El Mandato De Dominio De Yahudá
Reubén fue el hijo primogénito de Yaakov, pero "contaminó la cama de su padre"
(Dibrey ha Yamim Alef 5:1). Por eso no pudo recibir la primogenitura, tanto el
mandato de dominio como la bendición del hijo. En cambio, la filiación fue
entregada a su hermano Yósef y el mandato de dominio fue otorgado a su hermano
Yahudá.
Yahudá fue el cuarto hijo de Yaakov. Él no recibió la
primogenitura en sí misma, pero Yaakov le dio la parte del mandato de dominio.
La manera en que Yaakov dividió el mandato de dominio del
mandato de multiplicación se explica en el libro de Bereshit. En Bereshit 37:3,
encontramos el primer indicio de que la primogenitura fue dada a Yósef, cuando
Yaakov le dio la señal del titular de la primogenitura: una túnica especial de
colores.
Ahora bien, Yisrael amaba a Yósef más que a todos sus hijos,
porque era el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.
La transferencia real de la primogenitura, sin embargo, más
tarde fue entregada a los hijos de Yósef, especialmente a Efrayim, cuyo nombre
significa "fecundidad". A Yahudá, en cambio, le dieron el "cetro".
También se le compara con un león, que se convirtió en el símbolo nacional de
Yahudá en sus banderas. Por lo tanto, también leemos de Mashiaj en Hitgalut 5:5
representado como "el León de la
tribu de Yahudá". También vemos que el león se agacharía o se
acostaría. Esto ilustra proféticamente la muerte de Yahshua ha Mashiaj. El
único "que se atreve a despertarlo "es el Ruaj que resucitó a Yahshua
de entre los muertos (Romaniyim 8:11).
La separación del mandato de dominio del mandato de
fecundidad sembró las semillas de la brecha que vendría sobre la nación de
Yisrael después de la muerte de Shlomó. Es posible que Shlomó haya sido el
hombre más sabio que haya existido, pero no fue lo suficientemente maduro en su
carácter como para usar su sabiduría sabiamente. Por esta razón se corrompió
mucho, y con esto vino la absoluta insensatez.
Después de la muerte de Shlomó, la gente se acercó a su hijo
Roboam y le pidió que redujera la carga fiscal sobre la gente. Roboam preguntó
a sus asesores. Los sabios le aconsejaron reducir la carga tributaria; los
jóvenes asesores, sin embargo, le aconsejaron aumentar los impuestos y no
permitir que la gente dictara sus políticas. Esto causó una brecha en el Reino,
donde diez tribus se rebelaron contra Roboam y establecieron su propia nación
con su propio rey, un efraimita llamado Yarovam.
... y cuando estaban los dos solos en el campo, AjiYah cogió el manto nuevo que llevaba puesto y lo desgarró en doce pedazos. Y le dijo a Yarovam: "Toma diez pedazos para ti, porque así ha dicho Yahweh el Elohim de Yisrael: "Voy a arrebatarle el reino de las manos a Shlomó, y a ti te daré diez tribus... Sin embargo, no le quitaré TODO EL REINO, sino que lo mantendré como gobernante mientras viva, por amor a mi siervo David, al que yo elegí, y el que guardó mis mandamientos y mis leyes. Pero QUITARÉ EL REINO de las manos de su hijo y a ti te daré las diez tribus... Melajim Alef 11:30-31,34-35
Tomemos nota especialmente de que fue "El Reino"
lo que Elohim quitó del rey de Yahudá. Esto constituyó una separación del Rey
del Reino. Esta fue la gran brecha en la tierra. Debido a que las diez tribus
incluían a las tribus de Yósef (Efrayim y Menasheh), que eran los custodios del
nombre YISRAEL, las diez tribus del norte eran las que legalmente tenían
permiso para usar este nombre de nacimiento. Por lo tanto, fueron llamados "La
Casa de Yisrael", mientras que las dos tribus del sur (Yahudá y Binyamín)
sólo podían llamarse "La Casa de Yahudá".
Esto es muy importante. A partir de este momento, los
profetas hablan de estas naciones distintas por sus nombres oficiales. Cuando
hablan de las tribus del norte, se refieren a ellas como "La Casa de
Yisrael". Cuando hablan de las dos tribus del sur, se refieren a ellas
como "La Casa de Yahudá". Los profetas nunca confunden a los dos
cuando profetizan los destinos separados de estas dos naciones.
Históricamente hablando, las otras naciones extranjeras
también consideraron a Yisrael y Yahudá como naciones distintas y también se
refirieron a ellos con diferentes nombres. La mayoría de las naciones conocían
la Casa del norte de Yisrael, NO por el nombre de Yisrael, sino por el nombre
del constructor de Samaria, el Rey Omri. En aquellos días, el nombre de este
rey en realidad se pronunciaba "Gomer" o "Ghomri". Los
asirios, que más tarde deportaron a Yisrael, los llamaron oficialmente Bet-Ghomri,
o Bet-Khumri, "la casa de Omri". Este es el nombre que aparece en el
Obelisco Negro de Salmanezer, el rey asirio que conquistó Samaria (Melajim Bet
18:9). Estos Kumri o Gumri más tarde emigraron a los bosques en gran parte
deshabitados de Europa, donde fueron conocidos como los celtas, los sajones, y
también por otros nombres. Formaban el grueso de la población europea.
Yisrael entró en un cautiverio asirio y nunca regresó a la
antigua tierra; Yahudá debía ir a un cautiverio babilónico por sólo 70 años y
luego regresar para que el Mashíaj pudiera nacer en el lugar designado en Bet-Léjem
de Judea (MijaYah 5:2).
El destino de la casa de Yisrael era cumplir la
primogenitura. El destino de la Casa del sur de Yahudá era dar a luz al
Rey-Mashíaj. En la primera venida de Mashiaj, vino de la tribu de Yahudá,
nacida en Bet-Léjem, la ciudad de David, para cumplir el llamado de Yahudá
trayendo al Mashíaj. Pero en su segunda venida, Él debe venir de una manera
diferente para cumplir con la primogenitura de la Casa de Yisrael y traer a
muchos hijos a la gloria.
Las Dos Higueras
De Yahudá
La tribu de Yahudá consistía en dos tipos de Yahudá: buenos
y malos. El lado bueno de Yahudá debía recibir el mandato de dominio, mientras
que el lado malo debía ser rechazado por Elohim. Esta imagen emerge
completamente en las profecías de YirmeYah. El retrato principal de estos dos "árboles"
se encuentra en YirmeYah 24, que habla de la nación de Yahudá como dos canastas
de higos. Una canasta contenía muy buenos higos; la otra contenía higos muy
podridos que no se podían comer. YirmeYah nos habla de esto en los primeros
pasukim del capítulo 24:
Yahweh me mostró dos canastas de higos, puestas en frente del Templo de Yahweh. Esto fue después que Nabucodonosor el rey de Bavel exilió al rey Jeconías hijo de Yahoaqim, rey de Yahudah, y a los oficiales de Yahudah, y a los artesanos y a los herreros, de Yahrushalayim a Bavel. Una de las canastas contenía higos muy buenos, como higos de primera (cosecha); y la otra canasta contenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer. Y Yahweh me dijo: "¿Qué ves, YirmeYah?". Yo le respondí: "Higos –los buenos son muy buenos, y los malos son muy malos, tan malos que no se pueden comer". YirmeYah 24:1-3
Elohim le dio al profeta la explicación de esta revelación. La
canasta de higos buenos eran aquellos hombres de Yahudá que se sometieron al
juicio de Elohim y que fueron a Bavel en cautiverio. Elohim dijo que los
traería de regreso a la tierra y que les daría "corazón para que me conozcan" (24:7).
La canasta de higos malos, sin embargo, representaba a los
hombres de Yahudá que se negaron a someterse al rey de Bavel, es decir, se
negaron a someterse al juicio de Elohim. Elohim dijo de estos higos:
Y como con los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer, –dice Yahweh– así trataré a Tsidqiyahu rey de Yahudah, a sus oficiales, al remanente de Yahrushalayim que ha sido dejado en esta tierra y a los que viven en la tierra de Mitsráyim: Los haré un objeto de horror –un mal– para todos los reinos de la tierra, una desgracia y un refrán, una mala palabra y una maldición en todos los lugares a donde los desterré. Y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia, hasta que sean exterminados del suelo que les di a ellos y a sus padres. YirmeYah 24:8-10
¡Qué contraste! La higuera era, por supuesto, el símbolo de
la nación de Yahudá. Pero es evidente que las dos canastas de higos vinieron de
dos higueras diferentes. Yahshua claramente vio los dos tipos de yahuditas en
Su día, porque Él dijo:
Así también, todo árbol sano da buenos frutos, pero el árbol podrido da malos frutos. El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos. Todo árbol que no da buen fruto lo cortan y lo echan en el fuego. Así que, por sus frutos los conocerán. MattiYah 7:17-20
El buen árbol dio buenos frutos; el árbol malo dio frutos
malos. Ambos son de Yahudá, pero había una clara división entre las personas
representadas por estos árboles. Mashíaj descartó de plano la posibilidad de
que un árbol pudiera dar frutos buenos y malos al mismo tiempo, dijo que si
había malos y buenos frutos, provenían de dos árboles diferentes. Tengamos esto
muy en cuenta.
Los buenos higos fueron aquellos que lo aceptaron como el
Mashíaj; los malos higos lo rechazaron. YirmeYah dijo que los buenos higos se
sometieron al juicio de Elohim contra la nación al ir voluntariamente a Bavel
durante 70 años. Los higos malos no estaban de acuerdo con el juicio de Elohim
por su pecado y decidieron luchar contra el ejército del rey Nabucodonosor. Esto
se desprende de una simple lectura de YirmeYah 24-30.
Juicio Divino Por
La Desobediencia
La ley divina dice en Devarim 17:9-12 que la gente debía
obedecer el veredicto de los sacerdotes cuando debían juzgar a la gente según
la ley de Elohim. El pasuk 12 dice:
Si un hombre actúa presuntuosamente y desatiende al sacerdote encargado de servir allí a Yahweh tu Elohim, o al magistrado, ese hombre debe morir. Así eliminarás el mal de Yisrael.
YirmeYah fue uno de los sacerdotes de Anatot (YirmeYah 1:1).
Elohim lo usó para pronunciar juicio sobre la nación de Yahudá, con estas
palabras:
Miren, ustedes están confiando en ilusiones que no aprovechan. Después de robar, de matar, de cometer adulterio, de dar falso testimonio, de ofrecer incienso a Baal y de ir tras otros elohim que no experimentaron, entonces vienen para estar delante de mí en esta Casa que lleva mi nombre, y para decir: "¡Estamos a salvo para seguir haciendo todas esas abominaciones!". ¿Acaso consideran que esta Casa, que lleva mi nombre, es una cueva de ladrones? En cuanto a mí, yo he estado observando –declara Yahweh. Vayan a mi lugar en Shiloh, donde había establecido mi nombre anteriormente, y vean lo que le hice a causa de la maldad de mi pueblo Yisrael. Y ahora, por cuanto ustedes han hecho todas estas cosas –declara Yahweh– y a pesar de que les hablé persistentemente, no quisieron escuchar; y aunque los llamé, no quisieron responder –por eso le haré a esta Casa que lleva mi nombre, en la cual confían ustedes, a este lugar que les di a ustedes y a sus padres, lo mismo que le hice a Shiloh. Y los arrojaré de mi presencia como arrojé a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efrayim. YirmeYah 7:8-15
En esta sentencia legítima contra Yahudá, Elohim dice que
debía echar a Yahudá y Yahrushalayim de su vista, así como lo hizo con Shiloh y
Efrayim. Shiloh fue el lugar donde Elohim puso Su nombre al principio, después
de que Yahoshúa conquistó Kenaán (Yahoshúa 18:1; Mizmor 78:60). Debido a los
hijos de Elí, Elohim quitó Su presencia (arca) de Shiloh y la colocó en Yahrushalayim.
Elohim nunca regresó a Shiloh, sino que abandonó
permanentemente ese lugar y, finalmente, echó a Efrayim de Su vista al
cautiverio asirio. Aun así, Elohim dijo que estaba a punto de hacer lo mismo
con Yahudá y Yahrushalayim, porque eran tan corruptos como el sacerdocio de Elí
y la gente de Efrayim. Hubo algunos judíos que tenían el suficiente sentido
para someterse al juicio de Elohim, pero la mayoría no. Eligieron luchar contra
él, y por eso Elohim pronunció la pena de muerte sobre la higuera mala de
acuerdo con Devarim 17:12.
Para entender mejor el juicio que Elohim estaba pronunciando
sobre Yahudá y Yahrushalayim, primero debemos hacer una pausa para estudiar la
ley divina de la tribulación. Esto nos dará una mejor comprensión del
"yugo" de cautiverio que Elohim trajo sobre Yahudá. También debemos
rastrear la historia de dónde Elohim ha colocado Su nombre, a la luz de la
referencia a Shiloh citada en el pasaje anterior.
Las Leyes De La
Tribulación 01
Devarim 28 muestra las bendiciones de la obediencia y las
maldiciones de la ley por la desobediencia a Elohim. Cuando una nación descarta
las leyes de Yahweh y las sustituye por las leyes imperfectas del hombre, el
pecado y la injusticia comienzan a aumentar en la tierra hasta que la nación
finalmente se desintegra desde dentro o es destruida por los ejércitos
invasores. Comenzaremos nuestro estudio con Devarim 28, porque este es el
juicio final y máximo en la ley de tribulación.
Porque no quisiste servir a Yahweh tu Elohim con gozo y alegría por la abundancia de todo, tendrás que servir –con hambre y sed, desnudo y careciendo de todo– a los enemigos que Yahweh soltará contra ti. Él pondrá un yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya eliminado. Devarim 28:47-48
1. El Yugo De Hierro
Un yugo es lo que los granjeros solían colocar en el cuello
del buey para arar un campo. Un buey es el sirviente del hombre. Así que un
yugo sobre un hombre significa su llegada a la servidumbre. Mientras que el
yugo de Yahshua es ligero (MattiYah 11:30), el yugo del hombre es pesado,
porque el gobierno del hombre siempre es opresivo de alguna manera.
En los siguientes pasukim (Devarim 28:49-57), Elohim nos da
su definición de un yugo de hierro. Es la forma más severa de servidumbre. Significa
ser sometido a un amo injusto y tiránico que no sigue las leyes de Elohim, sino
que las hace suyas y las aplica con rigor. Cuando Elohim pone un yugo de hierro
en el cuello de la nación, trae una nación extranjera para asediarlos hasta que
destruyan toda la infraestructura de la nación.
Yahweh los esparcirá entre todos los pueblos desde un extremo de la tierra hasta el otro, y allá les servirán a otras deidades, de madera y de piedra, las que ni ustedes ni sus ancestros han experimentado. Devarim 28:64
De las Escrituras se desprende claramente que cuando Yisrael
o Yahudá continúan pecando y se niegan a arrepentirse, Elohim promete destruir
a la nación y dispersar a la gente. Yahweh no se abstiene de juzgar sólo porque
Yisrael es "elegido". De hecho, Elohim requiere más de las personas "elegidas",
porque "a todos los que se les ha
dado mucho se les exigirá mucho; y al que se le ha encomendado mucho, se le
pedirá más" (Luka 12:48).
El yugo de hierro es la disciplina del último recurso. Significa
la destrucción de la nación y sus ciudades. Significa que muchas de las
personas son muertas sin piedad. También involucra la deportación de los
ciudadanos sobrevivientes a otros países, ya sea para venderlos como esclavos
individuales o para ser reasentados como grupo para estar sujetos a los
gobernantes extranjeros y las leyes hechas por el hombre. Cualquier nación que
experimente tal devastación sin duda sabrá que está en gran tribulación, y que
el yugo de hierro les ha llegado porque rechazaron el yugo de madera.
Cuando Asiria destruyó a Yisrael y deportó a los ciudadanos
restantes al área alrededor del Mar Caspio (Melajim Bet 17:6, 18-23), fue
porque Elohim había impuesto el yugo de hierro sobre Yisrael. Un siglo más
tarde, cuando Bavel destruyó Yahrushalayim y deportó a la nación de Yahudá para
un cautiverio de 70 años, el yugo de hierro fue puesto sobre Yahudá. Este yugo
de hierro se impuso a Yahudá por segunda vez en el año 70 EC, cuando los
romanos destruyeron Yahrushalayim y dispersaron a los judíos restantes,
vendiendo cientos de miles a la esclavitud.
Estos son ejemplos breves del yugo de hierro que Elohim ha
empleado en el pasado. Pero como dijimos anteriormente, esta es la disciplina
del último recurso. Hay un juicio más suave que Elohim ha puesto sobre su pueblo
en el pasado. Es lo que YirmeYah llama el yugo de madera.
2. El Yugo De Madera
En el caso de la parábola de Yahshua en MattiYah 21, los
viticultores robaron los frutos de la viña. Cuando comparamos esto con YeshaYah
5, se hace evidente que Elohim plantó una viña (el Reino) en la tierra de
Kenaán durante los días de Yahoshúa. En algún momento, Elohim esperaba recibir
el fruto de su trabajo, pero la gente se negó a rendirle los frutos. En otras palabras,
"robaron la fruta" y asumieron el control sobre el viñedo en rebelión
contra su verdadero Propietario. Esto, más que una parábola, fue un hecho.
El libro de Shoftim nos dice cómo Elohim manejó este robo:
Y los yisraelitas hicieron lo que era ofensivo a Yahweh. Adoraron
a los baalim y olvidaron a Yahweh, el Elohim de sus padres, quien los había
sacado de la tierra de Mitsráyim. Siguieron a otras deidades, de entre las
deidades de los pueblos a su alrededor, y se postraron ante ellas; provocaron a
Yahweh. Olvidaron a Yahweh y adoraron a Baal y a las Ashtarot. Entonces Yahweh
se enojó con Yisrael, y los entregó a saqueadores que los saquearon. Los
entregó a sus enemigos por todos lados, y no pudieron mantenerse delante de sus
enemigos. Shoftim 2:11-14
Nuevamente corrigiendo malas traducciones, donde dice
ENTREGÓ, en los originales es literalmente VENDIÓ. Así que dice que Elohim los
VENDIÓ en manos de sus enemigos. En otras palabras, FUERON VENDIDOS POR SU
ROBO, de acuerdo con la ley en Shemot 22:3.
¿Cuál es el propósito de vender a Yisrael? Es una subasta
legal, por así decirlo. Imaginemos a Yisrael como un ladrón que es llevado a la
Corte Divina, donde Elohim es el Juez. Yisrael ha sido capturado "in
fraganti", y es condenado por el pecado. Pero como Yisrael no tiene los
recursos para pagarle a Elohim los frutos del reino, que es lo que robó al no
producirlos, y ciertamente menos puede pagar el doble, Yisrael fue
"vendido" a otra nación.
Todas las veces, estas cautividades ocurrieron dentro de las
fronteras de Yisrael. Es decir, las naciones vinieron a Yisrael y las pusieron
en servidumbre, haciéndoles rendir homenaje. Aun así, a los yisraelitas se les
permitió permanecer en la tierra que Elohim les había dado.
En cada caso, el libro de Shoftim nos dice que Elohim puso a
Yisrael en servidumbre para juzgarlos por su pecado. Si Yisrael no se hubiera
alejado de la ley, Yahweh no habría permitido que las naciones extranjeras los
pusieran en servidumbre. Sobre el primer cautiverio, Shoftim 3:5-8 dice:
Los yisraelitas se establecieron entre los kenaanitas, los jetitas, los emoritas, los perezitas, los jivitas y los yevusitas; tomaron a sus hijas por esposas y dieron a sus hijas a los hijos de ellos, y adoraron a sus deidades. Los yisraelitas hicieron lo que era ofensivo para Yahweh; ignoraron a Yahweh su Elohim y adoraron a los Baales y a las Ashtarot. Yahweh se enojó con Yisrael y los entregó al rey Kushán Rishatáyim de Aram Najaráyim; y los yisraelitas fueron súbditos de Kushán Rishatáyim por ocho años. Shoftim 3:5-8
Elohim vendió a Yisrael a este cautiverio. No fue porque el
rey de Mesopotamia era tan poderoso que pudieron derrotar al pueblo de Elohim
por la fuerza de las armas. Fue porque Yisrael había desechado las leyes de
Elohim y había comenzado a seguir los preceptos y las leyes de otros dioses. Elohim
entonces vendió a Yisrael en manos del rey de Mesopotamia.
Esto significaba que Yisrael se convertiría en el servidor
de esa otra nación durante un período de tiempo específico. Sin embargo,
TAMBIÉN SIGNIFICABA QUE ESA OTRA NACIÓN ERA HECHA RESPONSABLE DE PAGAR LA DEUDA
QUE YISRAEL TENÍA. Esta otra nación estaba, en esencia, REDIMIENDO LA NOTA DE
DEUDA DE YISRAEL. No les eran entregados como un regalo, pero las otras naciones
tampoco entendieron, por eso cuando sus pastores "mataban más de las que Yahweh les había entregado", como
dice Janój, es decir, cuando explotaban de más a los cautivos y creían que era
porque habían sido abandonados por Yahweh y les pertenecían como esclavos por
derecho (y sólo era un abandono TEMPORAL), cuando vencía el tiempo de la Nota,
terminaban siendo encontrados más culpables que los esclavos. Los yisraelitas
eran liberados porque clamaban a Yahweh en arrepentimiento, y las naciones eran
entregadas, a su vez, a castigo. De esta manera Yahweh usaba a unos contra
otros, mientras disciplinaba a Su pueblo.
El factor de misericordia en este ejemplo de justicia divina
se ve en el hecho de que durante el tiempo de servidumbre de Yisrael, no eran
considerados legalmente responsables por la nota de la deuda por su pecado. Uno
no puede producir los frutos del Reino mientras uno está "bajo la ley",
es decir, bajo la sentencia de la ley. Estar "bajo la ley" es un
momento de aprendizaje, con la ley como "maestro de escuela" o "tutor",
como lo expresa Shaúl en GalutYah 3:24.
Durante este tiempo de juicio, la ley no les exigía (en un
sentido legal) rendir a Elohim los frutos del Reino. LA LEY REQUERÍA A LA OTRA
NACIÓN QUE PRODUJERA AQUELLOS FRUTOS. Y cuando no lo hicieron, entonces Elohim
los hizo responsables y juzgó a esa otra nación. De esta manera Yahweh siempre
pudo tener una causa legal contra todas ellas, causada por ellas mismas y su
codicia y violencia.
El libro de Shoftim es un resumen de la historia de la Nota
de la Deuda. De hecho, todas las Escrituras hablan de eso. Quienquiera que
tuviera en su poder esta Nota de Deuda era requerido legalmente para cumplirla,
era "ELEGIDO" para producir los frutos del Reino. Esa nación había "redimido"
a Yisrael, pasando a hacerse cargo de su deuda. El requisito estaba ahí, aunque
era una conclusión inevitable que esas otras naciones fracasarían tanto como lo
había hecho Yisrael.
Esta ley, sin embargo, proporcionó misericordia para
Yisrael, porque les dio un tiempo para reagruparse, arrepentirse y aprender los
caminos de Elohim sin la carga de la Nota de Deuda descansando sobre sus
hombros. De esta manera, Elohim cambió la responsabilidad a la otra nación "redentora"
por un tiempo.
La sabiduría de Elohim es notable. Y sin embargo, parece que
Yisrael nunca entendió realmente que sus cautividades en el libro de Shoftim
eran evidencia de la misericordia y el amor de Elohim, así como las otras
naciones tampoco entendieron que asumir el control sobre Yisrael implicaba que
debían resolver sus problemas, porque no los estaban conquistando por sus
propias fuerzas, sino porque Yahweh los estaba vendiendo a sus manos. En el
caso de los yisraelitas, esta ignorancia se debe a que no entendieron la ley
que se les había dado en el Monte Sinay.
Después de un cautiverio de ocho años, la gente se
arrepintió, y Elohim envió a Otoniel para que los liberara y se deshiciera del
yugo. Este yugo no era el yugo de hierro que Devarim 28, porque la nación no
fue destruida, ni la gente fue deportada a otra tierra. Era simplemente un yugo
de madera, como YirmeYah describió más adelante. Era un yugo donde se permitía
a las personas permanecer en sus tierras, cultivar, hacer negocios como de
costumbre, pero debían pagar tributos (impuestos) al conquistador extranjero.
Pero la siguiente generación nuevamente abandonó la ley
divina, así que después de un período de paz de cuarenta años, Elohim levantó a
los moabitas para poner a Yisrael en el yugo de madera una vez más.
Y volvieron los hijos de Yisrael a hacer lo malo ante los ojos de Yahweh. Entonces el Adón fortaleció a Eglón, el rey de Moav, contra Yisrael, porque habían hecho lo malo ante los ojos del Adón. Shoftim 3:12
Una vez más, Elohim tomó el crédito por hacer esto. No fue
el diablo quien fortaleció a Eglon. El rey de Moav no habría tenido poder para
poner a Yisrael en cautiverio si Elohim no lo hubiera fortalecido. Tampoco
Elohim lo fortaleció porque Eglon era un hombre justo. No, Elohim fortaleció a
Eglon para juzgar a Yisrael por su pecado. Y cuando Yisrael finalmente se
arrepintió, Elohim envió a un juez llamado Ehud para liberarlos del yugo de
madera de Moav (Shoftim 3:15).
Las Leyes De La
Tribulación 02
El mismo tipo de historia se repite cada vez que Yisrael
abandona a Elohim y su ley. Shoftim 4 habla del tercer cautiverio de Yisrael,
esta vez a Jabín, rey de Kenaán, quien reinó en Hazor, una fortaleza del norte.
El cuarto cautiverio fue bajo los midianitas durante siete años (Shoftim 6:1). Cuando
la gente clamó al Adón, Elohim les envió a Guidón para que los liberara, pero
esta vez el libertador fue enviado sólo después de que Elohim envió a Su malaj
para darles una lección de historia. Aquí vemos el primer signo de renuencia
por parte de Elohim para liberar a Yisrael. Él quería que se arrepintieran, no
simplemente para clamarle a Él.
El quinto y sexto cautiverio se registran en Shoftim 10,
primero bajo los amonitas y luego los filisteos. Cada vez la causa del
cautiverio era la misma: la gente había abandonado a Elohim y su ley. Shoftim
10:10 entonces nos dice:
Entonces los hijos de Yisrael clamaron al Adón, diciendo: Hemos pecado contra ti, porque ciertamente hemos abandonado a nuestro Elohim y hemos servido a los baalim.
Pero esta vez Elohim pareció haber tenido suficiente de su
arrepentimiento temporal y sus avivamientos basados en
emociones que no tenían profundidad ni sustancia. Su respuesta es muy
significativa:
Pero Yahweh dijo a los yisraelitas: "Los mitsritas, los emoritas, los amonitas, los pelishtinos, los tsidonios, Amaleq, y Maón los oprimieron a ustedes; y cuando ustedes clamaron a mí, yo los libré de ellos. Sin embargo ustedes me han abandonado y han servido a otras deidades. No, no los voy a librar otra vez. Vayan y clamen a los ha'elohim que ustedes han escogido; que ellos los libren en sus tiempos de aprietos". Shoftim 10:11-14
La gente guardó sus dioses falsos y confesó su pecado, así
que Elohim los libró de la mano de un juez llamado Jefté. Sin embargo, no pasó
mucho tiempo antes de que volvieran a caer en pecado, y Elohim los entregó
nuevamente a las manos de los filisteos durante cuarenta años (Shoftim 13:1). Durante
este tiempo, Elohim levantó a Sansón como juez, pero Elohim no le permitió que
liberara a Yisrael de su cautiverio. Sansón, de hecho, finalmente fue capturado
por los filisteos, que sacaron los ojos y lo obligaron a moler en el molino.
Mientras tanto, Eli era el sumo sacerdote en el tabernáculo
en Shiloh. Los hijos de Elí eran corruptos, y el futuro del sacerdocio se veía
sombrío. La gente intentó liberarse del yugo de los filisteos, pero sin éxito,
porque no se arrepintieron de su falta de ley y no recibieron ninguna ayuda de
Elohim. Los corruptos hijos de Eli tuvieron la idea de llevar el Arca de la
Alianza a la batalla para luchar contra los filisteos. En lugar de simplemente
arrepentirse de su falta de ley, pensaron que podían usar a Elohim para su
beneficio. Se acordaron de Bamidbar 10:35, que decía:
Entonces, cuando el arca se puso en marcha, Moshe dijo:
¡Levántate, oh Adón! Y que tus enemigos se dispersen, y que los que te odian
huyan delante de ti.
Pensaron que podían seguir la misma fórmula. Después de
todo, era una táctica "probada", y ciertamente era bíblica. Y así
leemos de una batalla entre Yisrael y los filisteos:
Los filisteos se alistaron contra Yisrael; y cuando se peleó la batalla, los filisteos hicieron huir a Yisrael, y mataron como a cuatro mil hombres en el campo de batalla. Cuando las tropas (yisraelitas) volvieron al campamento, los ancianos de Yisrael preguntaron: "¿Por qué Yahweh nos hizo huir hoy delante de los filisteos? Traigamos el Arca de la Alianza de Yahweh desde Shiloh; así Él estará presente entre nosotros y nos librará de las manos de nuestros enemigos". Así que las tropas enviaron hombres a Shiloh; allí los dos hijos de Elí, Jofní y Pinjás, estaban a cargo del Arca de la Alianza de ha'Elohim, y bajaron de allá el Arca de la Alianza de Yahweh de los Ejércitos entronizado entre los querubines. Shemuel Alef 4:2-4
Sin duda, cuando tomaron el Arca de Shiloh, los dos hijos de
Eli gritaron: "¡Levántate, oh Adón!
Y deja que tus enemigos se dispersen. Y los que te odian huyan delante de ti".
Su oración fue contestada.
Los filisteos pelearon; los yisraelitas tuvieron que huir, y escaparon todos a sus casas. La derrota fue muy grande, treinta mil soldados de a pie cayeron allí. Shemuel Alef 4:10
Lo que no se dieron cuenta en su ceguera fue que Elohim en
ese momento estaba considerando a Yisrael como su enemigo, por lo que fueron
dispersados. ¡Estaban siempre en rebelión contra su ley!
Pero si en verdad oyes su voz e haces todo lo que Él te diga, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te aflijan. Shemot 23:22
Por otro lado, cuando Yisrael estaba en rebelión contra
Elohim, lo contrario sería cierto, como leemos:
Pero ellos (Yisrael) se rebelaron y entristecieron su santo Ruaj; por eso se volvió su enemigo, y Él mismo combatió contra ellos. YeshaYah 63:10
Esta era la situación moral y política cuando Elohim levantó
a Shemuel como un profeta y juez. Los filisteos habían derrotado a Yisrael en
la batalla y habían capturado el Arca de la Alianza. Mataron a los sacerdotes (Mizmor
78:60-64) y destruyeron la ciudad de Shiloh. Los sacerdotes que sobrevivieron
tuvieron que mudarse a la ciudad de Nob (Shemuel Alef 21:1), al norte de
Yahrushalayim.
Los filisteos tuvieron el Arca durante sólo siete meses
antes de devolverla (Shemuel Alef 6). Pero el Arca no pudo regresar a Shiloh,
donde había estado desde los días de Yahoshúa, porque esa ciudad había sido
destruida. En cambio, se mantuvo en Qiryat Yearim durante unos veinte años
(Shemuel Alef 7:2). Después de que se devolvió el Arca, Shemuel condujo a la
gente a una oración de arrepentimiento (Shemuel Alef 7:3-6). Sólo entonces
Yisrael derrotó a los filisteos en la batalla (Shemuel Alef 7:13).
Así terminó el "yugo de madera" final de ese
período histórico en la historia de Yisrael.
A lo largo del libro de los jueces, Elohim puso a Yisrael en
seis cautividades distintas. Ninguna de ellas involucró el exilio y la
deportación a una tierra extranjera, lo que habría constituido un "yugo de
hierro", como se describe en las leyes de la tribulación:
Porque no quisiste servir a Yahweh tu Elohim con gozo y alegría por la abundancia de todo, tendrás que servir –con hambre y sed, desnudo y careciendo de todo– a los enemigos que Yahweh soltará contra ti. Él pondrá un yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya eliminado. Yahweh traerá contra ti una nación de lejos, del fin de la tierra, la cual se abalanzará como el águila –una nación cuyo idioma no entiendes, una nación fiera que no le mostrará consideración al viejo ni misericordia al joven. Devarim 28:47-50
Se les propuso, sin embargo, misericordiosamente, ser colocados
en lo que YirmeYah llama el yugo de madera, donde la gente sería puesta en
tributo (gravada) por una potencia extranjera.
Así me dijo Yahweh: "Hazte coyundas y yugos, y póntelos sobre el cuello. Luego envíaselos al rey de Edom, al rey de Moav, al rey de los amonitas, al rey de Tiro y al rey de Tsidón, por medio de los enviados que han venido a Yahrushalayim a Sedequías, rey de Yahudah; y encárgales que digan a sus amos que así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Díganle esto a sus amos: "Fui yo quien hizo la tierra, al hombre y a los animales que están sobre la faz de la tierra, por mi gran poder y mi brazo extendido: y la doy a quien me place.
Ahora yo le entrego todas estas tierras a mi siervo Nabucodonosor rey de Bavel; le doy aun los animales del campo, para que le sirvan. Todas las naciones le servirán a él, a su hijo y a su nieto – hasta que también le llegue el turno a su propia tierra, cuando muchas naciones y grandes reyes lo subyugarán. A la nación o al reino que no le sirva a Nabucodonosor el rey de Bavel, y que no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Bavel, a esa nación la visitaré con espada, hambre y pestilencia, hasta que la haya destruido por medio de su mano – declara Yahweh.
Ustedes, no hagan caso a sus profetas, ni a sus encantadores, ni a sus soñadores, ni a sus adivinos ni a sus hechiceros, que les dicen a ustedes: "No le sirvan al rey de Bavel". Porque ellos les profetizan mentira –con el resultado de que ustedes serán alejados de su tierra; y yo los expulsaré y ustedes perecerán. Pero a la nación que ponga su cuello bajo el yugo del rey de Bavel y le sirva, la dejaré en su suelo, para labrarlo y habitar en él –declara Yahweh".
También le hablé a Sedequías rey de Yahudah de la misma manera: "Pongan sus cuellos bajo el yugo del rey de Bavel; sírvanle a él y a su pueblo, y vivirán. De otra manera morirás tú junto con tu pueblo por la espada, el hambre y la pestilencia, como decretó Yahweh contra cualquier nación que no le sirva al rey de Bavel...
Pero el profeta JananYah quitó el yugo del cuello del profeta YirmeYah y lo rompió... Después que el profeta JananYah rompió el yugo del cuello del profeta YirmeYah, le llegó la palabra de Yahweh a YirmeYah: "Ve, háblale a JananYah y dile que así ha dicho Yahweh: TÚ HAS ROTO YUGOS DE MADERA, PERO EN LUGAR DE ELLOS HARÁS YUGOS DE HIERRO.
YirmeYah 27:2-13,10,13
Pero como no aceptaron, el séptimo cautiverio fue un yugo de
hierro. No aprendieron con los yugos leves, el último fue de hierro. El yugo de
hierro de Yisrael debía ser que fuera conquistado por Asiria y deportado al
borde sur del Mar Caspio. Un siglo más tarde, el yugo de hierro de Yahudá debía
ser que fuera conquistado por Bavel y deportado al área de los ríos Tigris y
Éufrates.
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