Cuando llegó el mes séptimo, estando
ya los hijos de Yisrael establecidos en sus ciudades, el pueblo entero se
reunió como un sólo hombre en Yahrushalayim. Ezrah 3:1
El primer capítulo de
Ezrah dice que Elohim despertó el ruaj de algunos de los que se hallaban
cautivos en Bavel. Después que su ruaj fue despertado, ellos se levantaron para
volver a Yahrushalayim llevando consigo los utensilios de oro y de plata. Su
intención al retornar era edificar la casa de Elohim. Luego, en Ezrah 3:1 dice
que "se juntó el pueblo como un sólo
hombre en Yahrushalayim". Había llegado el séptimo mes, y, aunque el
pueblo de Yisrael estaba en las ciudades, todavía no se había producido la
unidad entre ellos. Pero entonces se juntaron todos como un sólo hombre en
Yahrushalayim. Ésta fue la verdadera unidad, la armonía genuina, la cual no se
produjo en las ciudades sino en Yahrushalayim. Yahrushalayim era el único
terreno, el único centro, en el cual era posible obtener la unidad y la
armonía.
¿Cómo aplicamos todo esto
a nuestra experiencia actual? Si somos el remanente que ha salido del
cautiverio para retornar a Yahrushalayim, necesitamos la verdadera unidad y
armonía. Todos nosotros tenemos que ser uno. Tenemos que juntarnos como un sólo
hombre. Todos tenemos que conformar un sólo hombre, no en este lugar ni en
aquel otro, sino en Yahrushalayim, porque sólo allí estaremos en la buena
tierra, que es Mashíaj, y quien es la Cabeza del Cuerpo, y Yahrushalayim es el
lugar que Yahweh eligió para colocar Su Nombre. No realizamos esto de acuerdo
con mis opiniones ni conforme a la manera de proceder de otro, tampoco nos rige
lo que yo piense ni lo que otro enseñe; sino que nos reunimos regidos por
Yahrushalayim como el centro unificador. ¿Somos capaces de abandonar nuestras
opiniones por causa de Yahrushalayim? ¿Estamos dispuestos a desechar nuestros
conceptos por causa de Yahrushalayim? Todos estamos retornando, pero aún
estamos bajo la influencia de Bavel. Estamos en Bavel, estamos en gran
confusión, y debemos salir de ella para regresar al terreno de la unidad, a
Yahrushalayim. Tenemos que dejar atrás todo lo babilónico. No podemos regresar
a Yahrushalayim llevando las enseñanzas de Bavel, tenemos que subir llevando
las tazas y tazones de oro y plata, los utensilios para el servicio del Templo.
Subamos todos a Yahrushalayim. Allí nada será determinado por mí o por otro,
sino que todo será en conformidad con Yahrushalayim, porque Yahrushalayim es el
único centro y el único terreno en el cual es posible la unidad.
En los últimos años he
observado y considerado nuestra situación. He visto que algunos salieron de sus
Baveles religiosas, y comenzaron a "reunirse" (virtualmente) en
diferentes grupos, pero con el tiempo muchas de estas asambleas se dividieron a
causa de la diversidad de conceptos y opiniones de quienes se reunían. El
problema radica en que algunos han retornado, pero no trajeron consigo los
utensilios; más bien, llevaron consigo las cosas babilónicas, es decir, trajeron
consigo muchos conceptos babilónicos. Si bien ellos han retornado, lo han hecho
sin ser uno, carentes de unidad. Ellos jamás se han reunido como un sólo hombre.
Si vamos a hacer realidad
la vida de congregación de kadoshim, tenemos que olvidarnos de toda enseñanza u
opinión divergente que hayamos recibido en el pasado. Tenemos que desechar
todas esas cosas. Las diferentes opiniones, los diversos conceptos y el
conocimiento bíblico divergente ha causado muchos problemas. ¡Esto es terrible!
En lugar de dar clases
acerca de las Escrituras, necesitamos aprender a llorar por la situación de
pobreza y muerte espiritual que impera. Tenemos que atender al Ruaj, no
solamente leer lo que está escrito. Tenemos que prestar atención a lo que el
Ruaj viviente nos dice en el presente, las palabras para el momento actual. El
Ruaj ESTÁ VIVO, no es simple letra muerta, y, aunque sus palabras de ayer aún
son enseñanza para hoy, ÉL SIGUE HABLANDO, DE LA MISMA MANERA QUE NO SE DETUVO
EN TODA LA HISTORIA Y FUE REVELANDO CADA VEZ MÁS COSAS. "El que tiene
oído, oiga lo que el Ruaj dice a las congregaciones de kadoshim". No basta
con leer lo que está escrito. Estamos en una nueva era, la era del Ruaj.
¿Por qué están divididos
los creyentes? Simplemente debido a la diversidad de enseñanzas y doctrinas,
además de su poca disposición de estudio. Tienen pocos conceptos, la mayoría
errados, y prendidos todos con alfileres, por eso son derribados por cualquier
viento de doctrina. Cuanto más diversidad de enseñanzas haya, más divisiones habrá.
Todas las diversas enseñanzas y opiniones le han hecho mucho daño a la
restauración de la congregación de kadoshim. Me temo que algunos entre nosotros
todavía estén bajo la influencia de las doctrinas babilónicas. Que Yahweh tenga
misericordia de nosotros para que podamos desechar todas esas enseñanzas,
independientemente de que sean correctas o erradas. Retornemos a Yahrushalayim
y al Ruaj. Nuestra mentalidad ha hecho mucho daño a la restauración.
Simplemente debemos volvernos al Ruaj.
Mashiaj es el Ruaj
vivificante:
Así también está escrito: el primer
hombre Adam llegó a ser un ser viviente; y el último Adam, un espíritu
vivificante. Qorintiyim Alef 15:45
Porque el Adón es el Espíritu; y
donde está el espíritu del Adón, allí hay libertad. Qorintiyim Bet 3:17
Tenemos que darnos cuenta
de que Mashiaj no solamente es el Redentor, sino también el Ruaj vivificante.
Esto va a chocar profundamente a los amantes de Elohim. Pero Elohim es un
concepto extra-bíblico y humano. A nosotros no nos importan las enseñanzas de
los hombres, que están carentes de vida, ¡lo único que nos interesa es
disfrutar al Mashiaj vivo que es el Ruaj!
Me temo que muchos
todavía abriguen algunos "peros". Es posible que digan: "Esto está muy bien, pero...". Ese
pequeño ", pero" procede de haSatán. La fe cree, haSatán duda.
Tenemos que aprender a rechazar los "peros" CUANDO EL RUAJ NOS
MUESTRA SUS VERDADES. Tampoco es cuestión de aceptar cualquier cosa que se nos
afirme, por eso tenemos que presentarnos ante Elohim aprobados, como obreros
que no tienen de qué avergonzarse, que manejan con precisión la palabra de
verdad. Para verificar las cosas que nos dicen, debemos conocer a fondo la
Palabra, y tener comunión constante con el Ruaj.
No debe haber
"peros" entre nosotros, sino solamente unidad; no debe haber ningún
", pero", sino sólo "¡Amén!". Debemos abandonar todos
nuestros "peros". No debemos defender nuestras propias opiniones a
fin de que todos podamos reunirnos como un sólo hombre. Reunámonos todos como
un sólo hombre en Yahrushalayim. Lo único que debe interesarnos es la
restauración. Tenemos que preocuparnos únicamente por la edificación del templo
del Adón. ¡Regresemos todos a Yahrushalayim para reunirnos como un sólo hombre!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario