Yahshua, El Mashiaj Que Se Hizo Jatát Por Los Hombres
Quiero resaltar una vez más la secuencia en que fueron dispuestas las cinco ofrendas básicas. Esta secuencia no es según el pensamiento humano, que coloca la ofrenda por el pecado en primer lugar. Desde el lado de Elohim hacia el hombre, el holocausto es lo primero, PORQUE ES LO PRIMERO QUE ÉL VE: LA PERFECTA OBEDIENCIA Y CONSAGRACIÓN DE YAHSHUA EN EL MADERO. Esa es la cobertura de Mashíaj sobre sus hermanos.
Pero desde el camino del hombre que va hacia Elohim, lo primero son las ofrendas de la culpa (Korbán Ashám) y del pecado (Korbán Jatát), para encontrar la paz (Korbán Shelamim), tener comunión y nutrición con el Padre (Korbán Minjá) y entonces, totalmente purificados, consagrarnos a Él en obediencia completa (Korbán Oláh). La sangre de Yahshua nos cubre en todo momento y nos limpia, para poder abrir la puerta de acceso a la comunión con el Padre. Pero desde el punto de vista del Padre, esa ofrenda Oláh perfecta de Mashíaj es lo principal, lo que abre ese camino.
La secuencia divina, al contrario, comienza con el holocausto, lo cual nos muestra que con relación a nosotros, lo primordial es que vivamos absolutamente entregados a Elohim, y eso es posible únicamente a través del Oláh de Mashíaj. Después del holocausto, de esa consagración, sigue la ofrenda de harina, lo cual nos muestra que Yahweh ordena que tomemos a Mashiaj como nuestra provisión de vida y vivamos diariamente por Él. El resultado de tomar a Mashiaj como nuestro holocausto y nuestra ofrenda de harina es que tenemos paz. Este era el camino de Yahweh para el hombre, pero con la caída lo invertimos, y ahora debemos ir "de regreso" en primera instancia, lo que estamos haciendo en estas Eras. Hasta allí debía haber llegado el camino del hombre, para continuar así eternamente, pero la caída trajo una brecha y una necesidad extra: el pecado por dentro y los pecados por fuera, a los cuales ciertamente se les debe dar solución, si queremos retomar ese "recorrido limpio" en que Adam comenzó avanzando, y no retrocediendo como nosotros ahora. Cuando el tiempo de las siete semanas termine, entraremos de nuevo en ese camino, de forma correcta, y continuaremos avanzando por la eternidad. Pero hoy, en el tiempo que se llama "hoy", el pecado nos ha apartado de Yahweh y para regresar a Él, debemos hacer el camino inverso, por eso en todo lo que se refiere al Ojel Moed vemos las cosas presentadas desde el punto de vista de Yahweh que sale a buscar al hombre perdido, mientras que para nosotros el camino es precisamente lo inverso, regresando a nuestro Creador.
La secuencia que siguen las ofrendas en Vayikra concuerda con la secuencia de Yahanan Alef 1. El pasuk 5 dice: "Elohim es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas". El pasuk 6 afirma que si decimos que tenemos comunión con el Elohim que es la luz misma y "andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad". El pasuk 7 añade: "Pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Yahshua Su Hijo nos limpia de todo pecado". Esto indica que mientras tenemos comunión con Elohim y lo disfrutamos, nos daremos cuenta de que entre nosotros y Elohim existe un problema, y que este problema es el pecado, y que debe ser resuelto. Veamos el asunto más a fondo.
El Pecado Y Los Pecados
El B'rit Hadashá trata sobre el problema del pecado usando la palabra pecado, en singular, y la palabra pecados, en plural. "Pecado" se refiere a la raíz de pecado que habita en nosotros, el cual provino de HaSatán y entró en la humanidad por medio de Adam (Romaniyim 5:12). Se habla de esto en la segunda sección de Romaniyim, de 5:12 a 8:13 (con la excepción de 7:5, donde se menciona la palabra "pecados", aunque en relación con la "ley de pecado"). "Pecados" se refiere a los hechos pecaminosos, a los frutos del pecado que mora en nosotros, los cuales son expuestos en la primera sección de Romaniyim, de 1:18 a 5:11. Sin embargo, en Yahanan Alef 1:7 la palabra "pecado", en singular, acompañada del adjetivo "todo", no se refiere al pecado que mora en nosotros, sino a cada uno de los pecados que cometemos (pasuk 10) después de haber sido regenerados:
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Yahshúa nos limpia de todo pecado. Yahanan Alef 1:7
Ese pecado contamina nuestra conciencia purificada y debe ser limpiado por la sangre del Adón Yahshua en nuestra comunión con Elohim.
Mashiaj, como ofrenda por el pecado, puso fin a nuestro pecado:
Pero Yahweh escogió quebrantarlo por padecimiento, para que, si se puso como ofrenda por la culpa, pudiera ver descendencia y tener una vida larga, y que por su medio prosperara el propósito de Yahweh. YeshaYah 53:10
Porque Elohim hizo lo que no podía hacer la ley por no tener poder sobre la naturaleza carnal: Envió a su propio Hijo con una naturaleza semejante a nuestra naturaleza pecaminosa a causa del pecado, y en su persona condenó el pecado. Romaniyim 8:3
Al que no conoció pecado, por nosotros Elohim lo contó como pecador, para que en él se nos contara a nosotros como justos delante de Elohim. Qorintiyim Bet 5:21
De otra manera, le habría sido necesario padecer muchas veces desde la fundación del mundo. Pero ahora, él se ha presentado una vez para siempre al fin de los siglos, para quitar el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. Ivrim 9:26
También Vayikra 4 (capítulo completo).
Ese es el pecado que habita en nuestra naturaleza:
Pero entonces ya no soy yo el que actúa así, sino el pecado que habita en mí. Romaniyim 7:17
...y Mashiaj, como ofrenda por las transgresiones, llevó sobre Sí nuestros pecados, nuestras transgresiones:
Desde su angustia lo verá; lo disfrutará a plenitud por su devoción. Mi siervo justo justifica a muchos, es el castigo de ellos el que él lleva... YeshaYah 53:11
En primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que el Mashíaj murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras... Qorintiyim Alef 15:3
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero a fin de que nosotros, después de morir para los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes están sanados. Kefá Alef 2:24
...así también el Mashíaj fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos. La segunda vez, ya sin relación con el pecado, aparecerá para salvación a los que lo esperan. Ivrim 9:28
También Vayikra 5 (capítulo completo).
Sin embargo, después de ser regenerados, todavía necesitamos tomar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado, como se indica en:
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Yahanan Alef 1:8
Este pasuk habla del pecado que mora en nosotros, el pecado que heredamos por nacimiento. Éste es el pecado mencionado en:
Por eso, como el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado vino la muerte, así
también la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romaniyim
5:12
Si decimos que, después de ser salvos y regenerados, ya no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos. Aunque hemos sido salvos y regenerados, y aunque buscamos al Adón, lo amamos y tenemos comunión con Él, el pecado sigue morando en nosotros. Esto es un hecho. Si lo negamos, la verdad no está en nosotros.
A continuación, Yahanan Alef 1:9 dice:
Pero si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Yahanan Alef 1:9
Esto se refiere a la confesión constante de nuestros pecados después de nuestra regeneración, y no a la confesión de nuestros pecados antes de la regeneración. Aquí "pecados" denota nuestras acciones pecaminosas.
Un Cuadro De La Secuencia En Yahanan Alef
La secuencia de las cinco ofrendas en Vayikra 1—5 es un cuadro de la secuencia en Yahanan Alef 1. El holocausto, la ofrenda de harina y la ofrenda de paz nos conducen a la comunión con Elohim. Cuando tomamos a Mashiaj como nuestro holocausto delante de Elohim y cuando lo tomamos como nuestra diaria provisión de vida, somos introducidos en la paz divina, y en esta shalom disfrutamos a Elohim en comunión. Por lo tanto, la experiencia que tenemos de las primeras tres ofrendas redunda en comunión con Elohim, quien es luz. En la luz vemos nuestros fracasos, nuestros errores y nuestra mala actitud hacia los demás. Finalmente nos damos cuenta de que no sólo tenemos pecados que se manifiestan externamente, sino también pecado que mora en nuestra carne. Nos damos cuenta incluso de que somos el pecado mismo. Tenemos la profunda convicción de que no somos más que pecado.
Quizás procuremos ser buenos y hacer lo correcto; sin embargo, acabamos por hacer todo lo contrario. Entonces, al igual que Shaúl, decimos:
"Ya no soy yo quien obra aquello, sino el pecado que mora en mí". Romaniyim 7:17
Mediante nuestra comunión con Elohim, que es luz, descubrimos que somos pecaminosos, que tenemos pecado internamente y pecados externamente. Interiormente tenemos una "madre" pecaminosa, y externamente cometemos acciones pecaminosas, que son los "hijos" de esta madre pecaminosa.
GalutYah 5:19-21 habla de las obras de la carne. Estas obras incluyen contiendas, celos, divisiones y sectas. ¿Podríamos afirmar que no tenemos contiendas ni celos en nuestra vida de congregación? No podríamos afirmarlo. Es posible que en la vida de congregación también haya sectas, es decir, que los santos tomen partido por ciertas personas. Ésta era la situación que imperaba en Corinto.
Cada uno de ustedes está diciendo: "Yo soy de Shaúl", otro "yo de Apolo", otro "yo de Kefá" y otro "yo del Mashíaj". Qorintiyim Alef 1:12
Cuando digo "sectas" no me refiero a que anden en lo que el mundo llama sectas oficialmente, es decir, cualquiera que piense diferente de la mayoría. Me refiero a SECCIONES SEPARADAS, grupitos, asociaciones entre algunos que se unen porque se llevan bien, y no aceptan ser tratados y disciplinados junto con todos en el Cuerpo, me refiero a los que eligen sus propios hermanos y hermanas basándose en sus deseos de la carne, en sus simpatías carnales, y se mantienen alejados de los que no les caen tan bien, evitando así ser tratados unos con otros. PERO ESA ES LA EDIFICACIÓN DEL PADRE, TRABAJAR LAS PIEDRAS UNAS CON OTRAS LEVANTANDO LA CASA, golpeándolas unas contra otras para limar asperezas y caracteres y adquirir la forma correcta... y el que no acepte ser moldeado será dejado fuera del edificio. Lamentablemente, hay demasiadas piedras en el desierto, que se niegan a seguir al arca y obedecer al Adón, y lo peor es que muchas de ellas están convencidas de que están en el Ojel Moed. Ni en el atrio están muchas, aún levantando oraciones y siguiendo rituales, llevan vidas muertas. Lo más difícil es convencer a los muertos de que no están vivos, cuando realizan tantas "cosas buenas" a sus propios ojos. Yahshua tampoco pudo convencer a los fariseos.
Si hay contiendas, celos, divisiones y sectas en nuestra vida de congregación o en nuestra vida familiar, queda claro que vivimos y actuamos en la carne. Si decimos que tenemos comunión con Elohim y tenemos todavía estas obras de la carne, andamos en tinieblas y nos engañamos a nosotros mismos. Si hay contiendas, celos, divisiones y sectas en nuestra vida de congregación, eso significa que nuestra vida de congregación se halla en tinieblas. Asimismo, si decimos que estamos en comunión con Elohim, pero nuestra actitud para con nuestro prójimo (sea amigo, vecino, cónyuge, padres, hijos, etc.) es la equivocada, nos engañamos a nosotros mismos. Y si creemos que nosotros somos los "lastimados" y nos apartamos, reivindicándonos en lugar de someternos e ir al matadero como ovejas mudas, estamos sumamente equivocados en cuanto a quién servimos, porque nos servimos a nosotros mismos y no a nuestro Padre.
Si verdaderamente tomamos a Mashiaj como nuestro holocausto para satisfacer a Elohim y como nuestra ofrenda de harina para que sea nuestro alimento diario, estaremos en luz y andaremos en luz. Luego, en la luz divina, veremos nuestros fracasos y defectos. Si hemos tenido una actitud inapropiada hacia nuestro cónyuge, nos daremos cuenta de eso y confesaremos que eso está mal. Si hemos criticado a ciertos hermanos o hemos tomado partido por ciertos santos, nos daremos cuenta de que eso también está mal. Si nos hemos apartado y hemos estado escondiéndonos, "lamiendo nuestras heridas" y victimizándonos en lugar de ser como Mashíaj, nuestro holocausto perfecto en su entrega TOTAL, reconoceremos que estábamos guardando nuestra carne en lugar de someterla al madero, que estábamos obedeciendo a nuestra carne en vez de aceptar la disciplina del Padre, y también confesaremos que eso está mal. ¡Que todos estemos dispuestos a ser alumbrados y le pidamos al Adón que nos dé Su luz! Si decimos que estamos disfrutando al Adón, tenemos que estar en la luz.
Qolasiyim 1:12 dice que Mashiaj es la porción de los santos en la luz. MASHIAJ NO ES LA PORCIÓN DE LOS SANTOS QUE ESTÁN EN TINIEBLAS, EN CRÍTICAS O EN SECTAS. ¿Dónde estamos: en luz o en tinieblas? No podemos disfrutar a Mashiaj como la porción de los santos si no estamos en la luz.
Todo lo que no se haga en el ruaj, sea bueno o malo, proviene de una sola fuente: la carne. Criticar a otros proviene de la carne, y elogiar a los demás valiéndonos de nuestro ser natural también proviene de la carne. Sólo aquello que hacemos al andar, hablar y actuar en total conformidad con el ruaj, poniendo nuestra mente en el ruaj, no proviene de la carne.
Y la tendencia
carnal lleva a la muerte, pero la tendencia espiritual produce vida y paz.
Romaniyim 8:6
En Romaniyim 8:4, Shaúl dice que el justo requisito de la ley se cumple en aquellos que andan conforme al ruaj. Shaúl no dice que el justo requisito de la ley se cumple en nosotros cuando hacemos el bien, porque hacer el bien no es conforme al árbol de la vida sino conforme al árbol del conocimiento del bien y del mal. En lugar de esforzarnos por hacer el bien, simplemente debemos andar conforme al ruaj. Si no sentimos la unción en nuestro ruaj, no debemos decir nada, ni bueno ni malo. Esto es andar en el ruaj y ser liberados de la carne.
La Carne Y El Madero
Desde el momento en que comenzamos nuestros estudios, hemos recalcado cuatro asuntos, desde diferentes ángulos: Mashiaj, el Ruaj, la vida y la congregación. La carga con respecto a estos asuntos ha sido muy pesada. Sin embargo, en este mensaje siento la carga de hablar acerca de la carne y el madero. Debemos saber qué es la carne y cómo el madero de Mashiaj le pone fin. Necesitamos hoy en la restauración del Adón escuchar una palabra en cuanto a la carne y el madero. Es posible que nuestro deleite de Mashiaj esté lleno de levadura y miel y que también carezca de sal. Por lo tanto, siento la carga de ministrar sal, esto es, el madero, a las congregaciones.
Al hablarles acerca de la carne y el madero, mi preocupación no se centra en la doctrina, sino en la experiencia. Mientras vivamos en este cuerpo, SIEMPRE TENDREMOS LA CARNE. Debemos estar alerta. Efectivamente, fuimos sepultados con Mashiaj en el bautismo, pero HaSatán trata de resucitar lo que fue sepultado. Por lo tanto, debemos velar, especialmente por la mañana cuando nos levantamos. Tal vez hayamos dormido tranquilamente después de haber disfrutado al Adón en comunión la noche anterior. Pero al levantarnos por la mañana, la carne maligna tratará de seguirnos. Pese a que la carne ya fue sepultada, con todo, tratará de inducirnos a pensar negativamente de nuestro cónyuge o de ciertos hermanos. Debemos darnos cuenta de que estos pensamientos son la diabólica resurrección de nuestra carne.
En esos momentos, debemos orar pidiendo misericordia y aferrándonos a Mashíaj, NO PARA QUE NOS CUIDE Y NOS PROTEJA DE NO PASAR POR EL SACRIFICIO, sino para que nos fortalezca a fin de atravesarlo junto con Él. Él no viene a sacarnos del horno de fuego, ÉL ENTRA AL HORNO CON NOSOTROS. Este es un terrible error que muchos cometen. Pero si confesamos nuestra debilidad y tomamos a Yahshua como nuestro holocausto, y también como nuestro alimento diario, esto nos permitirá disfrutar a Mashiaj como ofrenda de paz. Luego, mientras estamos en la presencia del Adón, seremos alumbrados, quedará al descubierto nuestra condición y veremos la clase de persona que somos. En ese momento necesitaremos que nuestro amado Adón Yahshua sea nuestra ofrenda por el pecado. Esto es lo que significa tomar como nuestra ofrenda por el pecado a Mashiaj mismo, quien es nuestro holocausto, ofrenda de harina y ofrenda de paz. Esta secuencia no tiene que ver con la doctrina; más bien, guarda relación con nuestra experiencia personal que, muy menudo, resulta tan dolorosa.
Cada vez que tengamos la experiencia de disfrutar shalom con Elohim, nos daremos cuenta de que necesitamos la ofrenda por el pecado. Confesaremos esto al Adón, comprendiendo que todo lo que procede de la carne es pecado. Ya sea que critiquemos a los demás o los alabemos, ambas acciones tienen su origen en la carne y son pecado. Lo único que puede dar fin a la carne es el madero, la sal. Necesitamos mucho la sal en nuestra vida cotidiana, en nuestra vida familiar y en nuestra vida de congregación. Es únicamente cuando tenemos la sal que los "gérmenes" dejan de estar activos. La vida de congregación hoy necesita una "fumigación", la aniquilación de todos los gérmenes mediante nuestra experiencia del madero. Esta aniquilación es una misericordia de parte del Adón; es la salvación que el Adón nos brinda en Su misericordia.
El Pecado, La Carne, HaSatán Y El Mundo
Según el B'rit Hadashá, hay cuatro cosas que son inseparables: el pecado, la carne, HaSatán y el mundo. Estos cuatro son uno.
En las Escrituras, la palabra carne tiene distintas denotaciones. Primero, la carne denota el cuerpo humano:
Así que Yahweh
Elohim echó sobre el hombre un sueño profundo; y, mientras éste dormía, tomó
una de sus costillas y cerró la carne en ese lugar. Bereshit 2:21
Segundo, la carne denota la humanidad caída:
Pero Yahweh
dijo: "Mi aliento no permanecerá en el hombre para siempre, ya que él no
es más que carne; que se le concedan sólo ciento veinte años". Bereshit
6:3
Ésta es también la denotación en Romaniyim 3:20, donde Shaúl dice que "por las obras de la ley ninguna carne será justificada" delante de Elohim. Tercero, la carne denota el cuerpo corrupto:
Yo sé que en mí,
es decir, en mi naturaleza carnal, el bien no es permanente... Romaniyim 7:18a
Elohim creó el cuerpo humano. Pero después que el cuerpo se corrompió, se hizo carne. En contraste con una persona espiritual, que vive en el ruaj, y una persona natural, que vive en el alma, una persona carnal, o de la carne, vive según las concupiscencias de la carne:
Y yo, hermanos,
no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en
Mashíaj... porque todavía son carnales. Pues mientras haya celos y contiendas
entre ustedes, son carnales y se portan como hombres. Qorintiyim Alef 3:1,3
Pero el hombre
natural no acepta las cosas que son del espíritu de Elohim, porque para él son
locura; y no las puede comprender, porque hay que discernirlas espiritualmente.
Qorintiyim Alef 2:14
Sin embargo, la persona almática (la que vive en el alma), está fuertemente ligada a la carne, porque busca satisfacerle sus deseos y necesidades, que no siempre son "malos" a los ojos del mundo. Los deseos de la carne pueden ser mucho más sutiles que la codicia, avaricia, lujuria, gula, etc., basta que se centren en la propia persona. A muchos de esos el mundo los reivindica (y el alma también), como por ejemplo ser independiente, emprendedor, competitivo, pro-activo, etc. El alma ha estado sirviendo a su propia carne desde la caída, pero hoy debe ser sometida al servicio del ruaj.
La Palabra Se Hizo Carne
Yahanan 1:14 dice: "La Palabra se hizo carne". ¿Qué significa carne aquí? Según el contexto de toda la Besorah de Yahanan, la carne mencionada en 1:14 denota al hombre caído y pecaminoso. Elohim, la Palabra, se hizo un hombre caído y pecaminoso, pero sólo en semejanza:
Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Ivrim 4:15
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Elohim, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne... Romaniyim 8:3
Esto comprueba que la carne mencionada en Yahanan 1:14 es la carne de pecado, la carne de nuestra humanidad. El significado de la encarnación es que Elohim se hizo hombre en semejanza de su estado pecaminoso. Él no tenía pecado, pero tenía la apariencia externa (el cuerpo de carne). Yahshua ha Mashiaj era único, porque siendo Elohim desde la eternidad, se unió a la humanidad pecaminosa en la encarnación.
El tipo de la serpiente de bronce indica que Mashiaj no tenía la carne de pecado, sino únicamente la semejanza de carne de pecado.
Y como Mosheh levantó la serpiente en el desierto, así es necesario
que levanten al Hijo del Hombre... Yahanan 3:14 (referente a Bamidbar 21:4-9)
Cuando los hijos de Yisrael pecaron contra Elohim, fueron mordidos por serpientes y comenzaron a morir. De hecho, a los ojos de Elohim, ya estaban muertos. Entonces, Elohim le dijo a Moshe que levantara una serpiente de bronce para que el juicio de Elohim recayera sobre la serpiente y no sobre ellos; de ese modo, todo aquel que mirara la serpiente de bronce sería salvo y viviría. La serpiente de bronce era el salvador de ellos. Aquello fue un tipo. En Yahanan 3:14, el Adón Yahshua aplicó este tipo a Sí mismo, dando a entender que mientras estaba en la carne, Él —según las palabras de Shaúl— tenía la semejanza de carne de pecado, esto es, la forma de la serpiente de bronce. La serpiente de bronce sólo tenía la forma de una serpiente, pero no el veneno. Mashiaj tenía la semejanza de carne de pecado, pero de ningún modo participó del pecado de la carne (Qorintiyim Bet 5:21; Ivrim 4:15). La serpiente de bronce es un tipo de Mashiaj como nuestro Salvador.
La Besorah de Yahanan usa tres figuras para describir a Mashiaj en Su muerte: el Cordero de Elohim (1:29), la serpiente de bronce (3:14) y un grano de trigo (12:24). Estas figuras describen tres aspectos de Mashiaj como nuestro Salvador. Con respecto al pecado, Él es el Cordero. Con respecto a HaSatán, la antigua serpiente, Él es la serpiente de bronce, Aquel que vino en semejanza de carne de pecado. Con respecto a liberar la vida divina para producirnos como los muchos hijos de Elohim, Él es el grano de trigo. Por lo tanto, Él es el Salvador-Cordero, el Salvador-serpiente-de-pecado y el Salvador-grano. Lo tenemos como nuestro Salvador en tres aspectos: Aquel que pone fin a nuestro pecado, Aquel que destruye la antigua serpiente y Aquel que nos produce como los muchos hijos de Elohim.
El B'rit Hadashá recalca el hecho de que Mashiaj fue clavado en el madero en la carne y murió en la carne. Él no murió en ninguna otra forma que no fuera la carne que Elohim había condenado.
Elohim, enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y
en cuanto al pecado, condenó al pecado en la carne. Romaniyim 8:3
Cuando el Adón Yahshua fue clavado en el madero en la carne, Elohim condenó al pecado en la carne. El pecado no era simplemente un asunto; el pecado es una persona, y esta persona debía ser condenada. POR ESO ERA NECESARIA LA ENCARNACIÓN: se necesitaba una persona que cargara con el pecado. Por medio de la muerte del Adón en el madero, Elohim condenó al pecado en la carne. Esto significa que cuando la carne fue clavada en el madero, el pecado que residía en la carne fue condenado.
Romaniyim 6:6 afirma que nuestro viejo hombre fue clavado en el madero juntamente con Mashiaj. Nuestro viejo hombre está en la carne. Ya que Mashiaj fue clavado en el madero en la carne, nuestro viejo hombre, que está en la carne, también fue clavado en el madero juntamente con Él.
Por medio de la muerte de Mashiaj, no sólo fue condenado el pecado y fue clavado en el madero nuestro viejo hombre, sino que también haSatán fue destruido:
Por eso, como los hijos han participado de una naturaleza mortal, de
igual manera él participó también de eso mismo, para destruir por medio de su
muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (éste es el Acusador)... Ivrim
2:14
Además, por medio del madero de Mashiaj, el mundo fue juzgado y el gobernador, el príncipe del mundo, fue echado fuera:
Ahora es el juicio de este mundo. Ahora echarán fuera el príncipe de
este mundo. Yahanan 12:31
Así que, mediante la muerte de Mashiaj fueron eliminadas cuatro cosas: el pecado en la carne, el viejo hombre, HaSatán y el mundo. Esto significa que por medio de la muerte de Mashiaj en la carne, se le dio fin a todas las cosas negativas.
Debemos tener esta comprensión cada vez que tomemos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado. La ofrenda por el pecado significa que el pecado fue condenado en la carne, que nuestro viejo hombre fue clavado en el madero, que HaSatán fue destruido, y que el mundo fue condenado y el príncipe del mundo echado fuera. DEBEMOS VIVIR COMO LOS TALES QUE HEMOS RECIBIDO ESA LIBERACIÓN, y no como criaturas lamentables que insistimos en continuar en nuestras viejas vidas.
Todos debemos aprender a tomar a Mashiaj como tal ofrenda por el pecado. Cuando entramos en comunión con Elohim mediante Mashiaj como holocausto, ofrenda de harina y ofrenda de paz, entonces debemos aplicar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado.
El Pecado Es Una Persona
Antes de considerar los aspectos de la ofrenda por el pecado, quisiera añadir algo más con relación al pecado. En el B'rit Hadashá, el pecado es una personificación. Esto no es algo insignificante, sino algo muy crucial.
En este universo existen dos fuentes. La primera es Elohim, y la segunda es HaSatán, el enemigo y adversario de Elohim (la palabra Satán significa adversario). HaSatán se hizo enemigo y adversario de Elohim cuando empezó a luchar contra Él por el poder (YeshaYah 14). HaSatán también tentó al Adón Yahshua con respecto al poder (Luka 4:5-7). Hoy en día el universo entero participa en la lucha por el poder que se libra entre HaSatán y Elohim. Todo el mundo sigue a HaSatán y ha llegado a tomar parte en esa lucha maligna, porque no saben (un engaño más del Maligno) que la serpiente antigua ya ha sido vencida. Por lo tanto, debido a la influencia de HaSatán, toda la humanidad se ha involucrado en la lucha por el poder. Por ejemplo, tal vez los empleados de cierta empresa luchen por un ascenso. Ésta es una parte pequeña de la lucha universal por el poder, una lucha que podemos ver por todas partes.
Esta lucha por el poder es uno de los cinco ítems que en conjunto constituyen el pecado. Estos ítems son la carne, el pecado, HaSatán, el mundo y el príncipe del mundo, de los cuales ya mencionamos cuatro. El príncipe del mundo representa la lucha por el poder. A todo ser humano, incluyendo a los niños, le gusta ser un príncipe, un líder, y en todos los lugares de la tierra se libra la lucha por el poder. Como veremos, esa lucha por el poder está relacionada con la ofrenda por el pecado.
Cuando nos arrepentimos ante el Adón y lo recibimos como nuestro Salvador, fuimos alumbrados para ver que éramos malignos y estábamos bajo la condenación de Elohim. Cuanto más amamos al Adón, más nos damos cuenta de que somos malignos. Cuanto más ora un creyente, más percibe que es maligno en extremo. Finalmente, llegamos a la comprensión que aun hoy, nosotros, los creyentes que buscamos al Adón, no somos más que un cúmulo de pecado. No solamente somos malignos y pecaminosos, sino que somos un cúmulo de pecado.
Si nos damos cuenta de que somos pecaminosos y empezamos a confesar nuestros pecados, descubriremos que cuanto más pecados confesamos, más tenemos para confesar. Después de haber nacido de nuevo (bastante después), Abba me trajo el material con el cual hoy trabajamos en nuestra limpieza inicial (ver CAR - Cuerpo, Alma Y Ruaj). Pasé varias semanas "juntando el material", revisando mis pecados, anotando mucho, y finalmente una noche me encerré en mi cuarto y me arrodillé, oré y comencé a confesar mis pecados. Mi confesión se extendió por bastante tiempo, con muchos sentimientos en el medio. Antes de aquella ocasión, no sabía cuán pecaminosa era ni cuántos pecados tenía... ¡y únicamente estaba viendo los más evidentes! Vi que todo cuanto había hecho desde mi juventud era pecaminoso, e hice una confesión exhaustiva delante del Adón. Con todo, desde aquel día en adelante ya han pasado muchos años, pero el Adón no ha parado de continuar trayendo a la superficie MUCHOS PECADOS MÁS QUE LOS QUE YO HABÍA CONFESADO. Constantemente me muestra las raíces que engendran esos pecados, esos comportamientos, sentimientos y pensamientos, para que me dé cuenta de que en mi interior existe, más viva de lo que creo y deseo, una raíz amarga que sólo se inclina al camino de haSatán. Este es el camino de santificación que marcará el resto de nuestras vidas. Si pensamos que porque el Adón nos salvó (Y CIERTAMENTE LO HIZO) ya estamos limpios, confundiremos, como tantos, salvación con santificación. Sepan todos los hermanos y hermanas que durante el resto de sus vidas Él estará constantemente exponiéndonos para que veamos MÁS ALLÁ DE LOS SÍNTOMAS (es decir, más allá de los pecados), a fin de encontrar LA RAÍZ DE PECADO Y EXTIRPARLA. En un incendio no apagamos las llamas que salen del piso superior, sino que buscamos el foco del incendio en la planta baja, en el sótano inclusive, nuestra parte más oculta y profunda.
Debemos orar y tomar al Adón Yahshua como nuestro holocausto, como Aquel que vive absolutamente entregado a Elohim. Disfrutar a Mashiaj como holocausto nos llevará a tomarle como nuestra provisión de vida, nuestra ofrenda de harina, que es Mashiaj en Su humanidad quien llega a ser nuestro alimento diario. No se sientan mal por tener esa raíz de pecado y continuar tropezando: GÓCENSE EN EL HECHO CONSUMADO POR MASHÍAJ DE QUE TENEMOS UN SALVAVIDAS AL CUAL HUIR DE NUESTRO VIEJO HOMBRE. No nos detengamos demasiado en llorar porque pecamos, corramos a revestirnos de Mashíaj para dejar de hacerlo. El que pierde mucho tiempo lamentándose en el mal que realiza en lugar de tomar al Mashíaj para dejar de realizarlo, en verdad está siendo rebelde... tal vez bajo un manto de piedad, pero piedad hipócrita. Debemos disfrutar la provisión de Mashíaj hasta que sintamos paz con Elohim, con nosotros mismos y con los demás. Si hacemos esto, de inmediato estaremos en la luz, y la luz brillará dentro de nosotros, sobre nosotros y alrededor de nosotros. Entonces nos daremos cuenta de que hemos pecado y que somos pecado, pero que por la gracia de Yahweh tenemos a Mashíaj como nuestro Oláh y nuestra Minjá, y que gracias a que no lloramos sobre la leche derramada de nuestras vidas perdidas sino que nos refugiamos en el maravilloso regalo de nuestro nuevo hombre, podemos disfrutar de la Korbán Shelamim, tenemos alegría y shalom en Mashíaj, "todo lo viejo ha sido hecho nuevo" y "ya no hay condenación" para nosotros. Ésta es la experiencia que vemos en Yahanan Alef 1. Elohim es luz (pasuk 5). Si debemos tener comunión con Él, debemos andar en luz como Él está en luz. Si hacemos esto, nos percataremos de que tenemos algo que se llama pecado (pasukim 7-8). Y cuando veamos REALMENTE ese pecado, nos gozaremos de nuestro salvavidas y correremos a revestirnos de Mashíaj.
El pecado mencionado en Yahanan Alef 1 no es algo insignificante. El pecado es el enemigo de Elohim, HaSatán mismo, y tiene que ver con la lucha por el poder que se libra entre HaSatán y Elohim. Esta lucha por el poder nos incluye a nosotros; así que es bueno que veamos de una buena vez que ESTAMOS INVOLUCRADOS EN ESTA LUCHA.
¿Por qué no llevamos una vida de absoluta entrega a Elohim? No llevamos esa vida porque en lo profundo de nuestro ser estamos en pro de nosotros y no de Elohim. En esto radica la lucha. Tal vez una hermana o un hermano experimenten esta lucha mientras hace sus compras. Quizá ella o él deseen comprar algo en particular, pero perciben que el Adón no está de acuerdo. Entonces, le ruegan al Adón que les permita hacer aquella compra "por esa vez". El ruego de ellos es, de hecho, una señal de la lucha que existe entre ellos y el Adón. HaSatán se halla escondido detrás de esa lucha, y ellos están sin holocausto.
Nosotros luchamos con el Adón acerca de muchas cosas. Amamos al Adón, asistimos a las reuniones de la congregación y participamos en la vida de congregación. Aparentemente, todo está bien. Sin embargo, sólo nosotros sabemos cuánto luchamos con Elohim día tras día. Elohim quiere que llevemos una vida de absoluta entrega a Él, pero nosotros quizás estemos dispuestos a vivir así sólo hasta cierto grado. Quizás critiquemos a los demás por no vivir absolutamente entregados a Elohim, pero nosotros, ¿vivimos absolutamente entregados a Él? En vez de llevar una vida de absoluta entrega a Elohim, experimentamos una continua lucha con Él por el poder.
¿Entonces, quién puede decir que lleva una vida de absoluta entrega a Elohim? Ya que ninguno de nosotros vive así, necesitamos a Mashiaj como nuestro holocausto. Sólo Mashiaj vive absolutamente entregado a Elohim.
Al abordar el tema del pecado, Shaúl finalmente arribó a algo más profundo: no simplemente el pecado en sí, sino la ley del pecado (Romaniyim 7:25; 8:2). Muchos creyentes no se dan cuenta de que existe algo que se llama la ley del pecado. Esta ley es simplemente el poder, la fuerza y la energía espontánea que nos lleva a luchar con Elohim. Hay algo en nosotros que está vivo y activo; se esconde en nuestro ser interior y nos vigila. Cada vez que nos viene el menor pensamiento de vivir entregados a Elohim, algo dentro de nosotros se levanta para subyugarnos. Esto es la ley del pecado. Shaúl por experiencia descubrió que no sólo el pecado moraba en su carne, sino que dentro de él también había un poder, una fuerza y una energía naturales que oponían resistencia cada vez que él deseaba vivir entregado a Elohim. Esto hizo que fuera un hombre miserable (7:24). Ésta es la ley del pecado, la cual es el significado más profundo del pecado.
A menudo hemos sido derrotados por esto que se esconde en nosotros. Por ejemplo, tal vez deseemos amar al Adón, pero espontáneamente la ley del pecado opera en nosotros, y poco después, el pensamiento de amar al Adón desaparece.
La experiencia que Shaúl tuvo con relación a la avaricia, o la codicia, fue lo que lo llevó a descubrir la ley del pecado (Romaniyim 7:7-8). Cada uno de los Diez Mandamientos tiene que ver con acciones externas, excepto el mandamiento de no codiciar. Este mandamiento confronta la codicia que está dentro de nosotros. Shaúl no quería ser codicioso, pero no podía evitarlo. Cada vez que intentaba obedecer este mandamiento, algo en su interior reaccionaba y producía "toda codicia". Ahora bien, esta codicia es justamente la ley interna que conduce al resto de los pecados, a transgredir esos mandamientos. Quien codicia la mujer del prójimo, ya adultera en su mente, dice Yahshua. Así también, quien observa las riquezas ajenas es ladrón en su mente, quien tiene ídolos tiene dioses en su mente (y esos ídolos no son todos de yeso), quien tiene como objetivo "alcanzar metas", sean adquirir fama, un título, una casa mejor, etc., NO ESTÁ ESPERANDO LOS DONES QUE YAHWEH DERRAMA SOBRE LOS QUE LE OBEDECEN, SINO QUE HAN SALIDO A CORRER EN POS DE SU CODICIA. Claro, el sistema nos dice que no hay nada de malo en eso, PERO LAS ESCRITURAS NOS DICEN LO CONTRARIO:
Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos, estemos contentos con esto. Timotio Alef 6:8
Así pues, Shaúl era víctima de la ley del pecado, así como nosotros también. Y por eso somos culpables de codiciar COSAS, sean materiales o no, pueden ser estados del ser, cosas abstractas como el reconocimiento y la aceptación, etc. Somos culpables, más aún, de transgredir el primer mandamiento en esta nuestra codicia, que nos lleva a colocar todos nuestros intereses personales (a los cuales les ponemos el sello de "válidos" para justificarnos), DELANTE DEL SERVICIO Y LA ADORACIÓN AL PADRE. Así que, como podemos ver, necesitamos DESESPERADAMENTE de Mashíaj como nuestro sacrificio por el pecado.
Por eso, no debemos tomarlo como nuestra ofrenda por el pecado de una manera superficial; más bien, debemos tomarlo como nuestra ofrenda por el pecado a un grado más profundo. Esto remodelará todo nuestro ser. Si ustedes están siendo cada día más y más confrontados con ese negro y sucio interior en toda la profundidad de nuestra raíz de pecado, SEPAN QUE ESTÁN BAJO LA GRACIA DE ESTAR SIENDO PURIFICADOS. No se resistan, no se rebelen, no oren pidiendo ser librados de aquello mismo que han estado pidiendo: purificación.
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