¿Cómo nos comportamos
cuando tenemos sentimientos de inferioridad o superioridad? ¿Cuáles son los
mecanismos que usamos para defendernos de la descompensación? Los siguientes
síntomas nos dan unas pautas:
1. Aislarse
Algunas personas
construyen un muro a su alrededor (síndrome de The Wall), creyendo que
encerrándose dentro de él a estarán protegidas. Es como construirse una
cáscara, como la armadura del cangrejo en la cual se refugia de forma
instantánea cuando se siente atacado. Estas personas creen que el problema está
en los demás, no en ellas mismas. Aquí vemos la dualidad del complejo
inferioridad/superioridad, porque se sienten superiores (ellas no son el
problema) y se separan de los demás que son inferiores (los otros siempre
causan daño, traen problemas). La actitud de "ojos que no ven, corazón que
no siente" simplemente entierra el problema para no verlo, como un
avestruz entierra su cabeza creyendo que así el mundo no lo ve.
2. Tratar De Llamar La Atención
La contraparte de
aislarse es tratar por todos los medios de ser el centro de atención. Mientras
todo gira a nuestro alrededor, sentimos que al menos tenemos algo de valor. Es
por eso que algunos tratan de llamar la atención, para elevar su sentido de
valor propio, puede que haciendo valer sus logros personales (trabajo, título,
estudios, carrera artística, etc.) o sus dones naturales (buena voz, aptitudes
artísticas, belleza personal, juventud, fuerza, etc. e inclusive las negativas,
como enfermedades o deficiencias, porque también se puede llamar la atención
apelando a un sentimiento de "piedad" por necesidades físicas). Estas
personas están constantemente tratando de llamar la atención sobre sí mismas
porque su sentido del valor NO ESTÁ DENTRO DE ELLAS. Dependen constantemente de
la aprobación de los demás (tanto en forma de elogios como en forma de
obediencia, pueden expresarse como adoración idolátrica o como poder).
3. Ser Demasiado Susceptible
El que se siente
inferior es normalmente demasiado susceptible a todo, es hipersensible: no resiste
la crítica, su actitud instantánea es de rechazo y ataque hacia quien le
critica, porque realmente se siente amenazado en su interior. En el fondo
siente que todo el mundo es superior a él, por lo que cuando lo critican se
siente aun más inferior y no puede aceptar la crítica, porque implica su
destrucción.
Pero también puede
suceder que no acepte los halagos, porque su sentido de inferioridad lo hace
sentirse inmerecedor. Piensan que rechazar los halagos les hace ganar valor,
como un sentido de altruísmo, cuando en verdad se trata de una incapacidad de
aceptar los elogios porque no cree merecerlos, se siente como un estafador. La
persona con sentimientos de inferioridad busca recibir halagos todo el tiempo o
los rechaza completamente. El Mashíaj podía recibir halagos o críticas sin
sentirse inferior o superior, porque Él sabía quién era y a dónde iba; no tenía
ningún sentimiento de inferioridad ni de superioridad, PORQUE SU VALOR LE VENÍA
DEL PADRE. Esta es la posición que deberemos restaurar.
4. Ser Demasiado Posesivo
El que se siente
inferior tiende a ser demasiado posesivo. Se le oye decir: "Esas son MIS
cosas. Que nadie me las toque"; "Es MI amiga/o". Este tipo de
actitudes son sumamente inmaduras y las vemos normalmente en la etapa de la
juventud (mal llamada adolescencia), en la que la persona está desarrollando y
fortaleciendo (o no) su personalidad, y como viene saliendo de la infancia, en
la cual se apoyaba en sus padres, ahora pasa a apoyarse en sus amigos. Si uno
de ellos de repente muestra amistad hacia un tercero, la persona inmadura se
siente traicionada. En este sentido, será necesario que elabore los
sentimientos para romper también estos "cordones umbilicales" y
establecer relaciones saludables en las cuales no es necesario estar conectados
todo el tiempo y de forma absoluta, implicando una desconexión con el resto del
mundo. Es necesario afianzar el ruaj (y no el viejo hombre) en su justo valor
para que no sea necesario apoyarlo en otra persona.
5. Buscar el Perfeccionismo
Hay personas que
"necesitan" hacer todo perfecto. Si no lo hacen así se sienten sin
valor. Si no pueden alcanzar el 100% de perfección, sienten que ya no valen
nada. Sienten que solamente de esta manera valen algo. Su problema reside en la
aceptación, probablemente porque han recibido poca o porque han recibido muchas
exigencias, por encima de sus capacidades, lo cual las ha convencido de que si
no son perfectas, NO SERÁN AMADAS. Esto también empuja a veces a la
competitividad: si ven que otra persona realiza alguna tarea y la realiza bien
(como a ellos les gustaría), y mucho más aún si ven que esa otra persona recibe
elogios, "necesitarán" competir haciendo las mismas cosas, pero por
supuesto MEJOR. No importa que no se trate de tareas de su área, que no sepa
hacerlas del todo, lo que realmente le interesa es recibir la gloria del otro.
Este tipo de rebeldía satánica también debe ser correctamente posicionado.
6. Criticar A Otros
Los que se sienten
inferiores critican demasiado a los demás. Dicen: "Él no sabe nada. Mire
lo que ha hecho. ¿Cómo puede ser tan bobo para hacer eso?". Si alguien se
siente inferior a otra persona, pero ve que aún es capaz de notar las faltas de
los demás, siente que por lo menos vale un poco, PORQUE HA ENCONTRADO A ALGUIEN
INFERIOR A SÍ MISMO. Piensa que por lo menos no está tan abajo de todo, hay
otros peor que él. Pero también puede "inventar" críticas, buscando
"la quinta pata al gato", tratando de disminuir al otro de cualquier
forma. Por otro lado, este ejercicio de siempre estar buscando los errores
ajenos le hace creer que los demás hacen las mismas cosas, y siempre sospecha
que los otros hablan mal de él. Está seguro de que siempre están hablando mal
de él porque es lo que él mismo hace de los demás. NO PENSAMOS DE LOS OTROS LO
QUE NO SOMOS CAPACES DE HACER. El ladrón siempre cree que todos roban, el
mentiroso siempre cree que todos mienten, etc.
7. Proyectarse
Esto ocurre cuando
vemos en otras personas lo que no nos gusta de nosotros mismos o tememos que
existe en nosotros. Decimos: "Mira cuán orgulloso es él". Normalmente
siempre señalamos en otros LOS DEFECTOS QUE MÁS ODIAMOS EN NOSOTROS MISMOS. Si
hacemos el ejercicio de escribir acerca de lo que más nos molesta de los demás,
normalmente estaremos definiendo aquellas características propias que más
odiamos de nosotros y tratamos por todos los medios de ocultar, inclusive de
nosotros mismos, por eso sólo conseguimos señalarlas en otras personas. Esa es
nuestra sombra, nuestro lado oscuro que no queremos ver, pero que debemos
iluminar para reconocerlo y curarlo.
8. Atacar al inferior
El que siente que no
vale nada tiene que compensar su insuficiencia en alguna forma, pero sin
arriesgarse más allá de su propio complejo. Si se cree inferior, NUNCA ATACARÁ
A LOS QUE CONSIDERA SUPERIORES, SINO A LOS QUE CONSIDERA INFERIORES A SÍ MISMO.
Esto puede verse en personas que maltratan animales, niños pequeños, hombres
que abusan de mujeres, el famoso bullying, etc.
Cuando buscamos
compensar nuestros sentimientos de inferioridad, nunca chocamos con otras
personas que sean de nuestra misma estatura, o que parezcan un poco más grandes
o fuertes, porque ellas nos hacen sentir aun más inferiores. Siempre hacemos
algo para sentirnos más importantes. Por supuesto, esa sensación de
superioridad dura muy poco y satisface mucho menos. A veces no es necesario que
se trate de bravucones, puede ser simplemente una actitud ácida y crítica
contra otros, disminuyendo el valor ajeno sin motivos.
¿EN QUÉ BASA TU ALMA
SU SENTIDO DE VALOR PROPIO?
Hay sólo una fuente
de donde debe venir aquello que realmente nos da valor. Hemos sido hechos a
imagen de Elohim y si aceptamos la salvación y recibimos el Ruaj que nos hace
clamar "Abba, Padre", también somos hijos y estamos siendo hechos
ahora también A SEMEJANZA. Este proceso debemos realizarlo en nuestros rujot,
junto con el Ruaj; solamente esto nos da valor y nos hace libres de sentimientos
de inferioridad, no aquello que hayamos hecho en nuestras propias capacidades.
Es indispensable que
permitamos que el Ruaj nos muestre estos aspectos nuestros, por muy
desagradables que los encontremos. De hecho, si son desagradables debemos
alegrarnos de descubrirlos para poder eliminarlos, de forma que no deberíamos
negarnos a traer estas cosas a la luz, aún cuando por un poco de tiempo sean
dolorosas. Dejarlas sin tocar es simplemente como mantener un cuerpo extraño
escondido bajo la piel: se convierte en un grano que genera pestilencia y pus,
y que puede llegar hasta a convertirse en un tumor maligno. DEBE SER EXTIRPADO.
Cuando poseemos
falsos sentimientos acerca de lo que somos, lo único que nos libra de ellos es
decir la verdad. Las Escrituras dicen: "conocerán la verdad, y la verdad
los hará libres" (Yahanan 8:32). Si nosotros decimos la verdad en cuanto a
lo que creemos que somos o lo que hemos hecho, Mashíaj lo lleva en el madero y
quedamos libres. No tenemos nada que esconder. De hecho, como ya vimos, EL
CUERPO DE MUERTE Y EL VIEJO HOMBRE YA HAN SIDO CRUCIFICADOS, YA ESTÁN MUERTOS.
Sólo falta que lo aceptemos en la realidad y eliminemos esos viejos cadáveres
que cargamos por todas partes que vamos.
Si piensan que no
valen nada, digan: "Abba, siento que no valgo nada. Toma estos
sentimientos, los echo todos sobre ti". No tenemos que aparentar que todo
está andando bien en nosotros si hay algo que no lo está.
Ahora tomen la lista
y complétenla con todo aquello que recuerdan del pasado que les haya causado
dolor, de acuerdo a todo lo que vimos. ¿Cómo eran sus padres? ¿Qué les decían?
No escriban lo que creen que tus padres pensaban de la situación sino LO QUE
USTEDES SENTÍAN. ¿Cuáles eran sus sentimientos cuando les decían cada cosa?
¿Qué sentían cuando los comparaban con otra persona? ¿Los castigaron
injustamente y tuvieron que callar? ¿Qué sintieron en ese momento? Tengan en
cuenta que estas listas SON ÚNICAMENTE PARA USTEDES Y EL RUAJ, no necesitan
mostrárselas a nadie, por lo tanto, sean lo más sinceros posible.
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