Cómo Cambiar El Corazón De Un Ladrón
¿Cómo se
relaciona todo esto con el mandamiento de no hurtar? El apóstol Shaúl nos da la
respuesta:
"El que
hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno,
para que tenga qué compartir con el que padece necesidad". Efesiyim 4:28
Para agradar a
Elohim, un ladrón debe ir más allá de simplemente dejar de cometer latrocinio.
En cierta ocasión, alguien comentó sabiamente: "Un ladrón que ha dejado de robar aún puede seguir siendo ladrón
en su corazón; sólo está temporalmente sin empleo. Realmente deja de ser ladrón
sólo cuando sustituye el robar con el dar".
EL LADRÓN TIENE
QUE CAMBIAR SU CORAZÓN, SUS CONCEPTOS Y SU MODO DE OBRAR.
Otras Formas De Hurto
Tomar
directamente las pertenencias de otra persona no es la única forma de hurtar.
Los estafadores se valen de sutilezas artificiosas para timar a sus víctimas.
Lo mismo hace la publicidad engañosa. Los fabricantes que les atribuyen a sus
productos una calidad que no tienen, estafan a sus clientes. Los trabajadores
que cobran por más horas de las que trabajan o que cobran más de lo que valen
sus servicios, están robándoles a quienes los contratan. Los empleados que
cobran su salario sin haber hecho el trabajo que debieran, están robando a sus
empleadores. Aquellos que se agradan de consumir lo que otros producen, sin
hacer su parte en el trabajo y en la responsabilidad que les corresponde en la
producción de bienes y servicios, cometen otra forma de hurto. Éstos se
aprovechan de lo que otros producen, pero contribuyen con muy poco o con nada;
es decir, toman para sí pero dan muy poco o nada a cambio.
Además, los que
piden algo "prestado" y nunca lo devuelven, ¿no están robando
también? Existen tantas formas de tomar lo que no es nuestro que debemos estar
siempre vigilantes. Podríamos estar quebrantando el mandamiento de Elohim
contra el hurto sin darnos cuenta.
Leamos la
parábola de Yahshua sobre la persona que no cumple con su obligación personal:
"Llegando
también el que había recibido un talento, dijo: Adón, te conocía que eres
hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por
lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que
es tuyo". MattiYah 25:24-25
Esta persona
sabía que su obligación era producir para su amo, pero debido a su punto de
vista erróneo, voluntariamente decidió ser improductivo. Conocía las reglas y
sabía cuáles eran sus deberes, de manera que no tenía excusa para su conducta
irresponsable.
La parábola
continúa:
En respuesta su amo
le dijo: "Sirviente malo y perezoso, sabías que cosecho donde no sembré y
recojo donde no esparcí. Por lo tanto, debiste haber depositado mi dinero en el
banco, para que al venir yo, recibiera lo mío con intereses". MattiYah
25:26-27
El amo de este
siervo lo llamó "malo y perezoso". En su interior no era menos que un
ladrón. Por tanto, su amo le dio su recompensa a otro que sí había trabajado lo
suficiente para beneficiar a otros.
Yahshua se valió
de esta parábola para mostrarnos que Elohim no se agrada del egoísmo o de que
alguien tenga lástima de sí mismo.
¿Podemos Robarle A Elohim?
En las
Escrituras podemos encontrar otra forma de hurto. La Escritura nos da ejemplos
de cómo los siervos fieles de Elohim siempre han reconocido quién es en
realidad dueño de todo: el Elohim creador. Uno de éstos es el patriarca
Avraham, quien honró a Elohim dándole el diezmo del botín de guerra (Bereshit
14:20). Luego Yaakov, el nieto de Avraham, hizo voto de apartar para Elohim el
diezmo de todo lo que éste le diera (Bereshit 28:20-22). Como vemos, esta
costumbre es previa a la entrega de la Ley. Más tarde, en el pacto que Elohim
hizo con el antiguo Yisrael, ordenó:
Todos los diezmos
de la tierra, sea semilla del suelo o frutos de los árboles, son de Yahweh;
quedan consagrados a Yahweh. Si alguien desea redimir algunos de sus diezmos,
deberá añadirles una quinta parte. Todos los diezmos de la manada o del rebaño
–todo lo que pase bajo la vara del pastor, cada décimo– quedará consagrado a
Yahweh. Vayikra 27:30,32
El diezmo fue
entregado a la tribu de Leví:
Y a los levitas,
mira, les doy todos los diezmos en Yisrael como su parte en pago por los
servicios que realizan, el servicio de la Carpa de Reunión (...) Es la ley
perpetua a través de las edades. Pero ellos no tendrán parte territorial entre
los yisraelitas; porque los diezmos apartados por los yisraelitas como
contribución a Yahweh es lo que les doy a los levitas como su parte. Por eso he
dicho concerniente a ellos: No tendrán parte territorial entre los yisraelitas.
Bamidbar 18:21, 23-24
Sobra decir que
esta costumbre de diezmar (dar una décima parte) nunca ha sido del agrado de la
inmensa mayoría de la gente. Se requiere fe de que Elohim suplirá con
abundancia las necesidades de quienes cumplan con esta ordenanza, y comprensión
de que no estamos dando nada a Yahweh, SINO DEVOLVIÉNDOLE UNA PARTE DE LO QUE
ÉL NOS HA DADO.
Para el año 721
aEC., la desobediencia a las leyes de Elohim en el antiguo reino de Yisrael (que
constaba de 10 tribus) estaba tan generalizada que la nación fue llevada en
cautiverio por los asirios, quedando sólo el reino de Yahudá (compuesto de las
tribus de Yahudá y Binyamín, y algunos levitas). Luego Yahudá siguió igualmente
ese camino de desobediencia y también fue llevado cautivo a Bavel en el año 587
aEC.
Casi un siglo
después, regresó un grupo pequeño de judíos a Yahrushalayim y emprendieron la
reconstrucción de la ciudad y del templo bajo la dirección de Ezrah y NehemYah.
Pero su lealtad hacia Elohim pronto empezó a decaer, tal como había sucedido
antes de su cautiverio. Por medio del profeta MalajiYah, Elohim reprendió
duramente a los sacerdotes por su corrupción y negligencia:
- En los sacrificios. Buscaban los
peores animales del rebaño para presentarlos como ofrenda a Elohim:
Ustedes dicen: "¡Oh qué
molestia!". Y así lo degradan –dijo Yahweh de los Ejércitos– y traen la
robada, la coja, y la enferma; y las ofrecen así como oblación. ¿Creen que les
aceptaré eso? –dijo Yahweh. MalajiYah 1:13
- En sus vidas. No
estaban viviendo como debería vivir el pueblo de Elohim.
Yahudah ha sido desleal; cosas
aborrecibles se han hecho en Yisrael y en Yahrushalayim. Porque Yahudah ha
profanado lo que es santo para Yahweh –lo que Él desea– y desposó hijas de
deidades extranjeras. MalajiYah 2:11
- En el ejemplo. No daban ejemplo
adecuado al pueblo y estaban dispuestos a enseñar cualquier cosa que la
gente quisiera oír.
Porque los labios del sacerdote guardan
el conocimiento, y la gente busca los reglamentos de su boca; porque es
mensajero de Yahweh de los Ejércitos. Pero ustedes se han apartado de ese
sendero: Ustedes han hecho tropezar a muchos mediante las reglas de ustedes;
han corrompido el pacto de los levitas –dijo Yahweh de los Ejércitos. MalajiYah
2:7-8
- En sus ofrendas. No estaban
trayendo los diezmos y ofrendas prescritos por la ley (3:9-10).
¿Debe el hombre
defraudar a Elohim? Sin embargo ustedes me están defraudando. Y preguntan:
"¿En qué te estamos defraudando?". En los diezmos y las ofrendas. Ustedes
están sufriendo bajo una maldición, sin embargo siguen defraudándome –la nación
entera. MalajiYah 3:8-9
A la luz de
estos textos queda claro que no dar a Elohim lo que le corresponde es
"robarle" y eso significa quebrantar el octavo mandamiento. Quizás
podemos ser muy escrupulosos en cumplir los siete mandamientos anteriores y,
sin embargo, robar a Elohim. No es éste el lugar para exponer ahora el
cumplimiento de dar el diezmo como algo obligatorio para el creyente o
simplemente indicativo; solamente quiero mencionar que los principios que deben
prevalecer en la congregación sobre la ofrenda son: sacrificada, alegre,
voluntaria, espontánea, proporcionada, abundante, secreta, regular y confiada.
En ese tiempo,
los dirigentes judíos, con el propósito de evitar la desobediencia de la
nación, establecieron reglas minuciosas para obligar a todos a cumplir con la
ley. Los aspectos físicos de estas reglas eran rigurosos, pero en el aspecto
espiritual de la ley mucha gente seguía siendo muy negligente.
Porque yo deseo
misericordia, no sacrificio; obediencia a Elohim, más que ofrendas quemadas.
Hoshea 6:6
¿Es éste el ayuno
que yo deseo: un día en que el hombre aflija su cuerpo? ¿Es el doblegar la
cabeza como un junco y el acostarse en luto y ceniza? ¿A eso llaman ustedes
ayuno, un día en que Yahweh es favorable? No, el ayuno que yo deseo es este:
desatar las ligaduras de maldad, soltar las ataduras del yugo para dejar libres
a los oprimidos; romper todo yugo; es compartir tu pan con el hambriento, y
llevar a tu casa a los pobres; vestir a tu prójimo cuando lo veas desnudo, y no
ignorar a tus parientes. YeshaYah 58:5-7
El ayuno y los
sacrificios que el Padre desea son nuestra misericordia y generosidad con los
demás.
En el tiempo de
Yahshua ha Mashiaj, él los amonestó por no tener bien el orden de relación de
las cosas. Estuvo de acuerdo con que continuaran observando los aspectos
físicos de la ley y el pago del diezmo, pero les reprochó por no hacer hincapié
en los aspectos espirituales de la misma:
¡Pobres de ustedes,
escribas y fariseos hipócritas; porque dan el diezmo de la menta, del anís y
del comino; pero han desatendido las cosas más importantes de la Torah, que
son: la justicia, la compasión, y la fe. Estas cosas son las que hay que
cumplir, aunque sin omitir aquéllas. MattiYah 23:23
Yahshua les dijo
que debían hacer ambas cosas: cumplir con la ley del diezmo y practicar la
justicia, la misericordia y la fe. Él apoyó la práctica de pagar el diezmo,
devolverle a Elohim una parte de lo que él nos da. Yahshua dijo:
"Denle al
César lo que es del César, y a Yahweh lo que es de Yahweh". Mordejai 12:17
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