Por medio del cuerpo el hombre entra en contacto con el mundo material. De aquí que podamos calificar al cuerpo como la parte que nos hace conscientes del mundo.
Y dentro del cuerpo tenemos al alma, que es nuestro "centro intermedio". Es la que nos comunica con el ruaj para tener contacto con Elohim, y es la que nos comunica con el cuerpo para tener contacto con el mundo.
El alma está formada por el intelecto, que nos ayuda en el presente estado de existencia, y las emociones, que proceden de los sentidos. Puesto que el alma pertenece al propio yo del hombre y revela su personalidad, se le llama la parte que tiene consciencia de uno mismo. El ruaj es la parte mediante la cual nos comunicamos con Elohim, y sólo por ella podemos percibir y adorar a Elohim. Como nos habla de nuestra relación con Elohim, al ruaj se le llama el elemento que tiene consciencia de Elohim. Elohim vive en el ruaj (en el nuevo, no en el viejo), el yo vive en el alma, mientras que los sentidos viven en el cuerpo.
Como ya hemos mencionado, el alma es el punto de encuentro del ruaj y el cuerpo, porque allí están los dos fusionados. Mediante su ruaj el hombre mantiene relación con el mundo espiritual y con el Ruaj de Elohim, recibiendo y expresando ambos el poder y la vida del mundo espiritual. El hombre está en contacto con el mundo externo sensorial a través de su cuerpo, influenciándolo y recibiendo sus influencias. El alma se encuentra entre estos dos mundos, aunque pertenece a ambos. Está ligada al mundo espiritual a través del ruaj, y al mundo material a través del cuerpo. También posee el poder de la libre voluntad y por eso puede escoger entre sus influencias ambientales. El ruaj no puede actuar directamente sobre el cuerpo. Necesita un intermediario, y ese intermediario es el alma creada por el contacto del ruaj con el cuerpo. Así pues, el alma se encuentra entre el ruaj y el cuerpo, manteniéndolos unidos. El ruaj puede someter al cuerpo a través del alma para que obedezca a Elohim. De la misma manera el cuerpo, mediante el alma, puede apagar al ruaj al amar al mundo.
De estos tres elementos, el ruaj es el más noble porque está unido a Elohim (o estaba, antes de la caída). El cuerpo es el más humilde porque está en contacto con la materia. El alma, al estar entre ellos, los une y también toma el carácter de ambos y lo hace suyo.
El alma posibilita que el ruaj y el cuerpo se comuniquen y colaboren. El trabajo del alma es mantener a estos dos en su lugar adecuado para que no pierdan su correcta relación: es decir, que el más humilde, el cuerpo, pueda estar sujeto al ruaj, y que el más elevado, el ruaj, pueda gobernar al cuerpo por medio del alma. El factor fundamental del hombre es, sin duda alguna, el alma. Está pendiente de que el ruaj le dé lo que éste ha recibido del Ruaj haKodesh y, así, después de haber sido perfeccionada, poder transmitir al cuerpo lo que ha recibido. Entonces el cuerpo también puede compartir la perfección del Ruaj haKodesh y convertirse así en un cuerpo espiritual.
Éste es el significado del alma como intermediario. Ahora bien, antes de la caída del hombre el ruaj controlaba todo el ser por medio del alma.
En consecuencia, su fuerza era la fuerza del ruaj. El ruaj no puede actuar sobre el cuerpo por sí mismo, sólo hacerlo a través del medio del alma.
"Y dijo Miriam: Engrandece mi alma a Yahweh, y mi ruaj ha saltado de gozo en Elohim mi Salvador". Luka 1:46-47
Aquí el cambio del tiempo verbal muestra que PRIMERO el ruaj produjo gozo en Elohim, y entonces, comunicándose con el alma, hizo que expresase el sentimiento por medio del órgano corporal.
Repito: el alma es la sede de la personalidad. La voluntad, intelecto y emociones del hombre están allí. ES NUESTRA PERSONALIDAD, LO QUE NOS HACE ÚNICOS Y DISTINTOS ENTRE TODOS. Mientras que el ruaj es usado para comunicar con el mundo espiritual y el cuerpo con el natural, el alma se mantiene entre ambos y utiliza su poder para discernir y decidir si debe predominar el mundo espiritual o el natural. Así siendo, después de la caída el alma tomó el control del hombre por medio de su intelecto, creando de esta manera un mundo de ideas que predomina. Como el ruaj quedó librado a ser canal utilizado por los espíritus malignos, COSA QUE ALGUNOS ACEPTARON Y OTROS NO, en muchos casos la gente escuchó el consejo malvado y se sometió a esclavitud demoníaca. Diferente fue el caso de los patriarcas que continuaron obedeciendo a Yahweh a pesar de carecer de esa comunicación "directa" a través del ruaj, y también el caso de muchos incrédulos, como nos explica Shaúl:
Cuando los gentiles, que no tienen la Torah, practican espontáneamente lo que requiere la Torah, ellos que no tienen Torah son una Torah para sí mismos. Con eso muestran el contenido de la Torah escrito en sus corazones; por eso su conciencia les da testimonio, y sus razonamientos se acusan o se defienden unos a otros. Romaniyim 2:14-15
Este es el estado de la humanidad toda antes de la llegada de Mashíaj y de los incrédulos después de Su venida (como nosotros éramos), hasta que la persona acepta la salvación. La diferencia es que, después del sacrificio consumado de Mashíaj, PODEMOS RECIBIR UN NUEVO HOMBRE, y junto con él, nuevo corazón y nuevo ruaj.
Ahora bien, para que el ruaj gobierne, el alma tiene que dar su consentimiento, porque de otro modo el ruaj es incapaz de regular al alma y al cuerpo. Esto es así por causa del estado "invertido" en que vivimos: habiendo pasado la vida entera sin conexión con Yahweh en nuestro ruaj muerto, sólo gobernados por el alma y conectados con malos espíritus, ésta se niega a ceder su "derecho de mando", y como el ruaj que recibimos LO RECIBIMOS EN SEMILLA Y DEBEMOS HACERLO CRECER, mientras es pequeño sufre los embates del alma vieja y endurecida, que obedece a la carne, al viejo hombre. Por eso es que debemos aprender a discernir ambos, para poder LIMITAR CADA VEZ MÁS LAS ACCIONES ERRADAS DE NUESTRA ALMA Y PERMITIR QUE EL RUAJ ACTÚE. Este es el crecimiento del ruaj: darle el espacio de actuar lo hace crecer. Y para darle espacio, NECESITAMOS DISMINUIR EL ALMA, llevarla nuevamente a su correcto tamaño y lugar.
Verdaderamente, el alma es el eje de todo el ser, porque la voluntad del hombre le pertenece. Únicamente cuando el alma está dispuesta a asumir una posición humilde puede el ruaj dirigir a todo el hombre. Si el alma se niega a tomar esta posición el ruaj quedará impotente.
Elohim desea que el ruaj, al ser la parte más noble del hombre, controle todo el ser. Sin embargo, la voluntad —esa parte tan crucial de la individualidad— hoy pertenece al alma porque ella es quien ha estado ejerciendo el cargo del ruaj muerto, en su ausencia. Es la voluntad la que determina si debe gobernar el ruaj, el cuerpo o incluso ella misma.
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