Así que cuando la gente se había reunido, Pilatos les dijo: "¿A quién quieren que ponga en libertad? ¿Bar-Abba o Yahshúa, llamado el Mashíaj?". Porque él entendía que por envidia le habían entregado. MattiYah 27:17-18
Esto no es nuevo
para nosotros, todos sabemos que esto pasó con Yahshua.
El problema no
era que Yahshua enseñaba "otra doctrina", el problema era que Yahshua
hacía tantas señales, sanidades y prodigios que prácticamente era imposible
pensar que Él NO fuese quien decía ser. Los líderes políticos y religiosos
vieron que Yahshua era una gran amenaza para sus "puestos"; NADIE tenía
lo que EL tenia, así que... debían eliminarlo.
Este es un
triste caso más de cómo la envidia mata. A nuestro Yahshua lo mataron por
envidia.
Lo mismo hizo Qayin
con Hevel. La envidia tiene el poder de sacar la vida y por esto es que debemos
tener muchísimo cuidado con ella. La envidia mata, porque trae odio, y el odio
en la mente ya es muerte, dijo Yahshua.
El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía. El que ama a su hermano permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que odia a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas; y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Yahanan Alef 2:9-11
La persona
envidiosa no puede ver que su prójimo, sus amigos, parientes o gente próxima a
ella PROSPERE O LE VAYA BIEN. Siente tanto malestar dentro de sí que se vuelve
una tortura mental ver a otros progresar, avanzar, salir exitosos cuando él o
ella no consiguen lo mismo. Y esto es válido especialmente cuando la
competencia es en la belleza, en las finanzas, en el aspecto intelectual, en el
plano de armonía física, en la prosperidad financiera... Pero no sólo allí está
la envidia; también está en la congregación, y como muchos creyentes
aprendieron a ser tan hipócritas, a veces no se nota. La envidia se disfraza,
entonces no se nota. Lastimosamente, a veces la congregación está llena de
envidiosos.
Estos trabajan "por
debajo" para desacreditar a aquellos a quienes envidian.
Envidian a los
hermanos su posición de liderazgo, envidian sus dones, envidian la manera en
que Elohim los usa, envidian su desenvolvimiento en la congregación, envidian
el carisma que tienen... y están al asecho, para esperar el momento oportuno de
hundirlos.
Algunos, a la verdad, predican a Mashiaj por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. Filipiyim 1:15
Filipiyim trata
de personas que predican a Mashiaj por interés propio. A pesar de esto, Shaúl
expresa su gozo porque aun así Mashiaj es dado a conocer.
Ahora que vivimos en el espíritu, andemos en el espíritu. No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros. GalutYah 5:25-26
Muchos andan por
ahí justificándose detrás de un "celo ministerial", y déjenme decir
que tal cosa no existe. El tal CELO MINISTERIAL es un demonio de envidia
disfrazado de celo por las cosas de Elohim. Ya anduvo por la historia, una vez
se disfrazó de Inquisición, otra de persecución... no importan los lados,
siempre es un bando IMPONIENDO su punto de vista por la fuerza, a los golpes,
sobre el otro.
Los expulsarán de las sinagogas, y hasta viene un tiempo cuando cualquiera que los mate pensará que le presta un servicio a Elohim. Pero ellos harán eso porque no conocen ni al Padre ni a mí. Yahanan 16:2-3
¿Por qué Mashíaj
diría que los que persiguen a otros por motivos de NO ESTAR DE ACUERDO CON SUS
CREENCIAS NO CONOCEN AL PADRE NI A YAHSHUA MISMO?
PORQUE NO TIENEN
AMOR, como ya dijimos, el que lastima y persigue a su hermano está con odio en
el corazón, y eso es transgredir el mandamiento. Entonces, ¿cuál termina siendo
el mayor pecado?
Todos tenemos un
grado de envidia, a no ser que comprendamos perfectamente cuál es nuestra posición
en Mashiaj y sepamos perfectamente quiénes somos, cuál es nuestro llamado,
hacia dónde vamos y cuáles son los tiempos de Elohim para nuestras vidas, y que
entendamos que los demás también tienen los suyos, y los respetemos, no que los
envidiemos.
¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno? Es asunto de su Dueño si sigue en pie o cae; pero se mantendrá firme, porque poderoso es Yahweh para afirmarlo. Romaniyim 14:4
Por ejemplo: la
madre envidiosa. Esta madre envidia al hijo de la vecina que tiene mejores calificaciones,
que tiene mejor ropa, que ha logrado más progreso, que ha alcanzado más que su
propio hijo. Esta madre estará esperando el momento oportuno para desacreditar al
hijo de su vecina. Sin falta encontrara poco o mucho que criticar de él.
Muchos envidian
los matrimonios felices de otros, envidian su salud, envidian sus cuentas bancarias,
y en el fondo lo que desean con esto es que los demás desaparezcan. Por esto es
que la envidia mata.
Cuando uno no
tiene hijos sanos, o no tiene recursos, o cree que le falta esto o aquello, y
no tiene una adecuada perspectiva de su situación, ni confía PLENAMENTE en
Elohim, la envidia y la amargura por esta situación se podrían volver
torturantes.
Hay cosas
IMPOSIBLES DE SOBRELLEVAR con malas actitudes. Pero sin embargo yo misma he
visto a padres con hijos con muchos problemas de salud, que no sólo han salido
adelante, sino que esa "enfermedad" les ha resultado en bendición. No
así con la envidia. Cuando todo le va saliendo bien a nuestro vecino, a nuestro
pariente, a nuestro amigo, comenzamos a pensar: "¿Y a mí, por qué no me pasa lo mismo? ¿Por qué a ellos les va
bien y yo sigo en el hoyo? ¿Que tiene él o ella que yo no tenga? Esa persona no
se lo merece; yo me merezco todo eso, ¡porque yo lo he procurado!".
Esos
pensamientos nos asaltan una y otra vez. Lo mismo ocurre en la congregación
cuando creemos que Elohim bendice inmerecidamente a otros en lugar de nosotros.
Entonces el veneno
comienza a fluir en nuestros corazones en forma de palabras y hechos.
En el peor de
los casos cuando envidiamos a otros nos mostramos hostiles, discutimos con
ellos, o le mostramos indiferencia congelada, y les hacemos la vida muy difícil
si es que podemos. Les hacemos ver cuán molestos son para nosotros.
Pero esto no es
lo más común. Lo más común es que actuemos como los fariseos hipócritas del tiempo
de Yahshua. Muy por dentro estamos atormentados porque ellos (los bendecidos)
tienen el reconocimiento, la posición o los talentos que nosotros "deberíamos"
haber tenido. Lo terrible es que la carne NUNCA admitirá eso.
Nos sentimos
como si Elohim hubiera hecho una gran injusticia con nosotros por no darnos lo
que nos merecemos. En verdad, no nos damos cuenta que con nuestras actitudes,
estamos acusando a Yahweh más que a la persona a la que envidiamos.
Aparte de esto,
comenzamos a hacer planes para hundirlos, desacreditarlos frente a los demás y
si es posible dejar su reputación por el piso. A veces sin querer, tenemos un
plan para vengarnos, que sólo debe madurar bien en nuestras mentes para
llevarlo a cabo.
Sin embargo
muchas veces nos damos cuenta de que ardemos de envidia y sabemos que eso es malo,
pero, como no aceptamos que estamos en pecado, de alguna manera justificamos la
envidia y nos convencemos a nosotros mismos de que eso que estamos sintiendo es
algo inofensivo. Tratamos de amasarlo y esconderlo debajo de la cama, pero ya
dijimos muchas veces que reprimir no es sanar. Debemos llevarle estas cosas a
Mashíaj.
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Elohim. GalutYah 5:19-21
Aquí es claro
que los envidiosos no heredarán el reino de Elohim. Sea poca o mucha la envidia
que sintamos, ésta nos excluirá del reino de Elohim.
La envidia, una
vez que ha echado raíces en nuestro corazón puede hacernos los seres más despreciables
de este mundo. La envidia pone una venda sobre nuestros ojos que impide que podamos
reconocer que somos personas únicas, con un destino y propósitos únicos de Elohim
para nuestras vidas. La envidia no nos permite DAR GRACIAS A YAHWEH POR LO QUE
NOS HA DADO, porque no hemos aprendido aún a gozarnos en nuestras
tribulaciones, porque no hemos separado la carne del ruaj. La que se queja, la
que reclama, la que se resiente es siempre la carne. El ruaj, por el contrario,
se goza y alaba porque sabe que está siendo edificado. Como la carne está siempre
mirando a los demás, no podemos descubrir lo que Elohim tiene para nosotros, ni
desarrollarnos como Elohim quisiera. Él tiene un plan para cada uno de
nosotros, necesitamos permitir que NOS TRABAJE. Lamentablemente, no trabajará
en nuestro viejo hombre. Debemos salirnos de él y permitir hacer crecer nuestro
nuevo hombre, sin envidias ni otras malas hierbas.
Por consiguiente, despójense de toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidia, y de todas las palabras malignas... Kefá Alef 2:1
La palabra de
Elohim NOS ORDENA que desechemos (resistamos, excluyamos, echemos fuera, nos
despojemos, expulsemos, eliminemos, tiremos a la basura), toda envidia y sus
compañeros: engaño, hipocresía, maledicencia, malicia, ya que el envidioso tiene
todos estos vicios. La envidia NUNCA viene sola, trae a sus compañeros peores que
ella consigo.
¿Dónde Está La Raíz De La Envidia?
Deseos internos
muy guardados que no se han satisfecho. Muchas frustraciones. Falta de amor
recibido, que bloquea la forma de darlo. Probables maltratos infantiles, tanto
físicos como verbales. Mucho dolor sin consuelo. Heridas que no han sido
sanadas ni entregadas en plenitud a Yahshua para que las sane. Las heridas del
pasado están en nuestro viejo hombre, y Yahshua nos dice que salgamos de él
para que nos revistamos del nuevo hombre, que no tiene esas heridas ni esos
dolores ni envidias, ni resentimientos, sino que ESTÁ LIMPIO PARA QUE
COMENCEMOS DE CERO SIN ESAS COSAS.
Todos esos
traumas nos llevan a querer SER OTRA PERSONA. A querer lo que otro tiene o es,
porque desde afuera siempre parece mucho mejor la vida de los demás. La carne
se convence de que "si" las cosas hubieran sido diferentes, habríamos
brillado, seríamos todo eso que envidiamos. La carne siempre tiene fantasías de
"lo que podría ser", inclusive fantasea con malos presagios y vive en
ansiedades ("Y si pasa tal cosa o la
otra?"). Pero en verdad, la carne rechaza toda situación en la cual el
Padre nos coloca para que seamos disciplinados (NO CASTIGADOS, DISCIPLINA NO ES
CASTIGO) a fin de crecer en Mashíaj. Esto es algo IMPOSIBLE DE COMPRENDER PARA
LA CARNE: que si todo lo malo coopera para nuestro bien, DEBEMOS GOZARNOS EN
LAS TRIBULACIONES MIENTRAS CRECEMOS. No se trata de gozarnos siendo
masoquistas. Si no hay comprensión en el ruaj, no habrá tampoco verdadero gozo,
sino una actitud INTERNA de victimización. Podemos poner una apariencia externa
muy espiritual, pero por dentro seguimos resentidos.
Otras veces, la
envidie se centra en las cosas materiales que los otros tienen. Normalmente
viene de una vida de carencias, una infancia en la que no pudimos tener lo que
los otros niños tenían, y esto puede implicar muchas cosas, desde juguetes
hasta ropa y comida, una familia estable, un futuro, cosas que imaginamos son
necesarias "porque desde afuera se ven tan bien". Sin embargo, a
veces envidiamos tener las cosas del vecino rico, y sus vidas son más amargadas
que la nuestra. Sobre todo cuando los demás no tienen a Yahweh.
Cuando
reconozcamos que lo que deseamos o ambicionamos es sólo producto de la carne,
ya habremos vencido la primera batalla. Tal vez lo que estemos anhelando muy
ardientemente no nos haga falta, entonces tenemos que estar dispuestos a
entregarle eso a Yahshua y decirle: Padre
mío, mi Adón: por mucho tiempo he deseado esto que en realidad no es para mi
vida, PORQUE TÚ NO ME LO DISTE. Ahora con mi plena voluntad te entrego todo
esto a ti porque para mí es una carga y es un tormento, porque estoy diciendo,
aunque no me dé cuenta, QUE HAS SIDO INJUSTO AL NO DÁRMELO, Y QUE TRATARÉ DE
CONSEGUIRLO CON MIS FUERZAS. Perdóname en mi rebeldía.
La Desconfianza En Yahweh
Otra raíz de la
envidia está en la desconfianza en Yahweh. Pensamos que Elohim no tiene buenas
intenciones para con nosotros. Por supuesto, NO NOS ATREVEMOS A EXPRESARLO DE
ESTA MANERA DE FORMA DIRECTA. Pero nuestros sentimientos, pensamientos y
actitudes indican que en el fondo sí lo creemos. Pensamos que Elohim favorece a
los que NO lo merecen. Pensamos que Él tiene una intención oculta con nosotros,
que juega con nosotros.
Nos comparamos
con los demás y nos irrita, nos arde y nos amarga ver cómo ellos son bendecidos
y nosotros no. Pensamos: "Definitivamente
Elohim no es justo conmigo. ¿Por qué a otros da tantos dones y cosas materiales
y a mí no? ¿Por qué no me da a mí ese cargo que dio a otro, SI YO LO MEREZCO
MÁS? Hasta los impíos están más prosperados que yo, que tengo un Padre que es
Rey y sigo siendo miserable...".
Pero yo, por
poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve
envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados. Mizmor 73:2-3
Elohim tiene muy
buenos pensamientos para cada uno de sus hijos. Él enseña, ayuda y guía a cada
hijo suyo según Su sabiduría. Él no le da los mismos dones a todos.
Lo mejor para
nosotros YA NOS LO HA DADO. Hemos recibido la salvación y la vida eterna de
Mashíaj, PERO TAMBIÉN HEMOS RECIBIDO MÁS COSAS EN ESE REGALO: UN NUEVO HOMBRE,
CON UN CORAZÓN NUEVO Y UN NUEVO RUAJ PARA CONECTARNOS CON ÉL, Y TODOS LOS DONES
DEL RUAJ QUE NECESITAMOS PARA CRECER. Con todo, DEBEMOS ABRIR LA CAJA Y
USARLOS. Lo lamentable es que la mayoría deja la caja cerrada: ENTIERRA LOS
TALENTOS, y se dispone a observar a los que sí abren sus cajas y los
desarrollan. No debemos envidiar los talentos de los demás: nos basta
desarrollar los que Él nos dio, porque son perfectos. Es hora de que seamos
honestos en nuestro interior y veamos cuál es la raíz que motiva nuestros
sentimientos (los sentimientos son una de las funciones de la carne,
recordemos).
Si creemos que
nuestra vida es miserable porque otros tienen mejores oportunidades, estamos
diciendo que Él no nos ama, que hace acepción de persona, pero no debemos
dudar. Porque si dudamos, estamos desconfiando. Muchos dicen que no lo hacen,
pero sus acciones y más aún, sus frutos, desmienten sus palabras.
Y como muchas
veces no nos preocupamos por saber los pensamientos de Elohim que son mucho más
altos que los nuestros, tal vez nunca podamos entender qué es lo que Él tiene para
nosotros, porque NOS NEGAMOS A SER DISCIPLINADOS POR ESAS MISMAS COSAS DE LAS
CUALES NOS QUEJAMOS. Pidámosle al Padre ahora mismo que nos ayude a confiar
ciegamente en Él, a entregarnos en Sus manos, y a desear lo que Él tiene
preparado para nosotros.
Y abramos
nuestras cajas para descubrir esos dones que Él ya nos ha dado y que son LO QUE
QUIERE QUE DESARROLLEMOS, PARA ENTREGARLE LO SUYO CON INTERESES A SU REGRESO.
Muchos se sorprenderán cuando Él les pida cuentas de lo que hicieron con lo que
les dejó, porque la mayoría están enterrando su talento. Otros tratan de
sembrarlo, pero en el viejo hombre, y esa es mala tierra. Ahí haSatán tiene
derecho de pasear y desviar y enceguecer, y los únicos frutos que se producen
son los de la carne. Yahshua quiere que sembremos esos dones EN EL NUEVO
HOMBRE, porque sólo así llegaremos a tener la mente de Mashíaj.
La Ingratitud
Otras de las raíces
fuertes de la envidia es la ingratitud. Tenemos a veces muchas cosas que hemos
recibido de Elohim que las consideramos como poca cosa, o despreciables o sin
valor, o simplemente las damos por sentado.
Con la envidia,
nunca estamos contentos con lo que Elohim nos da. Siempre la inconformidad nos tortura,
porque la carne sólo aprecia las cosas que se ven, las cosas de la carne, y no
valoran las cosas del ruaj. Estas personas pueden tener el mayor tesoro del
mundo en su interior, QUE INSISTEN EN ENTERRARLO, y salir a buscar satisfacción
al mundo. Todo es poco para ellos. No viven con contentamiento, sino con una
queja interna de que siempre Elohim permite que nos falten las cosas.
Con esta actitud
estamos lejos de agradar el corazón de Elohim. Parecemos niños malcriados dando
pataletas en el aire. Elohim no nos mirará hasta que nos hayamos calmado. Hasta
que hayamos dejado los berrinches. El espíritu de ingratitud siempre nos tendrá
sumamente descontentos y nunca reconoceremos las buenas y sencillas dádivas de
nuestro Padre que en todo momento nos cuida.
Falta De Amor
La otra raíz de
la envidia es la ausencia de amor. Donde hay amor no hay envidia. El amor
siempre busca el bienestar de los demás y se olvida de sí mismo. El amor lo
sufre todo.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es jactancioso, ni es arrogante. No es grosero, ni es egoísta. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Qorintiyim Alef 13:4-7
No hay persona
que esté llena de amor y sea envidiosa. Cuando somos muy propensos a ser envidiosos
debemos pedir a Elohim que sature nuestro corazón de amor, para que mate esa envidia
venenosa que quiere brotar en el alma.
La Raíz De La Amargura
La ultima y la
peor de las raíces de la envidia es la amargura. NUNCA veremos una persona
feliz que sea envidiosa. La persona espiritual genuinamente feliz es una
persona que ha alcanzado un nivel espiritual donde las cosas de este mundo le
son muy secundarias (incluyendo envidiar dones y posiciones de otros), conoce a
Elohim y procura la comunión con Él; en este punto ya casi nada de lo terrenal
es importante.
Codician y no tienen; matan y arden de envidia, pero no pueden obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Piden, y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres. Yaakov 4:2-3
No olvidemos que
Yahshua vino a romper y a vencer sobre el pecado, y a liberar a los cautivos.
Su sangre es más que suficiente para curar la enfermedad del pecado, pero
debemos aplicarla una y otra vez. Shaúl dijo:
Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. Qorintiyim Alef 9:27
¿Por qué debía
someter el cuerpo a disciplina? Porque aunque Yahshua nos ha salvado, aún no
estamos completados. Ese es nuestro camino, nuestra limpieza, nuestra
santificación, y debe ser un asunto diario, que en algunos comportamientos
puede demorar más que en otros (sobre todo si se han convertido en fortalezas).
Guarda silencio ante el Adón, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, porque esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Adón heredarán la tierra. Mizmor 37:7-9
Si decidimos dar
gracias a Elohim por la prosperidad de los demás, por la salud de los demás,
por los beneficios que reciben los demás, bendecirlos en todo, no hay envidia
que no se debilitará. Esto es ORAR POR LOS DEMÁS EN VEZ DE EN NOSOTROS MISMOS.
Abba sabe lo que necesitamos para nosotros. Si en un momento en que somos
atacamos comenzamos a orar por otros, SALDREMOS DE NUESTRO CENTRO DE EGOÍSMO.
Si decimos que no podemos dejar de orar por nosotros, es que dudamos que Él nos
escuche si no lo hacemos. Lo cierto es que Él ya lo sabe todo.
Al principio
PUEDE SER MUY DURO hacer este tipo de oración pero con el tiempo dará frutos de
verdadero valor espiritual.
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Oración Contra La Envidia
EL MANÁ
En verdad Elohim es bueno con Yisrael, con los puros de corazón. Pero yo, por poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados (...) ¡Y estos que son tan malvados, siempre prosperan, y amasan riquezas! Completamente en vano he limpiado mi mente y he lavado mis manos en inocencia; pues he recibido azotes cada día, y castigos todas las mañanas. Si decidiera decir estas cosas, traicionaría al linaje de tus hijos. Meditaba yo para entender esto, pero me resultaba muy difícil, hasta que entré en el Santuario de Elohim y entendí el paradero de ellos. Ya había perdido la razón mi mente, y se me habían embotado los sentimientos; yo era ignorante, no entendía, como una bestia era delante de ti. Sin embargo, siempre estuve contigo y me sujetaste de la mano derecha; tú me guiaste con tu consejo, y después me dirigiste hacia el honor. ¿A quién más tengo yo en el cielo? Y teniéndote a ti, nada deseo aquí en la tierra. Mi cuerpo y mi mente fallan, pero Elohim es la fortaleza de mi mente, y mi porción eterna. Es claro que los que se alejan de ti perecen, tú aniquilas a todo el que se aparta de ti. Pero yo hallo mi felicidad en acercarme a Elohim, en poner mi confianza en Adonay Yahweh, y en contar todas sus obras. Mizmor 73:1-3, 12-17, 21-28
LA ARMADURA
Ahora me fortalezco con el
gran poder de Yahshua Ha Mashiaj y me coloco toda la armadura de nuestro
Elohim, para hacer frente a todas las artimañas de haSatán.
Me ciño con el Cinturón de la Verdad, me protejo con la Coraza de Justicia, y calzo mis pies con el ánimo de proclamar la Besorah de la Paz. Tomo el Escudo de la Fe con el que apagaré todos los dardos de fuego del maligno. Tomo también el Casco de Salvación y la Espada del Ruaj, que es la Palabra de Elohim. Como guerrero enfrentaré las huestes del maligno recuperar todo lo que perdí yo, y mis antepasados, para cortar con estas maldiciones que se arrastran en mi familia, para que mis hijos no las sufran y sirvan plenamente a Yahweh.
LA ORACIÓN
Abba
Kadosh, mi Adón: por mucho tiempo he deseado cosas que en realidad no sé si son
lo que Tú deseas para mí. Perdóname por haber ocupado Tu lugar en mí, Tú eres
mi cabeza, y yo no debo tomar decisiones fuera de Ti, ni tampoco desear cosas
que Tú no me has dado. Y las que ya me las diste, ayúdame a verlas y
desarrollarlas, para dar mucho fruto para Ti.
Ahora,
de plena voluntad, te entrego todas estas cosas a Ti porque para mí son una
carga y un tormento. En mi carne no deseo lo bueno, pero en mi nuevo hombre
puedes colocar TUS DESEOS en mí, para que yo los desee y diga amén, me goce en
ellos y te agradezca, te bendiga y te alabe.
Echo
ahora todo esto sobre ti, echo toda mi ansiedad sobre ti y te ruego que me
cuides y sólo me des lo que realmente necesito. Te lo ruego en el nombre de
Yahshua.
Padre
mío, también pido perdón por todo pecado de ingratitud que hay en mi vida, por
no ver las cosas buenas que siempre me has dado.
Tú me
has dado todo, realmente nunca tuve necesidad de nada, me has sostenido en toda
situación difícil, y por esto te doy gracias. En los momentos más difíciles de
mi vida me has dado las fuerzas para continuar, y has puesto esperanza y
consuelo en mi corazón, y por esto hoy aún estoy aquí.
Abba
Kadosh, dame ahora un espíritu agradecido por todo lo bueno que me das y aún
por las dificultades y problemas que tengo, porque sé que Tú no los hubieras
permitido si no fuera lo mejor para mí. Derrama en mí Tu ruaj de gozo y shalom,
para que me vuelva a ti cada vez más, agradeciéndote todo lo bueno pero mucho
más lo que mi carne considera malo o desagradable, porque esa es Tu mano
moldeándome.
Me
opongo y renuncio ahora a la ingratitud, a la amargura. Los sujeto y echo fuera
mi vida ahora, en el nombre de Yahshua, y a partir de hoy llevaré a tus pies
cada nueva raíz que pretenda brotar de nuevo en mi viejo hombre. Esta es la
forma en la que cuidaré de mi jardín, y haré esto con todas esas malas hierbas
y espinos que este cuerpo de muerte produce.
Padre Kadosh: también pido perdón por
todo pecado de envidia que hay en mi vida, por compararme siempre con los demás
y odiarlos cuando todo les va bien y yo sigo con problemas, según yo creo.
Inclusive cuando no los odio pero me siento triste porque ellos
"recibieron" algo y yo no.
Por eso, en este momento vengo a
bendecir a todos los que envidio, a todos los que tienen tu bendición, desde
ahora también tienen mi bendición, para que Tú, Padre Santo de Yisrael, sigas
colmándolos de dádivas, beneficios, favores y misericordias; eso mismo quiero
yo con todos ellos. Como Tú eres la mayor de las bendiciones, Tú eres lo que
deseo para todos, tanto amigos como "enemigos", porque mi carne no
discierne en el ruaj.
Bendigo a todos mis amigos, conocidos y
parientes que prosperan y son reconocidos y amados, los bendigo y ahora sé que
así como ellos han sido bendecidos por Ti, también lo seré yo, a TU TIEMPO Y A
TU MANERA.
Suelto ahora todo deseo de venganza, de
hacerles daño, de desacreditarlos, suelto toda amargura hacia ellos y me
declaro LIBRE para encontrar el camino que me tienes preparado, mis propias
bendiciones que también has preparado de antemano. No deseo volver a compararme
ni querer recorrer un camino que no sea el que diseñaste para mí.
Sujeto, aplasto y echo fuera de mi vida
toda ingratitud, toda desconfianza hacia Elohim y todo egoísmo, ahora se van de
mi vida, en el nombre de Yahshua, y me opongo a que mi carne acepte toda
tentación que, en el pasado, aceptaba con agrado. Abba Kadosh, mantenme firme
cuando las olas del mar y los vientos rujan a mi alrededor, tratando de
tentarme y apartarme de Ti.
Ahora
ven, Ruaj haKodesh, y llena el vacío que dejaron estos espíritus espíritu
espíritus inmundos, entra a mi corazón, y derrama en mi Tu presencia. Recibo tu
amor, recibo tu espíritu de gratitud, de generosidad, de compartir, recibo un
espíritu agradecido a ti, y lo utilizaré cada vez que me surjan nuevamente
estos pensamientos negativos, cada vez que mi carne y el enemigo me inciten a
caer nuevamente en mis viejos comportamientos.
Gracias
te doy en el nombre de Yahshua.
Nota: todos los procesos de liberación requieren de mucha perseverancia en la oración. Esta oración de liberación debe hacerse muchas veces, hasta que comience a dar los frutos. Un avance seguro y un crecimiento espiritual es cuando notas que "algo" cambio en ti, que ya no tienes "eso" que tenías antes, ese es el indicio más claro que estas pasando al siguiente nivel.
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