Cuando oren, no sea como los hipócritas, que les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que la gente los vea. En verdad les digo que ya tienen su RECOMPENSA. Tú, cuando ores, entra en tu cuarto y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará. MattiYah 6:5-6
Por
lo general, cuando hablamos de la oración, nuestra preocupación se centra en la
respuesta a la misma. Sin embargo, en estos pasukim el Adón no pone énfasis en
la respuesta, sino en la recompensa de la misma. ¿En qué nos basamos para decir
esto? Nuestra base es la palabra "recompensa" que se usa en el pasuk
5, la cual es la misma palabra que se utiliza en el pasuk 2 con respecto a la
recompensa del que da limosnas, y en el pasuk 16 con respecto a la recompensa
del que ayuna.
La
palabra es MISDSÓS (G3408), que significa "paga por servicios"
(literal o figurativamente), sea bueno o malo: premio, recompensa, salario,
galardón, jornal.
Si
la recompensa de la oración es la respuesta a la misma, ¿a qué se refieren
entonces las recompensas del que da limosnas y del que ayuna? Según el
contexto, esta recompensa se refiere al premio que uno recibe en el Reino. Estos
comentarios del Adón se engloban más adelante cuando Él dice:
No acumulen para ustedes riquezas en la tierra, donde la polilla y el moho corrompen, y donde los ladrones irrumpen y roban. Más bien, acumulen para ustedes riquezas en el cielo, donde ni la polilla ni el moho corrompen, y donde los ladrones no irrumpen ni roban. MattiYah 6:19-20
Estas
riquezas aquí, aunque también pueden ser correctamente interpretadas como la
diferencia entre acumular riquezas materiales vs riquezas espirituales, si
vemos bien el contexto, específicamente Mashíaj se refería a esas recompensas.
Estaba diciendo que no buscáramos esas recompensas externas (el ser vistos
haciendo justicia propia), sino que hiciéramos todo en secreto, únicamente a
los ojos del Padre, porque de Él recibiríamos la recompensa. Al hacer esto, estaríamos
acumulando tesoros en el cielo.
Esto
nos muestra que la respuesta a la oración es secundaria; lo principal es que
recibamos una recompensa por nuestra oración. Si nuestra oración corresponde a
la voluntad de Elohim, no sólo será contestada, sino que también será recordada
y recompensada en el futuro, ante el tribunal de Elohim. Por tanto, la oración
mencionada en estos pasukim nos trae no sólo una respuesta hoy, sino también
justicia en nuestro tesoro celestial. En otras palabras, nuestra oración es
nuestra justicia.
Sin
embargo, la justicia de la oración no se obtiene haciendo oraciones mecánicas,
indiferentes, rutinarias ni por motivos impuros. Por un lado, el Adón nos
enseña a no orar como lo hacen estas dos clases de personas; por otro, nos presenta
un modelo de oración. En primer lugar, examinemos las dos clases de oración que
no debemos seguir.
No Como Los Hipócritas
Así que cuando hagas obras de misericordia, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. En verdad les digo que ellos ya tienen su RECOMPENSA. MattiYah 6:2
Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que cambian de semblante para demostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya tienen su RECOMPENSA. MattiYah 6:16
El
fin de la oración es tener comunión con Elohim y expresar Su gloria. Pero los hipócritas
utilizan la oración, que debería glorificar a Yahweh, para glorificarse a sí
mismos. Por lo tanto, les gusta orar en las sinagogas y en las esquinas de las
calles. Hacen esto para ser vistos de los hombres, porque las sinagogas y las
esquinas de las calles son lugares públicos, donde pasa mucha gente. No oran
para que Elohim los oiga, sino para ser oídos por los hombres. Les gusta
exhibirse. Esta clase de oración es muy superficial; no puede considerarse una
oración dirigida a Elohim, ni tampoco una comunión con Él. Estos hombres no
deben esperar recibir algo de Elohim, porque el motivo que yace detrás de este
tipo de oración es recibir gloria de los hombres, y porque no han acumulado
nada delante de Elohim. De hecho, Él asegura que ya han recibido su recompensa;
han recibido la alabanza de los hombres, su tesoro sobre la tierra. Por lo
tanto, en el Reino venidero no habrá nada qué recordar. Estas son obras que
arden como la paja.
¿Entonces
qué debemos hacer cuando oramos?
Tú, cuando ores, entra en tu cuarto y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará. MattiYah 6:6
Las
sinagogas, al igual que las esquinas de la calles, denotan lugares públicos,
mientras que el cuarto es un lugar oculto. Nosotros podemos entrar en nuestro cuarto
aún en las sinagogas y en las esquinas de las calles. Uno puede encontrar el cuarto
en la calle caminando y dentro del automóvil. El cuarto es el lugar donde tenemos
comunión con Elohim en lo secreto; el lugar donde oramos SIN TENER LA INTENCIÓN
DE EXHIBIR NUESTRA ORACIÓN. "Entra en tu cuarto y, con
la puerta cerrada". Esto quiere decir
cerrar la puerta para que el mundo quede afuera y nosotros adentro; significa
que desechamos todas las voces de afuera, y oramos a Elohim callada y
silenciosamente.
Cuando
oramos al Padre que está en secreto, Él nos recompensará. Para poder orar al
Padre que está en secreto, necesitamos tener fe. Aunque uno no sienta nada
exteriormente, debemos tener la certeza de estar orando al Padre, quien está
presente en secreto, donde no lo ven los hombres. Esto muestra cuánto se
interesa por nuestras oraciones. Él recompensará. ¿Podemos creer esto? Si el
Adón dice que Él nos recompensará, entonces, ciertamente lo hará. ¿Percibimos
que cuando oramos estamos trabajando para Él, acumulando riquezas? y ya vimos
que también sucede cuando ayunamos y cuando hacemos obras de misericordia:
Pero cuando tú hagas obras de misericordia, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que tus obras de misericordia sean en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará. MattiYah 6:3-4
Todo
lo que hacemos para la Obra del Reino es contabilizado en nuestra cuenta
bancaria celestial, y cuando llegue la hora, recibiremos nuestra recompensa.
Trabajemos entonces para que nuestro tesoro esté en los cielos.
El
Adón garantiza que la oración que se hace en secreto no será en vano. Si oramos
como es debido (de acuerdo a todas las condiciones previas que estudiamos en
los estudios anteriores), el Padre nos recompensará. Aunque parezca que no hay
ninguna recompensa hoy, vendrá el día cuando seremos recompensados. Hermanos,
¿puede nuestra oración en lo secreto pasar la prueba de ser vista por el Padre
en lo secreto? ¿Dónde estamos colocando nuestro tesoro?
No Usar Vanas Repeticiones Como
Los Gentiles
El
Adón no sólo nos enseñó a orar en lo secreto sino también a
Y al orar, no hagan repeticiones inútiles, como los gentiles, que piensan que los escucharán por su palabrería. MattiYah 6:7
La
palabra "palabrería" es POLULOGÍA (G4180), un compuesto de POLUS
(mucho) y LOGOS (palabra). Algunas personas son sumamente locuaces, derramando
un torrente de palabras para mostrar su locuacidad, lo bien que se expresan.
Otras personas en sus oraciones repiten las mismas palabras de manera monótona,
las usan como muletilla. Otros recitan oraciones aprendidas de memoria una y
otra vez, como un mantra. Esta clase de oración tiene sonido, pero carece de
significado. A veces, ciertas oraciones utilizan palabras que todos
comprendemos, pero son tan confusas que parecen lenguas extrañas. Estas
personas repiten muchas veces las mismas palabras. Suponen que sus oraciones
serán contestadas por la mucha repetición. Pero esta clase de oración es vana;
no es eficaz en absoluto y no la debemos usar. Debemos aprender, caminando con
Él, a hacer fluir nuestras oraciones en el Ruaj.
Hermanos,
sus oraciones no deben ser simplemente sonidos sin significado. Las oraciones
de muchas personas, en la reunión de oración, no tienen sentido. Esas personas
no oran para que se realicen algunas metas sino para generar ruido. Sus oraciones
no tienen el propósito de aliviar una carga sino el de producir un discurso. Se
ofrecen muchas oraciones como resultado de la influencia humana, y se expresan
muchas palabras que van más allá de lo que uno desea. Estas oraciones son como
el ruido de una corriente de agua que golpea contra las rocas o como el ruido
de las ruedas de un carruaje que va por un camino de piedras. Esta clase de
oración tiene sonido pero carece de significado. No debemos orar de esa manera.
El Padre Sabe
Por tanto, no sean como ellos, porque su Padre sabe qué cosas necesitan ustedes antes que le pidan. MattiYah 6:8
Esto
nos muestra que la respuesta a nuestras oraciones depende de nuestra actitud
delante de Elohim y de nuestra necesidad; no depende de nuestras muchas palabras.
Si oramos por lo que no necesitamos, no seremos oídos aunque usemos más
palabras. Si lo que pedimos no procede de la necesidad, es avaricia y es pedir
en vano. A Elohim le place darnos lo que necesitamos; pero no le gusta
satisfacer los deseos de nuestro yo. Algunos han dicho que ya que Elohim sabe
lo que necesitamos, no es necesario pedirle. Decir esto es una insensatez. El
propósito de nuestra oración no es notificarle a Elohim nuestros asuntos, sino
expresarle nuestra confianza, nuestra fe, nuestra dependencia y nuestro deseo,
una vez que hemos aprendido a colocarlo correctamente dentro de Su deseo.
Ciertamente que el Padre desea cubrir nuestras necesidades, pero la forma
correcta de pedir por ellas no es enumerando nuestra lista de pedidos y problemas,
sino depositando todo a Sus pies para que Él se ocupe en su debido tiempo,
mientras trabaja en nosotros para moldear las cosas que debemos corregir. Él no
nos dejará sin cuidado hasta que seamos perfectos, se ocupará del pan nuestro
de cada día como ha venido haciendo con buenos y malos desde la creación. Entonces,
cuando alineamos nuestras necesidades con Su deseo de ayudarnos, ya no
pediremos por cosas específicas, sino que se haga Su voluntad.
Por
lo tanto, es correcto que oremos, pero al hacerlo, nuestro deseo y nuestra fe
deben ir más allá de nuestras palabras.
La Oración Modelo
Ahora
examinemos la oración que el Adón enseñó. Esta oración se conoce comúnmente
como "la oración de Mashíaj", lo cual es un error. Esta oración no es
la oración de Él, sino una oración que Él utilizó para enseñarnos los conceptos
básicos del orar. Debemos aprender cuidadosamente de esta oración.
El
Adón dijo: "Ustedes deben orar
así". Él no dijo que oráramos con estas palabras. Si lo hubiera dicho,
todo lo que tendríamos que hacer sería repetirlas cada vez que orásemos, como
los católicos. No, esto no es a lo que Él se refería. Lo que quiso decir fue
que debíamos orar de esa manera, pidiendo por esos puntos. En otras palabras,
el Adón nos enseñaba cómo orar; no nos insta a imitar Sus palabras, sino a que
oremos de la manera que Él lo hace.
Desde
el comienzo del mundo, Elohim ha estado escuchando las oraciones del hombre. De
generación en generación y de edad en edad, los hombres han estado orando a
Elohim. Pero es difícil encontrar personas cuyas oraciones lleguen al blanco.
Muchas personas prestan atención a sus necesidades, no a las de Yahweh. Por
esta razón, el Adón nos dijo: "Ustedes
deben orar así". El "así" aquí, es algo muy significativo,
grandioso y profundo. Hermanos, si de verdad queremos aprender a orar,
necesitamos aprender a orar "así", y esa es Su voluntad. Esta es la
primera vez, desde que Elohim vino a la tierra como hombre, que nos dice cómo
debemos orar y cómo hacerlo de manera concisa, una manera que es agradable a
Sus oídos, y acorde con Su voluntad.
El
Adón nos dijo que debemos orar a nuestro Padre que está en los cielos. La
palabra "Padre" es un título, un nuevo nombre por medio del cual el
hombre se puede dirigir a Elohim. Antes, el hombre lo llamaba "el Elohim
Todopoderoso", "el Altísimo", "el Elohim viviente" o
"Yahweh". Nadie se atrevía a llamar "Padre" a Elohim. Esta
fue la primera vez que se empleó la palabra "Padre", lo cual nos muestra
claramente que esta oración es para los salvos, los que ya poseen el Ruaj de
adopción. Después de ser salvos, podemos dirigirnos a Yahweh como Padre, porque
sólo los que fueron engendrados por Elohim son hijos Suyos, y sólo ellos pueden
llamarlo Padre. Originalmente, sólo nuestro Adón Yahshua podía llamar Padre a
Elohim. Pero en estos pasukim, Él nos instruye a que lo llamemos Padre nuestro.
Esta es una gran revelación. Si Elohim no nos hubiera amado y dado a Su Hijo
unigénito, ¿cómo podríamos llamarlo Padre nuestro? Damos gracias a Elohim que
Su Hijo murió y resucitó por nosotros, para que podamos llegar a ser Sus hijos
y así recibir una nueva posición. De ese momento en adelante, hemos podido orar
a nuestro Padre que está en los cielos. Que el Ruaj del Adón nos enseñe más a
entender que Elohim es nuestro Padre y a creer que el Padre es amoroso y
paciente, y que Él no sólo desea oír nuestras oraciones, sino también compartir
el gozo de la oración.
Esta
oración puede dividirse en tres secciones. La primera sección está relacionada
con las cosas de Elohim; es una oración que expresa tres deseos acerca de
Elohim (MattiYah 6:9-10), y puede considerarse como el fundamento. La segunda
sección se relaciona con nosotros; es nuestra petición por la protección de
Elohim (pasukim 11-13a). La tercera sección es nuestra declaración; es nuestra
alabanza a Elohim (pasuk 13b). Veamos las secciones de la oración.
1. TRES DESEOS ACERCA DE YAHWEH
El Primer Deseo: Su Nombre
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu Nombre... MattiYah 6:9b
Yahshua
espera que todos oremos pidiendo que el Nombre del Padre sea santificado por el
hombre. Su nombre es exaltado entre los malajim. Pero en la tierra, Su nombre
está siendo usado en vano; aun a los ídolos les ponen Sus títulos. Cuando un
hombre toma el nombre de Elohim en vano, Yahweh no le demuestra Su ira
partiéndolo con un rayo, sino que se esconde como si no existiera. Cuando un
hombre toma Su nombre en vano, Elohim no lo confronta, pero no responde. Aún
así, quiere que Sus hijos oren: "Santificado sea Tu nombre", no como
una frase que repetimos para quedar bien, sino como un fuerte deseo de nuestro
corazón de que Su Nombre sea santificado en toda la tierra, como corresponde.
Si amamos a Elohim y lo conocemos, entonces desearemos que Su nombre sea
santificado. Si alguno toma el nombre de Elohim en vano, debemos sentirnos
heridos, entonces nuestro deseo de que el nombre del Adón sea santificado se
fortalecerá, y oraremos con más perseverancia y comprensión: "Santificado sea Tu nombre".
Un día el hombre santificará este nombre y nunca más lo tomará en vano.
El
nombre de Elohim no es sólo un título por el cual nos dirigimos a Él, como
muchos han hecho al reducir Su Nombre Kadosh a "dios"; es una gran
revelación que recibimos del Adón. El nombre de Elohim se usa en las Escrituras
para designar la revelación que Yahweh da de Sí mismo al hombre, y denota todo
lo que sabemos de Él. El nombre de Elohim es Su naturaleza y revela Su plenitud. Esto es algo que el hombre
no puede comprender con su alma, sino algo que Él nos revela. El Adón dijo:
Yo les he dado a conocer tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y me los diste; y han guardado tu palabra. Yahanan 17:6
Esto nos
muestra que para conocer el nombre de Elohim, necesitamos que el Adón nos lo revele
repetidas veces.
Santificar
Su Nombre no sólo es nuestro deseo sino también nuestra adoración al Padre.
Debemos darle gloria a Elohim. Debemos comenzar nuestra oración expresando el
mayor deseo de Yahweh: que Su Nombre sea santificado sobre toda la tierra como
ya lo es en los cielos. Antes de esperar recibir misericordia y gracia de Él,
debemos darle la gloria. Debemos concederle la alabanza plena por lo que Él es,
y luego podemos recibir Su gracia. Hermanos, tenemos que recordar que lo
principal y la meta máxima de nuestra oración es que
Elohim reciba la gloria.
El
nombre de Elohim está ligado a Su gloria.
He tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Yisrael en las naciones adonde fueron. Yahjezquel 36:21
La
casa de Yisrael no había santificado el nombre de Elohim. Así que el nombre de Yahweh
fue profanado entre las naciones adonde fueron. Pero Elohim tuvo dolor por Su
Nombre Kadosh. Nuestro Adón quiere que nosotros tengamos este deseo como propio.
En otras palabras, Él quiere glorificar Su propio nombre por medio de nosotros:
Yo mostraré la santidad de mi gran nombre que fue profanado en las naciones, en medio de las cuales ustedes lo profanaron. Y sabrán las naciones que yo soy Yahweh, cuando muestre mi santidad en ustedes a la vista de ellos", dice Adonay Yahweh. Yahjezquel 36:23
El
nombre de Elohim tiene que ser santificado primero en nuestros corazones antes
de que nuestro deseo se haga más profundo. Se necesita una obra profunda del
madero antes de poder glorificar el nombre de Elohim. De otro modo, nuestro
deseo no es más que una idea vacía, no es un verdadero deseo. Hermanos, ya que
este el caso, ¡cuánto necesitamos ser quebrantados y podados!
El Segundo Deseo: El Reino
Venga Tu Reino... MattiYah 6:10a
¿Qué
clase de Reino es éste? Se leemos el contexto en MattiYah, veremos que este Reino
se refiere al Reino de los cielos. El Adón nos dice que oremos que venga Su
Reino. Esto significa que el Reino de Elohim existe en el cielo y no en la
tierra, por lo que nuestro deseo, como el Suyo, debe ser que ese Reino llegue
también a la tierra. Consecuentemente, debemos orar pidiendo a Elohim que
extienda Su esfera celestial a la tierra.
Las
Escrituras hablan en el Tanaj del Reino de Elohim en términos históricos y
también geográficos, porque esa era la etapa de las sombras, la Era de Pésaj.
La historia se relaciona con el tiempo, y la geografía con los lugares. Según el
Tanaj, el Reino de Elohim era más geográfico que histórico, porque ese era el
cuadro que el Padre estaba pintando para que las últimas generaciones lo
viéramos. Pero el Adón dijo:
"Pero si Yo por el Ruaj de Elohim echo fuera los demonios, entonces ha llegado a ustedes el Reino de Elohim". MattiYah 12:28
¿Está
esto relacionado con la historia, con el tiempo? No, es algo relacionado a la
geografía, el espacio. El Reino de Elohim está dondequiera que el Hijo de
Elohim eche fuera demonios. Y esto no se refiere a andar haciendo exorcismos,
sino a que cuando uno es salvo y se convierte en hijo de Yahweh, los demonios
que teníamos comienzan a ser expulsados de nuestro interior (si andamos en el
camino de santificación). Así que, durante este período, el Reino de Elohim es
más un asunto geográfico que histórico.
Hermanos,
si prevalece el concepto histórico del Reino, sólo se habrá visto un lado de la
verdad, como los que hoy insisten en volver a levantar un estado de Israel físico. En el Tanaj se
encuentra el Reino de Yahweh sólo en profecía, y el Reino de Yisrael fue
únicamente un cuadro representativo del Plan de Yahweh. Cuando el Adón Yahshua
vino, oímos la declaración de Yahanan el Bautista, quien proclamó que el Reino
de los Cielos se había acercado (MattiYah 3:1-2). Luego el mismo Adón Yahshua
dijo que el Reino de los Cielos se había acercado (4:17). Ellos dijeron esto
porque para entonces ya había personas que pertenecían al Reino de los cielos,
porque el Reino de Yahudá sería completamente destruido 70 años después de la muerte
de Mashíaj. No, el Reino al cual Yahshua se refería "no es de este mundo" (Yahanan 18:36). Cuando llegamos a
MattiYah 13, vemos que aparece el Reino de los cielos en la tierra. En la
actualidad, el Reino de Elohim está dondequiera que
los hijos de Elohim, por el Ruaj de Elohim, echen fuera los demonios y hagan Sus
obras. Al pedirnos que oráramos para que viniese el Reino, el Adón expresaba Su
anhelo de que el Reino de Elohim llene toda la tierra.
Éste
no es sólo el deseo de la congregación, sino también su responsabilidad. La
congregación debe traer el Reino de Elohim, para lo cual necesita pagar el
precio de ser restringida por el cielo y someterse a su gobierno. La Novia debe
ser la puerta del cielo y debe permitir que la autoridad del cielo se exprese
en la tierra. Para poder traer el Reino de Elohim, la congregación tiene que
conocer todas las maquinaciones de haSatán (Qorintiyim Bet 2:11); y tiene que
vestirse de toda la armadura de Elohim a fin de estar firme contra las
estratagemas del diablo (Efesiyim 6:11), porque dondequiera que está el Reino
de Elohim, haSatán es echado fuera. Cuando el Reino de Elohim gobierne en la
tierra completamente, haSatán será arrojado al abismo (Hitgalut 20:1-3).
Ya
que la Novia tiene una responsabilidad tan grande, haSatán hará todo lo que
pueda por atacarla. Que la congregación pueda orar como lo hicieron los santos
de antaño: "Oh Yahweh, inclina tus
cielos y desciende" (Mizmor 144:5). "Oh, si desgarraras los cielos y descendieras" (YeshaYah
64:1). Al mismo tiempo debemos decirle a haSatán: "Apártate de la tierra ahora mismo, y vete al fuego eterno, el
cual Elohim ha preparado para ti" (conferir MattiYah 25:41).
El Tercer Deseo: Su Voluntad
...hágase tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. MattiYah 6:10b
Esta
parte muestra que la voluntad de Elohim ya se hace en el cielo, pero que no se
hace completamente en la tierra. Yahweh es Elohim; ¿quién puede impedir que se
haga Su voluntad? ¿Podrá acaso el hombre o haSatán detener a Elohim? Nadie
puede detenerlo. ¿Por qué entonces tenemos que orar? Para responder a esta
pregunta, tenemos que mencionar algo relacionado con el principio de la
oración.
En
las Escrituras existen algunos principios básicos acerca de la verdad. El
principio de la oración es uno de ellos. Yahweh sabe de antemano lo que
necesitamos. ¿Por qué, entonces, necesitamos orar? Según la perspectiva del
hombre, ya que Elohim es omnisciente, no habría necesidad de que el hombre ore.
Sin embargo, según las Escrituras, Elohim necesita la oración del hombre. La
oración indica que aunque Elohim quiere hacer algo, no lo hará solo; Él
esperará a que el hombre ore en la tierra antes de obrar. Elohim tiene Su
propia voluntad y Sus propios pensamientos. No obstante, espera a que los
hombres oren ESOS PENSAMIENTOS Y DESEOS. No debemos olvidar que estamos siendo
entrenados, conformados a Su Semejanza para, una vez alcanzada la gloria, lo
representemos a plenitud en la tierra.
Aunque
Él conoce nuestras necesidades, antes de actuar tiene que esperar a que el
hombre ore, porque el hombre es Su mitad sobre la tierra, una mitad que fue
perdida y que Mashíaj vino a recuperar. Él no obrará solo, porque esperará
hasta que el hombre haya orado. La razón por la cual debemos orar es que Elohim
no hará nada por Sí solo, y porque debemos aprender a trabajar en ejad con Él.
Por eso, Él tiene que esperar a que el hombre ore antes de obrar.
El
Adón Yahshua iba a nacer, pero era necesario que Shimón y Ana oraran por esto
(Luka 2:25, 36-38), para que la tierra dijera amén a la voluntad de los cielos.
El Ruaj haKodesh debía descender, pero sólo lo haría cuando los ciento veinte
oraran diez días (MaAseh 1:15; 2:1-2). Este es el principio de la oración, la
tierra diciendo amén a la voluntad de los cielos. ¿Podemos en la oración
pedirle a Elohim que no haga lo que quiere hacer, o que haga lo que no desea?
No, de ninguna manera. Sin embargo, Elohim tiene que esperar a que nosotros
oremos antes de poder hacer lo que desea. Él coloca Su deseo en el corazón de
sus hijos obedientes, aquellos que lo buscan en ruaj y en verdad, para que
ellos puedan orar en la tierra lo que los cielos ya han decretado.
En
los días de Ajav, vino la palabra de Yahweh a EliYah claramente diciendo: "Yo haré llover sobre la faz de la
tierra". Pero EliYah tuvo que orar antes de que Elohim enviara la
lluvia (Melajim Alef 18:1, 41-45). Elohim no cumplirá Su voluntad solo. El debe
esperar a que nosotros oremos antes de cumplir Su voluntad. ¿Qué es la oración?
La oración significa que, en primer lugar, Elohim tiene una voluntad; en
segundo lugar, que nosotros tocamos esta voluntad y oramos por ella; y en
tercer lugar, que Elohim contesta nuestra oración y cumple Su voluntad así en
la tierra como en el cielo.
Muchas
personas tienen el concepto erróneo de que la razón por la cual el hombre ora a
Elohim es iniciar algo y pedirle a Elohim que lo lleve a cabo. Ellos piensan
cosas, tejen planes, y le piden a Yahweh que los ejecute... haciendo la
voluntad de ellos sobre la tierra. Pero las Escrituras nos muestran que es
Elohim el que primero tiene una voluntad y quiere hacer algo; entonces nos
muestra Su voluntad, y nosotros declaramos con nuestra boca la voluntad que
hemos llegado a entender. Esto es la oración. El Adón nos enseñó a orar. Yahweh
mismo desea que Su nombre sea santificado, que Su Reino venga y que Su voluntad
se haga en la tierra. Sin embargo, Él no hará estas cosas por Su propia cuenta.
Él espera a que la congregación ore, que la Novia tenga Su mismo deseo y que
ese deseo sea una carga en su corazón.
Si
ustedes oran, yo oro y todos los hijos de Elohim oramos, entonces Su nombre
será santificado, Él traerá la multiplicación de los Suyos, Su Reino vendrá y
Su voluntad se hará en la tierra así como en el cielo. Los hijos de Elohim
tienen que aprender a hacer este tipo de oración. Siempre debemos recordar lo
que Elohim desea hacer. Aunque Él ha determinado hacer algo, no lo hará; Él
debe esperar a que Sus hijos sean motivados y estén dispuestos a expresar Su
voluntad en sus oraciones antes de que Él pueda contestarlas, y para eso es
indispensable que salgamos de nuestra carne y comencemos a aprender a adorarlo
en ruaj y en emet. Aunque en el milenio Su nombre será santificado, Su Reino
vendrá y Su voluntad se hará en la tierra, Él desea que ese sea también nuestro
deseo, porque ese deseo unificado en el ruaj es lo que hace a la esencia del
Reino de Yahweh.
Esto
no quiere decir que si no oramos, lo que Él ya ha determinado nunca sucederá.
No, sino que Él provocará que la situación sea pesada y opresiva para que sus
hijos comiencen a clamar. Él sabe que cuando estamos "gordos", con
todas nuestras necesidades cubiertas, nuestra carne nos adormece, por lo que
permite que seamos oprimidos para que clamemos a Él, y cuanto peor sea la
situación a nuestro alrededor, más fuerte será nuestro clamor. La oración de
los hombres nunca impedirá la Voluntad de los cielos, pero sí puede empeorar la
situación de la tierra. Somos nosotros mismos los causantes de nuestra propia
situación, esa que nos horroriza tanto que nos hace, finalmente, caer de
rodillas a Sus pies.
Algunas
cosas pueden considerarse asuntos secundarios de la voluntad de Elohim. Pero Yahweh
tiene una voluntad suprema, y los asuntos pequeños de Su voluntad están
incluidos ella. Cuando prestamos atención a la voluntad suprema de Elohim,
todos los demás asuntos se cumplirán, PORQUE YA ESTÁN INCLUIDOS. Nuestra carne
tiende a razonar que si pedimos que se haga Su Voluntad, como Él es tan grande
e importante, probablemente se olvide de nuestras pequeñas necesidades. Pero
Yahweh no es hombre para que eso suceda. Elohim tiene Su voluntad en el cielo,
y Su Ruaj nos comunica esta voluntad. Por lo tanto, podemos responder a ella y
clamar: "Elohim, te pedimos que
cumplas esto". Cuando esto ocurre, Él cumple Su voluntad, y nosotros
somos Su Pueblo-Amén.
En
esto consiste el principio de la oración revelado en las Escrituras. El mover
de Elohim hoy es afectado por nuestras oraciones en la tierra. Nuestro Adón Yahshua
nos ha revelado este misterio que estaba oculto desde los siglos. Hermanos, si
estamos dispuestos a hacer un sacrificio y apartar tiempo para orar, veremos
que este tipo de oración no sólo recibirá respuesta sino también una
recompensa.
La
voluntad de Elohim es como un río, y nuestra oración es como un canal. Si
nuestra oración es grande, el logro de nuestra oración también será grande. Si
nuestra oración es limitada, el logro de nuestra oración también lo será. Es
cierto, ninguno de nosotros puede contener Su río en plenitud, por eso LA
ORACIÓN ES SIEMPRE UN ASUNTO CORPORATIVO. El avivamiento de Gales durante
1903-1904 fue uno de los mayores de la historia de la congregación después del
derramamiento de Pentecostés. Elohim produjo un gran avivamiento usando a un
minero, Evan Roberts, quien no tenía mucha educación; pero sus oraciones eran
profundas. Después de haber dejado de predicar durante unos siete u ocho años,
un hermano que se encontró con él, le preguntó: "¿Qué has estado haciendo
durante estos años?". El respondió: "He estado haciendo la oración
del Reino". ESTA ES LA ÚNICA ORACIÓN QUE IMPORTA, LA ORACIÓN QUE TODO LO
RESUME, porque cuando el Reino venga, todas las cosas serán solucionadas.
¿Tenemos hambre? No habrá más. ¿Tenemos miedo? Tendremos shalom. ¿Hay
violencia, caos, catástrofes, dolor? No habrá más en Su Reino.
No
podemos decir que si no oramos, el Reino no vendrá, porque, como dijo Mashíaj, "si éstos callan, las piedras
gritarán" (Luka 19:40), pero lo que sí aseguramos es que NUESTRA
SITUACIÓN EMPEORARÁ HASTA HACERSE TAN INSOPORTABLE QUE SÓLO PODREMOS ORAR
DESESPERADOS.
Si
los canales están bloqueados, el agua no podrá fluir. Al enseñarnos a orar, el
Adón reveló la intención de Elohim y lo que desea de nosotros. Cuando los hijos
de Elohim pongan su voluntad en armonía con la de Elohim, el nombre de Elohim
será santificado, Su Reino ciertamente vendrá y Su voluntad se hará en la
tierra así como en el cielo, porque todas estas cosas son propias de Su Reino.
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