Llamados A La Comunión Del Hijo De Elohim
...a la comunidad de Yahweh que está en Corinto, a
los santificados en el Mashíaj Yahshúa, llamados a ser santos, con todos los
que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Adón Yahshúa el Mashíaj, Adón de
ellos y nuestro... Fiel es Elohim, por medio de quien fueron ustedes llamados a
la comunión de su Hijo Yahshúa el Mashíaj, nuestro Adón. Qorintiyim Alef 1:2,9
En Qorintiyim Alef 1:9 Shaúl
dice que Elohim nos llamó a la comunión de Su Hijo. El significado de dicha
comunión es profundo. A todos se nos ha invitado a una fiesta maravillosa, en
la cual disfrutamos diversos manjares. Este deleite es una participación mutua.
Así que, en la comunión del Hijo de Elohim tenemos deleite. Sin embargo,
participamos de este deleite de manera corporativa, y no individual. Al
disfrutar juntos de este banquete, tenemos comunión, es decir, mutua
participación.
La palabra griega traducida
"comunión" es koinonía. La comunión implica mutua participación.
Tener comunión es participar de algo en común. Cuando alguien desayuna solo, no
tiene comunión, pero cuando va a una cena donde asisten muchas personas y la
disfruta con ellas, esa persona tiene comunión. Esta comunión es disfrutar
conjuntamente, participar conjuntamente.
Elohim nos llamó a la comunión
de Su Hijo, Yahshua ha Mashiaj nuestro Adón. Esta comunión es la comunión del
Mashiaj encarnado, clavado en el madero y resucitado, quien en resurrección es
el Ruaj vivificante. Esta persona que lo incluye todo es nuestra fiesta, y esta
fiesta es la comunión. Como personas llamadas a esta comunión, ahora
disfrutamos a Mashiaj al participar de Él. Además, tenemos comunión unos con otros.
Esta comunión es la vida de congregación.
La vida de congregación es la
vida de resurrección de la cual todos participamos. Además, la resurrección es
el Ruaj vivificante, el Ruaj vivificante es Mashiaj, y Mashiaj es el Elohim
encarnado. Mashiaj, una persona que lo incluye todo, también incluye
justificación, santificación y redención. Como el Mashiaj encarnado, clavado en
el madero y resucitado, Él es tanto la resurrección como el Ruaj vivificante.
¡Tenemos tantas cosas para compartir en comunión! Decir que fuimos llamados a
la comunión de Yahshua ha Mashiaj equivale a decir que fuimos llamados a Él.
Mashiaj es la vida, la resurrección, la santificación, la justificación, la
redención y el todo para nosotros, para que disfrutemos de estas cosas no sólo
a nivel personal, sino mucho más de manera corporativa, en la cual nos gozamos
de Su Obra maravillosa. Así que, Él mismo es la comunión.
En Qorintiyim Alef se nos
revela que el mismo Mashiaj, a quien todos hemos sido llamados, es el que lo
incluye todo. Él es la porción que Elohim nos ha asignado (1:2). Él es el poder
de Elohim y la sabiduría de Elohim como justicia, santificación y redención
para nosotros:
Pero para los llamados, tanto yahuditas como
griegos, el Mashíaj es el poder de Yahweh y la sabiduría de Yahweh... Por Él están
ustedes en el Mashíaj Yahshúa, a quien Elohim hizo para nosotros sabiduría,
justificación, santificación y redención... 24,30
Debemos aprender a recorrer
las Escrituras para orar-leerlas y así disfrutar de las riquezas de Mashíaj. En
cada libro de las Escrituras, muy especialmente las epístolas del B'rit
Hadashá, encontramos estos aspectos revelados. Estos deben ser los platos
centrales de nuestros banquetes de comunión.
Este Mashiaj que incluye todo,
cuyas riquezas se aprecian en todas partes, es Aquel que Elohim nos ha dado
como nuestra porción para nuestro deleite. Debemos concentrarnos en Él, no en
ninguna persona, cosa o asunto que no sea Él. Debemos fijar nuestra atención en
Él como el único centro designado por Elohim. Esto, sobre todo y muy
especialmente cada vez que tengamos un problema externo, cada vez que el
enemigo intente distraernos de concentrarnos en nuestro Adón.
La palabra
"comunión" es muy profunda, y no creo que ningún maestro ni ningún
expositor de las Escrituras pueda agotar su significado. La comunión no se
refiere simplemente a la comunicación que existe entre nosotros y otra persona;
indica también una participación. Además, significa que nosotros y Mashiaj
llegamos a ser uno, que disfrutamos a Mashiaj y todo lo que Él es, y que Él nos
disfruta a nosotros y lo que somos. Como resultado, no sólo existe una
comunicación mutua, sino una mutualidad en todo aspecto. Todo lo que Mashiaj es
llega a ser nuestro, y todo lo que nosotros somos llega a ser Suyo. El objetivo
por el cual Elohim nos llamó es que participemos de la mutualidad que existe
entre nosotros y el Hijo de Elohim. Fuimos llamados a la comunión del Hijo de
Elohim. Fuimos llamados a una mutualidad en la que disfrutamos al Hijo de
Elohim, y en la cual somos uno con Él y Él uno con nosotros. Shaúl escribe:
Pero el que se une al Adón, es un sólo ruaj con Él.
Qorintiyim Alef 6:17
Participar de esta unidad es
el objetivo por el cual fuimos llamados. En ella disfrutamos de lo que Mashiaj
es, y Él disfruta de lo que nosotros somos.
Pero esta comunión no
solamente incluye la unidad entre nosotros y Elohim, sino también lo que existe
entre los creyentes. Es más, nuestra comunión con el Adón tiene como finalidad
la comunión entre los creyentes, porque el objetivo del Padre es levantar un
Cuerpo vivo. Para tener un Cuerpo que pueda transportar al Adón a todas partes
de la forma correcta Él debe levantarlo desde Sí mismo, en Su propia
naturaleza, no sólo para que sea adecuado para cargarlo, sino aún para que Él
mismo pueda mezclarse con ese Cuerpo. Él no desea simplemente un Cuerpo que le
obedezca, sino un Cuerpo que esté UNIDO a Él, a la Cabeza.
Así siendo, esta comunión
implica el deleite que tenemos de Elohim, el deleite que Él tiene de nosotros,
y el deleite que los creyentes tenemos los unos de los otros. En esta comunión,
disfrutamos a Elohim, y Elohim nos disfruta a nosotros. Además, gozamos de todos
los creyentes, y ellos de nosotros, y ésta es una parte que debemos comenzar a
aprender. ¡Qué deleite más maravilloso, universal y mutuo! Fuimos llamados a lo
que las Escrituras llaman "la comunión del Hijo de Elohim", una
comunión universal y mutua. Su mutualidad se disfruta no sólo entre los
creyentes y Elohim, sino también entre los creyentes mismos.
El Fruto De Vida Depende De La Comunión De Vida
Yahweh es luz, y en Él no hay ninguna tiniebla. Si
decimos que tenemos comunión con Él y andamos en tinieblas, mentimos y no
practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos
comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Yahshúa nos limpia de todo
pecado. Yahanan Alef 1:5b-7
Elohim es luz. Si tenemos
comunión con Él, tendremos Su luz.
Por lo tanto, la comunión de
vida nos introduce en la luz de Elohim para que tengamos Su luz. Estar en
tinieblas es una prueba de que no tenemos comunión con Elohim o de que nuestra
comunión se ha interrumpido. Si tenemos comunión con Elohim o con Sus hijos,
ciertamente estaremos en la luz de Elohim. La comunión de vida y la luz de
Elohim son inseparables. Si estamos en la comunión de vida, estaremos en la luz
de Elohim. Si no estamos en la luz de Elohim, habremos perdido la comunión de
vida.
Si en la comunión de vida
somos alumbrados por la luz del Adón para ver nuestros pecados, y luego los
confesamos, la sangre del Adón nos limpiará de nuestros pecados. Por lo tanto,
después de que somos salvos, podemos limpiarnos del pecado con la sangre del
Adón EN LA COMUNIÓN DE LA VIDA DEL ADÓN. La limpieza de la sangre del Adón no
es algo aparte de la comunión de la vida del Adón. Si no tenemos la comunión de
la vida del Adón, no podremos ser alumbrados por la luz de la vida del Adón. Si
no somos alumbrados por la luz de la vida del Adón, no podremos ver nuestros
pecados ni podremos confesarlos a Elohim. Y si no vemos ni confesamos nuestros
pecados, no podremos ser limpiados con la sangre del Adón. Si después de ser
salvos, pecamos, debemos confesar esos pecados a Elohim a fin de ser limpiados
con la sangre del Adón mediante la comunión de vida.
Si vivimos en la comunión de
la vida del Adón, permaneceremos en el Adón, y si permanecemos en el Adón, el
Adón permanecerá en nosotros (Yahanan 15:4-5). Cuando el Adón permanece en
nosotros, Él llega a ser nuestra vida, poder, gozo y paz, y de ese modo le
disfrutamos a Él y todas las riquezas de Su vida en nuestra experiencia
práctica. Por lo tanto, el hecho de que el Adón permanezca en nosotros y sea
nuestro todo es también un resultado de vivir en la comunión de vida.
Cuando una rama permanece en
la vid sin estorbos o impedimentos, recibe la rica provisión de la savia y
lleva mucho fruto (pasukim 4-5). De manera semejante, cuando nosotros
permanecemos en el Adón y tenemos comunión con Él, recibimos la provisión de Su
vida y llevamos mucho fruto. Por lo tanto, el fruto de nuestra vida espiritual
es el resultado de que nosotros permanezcamos en el Adón y tengamos comunión
con Él y con el Cuerpo. Los frutos son producidos en el Cuerpo, no en la
Cabeza. Los frutos se producen en la planta, no en la raíz. Y los frutos son la
gloria del Cuerpo y de la Cabeza, de la planta completa, incluyendo las ramas y
la raíz. Los frutos que producimos son la gloria de Mashíaj y también son
nuestra propia gloria, no para gloriarnos, sino porque han sido producidos.
Cuando llevamos mucho fruto
espiritual, Elohim es glorificado porque Su vida es expresada:
En esto se glorifica mi Padre: en que ustedes
produzcan mucho fruto y sean mis discípulos. Yahanan 15:8
Si debemos llevar mucho fruto
espiritual, debemos permanecer en el Adón y tener comunión con Él. Llevar mucho
fruto espiritual para glorificar a Elohim y expresar Su vida es otro de los
resultados de la comunión de vida.
La comunión de vida se conoce,
se percibe y se comprende mediante el sentir de vida. Podemos usar como ejemplo
nuestro cuerpo físico. Cuando éste se encuentra sano y sin problema, no
sentimos nada, pero cuando nos enfermamos, empezamos a sentir muchas cosas. Cuando
sentimos algo en el estómago, eso es un indicio de que tenemos algún problema
allí. Si no sentimos nada en ese órgano, se debe a que está sano. Lo mismo
sucede con la comunión de vida.
Si andamos en la luz, en la
comunión de vida, no tenemos ningún sentir en particular. Pero si tenemos algún
sentir negativo o anormal, eso demuestra que tenemos la comunión de vida y que
además algo está mal en nuestra comunión de vida. Así que la comunión de vida
se lleva a cabo por el sentir de vida.
La comunión de vida es
preservada, guardada y protegida mediante este sentir de vida. Sucede lo mismo
con nuestro cuerpo físico. El hecho de que sintamos dolor o alguna molestia nos
protege y nos guarda. Así que, el sentir de vida hace que nos percatemos de la
comunión de vida, la protege, la guarda y la preserva.
Lo dicho por Shaúl es todavía
más enfático que lo dicho por Yahanan al respecto de que no debemos apartarnos
de Él:
...que el Mashíaj habite en sus corazones por medio de la fe... Efesiyim 3:17
Shaúl nos dice que Mashiaj
deberá hacer Su hogar en nuestros corazones. La expresión "morar" o
"habitar" en
el griego es la forma verbal del sustantivo hogar o morada.
¡Mashiaj quiere morar, habitar, en nosotros! Este significado es más profundo
que lo que significa permanecer el uno en el otro. Hacer nuestro hogar implica
más que simplemente estar o permanecer en un lugar. Es la diferencia entre un
hotel y nuestra casa. A veces podemos tener que alojarnos en un hotel, pero
después de pasar la noche allí, simplemente nos iremos y dejaremos la
habitación como la encontramos. No hay motivo alguno para que hagamos
reparaciones o mejoras en ella. Pero con nuestra casa propia, la historia es
muy distinta, porque debemos preocuparnos en mantenerla en buena condición a fin
de que sea útil para la vida que llevamos, ya que es nuestra morada. Así pues,
no simplemente nos quedamos, o permanecemos en ese lugar, sino que lo hacemos
nuestro hogar, habitamos en él.
No solamente debemos
permanecer en Elohim, sino que, además, tenemos que hacer de Él nuestra morada,
y ser nosotros la morada de Él. No basta con quedarse allí una noche, de vez en
cuando, para las vacaciones o el fin de semana. Debemos vivir allí. Mudarnos a
Él y Él a nosotros, decorar la casa juntos, ya que vamos a pasar la eternidad
mezclados. Nuestra morada es nuestro Elohim. Nuestro hogar es el Elohim eterno.
También tenemos que dejar que
Él haga de nosotros Su hogar, y en ese sentido, nosotros somos la Novia, la
mujer que es la "ayuda idónea": NOSOTROS DECORAMOS LA CASA DE ACUERDO
AL GUSTO DE NUESTRO ESPOSO. Esto no es algo temporal, no es una estadía de sólo
una noche. Más bien, es cuestión de hacer nuestro hogar aquí, y decorarlo según
el agrado de nuestro Adón.
¿Hemos hecho de Elohim nuestro
hogar? En el mejor de los casos, tal vez hayamos permanecido en Él, algunas
veces, pero siempre nos "volvemos a casa", a nuestro viejo hombre,
donde nos sentamos en el trono y jugamos a que gobernamos y somos la cabeza.
Sin embargo, ese viejo hombre con su soberbia de ocupar un lugar y una función
que no le pertenecen es el hijo del maligno, de aquel que codició eso en primer
lugar y de quien heredamos el deseo. Debemos salir de esa vieja casa y mudarnos
a la nueva, esa cuyo trono ya viene ocupado con el Ruaj de Mashíaj. No hay
lugar en toda la tierra que sea tan dulce y grato como nuestro hogar. Elohim
debe ser nuestro hogar, no solamente el lugar donde estamos a veces.
También tenemos que permitir
que Elohim haga de nosotros Su hogar. El Adón Yahshua dijo:
"El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". Yahanan 14:23
Aquí, el sujeto de
"vendremos" y "haremos morada" es tanto el Padre como el
Hijo. Ellos vendrán a aquel que ama al Adón Yahshua y vendrán no solamente para
visitarlo, sino que harán "morada con él". El mismo Elohim al que
amamos vendrá, no para visitarnos simplemente, ni siquiera para simplemente
quedarse con nosotros, sino para hacer morada, Su morada, en nosotros. Nosotros
seremos Su habitación. HalleluYah.
La Comunión De Vida No Se Pierde, Pero Puede Ser Interrumpida
Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y
nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las ha dado, es mayor que
todos; y nadie las puede arrebatar de las manos del Padre. Yahanan 10:28-29
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Yahanan Alef 1:9
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que
Elohim tiene para con nosotros. Elohim es amor. Y el que permanece en el amor
permanece en Elohim, y Elohim permanece en él. Yahanan Alef 4:16
Nuestra relación de vida con
Elohim jamás puede ser quebrantada porque nosotros hemos recibido la vida eterna
de Elohim, la cual no nos dejará perecer jamás (Yahanan 10:28-29). Además, la
mano de Elohim es poderosa; nada puede arrebatarnos de Su mano. Bien sea que
hablemos de este asunto de la perspectiva de la vida eterna de Elohim o de la
perspectiva de la mano poderosa de Elohim, el resultado es que nuestra relación
de vida con Elohim jamás puede ser quebrantada.
Ahora bien, la relación que
tenemos en vida con el Padre jamás puede ser quebrantada... pero la comunión sí
puede interrumpirse.
Interrumpir la comunión de
vida es como detener el fluir de la corriente eléctrica. Lo más leve puede
causar un corto eléctrico, e interrumpir la corriente eléctrica.
Los pecados son lo primero que
puede interrumpir la comunión de vida. Si hacemos algo que sea pecaminoso, eso
interrumpe o corta la comunión de vida.
Si desobedecemos a Elohim,
esto sin duda interrumpirá la comunión de vida.
Debemos prestar atención al
sentir de vida, porque de lo contrario, nuestra comunión de vida se
interrumpirá.
Las cosas principales que
interrumpen la comunión de vida son los pecados, la desobediencia, no prestar
atención al sentir de vida y no seguir la dirección de la unción interior. En
Yahanan Alef 2:27 dice claramente que tenemos que permanecer en el Adón según
nos enseña la unción.
Después de que la comunión de
vida es interrumpida, es necesario restaurarla. Debemos confesar nuestros
pecados. En Yahanan Alef 1:9 dice que si confesamos nuestros pecados, Elohim es
fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia.
Él nos perdona fielmente conforme a Su palabra y con justicia en conformidad
con la obra redentora de Mashiaj. Por lo tanto, al confesar nuestros pecados,
la comunión de vida que se había interrumpido puede ser ciertamente restaurada.
La confesión de los pecados
nos corresponde a nosotros, y a Elohim le corresponde limpiarnos. Si nosotros
confesamos los pecados, indudablemente la sangre nos limpia y restaura la
comunión. Esa confesión es hacia el Padre y hacia el Cuerpo:
Así que confiésense unos a otros sus pecados, y
oren unos por otros para que se sanen. La ferviente oración del justo, obra
eficazmente, y puede mucho. Yaakov 5:16
Consideremos la comunión que
tenemos con el Adón en el tiempo que reservamos para Él. En tal comunión, el
Adón como Ruaj llega a ser muy real para nosotros y podemos disfrutarlo, y
simultáneamente disfrutar de la naturaleza de la esencia de Elohim, la cual es
amor. El amor entonces nos satura y hasta llega a ser nosotros mismos. Antes de
ese momento, es posible que hayamos estado hartos de muchas cosas. Después de
una comunión de esta índole, sin embargo, todo es amable.
Si en las mañanas pasáramos un
tiempo adecuado con el Adón, interiormente estaríamos llenos de luz y no
actuaríamos insensatamente, ni hablaríamos de una manera tonta. Todo lo que
hiciéramos y dijéramos estaría lleno de luz. Éste es el resultado de nuestro
deleite de la naturaleza divina. Esto es debido a que uno de los constituyentes
de la naturaleza divina es la luz. Si todos dedicásemos tiempo para tener
comunión con el Adón, tendríamos la sensación de que estamos disfrutando al
Adón como Espíritu y llegaríamos a ser una persona de amor. El amor nos
saturaría. Además, todo lo que dijésemos sería luz, y todo lo que hiciésemos
sería transparente como el cristal. Esto es una evidencia o prueba de que
estamos participando de la naturaleza divina.
Elohim es Ruaj en persona,
Elohim es amor en esencia, Elohim es luz en expresión, y Elohim es vida en amor
como la esencia de vida y en luz como la expresión de vida. Cuando tocamos a
Elohim, lo tocamos como Ruaj en Su persona, como amor en Su esencia, y como luz
en Su expresión. Después de tocar a Elohim, andamos, vivimos y tenemos nuestro
ser en Su Ruaj como nuestra persona, en Su amor como nuestra esencia, y en Su
luz como nuestra expresión.
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