Yahshua, Nuestro Oláh Perfecto 01
Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Yahweh. Vayikra 1:3
El "macho", "sin defecto", "de un año", es un tipo de nuestro Adón Yahshua, ofreciéndose a sí mismo, para el perfecto cumplimiento de la voluntad de Elohim. En esta ofrenda no debía haber nada que denotase debilidad o imperfección. Para el holocausto era menester "un macho, de un año", exactamente lo mismo que Yahweh pide para el cordero de Pésaj:
El animal será sin defecto, macho de un año; puedes tomarlo de las ovejas o de las cabras. Shemot 12:5
Cuando examinemos las otras ofrendas veremos que estaba permitido en algunos casos ofrecer una hembra. Pero tampoco debía tener ningún defecto y debía ser nueva. El holocausto era un sacrificio del orden más elevado, porque representaba a Mashiaj ofreciéndose a sí mismo a Elohim; ofreciéndose entera y exclusivamente para la mirada y para el corazón de Elohim. He aquí un punto que es preciso comprender bien. Sólo Yahweh puede estimar, en su justo valor, la persona y la obra de Mashiaj. Sólo Él puede apreciar plenamente el madero y el sacrificio perfecto de Mashiaj, del cual es la expresión. El madero, tipificado por el altar, y su obra, tipificada por el Oláh, encierra algo que sólo el pensamiento divino podía comprender; tiene profundidades que ni los hombres ni los malajim pueden sondear, y habla con una voz que no es más que para el oído del Padre, y que se dirigía directa y exclusivamente a Él. Había entre el madero y el trono de Elohim comunicaciones que exceden en mucho a las más altas capacidades de las inteligencias creadas.
...de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Yahweh. Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya. Vayikra 1:3b-4
(toda ofrenda quemada)...tiene que ser, para ser aceptable a favor suyo, un macho sin tacha, del ganado, o de las ovejas o de las cabras. No debes ofrecer nada que tenga defecto, porque no será aceptado a tu favor. Vayikra 22:19-20
El carácter del oláh que la Escritura hace resaltar aquí, nos hace contemplar el madero bajo un aspecto que no es suficientemente entendido. Estamos inclinados a mirar el madero simplemente como el lugar donde la gran cuestión del pecado fue tratada y terminada entre la justicia eterna y la víctima sin mancha, como el lugar donde nuestro crimen fue expiado y donde haSatán fue gloriosamente vencido. El madero es en efecto todo eso, pero es más todavía; es el lugar donde el amor de Mashiaj por el Padre se manifestó y se expresó en lenguaje tal, que sólo el Padre lo podía comprender, y es bajo este último aspecto que el madero está prefigurado en la ofrenda del oláh, que es una ofrenda ESENCIALMENTE VOLUNTARIA. Si no hubiera sido cuestión más que de la imputación del pecado y de sufrir la ira de Elohim a causa del mismo, la ofrenda, moralmente, no podía abandonarse a la voluntad de aquél que la ofrece, sino que tendría que ser necesaria y absolutamente obligatoria. Nuestro Adón Yahshua no podía desear ser "hecho pecado" (Qorintiyim Bet 5:21), no podía desear sufrir la ira de Elohim y quedar privado de la claridad de su faz, y este hecho, por sí solo, nos muestra, de la manera más evidente, que la ofrenda del holocausto no representa a Mashiaj sobre el madero, llevando el pecado, sino a Mashiaj sobre el madero, CUMPLIENDO LA VOLUNTAD DE ELOHIM. El oláh representa la sumisión perfecta del Hijo al Padre.
De esta manera, cuando presentemos nuestros holocaustos, presentamos la sumisión de nuestro Mashíaj interior QUE HEMOS EXPERIMENTADO, esa sumisión completa y absoluta al Padre, en la cual nos entregamos de pleno a Él, sin preguntas, sin dudas ni expectativas. Toda orden del Padre merece ser obedecida al punto, sin cuestionamientos ni tentativas de "reconocimiento". Mashíaj no dudó en obedecer, así también nosotros debemos imitarlo:
Como está escrito: Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el tiempo; se nos cuenta como ovejas para el matadero. Romaniyim 8:36
Si no experimentamos esta muerte diariamente, no estamos experimentando a Mashíaj. Si no somos llevados al matadero como ovejas, no estamos viviendo nuestro holocausto personal. No que seamos inmolados en nosotros mismos, sino que inmolamos el Mashíaj que gloriosamente cargamos, AL CUAL HEMOS EXPERIMENTADO. No podemos ofrecer al Mashíaj en semilla porque aún no ha dado fruto. Yahweh requiere frutos, así como requiere machos sin defecto de por lo menos un año. Por eso nos promete que conseguiremos vivirlo:
Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romaniyim 8:37
Somos expuestos a muerte pero, gloria al Padre, Yahshua ha vencido todo, también a la muerte, por eso no debemos temerla siquiera, sino que debemos fijar nuestros ojos en el consumador de nuestra salvación, Yahshua ha Mashíaj, y ser sus imitadores en Su perfección, obedeciendo al Padre hasta la muerte. Nuestra muerte es también en el madero, no olvidemos que:
Con el Mashíaj fui ejecutado en el madero; y ya no vivo yo, sino que el Mashíaj vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Elohim, que me amó y se entregó a sí mismo por mí. GalutYah 2:20
De manera que nosotros también debemos experimentarlo para poder entregarle a Yahweh holocaustos que le traigan satisfacción.
Mashíaj también consideraba todos los aspectos de Su Obra en el madero. En el madero, Él seria "hecho pecado", y así haría expiación por muchos:
...porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. MattiYah 26:28
Y esto es relativo a la sangre derramada, pero en el holocausto se refleja el aspecto de la sumisión y obediencia perfecta al Padre. Mashíaj también lo sabía muy bien. Cuando consideraba el madero como el lugar de la expiación del pecado, cuando anticipaba los sufrimientos que, según este punto de vista, encerraba, dijo: "Padre, si quieres, pasa esta copa de mi" (Luka 22:42). Para un ser que siempre vivió en pureza absoluta y en perfecta conexión con el Padre, ser hecho pecado y ser apartado de Su presencia, siquiera por un "breve momento", debía producir un dolor terrible a su ruaj. En cuanto a la obra, rogaba que la copa pasara de Él sin acusación (como la mujer acusada por celos que ya hemos estudiado), y en eso estaba absolutamente confiante en Su Padre. Pero el horror de ser hecho pecado es algo que nosotros apenas si alcanzamos vislumbrar, ya que hemos nacido y fuimos concebidos en pecado, y chapoteamos en él toda nuestra vida, muchas veces sin ver nada de malo en ello. Con todo, el lavamiento constante que el Ruaj realiza en nosotros, nos mueve cada vez a aborrecer más ese pecado interior, y a desear que sea removido. Si en esos momentos nos inclinamos a Mashíaj y lo vivimos a Él, dejamos que sea Él quien ocupe nuestro lugar delante de la tentación, estamos sacrificando nuestra carne y preparando nuestro oláh para ofrecerlo en obediencia y sumisión a nuestro Creador.
Para Yahshua, el madero tenía además, otro aspecto. Se le presentaba como un lugar donde podía revelar los profundos secretos de su amor hacia el Padre, como un lugar donde "de buen grado" y "voluntariamente" podía tomar la copa que el Padre le había dado a beber, y vaciarla hasta el fondo. Sin duda la vida entera de Mashiaj exhalaba un perfume de olor agradable que subía sin cesar hasta el trono del Padre. Él hacía siempre las cosas que agradan al Padre; hacía siempre la voluntad de Elohim, pero el oláh no representa a Mashiaj en su vida, por precioso que haya sido cada uno de sus actos durante ella, sino a Mashiaj en su muerte, y en su muerte no como Aquél que "es hecho maldición por nosotros", sino como AQUÉL QUE PRESENTA AL CORAZÓN DEL PADRE UN PERFUME INFINITAMENTE AGRADABLE. Esta verdad reviste al madero de un atractivo particular para el hombre espiritual, y comunica un poderoso interés por los sufrimientos de nuestro amado Salvador. El verdadero creyente encuentra en el madero lo que cautiva todos los afectos de su corazón, lo que se apodera de todo su ser moral, cuando descubre que el madero no es únicamente el perdón de nuestros pecados, sino también el lugar de la entrega y obediencia perfectas, la más sublime expresión de amor jamás realizada. Los malajim encuentran en el madero un objeto de continua admiración y desean mirar de más cerca estas cosas.
Quisiera hacer observar que si admitimos, como algunos, que Mashiaj llevó durante toda su vida el pecado del hombre, la hermosura propia de la ofrenda del holocausto desaparece por completo. Desaparece el carácter "voluntario" de la ofrenda; porque ¿cómo puede considerarse acto voluntario la entrega de Su vida, si fuese hecha por uno que por la necesidad misma de su posición estuviera obligado a dejar esa misma vida? Si Mashiaj hubiera llevado el pecado durante toda su vida, seguramente su muerte hubiera sido un acto necesario, y no hubiera podido ser lo que es, acto voluntario. Todavía más; se puede afirmar que no habría ninguna otra ofrenda entre todas que no perdiera su integridad y su hermosura, admitiendo la falsa y funesta doctrina de un Mashiaj llevando el pecado en su vida toda. EL HOLOCAUSTO, LO REPETIMOS, Y NUNCA PODEMOS DARLE DEMASIADA IMPORTANCIA, NO NOS PRESENTA A MASHIAJ LLEVANDO EL PECADO, O SUFRIENDO LA IRA DE ELOHIM, SINO A MASHIAJ EN SU SACRIFICIO VOLUNTARIO MANIFESTADO EN SU MUERTE EN EL MADERO. El Hijo de Elohim cumplió, por el Ruaj haKodesh, la voluntad del Padre; lo hizo "de buen grado", según lo que dice El mismo:
"Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar". Yahanan 10:17-18
"Nadie" la quita: ni hombre, ni malaj, ni demonio, ni cualquier otro. Dejar su vida era, de su parte, un acto voluntario; la dejaba a fin de volverla a tomar.
"El hacer tu voluntad, Elohim mío, me ha agradado". Mizmor 40:8
Ese era el lenguaje de Aquél que, prefigurado en el holocausto, encontraba su gozo en ofrecerse a Sí mismo, sin mancha, a Elohim.
Yahshua, Nuestro Oláh Perfecto 02
Así siendo, es de la más alta importancia comprender bien cuál es el objeto principal que Mashiaj perseguía en la obra de la redención; la paz del creyente no puede menos que afirmarse con eso. Cumplir la voluntad de Elohim, establecer los consejos de Elohim, manifestar la gloria de Elohim, ese era el primer y profundo pensamiento del corazón consagrado del Salvador, que miraba y estimaba todas las cosas en relación con Elohim. Mashiaj no se detuvo jamás a considerar de qué modo le afectaría a sí mismo un acto o una circunstancia cualquiera.
"El se anonadó a sí mismo; se humilló a sí mismo". Filipiyim 2:7-8
Renunció a todo; por esto, al término de su carrera pudo elevar los ojos al cielo y decir:
"Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese". Yahanan 17:4
Es imposible contemplar este aspecto de la obra de Mashiaj de que hablamos aquí, sin que el corazón se sienta atraído hacia Él y lleno de los sentimientos más dulces hacia su persona. Comprender que Mashiaj tuvo a Elohim por primer objeto en la obra del madero, no minimiza en nada el sentir que tenemos de Su amor por nosotros, sino muy al contrario. Este amor y nuestra salvación en Él no podían fundarse más que sobre la gloria de Elohim que Él mismo establecía con su muerte. La gloria de Elohim debe constituir el sólido fundamento de todo.
"Ciertamente vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra...". Bamidbar 14:21
Sabemos que esta gloria eterna de Elohim y la felicidad eterna de la criatura están inseparablemente unidas en el consejo divino, de suerte que si la primera está asegurada, la felicidad de la criatura debe estarlo también.
"Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y él lo aceptará para expiarle". El acto de la imposición de las manos significa una completa identificación. Por este acto significativo, la ofrenda y aquél que la presentaba se hacían uno, y en el holocausto esta unidad hacía agradable a los ojos de Elohim a aquel que lo ofrecía, en la medida del valor y la aceptación de la ofrenda que presentaba. La aplicación de esto a Mashiaj y al creyente pone de manifiesto una verdad de las más preciosas, extensamente desarrollada en el B'rit Hadashá, a saber: la identificación eterna del creyente con Mashiaj y su aceptación en Él.
En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio: en que COMO ÉL ES, ASÍ SOMOS NOSOTROS en este mundo. Yahanan Alef 4:17
Sin embargo, sabemos que el Hijo de Elohim está presente y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y mediante su hijo Yahshúa el Mashíaj estamos en el verdadero. Este es el Elohim verdadero y la vida eterna. Yahanan Alef 5:20
Se requiere no menos que esto. El que no está en Mashiaj está en sus pecados. No hay término medio, o bien estamos en Mashiaj, o bien estamos fuera de Él, en nuestros pecados. Pero, si estamos en El, por el contrario, somos "como El es" delante de Elohim, y considerados como Él en presencia de la santidad infinita.
...y ustedes están completos en él, quien es la cabeza de todo gobierno y autoridad. Qolasiyim 2:10
...para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Efesiyim 1:6
...porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Efesiyim 5:30
Pero el que se une al Adón, un ruaj es con él. Qorintiyim Alef 6:17
Esta es la enseñanza sencilla y clara de la Palabra de Elohim. Así siendo, no es posible que la "Cabeza" y los miembros sean aceptables en medidas diferentes. La Cabeza y los miembros son uno. ELOHIM LOS TIENE POR UNO; POR LO TANTO, SON UNO. Esta verdad es a la vez el fundamento de la confianza más alta y de la humildad más profunda; da la más completa certidumbre para que tengamos confianza en el día del juicio:
En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio: EN QUE COMO ÉL ES, ASÍ SOMOS NOSOTROS EN ESTE MUNDO. Yahanan Alef 4:17
Siendo así, es imposible que se traiga acusación contra Aquél con quien somos identificados y produce en nosotros un profundo sentimiento de nuestra nulidad, por cuanto que nuestra unión con Mashiaj está fundada sobre la muerte del "viejo hombre" y sobre la abolición completa de todos sus derechos y de todas sus pretensiones.
Ya, pues, que la Cabeza y los miembros son aceptados en conjunto, y como ocupando la misma posición en el favor de Elohim, es evidente que todos los miembros tienen parte en una misma salud, en una misma vida, en una misma justicia, en un mismo favor. No hay grados en la justificación. El niño en Mashiaj tiene parte en la misma justificación que el santo de avanzada experiencia. El primero está en Mashiaj, e igualmente el segundo, y como en esto reside el único fundamento sobre el que descansa la vida, es esto también el sólo fundamento sobre el que descansa la justificación. No existen dos especies de vida, ni dos especies de justificación, ni mucho menos una "justificación creciente"; lo que hay, sin duda, son diversos grados de goce de esta justificación, diversos grados en el conocimiento de su plenitud y de su extensión, y más o menos inteligencia y capacidad para manifestar su poder sobre el corazón y sobre la vida. Esta diversidad de grados corresponde a la santificación a que se somete la persona, y no a la salvación. Se confunde frecuentemente estas cosas con la justificación misma, que, ya que es divina, es necesariamente eterna, absoluta, invariable, alejada de las fluctuaciones, de los sentimientos humanos y de las experiencias humanas.
Aquél que está "en Mashiaj Yahshua" está tan completamente justificado aquí abajo como si estuviera ante el trono de Elohim. Está "cumplido en Mashiaj"; es "como" Mashiaj; según el testimonio de Mashiaj mismo está "todo limpio" (Yahanan 13:10). ¿Qué podrá tener más antes de entrar en la gloria? Podrá hacer, y si anda según el Ruaj, hará progresos en el conocimiento y en el gozo de esta gloriosa realidad; pero en cuanto a la cosa misma de que se trata, del momento en que, por el poder del Ruaj haKodesh, aquél que ha creído el Besorah pasa de un estado de injusticia y condenación a un estado de justicia y aceptación, fundado sobre la divina y perfecta obra de Mashiaj; tal como en el holocausto, LA ACEPTACIÓN DEL ADORADOR ESTABA FUNDADA EN EL VALOR DE SU OFRENDA. No era cuestión de lo que él era, sino de lo que era el sacrificio. "Y Él lo aceptará para expiarle".
Yahshua, Nuestro Oláh Perfecto 03
El becerro será sacrificado delante de Yahweh; y los hijos de Aharón, los sacerdotes, ofrecerán la sangre, rociando la sangre contra todos los costados del altar que está a la entrada de la Carpa de Reunión. Vayikra 1:5
Estudiando la doctrina del holocausto es preciso no olvidar nunca que la gran verdad que se revela en esta ofrenda no es la expiación que Mashiaj ha hecho para responder a la necesidad del pecador, sino la presentación a Elohim de lo que le era infinitamente agradable, la ofrenda voluntaria que Mashiaj ha hecho de sí mismo a Elohim. La muerte de Mashiaj, tal como se halla prefigurada en el holocausto, no manifiesta la naturaleza odiosa del pecado, sino que aparece expresando la devoción inalterable e inquebrantable de Mashiaj por el Padre. Mashiaj no está representado como llevando el pecado bajo el peso de la ira de Elohim, sino como el objeto de la satisfacción completa del Padre, en la ofrenda voluntaria y de agradable olor que le hacía de sí mismo. "La propiciación", en el holocausto, no es solamente proporcionada para las exigencias de la conciencia del hombre, sino por el ardiente deseo del corazón de Mashiaj, que, al precio del sacrificio de su vida, ha querido cumplir la voluntad de Yahweh y asegurar la ejecución de sus eternos designios.
Ninguna fuerza, ni de hombre, ni de demonio, pudo hacer vacilar a Mashiaj en la persecución de este deseo. Cuando Kefá, en su ignorancia y con palabras de falsa ternura, procuraba disuadirle de afrontar la vergüenza y el oprobio del madero, le dijo:
"Quítate de delante de mí, haSatán, me eres escándalo, porque no entiendes lo que es de Elohim, sino lo que es de los hombres". MattiYah 16:22-23
De igual modo dijo en otra ocasión a sus discípulos:
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo; aunque él no tiene nada en mí. Pero es para que el mundo conozca que yo amo al Padre, y lo que el Padre me mandó, eso es lo que hago... Yahanan 14:30-31a
El lugar y las funciones asignadas a los hijos de Aarón en el holocausto, están en perfecta armonía con lo que acabamos de decir respecto a la significación especial de esta ofrenda: "ofrecerán la sangre y la rociarán sobre el altar", "pondrán fuego sobre el altar", "compondrán la leña sobre el fuego", "acomodarán las piezas, la cabeza y el redaño, sobre la leña que está sobre el fuego, que habrá encima del altar". Son estos actos muy notables, sobre todo, cuando lo comparamos con la ofrenda por el pecado, EN LA CUAL NO SE MENCIONAN LOS HIJOS DE AARÓN.
"Los hijos de Aarón" representan a la congregación, no como un cuerpo, sino como casa espiritual, o familia de sacerdotes. Esto es fácil de comprender, porque si Aarón es un tipo de Mashiaj, la casa de Aarón es también un tipo de la casa de Mashiaj. Así leemos:
En cambio, el Mashíaj es fiel como Hijo sobre su casa; y esa casa somos nosotros, si de veras retenemos la confianza y nos gloriamos en la esperanza. Ivrim 3:6
"Aquí estoy yo con los hijos que me dio Yahweh". Ivrim 2:13
Es el privilegio de la congregación, en tanto que el Ruaj la conduce y enseña, contemplar este aspecto de Mashiaj que se nos presenta en el primero de los tipos del Vayikra, y a complacerse en Él.
"Nuestra comunión verdaderamente es con el Padre". Yahanan Alef 1:3
Y el Padre en su bondad nos llama a compartir Sus pensamientos con respecto a Mashiaj. Es verdad que nunca podemos elevarnos a la altura de esos pensamientos, pero podemos tener parte en ellos por el Ruaj haKodesh que mora en nosotros.
"Y los sacerdotes, hijos de Aarón, ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor del altar, el cual está a la puerta del tabernáculo del testimonio". Aun aquí encontramos un tipo de la Congregación, considerada siempre como compañía de sacerdotes, trayendo el memorial de un sacrificio cumplido, Y PRESENTÁNDOLO ALLÍ DONDE CADA ADORADOR TENÍA ENTRADA. Pero no debemos olvidar que la sangre que los sacerdotes ofrecen aquí es la sangre del holocausto, y no la de la ofrenda por el pecado. Es la Congregación entrando, por el poder del Ruaj haKodesh, en el pensamiento de la profunda y perfecta devoción que Mashiaj ha manifestado hacia Elohim; no es un pecador convencido acogiéndose al valor de la sangre de Aquél que ha llevado el pecado. No es necesario decir que la Congregación se compone de pecadores, y de pecadores convictos de pecado; pero "los hijos de Aarón" no representan a los pecadores convictos de pecado; representan a los santos rindiendo culto; es como sacerdotes que tienen que intervenir en el holocausto. Algunos se equivocan en este punto. Piensan que, ya que un hombre que, por la gracia de Elohim y por el Ruaj haKodesh, ha sido colocado en estado de tomar parte en la adoración, por este hecho se niega a reconocer que es un pobre e indigno pecador. Esto es un gran error. En sí mismo el creyente no es nada, pero en Mashiaj es un adorador purificado. Ha entrado en el santuario, no como un culpable pecador, sino como sacerdote, rindiendo culto con "vestiduras de gloria y belleza". Ocuparme de mi culpabilidad en la presencia de Elohim, no es de mi parte, como creyente, humildad acerca de mí mismo, sino incredulidad acerca del sacrificio.
Ya hemos podido comprender que la idea de la imputación del pecado no tiene cabida en el oláh, y que Mashiaj no aparece en esta ofrenda como llevando el pecado y como bajo el peso de la ira de Elohim. Es cierto que está escrito: "y será aceptado para expiación suya", pero "la expiación" se mide aquí, repito, no por lo profundo y enorme de la culpabilidad del pecador, sino por la perfecta ofrenda que Mashiaj ha hecho de sí mismo a Elohim, y por la infinita satisfacción que Elohim encuentra en Aquél que así se ha ofrecido. El énfasis aquí no reside en "la expiación" sino en LA ACEPTACIÓN. Debemos comprenden que todas las ofrendas representan partes diferentes DEL MISMO SACRIFICIO DE YAHSHUA EN EL MADERO. Es obvio que Él no podía morir muchas veces para representar cada aspecto, por eso lo que se multiplicó fueron los sacrificios y ofrendas, cada uno representando un aspecto diferente. La ofrenda por el pecado simboliza el aspecto de la expiación, pero el holocausto simboliza la aceptación por parte de Yahweh de esa ofrenda, y esta aceptación es lo que la declara perfectamente apta para merecer alcanzar su objetivo.
Esto nos da la idea más elevada de la expiación. Si contemplo a Mashiaj como ofrenda por el pecado, veo la expiación hecha según las exigencias de la justicia divina acerca del pecado; pero si miro el holocausto, la obra propiciatoria se me presenta revestida de toda la perfección de la buena voluntad y aptitud de Mashiaj en cumplir la voluntad de Elohim, y de la perfección de la complacencia de Elohim en Mashiaj y en su obra. Aquí vemos a Yahweh examinando al becerro, y encontrándolo perfecto, por eso surge la aceptación. ¡Qué perfecta debe ser una expiación que es el fruto de la consagración de Mashiaj a Elohim! ¿Habrá algo que pueda superar a este sacrificio del Hijo, y a esta satisfacción del Padre? Seguramente que no; y es este un asunto digno de ocupar para siempre a la gran familia sacerdotal, cuando ésta se reúna en el atrio del Eterno. Antes estas maravillas debemos inclinarnos y postrarnos en acción de gracias.
Yahshua, Nuestro Oláh Perfecto 04
"Y desollará el holocausto, y lo dividirá en sus piezas". El acto ceremonial de "desollar" es particularmente expresivo; consistía en quitar la parte exterior de la víctima a fin de que lo interior se pusiera de manifiesto. No era suficiente que la ofrenda fuese "sin defecto" exteriormente; era necesario también que el interior, con todas sus ligaduras y coyunturas, fuese puesto al descubierto.
Solamente es para el holocausto que, de un modo especial, se ordena este acto, el cual está perfectamente de acuerdo con el conjunto del tipo, en lo que tiende a hacer resaltar particularmente la perfecta sumisión de Mashiaj hacia el Padre. Su obra procedía de lo más profundo de su ser; y cuanto más se sondeaban esas profundidades, más se revelaban los secretos de su vida interior, y se manifestaba más claramente que una sumisión completa a la voluntad de su Padre, y un sincero deseo de buscar Su gloria eran los móviles que hacían obrar al gran Antitipo de la ofrenda del holocausto. Mashiaj fue, ciertamente, un verdadero holocausto.
"Y lo dividirá en sus piezas". Este acto presenta una verdad algo semejante a la que se enseña en "el perfume aromático molido" (Shemot 30: 34-38; Vayikra 16:12). El Ruaj haKodesh se complace en detenerse mucho en lo que constituye el perfume y el suave olor del sacrificio de Mashiaj, no solamente considerándolo como un todo, sino también teniendo en cuenta los más pequeños detalles; en sus diversas partes y en el todo el holocausto era sin falta, y así también era Mashiaj.
"Y los hijos de Aarón, sacerdote, pondrán fuego sobre el altar y compondrán la leña sobre el fuego. Luego los sacerdotes, hijos de Aarón, acomodarán las piezas, la cabeza y el redaño, sobre la leña que está sobre el fuego, que habrá encima del altar". Esto era un gran privilegio para la familia sacerdotal. El holocausto se ofrecía a Elohim; y se quemaba completamente sobre el altar, de modo que el hombre no tenía en él ninguna parte; pero los hijos de Aarón, el sacerdote, siendo asimismo sacerdotes, aparecen aquí colocados alrededor del altar de Elohim, para contemplar la llama de un sacrificio agradable a Elohim, elevándose a Él en olor suave. Esta era una gloriosa posición, una gloriosa comunión, un glorioso servicio, en el acto del sacrificio, un tipo evidente de lo que Elohim ha dado a la Congregación que tiene comunión con El, en la que mira el cumplimiento perfecto de su voluntad, en la muerte de Mashiaj.
Cuando contemplamos el madero de Nuestro Adón Yahshua como pecadores convencidos del pecado, vemos en este madero lo que responde a todas nuestras necesidades; bajo este punto de vista el madero da a la conciencia perfecta paz. Pero como sacerdotes, como adoradores purificados, podemos también considerar el madero bajo otro aspecto, a saber, como el cumplimiento de la resolución santa que Mashiaj había tomado de cumplir la voluntad del Padre, hasta la muerte. Como pecadores convencidos del pecado, estamos ante el altar de bronce, y encontramos la paz, por la sangre de la propiciación que ha sido derramada sobre el mismo; pero como sacerdotes; estamos allí para contemplar y admirar la perfección de este holocausto, el perfecto abandono y la perfecta ofrenda que Mashiaj, el hombre perfecto, ha hecho de sí mismo a Elohim, y para hacer de su imitación y mezcla nuestra única meta en la vida.
No tendremos más que una idea muy incompleta del misterio del madero, si no vemos en ella más que lo que responde a las necesidades del hombre como pecador. Hay en la muerte de Mashiaj profundidades que se hallan fuera del alcance del hombre, y que sólo Elohim ha podido sondear. Es, entonces, importante observar, que cuando el Ruaj haKodesh nos ofrece figuras del madero, nos da primeramente el tipo que nos la hace ver bajo aquella de sus fases que tiene a Elohim por objeto. El hombre puede llegarse a esta fuente única de delicias, puede abrevarse siempre; puede encontrar en ella la satisfacción de los deseos más elevados de su alma, de las facultades de su nueva naturaleza; pero a pesar de todo, hay en el madero profundidades que sólo Elohim puede conocer y apreciar. He aquí por qué la ofrenda del holocausto ocupa el primer lugar en el orden de los sacrificios.
Ningún hombre, ni ningún malaj, pueden sondear hasta el fondo el misterio de la muerte de Mashiaj; pero podemos discernir, a lo menos, algunos caracteres que por sí solos exponen lo que esta muerte preciosa significa para el corazón de Elohim. Es en el madero donde Elohim recoge su más rica cosecha de gloria. De ninguna otra manera hubiera podido ser glorificado como lo ha sido en la muerte de Mashiaj. Es en la entrega voluntaria que Mashiaj hizo de sí mismo a Elohim que la gloria divina brilla en todo su fulgor; y es en esta ofrenda que Mashiaj ha hecho de sí mismo, que fue puesto el sólido fundamento de todos los consejos divinos; la creación era insuficiente para esto. El madero ofrece también al amor divino un conducto por el que puede deslizarse con justicia; y por ella, haSatán es para siempre confundido:
También despojó a los gobiernos y autoridades, y los exhibió como espectáculo público, habiendo triunfado sobre ellos en el madero. Qolasiyim 2:15
Estos son los gloriosos frutos del madero; y cuando estamos ocupados en estos asuntos, vemos que era conveniente que hubiera una figura del madero que representase lo que era exclusivamente para Elohim; y que es conveniente también que este tipo ocupe el primer lugar entre todos los demás.
"Y lavará con agua sus intestinos y sus piernas; y el sacerdote lo hará arder todo sobre el altar, holocausto es, ofrenda encendida de olor suave a Yahweh". Este lavatorio que se ordena aquí hace el sacrificio, en figura, tal como Mashiaj era esencialmente; hacía el sacrificio puro, interior y exteriormente. Esto no significa que Él necesitaba ser lavado, sino que ÉL ERA CIERTAMENTE PURO. Siempre estuvieron perfectamente de acuerdo los motivos interiores de Mashiaj y su conducta exterior; esta fue siempre la expresión de sus motivos interiores. Todo en El tendía a un sólo fin, a la gloria de Elohim. Los miembros de su cuerpo obedecían a su corazón consagrado y cumplían perfectamente los deseos de aquel corazón, que no latía más que para Yahweh y para su gloria en la salud de los hombres. Con razón El sacerdote podía "hacerlo arder todo sobre el altar"; todo estaba, en figura, puro, no estando destinado más que a ser ofrecido a Elohim sobre su altar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario