14 de septiembre de 2020

AHD-115 - El Décimo Mandamiento - ''No Codiciarás'' 04



01 - Codicia, La Raíz De Todo Pecado 04


La Codicia En Otros Ámbitos De La Vida

 

A todos les resulta más fácil ver el peligro que encierra la codicia en el ámbito del dinero, o las posesiones, que en otros campos donde también se manifiesta. La familia de palabras traducidas "codicia" o "avaricia" transmite el sentido de "querer más", en lo que sea. Pero también puede enlazarnos el deseo codicioso de tener poder sobre otros, quizás hasta de hacer que tiemblen ante nuestra autoridad.

 

Tú oirás el anhelo de los humildes, oh Yahweh, tú animarás su corazón, y le prestarás atención, para hacerle justicia al huérfano y al oprimido, para que no tiranice más el hombre, que es de la tierra. Mizmor 10:17-18

 

Desde los primeros tiempos, al ser humano imperfecto le ha atraído la idea de tener poder sobre los demás. Elohim predijo que una triste consecuencia del pecado del hombre sería que muchos esposos "dominarían" a sus esposas (Bereshit 3:16). Este error, sin embargo, ha trascendido del ámbito conyugal y los hombres desean poder sobre otros hombres. Miles de años después, Shlomó observó:

 

Todo esto he observado, y he dedicado mi mente a todo lo que se hace debajo del sol. Hay tiempo en que el hombre domina al hombre, para su propio mal. Qohelet/Eclesiastés 8:9

 

Es fácil que aceptemos que esta afirmación es absolutamente verdadera en el terreno político y militar, pero ¿podría ser que estuviéramos luchando en nuestras propias esferas por conseguir más poder o mando?

 

Todos convivimos con otros seres humanos, sean estos familiares más o menos cercanos, aquellos con los que trabajamos o vamos a la escuela, amigos o los hermanos de la congregación. Habrá ocasiones, quizás frecuentes, en que tengamos voz decisoria sobre qué se va a hacer, cómo y cuándo. Esto no es en sí incorrecto ni malo. Ahora bien, ¿disfrutamos en exceso de valernos de la autoridad que tenemos? ¿Podría ser que nos guste tener la última palabra y que queramos hacer uso de ese derecho cada vez más? Los gerentes y jefes de este mundo suelen dar muestra de esta actitud al rodearse de una camarilla de aduladores que nunca les llevan la contraria ni desafían la búsqueda mundana —la codicia— de poder de sus superiores.

 

Tenemos que eludir este lazo en nuestra relación con los compañeros creyentes. Dijo Yahshua:

 

"Ustedes saben que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. No es así entre ustedes; antes bien, el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes". MattiYah 20:25-26

 

Esta humildad debe manifestarse con claridad en cómo se tratan los hermanos entre sí.

 

 

La comida es otro campo donde la codicia atrapa a muchos. Es natural, claro está, disfrutar comiendo y bebiendo; las Escrituras lo aprueban. Sin embargo, no es extraño que con el tiempo este deseo cobre fuerza y se exceda por mucho del deleite lógico y moderado. Si el siervo de Elohim no tuviera que preocuparse por este aspecto, ¿por qué diría la Palabra de Yahweh:

 

No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne? Mishlei 23:20

 

Elohim no indica que su pueblo deba alimentarse con un régimen austero.

 

Así que no hay nada mejor para el hombre que comer y beber, y hacer que su persona vea lo bueno de su trabajo. Yo he visto que esto también proviene de la mano de ha'Elohim. Pues, ¿quién comerá y se regocijará separado de él? Qohelet/Eclesiastés 2:24-25

 

No obstante, tampoco aprueba que convirtamos la comida y la bebida en el tema que domine nuestros planes y conversaciones. Deberíamos preguntarnos: "¿Me suelo entusiasmar de manera exagerada cuando hablo de una comida que he tenido o voy a tener?". "¿Saco siempre a colación el alimento y la bebida en mis conversaciones?". Recordemos que Esaú permitió que la comida se convirtiera en algo demasiado importante para él, lo que le perjudicó de manera irreversible.

 

Shaúl nos ayuda a distinguir otro lazo:

 

"Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la codicia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, tal como es propio de personas santas". Efesiyim 5:3

 

No cabe duda de que podemos llegar a tener codicia de placer sexual. Por supuesto, este placer tiene su debido lugar en la vida conyugal. El amor que va unido a este goce contribuye a que marido y mujer vivan el uno para el otro durante muchos años de matrimonio. Sin embargo, pocos negarán que el mundo actual concede una importancia desorbitada al erotismo, y presenta como normal lo que no es sino un reflejo de la codicia que mencionó Shaúl. Este enfoque erróneo del deleite sexual lo adopta fácilmente el que se expone a la inmoralidad y el nudismo habituales en muchas películas, vídeos, revistas y centros de diversión.

 

El relato del pecado que cometió David con BatSheva indica que el siervo de Elohim puede caer en el lazo de la codicia sexual. Aunque David era libre de hallar placer en su matrimonio, permitió que se intensificara el deseo erótico ilícito. Al observar la hermosura de la esposa de Urías, dio rienda suelta al pensamiento —que llevó a cabo— de gozar ilícitamente con ella. (Shemuel Bet 11:2-4; Yaakov 1:14-15). Ciertamente tenemos que rehuir de este tipo de codicia. Conviene evitarla incluso dentro del matrimonio, y eso incluye rechazar las prácticas sexuales extremadas o pervertidas. El esposo que está resuelto a evitar la codicia en este campo tendrá verdadero interés en su cónyuge, de modo que las decisiones referentes a planificación familiar que ambos adopten no antepongan el deleite del marido a la salud presente o futura de la esposa.

 

Hagan pleno mi gozo por ser ustedes de la misma mente y tener el mismo amor, estando unidos en alma, teniendo presente el mismo pensamiento, no haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores a ustedes, no vigilando con interés personal sólo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás. Filipiyim 2:2-4

 

 

Yahshua advirtió a sus seguidores:

 

"Cuídense de los escribas que... devoran las casas de las viudas" Luka 20:46-47

 

¡Qué cruel manifestación de la avaricia! Por supuesto, los creyentes tienen la obligación de cuidar de las viudas, no de aprovecharse de ellas:

 

La religión pura y sin mancha delante del Elohim y Padre es ésta: velar por los huérfanos y las viudas en su aflicción, y guardarse sin mancha del mundo. Yaakov 1:27

 

No defrauden a la viuda, al huérfano, y al pobre; y no tramen el mal unos contra otros. ZejarYah 7:10

 

Judas también describió otra manera en que la avaricia podría tendernos un lazo. Habló acerca de personas que se habían infiltrado en la congregación creyente y estaban corrompiéndola con su avaricia y conducta relajada:

 

Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo habían sido destinados para esta condenación. Ellos son hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Poderoso en libertinaje y niegan a nuestro único Amo y Maestro, Yahshúa el Mashíaj. Judas 4

 

Estos se quejan de todo y todo lo critican, andando según sus propios malos deseos. Su boca habla arrogancias, adulando a las personas para sacar provecho. Judas 16

 

No querríamos ser así. Pero consideremos lo siguiente: ¿Preferimos pasar el tiempo con creyentes más adinerados y no dar mucha atención a los más pobres de la congregación? Si así es, ¿podría ser que esperáramos beneficiarnos de algún modo?

 

Porque, como ustedes saben, nunca usamos palabras lisonjeras ni tampoco palabras como pretexto para la avaricia; Elohim es testigo. Tesaloniyim Alef 2:5

 

Cuando mostramos hospitalidad a las personas que tienen ciertas responsabilidades en la organización, ¿lo hacemos debido al amor, o porque esperamos recibir a cambio ciertos privilegios, o inclusive porque deseamos ganar su aprobación? Si es por lo último, tal vez nosotros, también, estemos "admirando personalidades en el interés de nuestro propio provecho".

 











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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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