Ahora llegamos a Hitgalut, que es el último libro de las Escrituras. Desde el momento en que fui salva, me encantó leer las Escrituras y me encantó entenderlas aún más. Desde el comienzo comencé a prestar atención al libro de Hitgalut, creo que a muchos les llama la atención, sobre todo a los nuevos, y más aún en los tiempos en que vivimos. Escuché muchas exposiciones sobre Hitgalut y leí muchos libros que exponen este libro, realicé un estudio muy profundo del mismo durante muchos meses.
Algunos enfatizaban los números, mientras que otros enfatizaban las profecías; algunos eran históricos, otros eran dispensacionales y otros eran doctrinales. Sin embargo, después de escuchar y leer estas cosas y de tener bastantes años de experiencia en la congregación, el Adón mismo finalmente me mostró que este libro no es un libro de profecías, números, historia, dispensaciones o doctrinas. Más bien, este libro trata sobre el Ruaj y las congregaciones, porque este libro habla acerca del final de las cosas en cuanto al Plan de Yahweh. Es su culminación, y el objetivo de Yahweh es levantar Su Casa, el Cuerpo de Mashíaj, la Novia, que está compuesto por las congregaciones, las cuales están compuestas por individuos.
En su mismo comienzo, dice:
Yahanan, a las siete comunidades que están en Asia... y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono... Hitgalut 1:4
Las siete epístolas fueron escritas desde los siete Rujot a las siete congregaciones. Inmediatamente en el capítulo 1 se muestran los siete Rujot y las siete congregaciones. Aquí vemos que las siete congregaciones necesitan los siete Rujot: cómo tratan las cosas, cómo se ganan la vida, cómo dan el testimonio y cómo continúan, todo depende de los siete Rujot. Las siete congregaciones necesitan los siete espíritus, y los siete espíritus son para las siete congregaciones.
Sin embargo, si han pasado algunos años en el cristianismo, podrán testificar que el cristianismo no toca a los siete espíritus ni a las siete congregaciones. Inclusive, muchas antiguas enseñanzas explicaban que estos siete malajim (la palabra griega es ÁGGELOS, G32, que es de donde surge la palabra MALAJ) eran los pastores de las respectivas congregaciones, no enviados celestes, como está escrito. Muchos en el cristianismo evitan hablar sobre el libro de Hitgalut, con el resultado de que para los creyentes de hoy Hitgalut no la revelación de Yahshua ha Mashíaj para nadie, no es un libro revelado sino velado. Sin embargo, damos gracias al Adón porque en Su restauración está quitando el velo a muchas cosas, y Hitgalut es una de ellas. Por supuesto, si andan por las redes seguirán encontrando gran confusión de interpretaciones, que se basan mayormente en las tradiciones de los hombres. Alguna provienen del judaísmo, otras del cristianismo, y tenemos también los híbridos que el mesianismo ha estado levantado, pero siempre con base en las diferentes interpretaciones, sean preteristas, futuristas, literales, simbólicas, etc. La mayoría se centra en los primeros capítulos y poco o nada miran los últimos, que son la verdadera culminación. No saben ni entienden de la plenitud de Yahweh, pero sí de horrores y castigos, de manera que se concentran en esos aspectos y dejan de lado que aquí se habla del Cuerpo, la suma de las siete congregaciones, que es la Novia en las Bodas del Cordero.
Pero para algunos, este libro de las Escrituras se ha convertido verdaderamente en una revelación; no está cubierto sino revelado. Para la mayoría, Hitgalut es un libro de terror que cuenta cosas horribles y los llena de espanto. Ellos se estremecen de miedo delante de sus relatos, y eso sólo sucede PORQUE NO ESTÁN SEGUROS DE NADA. No han comprendido las profecías antiguas ni las de este libro, muchos no están seguros siquiera de su salvación (la prueba está en que cada vez que tropiezan creen que "han caído de la gracia" y perdido su salvación), y así, Hitgalut no es para ellos un libro de consuelo. Sin embargo, es un mensaje lleno de luz para los hijos. Particularmente en las últimas páginas de Hitgalut la luz es especialmente brillante. La luz brilla sobre estos dos puntos: los siete Rujot y las siete congregaciones. En pocas palabras, el resplandor de este libro reside en el Ruaj y las congregaciones. En los capítulos 2 y 3, siete veces seguidas, dice que el que tiene oído debe oír lo que el Ruaj dice a las congregaciones (sin embargo, es el propio Yahshua el que habla). Luego, al final del capítulo 22, dice que el Ruaj y la Novia dicen: "¡Ven!". Al principio, el Ruaj es el Ruaj y las siete congregaciones son las siete congregaciones. Pero al final, el Ruaj y la Novia son uno. Y el Ruaj es el Novio.
Los siete Rujot que están delante del trono de Elohim son el Ruaj de Yahshua que ha también pasado por el proceso completo de Su Obra. Es también el Ruaj de Yahweh. Ahora tenemos que preguntarnos si el Ruaj de Elohim es uno o siete. A nosotros estas cosas nos confunden, porque pensamos en términos materiales y concretos, pero no es así con las cosas del plano espiritual. La cantidad, espiritualmente hablando, no implica que haya más individualidades, sino que hay más crecimiento de una misma cosa. Para nosotros, padres e hijos son entidades separadas, pero en verdad, ni siquiera en nuestro plano material lo son: ambos comparten el mismo material genético, pero porque nosotros no lo "vemos", creemos que no existe una conexión. Los siete rujot son el Ruaj siete veces intensificado porque se ha "reproducido en crecimiento". Cuando el Ruaj de Elohim revoloteaba sobre las aguas, era simplemente el Ruaj de Yahweh, pero luego que vino el hombre, comenzó a interactuar con él para transformarlo en vaso. Esta tarea le ha llevado miles de años, pero en el comienzo de Hitgalut lo vemos convertido en un Ruaj siete veces intensificado, porque ahora no es sólo el Ruaj de algunos hombres, sino el Ruaj de las congregaciones que han nacido a partir de la nueva humanidad en Mashíaj. Esto muestra el crecimiento de la planta "humanidad" que fue sembrada por nuestro Adón ha sido pleno y perfecto (el 7 siempre implica plenitud y perfección) y también, por implicación, el crecimiento del Ruaj que se ocupa de ellas. Éste es el Ruaj siete veces intensificado.
Sin embargo, ¿cuál es el propósito de que esté intensificado? Muchos creyentes tratan de evitar el estudio del último libro de las Escrituras. Dicen que es muy difícil de entender, y que no debemos tratar de entenderlo. Pero si deseamos entender las Escrituras, ciertamente tenemos que entender su conclusión, la cual es la conclusión de toda la revelación divina. No podemos dejar de lado Hitgalut 1:4-7. Aunque esto es difícil de comprender, debemos encontrar el significado. No es lógico saltarnos estos pasukim usando el pretexto de que somos demasiado limitados para entenderlos.
Sin duda, los siete Rujot son el Ruaj de Elohim:
Del trono salen relámpagos y truenos y voces. Y delante del trono arden siete antorchas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Elohim. Hitgalut 4:5
Así como siete es el número que representa el completamiento en la operación de Elohim, así también los siete Rujot son esa perfección para el mover de Elohim en toda la tierra. En sustancia y existencia el Ruaj de Elohim es uno; en la función y obra intensificada de la operación de Elohim, el Ruaj de Elohim es séptuplo, porque, una vez más, el número 7 implica perfección. Es como la menorah en ZejarYah 4:2. En cuanto a su existencia, es un sólo candelero, pero con respecto a su función son siete lámparas. En Hitgalut, los siete espíritus son también las siete estrellas en la mano de Yahshua:
En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha, y de los siete candeleros de oro: Las siete estrellas son los malajim de las siete congregaciones, y los siete candeleros son las siete congregaciones. Hitgalut 1:20
En ZejarYah había una menorah, en Hitgalut vemos siete, porque el proceso ha avanzado mucho, y es representativo de la "reproducción y crecimiento" de Yahshua como el primogénito de la nueva creación, el grano de trigo que cayó por tierra y dio mucho fruto. Los siete candelabros simbolizan esos frutos. No se trata de que haya siete separados, los siete son uno, están unidos, como únicamente en el plano espiritual pueden darse estas cosas. No encaremos las cosas espirituales con nuestra mente carnal:
Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del espíritu de Elohim, porque para él son locura; y no las puede comprender, porque hay que discernirlas espiritualmente. Qorintiyim Alef 2:14
Si las analizamos con nuestra mente carnal, simplemente concluiremos que no existen porque no conseguimos comprenderlas. Ésta es la soberbia de la medida de la ignorancia humana, que cree tener la capacidad de determinar la existencia de las cosas con su limitada percepción y comprensión.
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