01 - Codicia, La Raíz De Todo Pecado 01
La codicia es un
deseo exagerado, ilícito o impropio. El décimo mandamiento nos dice que aunque
no todos nuestros deseos son malos, algunos de ellos sí lo son.
Codiciar es
ambicionar algo que no es nuestro lícitamente. Por lo general, el objeto de
nuestro deseo es propiedad de otra persona. Pero también es codicia querer más
de lo que legítimamente merecemos o de lo que sería nuestra parte justa. El
décimo mandamiento prohíbe específicamente que tengamos un deseo ilícito de
algo que ya es propiedad de otro.
Tanto los verbos
hebreos JAMÁD (H2530) y BETSA (H1215), como el griego EPIDSUMÍA (G1939)
significan "desear, codiciar" (Havakuk 2:9; Romaniyim 7:7). A veces,
según el contexto, estas palabras pueden transmitir la idea de un deseo malo,
egoísta, llegando al pillaje y la avaricia. El vocablo griego PLEONEXÍA (G4124)
significa literalmente "deseo de tener más", y en las Escrituras se
utiliza para denotar "codicia" y "avidez" (Efesiyim 4:19;
5:3; Qolasiyim 3:5).
En Qolasiyim 3:5, Shaúl dice que la codicia es idolatría. Sin embargo, también nos dice que deseemos los mejores dones y que anhelemos la profecía:
Ustedes deben anhelar los mejores dones; pero ahora les voy a
mostrar un camino todavía más excelente... Qorintiyim Alef 12:31
Así que, hermanos míos, anhelen profetizar; y no impidan hablar en
otros idiomas. Qorintiyim Alef 14:39
Sin embargo, la palabra aquí utilizada es ZELOO (G2206), que significa ser celoso de algo en el sentido de arder de deseo POSITIVAMENTE. Así que vemos que el desear algo ardientemente no siempre es malo, sino que la maldad está en lo que deseamos. Es el objeto del deseo, y no la acción de desear. En verdad, la diferencia entre deseo y codicia es que la codicia siempre aplica a algo que no tenemos porque no nos corresponde, porque pertenece a otra persona o está fuera del alcance (como codiciar ser rico).
Hay muchas cosas
que es lícito a uno desear poseer, como un cónyuge, un automóvil o una casa.
Pero uno nunca debe desear estas cosas si pertenecen a otra persona; no se
deben codiciar las posesiones de otro. Igualmente está bien el que uno trate de
mejorar, que trate de adelantar, pero no echando a fuerzas de su posición a
otro individuo, ni enfocándonos en ese objetivo a cualquier costo, no importa
quién caiga.
Esto es muy cierto: Si alguien aspira
al cargo de dirigente en una congregación, desea una buena obra. Timotio Alef
3:1
La codicia, en
cambio, es una forma de voracidad que es especialmente censurable debido a que
la persona codiciosa no sólo quiere cosas para sí misma, sino que cifra su
corazón en cosas que legítimamente pertenecen a otra persona. La codicia no
puede menos que producir dificultad. No sin buena razón advirtió Yahshua ha
Mashiaj:
"Guárdense de toda suerte de
codicia". Luka 12:15
La codicia se
manifiesta en el amor al dinero, el deseo de poder o ganancia, la voracidad por
el alimento y la bebida, el sexo u otras cosas materiales. Las Escrituras ponen
en guardia a los creyentes contra este rasgo degradante, y ordenan no asociarse
con nadie que llamándose "hermano" creyente, estuviese dominado por
la codicia:
Pero ahora les escribo que no se
asocien con ninguno que, llamándose hermano, sea... avaro... Con tal persona ni
siquiera coman. Qorintiyim Alef 5:11
Estas personas
están clasificadas junto con los fornicadores, idólatras, adúlteros, hombres
que tienen propósitos contranaturales, ladrones, borrachos, injuriadores y los
que practican extorsión. De hecho, las personas a las que domina la codicia por
lo general practican algunas de estas cosas. Si un individuo no se vuelve de su
codicia, no heredará el reino de Elohim.
¿No saben que los injustos no heredarán
el reino de Elohim? No se engañen: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni
los adúlteros, ni los homosexuales, ni los entregados a prostitución, ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los
estafadores, heredarán el reino de Elohim. Qorintiyim Alef 6:9-10
Al condenar el
habla necia y el bromear obsceno, el apóstol Shaúl manda que la fornicación y
la inmundicia o la codicia "ni siquiera se mencionen entre ustedes".
De modo que tales prácticas no sólo no deberían darse entre los creyentes, sino
que ni siquiera deberían hacerse tema de conversación con el fin de gratificar
la carne.
Pero la inmoralidad sexual y toda
impureza o avaricia no se nombren más entre ustedes, como corresponde a
consagrados... Efesiyim 5:3
La codicia se
manifiesta por algún acto abierto que revela el deseo malo y desmesurado de la
persona. Yaakov nos dice que el deseo incorrecto, cuando se hace fecundo, da a
luz el pecado.
Pero a cada uno le viene la tentación
cuando su propia pasión lo arrastra y lo seduce. Luego la pasión, después de
haber concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez que se lleva a cabo,
engendra la muerte. Yaakov 1:14-15
Por lo tanto, a
la persona codiciosa se la detecta por sus acciones. El apóstol Shaúl dice que
la codicia equivale a idolatría.
Porque esto ustedes lo saben muy bien:
que ningún fornicario ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia
en el reino del Mashíaj y de Elohim. Efesiyim 5:5
La persona
codiciosa hace su dios de aquello que desea, y lo coloca por encima del
servicio y la adoración al Creador.
Por eso Elohim los abandonó a la
impureza, en las pasiones de sus corazones, para deshonrar sus cuerpos entre
ellos mismos. Ellos cambiaron la verdad de Elohim por la mentira, y veneraron y
rindieron culto a la creación antes que al Creador, quien es bendito para
siempre. Amén. Romaniyim 1:24-25
Los creyentes
han salido de un mundo lleno de todo tipo de conducta mala. Shaúl hace notar
que tales cosas no sólo se llevan a cabo, sino que la gente va tras ellas con
codicia. Las personas que las practican están "alejadas de la vida que
pertenece a Elohim". Los que se hacen creyentes descubren que Mashiaj, su
ejemplo, estaba libre de este tipo de deseo y conducta y, por lo tanto, tienen
que rehacer su mente y vestirse de la nueva personalidad.
Esto digo e insisto en el Adón: que no
se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes,
teniendo el entendimiento oscurecido, alejados de la vida de Elohim por la
ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón. Una vez perdida
toda sensibilidad, se entregaron a la sensualidad para cometer ávidamente toda
clase de impurezas. Pero ustedes no han aprendido así al Mashíaj, si en verdad
lo han oído y los han enseñado en él, así como la verdad está en Yahshúa. Con
respecto a su antigua manera de vivir, despójense del viejo hombre que está
viciado por los deseos engañosos; pero renuévense en el ruaj de su mente, y
vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Elohim en justicia
y santidad de verdad. Efesiyim 4:17-24
No se amolden a este mundo; más bien,
transfórmense por la renovación de su entendimiento, de modo que puedan
discernir cuál sea la voluntad de Elohim, lo bueno, lo agradable y lo íntegro.
Romaniyim 12:2
Además, vivimos
entre personas del mundo a las que domina la codicia y debemos esforzarnos por
mantener nuestra limpieza como iluminadores en el mundo.
Les escribí en una carta que no se
asocien con fornicarios. No me refería en absoluto a los que de este mundo son
fornicarios, avaros, estafadores o idólatras, porque en tal caso tendrían que
salir del mundo... Qorintiyim Alef 5:9-10
Háganlo todo sin murmuraciones y
contiendas, para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Elohim sin mancha
en medio de una generación torcida y perversa, en la cual ustedes resplandecen
como lumbreras en el mundo... Filipiyim 2:14-15
La codicia de
ganancia y la falta de honradez impedirían que un hombre fuera siervo
ministerial en la congregación:
Asimismo, los asistentes deben ser
respetables, de una sola palabra, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias
deshonestas... Timotio Alef 3:8
Como tales
hombres tienen que ser ejemplos ante la congregación, se desprende que el
principio debe aplicar a toda la congregación.
Apacienten el rebaño de Yahweh que está
a su cargo, cuidándolo no por obligación, sino de buena voluntad según Elohim;
no por ganancias deshonestas, sino de corazón; no como teniendo dominio sobre
los que están a su cargo, sino como ejemplos para el rebaño. Kefá Alef 5:2-3
Yahshua ha
Mashiaj enseñó que la codicia contamina al hombre y que debe evitarse.
Y reiteró: "Lo que sale del
hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de adentro, del corazón del
hombre, proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, los robos, los
homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria,
la envidia, la blasfemia, la insolencia y la insensatez. Todas estas maldades
proceden del interior y contaminan al hombre". Mordejai 7:20-23
Reforzó esta
enseñanza con la ilustración de un hombre rico y codicioso que al morir ya no
tuvo más beneficio ni control de su riqueza y, además, se encontró en la
lamentable situación de no ser "rico para con Elohim" (Luka
12:15-21). A los creyentes se nos dice que nuestra vida está "escondida
con el Mashiaj" y que por lo tanto:
...porque ya ustedes han muerto, y su
vida está escondida con el Mashíaj en Elohim. Y cuando se manifieste el
Mashíaj, nuestra vida, entonces también ustedes se manifestarán con él en
gloria. Por lo tanto, hagan morir lo que hay de terrenal en ustedes:
fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia, que es
idolatría. Qolasiyim 3:3-5
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