5 de enero de 2021

CLE03-32 - La Consagración De Aharón Y Sus Hijos 01


 

La Consagración, La Ordenación Y La Llenura 01

 

En hebreo, la palabra que muchas veces se traduce como "consagrar" (Shemot 28:41; 29:9, 33, 35) es MILÚ (H4394), y significa "llenura". Deriva de la raíz MALÉ (H4390) que por su vez significa "llenar". Esta es la palabra utilizada en Bereshit en la creación, cuando Yahweh dijo: "llenen... las aguas... la tierra" (Bereshit 1:22,28; 9:1), cuando dijo que la tierra estaba "llena de violencia" (Bereshit 6:11,13); cuando Yahweh llenó el cántaro de Jagar y Rivkah (Bereshit 21:19; 24:16), y muchas citas más. 


Esta llenura se refiere a algo que ES COMPLETADO, y en ese sentido es también utilizada como "cumplir": "Cuando se cumplieron sus días para dar a luz...", de Rivkah (Bereshit 25:24) puede traducirse literalmente como "cuando se llenaron completándose", como en un vaso que es llenado hasta completar su medida. También cuando Yaakov reclamó a su esposa porque había cumplido el tiempo (Bereshit 29:1), y cuando Labán le ofreció "cumplir la semana" de Rajel. Curiosamente, esta palabra es también utilizada en las piedras de ónice, que es traducido como "piedras de engaste". Lo literal sería "piedras llenas de ónice", (ónice es shoam, recordemos nuestros estudios del efod en los estudios del efod y el pectoral (CLE02 89 - El Ojel Moed 21 - El Efod y CLE02 90 - El Ojel Moed 22 - El Jóshen HaMishpat). También estudiamos el punto de la "llenura de manos" en CLE02 93 - El Ojel Moed 25 - SSS 01 - Llenar Nuestras Manos Vacías.

 

En fin, las citas son numerosas, pueden buscarlas con ayuda de una Strong.

 

El punto es que, al consagrarse Aharón para recibir la posición santa de Sumo Sacerdote, sus manos vacías fueron llenadas (Vayikra 8:25-28).

 

La palabra consagración a veces se traduce como "ordenación". Como resultado de nuestros estudios de Shemot y Vayikra, vemos claramente que la acción por parte de Aharón y sus hijos de consagrarse para servir como sacerdotes significaba que sus manos vacías eran llenadas. Aharón y sus hijos se aparecieron con las manos vacías ante Moshe a la entrada de la Tienda de Reunión. Pero cuando fueron consagrados, sus manos vacías fueron llenadas con el tipo de Mashiaj en diferentes aspectos. Desde el punto de vista humano puede parecer que nos consagramos o que somos ordenados, pero Yahweh dice que NOS ESTÁ LLENANDO. Este concepto es mucho más elevado que el sentido de una simple consagración u ordenación.

 

 

Los primeros siete capítulos de Vayikra describen cinco categorías de ofrendas: el holocausto, la ofrenda de harina, la ofrenda de paz, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones. Luego, se dan cinco clases de leyes con respecto a la aplicación de las cinco clases de ofrendas. El resultado de la aplicación de estas ofrendas es la shalom. La paz equivale a la totalidad de lo que Mashiaj es para nosotros ante Elohim. Ya que hemos sido redimidos por Mashiaj, disfrutamos a Mashiaj como un todo, y dicha totalidad es la shalom, lo cual implica descanso, deleite y satisfacción.

 

Después de mencionar las ofrendas, Vayikra describe la consagración de los sacerdotes. Esto indica que las ofrendas descritas en los capítulos del 1 al 7 tienen como finalidad la llenura de los sacerdotes.

 

Según el significado espiritual de este libro, todos nosotros HOY somos sacerdotes (en desarrollo). Nacimos de nuevo y fuimos regenerados para ser sacerdotes:

 

Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre, y nos constituyó en un reino, sacerdotes para Yahweh su Padre; a él sea la gloria y el dominio para siempre jamás. Amén. Hitgalut 1:5b-6

 

En tanto que seamos personas regeneradas, somos los verdaderos sacerdotes, aunque aún estamos en "minoría de edad" (recordando que los sacerdotes se educaban para ejercer apenas a partir de los 30 años). Sin embargo, necesitamos tener un día de consagración en el cual nos entreguemos a Elohim y le digamos: "Adón, soy Tuyo porque Tú me compraste. Me redimiste con Tu sangre y me regeneraste. Ahora que tengo Tu vida y el deleite de Tu redención, quisiera ofrecerme a Ti. Me entrego a Ti para servirte en calidad de siervo, incluso en calidad de esclavo". Esto no es lo mismo que hacer "la oración de salvación". En esa lo aceptamos como nuestro Adón y Salvador, pero luego, avanzando en el camino, muchos hemos sentido la necesidad de consagrarnos más aún. Elohim aceptará de inmediato nuestra ofrenda y nos ordenará para que seamos Sus servidores, Sus sacerdotes. Por tanto, la consagración es una acción realizada por nosotros, y la ordenación es una acción realizada por Elohim, PERO AMBOS ASPECTOS SON PARA NOSOTROS SER LLENADOS. Así que si alguna vez hicieron esta oración, aunque no lo sepan, SE HAN CONSAGRADO Y HAN SIDO ORDENADOS, y Él no permitirá que se vuelvan atrás. De manera que no dejará que las cosas del mundo los distraigan ni que se olviden de su voto, y esto no quiere decir que Él va a hacer el trabajo de ustedes, SINO QUE IMPEDIRÁ QUE PROSPEREN EN EL MUNDO A FIN DE QUE SÓLO SE DEDIQUEN A ÉL COMO ÉL DICE, no como cada uno quiere.

 

 

Vayikra no es un libro escrito para personas comunes, sino para sacerdotes. Por haber sido santificados y separados del común de la gente, ya no somos personas comunes. No importa si lo entendemos o no, si nos hemos consagrado (y todos hemos hecho este voto alguna vez), ESTAMOS COMPROMETIDOS. Somos un pueblo especial: somos sacerdotes. Ya no se nos permitirá volver atrás, volver al vómito. Ahora seremos vaciados para ser llenados. Todas las ofrendas hacen referencia a Mashiaj, y todo cuanto Mashiaj es para nosotros y hace por nosotros tiene como finalidad constituirnos sacerdotes. Esta constitución es la ordenación divina.

 

Elohim cambia nuestra constitución intrínseca y hace que seamos diferentes de lo que somos por nuestro nacimiento natural. En nuestro primer nacimiento, nuestro nacimiento original, fuimos constituidos pecadores (Romaniyim 5:19). Independientemente de cuál sea su clase o condición social, todos los seres humanos fueron constituidos pecadores. Todos son pecadores por nacimiento. Sin embargo, por medio de nuestro segundo nacimiento, nosotros, que hemos creído en Mashiaj, fuimos constituidos sacerdotes (algo que había sido destinado a la humanidad, pero lo perdió entre tantas cosas). Ahora, a fin de que nuestro sacerdocio sea oficial, se necesita la consagración por parte nuestra y la ordenación por parte de Elohim, a fin de que tengamos la llenura.

 

 

 

 

La Consagración, La Ordenación Y La Llenura 02

 

Consideremos ahora los detalles relacionados con la consagración de Aharón y sus hijos. Muchas de estas cosas ya las estudiamos en el Estudio de Shemot, recomiendo leer los posts:

 

CLE02 93 - El Ojel Moed 25 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 01 - Llenar Nuestras Manos Vacías

CLE02 94 - El Ojel Moed 26 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 02 - La Ofrenda Por El Pecado

CLE02 95 - El Ojel Moed 27 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 03 - Los Dos Carneros

CLE02 96 - El Ojel Moed 28 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 04 - Comer con Yahweh 01

CLE02 97 - El Ojel Moed 29 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 05 - Comer con Yahweh 02

CLE02 98 - El Ojel Moed 30 - La Santificación Para Ser Sacerdotes 06 - Mashíaj, Nuestro Cordero

 

Aquí complementaremos lo ya dicho, para no entrar en repeticiones.

 

1. A La Entrada De La Tienda De Reunión

 

Yahweh le habló a Mosheh diciendo: Toma a Aharón y a sus hijos, y las vestiduras, el aceite de la unción, el novillo de la ofrenda por el pecado, los dos carneros, y la canasta de panes ácimos; y congrega toda la congregación a la entrada del Ojel Moed. Mosheh hizo como le mandó Yahweh. Vayikra 8:1-4

 

Esto significa que nuestra consagración al sacerdocio no sólo es hecha ante Elohim, sino también en pro de la vida de congregación.

 

Me agrada la expresión "a la entrada de la Tienda de Reunión". En Vayikra 8, la Tienda de Reunión representa la vida de congregación. Nosotros somos sacerdotes de Elohim que sirven en la congregación y para la congregación.

 

2. El Lavamiento

 

Mosheh le dijo a la congregación: "Esto es lo que Yahweh ha mandado que se haga". Entonces Mosheh trajo a Aharón y a sus hijos y los lavó con agua. Vayikra 8:5-6

 

Esto significa que para consagrarnos al sacerdocio, tenemos que ser lavados por el Ruaj:

 

Y esto eran algunos de ustedes, pero ya se han lavado, pero ya se han santificado, pero ya los han justificado mediante el nombre del Adón Yahshúa el Mashíaj y mediante el Ruaj de nuestro Elohim. Qorintiyim Alef 6:11

 

Aquí Moshe en cierto modo representa a Mashiaj, y el agua tipifica al Ruaj haKodesh. Mashiaj nos lava con el Ruaj haKodesh. Para el sacerdocio, el cual hace referencia tanto al servicio sacerdotal como al cuerpo de sacerdotes, necesitamos ser lavados por el Ruaj. De ahí que en Qorintiyim Alef 6:11 se nos diga que hemos sido lavados, purificados, por el Ruaj.

 

3. Las Vestiduras Del Sumo Sacerdote

 

Le puso la túnica, le ajustó el cinturón, lo vistió con el manto, y le puso el efod, ciñéndolo con la banda decorada con la que se lo ató. Le puso el pectoral, y puso dentro del pectoral el Urim y el Tumim. Y le puso el turbante en la cabeza; y sobre el turbante, por el frente, le puso el frontal de oro, la diadema sagrada –como había mandado Yahweh a Mosheh. Vayikra 8:7-9

 

Moshe vistió a Aharón con las vestiduras del Sumo Sacerdote. Esto significa que a Mashiaj, nuestro Sumo Sacerdote y Kohen Gadol, lo adornan todas las excelencias de Sus atributos divinos y virtudes humanas. Estos atributos y estas virtudes constituyen las vestiduras de Mashiaj.

 

4. Las Vestiduras De Los Hijos De Aharón

 

Mosheh trajo entonces a los hijos de Aharón, los vistió con sus túnicas, los ciñó con los cinturones, y les puso unos turbantes, como le había mandado Yahweh a Mosheh. Vayikra 8:13

 

Que Moshe vistiera a los hijos de Aharón con vestiduras sacerdotales significa que nosotros, como sacerdotes de la orden de Melki-Tsedeq, somos vestidos casi de la misma forma que nuestro Kohen Gadol, es decir, somos revestidos con los atributos de Mashíaj. Algunas piezas de la vestimenta nos diferencian de Él, quien es el que las carga porque es el único con derecho a hacerlo, como el pectoral que va en el efod, y otras piezas, pero en el resto, tenemos las vestiduras de lino fino que nos convierten en sacerdotes Suyos. Ahora debemos honrar estas vestimentas con nuestro andar.

 

El B'rit Hadashá usa la vestimenta para referirse a nuestra expresión externa. Nuestra expresión externa debe ser la expresión de los atributos divinos de Mashiaj. Estos atributos incluyen el amor, la bondad y la santidad divinos. Los atributos divinos de Mashiaj se expresan en la vida humana como virtudes. Esto significa que los atributos divinos llegan a ser virtudes humanas, y que las virtudes humanas son la expresión de los atributos divinos. Los atributos divinos y las virtudes humanas no simplemente se combinan y se unen, sino que se mezclan. Por ejemplo, Mashiaj, como hombre, tenía amor humano, pero este amor humano estaba mezclado con el amor divino. Lo que Elohim es (el aceite) estaba mezclado con lo que Mashiaj es (la flor de harina) en Su humanidad. De esta manera, la naturaleza de Elohim vino a formar parte de la expresión de la humanidad de Mashiaj. Ya que en Mashiaj los atributos divinos están mezclados con las virtudes humanas, Su amor, Su bondad y Su misericordia son extraordinarios. En Él, el amor, la bondad y la misericordia divinos se mezclaron con el amor, la bondad y la misericordia humanos.

 

Esta mezcla de los atributos divinos con las virtudes humanas ha llegado a ser nuestra vestidura, porque:

 

...porque todos los que se sumergieron en el Mashíaj se han revestido del Mashíaj. GalutYah 3:27

 

Estar revestido de Mashiaj significa que Mashiaj es nuestra vestidura. El propio Mashiaj del cual estamos revestidos es nuestra vestidura sacerdotal. Ahora, independientemente de si somos maridos o esposas, padres o hijos, maestros o estudiantes, debemos llevar puesta nuestra vestidura sacerdotal: una vestidura que es la expresión de los atributos divinos de Mashiaj mezclados con Sus virtudes humanas. Debemos llevar puesta esta vestidura sacerdotal especialmente cuando salimos a predicar la Besorah a los pecadores. La expresión de Mashiaj debe ser nuestro uniforme. Al contactar a las personas, debemos hacerlo de manera que les impresione la expresión de Mashiaj, esto es, el Mashiaj del cual estamos revestidos. Si hacemos esto, tendremos poder y autoridad en nuestra predicación de la Besorah.

 

Cuando somos ordenados por Elohim para servirle como sacerdotes, Él nos reviste de Mashiaj. Desde el mismo día en que nos consagramos (no se necesitan ni repeticiones ni grandes ceremonias), de inmediato Elohim, Mashiaj y el Ruaj nos lo adornarán. En ocasiones, los siervos del Adón trabajarán junto con Elohim para adornar a los kadoshim con Mashiaj mismo. Yo no soy más que un pequeño siervo de Elohim que colabora con Él para adornarlos a ustedes con Mashiaj, para ayudarlos a vestirse de Él para el Cuerpo, para ayudarlos a que se quiten el uniforme de su vida humana, cultura y nacionalidad naturales, y se pongan otro uniforme: el uniforme de Mashiaj. Los distintos uniformes culturales dividen, pero el uniforme único, la vestimenta de Mashiaj, nos hace uno.

 

5. El Ungimiento Del Tabernáculo, El Altar Y El Lavacro

 

Mosheh tomó el aceite de la unción y ungió el Tabernáculo y todo lo que había en él, consagrándolos así. Roció un poco de él sobre el altar siete veces, ungiendo el altar, todos sus utensilios, y la fuente con su base, para consagrarlos. Vayikra 8:10-11

 

Esto significa que Mashiaj y la congregación, el madero y el lavamiento del Ruaj están vinculados al sacerdocio del B'rit Hadashá con miras a la santificación de los sacerdotes.

 

En las Escrituras, el tabernáculo tipifica a Mashiaj como individuo (Yahanan 1:14), y tipifica también a la congregación como morada de Elohim. Sin embargo, en Vayikra 8 el tabernáculo denota mucho más a la congregación que a Mashiaj. Moshe ungió a los sacerdotes y también ungió el tabernáculo. El ungimiento del tabernáculo representa el ungimiento de la congregación, en la cual nosotros, los sacerdotes del B'rit Hadashá, servimos a Elohim.

 

En tiempos de antaño, los sacerdotes y el tabernáculo eran dos entidades distintas. Pero hoy en día los sacerdotes y la congregación son uno e inseparables. Nosotros, los sacerdotes, somos la congregación, y la congregación es nosotros. Por tanto, para nosotros hoy, los sacerdotes y la congregación no son dos entidades distintas, sino una sola entidad. Ya que la congregación y nosotros somos uno, si nosotros somos ungidos, la congregación también es ungida. Así también, si la congregación es ungida, nosotros también somos ungidos.

 

El altar en el pasuk 11 se refiere al altar del holocausto que estaba en el atrio. Todas las ofrendas se ofrecían sobre este altar. El lavacro era la fuente donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies. El altar representa el madero, y el lavacro representa al Ruaj haKodesh, el cual es el Ruaj que lava. En el Ruaj que lava está el agua de vida que lava. La congregación, el madero y el lavamiento del Ruaj son provisiones destinadas a nuestra consagración práctica para que seamos los sacerdotes de hoy.

 

La congregación, el madero y el Ruaj que lava están relacionados con la santificación. Anteriormente, éramos personas comunes, es decir, no éramos diferentes de nuestros parientes, vecinos, compañeros de clase y colegas. Pero ahora, después de haber sido consagrados y ordenados como sacerdotes de Elohim, somos un pueblo santificado. Santificar es separar, hacer que algo sea hecho especial, hacer que algo sea hecho kadosh. No sólo debemos ser un grupo de personas limpias y puras, sino también separadas, especiales y santas. Debemos ser muy diferentes del común de la gente. Sin embargo, eso no significa que debamos usar ropa peculiar para mostrar que hemos sido santificados. Debemos usar ropa normal, pero incluso en tal ropa debe hacerse manifiesta nuestra consagración.

 

Independientemente de la formación que hayamos recibido, todos necesitamos ser santificados, porque nos hemos consagrado a Elohim, y Él nos ha ordenado. Elohim ha aceptado nuestra consagración y nos ha ordenado, ha llenado de Mashiaj nuestras manos vacías. La ordenación de Elohim está implícita en la palabra santificar. Ya que Elohim nos ha separado, y nos está limpiando para santificarnos, hemos dejado de ser personas comunes.

 

La unción trae al Elohim mezclado con la humanidad a los sacerdotes y a la vida de congregación. Por esto, vemos que era completamente imposible que esto sucediera antes de la muerte y resurrección de Mashíaj. Esta unción incluye el vivir humano de Mashiaj, Su muerte en el madero y Su resurrección. Según Shemot 30, el aceite de la unción es un ungüento compuesto de aceite, el cual tipifica al Ruaj, mezclado con cuatro especias, que representan la humanidad, el vivir humano, la muerte de madero y la resurrección. Estas cosas ya las estudiamos en CLE02 105 - El Ojel Moed 37 - El Mishjáh Kodésh, El Aceite De La Unción Santa 01, CLE02 106 - El Ojel Moed 38 - El Mishjáh Kodésh, El Aceite De La Unción Santa 02 y CLE02 107 - El Ojel Moed 39 - El Mishjáh Kodésh, El Aceite De La Unción Santa 03). Cuando somos ungidos como sacerdotes y como congregación, somos ungidos con el Ruaj de Mashíaj, el Ruaj al que le fueron añadidos como componentes de la humanidad de Mashiaj, Su vivir humano, Su muerte y Su resurrección. El ungimiento de los sacerdotes y del tabernáculo también está relacionado con la ofrenda por el pecado (Vayikra 8:14-17) y con el holocausto (pasukim 18-21). Todos los elementos del aceite de la unción, el Ruaj compuesto, junto con la ofrenda por el pecado y el holocausto, deben llegar a formar parte de nuestra constitución intrínseca. Entonces seremos verdaderos sacerdotes para Elohim, no por lo que somos por nuestro nacimiento natural, sino en virtud de Elohim, quien se ha mezclado con la humanidad, el vivir humano, la muerte, la resurrección y la ascensión de Mashiaj.

 

 

 

 

La Consagración, La Ordenación Y La Llenura 03

 

6. La Unción Del Sumo Sacerdote

 

Derramó un poco del aceite de la unción sobre la cabeza de Aharón y lo ungió, para consagrarlo. Vayikra 8:12

 

Esto significa que Mashiaj, nuestro Sumo Sacerdote, fue ungido por Elohim para Su santificación. Si Aharón tipifica a Mashíaj como nuestro Kohen Gadol, Moshe aquí tipifica al Padre ungiendo al Hijo.

 

En la consagración del sacerdocio, lo primero que se hacía era ungir a los sacerdotes. Esto indica claramente que la consagración o ungimiento del sacerdocio tiene como finalidad hacer que Elohim sea uno con nosotros, porque el aceite de la unción significa que todo cuanto Elohim es, así como todo cuanto Él hace y hará, llega a ser nuestro. Lo que Elohim ha hecho, está haciendo y hará implica muchos hechos, tales como la encarnación de Mashiaj, Su vivir humano, Su muerte, Su resurrección, Su ascensión y Su segunda venida. Nosotros hemos sido ungidos con todo esto, es decir, hemos llegado a ser uno con eso. Éste es el aspecto positivo de la ordenación del sacerdocio.

 

7. El Korbán Jatát Para La Consagración Del Sacerdocio

 

Trajo el toro de la ofrenda por el pecado. Aharón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del toro de la ofrenda por el pecado, y lo inmolaron. Mosheh tomó la sangre y con su dedo puso un poco en cada uno de los cuernos del altar, purificando el altar; entonces derramó la sangre al pie del altar. Así lo consagró para hacer expiación sobre él. Mosheh tomó entonces toda la grasa que había alrededor de las entrañas, y la protuberancia del hígado, y los dos riñones con su grasa, y los convirtió en humo sobre el altar. El resto del toro, su cuero, su carne y su estiércol, lo echó al fuego fuera del campamento –como le había mandado Yahweh a Mosheh. Vayikra 8:14-17

 

Los pasukim del 14 al 17 hablan del novillo de la ofrenda por el pecado para la consagración del sacerdocio. Esta ofrenda representa al Mashiaj más fuerte y rico que es nuestra ofrenda por el pecado a fin de que podamos ejercer nuestro sacerdocio del B'rit Hadashá. Entonces, sólo a través de Mashíaj que se hizo ofrenda por el pecado es que Él adquirió el derecho de ahora transferir esta autoridad a Sus hijos. Cuando nos consagramos a Elohim, aún sin saberlo, presentamos a Yahshua como nuestra ofrenda por el pecado, la única forma de ser aceptados.

 

La ofrenda por el pecado se encarga de nuestro hombre natural, de nuestra carne, del pecado personificado que mora en nosotros, de HaSatán, del mundo que está vinculado a HaSatán y de la lucha por el poder. Si queremos ser los sacerdotes del B'rit Hadashá, debemos permitir que Mashiaj, como ofrenda por el pecado, ponga fin a todas estas cosas. Cuando Mashiaj fue clavado en el madero como nuestra ofrenda por el pecado, Él puso fin al hombre natural, a la carne, al pecado que mora en nosotros, a HaSatán, al mundo y a la lucha por el poder. En la ordenación divina, nos es aplicada tal ofrenda por el pecado para que seamos sacerdotes prevalecientes que sirven a Elohim.

 

 

En la consagración de Aharón y sus hijos, las ofrendas venían inmediatamente después de la unción. Las ofrendas nos recuerdan quiénes somos, qué somos y qué debemos ser, pero no somos todavía.

 

La ofrenda por el pecado es la primera en recordarnos esto. Aharón fue ungido con el aceite de la unción, lo cual significa que Elohim con todo lo que Él es, ha hecho y hará pertenecía ahora a Aharón. Esta unción también indica que Aharón era uno con Elohim. Sin embargo, esta persona ungida aún necesitaba que se le recordara claramente que por sí mismo y en sí mismo él era pecado, un pecador constituido de pecado, y que era carne, en la cual no hay nada bueno; había que recordarle que él era un hombre natural, parte de la vieja creación, la cual está totalmente saturada, poseída, usurpada y habitada por el maligno; y había que recordarle que él estaba lleno del mundo y de la lucha por el poder.

 

Elohim ordenó a Aharón para que fuese un servidor Suyo y lo ungió consigo mismo. Sin embargo, Aharón aún necesitaba darse cuenta de lo que él era. Por tanto, Elohim se valió de la ofrenda por el pecado para recordarle lo que él era. En el primer día de su sacerdocio, y cada día a partir de entonces, Aharón tenía que presentar la ofrenda por el pecado a Elohim para que ésta le recordara lo que él era.

 

Hoy en día, nosotros somos los sacerdotes de Elohim. Él nos escogió, designó y ordenó para que seamos Sus sacerdotes santos. Todo lo que Elohim ha hecho, está haciendo y hará, es nuestro. Él es uno con nosotros, y nosotros somos uno con Él. Sin embargo, aún necesitamos que se nos recuerde que, en nosotros mismos, somos pecado, carne y el viejo hombre, que somos la vieja creación, la cual está saturada de HaSatán, el maligno, y que estamos llenos del mundo y de su lucha por el poder. Si a diario y durante todo el día los hermanos, los colaboradores y los ancianos recordaran esto, y se acordaran de lo que son, la situación entre nosotros sería muy diferente.

 

Con respecto a nuestra vida y nuestra obra, debemos preguntarnos si la persona que se mueve, actúa y hace las cosas es el viejo hombre o el sacerdote de Elohim. ¿Podemos afirmar confiadamente que todo lo que hacemos en la vida de congregación, en la obra del Adón y en la restauración procede del sacerdocio divino y no de la carne? ¿Quién puede decir que sus manos están limpias y que está totalmente exento de la carne? Ya que no podemos decir esto, necesitamos la ofrenda por el pecado tal como es tipificada en Vayikra. Necesitamos esta ofrenda, no sólo para ser perdonados por Elohim, sino también para que nos recuerde lo que somos. Incluso cuando amamos a los demás, necesitamos que se nos recuerde que somos pecado, carne, el viejo hombre y la vieja creación, y que estamos llenos de mundanalidad. Si amamos a los demás conforme a nuestra carne, a nuestros gustos y a nuestras preferencias, nuestro amor es pecaminoso a los ojos de Elohim, por cuanto ese amor estará vinculado al maligno. Además, cuando oramos y compartimos algo en las reuniones, es posible que nos vengan a la mente pensamientos que provienen de la carne, donde se esconde el pecado y donde HaSatán actúa secretamente. Ésta es nuestra verdadera condición. Por tanto, necesitamos la ofrenda por el pecado no sólo en el momento de nuestra ordenación como sacerdotes, sino también cada vez que ejercemos nuestro sacerdocio.

 

8. El Korbán Oláh Para La Consagración Del Sacerdocio

 

Luego trajo el carnero del oláh. Aharón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, y lo inmolaron. Mosheh roció la sangre contra todos los lados del altar. Cortaron el carnero en secciones y Mosheh convirtió en humo sobre el altar la cabeza, las secciones y la grasa; Mosheh lavó las entrañas y las patas con agua y convirtió en humo todo el carnero. Esa fue una ofrenda quemada para olor grato, una ofrenda al fuego para Yahweh –como le había mandado Yahweh a Mosheh. Vayikra 8:18-21

 

Los pasukim del 18 al 21 hablan del carnero del holocausto para la consagración del sacerdocio. Este holocausto, que también forma parte de la ordenación que Elohim hace de los sacerdotes, representa la obediencia y sumisión perfectas de Mashiaj que presentamos como nuestro holocausto, en virtud de quien ejercemos nuestro sacerdocio del B'rit Hadashá. El holocausto nos recuerda que, como servidores, tenemos que estar absolutamente entregados a Elohim. Sin embargo, ya que no lo estamos, debemos tomar a Mashiaj como nuestro oláh.

 

Ya que Aharón ya había sido ungido por Elohim, ¿por qué aún necesitaba el holocausto? Aharón necesitaba esta ofrenda porque Elohim quería que se le recordara a Aharón que debía vivir absolutamente entregado a Elohim, pero que él no vivía de esa manera. Este es un cuadro que el Padre estaba pintando, como siempre. Esto no era únicamente para aquellos yisraelitas, sino también para nosotros que miramos las cosas a la distancia hoy. Esto debe recordarnos que hoy nosotros tampoco vivimos absolutamente entregados a Elohim. Esto también debe advertirnos que a diario debemos ofrecer un holocausto. Diariamente debemos ofrecer un oláh por nuestro sacerdocio, esto es, por nuestro servicio sacerdotal. Los ancianos y colaboradores en particular deben ofrecer el holocausto cada mañana. Debemos decirle al Adón: "Adón, recuérdame durante todo el día que debo llevar una vida de absoluta entrega a Ti. Me doy cuenta de que no vivo de esta manera ni tampoco puedo. Adón, confío en Ti y te tomo como mi vida, mi persona y mi entrega absoluta. Mi entrega absoluta a Elohim eres Tú mismo, Adón". Esto es vivir a Mashiaj como nuestro oláh.

 

Tal vez estemos familiarizados con las palabras "vivir a Mashiaj", pero quizás no entendamos lo que verdaderamente significa vivir a Mashiaj. ¿Vivimos a Mashiaj en nuestro hogar y en la vida de congregación? En nuestra vida familiar y en nuestra relación con los santos, ¿estamos absolutamente entregados a Elohim? Cuando otros tocan nuestros sentimientos o nuestros intereses, quizás nos ofendamos. ¿No indica esto que no estamos absolutamente entregados a Elohim? Si tenemos intereses propios, no tenemos los intereses de Elohim. Ciertamente necesitamos que se nos recuerde que, en nosotros mismos, no llevamos una vida de absoluta entrega a Elohim.

 

9. El Segundo Carnero Como Ofrenda Para La Llenura

 

Mosheh tomó un poco de su sangre y la puso en el lóbulo de la oreja derecha de Aharón, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo gordo de su pie derecho. Mosheh trajo entonces a los hijos de Aharón y puso un poco de la sangre sobre los lóbulos de sus orejas, y sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los dedos gordos de sus pies derechos; y el resto de la sangre la roció Mosheh contra cada costado del altar. Vayikra 8:23-24

 

El segundo carnero se usaba como "ofrenda de consagración", dicen las traducciones, pero en hebreo aquí se dice EIL HA'MILUIM, literalmente "carnero de llenuras", de la palabra MILÚ, como ya vimos al principio. Este carnero representa al Mashiaj que viene a llenarnos de Él mismo, de sus dones, y en virtud de quien nos consagramos para ejercer el sacerdocio del B'rit Hadashá. Él viene a nosotros para ser todo lo que necesitamos a fin de ejercer el sacerdocio como corresponde. Necesitamos ser llenados de Mashiaj para nuestra llenura.

 

Esto significa que la sangre redentora de Mashiaj abre nuestros oídos y los purifica, y también purifica nuestras manos y nuestros pies para que ejerzamos nuestro sacerdocio del B'rit Hadashá. El servicio de nuestro sacerdocio del B'rit Hadashá incluye el hecho de ejercer nuestra función en las reuniones, predicar la Besorah y visitar a los santos en sus hogares. Para cada uno de estos servicios, necesitamos ser purificados con la sangre de Mashiaj.

 

Nuestro movimiento (los pies) y nuestro trabajo (las manos) están siempre bajo la dirección de lo que oímos. Actuamos en conformidad con lo que oímos. Por lo tanto, en la vida de congregación, el oír es de crucial importancia. Así como Yahshua nunca hizo sino lo que vio hacer al Padre, nosotros sólo debemos hacer lo que Él nos ordena.

 

Nuestro oír se menciona primero porque éste afecta nuestro trabajo y nuestro mover. La sangre de Mashiaj obra primero en nuestro oído a fin de que escuchemos la palabra de Elohim, el hablar de Elohim. Para servir a Elohim como sacerdotes, debemos ser fieles esclavos, o siervos, de Elohim. Como lo indica YeshaYah, un siervo debe tener un oído que oiga. Un siervo que no escucha las palabras de su amo no puede servirle conforme a su voluntad, corazón y deseo:

 

Adonay Yahweh me dio una lengua diestra para saber cómo hablar palabras oportunas al cansado. Me despierta cada mañana; despierta mi oído para que atienda como los discípulos. Adonay Yahweh me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás. YeshaYah 50:4-5

 

Cuando éramos pecadores, no teníamos un oído que escuchara la palabra de Elohim, el hablar de Elohim. A diario oíamos muchas otras cosas, pero no escuchábamos la palabra de Elohim. Ahora que hemos sido salvos y ordenados como sacerdotes de Elohim, Sus siervos, el asunto principal es escuchar lo que Elohim dice. En tipología, cuando un esclavo quería permanecer con su amo, el amo lo llevaba al poste de la puerta y le horadaba la oreja con lezna (Shemot 21:2-6), lo cual indicaba que el esclavo debía tener un oído muy agudo para escuchar la voz de su amo. Como sacerdotes de Elohim hoy en día, debemos aprender a escuchar Su palabra.

 

Por el oír fuimos salvos, y por el oír somos alimentados y edificados. Sin embargo, lo que oímos también puede traernos perjuicio y muerte, y podemos hacer mal a otros por causa de lo que oímos. Lo que oímos puede ser un problema. En Timotio Bet 4:3 Shaúl habla de algunos que "teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias". Por tanto, la disciplina divina debe comenzar por el origen: lo que oímos.

 

Si una congregación dejara de oír cosas negativas, esa congregación sería muy saludable y viviente. La congregación más débil y más muerta es aquella donde abundan las críticas, los chismes y los argumentos. Espero que se comprenda mejor por qué esto aplica a tirar la TV por la ventana (y esto incluye dejar de escuchar todos los "chismes rodantes internéticos". Esto no es informarse, es andar de ansiedad en ansiedad).

 

El mismo principio se aplica a la vida matrimonial. Un hermano puede ser muy viviente; pero si su esposa le habla de una manera negativa, él será envenenado e inundado por la muerte, y le será difícil orar en las reuniones de la congregación. Asimismo, si un hermano le cuenta cosas negativas a su esposa, aquello la matará. Esto aplica también, obviamente, a la vida de congregación. Si los hermanos andan llenándose los oídos de palabras que no edifican, eso matará la vida de congregación. Estos ejemplos de la vida de congregación y de la vida matrimonial nos muestran la importancia del oír.

 

Ya que somos sacerdotes de Elohim, debemos preguntarnos qué clase de cosas estamos dispuestos a oír. ¿Vamos a oír cosas positivas o cosas negativas? Ya que a menudo oímos cosas inmundas, cosas no saludables y contagiosas, debemos lavar nuestros oídos con la sangre de Mashiaj. Si no lavamos con la sangre CADA COSA QUE ESCUCHAMOS, TROPEZAREMOS SIEMPRE. Si alguien viene a decirnos o proponernos algo y no lo pasamos automáticamente por la Sangre, corremos el riesgo de tropezar y caer. Según las Escrituras, donde la sangre lava, allí el Ruaj unge. Después de experimentar el lavamiento de la sangre, disfrutaremos la unción del Ruaj. Entonces nos olvidaremos de las cosas negativas que hemos oído, y ya no las repetiremos, ni concordaremos con nada que nos aparte de Él. Delante de las tribulaciones o amenazas de cosas malas que puedan suceder, Él debe ser nuestro refugio inmediato, no el salvavidas de última hora. Dejar de escuchar lo que no edifica nos centra en Él, el único que edifica, y así seremos saludables y vivientes, y la congregación seguirá adelante al estar nosotros sanos. Esto vale tanto para tiempos de calma como para tiempos de tormenta.

 

Adondequiera que vayamos, debemos tener cuidado con lo que oímos. Si lo hacemos, todo cuanto oigamos será apropiado y positivo. Entonces seguiremos por el camino correcto y haremos la obra correcta. Sin embargo, si en lugar de tener cuidado con lo que oímos, prestamos oídos a conversaciones negativas, nuestras acciones y nuestra obra se verán afectadas negativamente.

 

El propósito de la ofrenda de llenura (Vayikra 8:23) no es resolver el problema referente a nuestro pecado y a nuestras transgresiones, sino específicamente el problema relacionado con nuestra oreja y el dedo pulgar de nuestra mano y el dedo pulgar de nuestro pie, es decir, lo que oímos, lo que hacemos y la manera en que actuamos, los caminos por los que andamos. Si no tenemos cuidado con lo que oímos, seremos chismosos y esparciremos argumentos y debates, estaremos sentados "en silla de escarnecedores":

 

Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se une a la compañía de los burladores, sino que la Torah de Yahweh es su deleite, y su Torah estudia día y noche. Mizmor 1:1-2

 

Esta unión no implica que no nos juntemos para hacer lo que hacen, sino que NI SIQUIERA LOS MIREMOS. Si nos concentramos excesivamente en ellos, en lugar de ministrar Mashiaj a otros, esparciremos muerte, la misma que ellos esparcen. Miedo es muerte. Hoy algunos se dedican a propagar muerte, en vez de propagar a Mashiaj, la verdad y la Besorah. Nuestro oído con el cual oímos, nuestra mano con la cual trabajamos y el pulgar de nuestro pie con el cual caminamos, deben ser redimidos con la sangre de Mashiaj, para que escuchen, hagan y anden únicamente bajo las órdenes de nuestra Cabeza. Debemos permitir que la sangre de Mashiaj nos libere de toda cosa negativa. Entonces todas las cosas positivas de Mashiaj llenarán nuestras manos.

 

 

La purificación de la oreja derecha, del dedo pulgar de la mano derecha y del dedo pulgar del pie derecho se necesitaba en dos ocasiones: en la ordenación de los sacerdotes y en la purificación de los leprosos (Vayikra 14:14). Tanto los leprosos como los sacerdotes necesitaban que su oreja, el dedo pulgar de su mano derecha y el dedo pulgar de su pie derecho fuesen limpiados por la sangre redentora. Esto indica que a los ojos de Elohim, nosotros, los pecadores, que hemos sido ordenados como sacerdotes de Elohim, somos leprosos. Como sacerdotes de Elohim, Sus siervos, necesitamos que nuestros oídos sean redimidos de escuchar todo lo que no es Elohim y se vuelvan para escuchar la palabra de Elohim. Necesitamos también que nuestra mano que trabaja sea redimida de todo lo que no sea la obra de Elohim. Además, el dedo de nuestro pie, que sirve para andar, también necesita ser redimido para que no nos apartemos de Su Camino.

 

 



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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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