20 de octubre de 2020

AYS02-07 - La Autoridad Delegada Debe Estar Bajo Autoridad

  

La Autoridad Delegada Debe Estar Bajo Autoridad

 

En el Tanaj, David fue el segundo rey que Elohim estableció, y el primero fue Saúl, quien también fue puesto por Elohim. David era la autoridad que Elohim había designado en ese entonces; era el ungido de Elohim en ese momento. Así que Elohim reemplazó a Saúl, a quien había ungido él anteriormente. Pero pese a que el Ruaj de Elohim se apartó de Saúl, éste seguía en el trono. David había sido escogido como rey, pero Saúl no había cedido el trono. ¿Qué debía hacer David? En este caso, David se sometió a la autoridad existente y no estableció su propia autoridad. Él fue un hombre conforme al corazón de Elohim. Él pudo ser una autoridad delegada porque se sometía genuinamente a la autoridad.

 

En Shemuel Alef 24 se relata lo sucedido en el desierto de En-gadi. Saúl perseguía a David. Cuando éste se escondió en una cueva, Saúl entró allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en los rincones de la cueva y cortó una punta del manto de Saúl, pero luego se turbó su corazón (pasukim 4-5). Su conciencia era muy sensible. En Shemuel Alef 26 se describe otra oportunidad que tuvo David de matar a Saúl. (Estas cosas ya las estudiamos en AYS01-04 - David Conocía La Autoridad). En esta ocasión, sólo tomó la lanza y la vasija de agua que pertenecían a Saúl (pasuk 12a). David cortó una punta del manto de Saúl y se apoderó de algo. Esto le sirvió de evidencia para mostrar a Saúl (pasukim 17-20). Éste es el comportamiento de un abogado, no de un creyente. Un abogado sólo se preocupa por los razonamientos y las evidencias. Pero un creyente sólo se preocupa por el sentir de su ruaj y por los hechos, no por su razonamiento ni por evidencias. Luego de lo que hizo, David tuvo el sentir de un creyente, por lo cual se turbó por haber cortado la punta del manto de Saúl. Debemos preocuparnos sólo por los hechos, y no por formalismos. No debemos centrarnos en los procedimientos. David se sintió incómodo por haberse reivindicado a sí mismo.

 

He visto hermanos que sólo se preocupan por los procedimientos y las evidencias. Tenemos esa tendencia en la carne, pero debemos huir al ruaj. Con todo, en este pasaje vemos a un hombre que se turbó por haber cortado el manto de Saúl. El creyente se preocupa por su sentir interno y no por las pruebas ni las evidencias. A la gente del mundo sólo le interesan las pruebas. Una persona puede cortar el manto de otros, tomar la lanza y la vasija de agua y jactarse de eso sin que su corazón lo censure por eso. David se sometió a la autoridad y esperó a que Elohim lo estableciera como autoridad. Él pudo esperar y no trató de precipitar la muerte de Saúl. Los representantes de la autoridad de Elohim deben aprender a no establecer su propia autoridad y a respaldar la de aquellos que están por encima de ellos.

 

La Elección De Yahweh Y De La Congregación

 

En Shemuel Bet se nos dice que una persona vino a David para informarle que él había dado muerte a Saúl, pensando que sería recompensado, pero, por el contrario, David ordenó su ejecución. Aquel hombre había cometido el error de anular la autoridad de Elohim (1:10-15). Aunque él no le hizo nada a David, éste percibía que no estaba bien que el hombre hubiera puesto fin a Saúl, quien era la autoridad. David juzgó toda anulación de la autoridad.

 

Después de que Saúl murió, David le preguntó a Elohim a cuál ciudad debería ir. En aquel tiempo el palacio estaba en Gabaa. ¿Quiénes de entre los yisraelitas no conocían a David? Tan pronto como David supo de la muerte de Saúl, él pudo haber ido a la capital con sus guerreros. Desde la perspectiva humana, él debió apresurarse a ir a Gabaa con su ejército; ése era el momento oportuno. ¿Cómo podría dejar pasarlo? Por sentido común, debió ir a Gabaa. Ya se había sometido lo suficiente. Todo el pueblo sabía que él era un guerrero. Pero él actuó de manera extraña. Le preguntó a Elohim, quien le contestó que fuera a Jebrón (2:1), una ciudad pequeña e insignificante.

 

Algunos vinieron de Yahudá para ungirle como rey de Yahudá. Esto nos muestra que David no trató de apoderarse de la autoridad, sino que permitió que estos varones de Elohim lo ungieran (pasuk 4). Cuando Shemuel lo ungió, fue una señal de que Elohim lo había escogido. Pero cuando los varones lo ungieron, fue una señal que el pueblo de Elohim (un tipo de la congregación) lo había escogido. David no rechazó la unción de los varones de Yahudá. No dijo: "Ya que Elohim me ungió ¿qué necesidad tengo de que ellos me unjan?". Hay diferencia entre ser ungido por Elohim y ser ungido por el pueblo. La autoridad delegada no debe ser elegida por Elohim solamente, sino también por la congregación. Nadie puede imponer su autoridad sobre otros; si Elohim lo escogió debe esperar a que los hijos de Elohim hagan su elección.

 

David no fue a Gabaa, sino que esperó que el pueblo de Elohim viniera a él a Jebrón. El esperó siete años y seis meses, lo cual no es un tiempo corto. Pero él no tenía prisa. Jamás he visto una persona llena de su yo y en busca de su propia gloria, que haya sido escogida por Elohim como autoridad. Elohim ungió a David como rey no sólo de Yahudá sino de toda la nación de Yisrael. Sin embargo, mientras el pueblo no lo reconoció como tal, él no dio ningún paso. Cuando sólo la casa de Yahudá lo ungió, él estuvo satisfecho con ser rey de Yahudá. El no tenía ninguna prisa; podía esperar.

 

Todas las tribus de Yisrael vinieron donde David en Jebrón y le dijeron: "Nosotros somos de tu propio hueso y carne. Mucho antes de ahora, cuando Shaúl era rey sobre nosotros, tú eras quien dirigía a Yisrael en la guerra; y Yahweh te dijo: "Tú pastorearás a mi pueblo Yisrael, y serás gobernante de Yisrael". Shemuel Bet 5:1-2

 

La tribu de Yahudá lo reconoció como rey en Jebrón primero. Después de siete años y medio, los ancianos de las tribus de Yisrael lo ungieron como rey, y luego él reinó en Yahrushalayim por treinta y tres años. David no se nombró a sí mismo como autoridad. Tampoco se impuso sobre los demás. La autoridad es delegada por Elohim y ungida por el hombre. Un hombre no debe proclamarse a sí mismo como rey, y no es nombrado solamente por Elohim para ser rey. Primero, Elohim lo escoge, y luego el pueblo lo reconoce. David fue un verdadero rey. En el B'rit Hadashá, cuando se habla de David, se le llama "el rey David" (MattiYah 1:6), pero a Shlomó no se le llama rey. El B'rit Hadashá da un reconocimiento especial al reinado de David porque él no confió en sí mismo. El tuvo la unción de Elohim y esperó la unción del pueblo, es decir, de la congregación.

 

No sólo necesitamos la unción del Adón sino también la de la congregación para asumir alguna autoridad entre los hijos de Elohim. David esperó desde sus treinta años hasta los treinta y siete, y no dudó. Tampoco dijo: "¿Qué pasará si los hijos de Yisrael no me ungen?". Él fue humilde al permanecer bajo la mano de Elohim. Todo el que conoce a Elohim puede esperar y no necesita mover un dedo para ayudarse a sí mismo. Si estamos en la condición apropiada, Elohim nos reconocerá como Sus representantes, y la congregación también nos reconocerá como tales. Espero que tengamos la unción de Elohim y también la de la congregación. No debemos pelear ni tratar de defender nuestra autoridad; no debemos dejar lugar alguno para la carne. Nadie debe proclamar: "Yo soy la autoridad delegada por Elohim, y ustedes deben obedecerme". Primero debemos tener un ministerio espiritual delante del Adón y esperar el tiempo de Elohim antes de poder servirlo entre Sus hijos.

 

 

Características De La Autoridad Delegada 01


La persona que es autoridad delegada de Yahweh tiene varias características:

 

1. Si Una Persona Es Autoridad, Sustenta La Misma

 

David esperó en Jebrón siete años y medio, porque Ishbóshet, el hijo de Saúl, continuó siendo rey en Majanáyim después de la muerte de Saúl (Shemuel Bet 2:8-9), hasta que fue asesinado por Baaná y Recav, los cuales tomaron su cabeza y se la llevaron a David en Jebrón, pensando que le traían buenas noticias a David. Pero éste los hizo ejecutar (Shemuel Bet 4:5-12); es decir, juzgó a los rebeldes. Esto nos muestra que una persona que verdaderamente es una autoridad, vela por la misma, sea propia o ajena. No podemos establecer nuestra autoridad a expensas de la de otros. Cuanto menos uno se considere que es la autoridad, más autoridad Elohim le dará. Cuando una persona se rebela contra la autoridad, uno debe juzgarla, aunque no se rebele contra la autoridad de uno mismo. Cuando David hizo esto, obtuvo el favor del pueblo de Elohim. En Shemuel Bet 5 dice que las once tribus enviaron hombres para buscar a David. El hombre que conoce la autoridad de Elohim es sumiso a la autoridad y es apto para ser una autoridad. No debemos juzgar a nadie sólo porque haya ofendido nuestra autoridad. Debemos esperar que los hijos de Elohim nos unjan como autoridad. Antes que los hijos de Elohim nos unjan, no debemos quejarnos ni murmurar.

 

 

2. Carece De Autoridad Ante Yahweh

 

En Shemuel Bet 6 dice que cuando David regresó el arca a la ciudad de David, siendo ya rey de toda la nación de Yisrael, él danzó delante del arca con toda su fuerza. Cuando Mical, la hija de Saúl, vio esto, ella lo menospreció (pasukim 14-16). Ella pensó que debido a que David era el rey, debía actuar regiamente ante los ojos de los yisraelitas. Es cierto que un rey no debe ser una persona descontrolada. Pero David no estaba equivocado en lo que había visto. Él vio que no tenía ninguna autoridad delante de Elohim, que él era pobre e insignificante, un hijo más del Reino. El error de Mical fue el mismo que había cometido su padre. Saúl guardó lo mejor del ganado y de las ovejas, pero desobedeció la orden de Elohim; por eso Elohim lo rechazó. A pesar de eso, trató de vindicarse pidiéndole a Shemuel que lo recomendara delante del pueblo de Yisrael (Shemuel Alef 15:1-30). La actitud de Mical fue diferente a la de David, y Elohim juzgó a Mical, a raíz de lo cual no pudo tener descendencia hasta el día de su muerte (Shemuel Bet 6:23).

 

Cuando David se presentó delante del Adón, sintió que él era tan pobre como cualquier otro y no se consideró más que los demás. La autoridad delegada debe considerarse pobre y humilde como los demás del pueblo de Elohim. No debe exaltarse a sí misma ni tratar de mantener su autoridad delante de los hombres. En el trono, David era el rey, pero delante del arca, él era igual a todos los hijos de Yisrael. Todos eran el pueblo de Elohim y, por lo tanto, eran iguales. Mical quería mantener su posición "elevada", por lo cual quería que David fuera rey aun delante de Elohim. Ella no pudo tolerar el comportamiento de David y le dijo: "¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Yisrael!". (pasuk 20). Pero Elohim aprobó lo que hizo David y rechazó la actitud de Mical. Cuando Moshe se presentó delante de Yahweh, él era igual al pueblo de Yisrael, y cuando David se acercó a Yahweh, también era uno más del pueblo. Podemos ser autoridad en la congregación, pero cuando nos acercamos al Adón, somos iguales a los demás. Así que, la base y la llave de la persona que es autoridad es permanecer al mismo nivel de todos los hermanos cuando se acerca al Adón.

 

 

3. No Está Consciente De Ser Una Autoridad

 

Me agrada mucho una cláusula que se halla en Shemuel Bet 7:18: "Entró el rey David y se puso delante de Yahweh". Como el templo no había sido edificado todavía, el arca estaba en el tabernáculo, y David se sentaba en el suelo. Elohim hizo un pacto con David, y éste ofreció una oración maravillosa, en la cual podemos tocar un ruaj dócil y sensible:

 

Entonces el rey David vino y se sentó delante de Yahweh y dijo: "Oh Adonay Yahweh, ¿qué soy yo, y qué es mi familia para que me hayas traído hasta aquí? Y aún esto, Adonay Yahweh, te ha parecido poco, pues también has hablado del futuro de la casa de tu servidor. Que esa sea la ley para el pueblo, oh Adonay Yahweh. ¿Qué más te puede decir David? Tú conoces a tu servidor, oh Adonay Yahweh. Por causa de tu palabra y por tu propio acuerdo has realizado esta gran obra, y la diste a conocer a tu servidor. ¡Tú eres grande en verdad, oh Yahweh Elohim! No hay nadie como tú, ni hay Elohim aparte de ti, según hemos oído siempre.

¿Y quién es como tu pueblo Yisrael, una nación única sobre la tierra, a la que Elohim fue y rescató como su pueblo, ganando renombre para sí mismo y realizando grandes y maravillosas obras para ellos (y) para tu tierra –expulsando)naciones y sus deidades ante tu pueblo a quien rescataste para ti de Mitsráyim. Has establecido a tu pueblo Yisrael como tu propio pueblo para siempre; y tú, oh Yahweh, has venido a ser su Elohim.

Y Ahora, oh Yahweh Elohim, cúmplele tu promesa a tu servidor y a su casa para siempre; y haz como has prometido. Y que tu nombre sea glorificado para siempre, al decir la gente: "Yahweh de los Ejércitos es el Elohim de Yisrael"; y que la casa de tu servidor David sea estable delante de ti. Por cuanto tú, oh Yahweh de los Ejércitos, Elohim de Yisrael, le has revelado a tu servidor que tú le edificarás una casa a él, tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta oración. Y ahora, oh Adonay Yahweh, tú eres ha'Elohim y tus palabras seguramente resultarán verdaderas, y tú le has hecho esa generosa promesa a tu servidor. Por lo tanto, ten a bien bendecir la casa de tu servidor, a fin de que permanezca delante de ti para siempre; porque tú has hablado, oh Adonay Yahweh. Que la casa de tu servidor sea bendita para siempre por tu bendición".

Shemuel Bet 7:18-29

 

Antes de que David fuera rey, era un guerrero, y nadie podía prevalecer frente a él. Ahora que era rey y que su nación había llegado a ser fuerte, él era lo suficientemente humilde para sentarse en el suelo frente al arca. He ahí una persona que se mantuvo humilde. El podía orar con mucha sencillez. Este es un cuadro de lo que es la autoridad delegada.

 

Mical, quien había nacido en el palacio, se preocupaba por la pompa y la majestad, igual que su padre. Ella no se daba cuenta de la diferencia entre ser un enviado del Adón y entrar en Su presencia. Cuando el hombre es enviado por el Adón, tiene cierto grado de autoridad al hablar o actuar de parte de Elohim, pero cuando entra en la presencia del Adón, debe postrarse ante los pies del Adón y tener presente su propia condición. David era un rey escogido por el Adón; a él se le había dado la autoridad de Elohim. Aparte de Saúl, fue el primer rey que Elohim escogió. Mashiaj no sólo es descendiente de Avraham, sino también de David. El último hombre cuyo nombre se menciona en toda las Escrituras es el nombre de David (Hitgalut 22:16). Pero lo asombroso es que a pesar de que él era un rey, no estaba consciente de su posición en la forma en que siempre estuvieron los que lo siguieron. El sabía que no era nada a los ojos del Adón. Si una persona está siempre consciente de su autoridad, no es apta para ser autoridad, ya que para ser autoridad debe conocerse a sí misma. Si una persona es una autoridad, deja de estar consciente de su autoridad. La autoridad delegada por Elohim debe tener la ignorancia bienaventurada de ser una autoridad sin estar consciente de ella.

 

 

Características De La Autoridad Delegada 02

 

4. No Necesita Defender Su Propia Autoridad

 

En Shemuel Bet 15 se narra la rebelión de Avshalom. Esta fue una rebelión doble. Por un lado, fue la rebelión de un hijo contra su padre, y por otro, fue la rebelión del pueblo contra su rey. Esta fue la rebelión más grande que afrontó David. Su hijo fue el caudillo de esta rebelión. En aquel tiempo, muchas personas estaban siguiendo a Avshalom; así que David tuvo que huir de la capital. Aunque necesitaba seguidores, cuando Itaí el guetita quiso seguirlo, David pudo decirle:

 

Y el rey le dijo a Itaí el guetita: "¿Para qué vienes tú también con nosotros? Vuelve y quédate con el (nuevo) rey, porque que tú eres un extranjero y también un exiliado de tu país". Shemuel Bet 15:19

 

David era humilde en verdad y su ruaj era muy sensible. Él no dijo: "Yo soy el rey, y todos ustedes deben seguirme a mí". Él estaba en medio de una tribulación, pero no pidió que lo siguieran. No es fácil conocer a una persona cuando vive en el palacio, pero cuando está en medio de las tribulaciones, se manifiesta su verdadera personalidad. Aquí David no se apresuró ni fue descuidado. El siguió siendo humilde y sumiso.

 

Después de atravesar el torrente de Cedrón y estando a punto de dirigirse al desierto, Tsadoq, el sumo sacerdote con todos los sacerdotes y levitas, quisieron ir con él y llevaron consigo el arca. Si el arca hubiera salido de la ciudad, muchos yisraelitas hubieron seguido el arca. La actitud de Tsadoq y de los levitas era correcta, ya que cuando surge la rebelión, ellos deben retirar el arca de en medio. Ellos estaban siguiendo al rey ungido, y Avshalom no lo era. Pero aun en ese caso, David dijo:

 

Pero el rey le dijo a Tsadoq: "Lleva el Arca de ha'Elohim de vuelta a la ciudad. Si hallo favor con Yahweh, él me hará volver y me permitirá ver el Arca y su morada. Y si dice: "No me agradas", estoy listo; que haga conmigo lo que le plazca". Shemuel Bet 15:25-26

 

David pensó que si el arca salía de Yahrushalayim, muchos yisraelitas se confundirían. Él había ascendido mucho y no permitiría que el arca fuera con él; estaba dispuesto a someterse a la disciplina de Elohim. Tuvo la misma actitud que Moshe, quien también fue humilde y se sometió bajo la mano de Yahweh. Ambos ascendieron a una altura que estaba por encima de sus opositores. David dijo que si él hallaba gracia a los ojos del Adón, Él lo haría volver nuevamente y vería el arca y su tabernáculo. Así que si no hallaba gracia a los ojos de Elohim, todo sería inútil aunque se llevara consigo el arca. Por lo tanto, exhortó a Tsadoq el sumo sacerdote y a los levitas a que llevaran de regreso el arca a Yahrushalayim. Él permaneció humilde ante el Adón, tal como lo hizo Moshe.

 

En el pasuk 27 David le dijo a Tsadoq que como él era sacerdote y vidente, debía dirigir a los sacerdotes y llevarlos de regreso junto con el arca. Con aquellas palabras la compañía se volvió. Cuando leemos este pasaje, debemos detectar el ruaj de David. Su ruaj estaba diciendo: "¿Por qué he de pelear? Si permanezco como rey o no, es asunto del Adón. No necesito que muchos me sigan y tampoco necesito que el arca me acompañe". Él se dio cuenta de que ser autoridad depende de Elohim y que uno no tiene que tratar de mantener su propia autoridad. Él subió al monte de los Olivos llorando y con la cabeza cubierta:

 

David entretanto subió la cuesta del Monte de los Olivos, llorando mientras subía; tenía la cabeza cubierta y andaba descalzo. Y todo el pueblo que andaba con él se cubrió cada uno su cabeza y lloraban mientras subían. Shemuel Bet 15:30

 

¡He ahí un hombre humilde y dócil! Esto fue lo que David hizo cuando lo ofendieron. No defendió su autoridad. Esta es la actitud apropiada de una autoridad delegada por Elohim.

 

 

5. Una Autoridad Debe Tener La Capacidad De Soportar Las Ofensas

 

El ruaj rebelde es contagioso. En Shemuel Bet 16 se narra el caso de Shimí (Simei), quien salió al camino y empezó a arrojar piedras contra David y a maldecirlo acusándolo de haber derramado la sangre de la casa de Saúl.

 

Cuando se acercaba el rey David a Bajurim, salió de allí un miembro del clan de Shaúl un hombre llamado Shimí hijo de Guerá profiriendo insultos mientras salía. Le arrojó piedras a David y a todos los cortesanos del rey David, mientras todas las tropas y todos los guerreros estaban a su derecha y a su izquierda. Y estos eran los insultos que profería: "¡Fuera, fuera, criminal, perverso! Yahweh te está pagando por toda tus crímenes contra la familia de Shaúl, cuyo trono arrebataste. Yahweh le está entregando el trono a tu hijo Avshalom; y tú estás en problemas porque eres un criminal". Shemuel Bet 16:5-8

 

Aun los seguidores de David sufrieron por él, porque aquella acusación era completamente infundada, porque él jamás derramó sangre de la familia de Saúl. Shimí podía decir que David había reinado en lugar de Saúl y que David estaba huyendo para salvar su vida, porque no todo eso era cierto; pero fue una terrible calumnia decir que David había derramado la sangre de la casa de Saúl. Con todo y eso, David no respondió, ni trató de justificarse, ni negó nada. El todavía tenía consigo a sus hombres valientes, y le habría sido fácil deshacerse de aquel hombre, pero él no lo hizo. Shimí maldijo hasta que hubieron pasado. Ni los seguidores de David lo toleraron, pero David los exhortó a que no lo mataran.

 

Avishay, hijo de TseruYah, preguntó al rey: "¿Por qué hay que permitir que ese perro muerto maldiga a mi amo el rey? ¡Déjeme ir a cortarle la cabeza!". Pero el rey dijo: "¿Qué tiene esto que ver con ustedes, hijos de TseruYah? El (me) está maldiciendo solamente porque Yahweh le ha dicho que maldiga a David; y ¿quién le dirá: "¿Por qué haces eso?". David les dijo además a Avishay y a todos los cortesanos: "Si mi hijo, que ha salido de mí, busca matarme, ¡cuánto más ahora el binyaminita! Déjenlo que maldiga, porque Yahweh se lo ha dicho. Quizás Yahweh mire mi castigo y me recompense Yahweh por las maldiciones que (Shimí) ha proferido hoy". David y los suyos siguieron su camino, mientras Shimí iba por la ladera del monte y paralelo a él, insultando mientras iba, y arrojando piedras frente a él y esparciendo polvo. Shemuel Bet 16:9-13

 

Él era verdaderamente un hombre quebrantado y dócil. Había aprendido a someterse a una autoridad superior. David dijo que era Elohim que le había dicho a Shimí que lo maldijera. Cuando leemos este pasaje de las Escrituras, debemos detectar el ruaj de David. El estaba sólo y era perseguido. Por lo menos habría podido desahogar su infortunio sobre Shimí y vindicarse un poco. Pero él era una persona completamente sumisa, se sometió incondicionalmente a Elohim y lo aceptó todo como de Elohim.

 

Debemos tener presente que la autoridad delegada por Elohim debe ser apta para soportar las ofensas y para ser ultrajada. Si uno no tolera ninguna ofensa, no es apto para ser una autoridad. No podemos actuar como nos plazca porque se nos haya delegado autoridad. Sólo los que han aprendido a obedecer son aptos para ser una autoridad. El pasuk 13 dice que Shimí continuó maldiciendo a David, pero éste fue sumiso. Sólo una persona así es apta para ser una autoridad. Aquí vemos un hombre verdaderamente dócil ante el Adón. David y sus seguidores descansaron en cierto lugar bastante fatigados. Aunque Avshalom se había rebelado, David mantuvo la debida actitud. Pese a que vivió en tiempos del Tanaj, él estaba lleno de la gracia del B'rit Hadashá. El había sido tan quebrantado que tenía ese ruaj. En verdad era una persona apta para ser autoridad.

 

 

6. Aprende A Humillarse Bajo La Mano Poderosa De Yahweh

 

En Shemuel Bet 19, después de que Avshalom fue derrotado, los yisraelitas oyeron que David estaba sentado a la puerta de la ciudad, y cada uno huyó a su propia casa (pasuk 8). David no regresó con alboroto al palacio. Avshalom también había sido ungido como rey por el pueblo. Por eso David tuvo que esperar. Las once tribus vinieron a pedirle que regresara, pero la tribu de Yahudá no vino con ellos. Así que envió hombres para recobrar la tribu de Yahudá (pasukim 9-12).

 

Todo el pueblo contendía en todas las tribus de Yisrael; unos decían: "El rey nos salvó de las manos de nuestros enemigos y nos libró de las manos de los pelishtinos, pero ahora ha huido del país por causa de Avshalom. Sin embargo, Avshalom, a quien habíamos ungido rey sobre nosotros, ha muerto en la batalla. Ahora pues, ¿por qué están ahí sin hacer nada en vez de hacer volver al rey?". La palabra de todo Yisrael llegó al rey en su casa. Así que el rey David mandó a decir a los sacerdotes Tsadoq y Evyatar: "Háblenles a los ancianos de Yahudah y díganles: "¿Por qué van a ser ustedes los últimos en hacer volver al rey a su palacio? Shemuel Bet 19:9-11

 

David era de la tribu de Yahudá, y había huido de ella; por lo tanto, debía esperar que ellos le pidieran que regresara. Él era la autoridad delegada por Elohim, pero durante sus pruebas, aprendió a humillarse bajo la mano poderosa de Elohim. No trató de establecer su propia autoridad. Él aceptó sus circunstancias y fue humilde bajo la mano poderosa de Elohim. Él no tenía ningún afán ni peleó por sí mismo, a pesar de ser un guerrero. El pueblo de Elohim fue el que peleó todas las batallas. Anteriormente, el pueblo de Elohim lo había ungido como rey y para regresar a su reinado, él debía esperar que lo ungieran nuevamente.

 

Aquellos a quienes Elohim usa para ser autoridad, deben tener el ruaj de David. No deben decir nada con el fin de justificarse. No tenemos que decir nada ni debemos actuar por nuestra cuenta. No necesitamos mover ni un dedo para probar que Elohim nos escogió. Debemos confiar, esperar y humillarnos. Debemos esperar que Elohim cumpla lo que prometió. Cuanto más sumisos seamos, más aprenderemos a ser una autoridad. Cuanto más nos postremos delante del Adón, más nos vindicará Él. Pero si tratamos de hablar bien de nosotros, de luchar o de quejarnos, destruiremos la obra de Elohim. Debemos aprender a humillarnos bajo la mano poderosa de Elohim. Cuanto más tratemos de ser una autoridad, más equivocados estaremos. El camino está abierto para nosotros. En el Tanaj la mayor autoridad fue la de Moshe, y entre todos los reyes, fue David quien tuvo más autoridad. Ambos se comportaron de la misma manera conforme a su capacidad como autoridades delegadas. Debemos reconocer el ruaj de estos hombres a fin de mantener la autoridad de Elohim.

 







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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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