01 - Codicia, La Raíz De Todo Pecado 05
¿Cómo Considera El Creyente Equilibrado El Problema
De Ganarse La Vida?
Yahshua aconsejó
en cierta ocasión:
Por tanto, no se afanen diciendo: "¿Qué comeremos?". o
"¿Qué beberemos?". o "¿Con qué nos cubriremos?". Porque los
gentiles buscan todas esas cosas, pero su Padre que está en el cielo sabe que
ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. Más bien, busquen primeramente
el reino de Elohim y su justicia, y todas estas cosas se les darán por
añadidura. MattiYah 6:31-32
Es cierto que
todos nos enfrentamos a los mismos problemas a los que se enfrentan las
naciones. La mayoría de nosotros tiene que trabajar duro para ganarse la vida,
a fin de comprar las cosas necesarias para comer, beber y vestir (Tesaloniyim
Bet 3:10-12). Pero no dejamos que tales preocupaciones sean más importantes que
el que seamos "ricos para con
Elohim".
Yahweh es la
fuente de toda riqueza (MaAseh 14:15-17). Él ha prometido que cuidará a sus
hijos de manera especial. Yahshua dijo que nuestro Padre se ocuparía de
nuestras necesidades cuando nosotros nos ocupáramos de Su Obra.
¿Creemos en esta
promesa? ¿Confiamos en que Yahweh la cumplirá? ¿Estamos satisfechos con las
provisiones que Yahweh hace? Si es así, podremos evitar el lazo de la avaricia.
Nuestro servicio a Yahweh y nuestra relación con Él ocuparán siempre el primer
lugar, y nuestro entero modo de vivir será una demostración de la fe que
tenemos en Él.
La Era De La Codicia
La codicia
humana en el nivel personal es bastante común y dañina, pero la codicia de
lucro en el campo nacional o internacional perjudica a millones de personas. Por
ejemplo, consideremos el tráfico internacional de drogas. Algunos afirman que
éste es el negocio más lucrativo del mundo, un negocio de millones al año. Otro
negocio es el de las armas. Otro, el del aborto. Estas cosas arruinan millones
de vidas y causa incontables muertes prematuras. ¿Qué base tiene el alarmante
aumento en el tráfico de drogas, venta de armas, abortos y otros? No hay duda:
es la codicia. Vivimos en la Era de la Codicia.
Una revista
afirma que los países donde se producen drogas reciben apenas entre un 10% y un
20% de todas las ganancias de la venta de drogas, que otro 10% entra de nuevo
en la red del tráfico de drogas mediante la reinversión en laboratorios,
vehículos y armas, y que el resto va a parar a los países consumidores y llega
a estar bajo las protecciones fiscales del sistema bancario del mundo.
Esto contradice
la opinión de que la necesidad es el impulso tras la codicia, y de que sólo hay
codicia entre los pobres o los desvalidos. Es obvio que la codicia es una falta
humana muy difundida que afecta a toda la sociedad, incluso a personas que en
realidad no se hallan en necesidad. Una extraña característica de la codicia es
lo engañosa que es... hasta personas que normalmente están satisfechas con lo
que tienen en la vida manifiestan codicia si se les presenta de momento la
oportunidad para ello.
La Naturaleza Humana Es Egoísta
Pensar
primeramente en nosotros mismos es siempre lo más natural.
Estamos mucho
más interesados en lo que podemos obtener que en lo que podemos dar, y el
décimo mandamiento tiene que ver precisamente con este concepto. Por medio de
tal mandamiento se nos dice que dejemos de pensar sólo en nosotros mismos y que
no nos preocupemos sólo por nuestros propios intereses. La codicia es una
perspectiva egoísta de la vida, y el egoísmo es la raíz del quebrantamiento de
las leyes de Elohim.
¿De dónde vienen las guerras y los
pleitos entre ustedes? ¿No surgen de sus mismas pasiones que combaten en sus
miembros? Codician y no tienen; matan y arden de envidia, pero no pueden
obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Yaakov 4:1-2
Como podemos
ver, la codicia puede ser la raíz de muchos pecados, entre ellos el homicidio y
la guerra. Si no se controla, lo que empezó como un pensamiento se convierte en
una obsesión que lleva a la acción. Todos hemos vivido "en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne
y de los pensamientos" (Efesiyim 2:3). Hemos dejado que nuestros
deseos gobiernen nuestra conducta. Así, todos hemos pecado (parafraseando
Romaniyim 3:10,23).
La advertencia
profética que el apóstol Shaúl hizo a uno de sus discípulos resulta muy
instructiva, particularmente en el tiempo presente:
También debes saber esto: que en los
últimos días se presentarán tiempos difíciles. Porque habrá hombres amantes de
sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
envanecidos y amantes de los placeres más que de Elohim. Tendrán apariencia de
piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita. Timotio Bet 3:1-5
Este pasaje
describe vívidamente nuestro mundo actual.
Nuestra sociedad
no es única en la historia; la codicia siempre ha sido una maldición universal.
Refiriéndose a uno de los últimos reyes de Yahudá, Elohim dijo:
"Tus ojos y tu corazón no son sino
para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer
agravio" YirmeYah 22:17
Pero el problema
no se limitaba a los reyes:
"...porque desde el más chico de
ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta
el sacerdote, todos son engañadores" YirmeYah 6:13
Elohim mostró su
aborrecimiento hacia la codicia de los yisraelitas y les anunció lo que habría
de sobrevenirles:
Codician los campos y se los roban; las
casas, y las cogen. Defraudan a los hombres de sus casas, y a la gente de sus
tierras. Ciertamente, así dice Yahweh: Estoy planeando tal infortunio contra
este clan que ustedes no podrán librar de él su cuello. No podrán andar
derechos; pues será un tiempo de gran desastre. MijaYah 2:2-3
Un ejemplo
evidente del poder de la codicia es la creciente popularidad de las loterías.
Millones de personas invierten parte de sus salarios cada semana con la
esperanza de lograr una vida fácil y llena de lujos. Asimismo, los casinos
internacionales, que se especializan en despertar nuestros instintos más bajos,
son lugares de gran atracción para el turismo.
Fomentar la
codicia es un gran negocio. Las agencias de publicidad y de mercadeo han hecho
una ciencia del manejo de los apetitos egoístas de los consumidores. Al igual
que el antiguo Yisrael, nosotros formamos una sociedad codiciosa, desde el más
chico hasta el más grande.
Hoy día la
codicia se ve dondequiera que hay gente reunida... en los empleos, en las
escuelas y en la comunidad en general. Su influencia corruptora se ha
infiltrado en el comercio, la política y hasta en las religiones principales
del mundo.
En la mayoría de
los casos la codicia lleva a actos ilegales de corrupción, fraudes, estafas,
etc.
No es difícil,
pues, comprender por qué tantas personas se mofan de la idea de que algún día
se elimine la codicia. De hecho, muchos piensan que siempre existirá y que un
mundo sin codicia es sólo una ilusión irrealizable. Pero la codicia será
desarraigada.
¿Podemos
imaginar un mundo en que exista cooperación entre la gente, en vez de
competencia? ¿Un mundo en que los humanos se traten unos a otros como cada uno
quisiera que el otro lo tratara? Así sería un mundo sin codicia. ¡Qué
maravilloso! ¿Se realizará alguna vez? Sí; será realidad. Pero ¿cómo puede ser
eliminada la codicia, cuando tan arraigada está en la humanidad?
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