Así que permanezcan firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad... Efesiyim 6:14
Ceñir nuestros
lomos equivale a fortalecer todo nuestro ser. Nuestro ser necesita ser
fortalecido con la verdad, y el objetivo de dicho fortalecimiento no es que
permanezcamos sentados, sino que nos pongamos en pie y adoptemos una posición
firme.
La palabra "verdad", según se emplea en el capítulo cuatro (pasukim 15, 21, 24 y 25), se refiere a Elohim en Mashiaj como la realidad presente en nuestro vivir, es decir, a Elohim hecho real y experimentado por nosotros como nuestro vivir. De hecho, esto es Mashiaj mismo expresado en nuestras vidas (Yahanan 14:6). Tal verdad, tal realidad, es el cinto que fortalece todo nuestro ser para la batalla espiritual. Nuestro vivir debe regirse por un principio, por una norma, el cual es nada menos que el propio Elohim, expresado en nuestro vivir de manera práctica. Cuando dicha verdad ciñe nuestros lomos, somos fortalecidos para estar firmes.
Sin embargo,
supongamos que nuestra vida diaria está muy por debajo de la norma de la
verdad, la realidad, que está en Yahshua. Si ese fuese el caso, en vez de tener
la capacidad para estar firmes y resistir en el día malo, huiremos. Por no
tener un testimonio que exprese a Elohim, no podremos estar firmes contra las
estratagemas de haSatán. Si vivimos de manera descuidada, no tendremos la
capacidad de estar firmes contra los poderes de las tinieblas. Para estar
firmes, debemos vivir conforme al principio de la verdad y según la norma de la
verdad. Como ya mencionamos, esta verdad es el propio Elohim a quien expresamos
como el principio básico que rige nuestro andar cotidiano, como la norma y el
patrón por los cuales vivimos.
Los que viven de
esta manera, ciertamente se han ceñido los lomos con la verdad. Ellos pueden
hacerle frente al ataque y a la oposición. Por estar ceñidos con la verdad,
pueden estar firmes ante los opositores. Pero si no expresamos a Elohim en
nuestro andar cotidiano, nuestros lomos no estarán ceñidos ni tendremos las
fuerzas necesarias para permanecer firmes contra el enemigo. Tampoco tendremos
el poder necesario para encarar la oposición o controversia que nos sobrevenga.
La verdad con la
que nos ceñimos para la batalla espiritual es en realidad el propio Mashiaj a
quien experimentamos. En Filipiyim 1:21 Shaúl dice: "Para mí el vivir es Mashiaj". El Mashiaj a quien Shaúl
vivía era la verdad que lo ceñía. Este Mashiaj era Elohim expresado y revelado
en el andar diario de Shaúl. Cuando una cosa nos ciñe, nos limita. Ya no
estamos sueltos, estamos ceñidos a amoldarnos a Él. Ya que el diario vivir de
Shaúl se conformaba al modelo de Mashiaj, Shaúl tenía las fuerzas para hacerle
frente a toda clase de oposición y circunstancias adversas. Por haberse ceñido
con la verdad, él tenía la fuerza para estar firme.
Antiguamente cuando un pueblo o país entraba en guerra, los hombres que
tenían edad para combatir, dejaban todo lo que estaban haciendo, tomaban sus
armas y se "ceñían los lomos". Esta es una expresión que indica que
se preparaban para la guerra, pero también para tiempos difíciles, una
dificultad pasajera, etc.
Era una forma de preparar sus vestiduras para la exigencia del combate.
Se colocaban un cinto ancho (podía ser de diferentes materiales, incluyendo
una faja de tela) que los cubría de la cintura para arriba, hasta debajo de las
axilas; o sea, toda la parte de la espalda que se conoce como lomos. Como toda
la vestimenta diaria era suelta, era necesario sujetarla con ese cinto para
permitir la libertad de movimientos propios de la batalla.
Tomando esta semejanza, se nos dice que cuando nacemos de nuevo seremos
objeto de ataques toda la vida, porque ya no estamos en el bando del enemigo. Para
ellos somos "desertores", culpables de traición. Ya no tenemos "su
protección". Ahora nosotros somos sus enemigos y nos tenemos que preparar para
esos ataques espirituales a los que estaremos sometidos.
En nuestro diario vivir, también nosotros andábamos "sueltos", "libres",
por eso Elohim, ni bien nos transforma en sus hijos, nos cubre como con un
escudo para resistir a los dardos de nuestros enemigos espirituales, quienes
utilizarán todos los recursos posibles por recuperarnos.
Iremos comprendiendo que no será con nuestra fuerza que resistiremos al
ataque del Maligno. Pero sí fortaleciéndonos con el gran poder del Adón. Toda
la fuerza y poder de nuestra armadura proviene únicamente de Yahshua.
Este enemigo es precisamente el "padre de la mentira"; y éste es
el fundamento de sus dardos. Por lo tanto nuestra resistencia la haremos
primeramente basados en LA VERDAD.
La Verdad
Este primer elemento de la armadura simboliza la protección de Elohim sobre
nuestras vidas, contra toda mentira y engaño.
Como el cinto cubre los lomos, podría entenderse que existen ataques que
vienen del lado donde no vemos: de atrás. En los lomos está, según las
Escrituras, la capacidad del hombre de reproducirse, allí es de donde surgen
sus "generaciones". Por lo tanto, lo primero que haSatán ataca, al
ser los lomos, es nuestra familia. Él nos ataca donde sabe que más nos duele y
afecta: a través de nuestros amados, con mentiras, discusiones y engaños. Él
busca destruirnos para que nuestro comportamiento afecte a nuestros hijos y
generaciones posteriores, para que no los guiemos a la Verdad de Yahshua.
Usa argumentos engañosos que tratan de quebrar nuestra confianza en las
promesas del Padre, que tratan de empujarnos a que NO ENTREGUEMOS NUESTRO
YITZJAK. El enemigo busca volver a llevarnos a sus filas a través de la presión
de una familia que no nos acompaña, que se burla de nosotros, que nos amenaza,
se aparta, nos pone trabas, trata de impedir nuestro crecimiento en Mashíaj.
Sabe bien que podemos dejar el resto de las cosas del mundo, pero que amamos a
nuestros padres, madres, hijos, esposos/as, novios/as, hermanos y otros
parientes, y que a través de ellos puede presionarnos para que los coloquemos
por encima de Yahweh.
La otra forma, por supuesto, es la mentira directa, confrontarnos con
engaños y malas interpretaciones. No hace falta dar ejemplos de eso porque bien
sabemos de qué manera trabajan los espíritus engañosos para cambiar, quitar o
añadir Palabras de las Escrituras.
Las dudas sobre el entendimiento de la Palabra hay que traerlas a la luz.
Nunca debemos quedarnos con dudas, porque son semillas malignas.
La Verdad de la que estamos hablando es mucho más que la verdad que el
mundo conoce (esa verdad que puede cambiar de acuerdo al punto de vista o la
imaginación de la gente), nuestra verdad es inamovible, porque es Yahshua
mismo:
Yahshúa le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Yahanan 14:6
Y es además algo que Él nos entregó:
La Torah se dio por medio de Mosheh, pero el amor y la verdad nos han llegado por medio de Yahshúa el Mashíaj. Yahanan 1:17
Y como ya sabemos que la Torah es la Palabra, y que "Su Palabra es la
Verdad" (Mizmor 119:160; Yahanan 17:17), por lo tanto vemos que recibimos
el contenido de la Torah a través de Moshe, EXTERNAMENTE, hasta que vino
Mashíaj y nos dio corazón nuevo y grabó (está grabando) en él Su amor y Su
verdad, INTERNAMENTE.
El Apóstol Shaúl nos habla de la verdad que está en Mashiaj, y no lo que
nosotros creemos como "nuestra verdad"; Podemos creer que nuestros
razonamientos e intenciones son verdaderos. Pero si no están basados en la
Verdad en Mashiaj, son vulnerables ante cualquier ataque.
Yahshua por alguna razón nos dijo que Él era la Verdad.
Es posible que
nuestros conceptos de verdad sólo tengan que ver con todo lo contrario a la
mentira y a la falsedad. A la edad de cuatro años, el 90% de los niños han
aprendido el concepto de mentir. Según estudios realizados, se estima que el
60% de los adultos no pueden tener una conversación de 10 minutos sin mentir al
menos una vez.
¿No es verdad que todos nosotros en algún momento para evitar algún daño
propio o ajeno, hemos echado alguna "mentira piadosa"? Así se
comienza, y si no se frena, nos debilitamos y terminamos siendo mentirosos
compulsivos. Seguramente alguien conoce personas que mienten por mentir; sin
necesidad.
Es posible que no nos demos cuenta, porque lo venimos haciendo desde hace
mucho tiempo, pero hasta cuando estamos cantando una alabanza o levantando las
manos podemos distraernos y estar pensando en lo que vamos a comer cuando
salgamos de la congregación. Eso no necesariamente es mentir, pero sí es
hipócrita, ya que nuestra mente está en otra cosa que no es alabar a Yahweh.
¿Cómo corregimos esto?
Hay muchas formas de hablar acerca de la verdad, pero por su reiterada
mención de los escritos de Shaúl, podemos asegurar que la Verdad a la que se
refiere es la del Poder de la Palabra, el poder de las Buenas Nuevas y el poder
de todo el Plan de Yahweh revelado, de la forma en que hoy lo está mostrando en
plenitud a su rebaño. En primer lugar, afirmar nuestros pies sobre esas
verdades, para que podamos estar firmes. Este es el poder que Elohim nos ha
dado para que no nos sorprenda ninguna mentira, ni siquiera una distracción.
Pero "vivir EN verdad", significa un perfeccionamiento continuo
que nos permita permanecer en Su presencia, sin importar las circunstancias.
Significa andar en un camino en el cual haSatán JAMÁS PUEDE PISAR. Si andamos
siempre en verdad, haSatán no puede siquiera acercarse.
La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad el ceñidor de su cintura. YeshaYah 11:5
Si preguntamos cuál es el poder de la Palabra, deberemos cuestionarnos
nuestra fe. Porque si no conocemos cuál es ese poder, estamos ignorando las
pautas básicas de nuestra salvación. La verdad, la mayoría de los creyentes NO
CONOCEN A FONDO LA OBRA COMPLETA DE MASHÍAJ. Normalmente saben que la sangre
los salva y los cubre, Y SE AFERRAN A ESO COMO GARRAPATAS, y lo aplican a todo.
Pero aunque es una parte importante, NO ES EL FOCO CENTRAL SIQUIERA DE LA OBRA
DE YAHSHUA. Es uno de los pasos que dio, uno esencial y lleno de gloria, pero
no el paso central. Nuestra salvación NO ES EL FOCO CENTRAL DE LA OBRA DE MASHÍAJ,
y es hora de que salgamos del foco central, porque nos sentamos, como de
costumbre, donde no debíamos.
Los que vivimos cubiertos por el poder de la Palabra y andamos en luz, no
sólo hablaremos la verdad, sino que también viviremos por ella; y de esa manera
podremos resistir a haSatán, no dándole lugar en nosotros.
Como creyentes,
debemos examinar todas las cosas y luego solo retener lo bueno —la verdad—
desechando todo lo demás:
...más bien, examínenlo todo y retengan lo bueno. Tesaloniyim Alef 5:21
Debemos ser como
los Bereanos:
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron el mensaje con la mayor prontitud, estudiando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así. MaAseh 17:11
Si no estamos
convencidos que nuestros principios y creencias son absolutamente verdaderas,
¿cómo podemos esperar cumplir? Necesitamos afirmar nuestras bases.
Tengan su cintura ceñida y sus lámparas encendidas. Y sean como los siervos que esperan que su amo vuelva de las bodas, para abrirle enseguida cuando llegue y llame. Luka 12:35-36
Por tanto, ciñan los lomos de su entendimiento, sean sobrios, y esperen por completo en la gracia que se les traerá cuando Yahshua ha Mashíaj sea manifestado. Kefá Alef 1:13
Esto implica alistar la vestimenta para estar listos y partir cuando sea
necesario.
Un cinturón rodea la cintura. ¿Nos rodea nuestra convicción con la verdad?
Como afirma la escritura mencionada, la verdad debe estar a nuestro alrededor y
escrita en nuestros corazones —nuestra convicción debe ser total, debe ser
parte de nuestra naturaleza, Mashíaj (la Verdad) mezclado con nosotros.
El cinturón usado en la armadura DE CUALQUIER TIPO proporcionaba un lugar
para colocar la espada del soldado. Los yisraelitas también usaban cinturón
cuando iban a sus batallas comandados por Yahweh. Y no, NO VEMOS QUE LOS
SACERDOTES FUERAN A LAS BATALLAS, ¿verdad? Por eso, esas comparaciones que han
aparecido en las redes, en las cuales se pretende decir que cuando Shaúl dijo
"armadura" en verdad estaba pensando en el Sumo Sacerdote, son
forzadas y fuera de lugar. Shaúl describió la armadura de un soldado, y si
cualquiera estudia un poco acerca de armaduras, VERÁN QUE ÉL MENCIONÓ LAS
PIEZAS CLÁSICAS QUE CORRESPONDEN A LAS ARMADURAS DE CUALQUIER CIVILIZACIÓN.
Todos los soldados del mundo, de todas partes y épocas, vestían las mismas
piezas. Pero ciertamente no los sacerdotes, que no salían a la lucha. Por eso,
en esa comparación forzada, algunas piezas no encajan y son "sutilmente
pasadas por alto".
Por el contrario, las Escrituras SÍ NOS MUESTRAN LA CORRECTA ACTIVIDAD DE
LOS SOLDADOS Y LOS SACERDOTES, en la batalla contra Amaleq, cuando Aharón y Hur
sostenían los brazos de Moshe, mientras Yahoshúa y el pueblo guerreaba en el
campo. El Sumo Sacerdote (tipificado aquí por Moshe como tipo de Yahshua) ERA
EL QUE DABA LA VICTORIA A LA BATALLA. Hoy también, Yahshua ha Mashíaj, nuestro
Kohen Gadol, es quien nos da la victoria, PERO NOSOTROS SOMOS Aharón Y Hur "SOSTENIENDO"
SUS BRAZOS EN ALTO CON NUESTRAS ORACIONES. Aharón, el sumo sacerdote,
representa el sacerdocio, y Hur, quien pertenecía a tribu de Yahudá, representa
el reinado. El nieto de Hur, Betzalel, recibió la capacidad de trabajar en los
diseños del tabernáculo (31:1-5). Como hemos visto en el estudio de Shemot, el
tabernáculo, el edificio de Elohim, fue construido por el sacerdocio y el
reinado, los dos aspectos del ministerio único. Nuestra oración debe ser
fundamentada en el sacerdocio y el reinado, en ambos aspectos, ALZANDO LAS
MANOS DE NUESTRO ADÓN. Esto es decir amén a lo que Él ordena en los cielos.
De manera que podemos comprender que una es la armadura del soldado y otra
la vestimenta del sacerdote, sobre todo la del Kohen Gadol. En esta era,
nosotros somos sacerdotes y soldados en entrenamiento, y debemos aprender tanto
a ministrar como sacerdotes como a guerrear como soldados. En cierta forma,
debemos aprender a estar en todas partes: en el campo de batalla de nuestro
plano material, luchando con nuestras oraciones de guerra (nuestra oración de
guerra es INVOCAR EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO, alabarlos y pregonar Su Obra
sobre toda la tierra: esto es llevar las Buenas Nuevas, es llevar por toda la
tierra la noticia de que el Hijo ya ha vencido al príncipe de este mundo), y
también en el plano espiritual, levantando las oraciones que Mashíaj eleva ante
el trono del Padre. No se podía pintar este cuadro espiritual porque las
personas ESTÁN MEZCLADAS EN ESE PLANO, por eso aquí en la tierra son cosas que
parecen separadas, pero no lo están.
Nuestra espada, la espada del Espíritu, probablemente necesita una vaina. Todos
los soldados de todas las culturas y épocas GUARDABAN SUS ESPADAS EN SUS
CINTURONES DE UNA U OTRA FORMA. Inclusive los yisraelitas lo hacían, ya desde
que andaban en el desierto. La verdad es vital porque como el cinturón del
soldado, nos permite llevar la espada del Espíritu y usarla efectivamente.
Lo que estamos aprendiendo en estas lecciones NO ES A SER SACERDOTES (cosa
que estamos aprendiendo a través del estudio-camino de Shemot), SINO A SER
SOLDADOS. Durante el viaje por el desierto, por 40 años, Yahweh trabajó
pintando estos cuadros, y disciplinó al cuerpo de sacerdotes al tiempo en que
levantaba Su Ejército. Es hora de que atendamos a TODAS las partes de lo que Él
busca: una Casa, un edificio, un ejército, un Cuerpo.
Entendamos cómo funciona nuestro cuerpo para saber cómo deberíamos
funcionar nosotros. El cuerpo es nuestro equipo auxiliar con el cual hacemos
contacto con la realidad que nos rodea, a través de los 5 sentidos. Nuestro
cerebro envía órdenes para que el cuerpo las ejecute. Por ejemplo, si tenemos
hambre, enviamos orden a nuestra mano de tomar un alimento y llevarlo a la
boca, la boca recibe la orden de salivar y masticar, la faringe de tragar, el
estómago de digerir, etc. Aunque no damos una orden directa para cada acto, el
cuerpo está programado para OBEDECER ANTE EL ESTÍMULO PRIMARIO, la orden
inicial del cerebro que dice "TENGO HAMBRE".
De la misma manera, el Cuerpo de Mashíaj debe obedecer a Sus más mínimos
deseos. Como Su Cuerpo, nosotros somos Sus ojos, Sus manos, Su boca y todo aquí
en la tierra, somos su extensión, y a través de nosotros Él se manifiesta hoy
en este plano. Pero resulta que no se manifiesta a través de individuos, sino A
TRAVÉS DE UN CUERPO. De manera que, si no estamos ajustados y organizados, en
ejad perfecta, cuando Él diga "tengo sed", algunos le llevarán jugo
de piña, otros le llevarán agua, y otros aún vino. Pero aún, discutirán entre
ellos acerca de CUÁL DE TODAS ESAS OPCIONES ES LA "CORRECTA", cuando
lo único que deberían hacer es callarse y estar conectados con la Cabeza (el
cerebro, la mente de Mashíaj) para recibir la orden DE LO QUE ÉL DESEA, NO LO
QUE NOSOTROS DESEAMOS.
Así este Cuerpo, dividido como está, cada uno tratando de mantener su
identidad personal para incluirla en el Cuerpo de alguna forma, ciertamente no
puede entablar batallas contra nadie. Necesitamos VACIARNOS DE NUESTRO VIEJO HOMBRE
Y REVESTIRNOS DEL NUEVO HOMBRE, para que nuestro único interés sea el Suyo, no
el nuestro. No nuestras preguntas, no nuestras dudas, no nuestros deseos ni
nuestras "necesidades". Él es todo lo que necesitamos: nuestra
respuesta, nuestra certeza y nuestro deseo.
De manera que ya sabemos cuál debe ser nuestra postura, y que debemos
REVESTIRNOS DE MASHÍAJ. Si Él es nuestra armadura, tenemos que comprender de
qué se trata nuestro nuevo hombre: DE REVESTIRNOS DE MASHÍAJ. Vestir una
armadura no es colocarnos piezas separadas, como haríamos si se tratara de una
armadura en nuestro plano material, SINO REEMPLAZAR NUESTRO VIEJO HOMBRE POR
ÉL. No pensemos en cada una de las piezas como partes separadas, porque todas
ellas juntas son Mashíaj. Esto es vestirnos de Su Justicia y Su Verdad para
llevar Su Mensaje, armados con Su Fe y Su Palabra, y teniendo siempre LA MENTE
DE MASHÍAJ (el casco).
Ahora deberíamos estar comprendiendo que esto no es "apropiarme de lo
que Yahshua hizo" (no sé cómo alguien se apropiaría, sinceramente, y lo
peor es que la gente tampoco sabe cómo hacer eso), sino MEZCLARME CON YAHSHUA,
dejar que Él "rellene" todo nuestro nuevo hombre para poder andar en
Él. Para andar en los pies de alguien, necesito transformarme en ese alguien,
mezclarme con él. No se trata de hacer cosas, sino de SER. Salir de nuestro
viejo hombre, dejar de pensar y sentir como siempre hicimos, y refugiarnos en
el nuevo hombre, en obediencia a lo que ordena nuestro nuevo ruaj, que es el
ruaj de Yahshua.
De esta manera, nuestra comprensión de hacerlo todo en el poder de Su
fuerza cambia radicalmente. No somos nosotros los que luchamos, sino Él a
través de nosotros.
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