21 de agosto de 2020

OS-SI21 - El Problema De La Envidia




Así que cuando la gente se había reunido, Pilatos les dijo: "¿A quién quieren que ponga en libertad? ¿Bar-Abba o Yahshúa, llamado el Mashíaj?". Porque él entendía que por envidia le habían entregado. MattiYah 27:17-18

 

Esto no es nuevo para nosotros, todos sabemos que esto pasó con Yahshua.

 

El problema no era que Yahshua enseñaba "otra doctrina", el problema era que Yahshua hacía tantas señales, sanidades y prodigios que prácticamente era imposible pensar que Él NO fuese quien decía ser. Los líderes políticos y religiosos vieron que Yahshua era una gran amenaza para sus "puestos"; NADIE tenía lo que EL tenia, así que... debían eliminarlo.

 

Este es un triste caso más de cómo la envidia mata. A nuestro Yahshua lo mataron por envidia.

 

Lo mismo hizo Qayin con Hevel. La envidia tiene el poder de sacar la vida y por esto es que debemos tener muchísimo cuidado con ella. La envidia mata, porque trae odio, y el odio en la mente ya es muerte, dijo Yahshua.

 

El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía. El que ama a su hermano permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que odia a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas; y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. Yahanan Alef 2:9-11

 

La persona envidiosa no puede ver que su prójimo, sus amigos, parientes o gente próxima a ella PROSPERE O LE VAYA BIEN. Siente tanto malestar dentro de sí que se vuelve una tortura mental ver a otros progresar, avanzar, salir exitosos cuando él o ella no consiguen lo mismo. Y esto es válido especialmente cuando la competencia es en la belleza, en las finanzas, en el aspecto intelectual, en el plano de armonía física, en la prosperidad financiera... Pero no sólo allí está la envidia; también está en la congregación, y como muchos creyentes aprendieron a ser tan hipócritas, a veces no se nota. La envidia se disfraza, entonces no se nota. Lastimosamente, a veces la congregación está llena de envidiosos.

 

Estos trabajan "por debajo" para desacreditar a aquellos a quienes envidian.

 

Envidian a los hermanos su posición de liderazgo, envidian sus dones, envidian la manera en que Elohim los usa, envidian su desenvolvimiento en la congregación, envidian el carisma que tienen... y están al asecho, para esperar el momento oportuno de hundirlos.

 

Algunos, a la verdad, predican a Mashiaj por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. Filipiyim 1:15

 

Filipiyim trata de personas que predican a Mashiaj por interés propio. A pesar de esto, Shaúl expresa su gozo porque aun así Mashiaj es dado a conocer.

 

Ahora que vivimos en el espíritu, andemos en el espíritu. No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros. GalutYah 5:25-26

 

Muchos andan por ahí justificándose detrás de un "celo ministerial", y déjenme decir que tal cosa no existe. El tal CELO MINISTERIAL es un demonio de envidia disfrazado de celo por las cosas de Elohim. Ya anduvo por la historia, una vez se disfrazó de Inquisición, otra de persecución... no importan los lados, siempre es un bando IMPONIENDO su punto de vista por la fuerza, a los golpes, sobre el otro.

 

Los expulsarán de las sinagogas, y hasta viene un tiempo cuando cualquiera que los mate pensará que le presta un servicio a Elohim. Pero ellos harán eso porque no conocen ni al Padre ni a mí. Yahanan 16:2-3

 

¿Por qué Mashíaj diría que los que persiguen a otros por motivos de NO ESTAR DE ACUERDO CON SUS CREENCIAS NO CONOCEN AL PADRE NI A YAHSHUA MISMO?

 

PORQUE NO TIENEN AMOR, como ya dijimos, el que lastima y persigue a su hermano está con odio en el corazón, y eso es transgredir el mandamiento. Entonces, ¿cuál termina siendo el mayor pecado?

 

 

Todos tenemos un grado de envidia, a no ser que comprendamos perfectamente cuál es nuestra posición en Mashiaj y sepamos perfectamente quiénes somos, cuál es nuestro llamado, hacia dónde vamos y cuáles son los tiempos de Elohim para nuestras vidas, y que entendamos que los demás también tienen los suyos, y los respetemos, no que los envidiemos.

 

¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno? Es asunto de su Dueño si sigue en pie o cae; pero se mantendrá firme, porque poderoso es Yahweh para afirmarlo. Romaniyim 14:4

 

Por ejemplo: la madre envidiosa. Esta madre envidia al hijo de la vecina que tiene mejores calificaciones, que tiene mejor ropa, que ha logrado más progreso, que ha alcanzado más que su propio hijo. Esta madre estará esperando el momento oportuno para desacreditar al hijo de su vecina. Sin falta encontrara poco o mucho que criticar de él.

 

Muchos envidian los matrimonios felices de otros, envidian su salud, envidian sus cuentas bancarias, y en el fondo lo que desean con esto es que los demás desaparezcan. Por esto es que la envidia mata.

 

Cuando uno no tiene hijos sanos, o no tiene recursos, o cree que le falta esto o aquello, y no tiene una adecuada perspectiva de su situación, ni confía PLENAMENTE en Elohim, la envidia y la amargura por esta situación se podrían volver torturantes.

 

Hay cosas IMPOSIBLES DE SOBRELLEVAR con malas actitudes. Pero sin embargo yo misma he visto a padres con hijos con muchos problemas de salud, que no sólo han salido adelante, sino que esa "enfermedad" les ha resultado en bendición. No así con la envidia. Cuando todo le va saliendo bien a nuestro vecino, a nuestro pariente, a nuestro amigo, comenzamos a pensar: "¿Y a mí, por qué no me pasa lo mismo? ¿Por qué a ellos les va bien y yo sigo en el hoyo? ¿Que tiene él o ella que yo no tenga? Esa persona no se lo merece; yo me merezco todo eso, ¡porque yo lo he procurado!".

 

Esos pensamientos nos asaltan una y otra vez. Lo mismo ocurre en la congregación cuando creemos que Elohim bendice inmerecidamente a otros en lugar de nosotros.

 

Entonces el veneno comienza a fluir en nuestros corazones en forma de palabras y hechos.

 

En el peor de los casos cuando envidiamos a otros nos mostramos hostiles, discutimos con ellos, o le mostramos indiferencia congelada, y les hacemos la vida muy difícil si es que podemos. Les hacemos ver cuán molestos son para nosotros.

 

Pero esto no es lo más común. Lo más común es que actuemos como los fariseos hipócritas del tiempo de Yahshua. Muy por dentro estamos atormentados porque ellos (los bendecidos) tienen el reconocimiento, la posición o los talentos que nosotros "deberíamos" haber tenido. Lo terrible es que la carne NUNCA admitirá eso.

 

Nos sentimos como si Elohim hubiera hecho una gran injusticia con nosotros por no darnos lo que nos merecemos. En verdad, no nos damos cuenta que con nuestras actitudes, estamos acusando a Yahweh más que a la persona a la que envidiamos.

 

Aparte de esto, comenzamos a hacer planes para hundirlos, desacreditarlos frente a los demás y si es posible dejar su reputación por el piso. A veces sin querer, tenemos un plan para vengarnos, que sólo debe madurar bien en nuestras mentes para llevarlo a cabo.

 

Sin embargo muchas veces nos damos cuenta de que ardemos de envidia y sabemos que eso es malo, pero, como no aceptamos que estamos en pecado, de alguna manera justificamos la envidia y nos convencemos a nosotros mismos de que eso que estamos sintiendo es algo inofensivo. Tratamos de amasarlo y esconderlo debajo de la cama, pero ya dijimos muchas veces que reprimir no es sanar. Debemos llevarle estas cosas a Mashíaj.

 

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Elohim. GalutYah 5:19-21

 

Aquí es claro que los envidiosos no heredarán el reino de Elohim. Sea poca o mucha la envidia que sintamos, ésta nos excluirá del reino de Elohim.

 

La envidia, una vez que ha echado raíces en nuestro corazón puede hacernos los seres más despreciables de este mundo. La envidia pone una venda sobre nuestros ojos que impide que podamos reconocer que somos personas únicas, con un destino y propósitos únicos de Elohim para nuestras vidas. La envidia no nos permite DAR GRACIAS A YAHWEH POR LO QUE NOS HA DADO, porque no hemos aprendido aún a gozarnos en nuestras tribulaciones, porque no hemos separado la carne del ruaj. La que se queja, la que reclama, la que se resiente es siempre la carne. El ruaj, por el contrario, se goza y alaba porque sabe que está siendo edificado. Como la carne está siempre mirando a los demás, no podemos descubrir lo que Elohim tiene para nosotros, ni desarrollarnos como Elohim quisiera. Él tiene un plan para cada uno de nosotros, necesitamos permitir que NOS TRABAJE. Lamentablemente, no trabajará en nuestro viejo hombre. Debemos salirnos de él y permitir hacer crecer nuestro nuevo hombre, sin envidias ni otras malas hierbas.

 

Por consiguiente, despójense de toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidia, y de todas las palabras malignas... Kefá Alef 2:1

 

La palabra de Elohim NOS ORDENA que desechemos (resistamos, excluyamos, echemos fuera, nos despojemos, expulsemos, eliminemos, tiremos a la basura), toda envidia y sus compañeros: engaño, hipocresía, maledicencia, malicia, ya que el envidioso tiene todos estos vicios. La envidia NUNCA viene sola, trae a sus compañeros peores que ella consigo.

 

 

¿Dónde Está La Raíz De La Envidia?

 

Deseos internos muy guardados que no se han satisfecho. Muchas frustraciones. Falta de amor recibido, que bloquea la forma de darlo. Probables maltratos infantiles, tanto físicos como verbales. Mucho dolor sin consuelo. Heridas que no han sido sanadas ni entregadas en plenitud a Yahshua para que las sane. Las heridas del pasado están en nuestro viejo hombre, y Yahshua nos dice que salgamos de él para que nos revistamos del nuevo hombre, que no tiene esas heridas ni esos dolores ni envidias, ni resentimientos, sino que ESTÁ LIMPIO PARA QUE COMENCEMOS DE CERO SIN ESAS COSAS.

 

Todos esos traumas nos llevan a querer SER OTRA PERSONA. A querer lo que otro tiene o es, porque desde afuera siempre parece mucho mejor la vida de los demás. La carne se convence de que "si" las cosas hubieran sido diferentes, habríamos brillado, seríamos todo eso que envidiamos. La carne siempre tiene fantasías de "lo que podría ser", inclusive fantasea con malos presagios y vive en ansiedades ("Y si pasa tal cosa o la otra?"). Pero en verdad, la carne rechaza toda situación en la cual el Padre nos coloca para que seamos disciplinados (NO CASTIGADOS, DISCIPLINA NO ES CASTIGO) a fin de crecer en Mashíaj. Esto es algo IMPOSIBLE DE COMPRENDER PARA LA CARNE: que si todo lo malo coopera para nuestro bien, DEBEMOS GOZARNOS EN LAS TRIBULACIONES MIENTRAS CRECEMOS. No se trata de gozarnos siendo masoquistas. Si no hay comprensión en el ruaj, no habrá tampoco verdadero gozo, sino una actitud INTERNA de victimización. Podemos poner una apariencia externa muy espiritual, pero por dentro seguimos resentidos.

 

Otras veces, la envidie se centra en las cosas materiales que los otros tienen. Normalmente viene de una vida de carencias, una infancia en la que no pudimos tener lo que los otros niños tenían, y esto puede implicar muchas cosas, desde juguetes hasta ropa y comida, una familia estable, un futuro, cosas que imaginamos son necesarias "porque desde afuera se ven tan bien". Sin embargo, a veces envidiamos tener las cosas del vecino rico, y sus vidas son más amargadas que la nuestra. Sobre todo cuando los demás no tienen a Yahweh.

 

Cuando reconozcamos que lo que deseamos o ambicionamos es sólo producto de la carne, ya habremos vencido la primera batalla. Tal vez lo que estemos anhelando muy ardientemente no nos haga falta, entonces tenemos que estar dispuestos a entregarle eso a Yahshua y decirle: Padre mío, mi Adón: por mucho tiempo he deseado esto que en realidad no es para mi vida, PORQUE TÚ NO ME LO DISTE. Ahora con mi plena voluntad te entrego todo esto a ti porque para mí es una carga y es un tormento, porque estoy diciendo, aunque no me dé cuenta, QUE HAS SIDO INJUSTO AL NO DÁRMELO, Y QUE TRATARÉ DE CONSEGUIRLO CON MIS FUERZAS. Perdóname en mi rebeldía.

 

 

La Desconfianza En Yahweh

 

Otra raíz de la envidia está en la desconfianza en Yahweh. Pensamos que Elohim no tiene buenas intenciones para con nosotros. Por supuesto, NO NOS ATREVEMOS A EXPRESARLO DE ESTA MANERA DE FORMA DIRECTA. Pero nuestros sentimientos, pensamientos y actitudes indican que en el fondo sí lo creemos. Pensamos que Elohim favorece a los que NO lo merecen. Pensamos que Él tiene una intención oculta con nosotros, que juega con nosotros.

 

Nos comparamos con los demás y nos irrita, nos arde y nos amarga ver cómo ellos son bendecidos y nosotros no. Pensamos: "Definitivamente Elohim no es justo conmigo. ¿Por qué a otros da tantos dones y cosas materiales y a mí no? ¿Por qué no me da a mí ese cargo que dio a otro, SI YO LO MEREZCO MÁS? Hasta los impíos están más prosperados que yo, que tengo un Padre que es Rey y sigo siendo miserable...".

 

Pero yo, por poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados. Mizmor 73:2-3

 

Elohim tiene muy buenos pensamientos para cada uno de sus hijos. Él enseña, ayuda y guía a cada hijo suyo según Su sabiduría. Él no le da los mismos dones a todos.

 

Lo mejor para nosotros YA NOS LO HA DADO. Hemos recibido la salvación y la vida eterna de Mashíaj, PERO TAMBIÉN HEMOS RECIBIDO MÁS COSAS EN ESE REGALO: UN NUEVO HOMBRE, CON UN CORAZÓN NUEVO Y UN NUEVO RUAJ PARA CONECTARNOS CON ÉL, Y TODOS LOS DONES DEL RUAJ QUE NECESITAMOS PARA CRECER. Con todo, DEBEMOS ABRIR LA CAJA Y USARLOS. Lo lamentable es que la mayoría deja la caja cerrada: ENTIERRA LOS TALENTOS, y se dispone a observar a los que sí abren sus cajas y los desarrollan. No debemos envidiar los talentos de los demás: nos basta desarrollar los que Él nos dio, porque son perfectos. Es hora de que seamos honestos en nuestro interior y veamos cuál es la raíz que motiva nuestros sentimientos (los sentimientos son una de las funciones de la carne, recordemos).

 

Si creemos que nuestra vida es miserable porque otros tienen mejores oportunidades, estamos diciendo que Él no nos ama, que hace acepción de persona, pero no debemos dudar. Porque si dudamos, estamos desconfiando. Muchos dicen que no lo hacen, pero sus acciones y más aún, sus frutos, desmienten sus palabras.

 

Y como muchas veces no nos preocupamos por saber los pensamientos de Elohim que son mucho más altos que los nuestros, tal vez nunca podamos entender qué es lo que Él tiene para nosotros, porque NOS NEGAMOS A SER DISCIPLINADOS POR ESAS MISMAS COSAS DE LAS CUALES NOS QUEJAMOS. Pidámosle al Padre ahora mismo que nos ayude a confiar ciegamente en Él, a entregarnos en Sus manos, y a desear lo que Él tiene preparado para nosotros.

 

Y abramos nuestras cajas para descubrir esos dones que Él ya nos ha dado y que son LO QUE QUIERE QUE DESARROLLEMOS, PARA ENTREGARLE LO SUYO CON INTERESES A SU REGRESO. Muchos se sorprenderán cuando Él les pida cuentas de lo que hicieron con lo que les dejó, porque la mayoría están enterrando su talento. Otros tratan de sembrarlo, pero en el viejo hombre, y esa es mala tierra. Ahí haSatán tiene derecho de pasear y desviar y enceguecer, y los únicos frutos que se producen son los de la carne. Yahshua quiere que sembremos esos dones EN EL NUEVO HOMBRE, porque sólo así llegaremos a tener la mente de Mashíaj.

 

 

La Ingratitud


Otras de las raíces fuertes de la envidia es la ingratitud. Tenemos a veces muchas cosas que hemos recibido de Elohim que las consideramos como poca cosa, o despreciables o sin valor, o simplemente las damos por sentado.

 

Con la envidia, nunca estamos contentos con lo que Elohim nos da. Siempre la inconformidad nos tortura, porque la carne sólo aprecia las cosas que se ven, las cosas de la carne, y no valoran las cosas del ruaj. Estas personas pueden tener el mayor tesoro del mundo en su interior, QUE INSISTEN EN ENTERRARLO, y salir a buscar satisfacción al mundo. Todo es poco para ellos. No viven con contentamiento, sino con una queja interna de que siempre Elohim permite que nos falten las cosas.

 

Con esta actitud estamos lejos de agradar el corazón de Elohim. Parecemos niños malcriados dando pataletas en el aire. Elohim no nos mirará hasta que nos hayamos calmado. Hasta que hayamos dejado los berrinches. El espíritu de ingratitud siempre nos tendrá sumamente descontentos y nunca reconoceremos las buenas y sencillas dádivas de nuestro Padre que en todo momento nos cuida.

 

 

Falta De Amor

 

La otra raíz de la envidia es la ausencia de amor. Donde hay amor no hay envidia. El amor siempre busca el bienestar de los demás y se olvida de sí mismo. El amor lo sufre todo.

 

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es jactancioso, ni es arrogante. No es grosero, ni es egoísta. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Qorintiyim Alef 13:4-7

 

No hay persona que esté llena de amor y sea envidiosa. Cuando somos muy propensos a ser envidiosos debemos pedir a Elohim que sature nuestro corazón de amor, para que mate esa envidia venenosa que quiere brotar en el alma.

 

 

La Raíz De La Amargura

 

La ultima y la peor de las raíces de la envidia es la amargura. NUNCA veremos una persona feliz que sea envidiosa. La persona espiritual genuinamente feliz es una persona que ha alcanzado un nivel espiritual donde las cosas de este mundo le son muy secundarias (incluyendo envidiar dones y posiciones de otros), conoce a Elohim y procura la comunión con Él; en este punto ya casi nada de lo terrenal es importante.

 

Codician y no tienen; matan y arden de envidia, pero no pueden obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Piden, y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres. Yaakov 4:2-3

 

No olvidemos que Yahshua vino a romper y a vencer sobre el pecado, y a liberar a los cautivos. Su sangre es más que suficiente para curar la enfermedad del pecado, pero debemos aplicarla una y otra vez. Shaúl dijo:

 

Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. Qorintiyim Alef 9:27

 

¿Por qué debía someter el cuerpo a disciplina? Porque aunque Yahshua nos ha salvado, aún no estamos completados. Ese es nuestro camino, nuestra limpieza, nuestra santificación, y debe ser un asunto diario, que en algunos comportamientos puede demorar más que en otros (sobre todo si se han convertido en fortalezas).


Guarda silencio ante el Adón, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, porque esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Adón heredarán la tierra. Mizmor 37:7-9

 

Si decidimos dar gracias a Elohim por la prosperidad de los demás, por la salud de los demás, por los beneficios que reciben los demás, bendecirlos en todo, no hay envidia que no se debilitará. Esto es ORAR POR LOS DEMÁS EN VEZ DE EN NOSOTROS MISMOS. Abba sabe lo que necesitamos para nosotros. Si en un momento en que somos atacamos comenzamos a orar por otros, SALDREMOS DE NUESTRO CENTRO DE EGOÍSMO. Si decimos que no podemos dejar de orar por nosotros, es que dudamos que Él nos escuche si no lo hacemos. Lo cierto es que Él ya lo sabe todo.

 

Al principio PUEDE SER MUY DURO hacer este tipo de oración pero con el tiempo dará frutos de verdadero valor espiritual.

 

 

 

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Oración Contra La Envidia



EL MANÁ

 

En verdad Elohim es bueno con Yisrael, con los puros de corazón. Pero yo, por poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados (...) ¡Y estos que son tan malvados, siempre prosperan, y amasan riquezas! Completamente en vano he limpiado mi mente y he lavado mis manos en inocencia; pues he recibido azotes cada día, y castigos todas las mañanas. Si decidiera decir estas cosas, traicionaría al linaje de tus hijos. Meditaba yo para entender esto, pero me resultaba muy difícil, hasta que entré en el Santuario de Elohim y entendí el paradero de ellos. Ya había perdido la razón mi mente, y se me habían embotado los sentimientos; yo era ignorante, no entendía, como una bestia era delante de ti. Sin embargo, siempre estuve contigo y me sujetaste de la mano derecha; tú me guiaste con tu consejo, y después me dirigiste hacia el honor. ¿A quién más tengo yo en el cielo? Y teniéndote a ti, nada deseo aquí en la tierra. Mi cuerpo y mi mente fallan, pero Elohim es la fortaleza de mi mente, y mi porción eterna. Es claro que los que se alejan de ti perecen, tú aniquilas a todo el que se aparta de ti. Pero yo hallo mi felicidad en acercarme a Elohim, en poner mi confianza en Adonay Yahweh, y en contar todas sus obras. Mizmor 73:1-3, 12-17, 21-28

 

 

LA ARMADURA

 

Ahora me fortalezco con el gran poder de Yahshua Ha Mashiaj y me coloco toda la armadura de nuestro Elohim, para hacer frente a todas las artimañas de haSatán.

 

Me ciño con el Cinturón de la Verdad, me protejo con la Coraza de Justicia, y calzo mis pies con el ánimo de proclamar la Besorah de la Paz. Tomo el Escudo de la Fe con el que apagaré todos los dardos de fuego del maligno. Tomo también el Casco de Salvación y la Espada del Ruaj, que es la Palabra de Elohim. Como guerrero enfrentaré las huestes del maligno recuperar todo lo que perdí yo, y mis antepasados, para cortar con estas maldiciones que se arrastran en mi familia, para que mis hijos no las sufran y sirvan plenamente a Yahweh.

 

 

LA ORACIÓN

 

Abba Kadosh, mi Adón: por mucho tiempo he deseado cosas que en realidad no sé si son lo que Tú deseas para mí. Perdóname por haber ocupado Tu lugar en mí, Tú eres mi cabeza, y yo no debo tomar decisiones fuera de Ti, ni tampoco desear cosas que Tú no me has dado. Y las que ya me las diste, ayúdame a verlas y desarrollarlas, para dar mucho fruto para Ti.

 

Ahora, de plena voluntad, te entrego todas estas cosas a Ti porque para mí son una carga y un tormento. En mi carne no deseo lo bueno, pero en mi nuevo hombre puedes colocar TUS DESEOS en mí, para que yo los desee y diga amén, me goce en ellos y te agradezca, te bendiga y te alabe.

 

Echo ahora todo esto sobre ti, echo toda mi ansiedad sobre ti y te ruego que me cuides y sólo me des lo que realmente necesito. Te lo ruego en el nombre de Yahshua.

 

Padre mío, también pido perdón por todo pecado de ingratitud que hay en mi vida, por no ver las cosas buenas que siempre me has dado.

 

Tú me has dado todo, realmente nunca tuve necesidad de nada, me has sostenido en toda situación difícil, y por esto te doy gracias. En los momentos más difíciles de mi vida me has dado las fuerzas para continuar, y has puesto esperanza y consuelo en mi corazón, y por esto hoy aún estoy aquí.

 

Abba Kadosh, dame ahora un espíritu agradecido por todo lo bueno que me das y aún por las dificultades y problemas que tengo, porque sé que Tú no los hubieras permitido si no fuera lo mejor para mí. Derrama en mí Tu ruaj de gozo y shalom, para que me vuelva a ti cada vez más, agradeciéndote todo lo bueno pero mucho más lo que mi carne considera malo o desagradable, porque esa es Tu mano moldeándome.

 

Me opongo y renuncio ahora a la ingratitud, a la amargura. Los sujeto y echo fuera mi vida ahora, en el nombre de Yahshua, y a partir de hoy llevaré a tus pies cada nueva raíz que pretenda brotar de nuevo en mi viejo hombre. Esta es la forma en la que cuidaré de mi jardín, y haré esto con todas esas malas hierbas y espinos que este cuerpo de muerte produce.

 

Padre Kadosh: también pido perdón por todo pecado de envidia que hay en mi vida, por compararme siempre con los demás y odiarlos cuando todo les va bien y yo sigo con problemas, según yo creo. Inclusive cuando no los odio pero me siento triste porque ellos "recibieron" algo y yo no.

 

Por eso, en este momento vengo a bendecir a todos los que envidio, a todos los que tienen tu bendición, desde ahora también tienen mi bendición, para que Tú, Padre Santo de Yisrael, sigas colmándolos de dádivas, beneficios, favores y misericordias; eso mismo quiero yo con todos ellos. Como Tú eres la mayor de las bendiciones, Tú eres lo que deseo para todos, tanto amigos como "enemigos", porque mi carne no discierne en el ruaj.

 

Bendigo a todos mis amigos, conocidos y parientes que prosperan y son reconocidos y amados, los bendigo y ahora sé que así como ellos han sido bendecidos por Ti, también lo seré yo, a TU TIEMPO Y A TU MANERA.

 

Suelto ahora todo deseo de venganza, de hacerles daño, de desacreditarlos, suelto toda amargura hacia ellos y me declaro LIBRE para encontrar el camino que me tienes preparado, mis propias bendiciones que también has preparado de antemano. No deseo volver a compararme ni querer recorrer un camino que no sea el que diseñaste para mí.

 

Sujeto, aplasto y echo fuera de mi vida toda ingratitud, toda desconfianza hacia Elohim y todo egoísmo, ahora se van de mi vida, en el nombre de Yahshua, y me opongo a que mi carne acepte toda tentación que, en el pasado, aceptaba con agrado. Abba Kadosh, mantenme firme cuando las olas del mar y los vientos rujan a mi alrededor, tratando de tentarme y apartarme de Ti.

 

Ahora ven, Ruaj haKodesh, y llena el vacío que dejaron estos espíritus espíritu espíritus inmundos, entra a mi corazón, y derrama en mi Tu presencia. Recibo tu amor, recibo tu espíritu de gratitud, de generosidad, de compartir, recibo un espíritu agradecido a ti, y lo utilizaré cada vez que me surjan nuevamente estos pensamientos negativos, cada vez que mi carne y el enemigo me inciten a caer nuevamente en mis viejos comportamientos.

 

Gracias te doy en el nombre de Yahshua.

 

 

 

Nota: todos los procesos de liberación requieren de mucha perseverancia en la oración. Esta oración de liberación debe hacerse muchas veces, hasta que comience a dar los frutos. Un avance seguro y un crecimiento espiritual es cuando notas que "algo" cambio en ti, que ya no tienes "eso" que tenías antes, ese es el indicio más claro que estas pasando al siguiente nivel.

 

 







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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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