La Sumisión A La Autoridad Delegada Y Cómo Ser Una Autoridad Delegada
Los hijos de Elohim deben aprender a conocer la autoridad y averiguar a
quién deben someterse. A dondequiera que vayan, lo primero que deben
preguntarse es quién es la autoridad a la cual deben someterse. Tan pronto nos
mudemos a un lugar, no debemos tratar de ser el líder, ni procurar que otros se
sometan a nosotros. Por el contrario, debemos ser como el centurión, que le dijo
al Adón Yahshua:
"Porque yo también soy hombre bajo
autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados". MattiYah 8:9
Vemos aquí a un hombre que conocía la autoridad. Él podía someterse a la
autoridad y, por eso mismo, podía ser una autoridad delegada. Dijimos que
Elohim sustenta todo el universo por medio de Su autoridad. Él también engendra
hijos (Yahanan 1:12) y los mantiene unidos por medio de ella. Por lo tanto, si
uno es independiente e individualista y no se somete a la autoridad delegada
por Yahweh, es rebelde en cuanto a la administración que Elohim ejerce sobre
todo el universo, y no podrá estar en armonía con los demás hijos de Elohim. En
tal caso, no podrá llevar a cabo la obra de Elohim en la tierra. Elohim ha
establecido autoridades delegadas en la congregación, la cual es edificada y
sustentada por la autoridad del Eterno. Por esta razón, todo hijo de Elohim
debe buscar la autoridad a la cual debe someterse, de tal manera que pueda
coordinar armoniosamente con otros. Desafortunadamente, muchas personas han
fracasado en este aspecto.
Si no conocemos el objeto de nuestra fe, no podremos creer; si no
conocemos el objeto de nuestro amor, no podremos amar. Si queremos que una
persona crea en algo, debemos primero mostrarle el objeto de su fe y si
queremos que una persona ame a alguien, primero debemos presentarle a ese
alguien. De la misma manera, si no conocemos el objeto de nuestra sumisión, no
sabremos someternos. A fin de enseñarle a una persona la sumisión, primero
debemos permitirle que conozca a quién debe someterse. Hay muchas autoridades
delegadas en la congregación, a las cuales debemos someternos. Cuando nos
sometemos a ellas, nos sometemos a Elohim. Muchas personas pueden predicar
acerca de la sumisión, sin que ellas mismas se sometan a alguna autoridad.
Debemos someternos a la autoridad para poder llegar a ser una autoridad
delegada por Elohim. Además, no podemos someternos sólo a quienes nos agradan,
sino a todas las autoridades que haya sobre nosotros. Inclusive, debemos
someternos al policía que patrulla en la calle.
Existen muchas autoridades en la congregación que están sobre uno, a las
cuales debemos aprender a someternos, por el simple hecho de que en su momento,
nosotros seremos autoridades. Debemos aprender a reconocer las diferentes
autoridades y la autoridad que hay en otros. Sobre todas las cosas, debemos
aprender a respetar a las autoridades porque han sido delegadas por Yahweh,
sean buenas o malas. La autoridad es algo que sólo Yahweh delega:
Yahshúa respondió: "No tendrías ninguna autoridad contra mí, si no te la dieran de arriba". Yahanan 19:11a
Una vez que encontramos que cierta persona tiene autoridad, debemos
someternos a ella inmediatamente. No tenemos que analizarla cuidadosamente y
luego decidir si debemos o no (si queremos o no, mejor dicho) someternos a
ella. Si calculamos si una persona es digna de sumisión o no, sólo nos hemos
encontrado con la persona, pero no con la autoridad. Si uno no se ha encontrado
con la autoridad ni sabe someterse a ella, jamás podrá ser una autoridad
delegada. A menos que juzguemos primero el pecado de rebelión en nosotros, no
conoceremos el significado de la sumisión. Los hijos de Elohim no deben ser
desorganizados ni indisciplinados. Si no hay un testimonio claro entre los
hijos de Elohim, no existirán la congregación ni el ministerio ni la obra.
Debemos darnos cuenta de que éste es un problema grave, que refleja la
situación actual de los creyentes, donde "cada
uno hacía lo que le parecía", parafraseando Shoftim 17:6 y 21:25. Los
creyentes de la actualidad creen que tienen el derecho de gobernarse a sí
mismos, pero ésta no es la idea del Padre. Él ha establecido autoridades sobre
el Cuerpo, y el hecho de que algunas no cumplan correctamente con su papel no
nos da la justificación para rebelarnos; el mal que comete uno no puede
llevarnos a cometer otro mal a nosotros. Además, muchas veces la rebeldía
proviene de la falta de crecimiento y madurez de muchos creyentes, que no
entienden cabalmente ciertas directivas de las Escrituras. Por eso, debemos
presentar este delicado asunto delante del Adón y encontrarnos con la
autoridad. Debemos aprender a someternos unos a otros y también a las
autoridades delegadas, porque nuestro objetivo central debe ser Su Obra, no
nuestros sentimientos o pensamientos. Si se nos pide
obedecer a las autoridades del mundo, que no creen en Yahweh, cuánto más no
debemos someternos a las que coloca en el Cuerpo. Solamente al hacerlo,
podremos ser una autoridad delegada.
No Establecer La Propia Autoridad
Debido a que Elohim es el que establece Su autoridad, no hay necesidad de que las autoridades delegadas traten de desarrollar su propia autoridad. Conozco a algunos hermanos y hermanas que fueron necios al pensar que podían dirigirse a los demás con su propia autoridad. Trataron de desarrollar su propia autoridad, lo cual es una necedad delante de Elohim.
"Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Elohim". Ivrim 5:4
Esto también se aplica a la autoridad; nadie puede tomar autoridad por
su propia cuenta. Cuando Elohim le concede a alguien ser Su autoridad, esa
persona recibirá autoridad. Por lo tanto, no es necesario que exijamos la
obediencia de los demás. Si ellos insisten en alguna equivocación, debemos
dejarlos en su equivocación. Si algunos no obedecen, no los perturbemos,
COLOQUEMOS EL ASUNTO EN MANOS DEL PADRE. Si otros quieren seguir su propio
camino, dejemos que lo hagan. No debemos discutir con nadie. Si no soy delegado
por Elohim para ejercer Su autoridad, ¿por qué habría de exigir obediencia de
los demás? Y si soy una autoridad delegada por Elohim ¿por qué habría de
preocuparme si los demás no se me someten? En ese caso, ellos estarán
desobedeciendo a Yahweh. Yo no tengo que preocuparme por la desobediencia de
los demás. Si la autoridad está sobre mí, esas personas estarán discutiendo con
Elohim cuando discutan conmigo. No hay nada más serio que esto. No necesitamos
forzar a los demás a que nos hagan caso, y podemos darle a cada uno la libertad
de hacer lo que quiera. Si Elohim respalda la autoridad ¿a qué debemos temer?
¿Hay algún rey en la tierra que respalde a sus ministros? ¡No! Pero si uno es
una autoridad delegada, Elohim lo sostendrá, lo apoyará y lo respaldará.
Cuanto más conocemos la autoridad, más puertas abiertas, revelación y
ministerio tengamos, más libertad debemos dar a otros para que tomen su propio
camino. No debemos decir ni una sola palabra para vindicar nuestra autoridad;
más bien, debemos dar a otros plena libertad. Permitamos que otros vengan a
nosotros de la manera más espontánea posible. Si ellos no quieren que seamos su
autoridad, y si se alejan de nosotros, no debemos forzarlos a aceptarnos. Si
hay autoridad en nosotros, todo el que desee seguir al Adón, vendrá gustoso a
nosotros. No hay nada más desagradable que ver a alguien tratando de establecer
su propia autoridad. Nadie puede hacer tal cosa. Lo que uno pueda ministrar a
los demás en una localidad nadie más puede hacerlo. Por lo tanto, si uno tiene
un ministerio, y algunos no se someten a uno, ellos son los que sufren pérdida.
La administración de Elohim es misteriosa. Muchas personas piensan que están
creciendo espiritualmente, pero si no obedecen, la luz de Elohim en ellos se
detendrá, y aunque es posible que sólo se den cuenta de eso después de un
tiempo, sin duda caerán. Yahweh no nos edifica por separado, sino dentro del
Cuerpo. Hay personas que se la pasan de grupo en grupo, porque siempre tienen
algún problema con ellos y se van. En estas personas, el problema no son los
grupos, sino ellos mismos. Tarde o temprano, el Padre los confrontará con su
rebeldía, y aunque ellos crean que están edificándose, el Adón se detiene
cuando nosotros no obedecemos.
Tomemos el caso de David. Él nunca trató de establecer su propia
autoridad. Después de que Elohim rechazó a Saúl y lo ungió a él como rey,
permaneció muchos años sujeto a la autoridad de Saúl y nunca hizo nada para
desarrollar su propia autoridad. Si Elohim lo escogió a uno para ser una
autoridad, uno debe pagar el precio de permitir que otros se opongan, lo
desobedezcan y se rebelen. Pero si uno no es una autoridad delegada, será
inútil tratar de defender su propia autoridad. Me molesta oír que algunos
esposos les dicen a sus esposas: "Yo soy la autoridad delegada por Elohim,
y tú debes obedecerme"; o cuando oigo que los ancianos se dirigen a los
santos o a la congregación y dicen: "Yo soy la autoridad delegada por
Elohim". Si uno es en realidad una autoridad delegada, otros se someterán
espontáneamente. Si no se someten, ellos caerán y si se le oponen, no podrán
avanzar espiritualmente.
Moshe es otro ejemplo. Él sufrió varias rebeliones en su contra, siendo
la más grave la tan conocida rebelión de Qóraj:
Qóraj, hijo de Yitshar hijo de Qehat hijo de Leví, junto con Datán y Aviram hijos de Eliab, y On hijo de Pélet –descendientes de Reubén– tomaron gente y se levantaron contra Mosheh, con doscientos cincuenta yisraelitas, capitanes de la comunidad, escogidos en la asamblea, hombres de reputación. Se combinaron contra Mosheh y Aharón y les dijeron: "¡Ustedes han ido muy lejos! Porque todos en la comunidad son consagrados a Yahweh, todos ellos, y Yahweh está en su medio. ¿Por qué entonces se levantan ustedes por sobre la congregación de Yahweh?". Bamidbar 16:2-3
Pero Moshe no revidó la acusación ni se defendió, al contrario:
Cuando Mosheh oyó esto, cayó sobre su rostro. Entonces le habló a Qóraj y a toda su compañía y les dijo: "Vengan por la mañana, Yahweh dará a conocer quién es suyo y quién es consagrado, y le concederá acceso a Él; le concederá acceso al que haya escogido". Bamidbar 16:4-5
Moshe no pretendió reivindicar su autoridad (que él sabía muy bien que Yahweh
le había entregado), sino que entregó todo en manos de Elohim. No hay indicaciones
de que él haya recibido instrucciones del Padre, sino más bien da la impresión
de que él preparó la situación de juicio para colocarla delante de Elohim,
pidiendo a todos que se presentaran con sus incensarios para ver a quiénes
Yahweh elegiría. Él no tenía dudas a respecto del ministerio que Yahweh le
había encomendado, y por eso mismo también amonestó a los rebeldes:
¿Les parece
poco que el Elohim de Yisrael los haya apartado a ustedes de la comunidad de
Yisrael y les haya dado acceso a él, para realizar los deberes de la Morada de
Yahweh y para ministrar a la comunidad y servirle? Ahora que él los ha acercado
a ustedes y a todos sus compañeros levitas, ¿ambicionan también el sacerdocio?
Bamidbar 16:9-10
Moshe los estaba acusando de codiciar la autoridad que no les había sido
entregada, oponiéndose a la autoridad delegada, él mismo y Aharón. Sabemos cuál
fue la respuesta de Yahweh, quien destruyó a los rebeldes.
Shaúl dijo que todos los que estaban en Asia lo habían abandonado
(Timotio Bet 1:15). Quienes abandonaron a Shaúl nunca pudieron avanzar
espiritualmente. Hermanos y hermanas, no traten de establecer su propia
autoridad. Si Elohim los escogió a ustedes para que ejerzan Su autoridad,
simplemente acéptenla, y ejérzanla con celo, pero sin abuso. Pero si Él no los
escogió como tales, entonces no hay por qué luchar para conseguir la autoridad.
Esta es una obra de la carne, y los que tales cosas hacen, no andan en el ruaj.
La autoridad auto establecida debe ser erradicada de nuestro medio. Debemos
permitir que Elohim establezca cada autoridad y no tratar de establecer la
nuestra. Si en verdad Elohim nos comisionó como autoridad Suya, los demás
tendrán dos caminos: desobedecernos y caer, u obedecernos y ser bendecidos.
Cuando una autoridad es puesta a prueba, debe confiar en el gobierno de
Elohim. No tiene que preocuparse, defenderse, hablar ni hacer nada. En esto
también debemos ser imitadores de Mashíaj, quien no se defendió de las
acusaciones, cumpliendo así la profecía de YeshaYah:
El fue maltratado, sin embargo fue sumiso, no abrió su boca; como un cordero llevado al matadero; como una oveja, muda delante de sus trasquiladores, él no abrió su boca. YeshaYah 53:7
Así también nosotros no discutamos tratando de reafirmar la autoridad
que hemos recibido, y mucho menos andemos imponiéndola. Nuestra obligación es
cumplir el ministerio que Él nos haya dado, pero la respuesta de los demás no
es asunto nuestro.
Me parece terrible cuando algunos afirman: "Yo soy la autoridad delegada por Elohim". El que tiene
verdadera autoridad no necesita decirlo. Cuando nos establecemos nosotros
mismos como autoridad, encontramos mucha oposición y rebelión. Pero si somos
verdaderamente una autoridad delegada, no necesitamos defender nuestra
autoridad. Si un hombre se rebela, no es contra nosotros que lo hace, sino
contra Elohim, y no es nuestra autoridad la que ofende, sino la de Elohim.
Nosotros simplemente somos la autoridad delegada. Quien está siendo censurado y
criticado es Elohim, no nosotros; y a quien se le oponen es a Elohim, no a
nosotros. Si Él permite que esta situación permanezca, ¿podremos nosotros
ponerle fin? ¿Quiénes somos nosotros? Somos hombres y mujeres humildes que
siguen a Yahshua. Está bien que seamos menospreciados; si no hemos visto esto,
que el Adón tenga misericordia de nosotros.
"Felices ustedes cuando los insulten y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en el cielo; pues así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes. MattiYah 5:11-12
Puedo hablar por experiencia; si nuestra autoridad proviene de Elohim y
otros se oponen y nos ofenden, ellos sufrirán, porque no tendrán futuro en lo
espiritual, y no recibirán revelación. ¡El gobierno de Elohim es lo más serio
que hay! Quien desprecia la autoridad delegada de Yahweh, lo desprecia a Él
mismo, y esa desobediencia y rebeldía los coloca bajo auto-maldición. El que
desobedece, automáticamente se sale de la bendición de Yahweh y se coloca bajo
maldición. Esto, lamentablemente, no está lo suficientemente bien entendido por
muchos. No se trata de que la autoridad rechazada los maldiga. Es la propia
desobediencia de los rebeldes. Debemos temer a Elohim y reconocer la autoridad.
¡Que el Adón nos dé Su gracia!
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