El Pensamiento Central De Las Escrituras
Las Escrituras
son un libro maravilloso. Son el "libro" por excelencia. Fueron
necesarios 1600 años para compilarlas, muchos creen que empezando con Moshe, el
profeta más grande que Elohim tuvo, y terminando con el apóstol Yahanan. Sin
embargo, LAS ESCRITURAS AÚN ESTÁN SIENDO ESCRITAS EN NUESTROS DÍAS.
Es evidente que ustedes son
carta del Mashíaj, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el espíritu
del Elohim vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones
humanos. Qorintiyim Bet 3:3
Nosotros somos
hoy los "rollos" que estamos siendo escritos, la continuación de la
historia que se inicia en el Sefer MaAseh Shlichim/Libro de los MaAseh de los
Apóstoles, y culminará en el final de Hitgalut, allá en el final del milenio.
Quienes no
dejan de lado partes de las Escrituras (los cristianos el Tanaj y los judíos el
B'rit Hadashá) y se dedican con firmeza a su estudio completo de la mano del
Ruaj haKodesh, consiguen ver el Plan de Yahweh a través de todas las Escrituras.
No se trata de dos pactos separados, ni tampoco de un pacto y una renovación.
Se trata de UNA PROMESA Y SU CUMPLIMIENTO a través de varios pactos, para culminar
en lo que llamamos "el Nuevo Pacto", cuyo cumplimiento pleno aún está
en tiempo futuro. El Nuevo Pacto es continuación lógica del Antiguo Pacto, y en
verdad ambos forman parte del Plan Único de Yahweh de Restauración de todas las
cosas perdidas. Es al estudio y descubrimiento de esta línea de comprensión que
nos avocaremos en esta nueva serie.
Este Plan de
Yahweh se desarrolla no sólo a lo largo de las Escrituras, sino a lo largo de
la historia de la humanidad. En cada época el Ruaj haKodesh fue haciendo
revelaciones a los creyentes de acuerdo con el desarrollo del Plan. Así, los
primeros creyentes no pudieron ver la totalidad del mismo como hoy vemos hoy
(aún no por completo, ya que las cosas que sucederán en el milenio no han sido
aún reveladas). Para ilustrar esto, vemos que los antiguos judíos comprendían
la Torah de forma literal, aplicando todos los mandamientos de forma concreta y
vivenciando todo en un sentido físico. Sin embargo, luego de la venida de
Yahshua ha Mashiaj el Ruaj amplió la revelación:
Porque, siendo que la Torah
tiene sólo una sombra de los bienes venideros y no la imagen misma de estas
realidades... Ivrim 10:1
De esta manera
surgió en los nuevos creyentes una AMPLIACIÓN DE LA COMPRENSIÓN DE TODO LO
ANTIGUO. Comprendieron que todas las cosas se referían a Mashiaj y que eran
sólo sombras. Era el momento de la REALIDAD DE LAS SOMBRAS, al menos aquellas
que correspondían a la revelación de la época. Hoy, el Ruaj está trayendo
nuevas revelaciones conforme a la época en la que estamos, en que se avecina un
nuevo cambio de Era. Con su sacrificio, Yahshua cumplió muchas de ellas,
encerrando el Primer Pacto, y con la entrega del Ruaj haKodesh en
Shavuot/Pentecostés se dio inicio al Nuevo Pacto, y así a la nueva etapa, donde
aquellas sombras serían cumplidas en forma parcial en la realidad de la vida
práctica de cada creyente. Todo será completado cabalmente sólo después de su
Segunda Venida, en la tercera etapa, la Era de Sukot. Sin embargo, antes de
suceder todas las cosas, los primeros creyentes sólo conocieron las verdades
referentes a su propia época.
De la misma
forma esta línea continuó después de la época de los apóstoles, a pesar de no
haber sido recopilada como canon bíblico dada la imposibilidad de hacer esto:
LA CONTINUACIÓN SOMOS NOSOTROS MISMOS, TODOS LOS CREYENTES DE LA HISTORIA QUE
HAN CREÍDO EN YAHSHUA Y SON PARTE DEL NUEVO PACTO, SOMOS LOS ROLLOS ESCRITOS, y
es imposible colocar todas estas historias en un libro, verdad?
Con la creación
de la falsa religión católica, haSatán impidió que el pueblo tuviese acceso a
las Escrituras. Las Escrituras quedaron selladas por casi mil años, desde el
siglo sexto hasta el siglo quince. La historia le dio a ese período el nombre
de la Edad Media o el Oscurantismo. La sociedad humana cayó en tinieblas porque
no tuvo acceso a las Escrituras, la cual contiene toda la luz divina.
Más adelante
Elohim usó a Martín Lutero para romper con esta prohibición y volver a entregar
Su Palabra a todos los hijos que lo buscaban de corazón. Sin embargo, los
representantes de estos movimientos (protestantes) sólo conocieron la
revelación que el Ruaj haKodesh les dio para su época, para el momento
histórico que vivían y para ejecutar los designios del Padre según Su Plan. Y
así ha continuado haciéndolo a través de los tiempos, no voy a hacer aquí un
relato detallado de los puntos históricos relevantes, sólo menciono los más
conocidos para usarlos como ejemplo. Decir que eran ignorantes o que estaban
equivocados porque no veían lo que hoy vemos es comportarse justamente de forma
ignorante: cada uno sólo veía las cosas que el Ruaj haKodesh revelaba a su
época, y el resto aún les estaba velado. No porque fueran menos que los
creyentes actuales que tienen mayor revelación, SINO PORQUE EL DESARROLLO DE
UNA PLANTA IMPLICA UN CRECIMIENTO QUE SE REALIZA A LO LARGO DE UNA LÍNEA
TEMPORAL. Como el Plan de Yahweh debía realizarse a través de milenios, era
inevitable que la revelación dada a las generaciones fuera PROGRESIVA. Sin
embargo, aquellos que creyeron en las primeras promesas, con mucha menor
revelación, son tanto o más bienaventurados que los últimos, ya que su emunah
fue muy superior, al tener menor conocimiento del Plan completo.
De manera que
no debemos despreciar los "avances" de nuestros antecesores en este
camino, todo lo contrario. Debemos rescatar la sana doctrina, siempre
limpiándola de las levaduras que lamentablemente fueron adhiriéndose a lo largo
de los tiempos. Este es el trabajo de esta época de transición en la cual nos
toca vivir. Nosotros estamos en el borde entre dos de estas épocas, saliendo de
una y entrando en una nueva, y como todas las transiciones, existe mucha
confusión e inseguridad en cuanto a qué debemos hacer y qué no. Con todo, la
Mano de Yahweh continúa sujetando todo y las cosas siguen bajo Su comando, y su
Ruaj se encarga de mostrarnos el camino.
Así que, como vemos, lo que para unos fue
promesa, para otros fue cumplimiento físico y para otros tipología. De esta
forma vemos que las Escrituras pueden ser estudiadas desde diferentes niveles y
así, darnos diferentes tipos de alimento, de acuerdo a nuestra edad espiritual.
Pero por mucho que las cosas antiguas hayan sido sombras de las que hoy son
reales y a nivel espiritual, eso no hace que sean cosas simples, al contrario:
son sumamente complejas. Además, la ignorancia propia de quienes tenemos
influencia o fundamentos cristianos hace que desconozcamos las profundidades y
riquezas escondidas en la tipología veterotestamentaria, que fue diseñada para
enseñarnos las cosas que habrían de venir, pero es bueno resaltar, para
conocimiento de todos, que esta ignorancia no proviene del cristianismo en sí,
SINO DEL CRISTIANISMO DE LOS ÚLTIMOS DOS SIGLOS. Desde la recuperación de las
Escrituras para los creyentes en la época de la Reforma en adelante hubo
creyentes grandemente inspirados por el Ruaj haKodesh que profundizaron en el
estudio y conocimiento de las Escrituras en su totalidad, tomándolas como un
todo de continuidad y desarrollo. Así, encontramos muchos escritos de grandes
creyentes cristianos que resultan aún hoy de enorme utilidad, y que fueron
sospechosamente dejados de lado a partir del surgimiento del actual sistema, el
cual se ocupó también de conseguir infiltrar y regulamentar la invención
moderna de los seminarios, reescribiendo muchas veces las doctrinas como el
enemigo deseaba. Si pensáramos de otra forma, estaríamos sugiriendo que Yahweh
se escondió durante 2000 años, en lugar de continuar con el desarrollo de su
plan, y un simple análisis histórico de todos los tiempos nos demuestran que, a
pesar de haber habido muchas y muchas etapas en las que el pueblo no obedecía e
incluso era puesto de lado, YAHWEH NUNCA DEJÓ DE TENER UN REMANENTE, aún sumido
en imperfecciones.
Por supuesto que esos escritos contienen
grandes verdades hasta la revelación de la época en que fueron escritos. Como
ya dijimos, esta revelación nunca se ha detenido, sino que ha ido en aumento,
ofreciendo nuevas verdades en cada generación que pasa, y es siempre a la luz
de las nuevas revelaciones que debemos "pulir" las antiguas, NO
DESCARTARLAS COMO SI NO PROVINIERAN DE LA MISMA FUENTE, QUE ES LA INSPIRACIÓN
DEL RUAJ. Comprendiendo que, a pesar de mantener conceptos que no habían sido
restaurados, aun así el Ruaj daba comprensión espiritual a los creyentes para
avanzar en el desarrollo del Cuerpo, entenderemos que nuestra labor actual no
es sino la misma: restaurar las verdades que nos son mostradas, limpiar las
levaduras que hayan sido agregadas por la acción del enemigo, y comprender las
nuevas revelaciones para nuestro tiempo. Si cada generación realizara su tarea
de esta manera, comprendiendo que son parte de un Cuerpo que crece a lo largo
de la historia de la humanidad, más rápido avanzaríamos, ya que no deberíamos
creer que nuestros antepasados eran enemigos, sino simplemente que tuvieron una
comprensión limitada a su revelación.
Esta es la tarea que hoy corresponde a
Efrayim a respecto de su parte, mientras que a Yahudá corresponde hacer lo
mismo pero limpiando las levaduras del fariseísmo rabínico. Hasta cierto punto,
esto está siendo realizado por muchos grupos mesiánicos de raíces hebreas, es
decir, no los nuevos grupos surgidos del cristianismo, que no tienen una
comprensión de vida de las raíces judías porque no fueron criados en ellas y
las desconocen casi por completo, por mucho que se disfracen. Con todo, también
entre ellos persisten las disensiones y el no comprender que las dos partes
tienen levaduras, no sólo el vecino. Cuando el verdadero mesianismo de origen
judaico haya comprendido muchas verdades que hoy aun no acepta (como por
ejemplo, la deidad de Mashíaj) y haya conseguido descubrir los engaños
farisaicos que aún hoy cree ser verdaderos, de la misma forma en que Efrayim
debe hacer la limpieza de los paganismos cristianos, ese será el momento en que
la unión de las dos casas será realizada, porque sólo entonces ambas
comprenderán que cada una posee únicamente una parte de la revelación total,
que a Yahweh le agradó repartir de esa forma, para que ninguno pudiera
gloriarse en sí mismo.
Las Escrituras
forman un libro único cuya narrativa se centra en tres elementos: el autor, el
ejecutor y el plan. El autor es Yahweh, el cual presenta un Plan de
Restauración (que incluye la recuperación de todo lo perdido, tanto las partes
caídas de la creación —y por lo tanto, implica la salvación de los hombres—,
como la ejecución de su designio inicial, que fue truncado por la acción
corrompedora de haSatán. El ejecutor de este plan es Yahshua ha Mashiaj, quien
ha cumplido con todos los requisitos necesarios para que Su Voluntad inicial
sea cumplida, porque "así es la
palabra que sale de mi boca: No vuelve a mí vacía, sino que hace lo que me
propongo, logra lo que la envío a hacer" (YeshaYah 55:11). Si Él dijo,
SERÁ HECHO, no importa cuántas trabas haSatán insista en colocar en el camino.
Estos tres
elementos vamos a encontrarlos a lo largo de todas las Escrituras, y cada uno
de los libros nos presenta diferentes aspectos de estos tres elementos.
En Bereshit
vamos a comenzar a conocer el Plan de Yahweh. Para nosotros hoy, casi en el
final de los tiempos, resulta mucho más fácil
comprender todo el Plan porque ya han sucedido casi todas las cosas, y
sin embargo, LA MAYORÍA DE LOS CREYENTES NO LO VE POR COMPLETO. Los cristianos
fallan al insistir en colocar la centralidad del asunto en la salvación del
hombre a través de Mashíaj, y los judíos fallan al insistir en colocar la
centralidad del asunto en la restauración de Yisrael (a través de un mesías que
aún esperan). AMBOS FALLAN PORQUE
COLOCAN LAS COSAS DEL HOMBRE COMO IDEA CENTRAL... PERO LA MENTE ES DE
YAHWEH Y SUS PENSAMIENTOS NO ESTÁN EN LAS COSAS DE LA TIERRA, sino en la
reunificación del cielo y la tierra, el regreso a la ejad, unidad.
El esquema
básico general de Bereshit es el siguiente:
ELOHIM CREÓ, HASATÁN CORROMPIÓ Y EL HOMBRE CAYÓ, Y YAHWEH PLANEÓ (elaboró el plan para recuperar lo perdido). El planteo aquí está sumamente simplificado, y a medida en que avancemos en los estudios deberemos ir limpiando antiguos conceptos equivocados, y adquiriendo lo correctos.
El libro de
Bereshit contiene 50 capítulos, pero podemos dividirlo en tres secciones. Los
capítulos 1 y 2 constituyen la primera sección (Elohim creó y re-creó), los
capítulos del 3 al 11 (haSatán corrompió), la segunda, y los capítulos del 12
al 50 (Yahweh planeó), la tercera. Cada sección empieza con un nombre y una
acción. En la primera sección, leemos "Elohim", en la segunda
sección, "la serpiente" y en la tercera sección, "Yahweh".
Elohim creó, la serpiente corrompió, y Yahweh llamó.
En Bereshit se
siembran las primeras semillas del plan de Elohim, y se nos muestra (y cada vez
la revelación es mayor y más clara), el motivo de la "rivalidad" por
parte del enemigo de Elohim. Y veremos que esas dos corrientes, la línea de la
simiente de Elohim y la de la simiente de la serpiente, corren parejas a lo
largo de la historia, mucho más inter-ligadas de lo que hemos creído.
Y en Bereshit
también se comienza a perfilar el motivo que Elohim tiene en Su corazón de
edificar para Sí una casa. La intención de Elohim a lo largo de toda la Palabra
ha sido edificarse para Él un templo donde Él en plenitud pueda ser contenido y
pueda ser expresado y pueda hacerse uno con el hombre en forma corporativa, de
manera que Elohim y el hombre lleguen a ser uno, y el hombre llegue a ser la
morada de Elohim en forma colectiva, y también Elohim llegue a ser la morada
del hombre, como dice en el Mizmor 91:
Porque YAHWEH ha escogido
Tsiyón la ha querido por su morada. "Este es mi lugar de reposo para
siempre, Yo moraré aquí porque la he escogido". Mizmor 132:13-14
Por una parte,
nosotros somos Su casa; y también, Él es nuestra habitación. Es una morada
mutua donde nosotros moramos en Él y Él en nosotros. Este motivo, que es
central en el plan de Elohim porque es lo que está en Su corazón, se ve a lo
largo de toda la Palabra; pero la primera piedra, la primera mención del
desarrollo de este programa, la encontramos precisamente en el libro de
Bereshit, que es el libro de los orígenes y de las semillas primeras. Aquí
vemos que Elohim se revela a Sí mismo como el Elohim de Avraham, de Yitzjak y
de Yaakov, que son también representación de los tres niveles de crecimiento:
su templo fue construido en tres etapas iniciales: Avraham, (un hombre),
Yitzjak (una familia) y Yaakov, doce tribus (inicio de una nación), y ese
cuerpo continuó creciendo hasta que PRODUJO FRUTO Y NACIÓ LA SEMILLA (la
semilla siempre está en el fruto), y entonces fue muerta la semilla y el grano
de trigo cayó a tierra, y así comenzó la segunda etapa de la construcción del
templo, la segunda mitad de la menorah, como Yahshua dijo:
"Destruyan este Templo y en tres días Yo lo levantaré otra vez". Yahanan 2:19
Yahshua sabía
que el crecimiento del Cuerpo/Templo tiene tres etapas (tres días). La primera
parte era una sombra de la realidad que se manifestó en su fruto (Yahshua),
porque la primera parte era la producción y siembra de la semilla inicial
(Mashíaj), que debía nacer para después morir. Mashíaj es la semilla inicial
que debía ser producida en la etapa de las sombras, para poder brotar, cumplir
su Obra y morir, a fin de pasar a la segunda etapa: la reproducción del grano
en los muchos granos. En la primera etapa hubo una única semilla; en la segunda
etapa, esta Semilla se sembró a sí misma para reproducirse en muchos, nosotros,
los hijos. En esta segunda etapa el bebé está siendo gestado en el vientre de
la mujer, y está aún a espera de ser dado a luz; por eso, esta etapa es una de
cumplimiento PARCIAL (y no completo, como afirma erróneamente la mayoría de los
creyentes), en la cual tenemos la garantía del Ruaj en parcialidad y vamos
siendo gestados, trabajados, cambiados, haciendo crecer nuestro Mashíaj
interior, y de esta manera, transformándonos en las piedras aptas para la
edificación de la Casa de Yahweh. Finalmente, llegaremos a la tercera etapa,
que comienza en breve, el Milenio o la Era de Sukot, con una manifestación
mucho mayor.
En la segunda
etapa, la Era de Shavuot, es el comienzo de la manifestación de esta luz que
vemos aquí en Bereshit, porque la Luz ya vino al mundo (y muchos no la
conocieron). No es la Luz completa aún, porque esa sólo se manifestará en Su
Segunda Venida, cuando venga a las Bodas del Cordero y se una con su Novia, su
Cuerpo, y sean una sola carne, un solo cuerpo, morada perfecta para el Eterno.
Y Yahshua está en el medio, el brazo central de la menorah que no tiene par, el
eje central de todas las cosas.
La parte
central del templo que Yahshua estuvo construyendo para Su Padre Yahweh es
Yahshua mismo, el eje central, la columna vertebral que lo sostiene, el sistema
nervioso que toca todas y cada una de sus partes y que con su Ruaj lo pone en
contacto con Yahweh.
Ese es el punto
central, y a eso vino Mashiaj, a cumplir la voluntad del Padre que haSatán
había obstaculizado, a restaurar las cosas caídas, a recuperar las perdidas y a
resolver toda división para llevar al mundo nuevamente a una perfecta ejad con
el Creador. La salvación del hombre, la recuperación de sus funciones (el
dominio de la tierra) y el resto de las cosas son PARTES de ese Plan Central,
no son objetivos en sí mismos. Por eso no podemos decir que lo más importante
es la salvación (como insisten tantas denominaciones cristianas). Sin duda es
una parte IMPORTANTÍSIMA, pero es eso: una parte.
Entonces, vemos
que Bereshit contiene lo que podemos llamar de "meollo de la
cuestión" de las Escrituras, porque es aquí donde se nos habla acerca de
las cosas que sucedieron que motivaron todo lo que estamos viviendo. No se
trata ni de fábulas ni de mitología, ni mucho menos de simbologías, sino de
hechos históricos que fueron las causas por las cuales la creación y nosotros
estamos como estamos. El desarrollo de este Plan lo vemos a lo largo de todo el
resto de las Escrituras, pero Bereshit, "en el principio", es donde
encontramos los personajes y sus acciones y motivos.
Los personajes
principales de este drama son: Yahweh Elohim, el hombre (representado por Adam
y Javá), haSatán, los malajim y Yahshua ha Mashiaj. La presencia de Yahshua es
manifiesta en el hecho de que por medio de Él fueron creadas todas las cosas,
pero a medida que avancemos lo veremos por todas partes, aun cuando no se lo
mencione de manera directa.
Desde el
comienzo de Piedras Vivas hasta hoy, grande ha sido el mover del Ruaj y sus
revelaciones, y es por ese motivo que esta serie de Bereshit está siendo
re-escrita en ciertas partes, a la luz de esas nuevas revelaciones. Y también
por este motivo comenzaremos por una serie de conceptos básicos que es
necesario entender e incorporar para entender las cosas como verdaderamente
son.
Así que es
indispensable que comencemos por el planteo acerca de la identidad, acciones y
consecuencias realizadas por el personaje que llamamos haSatán (el Opositor, el
Adversario de Yahweh), para poder alcanzar una comprensión cabal de las
Escrituras. Es necesario que eliminemos viejos conceptos mal habidos e
interpretaciones incorrectas, para poder entender mejor el desarrollo completo
de las Escrituras. En Bereshit se nos plantea el comienzo, y se nos habla de
tiempos anteriores, de causas y motivos y del por qué Yahweh levantó Su Plan. Y
eso haremos en los siguientes estudios.
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