Requisitos
De Las Autoridades Delegadas 01
Elohim ha establecido autoridades en muchos lugares. En la familia están el esposo, los padres y los amos. Por encima de nosotros están los gobernantes y los oficiales. En la congregación están los ancianos y los obreros. Cada autoridad delegada tiene sus propios requisitos. Examinemos los diferentes requisitos de cada una de estas autoridades.
1. Requisitos
De Las Autoridades Delegadas En La Familia
1.1. El Esposo
Las Escrituras enseñan que la esposa debe someterse al esposo y que éste debe ser la autoridad. Sin embargo, existen requisitos que los esposos deben cumplir. Efesiyim 5 menciona tres veces que el esposo debe amar a su esposa y que debe amarla como a sí mismo:
Esposos, amen a sus esposas, así como también el Mashíaj amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella... Efesiyim 5:25
De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Efesiyim 5:28
Por tanto, cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y la esposa respete a su esposo. Efesiyim 5:33
Quienes tienen autoridad deben cumplir los requisitos que Elohim les exige. A un esposo como autoridad delegada se le exige que ame a su esposa. Como modelo del amor del esposo por la esposa tenemos el amor de Mashiaj por la congregación. Así como Mashiaj amó a la congregación, los esposos deben amar a sus esposas. El amor que un esposo le tiene a su esposa debe corresponder al amor de Mashiaj a la congregación. Para que un esposo mantenga la autoridad y represente a Elohim, debe amar a su esposa. Donde no hay amor, no estará la posición correcta.
1.2. Los Padres
Los hijos deben obedecer a sus padres. Como autoridades delegadas, los padres también deben cumplir algunos requisitos.
Hijos, obedezcan en el Adón a sus padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre –que es el primer mandamiento con promesa– para que te vaya bien y vivas largo tiempo sobre la tierra. Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina y la instrucción del Adón. Efesiyim 6:1-4
Las Escrituras dicen que los padres no deben provocar a ira a sus hijos. Aunque los padres tienen autoridad sobre sus hijos, deben aprender a controlarse. No pueden decir que por haber engendrado a los hijos y por criarlos, pueden tratarlos como les plazca. Como su esposa, están bajo su responsabilidad, no bajo su poder. Aunque Elohim nos creó, Él no nos trata como Él quiere, sino que nos da completa libertad. Por este motivo, los padres no deben provocar a ira a sus hijos. Algunas personas no se atreven a hacer ciertas cosas delante de sus amigos, sus compañeros de clase, sus subordinados o sus parientes, pero las hacen con toda libertad delante de sus hijos. Esto no está bien. Lo más importante que los padres deben aprender a hacer es ejercer dominio propio. Deben permitir que el Ruaj haKodesh los controle. Los padres deben confrontar a sus hijos hasta cierto punto, ya que tienen autoridad sobre ellos sólo con el fin de educarlos. Deben amonestarlos y nutrirlos con la enseñanza del Adón. No debe hacerlo con una actitud de dominio ni de castigo. El corazón de un padre debe inclinarse a educarlos y no a castigarlos.
2. Requisitos De Las Autoridades Delegadas En La
Sociedad
2.1. Los Amos
Los siervos deben obedecer a sus amos, pero a éstos se les exige algunos requisitos. El amo no debe intimidar a sus siervos ni atemorizarlos ni enojarse con ellos.
Y ustedes, amos, hagan con ellos lo mismo, dejando las amenazas; porque saben que el mismo Amo de ellos y de ustedes está en los cielos, y que no hay distinción de personas delante de él. Efesiyim 6:9
Elohim no permitirá que una autoridad se conduzca sin restricción alguna. El amo debe temer a Elohim. Tanto el siervo como el amo tienen el mismo Amo en los cielos. El amo debe recordar que él mismo está bajo autoridad. A pesar de que otros estén sujetos a él, él también está bajo autoridad, la autoridad de Elohim. Por eso no puede ser descuidado. Cuanto más una persona conozca la autoridad, menos intimidará y atemorizará a otros. Como autoridades debemos aprender a ser mansos y tiernos, y a mantener una actitud de perfeccionar a otros, ya que dicha actitud es necesaria. Si una autoridad delegada sólo sabe atemorizar y juzgar, tal persona será juzgada por Elohim tarde o temprano. Por lo tanto, un amo debe aprender a andar con temor y temblor delante de Elohim.
2.2. Los Gobernantes
Debemos someternos a la autoridad de los gobernantes y oficiales. En el B'rit Hadashá no se da una enseñanza específica con respecto a la manera en que debe conducirse un gobernante. Elohim entregó el mundo a los incrédulos, no a los creyentes. Tampoco hallamos algún indicio de que los creyentes deban ser gobernantes en el mundo, pero tampoco se niega la posición, el caso más claro y evidente es el de Daniyel y sus amigos. A quienes están en una posición de autoridad y poder, Elohim les exige justicia, integridad, equidad y compasión por los pobres. Este es el principio que deben aplicar los que ejercen autoridad en oficios públicos. Si uno está por encima de otros, no debe tratar de defender su posición, sino que debe hacer lo posible por defender la justicia. Los que no cumplan con los requisitos, con o sin ley, serán igualmente juzgados.
Requisitos
De Las Autoridades Delegadas 02
3. Requisitos
De Las Autoridades Delegadas En La Congregación
3.1. Los Ancianos De La Congregación
Los ancianos son la autoridad en la congregación local. Todos los hermanos deben someterse a ellos.
Que el anciano sea irreprensible, esposo de una sola mujer, que tenga hijos creyentes que no sean acusados como libertinos o rebeldes. Porque es necesario que el supervisor sea irreprensible como mayordomo de Elohim; que no sea arrogante, ni de mal genio, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias deshonestas. Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo y dueño de sí mismo; que sepa retener el mensaje fiel conforme a la enseñanza, para que pueda exhortar con sana enseñanza y también refutar a los que se oponen. Tito 1:6-9
Tito 1 habla de los requisitos básicos de un anciano: dominio propio y sumisión. Una persona inicua no puede hacer cumplir la ley, y una persona rebelde no puede inculcar en otros la sumisión. Un anciano debe ejercer un estricto dominio propio. Muchas personas se caracterizan por la falta de disciplina. Por lo tanto, para escoger a los ancianos, debemos seleccionar específicamente a los que ejercen dominio propio. Elohim establece a los ancianos para que administren la congregación. En dicha función, deben ser sumisos y tener dominio propio. Deben esforzarse por ser un modelo para los demás en todos los aspectos. Elohim nunca escoge como anciano a una persona que siempre quiere ser el primero (como Diótrefes, Yahanan Gimel 9). Los ancianos son la mayor autoridad en la congregación local. Es por eso deben tener dominio propio.
Aquí se menciona otro requisito básico de un anciano: debe gobernar bien su casa, lo cual no se refiere a gobernar a los padres ni a la esposa, sino principalmente a los hijos. Un anciano debe enseñarles a sus hijos a andar sobriamente y a ser obedientes en todo. Uno debe ser primero un buen padre antes de ser un anciano. Uno tiene que ser la autoridad en la casa en primer lugar, antes de ser un anciano en la congregación.
Un anciano no debe ser arrogante. Si uno se enorgullece cuando se le delega cierta autoridad, no es apto para ser anciano. Y si ya es orgulloso antes, mucho menos. Un anciano de una congregación debe sentirse como si no tuviera ninguna autoridad, porque su autoridad está en el servicio. Si está siempre consciente de su autoridad, no es apto para ser un anciano ni para administrar los asuntos de la congregación. Sólo los necios y los ignorantes son orgullosos, porque sólo la carne se enorgullece de lo que no es; estas personas que no pueden evitar la tentación de tomar para sí la gloria de Elohim ni se les puede encomendar la comisión de Elohim. Una vez que se les entrega algo, caen en la trampa. Es por eso que a un recién convertido no se le puede nombrar de anciano (Timotio Alef 3:6). La palabra griega que aquí se traduce "un recién convertido" se usa para aludir a un novato en algún oficio, como por ejemplo, entre los carpinteros un novato es el que escasamente sabe usar el martillo, en contraste con los maestros, quienes llevan décadas en el oficio. Si a un novato se le nombra anciano, el orgullo lo cegará y caerá en la condenación de haSatán.
4. Los Que Sirven En La Obra Del Adón
Pero habla tú lo que está de acuerdo con la sana enseñanza; que los hombres mayores sean sobrios, serios y prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la perseverancia. Asimismo, que las mujeres mayores sean reverentes en conducta, no calumniadoras ni esclavas del mucho vino, maestras de lo bueno, de manera que encaminen en la prudencia a las mujeres jóvenes: a que amen a sus maridos y a sus hijos, a que sean prudentes y castas, a que sean buenas amas de casa, a que estén sujetas a sus propios maridos, para que la palabra de Elohim no se desacredite. Tito 2:1-5
Aquí se enumeran los requisitos de las personas a quienes se les delega autoridad en la obra. Tito no era un anciano de la congregación, sino un obrero del Adón, había sido puesto al frente de la congregación de Creta. Shaúl encargó a Tito que exhortara a ciertos hombres. Él no sólo debía hablar en público sino también a exhortar a algunas personas una por una. Debía convencer a los hombres con toda autoridad. Al mismo tiempo, no debería permitir que lo menospreciaran en sus palabras ni en sus hechos. A fin de que otros no nos desprecien, debemos santificarnos. Si somos iguales a los demás en muchos aspectos, y si somos desordenados, descuidados y desenfrenados en nuestra vida diaria, otros nos menospreciarán. No debemos ser relajados en ningún aspecto, porque sólo así se nos respetará y se nos honrará como autoridad y como representantes de Elohim. Esto fue lo que Shaúl le dijo a Timoteo:
Nadie tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo para los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza. Timotio Alef 4:12
Aunque un obrero no debe buscar la gloria ni el honor de los hombres, tampoco debe ser menospreciado hasta el punto de perder su porte santo.
En todo el B'rit Hadashá, Shaúl sólo dirigió dos de sus epístolas a colaboradores jóvenes, que fueron Timotio y Tito. En estos libros Shaúl expresa reiteradas veces que un obrero no debe ser menospreciado, sino que debe ser un modelo en todo. Por lo tanto, debemos evitar todo lo que provoque menosprecio. Existe un precio que debemos pagar para ser autoridad. Debemos apartarnos y estar dispuestos a vivir solos (esto no significa divorcio, como ya dijimos). El modelo debe ser diferente a los demás; así que es necesario santificarse. Si uno es igual a los demás, no podrá ser un modelo. No debemos exaltarnos a nosotros mismos, pero tampoco debemos hacer que otros nos menosprecien. Debemos santificarnos siempre y no debemos hablar livianamente. Debemos aprender en el Adón a separarnos. Un obrero no debe ser arrogante, pero tampoco debe dar lugar a que otros lo menosprecien. Si un obrero se halla en una condición muy común, no será apto para la obra y habrá perdido su utilidad y su autoridad.
Un obrero debe también mantener su posición y la autoridad que Elohim le delegó. La autoridad se manifiesta cuando hay separación y se ve una diferencia. Lo más importante de la autoridad delegada es que representa a Elohim. Ser una autoridad va a la par con ser un modelo. Este es un asunto muy serio. Una autoridad delegada es una persona que "representa" a la autoridad, no una que "impone" la autoridad.
Yahweh
Juzga Los Errores De La Autoridad Delegada
En Bamidbar 30:13 vemos que Elohim respalda la autoridad que delega. Dice que un esposo puede ratificar el voto de su esposa o anularlo. Por un lado, Elohim le dice a la esposa que se someta al esposo y, por otro, El respalda la autoridad del esposo. Si el esposo anula tanto el voto como el juramento de la esposa, ella debe someterse; al quebrantarlos, no se le cuenta a ella como pecado, pero el esposo tendrá que llevar sobre sí la iniquidad de ella. Supongamos que una persona a quien Elohim ha delegado autoridad propone algo equivocado, y quienes están sujetos a ella se someten. Aunque ellos estén haciendo algo equivocado, no les será contado por pecado, pero la persona que tomó aquella decisión llevará la iniquidad. Por lo tanto, no debemos proponer ni sugerir nada a la ligera, porque tendremos que sufrir las consecuencias. Es extremadamente peligroso ser un consejero de la congregación y hacer propuestas precipitadas. En toda las Escrituras el cuadro más claro con respecto a la sujeción a la autoridad delegada, se presenta en Bamidbar 30, donde podemos ver que Elohim le dice al hombre que se someta a la autoridad incondicionalmente. En ese mismo capítulo se muestra claramente la responsabilidad tan seria que tiene la autoridad delante de Elohim. Cuantas más propuestas haga una autoridad delegada, más problemas tendrá y más juicio estará invitando sobre sí.
Debemos aprender a no tener la presunción de tratar de controlar las vidas de los demás. No debemos forzar a nadie a aceptar nuestras ideas. Si no tenemos plena certeza de parte del Ruaj, no debemos echarnos encima la carga de otros. Sólo un hombre quebrantado y dócil estará libre de iniquidad delante de Elohim. Un hombre severo y obstinado llevará sobre sí mucha iniquidad. La vida del Cuerpo es la base que guía la congregación. Debemos llevar dicha vida y tener comunión con el Adón y con los hermanos. No debemos ser individualistas en nuestras decisiones ni tener confianza en nosotros mismos. Cuanto más presentemos nuestras sugerencias a la congregación para tener comunión con los miembros al respecto, más seguros estaremos. No debemos llamarnos el Cuerpo de Mashiaj, mientras estemos ocupados en actividades de la carne, ya que si lo hacemos, no recibiremos otra cosa que el juicio que merece nuestra propia iniquidad. Debemos esperar delante del Adón, entender Su voluntad y estar abiertos a los demás. No debemos hablar antes de haber oído del Adón ni proclamar nada antes de que lo hayamos visto nosotros, porque si caemos en eso, llevaremos la iniquidad sobre nosotros mismos. La persona a quien Elohim ha delegado Su autoridad debe ser mansa y humilde. Esto la salvará de meterse en problemas. De lo contrario, Elohim tendrá que reprenderla porque llevará sobre sí la iniquidad de otros, lo cual es bastante serio.
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