02 - La Envidia 01
Existe una
diferencia sutil entre codicia y envidia. La codicia se enfoca en las cosas, la
envidia en las personas.
Este ego está
íntimamente vinculado al término de avaricia, que es el afán o deseo
desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas, sin embargo, la
codicia se diferenciará de la avaricia en que no presenta la voluntad de
atesorar a las mismas como sí ocurre con la avaricia.
La envidia es
fijarse en la bendición del otro y no en la nuestra. El orgullo es mirar más
hacia nosotros mismos que a nuestras bendiciones. Codicia es mirar más a lo que
anhelamos que a lo que actualmente tenemos. Entendida de esta manera, es
posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento
que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.
Cuando en una
congregación, familia, trabajo comienzan los celos, muy pronto los cimientos de
una relación basada en aceptación y amor se destruyen. Este ruaj sólo puede ser
contrarrestado cuando lo reconocemos por lo que es: el pecado de la envidia.
Queremos lo que la otra persona tiene o es, su posición, su bendición, su
belleza, lo que sea. Si nos examinamos y reconocemos este pecado, podemos ser
libres y bendecidos. El secreto de la cura contra la envidia/codicia es el
contentamiento en Mashíaj.
Ahora bien, ¿si
es verdad que en el universo existe un sistema de causa y efecto, cuál es la
paga para la envidia y la codicia? Esta es una gran pregunta porque,
seguramente, cada uno de nosotros atraviesa etapas en las que quedamos
atascados en estados negativos. De manera muy simple, la paga para estos
sentimientos son los mismos sentimientos.
Por ejemplo,
digamos que sentimos envidia. El "castigo", por así decirlo, es la
envidia en sí, ya que por nuestra envida, nunca estamos satisfechos en la vida.
Cuando sentimos envidia, sin importar lo que tengamos (incluso si es demasiado)
siempre habrá alguien más que tenga algo que queremos, y por lo tanto no
podemos apreciar aquello que ya tenemos.
Ahora ¿qué pasa
cuando estamos en un estado de codicia? En este estado nos volvemos prisioneros
de nuestra búsqueda de riqueza y no podemos apreciar más nuestra vida tal como
es. Nuestra codicia se convierte en nuestra prisión. Y nuestra prisión es
nuestro castigo. Cuando sentimos codicia, no vivimos felices porque no podemos
hacerlo. Estamos constantemente preocupados por "quién va a hablar de
mí" o "quién va a decir esto de mí" o "quien va a estar
cerca de mí".
Y en ambos
casos, este comportamiento termina volviéndose una fortaleza y finalmente, será
una maldición que transmitiremos a nuestras próximas generaciones.
La lengua hebrea
tiene una sola raíz para los términos "celo" y "celos", la
palabra CANÁ (H7065). Al referirse a seres humanos pecadores, esta raíz hebrea
puede traducirse "envidia" o "rivalidad". También tenemos
la palabra QUINÁ (H7068), derivada de CANÁ. No obstante, en griego hay más de
una palabra que se traduce como "celos". El término ZÉLOS (G2205), al
igual que su equivalente hebreo, puede referirse tanto al celo como a los
celos. Otro vocablo griego, FDSONOS (G5355), tiene una connotación puramente
negativa, y se traduce siempre "envidia".
¿Cómo se usaba
el término FDSONOS en la antigua Grecia? The Anchor Bible Dictionary
dice:
"A diferencia del hombre avariento, el que adolece de FDSONOS
no necesariamente desea los bienes que le molesta que otros tengan;
sencillamente no quiere que esas personas los posean. Difiere del hombre
competitivo en que, a diferencia de este, su objetivo no es ganar, sino evitar
que los demás ganen".
El envidioso
casi nunca está al tanto de que la causa principal de sus problemas es su
propia actitud.
"Una de las peculiaridades del hombre FTHONERÓS —dice el
mismo diccionario— es que no tiene conciencia de su propia personalidad. Cuando
se le pide que justifique su conducta, siempre se dice a sí mismo y dice a los
demás que sus críticas son justificadas y están motivadas por la injusticia de
la situación. Si se le pregunta por qué habla así de un amigo, responde que lo
hace para su beneficio".
MattiYah y
Mordejai usan el término griego FDSONOS para designar el móvil de los
individuos responsables de la muerte de Yahshua:
Porque sabía que por envidia lo habían entregado los principales
sacerdotes. Mordejai 15:10 (ver también MattiYah 27:18)
Sí, los motivaba
la envidia. Esta insana emoción también ha hecho que los apóstatas odien
cruelmente a los que fueron sus hermanos o viceversa:
Si alguien enseña algo diferente y no se conforma a las sanas
palabras de nuestro Maestro Yahshúa el Mashíaj y a la enseñanza que es conforme
a la piedad, se ha llenado de orgullo y no sabe nada. Más bien, delira acerca
de controversias y contiendas de palabras, de las cuales vienen envidia,
discordia, calumnias, sospechas perversas, y necias rencillas entre hombres de
mente corrompida y privados de la verdad, que tienen la piedad como fuente de
ganancia. Timotio Alef 6:3-5
No sorprende que
a los envidiosos se les impida la entrada en el Reino de Elohim. Yahweh Elohim
ha decretado que todos los que sigan "llenos de envidia" sean
"merecedores de muerte"
Como ellos no se dignaron tener en
cuenta a Yahweh, los abandonó Elohim a una mente reprobada, para hacer lo que
no se debe. Se han llenado de toda injusticia, maldad, avaricia y perversidad.
Están colmados de envidia, homicidios, contiendas, engaños, mala intención.
Romaniyim 1:28-29
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son...
celos... envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales
les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán
el reino de Elohim. GalutYah 5:19-21
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