27 de noviembre de 2021

RDC02-05 - Saturno Cósmico 03


 

El Cosmos De Saturno

 

Los antiguos conservaron más que relatos mítico-históricos del gobierno de Saturno. De una sección del mundo a otra, los adoradores del dios planeta dibujaron imágenes de la configuración de Saturno, y estas imágenes se convirtieron en los signos y símbolos universales de la antigüedad.

 

En el léxico global de los símbolos, las tres imágenes más comunes son el sol encerrado, la cruz del sol y la cruz del sol encerrado.

 



Parece que todas las razas antiguas veneraban estos signos como imágenes del poder cósmico preeminente. En Mesopotamia y Egipto, los signos ocurren en el período más antiguo.

 

La cerámica prehistórica y los grabados rupestres de Creta, China, Escandinavia, África, Rusia, Polinesia y las Américas sugieren que numerosos ritos antiguos se centraban en estas formas simples, que se convirtieron en las imágenes más veneradas en los primeros alfabetos jeroglíficos.

 

Pero, ¿qué significaban estos signos para los antiguos? Con apenas una que otra voz disidente, los eruditos los etiquetan rutinariamente como símbolos solares. Nos dicen que tales representaciones del sol son perfectamente naturales (es decir, deben ser formas "naturales" de representar el sol porque uno ve los signos en todas partes). Pero ¿qué representan? En la imagen, ¿el círculo exterior representa un parhelio (halo causado por la atmósfera alrededor del sol)?

 

 

¿O significa "el círculo del cielo"? Algunos comentaristas sugieren que el círculo exterior es en sí mismo el sol, dejando abierta la cuestión del significado del punto adjunto.

 

Del mismo modo, al evaluar el signo, los expertos no pueden ponerse de acuerdo si los cuatro brazos de la cruz denotan rayos del sol o cuatro cuartos del mundo. También se dice que los cuatro brazos representan los rayos de una rueda solar imaginaria que rueda por el cielo todos los días.

 

¿Es necesario señalar que estas diferencias de opinión ponen inmediatamente en tela de juicio la afirmación común de que los signos son emblemas solares "naturales"? Mientras el significado sea incierto, difícilmente se puede afirmar que un símbolo es una "expresión natural" de algo. Sin embargo, seguramente los expertos que debaten sobre el significado de los símbolos del "sol" deben preguntarse por qué los antiguos, unánimes, inscribieron las mismas imágenes en todo el mundo. La forma básica se presenta junto con muchas variantes en todos los continentes.

 

Sea lo que sea que signifique, es más que un simple dibujo del sol. Si le pedimos a nuestros niños que dibujen el sol, NINGUNO LO HARÁ CON ESTE TIPO DE SÍMBOLO. Harán un círculo con rayos alrededor, pero jamás se les ocurriría poner un punto en el centro, ni tampoco una cruz. Si se trata de una imagen solar, entonces uno debe suponer no sólo que los adoradores del sol de todo el mundo adoptaron instintivamente el sol y lo llevaron a una forma abstracta más complicada, sino que todos los antiguos cultos solares se basaron en la misma abstracción. ¿Por qué?

 

Porque la cruz del sol encerrada no es una abstracción. SIMPLEMENTE REGISTRA LO QUE VIERON ORIGINALMENTE LOS ANTIGUOS. Es un dibujo literal del sol polar, transmitido desde la antigüedad más temprana: la imagen de Saturno, el Monarca Universal, un cielo que no era igual al que nosotros vemos.

 

Rara vez los arqueólogos, que buscan interpretar los símbolos del "sol" generalizados, consultan la mitología antigua. Sin embargo, los mitos explican los símbolos y los símbolos iluminan los mitos. En gran parte, los arqueólogos pasan por alto los cientos y cientos de mitos y liturgias que se centran en las imágenes cósmicas. Las fuentes antiguas revelan una preocupación mundial por una forma celestial concreta, una configuración ideal identificada como el gran dios y su morada celestial. El tema no es el orden mundial actual, sino el primero, uno que ya no existe. LOS SÍMBOLOS, LEYENDAS E HIMNOS SAGRADOS INTENTAN PRESERVAR LA MEMORIA DE SATURNO Y EL COSMOS PRIMITIVO.

 

 

Cuando Saturno apareció solo en las aguas cósmicas, una banda brillante se congeló alrededor del dios como su "isla" celestial. Esta banda era el Cosmos original, a menudo representado como un huevo giratorio, una cuerda enrollada, un cinturón o un escudo que encierra el sol central.

 

Los himnos sagrados y las leyendas de la creación del antiguo Egipto dicen que cuando el creador surgió del mar cósmico (las "aguas de arriba"), apareció un vasto círculo alrededor del dios, formando el Lugar original: "el lugar del tiempo primigenio" o "la provincia del comienzo" (Reymond, The Mythical Origin of the Egyptian Temple). Esta morada primitiva fue la "isla de Hetep (Descanso)", un recinto giratorio firme. Los textos egipcios de todos los períodos ofrecen imágenes vívidas de este recinto en las aguas, llamado "la tierra dorada de Pai", la "Isla de fuego", "la divina isla primitiva emergente" o "la isla emergente en Nun (las aguas cósmicas)".

 

Las fuentes egipcias describen a la banda (lo que nosotros hoy llamamos "anillos de Saturno") como algo visible: la morada visible del dios en el cielo. De hecho, los egipcios —y todas las demás razas antiguas— estaban tan preocupados por la banda de Saturno que elaboraron un vasto simbolismo presentando el mismo recinto bajo formas míticas de amplio espectro. Sin embargo, los tratamientos estándar de los antiguos mitos y la religión dicen poco o nada del recinto. Y menos aún los escritores sobre el tema parecen ser conscientes de que la pictografía del sol del recinto es un retrato sencillo de Saturno y su legendario hogar.

 

No es por falta de pruebas que los expertos hayan pasado por alto esta conexión. El único obstáculo es la visión del mundo a priori de los propios investigadores, "las anteojeras de caballo" que llevan, que presuponen que todas las referencias al dios de la luz primordial sólo pueden significar el orbe solar. En relación con nuestro sol de hoy, el lenguaje antiguo del recinto parecerá esotérico o sin sentido.

 

"Yo soy el que está en su Círculo".

Budge, The Gods of the Egyptian, Vol, I, 340

 

¿Qué podría significar esta terminología en relación con el orbe solar? NADA.

 

Dado que nuestro sol no posee una relación perceptible con un recinto o círculo, los traductores probablemente ignorarán los términos o idearán un concepto metafísico complicado para explicarlos. Inclusive, llegarán a compararlo con el "circuito" solar, pero aunque así les parezca a sus mentes, en verdad la idea no se ajusta a las expresiones y mensajes transmitidos por los antiguos.

 

Al recinto alrededor del sol, los egipcios le dieron el nombre de Atón, un término familiar para todos los estudiosos de la religión egipcia. "Espacioso es tu asiento dentro del Atón", se lee en los Textos del Sarcófago. Uno de los títulos de Ra es "el morador de su Atón". Tanto Atón como Horus poseen el mismo título. De manera similar, el Libro de los Muertos invoca a Osiris: "Oh gran dios que vives en tu divino Atón". Dado que la pictografía egipcia de Atón es el símbolo que ya vimos del sol encerrado (círculo con punto central, o simplemente el círculo), debe quedar claro que el término se refiere a un recinto circular que ALBERGA al dios sol. El sol está en el centro.

 

Pero desde el principio los egiptólogos han intentado explicar a Atón como el sol mismo, traduciendo la palabra como "el disco solar". En lugar de aclarar el concepto egipcio, tal traducción solo confunde al dios sol con su morada celestial. Un egiptólogo, por ejemplo, afirma que Atón era el sol, y que el sol fue concebido como "la ventana en el cielo a través de la cual el dios desconocido, el "Señor del Disco", derramaba una parte de su resplandor sobre el mundo" (Piankoff, The Shrines of Tut-Ankh-Amon, 11). Habiendo identificado a Atón con el orbe solar, el escritor concluye que el dios que reside en Atón es un dios invisible. Budge expresa una opinión similar cuando llama a Atón "el cuerpo material del sol en el que moraba el dios Ra", como si Ra mismo fuera un poder invisible y el orbe solar la emanación visible y la morada del dios.

 

Es imposible reconciliar tales interpretaciones metafísicas con las imágenes concretas de Atón en los textos egipcios. Atón es de hecho la "ventana en el cielo" visible y el "cuerpo del sol", Pero Esta "Ventana" O "Cuerpo" SEGURAMENTE NO ES EL ORBE SOLAR. Es, como indica el signo de Atón, una banda que alberga el sol. Y el "sol" primitivo es Saturno.

 

El shenu o cartucho es el óvalo dentro del cual se inscribía únicamente el nombre del faraón. El nombre egipcio dado a este cartucho es shenu, vocablo que deriva del verbo sheni (circundar). La versión moderna del nombre proviene de los soldados de Napoleón durante su expedición a Egipto. Este símbolo recordaba a los cartuchos de las armas que utilizaron estos soldados durante la guerra. Este óvalo representa la divinidad "solar-saturnina" transmitida a los reyes. De hecho, cada figura del creador se encuentra dentro del anillo luminoso, siempre considerado como su propia emanación. La banda no es sólo el "halo" del dios, sino su morada en el centro cósmico. Así como Saturno tenía un "halo", así también los reyes tuvieron sus coronas, y las representaciones de dioses o seres divinos utilizaban también este halo alrededor de sus cabezas, así como los santos católicos. Esto no representa un "culto solar", como se ha afirmado. ESTO REPRESENTA EL VIEJO CULTO A SATURNO, una época anterior a la destrucción de ese sistema.

 

Si uno acepta el sentido inmediato de la terminología arcaica, el recinto no era una abstracción. ERA LA BANDA BRILLANTE DE SATURNO. El Anu babilónico —Saturno— era "el Alto del Recinto de la Vida" (Brown, Researches into the Origins of the Primitive Constellations, 185), y su morada era "el Recinto Brillante". Aquí, también, el recinto se convierte en el lugar del "amanecer" primitivo:

 

El dios del sol babilónico "se eleva" dentro del recinto, pero también "se pone" dentro de él.

Lenormant, Les Origines de l'Histoire, vol. I, 13

 

Los maoríes de Nueva Zelanda conocen el planeta Saturno como Parearau, cuyo nombre transmite el significado de "círculo" o "banda circundante". A partir de este nombre de Saturno, Stowell concluyó que los nativos podían ver el anillo de Saturno actual a simple vista, algo que todos los astrónomos saben que es imposible hoy (Best, The Astronomical Knowledge of the Maori, 35-36).

 

Cuando los Dogon africanos dibujan Saturno, lo representan como un orbe dentro de un círculo, un hecho que Robert Temple, en su libro El misterio de Sirio, cita como evidencia de un conocimiento astronómico Dogon aparentemente inexplicable (que él sostiene que fue presentado a los antiguos por extraños visitantes extraterrestres). PERO NADIE PREGUNTA SI EL ORDEN DEL SISTEMA SOLAR PUEDE HABER CAMBIADO, LO QUE DARÍA LUGAR A QUE LOS ANILLOS DE SATURNO HUBIERAN SIDO EN ALGÚN MOMENTO VISIBLES A SIMPLE VISTA. ¿Será que la explicación extraterrestre tiene más sentido?

 

 

 

 

El Ojo

 

Uno de los símbolos más misteriosos que nos ha llegado es el Ojo solitario y que todo lo ve. En el antiguo Egipto, donde se dispone de la información más completa, el símbolo impregna los monumentos y los textos sagrados de todos los períodos. "El ojo es la clave de la religión", afirma un autor.

 

¿Es el Ojo, como se afirma casi uniformemente, el orbe solar? En ninguna parte es más evidente la debilidad de la mitología solar que en su manejo de este desconcertante símbolo. Un egiptólogo tras otro, siguiendo la interpretación solar, pasa por alto en silencio los muchos detalles enigmáticos del simbolismo del ojo.

 

La única autoridad conocida que rechaza categóricamente la interpretación solar es Rudolph Anthes. Después de dedicar una extensa investigación al Ojo de Ra, Anthes concluye que el Ojo "aparentemente nunca fue el sol". Sin embargo, Anthes, que busca una respuesta en los cielos tal como nos aparecen hoy, no comienza a desentrañar el simbolismo interconectado del Ojo.

 

Estrictamente hablando, el ojo egipcio no es ni un "sol" ni una "estrella", sino el círculo o recinto formado por el creador como su hogar celestial. El gran dios reside en el Ojo como centro. Uno de los nombres más comunes del Ojo en Egipto es Udjat. El jeroglífico de Udjat combina tres signos estrechamente relacionados: 1), que significa "ver" y también "formar, modelar, crear"; 2), "modelar, rodear"; y 3), "atar, rodear". El Ojo que todo lo ve es el recinto creado, el vínculo alrededor del sol primigenio.

 

Así, el dios tiene su hogar en el Udjat (Ojo):

 

"Yo estoy en el Udjat".

"Yo soy el que habita en Udjat".

"Entra en paz (em hetep, "en reposo") en el divino Udjat".

 

Un Texto del Sarcófago dice, "Soy Horus en su ojo", mientras que el Papiro mágico de Harris dice, "Soy Shu bajo la forma de Re, sentado en el medio del ojo de su padre". En el Libro de los Muertos se encuentra:

 

"Yo soy el puro en sus ojos"

"Yo soy el que habita en medio de su propio Ojo".

 

Así, el gran dios reside en el recinto del Ojo como la "pupila".

 

"Alabado seas, Oh Ra, Exaltado Sekhem, anciano de la pupila del Udjat (Ojo)".

"Estoy en el Udjat... Me siento en (como) la pupila del ojo..."

"Dios-la-pupila-de-cuyo-ojo-es-terrible, tu nombre..."

 

Las Escrituras también hablan de la pupila del ojo:

 

Él lo halló en una región desértica, en un baldío aullante y vacío. Lo rodeó, lo vigiló, lo guardó como a la niña de sus ojos. Devarim 32:10

 

Cuídame como a la niña de tus ojos... Mizmor 17:8

 

Guarda mis mandamientos y vivirás, mi enseñanza como la niña de tus ojos. Mishlei 7:2

 

Porque así dijo Yahweh de los Ejércitos... "El que los toca a ustedes, toca la niña de mis ojos". ZejarYah 2:8

 

La "niña de los ojos" es una expresión que describe la pupila del ojo. En hebreo, la palabra es ISHÓN (H380), derivada de ISH (hombre), y significa "hombre pequeño". La pupila del ojo es, por lo tanto, el "hombre pequeño" que habita en el centro del recinto (casa) de Elohim. Originalmente, ese "hombre pequeño" era el Adam original, COMPLETO, antes de su caída. De una manera incomprensible para nosotros, hay un "recinto" y hay una "pupila" Y AMBOS SON UNO. Y algo en la pupila dio errado, y el ojo tuvo que ser arrancado. Una parte del ojo empezó a funcionar mal, y fue arrancada. Llamamos a esta parte "el principio femenino" simplemente porque en el cuadro de Bereshit 2 la mujer es separada del hombre y es la causa de su caída. Ella es la engañada por la serpiente (el espíritu de codicia y orgullo) y hace caer a su otra mitad también. En los pasukim que leímos, la "niña" o pupila de los ojos de Yahweh es el hombre que lo busca, también Yisrael. Se utiliza como la parte que más cuidado debe recibir, y esta es la centralidad en la tarea de restauración de todas las cosas que Elohim está realizando. Está recuperando su ojo perdido.

 

 

Cuando los textos hablan del "Ojo de Ra que está en su Atón", uno reconoce que el Ojo es el Atón, porque los egipcios trataban el signo del Ojo y el signo de Atón como símbolos intercambiables. Así como el Atón constituía el recinto protector, también lo hizo el Ojo:

 

"Oh Osiris Nu, el Ojo de Horus te protege, te mantiene a salvo..."

"...Él es Horus rodeado con la protección de su Ojo..."

"Mi refugio es mi Ojo, mi protección es mi Ojo..."

"Yo soy el morador del Ojo; no me suceden cosas malas o calamitosas".

 

Tales referencias seguramente indican que el Ojo no es el sol o el dios del sol, sino la diosa, en cuyo útero protector habita el dios del sol. De hecho, aunque el ritual egipcio presenta a la diosa con muchos nombres, todas las figuras principales de la diosa reciben el apelativo de "Ojo de Ra". Esto incluye, entre otras, a Isis, Hathor, Nut, Sekhet, Iusaaset, Mehurt, Bast, Tefnut y, por supuesto, a la diosa Udjat ("Ojo").

 

Sólo la identidad directa del Ojo y el útero cósmico explicará su contexto en el ritual:

 

"El niño que está en el ojo de Horus, te ha sido presentado..."

"Yo soy aquel cuyo ser ha sido moldeado en su ojo".

"...(Horus) cría y nutre a las multitudes a través de ese Ojo Único, Señora de la Compañía Divina y Señora del Universo (Todo, Cosmos)".

 

Las mismas diosas que los textos describen como el Ojo del sol primigenio también se denominan "casa", como era de esperar. En cuanto a la identidad del Ojo y el templo, las fuentes egipcias no dejan lugar para el debate (aunque no conozco a ningún egiptólogo que observe la conexión). El templo de Karnak es "el ojo sano del Señor de Todo", un paralelo sorprendente con el templo sumerio como la "Casa, ojo de la tierra".

 

Ra se remonta a la época remota cuando "yo estaba en el templo de mi ojo", mientras que el Libro de los Muertos habla del hijo de Osiris que reside "dentro del templo de sus 32 años. El ojo del dios en reposo, Ojo en Annu". En otro lugar se encuentra el sol primigenio saliendo "en el santuario de mi ojo".

 

En la obra de misterio egipcia, se le ordena al rey: "Toma tu ojo, con todo tu rostro", y la orden se lleva a cabo colocando la corona sobre el rey, porque la corona, como "el símbolo y la sede del poder real... se llama el ojo de Horus".

 

Los Textos de las Pirámides dicen:

 

"Horus te ha dado su ojo para que puedas tomar posesión de la Corona de Urert".

"Oh rey, levántate, pon el ojo de Horus... para que salgas por él, y los dioses te vean vestido con él".

 

En cuanto a la identidad del Ojo y la corona, no se pueden pedir declaraciones más explícitas que estas:

 

"Llevo la corona blanca, el ojo de Horus".

"Oh rey Osiris, yo aseguro el ojo de Horus en tu cabeza, una diadema".

"Te doy la corona del Alto Egipto, el ojo que subió de tu cabeza". (El círculo de gloria surgió del sol central).

 

Si el dios usa el Ojo como una corona, también toma el Ojo como un trono, y esta relación del Ojo y el trono ayuda a explicar el jeroglífico de Osiris, en el que los dos símbolos aparecen juntos. Pero para las escuelas convencionales, la combinación tiene poco sentido. Sin embargo, para cualquiera que esté al tanto de las imágenes interrelacionadas de Atón, el jeroglífico de Osiris no representará ningún misterio. El trono es el símbolo de Isis (es decir, Isis es el trono), pero la misma diosa aparece como "el ojo", de modo que Osiris se sienta en el trono dentro del círculo del Ojo.

 

Aunque la influencia del Ojo se sintió mucho más allá de Egipto, son las imágenes egipcias integradas las que arrojan luz sobre los desarrollos posteriores del símbolo. Si bien los textos a veces hablan de "dos ojos", fundamentalmente solo hay un Ojo del gran dios.

 

"Soy Ra que lloró por sí mismo en su único ojo", dicen los Textos del Sepulcro. El ojo único de Ra u Horus tiene un paralelo con el "ojo que ve con claridad" del sumerio Enki, el ojo único del nórdico Odín, el iraní Ahura Mazda, y el mexicano Tlaloc, el "ojo eterno de todos" y el "un ojo del cielo" perteneciente al japonés Ama no Ma-hitotsu.

 

El Ojo Egipcio de Horus, en el Libro de los Muertos, es el que "brilla con esplendor en la frente de Ra". Se puede entender fácilmente cómo las generaciones posteriores, poseyendo solo concepciones en lugar de percepciones para guiarlas, dieron al gran dios una forma cada vez más humana, traduciendo el Ojo central en el legendario "tercer ojo", que en las representaciones hindúes aparece como poco más que un elemento decorativo. El ojo único del cíclope pertenece a la misma clase de imágenes. Si el ojo no está centrado en la frente, puede estar ubicado en el pecho, como en el caso del demonio hindú Kabandha, muerto por Rama, y el hombre sin cabeza encontrado por Fionn, Oisin y Caoilte en el mito celta.

 

 

 

 

El Cosmos Y La Asamblea Divina

 

El signo del sol encerrado representa un círculo de luces secundarias que giran alrededor del dios estacionario y forman el cosmos de Saturno. Las tradiciones místicas del Gran Padre presentan una aparente paradoja: él es el dios Uno, el dios solitario en el mar cósmico; sin embargo, es el Todo, abrazando a una compañía de dioses menores.

 

Esto no es una contradicción. En la primera fase de la creación, el dios produjo un círculo de luces secundarias: estas surgieron directamente del dios para convertirse en sus miembros visibles. Es el carácter fundamental del dios Uno, el Hombre del Cielo, unir en un solo "cuerpo" todos los poderes secundarios del Cosmos.

 

En los sistemas pitagóricos, neoplatónicos y gnósticos la figura primordial es "el Uno, el Todo", cuyo símbolo es el sol encerrado. El misticismo hindú ofrece este último signo como imagen de la unidad primordial, y los alquimistas repiten la misma interpretación.

 

Hoy en día, uno piensa naturalmente en "el Todo" como un espacio ilimitado. Los términos que los traductores traducen como Cosmos, cielo, firmamento, o universo sugieren a la mente moderna un campo ilimitado del sol, la luna, los planetas y las constelaciones. Pero el significado original del Todo es ESPACIO LIMITADO, un lugar ("el lugar" por excelencia). El Cosmos simplemente significa LA REGIÓN DEL DIOS UNO, quien, como Señor del Todo, gobierna y es el "todo y sus partes".

 

Habiendo pasado por alto este sentido restringido de la terminología en su ignorancia nunca aceptada, los traductores reemplazan los significados concretos con ambigüedades (bajo la apariencia de una metafísica que suena moderna). La morada una vez visible del sol central se convierte así, en las traducciones, en "toda la existencia". Casi sin excepción, los traductores no advierten dos puntos esenciales: 1) que el creador fue Saturno, recordado como el sol central; y 2) que el signo del sol central y el signo del Todo eran la misma imagen. El verdadero Cosmos era el recinto de Saturno. Y nada más es necesario para que uno pueda entender la antigua caracterización de Saturno como el Hombre del Cielo cuyo "cuerpo" abarcaba el Cosmos. Cuando Hildegard Lewy informa que los sacerdotes sumerio-babilónicos de Saturno consideraban al dios planeta como "la encarnación de todo el universo", la mente moderna se aturde: ¿podrían los antiguos haber sido tan frívolos como para identificar a Saturno, ese lejano punto actual que apenas podemos ver en nuestro cielo, con "TODO EL UNIVERSO"? La respuesta es que Saturno no era una mera mota de luz, sino un globo gigantesco en el centro polar; y el "universo" no significaba los cielos abiertos sino la morada de Saturno. Los textos de Zoroastro describen el Cosmos original como el cuerpo de Zurvan (Tiempo, Saturno), una rueda giratoria llamada Spihr, que permaneció siempre en la misma posición. La caída de la rueda estacionaria coincidió con el colapso de la era primordial.

 

La imagen sugiere, no un "espacio" ilimitado, sino la configuración tangible del sol encerrado. Y todas las civilizaciones antiguas vieron lo mismo... QUE NO ES LO QUE VEMOS HOY, y por eso se ha producido un terrible "cortocircuito" en la comprensión e interpretación de las cosas. La soberbia ignorancia humana, siempre pretendiendo elevarse sobre sí misma y negándose a admitir que no lo sabe todo, insiste en dar "explicaciones" para lo que no comprende... trayendo confusión e por supuesto, separación de lo que el hombre debería estar, en verdad, entendiendo, y que vamos a analizar en breve, así que terminemos de poner todas las piezas sobre la mesa.

 

 

Ya sea que se llame Atum, Ra, Osiris, Horus, Jepri o Ptah, el gran dios egipcio se sienta en el trono dentro de un círculo de deidades secundarias, satélites del sol central. Los dioses son los Gloriosos, los que nunca descansan o los vivos; el Círculo de Fuego, los Jefes Divinos, los Antepasados Santos o los Giratorios; los Seguidores de Horus, los Seguidores de Ra o los Seguidores de Osiris. Si bien la asamblea divina poseía muchos nombres, su carácter singular se destaca en los textos de todas las regiones. Lo que tenemos es que, aparentemente, en el momento original, los planetas giraban alrededor de Saturno. Con la explosión del mismo, los planetas fueron "expulsados" y pasaron a girar alrededor de la tierra. Esta sería una confirmación más en contra del sistema heliocéntrico (elaboración humana muy posterior), ya que, de acuerdo a lo que estamos estudiando, esta explosión habría sido causada por la primera caída del Adam-celestial (no del Adam-hombre de la re-creación), y podría estar reflejado en la caída de "una tercera parte de las estrellas". Nuestro sistema solar tiene cinco llamados "planetas" (dos de los cuales, precisamente Saturno y también Júpiter, son en verdad "gigantes gaseosos", más dentro de una categoría de "estrella" que de "planeta", según los conceptos astronómicos, ya que sólo son considerados planetas por su movimiento), y dos luminarias. En astronomía antigua, estos son llamados "los siete planetas", que significa "las siete estrellas errantes", nuevamente, no por su "constitución", sino por su movimiento alrededor de la tierra. ¿Se refería a ellos Janój?

 

Luego me fue mostrado un profundo abismo entre columnas de fuego celeste, y vi en él columnas de fuego que descendían al fondo y cuya altura y profundidad eran inconmensurables; y más allá de este abismo vi un sitio sobre el cual no se extendía el firmamento, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra; sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que era un lugar desierto y terrible.

Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían, y cuando pregunté sobre esto, el ángel me dijo: "Este sitio es el final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la prisión de las estrellas y de los poderes del cielo. Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que han transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo de su ascenso, porque no han llegado a su debido tiempo; y Él se irritó contra ellas y las ha encadenado hasta el tiempo de la consumación de su culpa para siempre, en el año del misterio".

Sefer Janój 18:11-16

 

Si se hubiera dado una explosión tal como la que sugerimos, las consecuencias no se habrían detenido en poco tiempo. Sea que esta explosión fue ANTES de la re-creación de Bereshit (es decir, la que dejó a la tierra "desolada y vacía"), o que sea la del diluvio de Nóaj, esto provocaría un "efecto dominó" de grandes catástrofes recurrentes, como ya estudiamos acerca de las idas y venidas del "cometa Venus". Personalmente, creo que la explosión de Saturno fue ANTES de Bereshit, y que "la luz de los siete días" era un recuerdo narrado por generaciones de lo sucedido antes, y que cuando hubo la aproximación de los "cometas de Kimáh" la luz fue tan vívida que la gente pensó que el mismo evento se estaba repitiendo. Con todo, sabemos que ese diluvio no fue tan grave al punto de requerir una re-creación. Y si me preguntan de dónde llegaron estas leyendas a los hombres, hoy ya no voy a lanzar toda la culpa sobre los Vigilantes, aunque sí los considero cómplices. Creo que el mayor culpable es el propio espíritu del Adam primigenio, el que se convirtió en haSatán y fue "lanzado por tierra", esa tierra que codició. Creo que este espíritu es el que se infiltró en el Adam-hombre formado del polvo de la tierra (tierra que también fue contaminada por él y por su caída) y es el que "inspiró" a todo el linaje de Qayin, como ya hemos estudiado antes en la serie de Bereshit. También creo que éste es el espíritu que mostró a Qayin cómo tentar a los vigilantes con las mujeres.

 

En Yahjezquel leemos:

 

"Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro que así ha dicho Adonay Yahweh: Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser un hombre y no Elohim, dijiste: "Yo soy una deidad, y estoy sentado en la sede de las deidades, en el corazón de los mares"; porque igualaste tu corazón al corazón de Elohim..." Yahjezquel 28:2

 

Ya sabemos que esto se refiere al propio Adam en su caída inicial, pero también mencionamos que un poco más adelante se refiere al "rey de Tiro", y hablamos de caballo y caballero. En verdad, este es el principio espiritual que reina en la Bavel satánica, y que permea a los hombres que se doblegan ante haSatán. No pensemos en haSatán como una entidad separada de la humanidad, sino como el mayor exponente de la misma, aunque caído, y estaremos más cerca de la verdad de por qué esta entidad ha tratado, por todos los medios, de RETOMAR SU PODERÍO PERDIDO, UNA Y OTRA VEZ.

 

Cuando vemos todos estos conceptos repetidos en todas las civilizaciones antiguas, lo que vemos es una repetición del concepto ancestral "perfecto", que se ha transmitido como la historia de la Atlántida. Esta es "mitológicamente hablando", la isla de la perfección, gobernada por un rey y sus hijos "con toda justicia"... hasta que explotó y se hundió. ¿Suena similar? Ahora, veamos cómo siguen las leyendas: hubo hombres en todas partes que se salvaron de esa conflagración y terminaron repoblando el mundo, levantando nuevas civilizaciones que trataron de imitar aquella primera, de muchas formas diferentes. Lo que yo veo es a una entidad caída y su descendencia satánica (todos los que lo siguen, y comenzó con el linaje de Qayin), CONTANDO SU VERSIÓN DE LAS COSAS. Un dios que es asesinado, "robado" a la humanidad por un "demonio malvado" (¿el demiurgo Yahweh?), historias similares son las que asocian ese dios con una Edad de Oro... A LOS OJOS DE LOS HOMBRES. Es cierto que existió esa edad dorada, pero fue ANTES DEL ADAM-ELOHIM CODICIAR PARA SU PROPIA GLORIA LO QUE SÓLO DEBÍA ADMINISTRAR PARA LA GLORIA DEL CREADOR. Aún hoy, este engañador adultera la verdad y la mayoría de las personas del mundo, que tienen su misma esencia en su interior, lo vienen siguiendo y creen que en verdad este hombre primigenio es el "dios de la era dorada", el que prometió regresar y traer la paz y la prosperidad al mundo. En verdad, hablamos del "Destructor de Mundos".

 

 

Probablemente el círculo de Saturno fuera el "Concilio de Yahweh", el cual tiene doce ancianos alrededor de Su Trono. Este sería el concilio que fue "quebrantado" y al cual se apunta a que formen parte, de alguna manera, los creyentes, cuando Yahshua asegura que juzgaremos a los malajim (probablemente los que estaban "representados" por los planetas expulsados).

 

El lenguaje y el simbolismo de la asamblea celestial revelan una idea subyacente que conecta las tradiciones separadas. Los dioses secundarios no son simplemente "compañeros" o "asistentes" mal definidos (como muchos egiptólogos parecen asumir); más bien, poseen una forma concreta como el recinto de la vida, el recinto mismo que los sacerdotes celebran como la isla de los comienzos, el vínculo giratorio o el huevo cósmico (todas figuras del Cosmos). El Cosmos, en otras palabras, no tiene nada que ver con "toda la existencia", un abstracto sin mayor sentido. El concepto se relaciona con un dominio organizado ("el todo y sus partes") formado por el Creador. Estas son representaciones de la Asamblea divina de los cielos, algo que los estudiosos no han sabido ver.

 

La banda de Saturno es, por lo tanto, el camino recorrido por los dioses secundarios. Los dioses giran alrededor de la orilla, o alrededor del lazo, o alrededor del huevo. "Cada dios que está en el límite de su recinto está en el camino...", dice un Texto de los Sarcófagos.

 

Pero el simbolismo del Cosmos y la asamblea divina va mucho más allá de Egipto. ¿No se sientan todos los dioses supremos entronizados dentro del círculo de divinidades secundarias? Ninurta, Cronos, El, Yama, Huang-ti y todas las demás figuras de Saturno tienen sus "hijos", "consejeros", "espías", "seguidores", "asistentes" o "guerreros" sentados a su alrededor. El signo mesopotámico es una imagen evidente de la asamblea celestial. Es este Cosmos, no el espacio ilimitado, lo que abarca el "cuerpo" de Saturno. Lo que los místicos conocían como "el universo" organizado dentro del "vínculo" o "cordón" de Saturno (markasu babilónico) adquiere significado sólo como la banda visible de Saturno, o círculo de los dioses.

 

Difícilmente se puede dudar que la asamblea en el cielo sirvió como prototipo de todas las asambleas sagradas en la tierra: así como el rey representaba al Monarca Universal, sus consejeros o asistentes respondían al círculo de divinidades secundarias alrededor del sol central. Entre los griegos, señala Onianos, "un círculo parece haber sido la forma ritualmente deseable para una reunión". No podemos olvidarnos de la Tabla Redonda del rey Arturo y nos basta ver en la actualidad la forma semicircular de todas las asambleas mundiales. 

 

Existen muchas más simbologías, pero no voy a tratarlas a todas. No sólo hablamos de islas giratorias, también de carros de una única rueda, símbolos de la rueda celeste, el ombligo del mundo (onfalos), el mar cósmico primigenio (el cosmos alrededor de Saturno), el infinito, la serpiente que muerde su cola (Ouróboros), el huevo primigenio, la corona, el orbe, el falo (obelisco), etc., todos salidos del mismo punto inicial central: un Saturno fijo, y toda una serie de distorsiones posteriores de los conceptos primigenios.

 

Vamos a estudiar algunos más de estos símbolos, no todos (por falta de tiempo, espacio e interés en nuestro punto central), sólo porque arrojarán más luz en cuanto a muchos conceptos que nos resultan tan conocidos que nos rodean, los vemos todos los días, y no les prestamos mayor atención.

 




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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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