7. La Intención De Yahweh Debe Penetrar En Nuestra Intención
La oración apropiada consiste también en que la intención de Elohim entre en la intención del hombre. Una persona que ora de esta manera es aquella que regularmente se acerca a Yahweh, permite que Él la gane, y vive en Elohim, dándole a Él así la oportunidad de infundir Su deseo en ella. Originalmente era la intención de Elohim, pero al entrar en el hombre se convierte en la intención interna del hombre. Esa carga pasa a ser parte nuestra, se convierte en nuestro propio deseo.
Normalmente conseguimos distinguirla de un deseo de la carne en que NO CONSEGUIMOS DEJARLA DE LADO AUNQUE QUERAMOS. A veces esta carga puede ser por algo muy determinado, bien detallado, a veces por algo más amplio, más general, pero siempre es algo que nos consume por dentro, algo parecido al llamado que recibimos y que ya no podemos rechazar. Es más fuerte que nosotros, porque es Su Voluntad.
En este sentido entonces, es primordial que llevemos una vida de comunión con Él, para que podamos recibir esas cargas. Ciertamente, personas carnales no están en comunión con el Ruaj y no pueden recibir sino los pedidos que su propia carne les hace, inclusive bien maquillados para que parezcan espirituales. Pero nuestra carne es engañosa, y no debemos olvidar que ELLA ESCUCHA TODO LO QUE EL RUAJ EXPLICA. La carne tiene la capacidad de escuchar y ver, y además de razonar. Sólo no puede VIVIR las cosas del Ruaj en verdad, ahí es donde falla, pero cuando escucha acerca de estas promesas, la carne dice "yo quiero eso". Por eso vemos a tantos que gritan y se enloquecen con la "poderosa oración", o la "poderosa palabra", o lo que sea, pero siempre preferentemente "poderoso". Lo que a la carne le llama la atención es EL PODER, no que eso está manifestando la Voluntad del Padre. Necesitamos también orar pidiendo este discernimiento, no sea que caigamos prisioneros de las señales, y despreciemos al que las realiza. Esto ha sucedido en todas las épocas en que Él ha traído milagros a la tierra. Nuestra carne necesita señales (confirmaciones) para poder avanzar, pero una vez que las recibe, tiende que querer más y más señales, en vez de aprender a conocer la justicia y el camino que están por detrás de esas señales. Los milagros son justamente como las señales de las calles: indican el camino, pero no son el camino mismo, y mucho menos el lugar al cual el camino nos conduce. Si nos quedamos parados delante del letrero luminoso porque nos gustan las luces, nunca avanzaremos.
Por ejemplo, como mencionamos anteriormente, podemos orar para que un pariente o amigo sea salvo. Si al orar, llega el momento en que comenzamos tener la revelación de que estamos expresando el deseo de Elohim de salvar a esa persona, sabremos que estamos siendo parte del Pueblo-Amén en ese momento. Esto sólo pudo ocurrir porque primero nosotros nos acercamos a Yahweh. En cierto momento, mientras nos acercábamos a Él, Elohim puso en nosotros Su intención de salvar a ese pariente o amigo; así que, ese deseo de Elohim llegó a ser nuestro propio deseo. Así, cuando oramos por ese asunto, nuestro deseo estaba mezclado con el deseo del Padre, éramos ejad y estábamos concordando a pleno con Él.
Diferente es el caso de estas oraciones en la carne. Todos tenemos familia o amigos en la carne y es natural que deseemos para ellos la maravilla que estamos experimentando, porque sabemos que Él será también la solución a los problemas de ellos. Sin embargo, no siempre es EL TIEMPO CORRECTO. Cuando nosotros insistimos en hacer las cosas en la carne, por mucho que oremos y que los instemos a convertirse, lo único que lograremos será el rechazo, o sea, el efecto contrario al que buscamos. Entonces la carne se enoja y protesta y le reclama a Yahweh, diciéndole "¿Por qué no estás respondiendo a mi oración? ¿Acaso está mal pedir por la salvación de los demás? No estoy siendo egoísta, estoy pidiendo por otros". Sin embargo, si la carne se callara y se sometiera al ruaj, descubriría que realmente está siendo muy egoísta, que sólo está pidiendo para sí misma PORQUE ELLA QUIERE QUE LOS SUYOS SE SALVEN (y no pide con la misma intensidad ni interés por alguien de África a quien no conoce, por ejemplo, ella está pidiendo por quien conoce y por quien tiene un interés personal, Y PORQUE ADEMÁS ELLA CREE QUE SI ESA PERSONA SE CONVIERTE, TERMINARÁN TODOS LOS CONFLICTOS DE LA FAMILIA. Aún cuando pide por un tercero, puede también colocarse a sí misma en el papel de "salvadora", queriendo ser la "intermediaria" a través de la cual la salvación llega a otros. En verdad, ella no está pidiendo por la salvación del otro, está pidiendo por su propia comodidad y beneficio, y por la alimentación de su ego. MUY ENGAÑOSA ES LA CARNE.
Pero el Ruaj sabe que los caminos del Creador son insondables a nuestra mente, y que ciertamente Él desea salvar a todos, por lo que Él cumplirá Su deseo, aunque será a Su manera y en Sus tiempos. De modo que no está mal orar por nuestra familia o amigos, siempre que ACEPTEMOS SU RESPUESTA, que puede ser "todavía no es el momento". Con todo, no dejemos de orar por ellos porque, COMO EL RESTO DE LA HUMANIDAD, ellos están dentro del deseo del Padre, y un día recibiremos en nuestro ruaj la confirmación de que Él actuará al respecto, y en nuestro interior SABREMOS que Él ha respondido a nuestra oración porque ya es el tiempo.
A manera de ilustración, quiero contar la
historia de la salvación de Hudson Taylor, fundador de la Misión al Interior de
China (MIC), una misión no denominacional que fue uno de los pioneros en la
evangelización en ese país. En su biografía nos dice que cuando él tenía
alrededor de quince o dieciséis años, el día en que él fue salvo su madre había
ido a visitar a un pariente. Esa tarde ella sintió una carga muy urgente en
cuanto a la salvación de su hijo. Así que, se encerró en un cuarto y oró
delante de Elohim, derramando el deseo de su corazón. Ella oró hasta que la
carga dentro de ella se hubo ido, y se sintió bastante ligera y liberada.
Entonces, sabiendo que Elohim había contestado su oración, ella agradeció y
alabó a Elohim. Mientras su madre oraba, Hudson Taylor vio en la sala de
lectura de su padre un folleto evangélico con las palabras: "La Obra
Consumada de Mashiaj". Estas simples palabras le tocaron y le llevaron a
recibir a Yahshua como su Salvador con todo su corazón. Después de un tiempo,
cuando su madre regresó a casa, Hudson Taylor fue hacia la puerta para
encontrarse con ella y decirle que tenía buenas noticias para ella. Pero su
madre lo abrazó con una sonrisa y le dijo: "Hijo
mío, lo supe hace tiempo, y me he estado regocijando por tus buenas noticias
durante estas dos semanas".
En esta historia podemos ver primeramente que la intención de Elohim era salvar a Hudson Taylor. En ese tiempo, su madre estaba buscando al Adón y estaba en silencio ante Elohim, esperando. Podemos tener la seguridad de que ella tenía el deseo de que su hijo fuera salvo, pero ella ESPERÓ PRIMERO, PRESENTANDO ESE DESEO A ÉL PARA QUE, CUANDO FUERA EL MOMENTO APROPIADO, EL RUAJ LE TRAJERA SU PARTE DE LA CARGA. Por tanto, cuando llegó el momento, Yahweh pudo infundir Su intención en ella (porque desde antes de la fundación del mundo Él ya había decidido que Hudson Taylor sería salvo ese preciso día, así como ya ha predestinado a todos y cada uno de nosotros), haciendo que Su intención se convirtiera en una carga interior en ella, la misma que ella derramó ante Él. Ella ya tenía ese deseo, PERO EN ESE MOMENTO SE CONVIRTIÓ EN UNA CARGA. Una carga que el Ruaj nos deposita es algo mucho más poderoso y pesado que un simple deseo de nuestro corazón. Finalmente, esa carga fue totalmente liberada ante el trono de Elohim, y entonces Elohim actuó para cumplir esta oración.
Este ejemplo debe convencernos de que esta oración no sólo ocasionó que Hudson Taylor fuese salvo, sino que también provocó que su madre entrara más profundamente en Elohim y que fuera ganada por Elohim de una manera más profunda. No podemos decir exactamente cuánto de la mezcla entre el hombre y Elohim se hizo más profunda en ella después de esa oración, pero cualquiera que alguna vez haya obtenido respuesta a un deseo antiguo sabe cómo eso nos fortalece y nos adentra más en nuestra ejad con Él. Además, esto no sólo fue un asunto donde se salvó un alma. Implícitos estaban también los grandes e inconmensurables asuntos de la autoridad y del beneficio que Elohim ganó a través de Hudson Taylor, porque como ya dijimos, él salvó millares de almas. Éste debe ser el resultado de una oración apropiada.
Por esta razón, muchas veces cuando las personas nos piden que oremos por ellas, no podemos aceptar su petición de forma directa, porque sabemos que las oraciones apropiadas ante Elohim no deben ser hechas según nuestra propia decisión (o la de los demás), sino según la carga que recibimos de Elohim cuando le contactamos y le tocamos. Podemos y debemos llevar la petición a Su presencia, y esperar en Él hasta que Él nos traiga la carga, si es que nos la trae. Tal vez la lleve directamente a la persona, o tal vez a otros. Por lo tanto, al comenzar a orar, no podemos traer los asuntos de otras personas y orar por ellas. Por eso cuando pido oración por algún asunto de otra persona, no lo hago hasta que el Ruaj mismo lo coloca, y tampoco explico los detalles del asunto a los demás. De esta forma estamos condicionados a pedir LO QUE EL PADRE DESEA, y no lo que nosotros creemos conveniente. El Ruaj actúa de la misma forma cuando coloca una carga sobre nosotros: no explica demasiado los detalles.
En este sentido, debemos plantear de la misma manera todos nuestros pedidos de esta forma, tanto los personales como los corporativos, los sociales, los familiares, todos en general; no dando indicaciones sino presentando simplemente el problema, pidiendo que Él nos traiga como una carga la solución cuando lo considere correcto. De esta forma dejamos a Sus pies nuestras cargas y permanecemos aliviados de las mismas hasta que Él nos las regrese, esta vez junto con la solución de las mismas.
Debido a esto, antes de abrir nuestra boca para orar por ciertos asuntos, debemos pasar un tiempo considerable ante Elohim para abrir nuestro ser a Él. Cuando digo esto, me refiero a dejar los pedidos en Sus manos y esperar, como acabo de decir, no a arrodillarnos y pasar todo un mes arrodillados sin parar. ESTO NO ES FE, es justamente lo contrario. La fe deposita y espera, la impaciencia insiste. Perseverar en la oración no quiere decir ser insistentes en nuestra carne, sino perseverar en ella CUANDO EL RUAJ NOS HA TRAÍDO LA CARGA. En ese momento ciertamente debemos orar hasta que Él levante el peso de nosotros. Y esto tampoco quiere decir dejar las cosas ahí y olvidarse. Presentar las cosas ante Él y recordarlas cada tanto si no han tenido respuesta no quiere decir que reclamemos, sino que buscamos confirmación de que aún no es el tiempo o de que la respuesta es un NO.
En este sentido siempre se cita la parábola de la viuda y el juez inicuo. Sin embargo, en esta parábola Yahshua concluye diciendo que "si hasta el juez malvado hizo lo correcto, cómo no hará lo mismo el que es la propia Justicia". En esta parábola, tanto la viuda con su insistencia como el juez en su corrupción son dos personajes carnales. Ella ganó por cansancio, no porque el juez le hiciera justicia en verdad. Lo que obtuvo no fue justicia, sino únicamente lo que ella quería. En el fondo, tanto le daba si se la otorgaba el juez o cualquier otro medio, porque ese deseo era de su carne. Yahshua dio esta parábola como una comparación NEGATIVA, inversa, indicando lo que dijo al final, que si hasta en el mundo carnal corrupto podemos obtener respuesta a nuestro deseo, CUÁNTO MÁS EL PADRE NO RESPONDERÁ LAS VERDADERAS ORACIONES QUE ÉL MISMO COLOCA EN NUESTRO INTERIOR. Es en estas oraciones en las que debemos perseverar hasta que el Ruaj mismo nos libera de la carga, trayéndonos la paz y la seguridad de que así formamos parte de Su Pueblo-Amén.
Él sabe lo que le hemos pedido y también conoce la respuesta. Muchas veces, esa respuesta es "NO". Entonces Él no nos devolverá esa carga nunca más, porque no era una carga Suya sino solamente nuestra, o de quien nos ha pedido. Otras veces, la respuesta demorará años, hasta décadas, y puede darnos la impresión de que era un "NO", aunque sólo era un "ESPERA". Pero la cuestión es que, mientras tanto, no andemos ansiosos por esas cosas, preguntándonos cuándo responderá, sino que recordemos que "todas las cosas cooperan para el bien de aquellos que Lo aman", porque todas están en Sus Manos, y Él se ocupa de ellas de forma perfecta.
Ninguna persona que sabe cómo orar apropiadamente se presenta ante Elohim y abre inmediatamente la boca para orar; más bien, esta persona diariamente lleva consigo un ruaj de oración, permanece en silencio ante Elohim, no dice mucho, ni tiene muchas sugerencias. A este nivel debemos llegar en nuestro camino de crecimiento en la oración, claro que es un nivel que deseamos alcanzar y si no es el nivel en el que estamos, ENTONCES NO DESESPEREMOS, SINO ESFORCÉMONOS POR LLEGAR A ÉL.
8.
El Propósito De La Oración Es Glorificar A Yahweh
Una oración apropiada no debe hacer que el hombre se goce por lo que logró o por el resultado obtenido, sino que debe hacer que Elohim reciba el 100% de la gloria. Ciertamente es el hombre quien ora, y es Yahweh quien contesta la oración y la cumple, pero en esto no hay lugar para el hombre. Ya que hemos recibido el deseo de Su parte para depositarlo a Sus pies, para después volver a recibirlo como carga en el momento oportuno, ciertamente no podemos decir que haya mucho de nuestra parte, COMO NO SEA NUESTRA OBEDIENCIA Y CONCORDANCIA COMO PUEBLO-AMÉN. Si después de que una oración se cumple, alguien siente que tiene algún mérito por ello, si se siente "poderoso", entonces debe saber que algo está mal con su carne, es decir, no ha aprendido las lecciones de la oración a cabalidad. Así que este principio es muy importante. Él también puede responder oraciones para que la carne sea expuesta, no lo olvidemos.
Porque así ha dicho Yahweh: "Cuando se cumplan los setenta años para Bavel, tomaré nota de ustedes, y les cumpliré mi promesa de favorecerlos –para hacerlos regresar a este lugar. Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes –declara Yahweh– planes para su bienestar y no para desastre, para darles un futuro esperanzador". YirmeYah 29:10-11
Estas palabras proclamaban la intención de Yahweh hacia los yisraelitas; éstas eran las cosas que Él planeaba hacer. Pero, permítanme preguntar: ¿Cómo podría Elohim llevar a cabo Su intención? La respuesta está en los siguientes pasukim:
Cuando ustedes me invoquen, y vengan y oren a mí, yo les prestaré atención. Me buscarán y me hallarán, si me buscan con todo su corazón. Me dejaré hallar de ustedes –declara Yahweh– y les restauraré su suerte. YirmeYah 29:12-14a
Según el principio de Elohim, Su intención se debe realizar por medio de la oración del hombre en la tierra, porque sin la oración del hombre, el deseo de Elohim no se puede lograr. Ellos debían INVOCARLO, debían BUSCARLO (en oración), y entonces ÉL SE DEJARÍA HALLAR, es decir, ellos ya habían dejado a sus pies el deseo de sus corazones, ahora Él les traía de nuevo la carga, como hizo con Daniyel, para que esta vez concordaran en un mismo deseo y fueran un Pueblo-Amén.
¿Qué clase de persona puede ser usada por Elohim para que ore por Su intención? Solamente hay una clase de persona: aquella que vive ante Elohim, que espera ante Él y que permite que Él sea quien lo inicie todo. Al leer el libro de Daniyel, podemos ver que Daniyel era alguien que realmente no inició nada ante Elohim. Él esperaba ante Elohim, poniendo su interés solamente en Él, y no en sí mismo. Por tanto, él tocó y entendió esta intención particular de Yahweh cuando Él se la mostró, y comprendió que Elohim haría volver a los hijos de Yisrael de su cautiverio después que se cumplieran setenta años. Debido a que el deseo de Daniyel correspondía a la intención de Elohim, él ayunó y descargó este deseo ante Elohim en oración. Así, el deseo que Daniyel debe haber colocado a los pies de Yahweh desde sus primeros días de exilio atravesó (tocó) a Yahweh, porque esa era DESDE ANTES la intención del corazón de Elohim; entonces, cuando llegó el tiempo, esta carga entró en Daniyel, pasó a través de él y finalmente regresó al trono de Elohim, en un poderoso amén. Entonces el trono de Elohim actuó inmediatamente con respecto a tal situación. La oración de Daniyel en la tierra rompió la barrera de la batalla que se estaba librando en los cielos de la tierra (los principados y potestades de las regiones del aire luchando contra los malajim de Yahweh), y los cielos y la tierra se besaron. ¡Qué poderoso amén!
Esta acción no fue en absoluto para el deleite ni la gloria de Daniyel, sino para que Elohim recibiera la gloria, toda la gloria es Suya, Él es quien hace todo. Éste es un asunto muy significativo. Aunque Daniyel oró para que Elohim hiciera que muchos regresaran, Daniyel mismo no regresó. Puede ser que finalmente él haya regresado, pero en las Escrituras no consta ningún registro claro de esto. De qué manera, él ya era muy anciano en aquella época, con más de 85 años. Sin embargo, como ya veremos, su oración fue una de INTERCESIÓN, por eso no era necesariamente aplicada a él mismo. Él pidió por una cosa y Yahweh la llevó a cabo, pero Daniyel mismo no participó del resultado de una forma directa (él no salió de Bavel), pero para eso fue preparado toda su vida de separación y consagración a Yahweh aún dentro de la propia Bavel. Daniyel es el ejemplo más poderoso de cómo ser separados para Yahweh aún si nos encontramos al lado del trono de haSatán.
Por lo tanto, en cuanto a los principios de la oración, todo nuestro ser, de pies a cabeza, debe ser dejado a un lado. Nosotros mismos no tenemos mucho que ver en la oración. Al principio, es Elohim quien inicia todo, en el proceso nosotros solamente cooperamos con Elohim CALLÁNDONOS, ESCUCHANDO Y OBEDECIENDO CON NUESTRO AMÉN, y finalmente todo es para la gloria de Yahweh. En esto consiste la verdadera oración, a saber: el hombre se une a Elohim y coopera con Él en la tierra, permitiendo que Él se exprese y que realice Su propósito por medio del hombre. Ésta es la base de los principios que tenemos en cuanto a la oración. Pasando nuestra oración por el test de estos principios, podemos darnos cuenta qué clase de oración estamos haciendo. Si aplicamos estos principios al orar, y los transformamos en acciones mecánicas por la disciplina, para que finalmente pasen a formar parte de nuestra naturaleza interna, nuestras oraciones ante Elohim serán puras, sin mucha mezcla del yo en ellas. Éste es el tipo de oración que Yahweh busca, y éste es el tipo de vida de oración que Él desea que llevemos. Él quiere que su pueblo sea un Pueblo-Amén, un Cuerpo que acompaña Sus deseos por encima de los propios, que concuerda en todo con el Padre, no sólo en la forma sino también en los tiempos en los que Él da la respuesta.
Esto requiere un aprendizaje muy estricto de estas lecciones, una firme disciplina para su aplicación. Que Elohim tenga misericordia de nosotros para que procuremos fuertemente aprender este asunto de la oración que Él desea.
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