20 de enero de 2021

CLE03-37 - La Alimentación Y La Constitución Humana 02 - Pureza Y Santidad


Tumáh Y Taharáh

 

No hay nada de mayor importancia en el estilo de vida que Yahweh haya ordenado para Yisrael que la pureza (TAHARÁH) y la santidad (KEDUSHÁ). Y el resumen del porqué de esto, lo encontramos aquí:

 

Porque yo Yahweh soy el que los sacó a ustedes de la tierra de Mitsráyim para ser su Elohim: ustedes serán santos porque yo soy santo. Vayikra 11:45

 

La Torah nos llama a un estilo de vida santo y puro, según es definido por Elohim, para el pueblo de Yisrael. Todas estas leyes y mandamientos y rituales y sacrificios no eran para un "pueblo especial". Ese pueblo no tenía en sí mismo nada de especial FUERA DEL HECHO DE QUE YAHWEH LOS HABÍA SEPARADO (incluso los había "levantado" de semilla). La única cosa especial del pueblo de Yisrael era que Yahweh los había escogido PARA QUE FUERAN LA PLANTA QUE PREPARARÍA CUERPO A SU HIJO. Entendamos este punto, no hubo nada en ellos que los hiciera diferentes de los demás, como lo hubo en el caso de Avraham, que fue llamado individualmente por causa de Él mismo, como el propio Yahweh dice:

 

Ahora bien, Yahweh había dicho... Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Yahweh, haciendo justicia y juicio... Bereshit 18:17,19

 

Sin embargo, los que salieron de Egipto no sólo fueron una multitud mixta, sino que demostraron su interior una y otra vez a lo largo de la historia, siendo más numerosas sus rebeliones que sus obediencias. El punto que quiero resaltar es que LA SANTIDAD NO ESTÁ EN EL OBJETO SINO EN QUIEN LO SANTIFICA. Por eso, y aunque ciertamente era necesario elegir una nación para poder poner en marcha el Plan de Yahweh, nada sino Él mismo hace "especial" a nadie. Pero veamos bien, ESTO ES MUY BUENO, y Él así lo ha decidido, porque de esta forma:

 

 

¿Qué concluimos entonces? Que Yisrael no consiguió lo que buscaba, pero los elegidos sí lo consiguieron; y los demás fueron endurecidos...

Entonces pregunto: ¿Acaso su tropiezo los hizo caer? ¡De ninguna manera! Al contrario, con la transgresión de ellos ha venido la salvación a los gentiles, para provocarlos a celos. Y si su transgresión ha resultado en ganancia para el mundo, y su fracaso en ganancia para los gentiles, ¡cuánto más será la plena restauración de ellos!

Porque si el excluirlos a ellos ha resultado en reconciliación para el mundo, ¿en qué resultará su readmisión, sino en vida de entre los muertos?

Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y a ti, siendo olivo silvestre, te han injertado entre ellas y te han hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo, no te jactes contra las demás ramas. Y si te jactas en contra de ellas, no eres tú quien sustentas a la raíz, sino la raíz a ti. Entonces dirás: "A las ramas las desgajaron para injertarme a mí". Está bien; por su incredulidad las desgajaron. Pero tú por tu fe estás firme. No te engrías, y ten cuidado: porque si Elohim no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Considera, pues, la bondad y la severidad de Elohim: la severidad para con los que cayeron; pero la bondad para contigo, si permaneces en su bondad. De otra manera, a ti también te cortarán. Y a ellos a su vez, si no permanecen en incredulidad, los injertarán; porque Yahweh es poderoso para injertarlos de nuevo. Pues si a ti te cortaron del olivo silvestre y contra la naturaleza te injertaron en el buen olivo, ¡cuánto más a éstos, que son las ramas naturales, los injertarán en su propio olivo! Hermanos, para que no sean sabios en su propio concepto, no quiero que ignoren este misterio: que el endurecimiento que le ha ocurrido a Yisrael es parcial, hasta que haya entrado el número pleno de gentiles...

De igual manera, ustedes en otro tiempo eran desobedientes a Elohim, pero ahora han alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos. Asimismo, ellos han sido desobedientes en este tiempo, para que por la misericordia concedida a ustedes, también a ellos se les conceda ahora misericordia. Porque Elohim los encerró a todos bajo desobediencia, para tener misericordia de todos.

Porque él es el origen, el medio, y la meta de todas las cosas. ¡A él sea la gloria por los siglos! Amén.

Romaniyim 11:7, 11-12, 15, 17-25, 30-32, 36

 

Entonces, como podemos ver, no hay nada de especial en nadie, A MENOS QUE NOS MANTENGAMOS UNIDOS A ÉL. Sin conexión, no hay Vida, como vimos, y tampoco hay kedushá. El problema es que la mayoría insiste en que SÍ OBEDECEN cuando están abierta y declaradamente haciendo las cosas A SU MANERA. Y cuando hacemos las cosas a nuestra manera, Yahweh SE RETIRA. Por lo tanto, ya no hay santidad.

 

Todos éramos impuros y comunes, pero por Su gracia recibimos a Mashíaj y la garantía del Ruaj, que es el propio Mashíaj en nuestro interior. YAHWEH, A TRAVÉS DEL RUAJ DE YAHSHUA, SE COLOCÓ DENTRO DE NOSOTROS. Eso es lo que nos hizo santos y separados, no cualquier cosa que hagamos, cómo nos vestimos, y ni siquiera una obediencia activa que busca "hacer cosas". Es simplemente la obediencia de PERMANECER EN ÉL. Si nos desviamos un poquito a derecha o a izquierda, nos "salimos" de Él, y ya no somos separados. Si nos alejamos mucho, nos desconectamos en serio y además, dejamos de recibir la Vida.

 

Por ejemplo, los extranjeros eran ciertamente permitidos a unirse a Yisrael (aunque los judíos terminaron por encerrarse enfermizamente en su "linaje de sangre"). Y un extranjero que oficialmente se unía a Yisrael era considerado un yisraelita. Yahweh no creó dos clases de yisraelitas: los de nacimiento natural y los adoptados. Todos eran considerados iguales ante Sus ojos, y debían operar bajo los mismos pactos y sistemas de justicia; y este principio aplica directamente a nuestra condición, como incrédulos, y nuestra relación con Yisrael en los tiempos del B'rit Hadashá. Por lo que ya me he dirigido a la relación de un creyente con Yisrael en más de una ocasión, e indudablemente lo volveré hacer, COMO HABIENDO SIDO INJERTADOS EN LA PLANTA. Y veamos las cosas, LA PLANTA ES EL CUERPO DE MASHÍAJ, porque Él es la Cabeza del Cuerpo y la raíz de la planta. No somos injertados en Yahshua sino en Su Cuerpo. Esto deben verlo todos los que andan sueltos por su cuenta. Yahweh levantó una nación, no individuos aislados, y Yahshua levanta un Cuerpo, no miembros separados. Cada uno recibe a Mashíaj en su interior PARA A TRAVÉS DE ESA SEMILLA PODER SER INJERTADOS EN LA PLANTA, EL CUERPO. Este pueblo no se delimita por el tiempo ni el espacio, y ciertamente no por sangre, sino por un linaje espiritual, y los cristianos deben entender de una buena vez que LOS JUDÍOS NO SON YISRAEL, que Yahudá es sólo una de las 12 tribus, y que para pertenecer al pueblo y a la planta HAY QUE CUMPLIR SUS REQUISITOS, ASÍ CAMBIEN CON LOS TIEMPOS: y el requisito para pertenecer a la planta cuya raíz es Yahshua es, evidentemente, CREER EN ÉL. Los incrédulos no están injertados, y los judíos siguen cortados, por lo que está tan equivocado que los mesiánicos se aferren a ellos como "modelo" como los cristianos al creer que ellos LOS HAN REEMPLAZADO en la planta. No hay reemplazo. En su momento, Yahshua cumplirá sus promesas y "todo Yisrael será salvo".

 

Entonces ahora YA NO HAY JUDÍO NI INCRÉDULO: HAY YISRAELITAS, HAY HIJOS, HAY CUERPO, HAY EJAD. O al menos DEBE HABER. Así fue creado el hombre, y no tenemos que pensar que nuestra actual condición caída es algo NORMAL Y ACEPTABLE. Hemos sido salvados para retomar la conexión perdida Y SER RESTAURADOS, no para seguir en las viejas costumbres sino para volver al punto anterior a la caída. Parece mentira que el egoísmo humano insista en querer mantener las cosas dentro del estatus "caído".

 

 

Con todas estas cosas que hemos estado hablando, podemos entender que el "alimento" espiritual no es comida ni bebida, sino OBEDIENCIA Y CONEXIÓN. No se trata de comer como lo hacemos en nuestro plano físico sino de CONECTARNOS Y MANTENERNOS CONECTADOS DONDE ÉL DICE, HACIENDO LO QUE ÉL MANDA. Es más una posición, desde la cual la hojita que somos puede recibir la salvia que circula por la planta. Es un hecho biológico que si la hojita es arrancada MUERE POR FALTA DE CONEXIÓN. Lo mismo pasa con nosotros. De manera que esto aplica no sólo a las leyes dietéticas, SINO A TODAS LAS COSAS QUE ÉL NOS PIDE.

 

Entonces, ya que hemos comprendido este punto, queda fuera de cuestión si debemos o no comer kosher. En cuanto a las discusiones a respecto de si el comer kosher fue abolido por Yahshua o si todavía está en efecto, las estudiaremos más a fondo en un post separado, merecen eso. En cuanto al punto de las exageraciones del judaísmo, es bien cierto que el judaísmo ha llevado el asunto más allá de las regulaciones de las Escrituras y lo han hecho un culto a la comida. Pero estas leyes que vamos a estudiar en Vayikra 11 son tan importantes que las mismas son repetidas en Devarim 14, aunque con un énfasis un poco diferente. Nosotros vamos hablar mucho sobre pureza, puro, y santidad, por lo que vale la pena tener un repaso de lo que esos conceptos, tomados juntos, parecen significar en un sentido bíblico. Yo digo sentido bíblico, porque lo que yo voy a explicar NO refleja el judaísmo moderno o las doctrinas basadas en el cristianismo. Los eruditos judíos y rabinos han expandido las leyes dietéticas a tal complejidad que a veces es difícil darse cuenta que las leyes de Elohim acerca de la comida eran pocas y básicas. Lo que voy a explicar refleja las mismas desde el punto de vista de las Escrituras, no la tradición ni las costumbres.

 

Por otra parte, quiero resaltar que, aunque hablamos de pureza y santidad, NO NOS SANTIFICAMOS POR COMER O NO CIERTAS COSAS, sino por la conexión que tenemos con la Cabeza. Él nos santifica, no los alimentos, PERO SI TENEMOS LA MENTE DE MASHÍAJ NO COMEREMOS LO QUE NO ESTÁ PERMITIDO. Dicho sea de paso, si tenemos la mente de Mashíaj tampoco pecaremos, ni desearemos las cosas del mundo, ni tendremos preguntas ni opiniones ni argumentos... Si tenemos la mente de Mashíaj PENSAMOS COMO ÉL PIENSA, y transgredir la ley, por menor que parezca, no es una opción.

 

Por lo tanto, a cualquiera que quebrante el más pequeño de estos mandamientos y así lo enseñe a la gente, se le considerará el más pequeño en el reino del Cielo. Pero a cualquiera que los cumpla y los enseñe, a éste lo considerarán grande en el reino del Cielo. MattiYah 5:19

 

Vean bien que esta transgresión NO IMPEDIRÁ ENTRAR EN EL REINO, como otras que sí.

 

 

 

 

Taméh Y Tahor

 

Para entender las leyes dietéticas DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS ESCRITURAS, debemos entender que Elohim puso la dieta directamente en el centro de la santidad y la pureza como Él las define.

 

"Santo", kadosh, es lo opuesto de lo "común"; al igual que "puro", tahor, es lo opuesto de lo impuro. "Común" quiere decir justo lo que se indica: no tiene valor ni posición especial. El mismo es normal y habitual, no es separado; y el término aplica al grupo más grande, para establecer siempre que lo "común" es la norma de la mayoría. Entonces, "común" quiere decir que hay más de eso que de su opuesto o de su excepción. Pero "santo" tiene una posición más alta y lleva consigo un valor mayor. "Santo" quiere decir algo que es separado, y en contexto con el mundo físico y bíblico, "santo" representa una minoría que es separada para el servicio de Elohim. Muy pocos y pocos apreciados son "santos"; casi todo es "común".

 

Por lo tanto, todo lo que es común NO es santo; una cosa no puede ser santa y común a la vez. Ni tampoco algo puede ser puro e impuro a la vez. Por ejemplo; Yahweh consideró a Yisrael santo (separado) y al resto del mundo como común. Yisrael no era de alguna manera común y de alguna manera santo. De hecho, NADA puede ser una combinación de santo y común. Esto no es una filosofía o un ideal; es un axioma fundamental que gobierna el Universo creado por Elohim. Todo en este mundo actual desde la caída de Adam y Javá COMIENZA como algo común; ustedes, yo, las plantas, los animales, la tierra, el agua, todo. En lo negativo nosotros podríamos decir que nada en este mundo que está en su estado natural es Santo. Ahora bien, ¿puede algo que comienza como común llegar a ser kadosh? ¡Gracias a Yahshua, SÍ! ¿Cómo es que algo que es común (como ustedes y yo) llega a ser kadosh? Esa cosa (nosotros) debemos ser santificados... o sea, el Creador del Universo debe declararnos santos. Una vez algo es santificado ya no es común, porque ahora es santo. Una cosa común no comienza con un poco de santidad y después se pone más y más santo con el tiempo con esfuerzo o mérito; las cosas (y las personas) o son santas o no lo son. Una vez que una cosa común es santificada y llega a ser santa, la misma deja su estado de ser común atrás.

 

Pensemos en este principio de la Torah por un segundo: como creyentes ustedes y yo somos llamados "santificados", ¿verdad? En el instante en que nosotros ponemos nuestra confianza en Yahshua somos declarados santificados, el Ruaj haKodesh entra en nosotros, por lo que nosotros mudamos de lo común y llegamos a ser santos. La manera de decirlo es que hemos dejado el viejo hombre y hemos llegado a ser una nueva persona en Mashiaj, lo cual es absolutamente correcto. Pero lo que muchos pierden de vista al hablar del viejo hombre y nuevo hombre es LA SANTIFICACIÓN. Al creer en Mashíaj HEMOS SIDO SANTIFICADOS, SEPARADOS. Ya no nos pertenecemos, ya no somos comunes, ya no podemos andar como queremos. Es muy importante que nosotros captemos eso, que una vez que Yahweh nos declara santos, YA NO SOMOS MÁS COMUNES, a pesar de como uno puede verse a sí mismo aún de la misma forma. Como creyentes, AHORA SOMOS 100% SANTOS ANTE SUS OJOS; los no-creyentes son 100% comunes.

 

Vamos a profundizar un poco más. Las cosas comunes pueden estar subdivididas en dos grupos separados y diferentes: lo puro y lo impuro. Y ahora escuchen bien: SÓLO COSAS PURAS COMUNES SON ELEGIBLES PARA SER SANTIFICADAS. Exacto, escucharon bien: sólo cosas comunes que también son puras pueden convertirse en algo santo. En Vayikra capítulos 11-16 nosotros vamos a encontrar una lista de Elohim que denota cosas puras comunes, y cosas impuras comunes. A pesar de lo que la doctrina de la congregación moderna pueda decir, LA REALIDAD ES QUE LAS BASES QUE DEFINEN LOS QUE ES PURO E IMPURO, SANTO Y COMÚN NO ESTÁN EN EL B'RIT HADASHÁ; PARA ESO NOSOTROS TENEMOS QUE VOLVER A LA TORAH.

 

Cosas puras pueden ser contaminadas por contacto con cosas impuras. Pero las cosas impuras no pueden ser purificadas por contacto con algo puro: por lo tanto, es una calle de una sola salida. Estas cosas ya las hemos estudiado acerca de la carne y el altar (ver CLE03-28 - Las Leyes De Las Ofrendas 01). Cuando algo puro se pone en contacto con algo impuro el resultado siempre es que ambas cosas ahora están impuras.

 

Nosotros tenemos una condición similar cuando tratamos con lo santo. El resultado de lo santo viniendo a ponerse en contacto con lo común es que la santidad se contamina. Nunca sucede que a las cosas comunes que tocan la santidad se les permita llegar a ser santas meramente por medio de ese contacto. Con eso dicho, ciertos incidentes del Tanaj muestran que si una cosa impura se acerca a algo kadosh, ES DESTRUIDO.

 

Yo sé que para los creyentes occidentales, los que venimos del cristianismo, esto es profundo y técnico de analizar, porque a nosotros nunca se nos han presentado estas realidades bíblicas (pero la realidad es que deberían habérsenos presentado inclusive antes de creer). Lo que estoy tratando de mostrarles usando meras palabras son algunos principios espirituales que Yahweh ha incorporado al Universo entero, los ha incrustado en él. Todo opera de acuerdo con estos principios; nada está exento, no hay excepciones. Si queremos entender (al menos remotamente) lo que la Salvación realmente ES y por qué es tan necesaria; si queremos entender CÓMO vivir de la manera que Elohim espera de nosotros... entonces ESTOS SON LOS PRINCIPIOS BÁSICOS QUE NOSOTROS TENEMOS QUE DIGERIR. Y para mi es triste decir que la mayoría de los creyentes no sólo NUNCA van a toparse con una explicación de estos principios en su vida, y que peor aún, aún si se toparan, LA MAYORÍA SE RETIRARÁ, como los yisraelitas al pie del monte Sinay. Pero cualquier niño judío de 6 o 7 años que ha ido a una típica escuela judía va a conocerlos de memoria, aun cuando ellos no comprendan completamente su significado. Y aquí entramos una vez más en recordar LA IMPORTANCIA DE LA UNIÓN DE LAS DOS CASAS.

 

Entonces, aun cuando todo en este mundo comienza como común, la mayoría de las cosas también comienzan como puras. "Puro" y "común" fue originalmente el estado del mundo, y se mantuvo así también después de la caída. Recordemos que el hombre no había sido santificado en su creación, porque él debía haber comido del Árbol de la Vida para serlo. El hombre y la creación toda fueron creados PUROS ("buenos", declaró Yahweh). Después de la caída, la degeneración comenzó a actuar tanto en el hombre como en la creación, y avanzó aceleradamente, aunque no por completo, pero vemos a Yahweh declarando que:

 

Yahweh vio cuán grande era la maldad del hombre sobre la tierra, y cómo todo plan ideado por su mente no era sino perverso todo el tiempo. Bereshit 6:5

 

Entonces, sobre la tierra había ahora dos principios: TUMÁH (impureza) y TAHAMAH (pureza). En medio de esos dos estaba lo común. Todo lo común en la creación fue creado puro, bueno. Pero todo lo común tiene ahora la posibilidad de ser jalado a uno u otro lado: hacerse puro o impuro. En el inicio, el punto central o "neutral" era lo común y puro. Así eran todas las cosas y seres.

 

Ahora bien, la regla es que a algo santo nunca se le permite estar en contacto con algo impuro. El resultado es que lo santo es temporalmente contaminado y la cosa impura es destruida por completo.

 

Por lo que debemos recordar esta regla para comprender todo lo que estuvimos hablando: común y puro es el estado natural y en el que comienzan la mayoría de las cosas, incluyendo la humanidad. Las cosas comunes y puras pueden ser elevadas a algo santo, o las cosas comunes y puras pueden ser degradadas a algo impuro.

 

Con esta regla básica de pureza, ahora podemos comenzar a ver por qué hay barreras puestas por Elohim entre Su Santo Ser y el hombre común. Adam y Javá eran únicos porque ellos fueron creados en un estado santo (que implica un paso más allá de "puro"), Y POR LO TANTO PODÍAN TENER CONTACTO ilimitado con el santo Yahweh. Pero después de rebelarse, ellos ya no eran santos; ellos ahora eran comunes. Como resultado ellos no podían tener contacto con SU presencia; por eso fue que el Adón tuvo que sacarlos del Huerto del Edén, Su lugar de morada terrenal. Era menos un asunto de castigo sobre Adam y Javá y más un asunto de protección de la santidad de Elohim y las vidas de Adam y Javá, como ya estudiamos antes, por lo que una barrera fue levantada entre el Adón y Sus dos creaciones humanas. Y ese es el mismo estado en que la humanidad actualmente se encuentra: en la parte de afuera, mirando hacia dentro. La Santidad de Elohim TIENE que ser protegida, pero lo principal es la seguridad al hombre. La santidad de Yahweh simplemente destruye todo lo impuro. No hay nada que pueda contaminarlo a Él, porque su propia santidad lo impide, eliminando todo aquello que no está perfectamente alineado con Él. De manera que era indispensable que Él protegiera a sus criaturas de la destrucción que Su presencia ahora podría causarles. Sólo algo santo puede estar en contacto con un Elohim santo. Nosotros nacemos puros y comunes (y nos vamos volviendo impuros a causa de nuestra raíz de pecado), pero Adam y Javá fueron creados puros y santos.

 

Ahora aquí encontramos una segunda regla que resulta bastante clara en la Torah y que estaba en efecto desde el primer día de la Creación; y la regla es que la ÚNICA manera en que algo común puede llegar a ser santo es por medio de la gracia de Elohim. La palabra que usamos para este proceso que va de lo común a lo santo es SANTIFICACIÓN, algo que, lamentablemente, muchos confunden con SALVACIÓN. Ellos tienden a ver el fin de la Salvación como el ser perdonados y purificados de los pecados. Pero, verdaderamente eso no es así. Como ya hemos esos muchas y muchas veces, la salvación es únicamente la puerta de entrada, que nos da acceso al largo camino de la santificación. El verdadero fin es ser declarado santo para que nosotros podamos estar en la presencia de la máxima santidad, volver a estar en plenitud delante de Él, como Adam y Javá fueron originalmente creados.

 

Entonces, la salvación es el medio de nosotros llegar a ser santos. Por lo tanto un hombre que nace común (lo cual son todos los hombres), y que permanece común toda su vida, y muere común, nunca llega a ser santo. Pero un hombre que nace común (nuevamente esto es para toda la humanidad), pero es declarado santo por Elohim por medio de la confianza en Yahshua, vive su vida en un estado santo, muere en un estado santo, y permanece en la presencia de la santidad por toda la eternidad.

 

La santidad y la pureza son asuntos fundamentales en el que todos los creyentes deben preocuparse todo el tiempo. Los hebreos de los tiempos bíblicos estaban obsesionados con asuntos de la pureza por una buena razón: su estatus de santidad podía ser perdido. Si ellos desobedecían uno de los mandamientos dados por Moshe, su santidad era puesta en un estado de suspensión (por decirlo así). La desobediencia a los mandamientos de la Torah los degradaba a un estado común, rebajándolos de su anterior estado de santidad. Momentáneamente dejaban de ser justos y necesitaban ser nuevamente justificados a través de los sacrificios pertinentes. Pero, peor aún, ellos podían cometer actos que los hacían IMPUROS. Permítanme decirlo otra vez: la desobediencia a la mayoría de los mandamientos de la Torah los llevaba a un estado temporal de ser común pero puro. Puro y común... aunque ya no santo. Pero había algunos actos que ellos podían cometer, como tocar un muerto por ejemplo, que no sólo los degradaba a un estado común, sino que también los volvía impuros. Impuros y comunes. Por lo que la primera cosa que una persona impura tenía que hacer era volver a ser pura nuevamente... ellos tenían que volver a estar o lo que nosotros podríamos llamar un estado neutral, el cual es común y puro, porque sólo lo puro y común puede alcanzar el estatus de santo (a través de ser santificado por Yahweh). Una cosa o persona impura no puede JAMÁS convertirse en santa. Este es el propósito de las leyes de los rituales de pureza, que vamos a estudiar en breve también. Recordemos que parte del proceso que debía realizar una persona impura para volver a estar ritualmente pura era bañarse en un Mikvah (un baño ritual).

 

Una vez una persona que era impura, por la razón que fuera, debía ser hecha pura nuevamente... sólo entonces podía ir al sistema de sacrificio y llevar a cabo el sacrificio apropiado para volver a obtener su estatus de justicia, de estar justificado. Por lo que la provisión del ritual de pureza era traer a la persona de un estado impuro de regreso a un estado puro, lo que le permitía ser nuevamente santificado, es decir, establecer el contacto con el Padre. El sistema de sacrificio estaba para traer a una persona de un estado puro (y común) DE REGRESO a un estado de santidad aceptable. El término usado para describir este proceso de volver a obtener el estatus de santidad que había sido suspendido es EXPIACIÓN. La expiación debía ser hecha en la forma de un sacrificio de un animal específico para así poder elevar a la persona que es común y pura de REGRESO a un estado de santidad. Yo continúo repitiendo de REGRESO a un estado de santidad porque una persona que nunca ha sido declarada santa (por Elohim) no puede hacerse a sí mismo santo sencillamente llevando a cabo los rituales de pureza y expiación.

 

Por lo que el típico hebreo estaba constantemente moviéndose en este elevador... arriba y debajo de la escala de santidad.

 

¿Acaso es de extrañarnos porqué Shaúl y otros judíos que observaban la Torah y que entendían y aceptaban lo que Mashiaj hizo por ellos estaban tan emocionados de explicarles eso a sus amigos judíos? Ya no había más sube y baja en la escalera de santidad. Ya no más presencia de Yahweh un día, y otro día no. El sacrificio de Elohim de expiación puso al creyente en un estado PERMANENTE de santidad... para nunca más ser común. ¡Y LA MAYORÍA DE LOS CREYENTES NO TIENEN ESTA PAZ! Porque la mayoría continúa en el mismo estado emocional de sube y baja... a pesar de que repiten como loritos "Yahshua quitó mis pecados" cada vez que quieren hacer lo que ellos quieren...

 

 

 

 

Vida Y Muerte

 

Como podemos entender de todo lo que vimos, no hay nada Tahor o Taméh en sí mismo o intrínsecamente, sino que estos estados de Taharáh o Tumáh son estados espirituales que sólo existen para los creyentes que han entrado en pacto con Yahweh. Esto sucede con los judíos, pero también con los creyentes a través del Nuevo Pacto, ya que Yahshua NO INVALIDÓ NINGÚN MANDAMIENTO, como dejó claro para los que tienen oídos para oír lo que el Ruaj dice (y no lo que la carne susurra):

 

"No piensen que yo vine para anular la Torah o los Profetas. No he venido a anular, sino a cumplir. En verdad les digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni una yod ni una tilde pasarán de la Torah hasta que todo se haya cumplido. Por lo tanto, a cualquiera que quebrante el más pequeño de estos mandamientos y así lo enseñe a la gente, se le considerará el más pequeño en el reino del Cielo. Pero a cualquiera que los cumpla y los enseñe, a éste lo considerarán grande en el reino del Cielo. MattiYah 5:17-19

 

Los incrédulos están exentos de estas Mitzvot, y por lo tanto, de estos estados. Ellos, por ejemplo, pueden tener contacto con un muerto y no quedan en estado de Tumáh. No entran en impureza PORQUE YA SON DE POR SÍ IMPUROS. Consecuentemente, un creyente puede tener contacto con un incrédulo que haya tocado a un muerto, y no entra en estado de Tumáh. Sin embargo si tiene contacto directo con un cadáver (de incrédulo o creyente) entra en estado de Tumáh; y a la vez si otro creyente tiene contacto con el creyente Taméh, también entra en estado de Tumáh, porque en realidad el cadáver en sí mismo no es Tahor o Taméh, sino que sólo es una realidad en el plano espiritual acerca de un contacto con la muerte, lo contrario a la Vida.

 

Tumáh, Vacío de Vitalidad

 

La percepción que usualmente se tiene sobre el término Tumáh es "inmundicia", "impureza", entre otros términos de connotación negativa. También, debido a que este estado se puede "transferir" es percibido como una especie de contaminación maligna. Sin embargo, a la luz de Torah, vamos a comprender que el estado de Tumáh viene a existir cuando se ha creado una pérdida o vacío de vitalidad, de vida. La evidencia se hace clara cuando podemos ver que siempre el estado de Tumáh está asociado con la muerte, siendo la muerte misma, según la Torah, el estado más grave de Tumáh, identificado tradicionalmente como "Avi Avot HaTumáh" (La Fuente de las fuentes de Tumáh), porque el cadáver puede generar una nueva "fuente de Tumáh" en objetos o personas con los cuales entre en contacto. La muerte es exactamente lo opuesto a la Vida, y Yahweh es la Vida misma.

 

La muerte en esencia es la pérdida de la vida, esto es, del alma de vida, el NÉFESH (H5315), como está escrito:

 

Porque es la vida de toda carne –su sangre es su vida. Vayikra 17:14a

 

Cuando un ser humano muere, la sangre deja de circular, consecuentemente se crea el estado más severo de Tumáh, o sea, LA AUSENCIA DE VIDA. Lo que une al ser humano con Su Fuente es la neshamah, no el cuerpo. El cuerpo funciona como un agente al servicio del alma: en el momento que el ser humano muere, se separa la Neshamah del cuerpo. El cuerpo, al desconectarse de la Neshamah por medio de la muerte, se ha desconectado también de la fuente de vida y ha dejado un vacío, es esto lo que se denomina Tumáh (un vacío de Vida). De hecho todas las formas de Tumáh enumeradas en la Torah aluden a algún grado de muerte o falta de vida; por ejemplo, la mujer creyente tiene Tumáh cuando esta menstruando, o sea, cuando descarga del cuerpo toda la sangre que se congregó con el potencial de dar vida; un metzoráh (persona con la enfermedad de Tzara'at), tiene Tumáh, que se caracteriza por la piel muerta. Un animal sin vida tiene Tumáh. El hombre también entra en estado de Tumáh cuando ha tenido flujo seminal (ha expulsado la semilla de la vida).

 

El término hebreo Tumáh comparte la misma raíz con el término Atimáh (que significa "tapado" o "bloqueado"), y también con el término Atumáh (que significa "opaco", "sin acceso de luz"). A primera vista pareciera una contradicción a la definición que hemos dado al termino Tumáh como "vacío", pero en realidad no hago referencia al termino "vacío" en sentido literal, sino simbólico, ya que estamos ante un contexto espiritual, por lo tanto la referencia es al "vacío de vida", ausencia de vida, no al vacuo, porque para la percepción espiritual que se desprende de la Torah, algo puede estar lleno de materia, pero si este algo está bloqueando el acceso de luz (divina), entonces se define como un "vacío de luz". Es en este sentido que el término Tumáh es usado por los profetas, haciendo referencia a la obstrucción de la conexión entre el Creador y sus creaciones. Así como la muerte física es, espiritualmente hablando, el grado mayor de Tumáh, ¿cuánto más no lo será la muerte espiritual, la ausencia de luz divina y espiritualidad?

 

Entonces esparciré sobre ustedes agua pura, y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus ídolos. Yahjezquel 36:25

 

 

Como Se "Transfiere" El Estado De Tumáh

 

Percibiendo Tumáh no como inmundicia o impureza, sino como el estado de "ausencia de vida" o "vacío", entonces, ¿cómo es posible que el estado de Tumáh se transfiera? En otras palabras, ¿cómo lo "vacío", la falta de algo, puede transferirse? La comprensión que se nos transmite en la Torah con respecto a este asunto es la siguiente: Cuando se pierde Vida, en su lugar queda un vacío, y este vacío tiene la tendencia a extraer vida para sí mismo. Así que en lugar de pensar que la persona en estado de Tumáh puede transferir "dando algo" a otra persona u objeto, en realidad ocurre lo opuesto. La persona en estado de Tumáh (vacío de vida) extrae vida, consecuentemente deja en estado de Tumáh (vacío de vida) a la persona u objeto que toque, pero no la absorbe, es decir, no se "llena". Aunque está "vacía" y "extrae vida", no puede utilizarla. Este es el estado de la humanidad toda. Excepto los creyentes, que hemos recibido la semilla de vida a través del Ruaj de Mashíaj, los incrédulos están todos muertos, "vacíos de vida", en estado de Tumáh natural. Un muerto no puede utilizar la vida de un vivo para "revivirse" a sí mismo, pero sí puede "quitarla" por contacto, en el sentido de que TODO LO QUE ESTÁ EN CONDICIÓN DE TUMÁH QUITA VIDA A TODO LO QUE TOCA.

 

A esto lo llamamos comúnmente "contaminar". Hablamos claramente de un estado espiritual, pero si prestamos atención, veremos que esto tiene perfecta lógica, ya que aplica a lo que llamamos "contagio". Una persona que padezca una enfermedad contagiosa, cuando entra en contacto con otra sana, la contagiará y le "extraerá la vitalidad", llevándola a la misma situación enferma, pero de ninguna manera la persona sana "pasará vida" a la enferma. Las enfermedades no son, como la ciencia humana cree, ni una condición "natural" humana ni un "defecto" ni algo provocado por agentes patógenos externos. La humanidad está en circunstancia de muerte (y eso incluye a los creyentes, ya que todos estamos aún en el viejo cuerpo y cargamos con el viejo hombre, lo que Shaúl llamó "este cuerpo de muerte"), y por lo tanto, CARECE DE VITALIDAD. El problema de la ciencia humana es que deja de lado dos puntos básicos que destruyen su castillo de naipes: en primer lugar, no se puede dejar de lado al Creador, ya que Él es la fuente de vida del ser humano. Tratar de explicar el cuerpo humano sin comprender cuál es su fuente de vida (y aún hoy no existe una definición cierta acerca de lo que la "vida" es), es como tratar de estudiar un auto sin saber que utiliza gasolina. Sin gasolina, el auto será un artefacto estático, sin movimiento, y la "ciencia" que lo estudie desde este punto INEVITABLEMENTE CONCLUIRÁ QUE ESA ES SU CONDICIÓN NATURAL. Sin embargo, si alguien llenara el tanque, el auto comenzaría a moverse.

 

Así también sucede con la ciencia cuando busca estudiar al hombre separándolo del Creador. Desconociendo Su fuente (y la ausencia de ella en el hombre), concluye erróneamente que el estado de la humanidad caída es el estado "natural" de las cosas, y parte de esa base para analizar un sistema muerto como si aún estuviera vivo. Parte de la confusión resulta del hecho de que llamamos "muerte" a la ausencia COMPLETA de vida físicas, pero las Escrituras mencionan muchos ejemplos en los que se ve que el hombre ya está muerto porque no tiene la Fuente de Vida, la cual perdió al caer. Eso lo dejó en un ESTADO DE MUERTE ESPIRITUAL, en el cual simplemente pasa su vida consumiendo la vitalidad que en Su gracia Yahweh permitió que mantuviera para tener una existencia. De manera que analizar al hombre como alguien que normalmente enferma, ES UN ERROR PROPIO DE INCRÉDULOS. El ser humano no enferma, el ser humano, desde que nace, comienza un período constante de deterioro, hasta alcanzar el grado máximo, la muerte física. Su cuerpo no sólo se debilita por el estado de muerte que carga, sino que además, SU MALA VIDA LO CONTAMINA. Esto provoca problemas en la "salud" de sus órganos, lo cual queda "escrito" en su ADN, y así transmite "deficiencias" a su descendencia. A esto, la ciencia le llama "enfermedades genéticas", porque se transmiten a través de las generaciones. No se trata de enfermedades, sino que lo que se transmite es INFORMACIÓN GENÉTICA DEFECTUOSA QUE PRODUCE ÓRGANOS DEFECTUOSOS. Este estado hace que la persona sea propensa a cierto tipo de reacciones adversas (que seguimos llamando erróneamente "enfermedades"), provocadas por la incapacidad y baja funcionalidad de los órganos.

 

Lo que llamamos "sistema inmunológico" no es sino nuestro viejo canal de "conexión vital", ahora muerto, el cual contiene la cantidad de vida que a cada uno le ha sido asignada. Esta cantidad no depende de Yahweh, sino de nuestra ascendencia, qué herencia genética nos transmite. El sistema inmunológico simplemente busca equilibrar la situación del cuerpo ante cualquier contingencia de "ataque". De manera que, a esta altura, ENTENDEMOS QUE LA SANIDAD SÓLO PUEDE PROVENIR DE LA RESTAURACIÓN DE NUESTRA CONEXIÓN CON EL CREADOR. Lo que el ser humano hace como "medicina" NO ES CURAR BAJO NINGÚN CONCEPTO, porque una cosa está curada cuando sale de su condición de muerte, que la "ciencia" ignora por completo. La medicina y derivados cuanto mucho hacen "durar" a los que ya están muertos. Sin embargo, basta la simple conexión con la Verdadera Fuente de Vida para restablecer la condición del hombre. Esto es la vida eterna. Nuestro concepto de vida eterna es "algo que no puede morir", pero para Yahweh, se trata simplemente de un estado de PERMANENCIA CONSTANTE: "permanezcan en Mí". Eso es lo que da vida eterna: conexión eterna. Desconectados de la Fuente, NO HAY ETERNIDAD NI VIDA. De manera que el estado al que accederemos no es una inmortalidad hollywoodense de "no poder morir"; ciertamente que se puede, si alguien se desconecta. Pero la promesa que tenemos es que Él nos cambiará de manera a que no deseemos hacerlo, porque ya hemos experimentado el lado contrario.

 

Todo esto debe conducirnos de lleno a replantearnos la forma en que vemos la salud y la alimentación. Ya no son dos aspectos "higiénicos" ni "costumbres de vida", se trata de dos asuntos ESENCIALES para nuestra salud espiritual: si estamos en Tumáh estamos desconectados. Esto no sucede con los incrédulos, ÚNICAMENTE CON LOS CREYENTES, porque nosotros hemos recibido ese canal de reconexión, que es el nuevo ruaj, a través del cual fluye el Ruaj, la fuente de Vida. Entonces, CUALQUIER COSA QUE HAGAMOS QUE NOS SEPARE DEL ESTADO DE CONEXIÓN CON LA FUENTE DE VIDA NOS DEJA TUMÁH Y NOS DESCONECTA DE LA FUENTE VITAL. Eso es "caer de la gracia", literalmente, es volver a estar muertos.

 

Nosotros tenemos un cuerpo, un alma y un ruaj. No podemos descuidar ninguno de ellos. Cuando decimos que debemos cortar la "carne" no nos referimos a matar al cuerpo, ni llamamos a la materia de mala, como el gnosticismo hace, porque Yahweh creó todo "bueno". La caída del hombre trajo una situación de muerte, pero la materia también será restaurada. Mientras tanto, tenemos orden de "ser perfectos como Él es perfecto", lo cual aplica tanto al interior como al exterior. Es nuestro deber (y beneficio) obedecer las leyes que Él estableció PORQUE SON LEYES DE VIDA. Que no entendamos no quita el hecho de que sean reales y verdaderas. Que no entendamos los procesos químicos no los hace desaparecer. Nuestra incapacidad no puede ser la medida de las cosas. Yahweh ha dicho que ciertos animales son ABOMINACIÓN, es decir, que no sólo son inmundos (contaminantes) para ser comidos, sino que debemos DETESTARLOS PORQUE COMERLOS O TOCAR SUS CADÁVERES NOS TRAE MUERTE Y NOS QUITA VIDA (para ese fin, obviamente no se trata de andar maltratando animales que fueron también creador por Él).

 

 

Taharáh, Canal De Acceso Para La Vida

 

Taharáh es exactamente lo opuesto a Tumáh; si Tumáh es la ausencia de vida, entonces Taharáh expresa la proximidad a la vida.

 

Etimológicamente también existe un contraste entre ambos términos; así como Tumáh hace referencia a una obstrucción con ausencia de luz, Taharáh hace referencia a la claridad, al canal para el acceso de la luz, como está escrito:

 

Ahora, pues, no se puede ver el sol, aunque brille en el cielo, hasta que venga el viento y lo despeje (VA'TETAHAREM). Iyov 37:21

 

Se debe tener claro que Taharáh no cumple la función de llenar un vacío (Tumáh), sino que Taharáh es un estado que se puede identificar como el canal o conducto que se crea para alcanzar la vida. En el idioma hebreo "aceite puro" se dice "Shemen Tahor", así como también "Zahav Tahor" es el equivale a "oro puro". El término Tahor o Puro, básicamente manifiesta que el producto no ha sido obstruido con elementos extraños a su esencia. Así también Taharáh en relación al ser humano, como expresa el salmista: "Lev Tahor bera li Elohim...". ("Elohim, crea en mi un corazón puro"), y así describe el deseo de lograr una integridad espiritual en base a la esencia misma, un conducto que no obstruya la fuente a la vida.

 

 

Tumáh, El Mikdash Y La Kedushá

 

En la Torah se prohíbe que una persona en estado de Tumáh (vacío de vida) pueda ingresar al Mikdash (el santuario) ni tocar nada kadosh (carne sacrificada en el Santuario). Es claro entonces que el mensaje espiritual que nos envía la Torah: Taharáh (canal de acceso para la vida) es un requisito previo para adquirir un grado muy elevado de kedushá, santidad. LA KEDUSHÁ ES LA SEPARACIÓN (EN ACCIÓN Y PENSAMIENTO) DE UN EXTREMO CON EL OBJETIVO DE APROXIMARSE AL OTRO EXTREMO. En términos espirituales, kedushá es la elevación hacia Elohim (la Fuente de la vida), la cual se manifiesta en la separación de lo mundano hacia lo espiritual, el abandono del amor a la vida terrena y sus asuntos para reemplazarlo por el amor por la vida verdadera, y esta vida verdadera (kedushá) es la vida que encontramos en la vivencia de las mitzvot (la Voluntad de Yahweh), que son la forma en que un padre amoroso cuida de su hijo prohibiéndole comer hongos venenosos, mientras le permite comer otros que no lo son, o le prohíbe exponerse a ciertas situaciones que lo pondrían en peligro.

 

El Mikdash o Mishkán es el espacio de mayor kedushá, de mayor trascendencia, de mayor contacto con la vida para el ser humano, donde irónicamente tomaba lugar la muerte de animales, y a través de esta imagen, en el plano espiritual está sucediendo un alejamiento de la carne (la materia, lo pasajero, el mundo) tipificado en la carne del animal sacrificado, y un acercamiento a la espiritualidad (la vida) tipificado en la sangre (Néfesh-vida) del animal sacrificado que era rociada en el Mishkán, como está escrito:

 

El sacerdote introducirá el dedo en la sangre, y rociará de esa sangre siete veces delante de Yahweh, frente a la cortina del Santuario. El sacerdote pondrá un poco de la sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está en el Ojel Moed, delante de Yahweh; y todo el resto de la sangre del toro la derramará en la base del altar de las ofrendas quemadas, que está a la entrada del Ojel Moed. Vayikra 4:6-7

 

Ingresar en este lugar sin previamente existir un "canal de acceso a la vida" puede costar la vida, espiritualmente hablando, como está escrito:

 

Así apartarán de sus impurezas a los hijos de Yisrael, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi Mishkán que está entre ellos. Vayikra 15:31

 

 

Entonces, Tumáh y Taharáh son estados espirituales que generan, en los miembros del Cuerpo de Yahshua (sí, señores, es también la planta Yisrael, otro de sus nombres, no confundir con la rama Yahudá), la conciencia y comprensión de hacer una distinción entre la vida y la muerte, más que nada teniendo en cuenta que YAHSHUA ES LA VIDA, por lo que un estado de muerte NOS APARTA DE ÉL, NOS DEVUELVE AL ESTADO DE MUERTE. Esto impide el fluir del Ruaj de Vida en nuestro interior, pero también impide que este ruaj fluya dentro del Cuerpo, y hace que los creyentes sean lámparas apagadas.

 

 




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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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