El muro es la defensa de
una ciudad, la salvaguarda que la separa de los peligros del mundo. Después de
haber comenzado a reconstruir el templo, llegó NehemYah para organizar la
ciudad, regular su funcionamiento, y para levantar sus murallas para protección
del pueblo.
Reedificamos la muralla hasta que
quedaron unidos todos los tramos de la muralla hasta la mitad de su altura;
porque el pueblo puso su corazón en la obra. NehemYah 4:6
NehemYah amaba a Elohim y
se preocupaba por los intereses de Elohim sobre esta tierra con respecto a Su
edificación. Estos intereses incluían la buena tierra, el templo y la ciudad de
Yahrushalayim, las cuales eran muy valiosas para NehemYah. Él cuidó de los
intereses de Elohim sobre la tierra por encima de los suyos propios:
También apoyé la obra de
restauración de esta muralla; no compramos tierras, y todos mis criados estaban
juntos allí en la obra. NehemYah 5:16
NehemYah se preocupó
antes de levantar las murallas que de su propia casa, qué contraste con el
pueblo, que siempre debe ser despertado de su egoísmo. Pero Abba siempre se
guarda un remanente firme que trabaja duro para Su Causa. Muchos creen que
forman parte de ese remanente, pero sólo edifican sus propias casas. Vean bien,
estoy mencionando dos tipos de creyentes: los dos son salvos, los dos están en
el mismo lugar y están haciendo las mismas cosas, aparentemente. Pero cuando
Mashíaj regrese, uno será llevado y el otro será dejado. ¿Quién creen que será
dejado? Evidentemente, aquel que primero se ocupa de su casa en este mundo. Ya
que no coloca las cosas de Yahweh en primer lugar, Mashíaj no lo colocará
tampoco a él en el primer lugar, y será lanzado a las tinieblas de afuera.
NehemYah siempre oraba a
Elohim para tener contacto con Él en comunión. Cuando oyó que el pueblo sufría
en Yahrushalayim y que el muro de Yahrushalayim estaba derribado y sus puertas
quemadas, lloró, se lamentó, ayunó y oró (1:2-4). En el pasuk 11, NehemYah oró,
diciendo: "Te ruego, oh Adón, esté ahora atento Tu oído a la oración de Tu
siervo, y a la oración de Tus siervos, que se deleitan en temer Tu nombre; haz
prosperar hoy a Tu siervo, y concédele favor delante de aquel varón".
NehemYah oraba para hallar gracia delante del rey. Cuando el rey le preguntó
cuál era su petición, NehemYah "oró al Elohim de los cielos" (2:4).
Además, NehemYah era una
persona que confiaba en Elohim y que era uno con Él. Elohim puso cargas sobre
sus hombros, y él confió en Elohim para realizarlas. NehemYah sabía que la
benéfica mano de Elohim estaba sobre él (pasukim 8, 18), así que le pidió que
se acordara de él (5:19; 13:14, 31), lo cual indica que confiaba en Elohim y
que era uno con Él.
No fue fácil para Elohim
obtener una persona como NehemYah.
Si nuestra capacidad,
habilidades y virtudes naturales no son eliminadas, nos causarán muchos
problemas y originarán errores graves. Pero si permitimos que éstas sean
puestas en el madero y si allí morimos, ciertamente resucitaremos, y en
resurrección, nuestra capacidad, habilidades y virtudes serán de mucha más
utilidad que lo que eran según la vida natural. Estos talentos todavía nos pertenecen,
pero después de pasar por la muerte y la sepultura, están ahora en
resurrección. Esto significa que nosotros mismos, con nuestra capacidad,
habilidades y virtudes, hemos entrado en resurrección. Ciertamente seguimos
existiendo, pero nosotros, juntamente con nuestra capacidad natural, hemos sido
introducidos en la resurrección.
NehemYah no vivió en su
hombre natural sino en resurrección. Él fue valiente, pero su valentía fue
complementada por otras características. Primero, él amaba a Elohim; no hay duda
al respecto. NehemYah nació en la cautividad y fue designado para ser el copero
del rey, pero él amaba a Elohim. También amaba la tierra kadosh (que representa
a Mashiaj), el templo kadosh (que representa a la Novia), y la ciudad kadosh
(que representa al reino de Elohim)... Como una persona que amaba a Elohim,
NehemYah tenía contacto con Él. Se nos dice en varias ocasiones que NehemYah
oró a Elohim (NehemYah 1:4; 2:4b; 4:4-5, 9).
A fin de cambiar la
constitución intrínseca del pueblo de Elohim, es necesario educarlo con la
palabra que sale de la boca de Elohim, la cual expresa a Elohim. Dicho de otro
modo, cambiar la constitución intrínseca del pueblo de Elohim equivale a
educarlo, sumergiéndolo en la palabra de Elohim hasta que ésta los sature por completo.
Esto es ministrar a Yahweh a los demás, impartirlo para que penetre en los
espíritus de todos a fin de que ellos, por su vez sean capacitados para hacer
lo mismo por otros.
Los yisraelitas habían
estado en Mitzrayim por lo menos cuatrocientos años, durante los cuales
tuvieron que haber asimilado la educación egipcia. Después fueron llevados a la
buena tierra, donde no expulsaron a todos los kenaanitas y terminaron
absorbiendo sus paganismos. Entonces, fueron llevados cautivos a Bavel, y
permanecieron allí por un período de setenta años. Zerubavel, Ezrah y NehemYah
nacieron en Bavel y fueron criados entre los babilonios. Más adelante, el
pueblo de Yisrael, después que regresó de Bavel, se mezcló con los habitantes
de la antigua tierra de Yisrael, que eran una mezcla proveniente de muchas
naciones.
Por lo tanto, los yisraelitas
estaban constituidos de las culturas egipcia, babilónica y kenaanita. No
obstante, ellos habían regresado para ser el testimonio de Elohim. ¿Cómo podía
un pueblo que estaba saturado de las culturas egipcia, babilónica y kenaanita
ser el testimonio de Elohim, la expresión del Elohim mezclado con el hombre?
Para ser el testimonio de Elohim, Su expresión, ellos necesitaban ser educados
de nuevo conforme a la palabra de Elohim.
Además de ser reeducado,
el pueblo de Yisrael necesitaba recibir una formación semejante a la que un
niño recibe de sus padres. Los padres no sólo imparten enseñanzas a sus hijos,
sino que imparten su propia persona —prácticamente infunden todo su ser— en sus
hijos, y lo hacen de manera espontánea y subconsciente. Los padres infunden en
sus hijos lo que son y lo que piensan. Con el tiempo, esto forma el carácter de
los hijos y hace de ellos una réplica de sus padres.
Esto es precisamente lo
que necesitaban los hijos de Yisrael.
Antes de que NehemYah
viniera a Yahrushalayim, la nación de Yisrael era un caos. No se sabía cuáles
eran los deberes de los sacerdotes, y nadie cuidaba de los levitas ni de los
que servían. Los cantores estaban allí, pero nadie los había preparado para
cantar ni los había formado en compañías. Sin embargo, NehemYah, con la ayuda
de Ezrah, cambió totalmente la constitución intrínseca de la nación. De este
modo, Yisrael se convirtió en una nación especial, santificada y apartada para
Elohim, una nación que expresaba a Elohim.
Los pensamientos y
razonamientos de Elohim y todo lo que Elohim es, se infundieron en ellos, y así
llegaron a ser una réplica de Elohim. Por medio de esta infusión divina, todos
llegaron a ser Elohim en vida y naturaleza, y como resultado, llegaron a ser
una nación divina, que expresaba el carácter divino. Tanto a nivel personal
como colectivo, la constitución intrínseca de ellos cambió y vinieron a ser el
testimonio de Elohim.
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