16 de agosto de 2020

OS-CB22 - La Armadura Del Soldado 06 - El Escudo De La Emunah



Y sobre todo, ármense con el escudo de la emunah con que podrán apagar todos los dardos de fuego del maligno. Efesiyim 6:16

 

Necesitamos la verdad para ceñir nuestros lomos, la justicia para cubrir nuestra conciencia, la paz para calzar nuestros pies, y el escudo de la emunah para proteger todo nuestro ser. Si vivimos por Elohim, quien es la verdad, tendremos justicia:

 

...y vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Elohim en justicia y santidad de verdad. Efesiyim 4:24

 

...y la paz proviene de la justicia:

 

En el momento, ninguna disciplina parece ser motivo de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de rectitud a los que se han dejado moldear por ella. Ivrim 12:11

 

Porque el resultado de la justicia será paz; el efecto de la justicia será calma y confianza para siempre. YeshaYah 32:17

 

Habiendo conseguido todo lo mencionado, podemos fácilmente tener fe, la cual es un escudo que nos protege contra los dardos de fuego del maligno. Mashiaj es el Autor y Perfeccionador de esta fe (Ivrim 12:2). Para poder estar firmes en la batalla, necesitamos estar equipados con estas cuatro piezas de la armadura de Elohim.

 

El escudo de la emunah no es algo que nos ponemos, sino algo que tomamos para protegernos contra los ataques del enemigo. Aquí sí tenemos una cosa que es nuestra, por así decir, aunque al mismo tiempo es un producto de todas las demás piezas que son Mashíaj mismo. La fe viene después de la verdad, la justicia y la paz, es un fruto, por así decir, que surge de tener todas las anteriores. Si experimentamos la verdad en nuestro vivir, la justicia como nuestra cubierta y la paz como nuestra posición, espontáneamente tendremos fe. Esta fe nos salvaguarda de los dardos de fuego, de los ataques del enemigo.

 

Ahora debemos examinar en detalle qué es el escudo de la emunah. Ciertamente nosotros no obtenemos la fe por nuestra propia habilidad, fuerza, mérito o virtud. Nuestra fe tiene que estar puesta en Elohim (Mordejai 11:22). Elohim es un Elohim real, viviente, presente y disponible. Debemos poner nuestra emunah en Él.

 

Debemos creer también en el corazón de Elohim. Todo creyente debe conocer a Yahweh y el corazón de Elohim. El corazón de Elohim siempre desea lo mejor para nosotros. No importa lo que nos acontezca o los sufrimientos que tengamos que pasar, siempre debemos creer en la bondad del corazón de Elohim. Elohim no tiene ninguna intención de castigarnos, lastimarnos ni hacernos sufrir.

 

Además de tener fe en el corazón de Elohim, debemos creer en la fidelidad de Elohim. Nosotros podemos cambiar, pero Él nunca cambia. Como lo declara Yaakov 1:17, en Él no hay sombra de variación. Además, Elohim no miente (Tito 1:2); Él siempre es fiel a Su palabra.

 

Y no solamente es fiel, sino también poderoso. Por tanto, debemos tener fe en el poder de Elohim. En Efesiyim 3:20 Shaúl declara que Elohim "es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos".

 

Otro aspecto de nuestra emunah es que creemos en la Palabra de Elohim. Elohim está obligado a cumplir todo lo que ha dicho. Cuanto más habla, más se compromete a cumplir Su palabra. Podemos decirle: "Elohim, Tú hablaste, y Tu Palabra escrita está en nuestras manos. Gracias, Adón, porque te has obligado a cumplir Tu palabra". ¡HalleluYah por la palabra fiel de Elohim!

 

También debemos tener fe en la voluntad de Elohim. Por ser un Elohim de propósito, Él tiene una voluntad, y Su voluntad con respecto a nosotros siempre es positiva. Así que, independientemente de lo que nos acontezca, no nos debe importar nuestra felicidad ni el ambiente que nos rodee, sino la voluntad de Elohim. Nuestras circunstancias pueden cambiar, pero la voluntad de Elohim nunca cambia.

 

Además, debemos tener fe en la soberanía de Elohim. Ya que Elohim es soberano, Él nunca podría equivocarse. Bajo Su soberanía, hasta nuestros errores operan para nuestro bien. Si Elohim en Su soberanía no nos permitiera cometer errores, no nos sería posible cometerlos. (Sin embargo, esto no quiere decir que debemos cometer errores intencionalmente). Cuando erremos, debemos arrepentirnos; sin embargo, no es necesario lamentarnos exageradamente, porque eso significaría que nos falta emunah. Después de arrepentirnos por haber cometido una falta, por haber errado, debemos ejercitar nuestra fe en la soberanía de Elohim, porque no habríamos cometido ese error si Él soberanamente no lo hubiera permitido. Por tanto, no es necesario lamentarse después de haberse arrepentido y pedido perdón. Tal vez las personas no nos perdonen, PERO Él HA DICHO QUE LO HARÁ. Y lo que realmente importa es recibir Su perdón.

 

Debemos poner toda nuestra fe en Elohim, en Su corazón, en Su fidelidad, en Su poder, en Su palabra, en Su voluntad y en Su soberanía. Si tenemos tal emunah, los dardos de fuego de HaSatán no podrán hacernos daño.

 

 

La Defensa Y La Protección Del Escudo De La Emunah

 

Los dardos de fuego son las tentaciones, propuestas, dudas, preguntas, mentiras y ataques de HaSatán. En la época de los apóstoles, los guerreros usaban dardos de fuego, y el apóstol usó esta analogía para describir los ataques que HaSatán dirige contra nosotros. Cada tentación es un engaño, una promesa falsa. Los dardos de fuego incluyen las propuestas que haSatán nos hace. Cuando despertamos por la mañana, a menudo HaSatán nos hace propuestas. Por esta razón, lo primero que debemos hacer al levantarnos es acudir a la Palabra. Si no estamos en la Palabra, no tendremos ninguna protección contra las propuestas de haSatán. Las dudas y las preguntas también son dardos de fuego provenientes de HaSatán. ¿Habían notado ustedes que el signo de interrogación se parece mucho a una serpiente? Fue HaSatán quien le preguntó a Javá: "¿Así que Elohim les ha dicho...?". (Bereshit 3:1). Cuando haSatán nos hace preguntas de esta manera, nuestra respuesta debe ser huir, sin siquiera dirigirle la palabra. Muchas veces HaSatán nos ataca con mentiras; pero el escudo de la emunah nos guarda de estos dardos de fuego.

 

Los dardos de fuego de haSatán llegan en forma de pensamientos, los cuales él inyecta a nuestra mente. Aparentemente esos pensamientos son nuestros, pero de hecho pertenecen a HaSatán. Yo solía creer que tales pensamientos eran míos, pero más tarde comencé a darme cuenta de que provenían de HaSatán. Descubrí esto al ver que ellos volvían a mí aun después de que había decidido no retenerlos. Me di cuenta de que esos pensamientos no eran míos, sino de haSatán, que continúa susurrándolos a oídos de mi viejo hombre. ¿Podemos comprender la importancia de DESVESTIRNOS DE ESTE VIEJO HOMBRE? Es en él donde haSatán tiene acceso a nuestra carne, en nuestro viejo ruaj.

 

Antes de darme cuenta, mi práctica era confesar todos esos pensamientos al Adón como si fueran míos propios, pero ahora rehúso a confesarlos. Son pensamientos de haSatán que mi viejo hombre quiere aceptar, pero no mi nuevo hombre, por eso los rechazo, no me pertenecen. Posiblemente algunas personas piensen que, aunque estos pensamientos provengan de HaSatán, nos son inyectados porque somos malos. Pero Yahweh es quien nos perdona y Él nos ve ya limpios ("No he visto iniquidad en Yaakov", dice Él). ¿Dónde no ve iniquidad Yahweh? EN NUESTRO NUEVO HOMBRE, CLARO. Porque nuestro viejo hombre es aún el "cuerpo de pecado" de que hablaba Shaúl, y continúa con sus viejos deseos, pero ¡gloria al Padre que tenemos a Mashíaj en nuestro nuevo hombre! No debemos creerle a haSatán y sus insinuaciones; antes bien, debemos decir: "Gracias, Adón, porque soy un ser caído, pero Tú me limpias. HaSatán, este pensamiento es tuyo, y tú debes llevar la responsabilidad por eso; yo no compartiré esa responsabilidad contigo". No obstante, debido a que algunas personas tienen una conciencia demasiado sensible, ellas siguen confesando cosas provocadas por HaSatán. Nunca debemos confesar pensamientos que HaSatán, en su sutileza, inyecte en nuestro viejo hombre. DEBEMOS DISCERNIR ENTRE NUESTRO VIEJO Y NUESTRO NUEVO HOMBRE, PARA PODER DESLIGARNOS DE LO QUE YA NO NOS PERTENECE.

 

Si queremos tener la emunah que nos protege de los dardos de fuego de HaSatán, necesitamos un ruaj apropiado y una conciencia que esté libre de ofensa. Sin embargo, la fe no radica principalmente en nuestro ruaj ni en nuestra conciencia, sino en nuestra voluntad, que es la parte más fuerte de nuestro corazón. El B'rit Hadashá declara que nosotros creemos con el corazón (Romaniyim 10:10). Según nuestra experiencia, la emunah que ejercemos en nuestro corazón se relaciona principalmente con el ejercicio de nuestra voluntad. Ninguna persona con voluntad de gelatina tendrá una emunah fuerte. En Yaakov 1:6 se nos dice que los que dudan son como olas del mar que son llevadas por el viento. Esta clase de persona tiene una voluntad vacilante. Por lo tanto, si queremos tener emunah, tenemos que ejercitar nuestra voluntad en la fe en Yahweh.

 

 

Muchas personas quieren ponerse armaduras viejas que están hechas por ideologías humanas, fórmulas de éxito o tradiciones. Nuestra mejor armadura o vestimenta de éxito es la que Elohim nos dio.

 

Recordemos la historia de David, cuando Saúl quiso vestirlo con su propia armadura, la de un viejo rey acobardado por un gigante, y David no podía siquiera caminar con ella.

 

"Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas". Shemuel Alef 17:38-39

 

David se la quitó y entendió que no es con espada, ni armadura, ni ejército, sino por el Santo Ruaj de Elohim:

 

Entonces me explicó lo siguiente: "Esta es la palabra de Yahweh para Zerubavel: No con ejército ni con fuerza, sino con mi ruaj" —dijo Yahweh de los Ejércitos. ZejarYah 4:6

 

David pudo destruir a ese gigante en el nombre del Adón de los Ejércitos. Lo que nos han enseñado puede estar bien, pero lo que Elohim nos enseña es mucho mejor, porque Él está siempre por encima del bien y del mal. Así que tengamos cuidado con las viejas armaduras que nos ponemos, o que otros nos ponen, y mejor pongámonos la armadura de Elohim, y tendremos la victoria asegurada.

 

 

La palabra de Elohim dice:

 

"Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con dirección sabia se hace la guerra" Mishlei 20:18

 

El escudo está preparado para proteger partes vitales del ser humano, muy especialmente el cuerpo y el pecho, donde está el corazón. Claro que, espiritualmente, el corazón no es un órgano en sí que podemos localizar en una parte determinada del cuerpo, pero debe ser protegido.

 

¿Cómo nos defendemos?

 

Muchos nos defendemos basados en lo que sabemos, otros basados en lo que somos y otros basados en lo que tenemos. Nos defendemos con palabras, fórmulas humanas, justicia propia, reivindicaciones, justificaciones, etc. Cada uno se defiende de alguna manera. Pregúntense: ¿Cómo se defenderían si alguien viniera a engañarlos? ¿Cómo se defenderían de un hermano que habla mal de ustedes? ¿Cómo se defenderían de un jefe agresor y egoísta?

 

Muchos haríamos muchas cosas, todas distintas, pero ¿cuántos tomaríamos el escudo de la emunah? La mejor defensa que tenemos y la que menos utilizamos es el Escudo de la emunah. Cuando nosotros usamos cualquier otra forma que no es el Escudo de la emunah, los proyectiles del enemigo (miserias, tristezas, enfermedad, ruina, maldiciones, etc.), sencillamente entran y nos dañan. Si nos sentimos dañados, heridos, resentidos, ofendidos, lo que sea, ES PORQUE LOS DARDOS DEL ENEMIGO NOS HAN ALCANZADO.

 

Pero cuando usamos el Escudo de la emunah no hay nada que nos pueda tocar, y lo mejor de todo es que la batalla que de otra forma se perdería, se transforma en victoria. De esta manera si un día nos levantamos con muchas luchas, como nos suele suceder, cuando usamos el escudo de la emunah, tornamos un día de lucha en un día de victoria.

 

 

Ubicando El Escudo De La Emunah

 

Más que todo lo que guardas, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. Mishlei 4:23

 

Para saber dónde poner el escudo, tenemos que saber cuáles son las partes vitales de nuestras vidas. Esto tiene que ver con las prioridades. Hay gente que lleva el escudo de la emunah colgado a la espalda, en medio de la guerra.

 

Nuestras partes vitales son en primer lugar nuestra vida y relación espiritual con Elohim. Si esta parte se daña, todo lo que hay debajo, familia, edificación, trabajo, salud, se daña. Esto es el corazón del guerrero. Una de las cosas que más ataca el enemigo, es nuestra vida espiritual. Por eso cuando una persona se enfría, es porque haSatán lo atacó, para sacarlo de Elohim y terminar por destruirlo. Y esto le pasa a miles de creyentes en todo el mundo. El corazón de nuestra vida, es nuestra relación personal con Elohim.

 

Tenemos que entender los conceptos bíblicos de cuerpo, alma y ruaj y diferenciarlos correctamente, si queremos funcionar bien. El hombre fue creado con estas tres partes, pero cuando el hombre cayó, el ruaj "murió" a Yahweh. Por eso fue expulsado del huerto del Eden, que es un símbolo de nuestra relación perfecta en Yahweh, no un lugar, sino un estado de comunión pleno. El huerto es nuestro Lugar Santísimo donde podemos encontrarnos con nuestro Creador cara a cara.

 

Cuando Adam y Javá eligieron seguir a la serpiente, contaminaron sus rujot, corrompieron ese órgano de contacto con Yahweh e interrumpieron esa conexión. Yahweh no puede utilizar nada que haya sido corrompido, por lo que necesitaba darnos un nuevo ruaj. Pero eso sólo podía ser realizado por medio de un nuevo nacimiento, esta vez de una semilla incorruptible. Ese nacimiento se realiza por la emunah, y será "efectivizado" en el futuro. Hoy, por así decir, estamos aún en el vientre de nuestra madre, esperando nacer en nuevos cuerpos glorificados. Mientras tanto, con todo, recibimos la garantía de que nuestra promesa ya ha sido cumplida en los planos espirituales: el Ruaj haKodesh de Mashíaj. Este es nuestro nuevo hombre, y este nuevo hombre tiene un nuevo ruaj. No tiene nuevo cuerpo (eso es a futuro) ni tiene una nueva alma, porque el alma es nuestro yo individual, nuestra personalidad. Revestirnos del nuevo hombre es hacer el traspaso del alma al nuevo ruaj, donde sí podemos retomar la conexión perdida con Yahweh, por medio de Mashíaj.

 

El alma fue creada para ser nuestro "yo" (almacenar todo lo que somos individualmente) y debía funcionar como intermediaria entre el cuerpo y el ruaj. Ella debía recibir las órdenes de Yahweh a través del ruaj, y fue así como Adam comenzó a aprender y ser enseñado por Yahweh, de forma directa, hasta que cayó. A partir de entonces, el ruaj del viejo hombre fue únicamente utilizado por haSatán y sus huestes como canal de tentación, y puesto que el hombre obedeció la tentación de haSatán para satisfacer los deseos de su carne (la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, según Yahanan Alef 2:16), quedó prisionero de esos deseos. Por eso ahora sólo busca satisfacer su carne, y siempre escucha las tentaciones de haSatán.

 

De manera que ahora nosotros tenemos en nuestro interior estas dos figuras luchando entre sí, Y EL ALMA (EL CORAZÓN) ESTÁ EN EL MEDIO. El alma debe dejar de obedecer al viejo hombre para empezar a obedecer las órdenes de Yahshua en el nuevo hombre. Esta es nuestra lucha, y como vemos, es una cuestión de obediencia y posición. Esta es la obediencia que el Padre verdaderamente requiere.

 

Ahora entonces podemos entender mejor por qué el proverbio dice que guardemos nuestro corazón por encima de todo, y por qué Abba nos ha proporcionado el Escudo de la Emunah. Si esto está cuidado por este Escudo, no tengamos temor.

 

 

Ungiendo El Escudo De La Emunah

 

 

"¡Preparen la mesa!", "¡Que el centinela vigile!", "¡Coman y beban!", para luego: "¡Arriba, oficiales! ¡Unjan los escudos!". YeshaYah 21:5

 

Cuando Saúl fue rechazado por Yahweh, su escudo dejó de recibir la unción:

 

Oh montes de Guilboa, que no haya rocío ni lluvia sobre ustedes, ni sean campos productivos, porque allí yace desechado el escudo de los guerreros, el escudo de Saúl, que ya no se unge con aceite. Shemuel Bet 1.21

 

Antiguamente se ungían los escudos, para protegerlos y hacerlos resbaladizos para que las flechas o dardos no se pegaran en ellos. La palabra traducida como "engrasar" es MASHÁJ (H4886) que significa literalmente "frotar con aceite", figuradamente "ungir con aceite", por implicación, también "consagrar". Lo que Yahweh estaba diciendo a Saúl era que Él ya no lo respaldaría en sus acciones, ni le daría la victoria porque había retirado su unción de él.

 

El aceite representa la unción del Ruaj haKodesh.

 

Sin la unción del Ruaj haKodesh, no podemos usar el escudo de la emunah o, si lo usamos, no surgirá efecto. Nuestro escudo estará viejo y lleno de agujeros por los dardos. Será un escudo frágil. De ahí la importancia de vivir siempre en nuestro nuevo hombre, porque allí es donde se encuentra el Ruaj con nuestro ruaj. Esto no quiere decir que untemos nuestras cabezas con aceite, ni que compremos escudos de juguete para simular cosas, y mucho menos que andemos haciendo mezclas de aceites. Todo esto eran sombras de la realidad, y si hoy insistimos en hacer cosas que nunca fueron ordenadas, estaremos dejando de lado la esencia interna, que es lo que realmente "funciona". En este sentido, la unción del Ruaj haKodesh no es una alternativa sino una necesidad, pero esto no es aceite literal, ni segundas unciones.

 

Cuando enfrentamos las situaciones con la unción del Ruaj haKodesh, el enemigo se vuelve ineficaz y se retira. Y en su cansancio, lo derrotaremos en el nombre de Yahshua. Unjamos entonces el escudo de la emunah con la ejad del Ruaj en nuestro ruaj, y Elohim nos dará la victoria.

 

 

En todo ejército bien entrenado, los escudos se usaban alineados perfectamente como técnica de avance, porque LOS SOLDADOS ESTABAN PERFECTAMENTE UNIDOS.

 

Cuando usamos el escudo de la emunah, avanzamos uniéndonos con nuestros hermanos en la congregación. Oramos los unos por los otros, compartimos nuestras peticiones y creemos en ellas, desatando la bendición de Elohim.

 

Como los soldados se alineaban para avanzar, nosotros también debemos unirnos como congregación y orar los unos por los otros, alineando nuestros escudos para formar una protección que es no sólo personal, sino corporativa.

 

 

Los Dardos De Fuego

 

La palabra dardos es "BELOS" en griego, que quiere decir misil, dardo, jabalina o flecha, una cosa que es lanzada.

 

En la antigüedad esta arma se utilizaba para dañar al contrincante, desorientarlo y quemar sus posesiones. Cuando uno de estos dardos caía sobre un soldado, lo hería, y sobre todo sacaba a los soldados de la ruta de la batalla produciendo temor. Esto es lo que haSatán pretende, que por temor nos salgamos del propósito de Elohim y de esa manera podamos ser dañados y nuestras posesiones puedan ser quemadas. Si el enemigo consigue sacarnos del propósito, nos tiene en la mira y puede atacarnos con libertad. No debemos esquivar los darnos, debemos usar el escudo. Cuando esquivo algo, necesito moverme de donde estoy parada. Eso me saca del camino, de la línea de Yahweh, y me deja vulnerable. Pero si uso el escudo, no necesito desviarme ni a derecha ni a izquierda.

 

HaSatán no es tonto; él tiene sus "dardos de fuego" apuntados hacia aquéllos que representan una amenaza para su reino tenebroso.

 

Así que el campo de batalla es nuestra mente y los dardos son los pensamientos.

 

Vamos a conocer algunos tipos de dardos:

 

·       La Duda

La duda es exactamente lo contrario de la emunah. Sin fe no podemos agradar a Elohim y cuando la duda entra en nuestras vidas, ya no estamos caminando en emunah, en consecuencia ya no agradamos a Elohim. Ese "desagrado" no es una expresión de un tipo de sentimiento. Yahweh ha creado todas las cosas en la tierra para darnos explicaciones acerca de Sí mismo, y de las cosas espirituales que nuestra mente de carne no consigue comprender a pleno. De la misma forma en que hemos hablado ya de que su "ira" no es un sentimiento de rabia, tampoco lo es este "desagrado". No hay sentimientos implicados, HAY UN POSICIONAMIENTO DESPLAZADO DE LUGAR. Si nos salimos de la línea, estamos torcidos. Esto provoca una "transgresión", un rompimiento en el orden perfectamente establecido por Yahweh. Y esto no es aceptable, por lo que se dice que provoca Su desagrado. Realmente, es una situación que no le agrada, por lo que buscará corregirla, pero eso NO IMPLICA SENTIMIENTOS, RESENTIMIENTO, IRA NI NADA PARECIDO. Implica únicamente Su propia esencia de ORDEN Y PERFECCIÓN.

 

Cuando viene la duda, el enemigo nos saca del propósito. Siempre dudamos de aquello que Elohim ha planeado hacer. HaSatán envía la duda, porque ha oído que lo pedimos, y porque además conoce mejor que nosotros el Plan de Yahweh, y necesita hacer algo para Él no logre Su propósito, ni nosotros los nuestros (aunque no necesitamos pedirlo porque Él ya dijo que se ocuparía de proveernos todo).

 

·       El Temor

Otro de los dardos del enemigo es el temor. El temor también es lo contrario a la confianza en Elohim. Cuando haSatán nos plantea un pensamiento como "No podré", "No tengo fuerza", etc., estamos mirando a nuestras propias fuerzas. Es claro que en nuestras fuerzas nada podemos, pero en verdad vamos en las fuerzas de Mashíaj, de manera que nada puede detenernos (si el asunto es Suyo, no si queremos hacer lo que nosotros queremos, obvio). Esto no es ni "profetizar" ni "declarar", cosas que se han inventado, sino que simplemente DESCONFIANZA EN YAHWEH, Y CENTRALIZACIÓN EN NUESTRO YO.

 

"Porque no nos ha dado Elohim ruaj de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". Timotio Bet 1:7

 

·       La Culpa

Si sentimos culpa, nos alejamos de Yahweh. La culpa es otro de los dardos de haSatán para que no podamos acercarnos a Elohim, porque al sentirnos indignos no se tendrá la confianza de acercarse a Elohim y pedir su bendición y sobre todo adorarle de todo nuestro corazón. Por esta razón no hay que permitir ni abrir puertas al enemigo para que no tenga de qué acusarnos. Recordemos lo que "diablo" significa: Calumniador.

 

No hay ninguna condenación para aquellos que están en Yahshua ha Mashíaj, cuando con corazón arrepentido piden perdón por sus pecados. Yahweh reviste a sus elegidos como revistió a Yahoshúa el sacerdote:

 

Me mostró además a Yahoshúa, el sumo sacerdote, de pie delante del mensajero de Yahweh, y el Satán el Acusador estaba a su derecha para acusarlo. Pero el mensajero de Yahweh le dijo al Satán: "¡Yahweh te reprenda, Satán, Yahweh que ha escogido a Yahrushalayim te reprenda! Porque este es un tizón arrebatado del fuego". Ahora bien, Yahoshúa estaba vestido de ropa sucia cuando se puso delante del mensajero. Este habló y les dijo a sus asistentes: "¡Quítenle la ropa sucia!". Y le dijo: "Mira, he quitado de ti tu culpa, y te vestirán con vestiduras (sacerdotales)". Entonces dio la orden: "Que le pongan una diadema pura en la cabeza". Y le pusieron una diadema pura en la cabeza y lo vistieron con vestiduras sacerdotales, mientras el mensajero de Yahweh estaba presente. Y el mensajero de Yahweh le encargó a Yahoshúa: "Así dijo Yahweh de los Ejércitos: Si caminas en mis sendas y guardas mi ordenanza, tú gobernarás mi Casa y vigilarás mis atrios, y te permitiré moverte entre estos asistentes. ZejarYah 3:1-7

 

·       El Desánimo

El desanimo es otra de las armas que el enemigo usa. Está muy vinculado al temor y la duda. Son pensamientos de fracaso, de imposibilidad, de dificultad. Es cuando en el pensamiento nos planteamos la dificultad y no la posibilidad.

 

Los pensamientos de desánimo son muy confusos, porque pensamos que son nuestros, pero no lo son. Estos pensamientos nos enfrían aún en nuestra relación y respuesta hacia Elohim.

 

·       Malos Pensamientos

Estos pensamientos son inyecciones que inflaman las pasiones para empujarnos a transgredir y apartarnos de Elohim. Pensamientos que sabemos que son malos, por lo que debemos llevarlos cautivos en obediencia a Yahshua ha Mashíaj, son tentaciones de haSatán, como ya dijimos. Estas cosas son haSatán usando el ruaj del viejo hombre para insinuarnos cosas, como siempre ha hecho. Pero SI YA HEMOS RENUNCIADO ANTES A ESAS COSAS (nos hemos arrepentido y pedido perdón, las entregamos a Yahshua y fuimos perdonado como Él promete), estas tentaciones NO NOS PERTENECEN (si aún no renunciamos y no hemos pedido perdón por esas cosas, es llamada del Ruaj para que lo hagamos ahora, pero si ya lo hicimos, POR FAVOR, NO REPITAMOS. Esto sólo demuestra desconfianza en el perdón de Yahweh).

 

En otras palabras, cuando entran estos pensamientos de maldad, tenemos que rechazarlos como NO PROPIOS, rechazar las maquinaciones de haSatán que pretende llevarnos fuera del Camino.

 

Derribamos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Yahweh; y ponemos todo pensamiento en cautiverio a la obediencia del Mashíaj... Qorintiyim Bet 10:5

 

No permitamos que ese pensamiento entre abiertamente en la casa de Elohim que es nuestro nuevo hombre. No lo aceptamos como propio, por eso "derribamos argumentos" y derribamos esa altivez de haSatán "que se levanta contra el conocimiento de Yahweh". Lo que nos está susurrando SON MENTIRAS QUE SE OPONEN AL CONOCIMIENTO DE YAHWEH, a que conozcamos y sepamos que ÉL ES FIEL. Esto es llevar todo pensamiento cautivo a Yahshua, para que él se ocupe del acusador.

 








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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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