos saber que lo que es muy grande para un hijo podría ser muy poca cosa para su padre, y sin embargo, el padre no mide esa cosa desde su propia perspectiva, sino desde la perspectiva del hijo, y le produce mucho mayor placer saber que su hijo CONFÍA EN ÉL PARA TODO, tanto lo pequeño como lo grande.
Por ejemplo, un niño puede clavarse una astilla debajo de una uña. Eso produce mucho dolor, el niño llorará amargamente y pedirá ayuda a sus padres. Bien, eso es algo sin mayor importancia, y no es necesario que sus padres llamen a tres cirujanos para que extraigan la astilla, basta tomar una aguja y sacarla. Ah, pero qué cosa tan grande fue para el pequeño sufriente, ¿verdad? Ese fue un motivo de gran preocupación para él. Ahora, ¿acaso se le ocurrió a ese niño que su dolor era algo demasiado pequeño para que su madre o su padre lo ayudaran? Para nada; ¿para qué son los padres y las madres sino para atender las pequeñas necesidades de sus hijitos? Y Elohim nuestro Padre es un buen padre, Él se compadece de nosotros como los padres se compadecen de sus hijos, y condesciende con nosotros. Él cuenta el número de las estrellas, y a todas ellas llama por sus nombres, y también sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas, cuenta el número de nuestros cabellos y nos cuida más que a las aves y lirios del campo. El mismo Elohim que enciende al sol, ha dicho: "No apagaré la vela que humea". Si tenemos esa PLENA confianza en Yahweh traeremos delante de Él nuestras cosas grandes y nuestras cosa pequeñas, y nunca defraudaremos su confianza, porque Él ha dicho que la confianza en Él no será avergonzada ni afrentada, por todos los siglos. La fe tendrá éxito.
Pero además, el amor tendrá éxito también, porque ya hemos visto que el hombre que ama en el sentido ágape, está en armonía con Elohim. Si limitamos nuestro amor a nuestra propia familia, o a nuestro círculo de amigos, o inclusive sólo a aquellos que de cierta forma "están de acuerdo" con nosotros, o que nos agradan, o cualquier otro tipo de discriminación de las que hacemos por día, no deberíamos esperar que Elohim nos responda, porque no tomará en cuenta las oraciones reducidas ÚNICAMENTE a ese círculo. Si un hombre ama su pequeño yo propio, y espera que la cosecha de trigo de todas las demás personas se pierda para que su producto alcance un mayor precio, ciertamente no puede esperar que el Adón esté de acuerdo con ese egoísmo malvado. Pero aún si ese hombre no ora para que al prójimo le vaya mal sino que no ora nada o hasta se enoja si le llegara a ir mejor que a sí mismo, tampoco estaría alcanzando el amor ágape, estaría limitado al amor phileo, y la justicia propia de su carne reclamaría "¿Por qué a él sí y a mí no?".
Si un hombre tiene suficiente corazón para abrazar a todas las demás criaturas de Elohim con su afecto, mientras sigue orando especialmente por la familia de la fe (recordando que tenemos promesa de que nuestra familia de la carne también será salva si creemos en el Adón Yahshua), sus oraciones serán acordes con la Mente Divina. Su amor y la bondad de Elohim correrán lado a lado. Aunque el amor de Elohim es como un potente río caudaloso, y el nuestro es como un arroyuelo semi-seco, ambos correrán en la misma dirección, y llegarán al mismo destino. No nos comparamos a Él en caudal y potencia, sino en que seguimos Su dirección. Yahweh oye siempre las oraciones de un hombre que ama a su prójimo con amor ágape, porque esas oraciones son el amén a Sus propios decretos.
Además, el hombre de obediencia es el hombre a quien Elohim oye, porque su corazón obediente le conduce a orar humildemente, y con sumisión, porque siente que su más elevado deseo es que la voluntad del Adón sea hecha. Por esta razón, el hombre de obediente corazón ora como un oráculo; sus oraciones son profecías, porque provienen del Trono. ¿Acaso no estamos siendo uno con Elohim, si es que hemos alcanzado la meta? ¿Acaso no desea y pide exactamente lo que Elohim quiere? ¿Cómo podría no dar en el blanco una flecha disparada por tal arco, si la Mano que dirige es la del propio Yahweh? Claro que alcanzar esa meta requiere disciplina, obediencia y ser conformados a Su imagen y semejanza día tras día.
Si nuestro ruaj está sintonizado con el Ruaj de Elohim, desearemos Sus propios deseos. La dificultad radica en que no nos mantenemos en conexión con Él de forma permanente, pero si lo hiciéramos, entonces tocaríamos la misma nota que toca Elohim; y aunque la Suya suene como trueno y la nuestra como un susurro, aún así habría una perfecta concordancia: la nota tocada por la oración en la tierra, coincidiría con la nota emitida por los decretos del cielo, y seríamos parte de Su Pueblo-Amén.
Además, el hombre que vive en comunión con Elohim tendrá con seguridad éxito en la oración, porque, si permanece en Elohim, y Elohim en él, deseará lo que Elohim desea. El creyente que está en comunión con el Adón, desea el bien del hombre, y lo mismo hace Yahweh; deseamos la gloria de Mashiaj, y lo mismo desea Elohim; deseamos la prosperidad y crecimiento de la congregación, y lo mismo desea Elohim; deseamos ser nosotros mismos un modelo de santidad, y Elohim también lo desea. Si tuviéramos, en cualquier momento, un deseo que no es conforme a la voluntad de Elohim, sería el resultado de la ignorancia Y ÉL NOS MOSTRARÍA EL ERROR CERRANDO LA PUERTA A LA RESPUESTA DE LA ORACIÓN. Que se comprenda que si no recibimos respuesta a nuestras oraciones, entonces, no es porque estemos siendo castigados porque "nos portamos mal", sino porque al no estar obedeciendo no podemos estar en ejad con Él ni levantar Sus oraciones, y Él debe mostrarnos que estamos haciéndolo de manera equivocada. Si dejáramos de asustarnos cada vez que algo no sale como esperábamos y nos concentráramos en preguntarle que nos muestre cuál es el error que debemos corregir, avanzaríamos más rápida y eficazmente, además de con menos sufrimiento.
En este sentido, es siempre bueno que nos cubramos, agregando a nuestras oraciones algo así como: "Adón, si he pedido algo en esta oración que no sea acorde con tu mente, te suplico que no me oigas; y si algún deseo que te haya expresado, aunque sea mi mayor deseo, es uno que no es recto a Tus ojos, no me tomes en cuenta, Padre mío, pero en tu infinito amor y compasión, muéstrame el error para que no lo repita ni insista, y para que pueda corregirlo y así alinearme a Tu deseo". Ahora, cuando una oración es encerrada así, ¿cómo podría fallar? La oración no fallará, PERO ESTÉN SEGUROS DE QUE ÉL RESPONDERÁ AL PEDIDO DE QUE NOS MUESTRE EL ERROR Y SEREMOS EXPUESTOS. No lloremos, entonces, como si nos estuviera castigando, porque simplemente está respondiendo a nuestro pedido y necesidad.
Y aquí, también, debemos decirlo, nuestro texto habla del hombre creyente como siendo lleno del Ruaj haKodesh: "Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Ruaj que nos ha dado". ¿Quién conoce la mente de un hombre sino el ruaj de ese hombre? Así, ¿quién conoce las cosas de Elohim sino el Ruaj de Elohim? Y si el Ruaj de Elohim permanece en nosotros, entonces nos hace saber cuál es la mente de Elohim, que es la mente de Mashíaj, y hace intercesión en nosotros de acuerdo a la voluntad de Yahweh. Algunos tienen la creencia de que los hombres que prevalecen en la oración pueden pedir lo que quieran; pero yo puedo garantizarles que cualquiera de ellos (hablo de verdaderos creyentes) les diría que ese no es el caso. Podríamos acercarnos a ese hombre y pedirle que orara por nosotros, PERO NO PUEDE PROMETERNOS QUE LO HARÁ. Hay extrañas limitaciones para tales hombres, cuando sienten que no saben cómo o por qué, no pueden orar oraciones eficaces y fervientes en ciertos casos, aunque desearían poder hacerlo. Como Shaúl, cuando intentaba ir a Bitinia, y el Ruaj no se le permitió; así hay peticiones que nosotros naturalmente presentaríamos, pero estamos atados en el Ruaj. Aparentemente podría no haber nada objetable acerca de la oración; pero el secreto del Adón está con aquellos que le temen, y Él da insinuaciones secretas acerca de cuándo y dónde Sus elegidos pueden tener esperanza de prevalecer. Él nos da la promesa que oirá nuestra oración de fe, siendo hombres y mujeres que caminamos con Él, llenos de Su Ruaj; pero al mismo tiempo, Él no nos da certeza acerca de todo lo que cualquier persona quiera poner delante nuestro: al contrario, nos dará discreción, juicio y sabiduría, y el Ruaj intercederá en nuestro interior de acuerdo a la voluntad de Yahweh.
Pienso que de esta manera hemos expuesto los puntos básicos muy claramente. Ahora vamos a ver algunos ejemplos de aplicaciones prácticas.
La primera consideración es que necesitamos orar pidiendo una gran bendición como congregación. ¿Contamos con los elementos esenciales para el éxito? ¿Creemos en el nombre de Yahshua ha Mashiaj? Bien, yo creo que sí, eso es básico. Prosigamos a la siguiente pregunta. ¿Estamos llenos de amor hacia Elohim y hacia nuestro prójimo? El doble mandamiento es que creamos en el nombre de Yahshua ha Mashiaj y que nos amemos los unos a los otros. ¿Nos amamos los unos a los otros CON EL MISMO AMOR CON QUE NOS AMAMOS A NOSOTROS MISMOS? ¿Caminamos en amor? No hay ninguno de nosotros que sea perfecto en eso. Nos es por nada que el Padre esté mostrándonos estas cosas. Voy a comenzar la confesión reconociendo que yo no soy lo que debería ser a ese respecto. Que la confesión se difunda por toda la congregación, y que cada uno piense cuán a menudo hemos hecho cosas faltas de amor, o con un amor de poca calidad; cuántas veces hemos dado rienda suelta a nuestro resentimiento y hemos pensado cosas faltas de amor, y hemos dicho cosas faltas de amor, y hemos prestado atención a la murmuración falta de amor, y no hemos extendido una mano amorosa cuando debimos prestar ayuda, y más bien hemos empujado con nuestra mano sin amor al hombre que estaba cayendo, inclusive simplemente haciendo silencio.
Si en la congregación de Elohim hay falta de amor, no podemos esperar que la oración sea oída, porque Él dirá: "Me piden prosperidad. ¿Para qué? ¿Para agregar más personas a una comunidad que no tiene amor para consigo misma? Me piden conversiones. ¿Para qué, para traer más personas para que se unan a una comunidad que no tiene amor?". ¿Esperamos verdaderamente que Elohim salve a pecadores que nosotros NO AMAMOS, con mayúscula, y que convierta almas que no nos preocupan en lo más mínimo? Si no somos capaces de dejar de lado el egoísmo de orar por nosotros mismos y en vez de eso dejar de lado nuestras cosas y orar por nuestro compañero de oración, ¿CÓMO PODEMOS SIQUIERA LEVANTAR LA BANDERA DEL SEGUNDO MANDAMIENTO DE MASHÍAJ?
Nuestro amor debe acompañar a las almas a Mashiaj, porque bajo la influencia del Ruaj haKodesh, EL GRAN INSTRUMENTO PARA LA CONQUISTA DEL MUNDO ES EL AMOR, y si los creyentes amamos más que los incrédulos o que los que están en otras religiones, LOS CONQUISTAREMOS PARA EL REINO Y PARA LA GLORIA DE YAHWEH, pero si son los demás los que demuestran mayor amor que el que tenemos, entonces caeremos en el campo de batalla y seremos enredados en falsas doctrinas. La espada del Ruaj, que es la Palabra de Elohim, es el arma principal de ataque, y tenemos el resto de la armadura como defensa, PERO PARA ALCANZAR A LOS PERDIDOS SÓLO TENEMOS EL MISMO COMPORTAMIENTO AMOROSO DEL PADRE. ¿Cuánto amor tenemos? O tal bien debería preguntar: ¿qué tan poco amor tenemos?
La siguiente pregunta es: ¿estamos haciendo lo que es agradable delante de Elohim? No podemos esperar respuestas a la oración si no lo estamos haciendo. Háganse todos la pregunta: que cada miembro de la congregación, particularmente, responda esa pregunta. ¿HEMOS ESTADO HACIENDO ÚLTIMAMENTE LO QUE NOS GUSTARÍA QUE VIERA YAHSHUA HA MASHIAJ? ¿Cómo nos sentiríamos si Él llegara en este preciso instante a nuestras vidas? ¿Está nuestra casa ordenada de tal manera que agrade a Elohim? Supongamos que Yahshua ha Mashiaj visitara nuestra casa ahora mismo, inesperadamente y sin ninguna invitación: ¿QUÉ PENSARÍA DE LO QUE VERÍA? Y no nos excusemos, como la carne puede intentar, pensando en qué otras personas pueden encajar en esta descripción, OCUPÉMONOS DE NUESTRA PROPIA VIGA. Corrijámonos a nosotros mismos. A menos que los miembros de la congregación de Elohim hagamos lo que es agradable a Sus ojos, estaremos trancando la puerta para que no entre el crecimiento, impidiendo que las oraciones de la congregación tengan éxito. Estaremos actuando como los fariseos:
"¡Pobres de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque recorren mar y tierra para hacer un solo prosélito; y cuando lo logran, lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes mismos". MattiYah 23:15
¿Quién desea ser el hombre que entorpezca el camino del crecimiento de la congregación de Elohim debido a la inconsistencia de su conducta? ¿Quién será culpable de algo así? PORQUE CUANDO FORMAMOS PARTE DE UN CUERPO, NO HAY VUELTA ATRÁS NI MODO DE EVITAR QUE NUESTRA CONDUCTA Y ACCIONES AFECTEN A LOS QUE ESTÁN CON NOSOTROS. Que Elohim perdone a algunos, porque aunque profesan ser seguidores de Mashiaj, son tan inconsistentes que no son amigos sino enemigos del madero de Mashiaj, amando más a su carne que las cosas del Ruaj y del Reino.
La siguiente pregunta es: ¿Permanecemos en Elohim? El texto dice que si guardamos Sus mandamientos, Yahweh permanece en nosotros y nosotros en Él. ¿Es así? Quiero decir, durante el día ¿pensamos en Elohim? ¿En nuestro negocio, trabajo, estudio, permanecemos todavía en Elohim? Un creyente no es alguien que corre al Trono una vez en la mañana y otra vez por la noche, y lo use como un abrigo y como un suplente, como acostumbra hacerlo la gente con un cobertizo al que corren para protegerse de un aguacero; no, nosotros debemos permanecer en Elohim, y vivir en Él, desde la salida del sol hasta la noche, haciéndolo el centro de nuestra vida, y haciendo cada cosa, por ínfima que sea, POR Y PARA ÉL. Cada actitud, cada respuesta, cada acción que realizamos en el día, cada cosa que hablamos, pensamos o hacemos, debe estar direccionada a Él, o nos habremos salido del ruaj y estaremos, una vez más, en nuestra carne. Entonces, ¿dónde estamos cada minuto de nuestros días? Que la pregunta circule entre todos, de corazón en corazón y de mente en mente; que cada uno responda por sí mismo.
Por último, ¿nos mueve a actuar el Ruaj de Elohim... o se trata de otro ruaj? ¿Esperamos en Elohim, diciendo: "Adón, que tu Ruaj me diga qué decir en este caso, y qué hacer; gobierna mi juicio, sujeta mis pasiones, mantén bajo Tu control mis impulsos, y que Tu Ruaj me guíe". Mashíaj debe ser para nosotros nuestro propio ser interior, debe ser la plenitud de nuestro ruaj, controlando completamente nuestra alma y cuerpo para que cada célula nuestra sea conformada a Su imagen y semejanza, y que Su Ley sea escrita en nuestros corazones. Si todos fuéramos de esta mente, tendríamos una congregación poderosa; pero entre nosotros hay una multitud de toda clase de gentes, como la multitud mixta que salió de Egipto, que cae en los deseos de la carne. El mal siempre comienza con los que no desean cortar la carne. ¡Que el Adón nos salve, como congregación y como piedras, de perder Su presencia!
La multitud de toda clase de gentes debe estar con nosotros para probarnos, porque el Adón ha dicho: "Dejen crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega", y si intentamos erradicar la cizaña podríamos estar arrancando también el trigo. Sin embargo, de cualquier forma, pidamos al Adón que fortalezca al trigo más que la cizaña. Una de dos cosas siempre sucede en una congregación: que el trigo ahogue a la cizaña o que la cizaña ahogue al trigo. Que Elohim nos conceda que el trigo domine a la cizaña en nuestro caso, comenzando por dominar nuestra propia "cizaña" interior, nuestra carne. Que Elohim nos fortalezca, nos discipline y nos eduque, y que nos conceda gracia, para que seamos lo suficientemente fuertes para vencer al mal que nos rodea, y, habiendo hecho todo, que seamos para la alabanza de la gloria de Su gracia. Que el Adón nos bendiga, y continúe disciplinándonos.
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