¿Qué Es La Comunión De Vida?
Y la vida se manifestó, y la hemos visto; y les testificamos y anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó, lo que hemos visto y oído lo anunciamos también a ustedes, para que ustedes también tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Yahshúa el Mashíaj. Yahanan Alef 1:2-3
¿De dónde proviene
la comunión de vida? ¿Qué la provoca? ¿De qué deriva? En Yahanan Alef se nos
muestra que el apóstol nos predicó "la vida eterna" para que
tuviéramos "comunión". La vida eterna es la vida de Elohim, y la vida
de Elohim, al entrar en nosotros, nos capacita para tener comunión. Esta
comunión proviene de la vida de Elohim, y por lo tanto, es la comunión de vida.
Entonces, la comunión de vida proviene de la vida misma de Elohim; sin la vida
de Elohim no hay comunión. Esa vida procede de Él, llega a nosotros a través
del Ruaj y nos conduce a la comunión con los hermanos. Esta no es cualquier
comunión, es una comunión de vida.
La vida de Elohim
permanece en el Ruaj de Mashíaj y mediante el Ruaj Su vida entra en nosotros y
vive en nosotros. Por lo tanto, la comunión que nos trae la vida de Elohim
viene por medio del Ruaj haKodesh, aunque procede de la vida de Elohim. Por eso,
las Escrituras también llaman a esta comunión "la comunión del Ruaj
haKodesh" (Qorintiyim Bet 13:14). Sólo cuando vivimos en el Ruaj haKodesh
y andamos ocupándonos del Ruaj haKodesh, podemos disfrutar la comunión de la
vida de Elohim de una manera práctica.
Antes de definir
la comunión de vida, debemos dejar en claro una cosa. Originalmente la vida de Elohim
estaba en Elohim, y luego entró en nosotros los que le pertenecemos a Él. Entonces,
esta vida de Elohim que entró en nosotros, ¿es una parte o un todo?
Nuestra
conclusión final es ésta: no es ni parcial ni total, sino que está
permanentemente fluyendo. Ninguno de nosotros puede tener la plenitud del
Padre, como Mashíaj, sino que, al estar injertados en Él, la Vid Verdadera, esa
vida "fluye" como la savia.
Tomemos como
ejemplo la electricidad en un foco. La electricidad que sale de la central
eléctrica, ¿es una parte o es el todo? La respuesta es que no es ni parte ni
todo, porque la misma electricidad que está en la central eléctrica también
está en estos focos. ¿Qué parte está en cada lugar? Si la electricidad no
fluye, no "corre", no hay electricidad. Es una corriente eléctrica
que fluye continuamente. Una vez cortada la corriente, los focos dejarán de alumbrar.
Consideremos otro
ejemplo: la sangre en mi mano. ¿Es sangre local o es la sangre de todo el
cuerpo? Si fuera sangre local, entonces no tendría comunicación; y si fuera la
sangre total, tampoco tendría comunicación. Pero en realidad es la sangre de la
circulación, la sangre que fluye. Es la sangre de todo el cuerpo, que circula
continuamente y fluye sin cesar. Es un todo y a la vez una parte; y es una
parte así como un todo.
Pasa lo mismo con
la vida de Elohim dentro de nosotros. Salió de Elohim y entró en miles de
santos, incluso en nosotros. Esta vida que fluye proviene de Elohim; pasa a
través de Elohim, y también pasa por miles de santos, incluso por nosotros. De
esta manera, nos pone en comunión con Elohim y con miles de kadoshim.
Igualmente, la
comunión de vida en nosotros también está en el fluir de la vida dentro de
nosotros. La vida de Elohim dentro de nosotros trae consigo un fluir de vida, y
así tenemos la comunión de vida. Esta comunión de vida nos capacita para estar en
contacto con Elohim y también con los santos. Por lo tanto, el significado de
la comunión de vida es el fluir de vida. Este fluir de vida no está separado de
la vida; más bien, es la comunión del fluir de la vida misma. Esta comunión del
fluir de vida requiere que continuamente andemos y vivamos al seguirla y
dejarnos llevar por ella. Cada vez que no la seguimos o no nos rendimos a ella,
la comunión deja de fluir. Si la interrumpimos, nos hemos cortado a nosotros
mismos, y también hemos causado pérdida a los demás. Así, la comunión entre
nosotros y Elohim es cortada, y la comunión entre nosotros y los santos se acaba.
Perseverar En La Enseñanza De Los Apóstoles
Así que los que aceptaron su mensaje se sumergieron; y se agregaron en ese mismo día como tres mil personas. Y continuaban perseverando en la enseñanza de los apóstoles, en el compartir unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. MaAseh 2:41-42
Así que los que
recibieron su palabra fueron bautizados. Y perseveraban en la enseñanza y en la
comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y en las oraciones.
...y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Yahshúa el Mashíaj... Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Yahshúa nos limpia de todo pecado. Yahanan Alef 1:3,7
La comunión que
tenemos por el hecho de que la vida eterna de Elohim haya entrado en nosotros
tiene dos aspectos. Por un lado, tenemos comunión con los "apóstoles"
(los hermanos "más avanzados", pero al msmo tiempo, las doctrinas de los apóstoles, y no doctrinas de otros) y con la congregación, la cual los apóstoles
representan:
Y en la comunidad Elohim ha nombrado en primer lugar apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros; después los que hacen milagros, después los dones de sanidades, los que ayudan, los que administran, los que tienen diversidad de idiomas. Qorintiyim Alef 12:28
Es decir, tenemos
comunión con todos los que poseen la vida de Elohim. Por otro lado, tenemos
comunión con Elohim y con el Adón. El aspecto de nuestra comunión con todos los
que tienen la vida de Elohim se llama "la comunión de los apóstoles".
Esto no es una doctrina, es un simple hecho práctico. Todos los que han creído
en el Adón y tienen la vida de Elohim, participan en esta comunión. La vida del
Adón es anunciada por los apóstoles a los que creen en el Adón, para que éstos
lleguen a ser la congregación, el Cuerpo de Mashíaj; y los apóstoles son los
representantes de la congregación, la cual es producida por medio de la vida
del Adón. Por lo tanto, la comunión de vida en la congregación se llama la
comunión de los apóstoles. Y este no es un título para andar reivindicando,
sino que se trata mucho más de una posición en cuanto a una función ejercida
dentro del Cuerpo, una función que es determinada por Elohim mismo, como
acabamos de leer.
Cuando tenemos
comunión con los apóstoles, tenemos comunión con la congregación.
El otro aspecto
de nuestra comunión en la vida del Adón es nuestra comunión con el Padre y con
Su Hijo, el Adón Yahshua ha Mashiaj.
La vida a la cual
esta comunión de vida pertenece es la vida de Elohim. Esta vida es también el
Hijo de Elohim, el Adón Yahshua mismo.
Por lo tanto, esta
comunión de vida nos hace tener comunión no sólo con los que conjuntamente
poseen la vida de Elohim, sino también con Elohim y con el Adón Yahshua. En
esta comunión de vida, hay una comunión y un fluir mutuos entre nosotros,
Elohim y el Adón Yahshua, así como entre nosotros y todos los creyentes. Todos
éstos participan conjuntamente de Elohim y en la congregación, la cual es Su
organismo, participando así mutuamente el uno en el otro.
La comunión de la
vida es el fluir de la vida divina en nosotros (Yahanan Alef 1:2-3; 6-7). Podemos
demostrar esto usando dos ejemplos.
Primero, la
circulación de la sangre muestra muy bien lo que es el fluir de la vida divina.
Nuestra sangre fluye o circula por nuestro cuerpo constantemente, lo cual
ofrece un buen cuadro de lo que es la comunión espiritual de la vida divina. Otro
ejemplo que podemos usar es el de la corriente eléctrica. La corriente
eléctrica es la circulación de la electricidad. Del mismo modo, la comunión de
la vida divina es la circulación, el fluir, de la vida divina en nosotros. Sabemos
que la circulación requiere de los vasos sanguíneos, y la electricidad de los
cables. Así nosotros somos como vasos y como cables por los que fluye la vida
divina.
El fluir de la
vida divina en nosotros es en primer lugar vertical; es decir, entre el Padre, el
Hijo y nosotros (pasukim 6, 3). El fluir de la vida divina, la comunión de vida,
también se produce horizontalmente, o sea, entre nosotros (pasuk 7). El aspecto
horizontal depende del aspecto vertical. En Yahanan Alef 1 dice que primero tenemos
comunión con el Padre y con el Hijo; y luego tenemos comunión unos con otros. Si
no tenemos la debida comunión vertical, con el Padre y con el Hijo; entonces no
podremos tener comunión a nivel horizontal, unos con otros. La comunión entre
nosotros horizontalmente depende de la comunión que tengamos con el Padre y con
el Hijo.
Esta comunión
vertical y horizontal es como la elaboración de un tejido. En la comunión
horizontal y vertical, tenemos la mezcla de Elohim con todos los santos. De
hecho, la verdadera comunión es la mezcla de Elohim con todos los santos
redimidos. Esa es la "urdimbre" del telar, sobre la cual luego se
entrelazarán los hilos horizontales. En otras palabras, la comunión llega a su
consumación en la unidad que tiene Elohim con el Cuerpo de Mashiaj. Esa
comunión es el fluir de la vida de Elohim en nosotros.
La gracia del Adón Yahshua ha Mashiaj, el amor de Elohim, y la comunión del Ruaj haKodesh sean con todos ustedes. Qorintiyim Bet 13:14
Esta comunión es "del Ruaj haKodesh". La vida
del Adón está en el Ruaj haKodesh. Esa vida viene a nosotros y está en nosotros
por medio del Ruaj. La comunión que tenemos en la vida del Adón se efectúa por
medio del Ruaj; por tanto, también es llamada la comunión del Ruaj haKodesh. Ya
sea que tengamos comunión con Elohim y con el Adón o con la congregación o alguno
de los santos, toda nuestra comunión se halla en el Ruaj haKodesh y se efectúa
por medio de Él. El resto de las actividades que podamos tener en lo natural,
son reuniones, no comunión. La comunión de vida, la cual está en el Ruaj
haKodesh y se efectúa por medio de Él, llega a ser nuestra experiencia de vida y
nuestra realidad espiritual únicamente cuando vivimos en el Ruaj haKodesh y lo seguimos,
cuando lo vivimos en nosotros y en el Cuerpo.
El Ruaj haKodesh
opera en nosotros y logra, e incluso nos exige y obliga, que tengamos comunión
con el Adón y con los santos en Su vida. Si nosotros seguimos al Ruaj y ponemos
nuestra mente en Él, entonces Él nos guiará a vivir en la comunión de la vida
del Adón.
Si participamos
del amor de Elohim, de la gracia de Mashiaj y de la comunión del Ruaj haKodesh,
disfrutaremos la Gracia en plenitud. En Qorintiyim Bet 13:14 vemos que Elohim no
se manifiesta a nosotros para un estudio doctrinal de teología, sino para que lo
experimentemos y disfrutemos. El amor de Elohim el Padre es la fuente, y la
gracia de Mashiaj, el Hijo, es el cauce del amor de Elohim, que recibimos a
través de Su Ruaj, el Ruaj de Mashíaj, el Ruaj vivificante. Cuando el amor
surge, se convierte en gracia. Luego, la comunión del Ruaj haKodesh transmite, comunica,
la gracia de Mashiaj junto con el amor de Elohim el Padre. El amor es Elohim el
Padre; la gracia, como el desborde del amor, es Mashiaj el Hijo; y la comunión se
realiza por la transmisión del Ruaj haKodesh, que transmite al Hijo como la
gracia y al Padre como el amor.
Dentro de
nosotros existen dos circulaciones. Una circulación es la circulación de la
sangre dentro de nuestro cuerpo físico; y la otra, es la circulación del Ruaj
en nuestro ruaj. Si carecemos de una de estas dos circulaciones moriríamos
física o espiritualmente. En Qorintiyim Bet 13:14 se nos presenta una
descripción detallada de esta circulación interior y espiritual. Esta
circulación es la suministración que recibimos en nuestra vida creyente y en nuestra
vida de congregación. Esto es semejante a la corriente eléctrica que suministra
electricidad a toda una ciudad. Todas las grandes ciudades de esta tierra
dependen de la electricidad. Necesitamos ver que toda la vida de congregación depende
de que el amor del Padre, la gracia del Hijo y la comunión del Ruaj haKodesh
fluyan como corriente en nuestro ruaj.
Por tanto, si hay alguna consolación en el Mashíaj; si hay algún consuelo en el amor; si hay alguna comunión en el ruaj; si hay algún afecto profundo y alguna compasión... Filipiyim 2:1
La comunión de
vida se halla en nuestro ruaj. Esto se debe a que el fluir de la vida divina no
se halla en nuestra alma, nuestra vida natural. Éste se halla en nuestro ruaj.
Debemos destacar
con firmeza y claridad que si nuestra relación con los demás hermanos no se da
en el ruaj, se convierte en una simple actividad social. Al tener contacto con
los demás, debe ser en el ruaj. Entonces eso viene a ser la comunión. Así
podemos ser el Cuerpo. De lo contrario, apenas si llegamos a ser un club.
La comunión de
vida la lleva a cabo el Ruaj de Elohim en nuestro ruaj. Aunque nuestra mente
pueda comprenderla, la comunión no se encuentra en nuestra mente. Tal vez
nuestras emociones se exalten y gocen, pero la comunión de vida tampoco está en
nuestra parte emotiva. Sólo se da en nuestro ruaj. Por lo tanto, si somos
independientes de nuestro ruaj o estamos fuera de éste, en el acto, cualquier
contacto que tengamos con los demás no pasa de ser una reunión social y no es
la comunión de vida. La comunión de vida sólo se produce en nuestro ruaj.
La Comunión Es Estar Injertados
Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste produce mucho fruto. Pero separados de mí, nada pueden hacer. Yahanan 15:5
Después me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluye del trono de Elohim y del Cordero. En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. Hitgalut 22:1-2
Si la comunión de
vida no tuviera función, carecería de sentido.
La función de la
comunión de vida es suministrarnos todas las riquezas de la vida divina. Cuanto
más fluye en nosotros la vida divina, más provisión de vida nos trae. Una buena
descripción de esto se ve en el fluir del río de agua de vida que corre en la
Nueva Yahrushalayim. En ese río se encuentra el árbol de la vida. El árbol de
la vida representa la provisión que trae consigo el río de agua de vida, el
cual es la comunión de vida. Este es el objetivo final, y siempre fue el mismo
desde la creación de Adam.
Por lo tanto, el
árbol de la vida fluye a la par del río, y eso expresa la función que tiene el
fluir del río de agua de vida. Esa función consiste en suministrarnos las
riquezas de la vida divina.
Yahanan 15:4-5
dice que nosotros permanecemos en la vid y que la vid permanece en nosotros.
Esta permanencia nos suministra la savia vital de la vid. Sabemos esto porque
si permanecemos en la vid, el resultado es que llevamos fruto. Llevar fruto
demuestra que al permanecer en la vid, recibimos la rica vida de la vid y esa
vida produce más vida, fruto que lleva su semilla. La comunión de vida actúa de
esta manera única: nos suministra las riquezas de la vida de Mashiaj.
Nosotros somos Sus ramas, pero no éramos ramas
naturales. De acuerdo a los hechos y a la revelación de las Escrituras,
nosotros no somos Sus ramas naturales, es decir, no lo somos por nuestro
nacimiento natural. Más bien, nosotros éramos ramas de un árbol silvestre:
Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y a ti, siendo olivo silvestre, te han injertado entre ellas y te han hecho copartícipe de la raíz... Romaniyim 11:17
Es por medio de la redención y la regeneración que
nosotros, las ramas silvestres y pecaminosas, fuimos injertados en Él.
Esta vid es cultivada por Elohim Padre. Él es el
labrador y Él es quien plantó esta vid y cuida de la misma:
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Yahanan 15:1
Por tanto, aquí vemos dos entidades distintas: la vid
cultivada y las ramas que anteriormente eran ramas silvestres. ¿Qué sucede
cuando se unen ambas entidades? Por medio de la vida que ahora corre en ellas,
estas dos entidades se convierten en una sola. Ésta no es una vida sin
movimiento, sino que ella fluye, crece y se desarrolla. Cuando la vida dentro
de nosotros se mueve, esto es comunión.
Pero cuidado, porque la vida está únicamente en la
vid, no en las ramas, y si nos apartamos, dejamos de absorber esa vida:
No presumas, y ten cuidado: porque si Elohim no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Romaniyim 11:20-21
Toda rama mía que no está produciendo fruto, él la quita; y toda rama que está produciendo fruto, la limpia para que dé más fruto... Si alguien no permanece en mí, lo echan fuera, y se seca, como las ramas, que las recogen y las echan en el fuego, y las queman. Yahanan 15:2,6
Vivir a Mashiaj por medio de la comunión no es
meramente prestar atención a Su voz y obedecer Sus palabras. No debemos tener
este pensamiento en este asunto de la comunión. La comunión no es cuestión de
escuchar Su voz ni obedecer Sus palabras. Podríamos valernos de tales
expresiones, pero ellas serían maneras imprecisas de describir la comunión que
existe entre nosotros y Mashiaj. En realidad, en esta comunión, no se pronuncia
palabra alguna, porque las palabras no son necesarias. NOSOTROS QUE ÉRAMOS DOS,
AHORA SOMOS UNO, porque la vida que corre dentro de nosotros nos ha conducido a
esa unidad. Una vez efectuado el injerto, el árbol y la rama ya no están
separados; sino que, en virtud de la vida interna que opera en ellos, han sido
hechos uno. El que se une al Adón, es un sólo ruaj con Él (Qorintiyim Alef
6:17).
En términos de nuestra existencia humana, no hay
relación más íntima que la relación matrimonial. Sin embargo, nuestra relación
con el Adón Yahshua es más profunda e íntima aun que la relación más estrecha
que pudiera existir entre un marido y su mujer. Es en verdad SER UNA SOLA
CARNE. Una pareja todavía necesita conversar sobre ciertos asuntos a fin de
tomar decisiones al respecto debido a que todavía son dos personas separadas
entre sí. Sin embargo, el Adón Yahshua vive dentro de nosotros y hemos sido
hechos uno con Él. La vida que compartimos nos ha hecho uno. Hemos llegado a
ser un sólo ruaj con Él. Ahora bien, este "ser una sola carne" no es
entre cada uno de nosotros y Él, sino entre Él y su Novia, la congregación como
un todo. Es cierto que esa congregación está conformada por individuos
creyentes, los cuales todos se han mezclado (o están siendo mezclados) con Él,
PERO LAS BODAS SON CON LA NOVIA.
La comunión es el mover de la vida dentro de nosotros
que hace que estas dos entidades sean una sola. Las ramas y la vid ya no pueden
ser dos entidades distintas. Por medio del fluir, el crecimiento y el
desarrollo de la vida interior, estas dos entidades, que antes estaban
separadas, han llegado a ser una sola. Cuando yo crezco, Mashiaj también crece.
Esto no quiere decir que yo tengo mi crecimiento y Él tiene el Suyo, sino que
Él crece cuando yo crezco, y mi crecimiento es el Suyo. Esto puede sonarles tan
incomprensible como cuando Mashíaj dijo "El Padre y yo somos uno",
porque así es con nosotros y Él, porque el Padre siempre lo escucha, y
ciertamente le dio su pedido:
"...que todos sean uno, así como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros..." Yahanan 17:21
La relación entre esposo y esposa no es tan estrecha.
En esa relación, todavía son dos las personas involucradas. Es posible que una
de ellas quiera ir a cierto lugar, mientras que la otra prefiera quedarse en
casa. Aun si estas personas van juntas, o ambas se quedan en casa, todavía son
dos personas las que actúan así. Es posible que ellas hagan algo juntas, no
obstante, todavía son dos.
En el caso de la vid y sus ramas, no tenemos una
pareja, sino una sola entidad. ¿Acaso la vid le dice al rama que preste
atención a su voz? ¿O que obedezca a lo que ella le dice? ¿O que crezca junto a
ella? ¡Cuán necio sería esto! porque no hay necesidad de palabras, ni tampoco
necesidad de prestar atención.
Aparentemente, el B'rit Hadashá nos enseña que debemos imitar a Mashiaj.
También se nos ha enseñado que tenemos que mejorar nuestro comportamiento en
conformidad con el modelo que Mashiaj nos dejó. Mashiaj es nuestro ejemplo y
nosotros tenemos que seguir Sus pisadas. Pero en realidad, el B'rit Hadashá
enseña que tenemos que vivir a Mashiaj mediante Su comunión en vida. No se
trata, entonces, de que nos esforcemos por mejorar
nuestro comportamiento, sino más bien, que lo vivamos a Él por medio de la comunión
interna que proviene de esta vida que se mueve. Cuando esta vida se mueve en
nuestro ser, cuando esta vida se mueve dentro de nosotros, se produce una
corriente; nosotros tenemos que vivir a Mashiaj en virtud de esta corriente, la
cual es la comunión. ¡Qué diferente es esto de simplemente imitar a Mashiaj!
La vida resulta en comunión. La comunión nos lleva a
mezclarnos. ¡Nos mezclamos con Elohim!
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