Habiendo repasado cuidadosamente el relato de la caída del hombre, podemos ver que, al rebelarse contra Elohim, Adam y Javá desarrollaron sus almas hasta el extremo de desplazar a sus rujot y sumergirse en la oscuridad. Las partes prominentes del alma son la mente, la voluntad y la emoción del hombre. La voluntad es el órgano de la decisión y en consecuencia el dueño del hombre. La mente es el órgano del pensamiento, mientras que la emoción es el del afecto.
El apóstol Shaúl nos dice que "Adam no fue engañado", indicando que la mente de Adam no estaba en confusión en aquel día fatídico. La que flaqueó en su mente fue Javá: "la mujer fue engañada y pecó" (Timotio Alef 2:14). Según el relato del Bereshit, está escrito que "la mujer dijo: "La serpiente me engañó y comí" (Bereshit 3:13). Pero "el hombre dijo: "La mujer me dio (no "me engañó") fruta del árbol y comí" (Bereshit 3:12). Es evidente que Adam no fue engañado. Su mente estaba despejada y sabía que la fruta era del árbol prohibido. Comió a causa de su afecto por la mujer. Adam comprendió que lo que había dicho la serpiente no era nada más que el engaño del enemigo. De las palabras del apóstol vemos que Adam pecó deliberadamente. Amaba a Javá más que a sí mismo, más que a Yahweh. La hizo su ídolo y por ella fue capaz de rebelarse contra la orden de su Creador. ¡Qué lástima que su emoción dominara a su mente! Su efecto superó a su razón. Por eso cuando alguien verdaderamente va a Yahweh "cree con el corazón (no la mente) y es justificado" (Romaniyim 10:10).
HaSatán llevó a Adam
a pecar apoderándose de su voluntad a través de su emoción, mientras que tentó
a Javá a que pecase dominando su voluntad por el conducto de una mente
oscurecida. Cuando la voluntad y la mente y la emoción del hombre fueron
envenenadas por la serpiente y el hombre siguió a haSatán en lugar de seguir a
Elohim, su ruaj, que podía tener comunión íntima con Yahweh, recibió un golpe
mortal para este canal con el Creador, quedando únicamente a merced de su nuevo
amo.
Aquí podemos ver la
ley que gobierna la obra de haSatán. Usa las cosas de la carne (comer fruta)
para atraer el alma del hombre hacia el pecado. En cuanto el alma peca, el ruaj
queda sumido en una oscuridad absoluta. El orden de su método siempre es el
mismo: de fuera hacia dentro. Siempre "razona" con la mente humana
acerca de los "beneficios" que tal o cual cosa le pueden traer (la
tentación en cuestión). Entonces, inicia en la mente la tentación del cuerpo,
envuelve las emociones almáticas y los sentidos carnales, y tira abajo las
murallas de la voluntad humana, que acaba cediendo y cayendo. En el momento en
que el hombre cede ante haSatán, éste posee todo el ser del hombre y mata la
conexión del ruaj con Yahweh.
Pero no es así con la
obra de Elohim: Elohim siempre trabaja de dentro hacia fuera. Elohim empieza
trabajando con el ruaj del hombre y prosigue iluminando su mente, estimulando
su emoción y llevándole a ejercer su voluntad sobre su cuerpo para llevar a
cabo la voluntad de Elohim. Toda obra satánica se realiza de fuera hacia dentro
y toda obra divina se realiza de dentro hacia fuera. En esto podemos distinguir
lo que viene de Elohim y lo que viene de haSatán. Todo esto nos enseña, además,
que una vez que haSatán se apodera de la voluntad del hombre controla a ese
hombre.
Debemos tener
presente que el alma es donde el hombre expresa su voluntad y ejerce su
autoridad. Por eso la Biblia frecuentemente deja constancia de que es el alma
la que peca. Por ejemplo, MijaYah 6:7 dice "el pecado de mi alma".
Yahjezquel 18:4,20 dice "el alma que peca". Y en los libros Vayikra y
Bamidbar se menciona frecuentemente que el alma peca. ¿Por qué? Porque es el
alma la que decide pecar. Pecar es cosa de la voluntad del alma y en
consecuencia debe haber una expiación por el alma.
"...den la ofrenda de Yahweh como expiación por sus almas". Shemot 30:15.
Porque la vida de la carne está en la
sangre, y yo se la he asignado a ustedes para hacer expiación por sus vidas
sobre el altar; es la sangre, como vida, la que realiza la expiación. Vayikra
17:11.
"...para que se haga expiación por nuestras almas delante de Yahweh". Bamidbar 31:50.
Como es el alma la
que peca, se desprende que el alma es la que tiene que recibir expiación. Y
además la expiación debe proceder de un alma, por eso Yahshua entregó la Suya
para salvación de muchos.
Pero Yahweh escogió quebrantarlo por padecimiento, para que, si se puso como ofrenda por la culpa, pudiera ver descendencia y tener una vida larga, y que por su medio prosperara el propósito de Yahweh. Desde su angustia lo verá; lo disfrutará a plenitud por su devoción. Mi siervo justo justifica a muchos, es el castigo de ellos el que él lleva; Por tanto, yo le daré los muchos como su porción, recibirá las multitudes como su despojo. Porque él se expuso a la muerte y fue contado entre los pecadores, mientras que él llevaba el pecado de los muchos e hizo intercesión por los pecadores. YeshaYah 53:10-12
Al examinar la
naturaleza del pecado de Adam descubrimos que además de la rebelión también hay
una cierta clase de independencia. Aquí no debemos perder de vista la voluntad
libre. Por un lado el árbol de la vida implica un sentido de dependencia. En
aquel tiempo el hombre no poseía la naturaleza de Elohim, pero si hubiera participado
de la fruta del árbol de la vida habría obtenido la vida de Elohim y el hombre
habría podido alcanzar su cumbre: poseer la misma vida de Elohim. Esto es
dependencia. Por otro lado, el árbol del conocimiento del bien y del mal
sugiere independencia, porque el hombre procuró por medio del ejercicio de su
voluntad obtener el conocimiento que no le había sido prometido, algo que
Elohim no le había concedido. Su rebelión declaraba su independencia.
Rebelándose no tenía que depender de Elohim. Además, su búsqueda del
conocimiento del bien y del mal también mostraba su independencia porque no
estaba satisfecho con lo que Elohim ya le había concedido.
LA DIFERENCIA ENTRE
LO ESPIRITUAL Y LO ANÍMICO ES CLARA COMO EL CRISTAL. LO ESPIRITUAL DEPENDE
TOTALMENTE DE ELOHIM, ESTÁ PLENAMENTE SATISFECHO CON LO QUE ELOHIM HA DADO. LO
ANÍMICO EVITA CUALQUIER CONTACTO CON ELOHIM Y AMBICIONA LO QUE ELOHIM NO HA
CONCEDIDO, EN ESPECIAL "EL CONOCIMIENTO". LA INDEPENDENCIA ES UNA
MARCA ESPECIAL DE LO ANÍMICO.
Esto —no importa lo
bueno que sea, incluso cuando adora a Elohim— es indudablemente cosa del alma
si no requiere una confianza completa en Elohim y en cambio exige dependencia
de la propia fuerza. El árbol de la vida no puede crecer dentro de nosotros
junto con el árbol del conocimiento. La rebelión y la independencia explican
todo pecado cometido tanto por los pecadores como por los santos.
La Liberación Del Pecado
La muerte entró en el
mundo por medio de la caída del hombre, la muerte espiritual que separa al
hombre de Elohim. Entró por medio del pecado al principio y ha seguido
haciéndolo desde entonces. La muerte siempre llega a través del pecado.
Fijémonos en lo que nos dice Romaniyim 5:12 sobre este asunto.
- En primer lugar, que "el pecado entró en el mundo por medio de un hombre". Adam pecó e introdujo el pecado en el mundo.
- Segundo, que "la muerte (entró en el mundo) a través del pecado". La muerte es el resultado invariable del pecado.
- Y, finalmente, que como consecuencia "la muerte se extendió a todos los hombres porque todos los hombres pecaron".
La corrupción de la
muerte no "se extendió simplemente a los hombres, sino que literalmente
pasó "a través de" todos los hombres. La muerte ha impregnado el
ruaj, el alma y el cuerpo de todos los hombres. No hay ninguna parte de un ser
humano por la que no haya pasado.
Por eso es
indispensable que el hombre reciba la vida de Elohim. La salvación no puede
llegar por una reforma humana porque "la muerte" es irreparable. Y el
pecado tiene que ser juzgado antes de que pueda haber rescate de la muerte para
los hombres. Esto es exactamente lo que ha hecho la salvación de Yahshua ha
Mashíaj.
El hombre que peca
debe morir. Es la naturaleza del hombre la que peca, por eso es el hombre el
que debe morir. Sólo lo humano puede expiar por lo humano. Pero como el pecado
está en la genética de su humanidad, la muerte del mismo hombre no puede expiar
por su pecado, porque ya nace en pecado. El Adón Yahshua vino a tomar la
naturaleza del hombre para poder ser juzgado Él en lugar de la humanidad. No
corrompida por el pecado, su naturaleza humana kadosh pudo de este modo expiar
por la humanidad pecadora por medio de la muerte, al llevar consigo a toda la
carne al madero. Murió como sustituto, sufrió todo el castigo del pecado y
ofreció su vida como rescate por muchos. Como consecuencia, todo el que cree en
Él ya no será juzgado (Yahanan 5:24).
¿Por qué el pecado de
un hombre, Adam, es juzgado como el pecado de todos los hombres pasados y
presentes? PORQUE DE ESTA FORMA SÓLO SERÍA NECESARIO UN ÚNICO SACRIFICIO
PERFECTO DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE (caso contrario hubiera sido necesario que
el Adón Yahshua tuviera que sufrir su sacrificio UNA Y OTRA VEZ, cada vez por
cada individuo, algo completamente inaceptable). Adam es la cabeza de la
humanidad, de la que han venido al mundo todos los demás hombres. De una forma
similar, la obediencia de un hombre, Mashiaj, se hace justicia de muchos,
pasados y presentes, ya que Mashiaj constituye la cabeza de una nueva humanidad
originada por un nuevo nacimiento.
Como la humanidad
tiene que ser juzgada, el Hijo de Elohim sufrió en su ruaj, alma y cuerpo sobre
el madero por los pecados del mundo. Y toda sentencia sobre el cuerpo, el alma
y el ruaj de los pecadores ha sido arrojada sobre Él. Él es nuestro
representante. Por fe estamos unidos a Él. Su muerte es considerada como
nuestra muerte, y su sentencia como nuestra sentencia. Nuestro ruaj, alma y
cuerpo han sido juzgados y castigados en Él. Sería lo mismo que si hubiésemos
sido castigados en persona.
"Así pues, ahora no hay ninguna condenación para los que están en Yahshua ha Mashíaj". Romaniyim 8:1
Esto es lo que Él ha
hecho por nosotros y ésta es ahora nuestra POSICIÓN ante Elohim.
"Porque el que ha muerto está libre del pecado" Romaniyim 6:7
Era necesario no sólo
que Yahshua muriera como nuestro Cordero, para cubrir nuestros pecados con Su
sangre (la vida de su alma), sino como bien dijo:
Pero yo les digo la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el defensor no vendrá a ustedes. Y si me voy, se lo enviaré. Yahanan 16:7
Es por medio de la
muerte y la resurrección de Yahshua que ahora podemos recibir la semilla de Su
Ruaj, que puede transmitirnos la naturaleza de Elohim.
Hasta aquí, hemos
considerado el aspecto "técnico" de la solución provista por Yahweh a
través de su Unigénito Yahshua. Nos falta considerar los aspectos "prácticos",
la aplicación de todo esto a nuestras vidas de creyentes, a fin de crecer en
Yahshua.
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