La Consagración, La Ordenación Y La Llenura 04
10.
El Resto De Las Ofrendas Para La Llenura
Tomó la grasa –el rabo gordo, toda la grasa alrededor de las entrañas, la protuberancia del hígado, y los dos riñones con su grasa– y el muslo derecho. De la canasta de panes ácimos que estaba delante de Yahweh, tomó una torta de pan ácimo, una torta de pan de aceite, y una galleta, y las colocó sobre las partes grasosas y sobre el muslo derecho. Y lo puso todo en las manos de Aharón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Yahweh. Después tomó aquellas cosas Moshe de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las llenuras (MILUIM) en olor grato, ofrenda encendida a Yahweh. Y tomó Moshe el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Yahweh; del carnero de las LLENURAS (MILUIM) aquella fue la parte de Moshe, como Yahweh lo había mandado a Moshe. Vayikra 8:25-29
Aquí vemos que se ponía una
torta sin levadura, una torta de pan con aceite y un hojaldre o galleta (que
corresponden a la ofrenda de harina, el Korbán Minjá) sobre las porciones de
grosura y sobre el muslo derecho del animal. Estas dos categorías de ofrendas,
como un todo, se ponían en las palmas de las manos de Aharón y de sus hijos. En
ese momento, las manos de Aharón y de sus hijos dejaban de estar vacías. Luego,
estas ofrendas eran mecidas delante de Yahweh (pasuk 27) por aquellos cuyas
manos habían sido llenas de dichas ofrendas. Esta acción de mecerlas representa
el mover de Mashiaj en Su resurrección. Las ofrendas primeramente eran
"inmoladas", y después, eran mecidas, es decir, resucitadas, con lo
cual se convertían en ofrendas delante de Yahweh en la resurrección de Mashiaj.
Las dos tortas, el hojaldre,
la grosura y el muslo eran quemados (lo cual indica un fuego lento para obtener
el aroma) en el altar sobre el holocausto en calidad de ofrenda de consagración
presentada por fuego a Yahweh como aroma que le satisfacía (pasuk 28). Este aroma
que satisface es exclusivamente para Elohim; es Su porción para Su deleite. Las
partes tiernas y excelentes (la grosura), la parte fuerte (el muslo derecho), y
las dos tortas y el hojaldre —que representan distintos aspectos de la
humanidad de Mashiaj, la cual no tiene pecado y está mezclada con el Ruaj—
constituyen el alimento, no de los sacerdotes, sino de Elohim. La porción que
correspondía a Elohim se ofrecía en el altar, que representa el madero. Esto
indica que ofrecemos el alimento de Elohim en la comunión de los padecimientos
de Mashiaj, los cuales Él sufrió hasta la muerte de madero. Aunque esto tiene
como fin la satisfacción de Elohim, también nos capacita para ejercer el
sacerdocio del B'rit Hadashá.
Quizás hayamos proclamado el
hecho de que somos sacerdotes de Elohim, pero probablemente ninguno entre
nosotros llegó a darse cuenta de todo lo que implica ser un sacerdote. Hace
años yo no sabía que necesitaba la ofrenda por el pecado para que me recordara
que no soy más que carne, un viejo hombre de la vieja creación que está
vinculado a HaSatán, el mundo y la lucha por el poder. Afirmaba ser un
sacerdote de Elohim, pero practicaba un sacerdocio paupérrimo, en ignorancia.
No sabía que para ser un sacerdote en el sacerdocio del
B'rit Hadashá
necesitaba la humanidad de Mashiaj, Su poder fortalecedor y Su capacidad de
amar (representada por el pecho que se mecía como ofrenda mecida, pasuk 29). Si
examinamos nuestro pasado, la luz de la gracia de Elohim pondrá de manifiesto
dónde estábamos como sacerdotes de Elohim: en la vieja creación, en la carne y
en la vida natural con el amor natural, el afecto natural. En cuanto a esto,
nuestra condición debe quedar al descubierto, y todos debemos ser limpiados.
Sabemos que así es, porque lo estamos experimentando. Necesitamos que la sangre
purificadora nos sea aplicada sobre el lóbulo de nuestra oreja derecha, sobre
el dedo pulgar de nuestra mano derecha y sobre el dedo pulgar de nuestro pie
derecho.
11.
El Aceite De La Unción Y La Sangre
Y Mosheh tomó un poco del aceite de la unción y de la sangre que había sobre el altar y la roció sobre Aharón y sobre sus vestiduras, y también sobre sus hijos y sobre sus vestiduras. Entonces consagró a Aharón y sus vestiduras, y a sus hijos y sus vestiduras. Vayikra 8:30
Esto significa que Elohim
esparce sobre nosotros (los sacerdotes del B'rit Hadashá) y sobre nuestra
conducta (las vestiduras) la sangre redentora del madero de Mashiaj y el Ruaj
compuesto a fin de apartarnos, de hacernos santos para Él.
Independientemente de cuánto
Elohim haya trabajado en nosotros para darle fin a nuestro pecado, a nuestra
vida natural y al viejo hombre, aún necesitamos recibir más "capas"
del aceite de la unción. El aceite de la unción se refiere al Elohim
procesado con todo lo que Él ha llegado a ser, ha hecho y ha experimentado.
Este Elohim, quien ha sido procesado y llegó a ser un compuesto
mezclado con las "especias" de la encarnación, el vivir humano, la
muerte que lo incluye todo, la maravillosa resurrección y la excelente
ascensión, ha llegado a ser el aceite de la unción, el ungüento, que nos
"pinta" (Shemot 30:23-30). Necesitamos ser pintados una y otra vez
con Elohim procesado, quien es el aceite de la unción (ver CLE02 105 - El Ojel Moed 37 - El Mishjáh
Kodésh, El Aceite De La Unción Santa 01, CLE02
106 - El Ojel Moed 38 - El Mishjáh Kodésh, El Aceite De La Unción Santa 02 y CLE02 107 - El Ojel Moed 39 - El Mishjáh Kodésh,
El Aceite De La Unción Santa 03).
Si debemos adquirir el
conocimiento apropiado de nuestro sacerdocio del B'rit
Hadashá,
debemos estudiar el libro de Vayikra. Vayikra no está dirigido únicamente a los
santos del Tanaj. Si entendemos la tipología de este libro, veremos que un
asunto tras otro se aplica a nosotros de una manera práctica hoy en día.
12.
Comer Con Yahweh
Mosheh les dijo a Aharón y a sus hijos: "Cocinen la carne a la entrada de la Carpa de Reunión y cómanla ahí con el pan que hay en la canasta de la ordenación –como ordené; Aharón y sus hijos la comerán... Vayikra 8:31
Esto significa que Mashiaj
como Aquel que redime, con Su humanidad, es alimento para nosotros (Yahanan
6:51), los sacerdotes del B'rit Hadashá, a la entrada de la
vida de congregación.
En Vayikra 8:28 vemos la
porción de Elohim, y en el pasuk 31 vemos nuestra porción. Aquí la carne se
refiere a Mashiaj como Aquel que redime, y el pan se refiere a Su humanidad.
Mashiaj como Aquel que redime, con Su humanidad, es nuestro alimento.
13.
Quemar El Sobrante
...y lo que sobre de la carne y del pan lo consumirán al fuego. Vayikra 8:32
Esto significa que las
inagotables riquezas de Mashiaj deben ser guardadas por la santidad de Elohim. Lo
que no se usa, vuelve a Su Fuente.
El pasuk 32 indica que el
Mashiaj que ofrecemos a Elohim para Su deleite y a quien nosotros disfrutamos,
es inagotable. Si después de ofrecerle a Elohim Su porción y de disfrutar
nosotros nuestra porción, aún queda algo, según Vayikra 8 debemos quemarlo. Esto
quiere decir que, si no "abrimos todos los regalos" (dones) de
Mashíaj en este tiempo que se llama "hoy", los mismos serán quitados
(por fuego). Si están cerrados, no seremos reales sacerdotes y cuando llegue la
hora, no tendremos Su oro, Su plata y Sus piedras preciosas como obras, y las
nuestras arderán como lo que son. Según Vayikra 8, el sobrante era quemado al
fuego, el cual representa la santidad de Elohim. Ocupémonos de nuestra
santificación con temor y temblor mientras tenemos tiempo.
14.
Siete Días
Los sacerdotes que se
consagraban permanecían siete días a la entrada de la Tienda de Reunión para su
expiación (8:33-36). Esto significa que debemos ejercer el sacerdocio del B'rit Hadashá de manera exhaustiva y completa para nuestra propiciación al
entrar en la vida de congregación.
No saldrán de la entrada del Ojel Moed por siete días, hasta el día en que se complete su período de ordenación. Porque su ordenación requerirá siete días. Todo lo que se ha hecho hoy, Yahweh ha mandado que se haga (por siete días), para hacer expiación por ustedes. Se quedarán a la entrada del Ojel Moed día y noche por siete días, obedeciendo la orden de Yahweh –para que no mueran– porque así lo he ordenado". Y Aharón y sus hijos hicieron todo lo que Yahweh había mandado mediante Mosheh. Vayikra 8:33-36
El mismo procedimiento se
repetía durante siete días. Cada día se llevaba a cabo el procedimiento de una
manera solemne, ya que cada aspecto del procedimiento era solemne. Esta
solemnidad se percibe en las palabras "para
que no mueran". Por lo tanto, nadie se atrevía a conducirse de manera
descuidada o con ligereza. Todos entendían claramente la seriedad de lo que
acontecía, y lo que podía ocurrir si alguien se comportara descuidadamente.
Estos 7 días simbolizan las 7
semanas dadas a la creación, los "120 días" o jubileos (6000 años)
más el "Reposo de Yahweh" (1000 años). Este es el tiempo que ha sido
determinado sobre esta creación para su redención. Aprenderemos más cosas
acerca de los tiempos en este maravilloso libro de Vayikra.
La humanidad debía permanecer
"delante de Yahweh", en Su presencia, haciendo expiación constante
por sus pecados, siempre a la entrada de la Tienda de Reunión, es decir,
esperando poder entrar de nuevo en Su presencia, lo que Adam perdió. Todavía
estamos en los finales del sexto día, esperando para ver si somos encontrados
dignos de "entrar en Su Reposo".
Estos pasukim deben servirnos
de advertencia para que no entremos en el deleite de Mashiaj de una manera
descuidada, como tantos creyentes hacen, pensando que porque pueden "venir
como están" van a poder entrar en el Mishkán como están. Necesitamos esta
advertencia especialmente en relación con la mesa del Adón. El pan representa
el cuerpo de Mashiaj, y el vino representa Su sangre. Si comemos el pan y
bebemos el vino sin el debido discernimiento, lo que comamos y bebamos podría
ser para nuestro propio juicio (Qorintiyim Alef 11:27-29). Necesitamos que se
nos advierta acerca de la seriedad de participar en la comunión del deleite de
Mashiaj con ligereza o de manera descuidada.
La consagración del
sacerdocio duraba siete días, y se repetía el mismo procedimiento cada día. Sin
duda, por medio de esta repetición, cada asunto quedó grabado profundamente en
el ser de Aharón y de sus hijos. Hoy en día nosotros, en calidad de sacerdotes
de Elohim, también debemos recordar todo lo que implica nuestra consagración y
ordenación como sacerdotes. En particular, debemos recordar que, en nosotros
mismos, somos pecadores, e incluso carne de pecado.
La consagración de Aharón y
de sus hijos no sólo es solemne en cuanto a la tipología, sino también en
cuanto a la aplicación que tiene para nosotros hoy. Si nos percatamos de la
seriedad de este asunto, también nos percataremos de cuánto necesitamos la
misericordia del Adón y la limpieza de Su sangre. Entonces le pediremos al Adón
que sea misericordioso con nosotros, y nos esconderemos bajo la cubierta de Su
sangre.
El
Octavo Día
El libro de Vayikra nos
muestra un nuevo comienzo, en el cual, por primera vez, el pueblo de Elohim le
presentaba a Elohim ofrendas según Sus normas. Ésta fue la primera vez que el
pueblo de Elohim ofreció Mashiaj a Elohim, no meramente según la necesidad de
ellos, sino también en conformidad con las leyes de Elohim, según Sus normas.
Antes de aquel tiempo, algunos hombres, tales como Hevel, Noaj y Avraham,
presentaron ofrendas a Elohim, pero no fue hasta que los yisraelitas celebraron
Pésaj (Shemot 12:1-28) que se presentaron ofrendas a Elohim según Sus
instrucciones. Hablando con propiedad, aunque el cordero de
Pésaj
era una ofrenda, no se le llamó ofrenda.
En Vayikra, después que fue
erigido el tabernáculo, Elohim obtuvo una morada sobre la tierra desde la cual
Él hablaba a Su pueblo. La primera categoría de las cosas que Él habló tenía
que ver con las ofrendas (Vayikra 1—7). Las ofrendas, las cuales el hombre
necesitaba y Elohim exigía, fueron ordenadas por Elohim mediante normas que
concordaban completamente con la mente y el deseo de Elohim. Moshe debió de
haber entendido el significado de estas ofrendas en cuanto al asunto de la
expiación (Vayikra 9:7), pero es posible que haya entendido muy poco en cuanto
a los detalles relacionados con las ofrendas.
En Vayikra, los yisraelitas
empezaron a presentar ofrendas a Elohim como nunca antes lo habían hecho. Ahora
las ofrendas no las ofrecía un sólo individuo, sino un pueblo, una
congregación, y ellos no las ofrecían en el lugar que quisiesen. Elohim pidió al
pueblo que se acercara a la entrada de la Tienda de Reunión para tener contacto
con Él y que presentara sus ofrendas por medio de los sacerdotes, no por ellos
mismos (esto difiere de la manera en que Hevel, Noaj y Avraham presentaron sus
ofrendas, los cuales no sólo eran oferentes sino también sacerdotes que
servían). Esto fue porque el pueblo había perdido ese derecho cuando su
transgresión con el becerro de oro. La manera en que se ofrecían las ofrendas
llegó a ser una ceremonia, un conjunto de formas, que debía llevarse a cabo
delante de Elohim a la entrada de Su morada según Sus normas, leyes y
disposiciones, porque ellos había ido agregando transgresión sobre
transgresión, y había cada vez más cosas que resolver. Por eso Shaúl dice:
Entonces, ¿para qué existe la Torah? Fue dada por causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a quien se le había hecho la promesa... GalutYah 3:19a
Todas estas reglas y formas
tan específicas de hacer las cosas definitivamente eran algo nuevo.
Aunque Moshe probablemente no
vio que las ofrendas eran Mashiaj mismo, Elohim en realidad estaba dando
mandamientos a Su pueblo acerca de cómo aplicar a Mashiaj, en calidad de todas
las ofrendas, según las leyes de Elohim. El entendimiento de estas cosas fue
dado a través de Shaúl. Cada cosa en su momento cierto. Hoy en día nosotros
debemos aprender a aplicar a Mashiaj, la realidad de las sombras, conforme a
los requisitos de Elohim. Temprano por la mañana, debemos aplicar a Mashiaj
como nuestro holocausto, nuestra ofrenda por el pecado y nuestra ofrenda de
harina a fin de tener algo que nos sustente durante el día.
En el día octavo Mosheh llamó a Aharón y a sus hijos, y a los ancianos de Yisrael. Vayikra9:1
El inicio del servicio
sacerdotal de Aharón y sus hijos tuvo lugar en el octavo día, lo que representa
la resurrección (Mordejai 16:9a). Aquí vamos a tener una pequeña controversia
acerca de cuándo resucitó Mashíaj, si en shabat o en domingo. Controversia bien
moderna, nacida en las últimas décadas nomás, a través de un mesianismo forzado
que busca encajar por la fuerza las cosas DENTRO DE SU PENSAMIENTO LIMITADO. Es
necesario comprender que el Plan de Yahweh no es ninguna de las dos mitades que
insisten en andar separadas, la mitad que guarda Efrayim (cristianismo) y la
mita que guarda Yahudá (judaísmo), SINO QUE AMBAS FORMAN PARTE DEL MISMO PLAN
ÚNICO. Si vemos todo como siendo manejado por el mismo Elohim (y nada de
pavadas de "malvado Elohim del Antiguo Testamento" versus "buen
Elohim del Nuevo Testamento", que estas son teorías paganas derivadas del
gnosticismo), vamos a entender que en Su Plan TODO TIENE CONTINUIDAD Y
PERFECCIÓN. Por lo tanto, es bastante ridículo insistir que UN NUEVO COMIENZO
SE DÉ EN EL FINAL DE UN CICLO. En otro momento se estudiará el asunto más a
fondo, pero el ciclo de 7 días ENCIERRA en el séptimo día, NO ABRE EN ÉL. El
ciclo vuelve a abrirse en el octavo día, que es nuevamente un primer día. La
semana de días empieza en domingo y termina en shabat, no de otra forma. El
octavo día, que es el de la resurrección y los nuevos comienzos (EL TIEMPO QUE
LLEGARÁ DESPUÉS DEL MILENIO —SÉPTIMO DÍA—, EL NUEVO COMIENZO CON LA PLENITUD DE
LA NUEVA YAHRUSHALAYIM).
El problema radica en que
tanto Efrayim como Yahudá insisten en sus propias teologías del reemplazo:
Yahudá insiste en pretender un cetro que no le pertenece, mientras que Efrayim
está decidido a dar a Yahudá un lugar "premio-consuelo" y dejarlo
siempre rebajado a un segundo lugar. La verdad, TODOS LOS DÍAS PERTENECEN AL
ADÓN, Y ÉL ESTÁ PREPARANDO UN NUEVO COMIENZO:
Hay quien considera un día mejor que otro, mientras que para otro cualquier día es bueno. Que cada uno esté convencido en su propia mente. Romaniyim 14:5
Esta discusión, como vemos,
no es nueva tampoco. Ya desde el comienzo hubo discusión acerca de qué día
debían guardar, cuando ESTAMOS HABLANDO DE DOS DÍAS DIFERENTES. Nosotros, que
no hemos entrado aún en la promesa del Reposo (Séptimo Día) no podemos tirar a
la basura las promesas hechas para el Octavo Día. Resulta tonto, ¿verdad? Lo
cierto es que aunque hoy aguardamos con ansias el Milenio, éste no será sino el
fin de esta semana de milenios, y habrá un nuevo comienzo al final del Milenio,
es decir, al Octavo Día.
Negar esto significa no
comprender Su Plan. En todas las Escrituras, vamos a ver el principio de que
los nuevos comienzos corresponden al octavo día (por ejemplo, la circuncisión
de los yisraelitas era en el octavo día, porque daba un nuevo comienzo al bebé:
se necesitaba una purificación de 7 días, equivalente a las siete semanas de la
humanidad, para que el bebé tuviera acceso libre y pleno a un nuevo comienzo;
por supuesto, esto era un cuadro, sombras de lo que aún aguardamos).
De manera que, sin entrar en
discusiones, vamos a atenernos al uso que de cada uno de estos días hacen las
Escrituras. Y aquí nos encontramos que DESPUÉS DE 7 DÍAS, EN EL OCTAVO (no en
shabat, sino en el día que nosotros llamamos domingo, que es el primer día de
la semana), comenzaba a funcionar el sacerdocio. Nosotros estamos hoy a punto
de entrar en la Era de Sukot, que es la última de las eras (después de la Era
de Pésaj y de la Era de Shavuot en la que aún estamos), que corresponde con el
Milenio y con el Séptimo Día, el Reposo de Yahweh. Durante el Milenio,
estaremos siendo entrenados a pleno para ejercer este sacerdocio (algunos, los
vencedores, lo ejercerán en plenitud ya en la primera resurrección):
Feliz y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos la segunda muerte no tiene ningún poder; sino que serán sacerdotes de Elohim y del Mashíaj, y reinarán con él por mil años. Hitgalut 20:6
Esto indica que todo servicio
sacerdotal tiene que ser realizado en la resurrección de Mashíaj, hasta que
alcancemos la propia. Entendamos, nuestra meta ACTUAL es entrar en Su Reposo,
pero más allá de esa meta tenemos la meta del Padre, que es el octavo día:
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más. Y a la santa ciudad, la nueva Yahrushalayim, la vi descender del cielo de parte de Yahweh, preparada como una novia adornada para su esposo. Hitgalut 21:1-2
Durante el Milenio, estaremos
todos siendo fuertemente trabajados (más que ahora), como sacerdotes que están
siendo consagrados, aprendiendo a ministrar a Yahweh a través de Mashíaj, para
alcanzar la plenitud del octavo día en esa Nueva Yahrushalayim perfecta. No
vamos a experimentar la plenitud (a menos que seamos contados entre los
vencedores) durante el Milenio, sino que estaremos siendo entrenados. Esto no
habla sólo de nosotros, está refiriéndose al Cuerpo de Mashíaj, y a la
restauración de todas las cosas, de la creación.
En Vayikra 9:1, el octavo día
se refiere al día después de los siete días que duraba la consagración de
Aharón y de sus hijos. En cada uno de esos siete días, Aharón y sus hijos
tenían que observar el mismo procedimiento. Pero en el octavo día, el día
después de ese periodo de consagración, ellos experimentaron un nuevo comienzo.
Por lo tanto, el octavo día implica tanto un nuevo comienzo como el fin de la
vejez (la vieja creación y el viejo hombre).
Como sacerdotes de Elohim,
nuestro sacerdocio, nuestro servicio sacerdotal, tiene que ser realizado en
resurrección. Por supuesto, no en la nuestra aún, sino en la resurrección de
Mashíaj, durante el Milenio. En cuanto a esto, la vida natural, el viejo hombre
y la carne no tienen cabida alguna. Por eso ya hoy, antes de entrar en la Era
de Sukot, Él está levantando a los Suyos, a los que lo escuchan y le obedecen,
porque durante el tiempo de Reposo, NOSOTROS ESTAREMOS QUIETOS Y ÉL TRABAJARÁ
EN NOSOTROS EN VERDAD. Esa será la obra del séptimo día de mil años. Sin
embargo, lamentablemente, en nuestra actual vida de congregación hay muchas
cosas naturales y mucha vejez. Esto mejorará sin duda cuando entremos en el
Milenio, inclusive para las naciones, que en ese tiempo "aprenderán
justicia". Durante el séptimo día, nuestra meta estará en alcanzar el octavo
día. Aún estaremos trabajando en eliminar esas cosas que no pertenecen al
octavo día, es decir, no se encuentran en la esfera de la resurrección, sino en
la esfera de la vida natural, y por eso continuarán durante el Milenio, aunque
esperamos un mayor derramamiento del Ruaj que ayude a este desarrollo.
El servicio sacerdotal que
rendimos a Elohim tiene que ser realizado en resurrección para alcanzar la
resurrección. Nosotros hoy estamos aún en promesa, y seguiremos en este estado
hasta el final de la semana, pero ya hemos recibido todo en el plano
espiritual, por eso Yahweh nos pide que lo usemos para acercarnos cada vez más
a Él. Él desea que nosotros hagamos crecer a Mashíaj y sus dones en nuestro
interior, porque de eso dependerá en primer lugar nuestro galardón (entrar en
el Reino, que es el Milenio), y que todos los que crezcan durante el Milenio
estén preparados para atravesar el juicio con obras que no ardan. La realidad
de la resurrección es Mashiaj como Ruaj vivificante (Qorintiyim Alef 15:45).
Todo cuanto hagamos en el Ruaj es hecho "en el octavo día", en
resurrección, en el plano espiritual y no en el plano material de la carne.
Todo cuanto hagamos fuera del Ruaj, en nuestra vida natural, en nuestra mente o
parte emotiva naturales, no es hecho en el octavo día, es decir, no es hecho en
resurrección. En un momento alcanzaremos de hecho ese octavo día, no es algo
simplemente simbólico, sino que debe ser nuestra meta.
Espero que todos los santos,
inclusive los recién salvos, reciban estas palabras en cuanto a llevar a cabo
el servicio sacerdotal en el octavo día. Es decir, en pocas palabras, COMO SI
YA ESTUVIÉRAMOS EN LA PLENITUD. Por supuesto, esto ahora requiere de nuestro
sacrificio diario ("golpeo mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre", Qorintiyim Alef 9:27). Este es el
sacrificio que somos llamados a hacer, esto es lo que requiere "cargar nuestro madero cada día".
Cuando queramos mostrarle amor a cierta persona, debemos considerar si ese amor
emana de nuestro ruaj o de nuestras emociones naturales. Nuestras emociones
naturales limitan el amor espiritual. Con el amor natural, sólo podemos amar a
los que nos caen bien, pero no podemos tener trato con los que no, pero Mashíaj
tiene trato con TODOS, y en el Cuerpo, todos debemos tratarnos unos a otros con
el mismo amor. Esto sólo podemos alcanzarlo con el amor de Mashíaj. Si el amor
que sentimos por alguien tiene que ver con nuestros gustos naturales, con el
hecho de sentir que nos cae bien una persona y no otra, es posible que a causa
de ese amor natural le demos a unos un trato preferencial. Esto es miel, y la
miel termina por fermentarse y tener el mismo efecto que la levadura. Esto
significa que, a los ojos de Elohim, el amor natural es tan negativo como el
odio natural.
A menudo, el Adón nos exige
que amemos a alguien que no somos capaces de amar en nuestra vida natural ni
con nuestro amor natural. La única forma de amar a dicha persona es hacerlo con
un amor que no es natural, sino que está en resurrección. Todo nuestro servicio
debe ser realizado en el ruaj, en resurrección.
El
Sumo Sacerdote Hace Expiación Por Sí Mismo
Entonces Mosheh le dijo a Aharón: "Acércate al altar y sacrifica tu ofrenda por el pecado y tu ofrenda quemada, para hacer expiación por ti mismo y por el pueblo; y sacrifica la ofrenda del pueblo y haz expiación por ellos, como ha mandado Yahweh". Aharón se acercó al altar e inmoló su becerro de ofrenda por el pecado. Los hijos de Aharón le trajeron la sangre; él sumergió su dedo en la sangre y puso de ella sobre los cuernos del altar; y derramó el resto de la sangre al pie del altar. La grasa, los riñones, y la protuberancia del hígado de la ofrenda por el pecado los convirtió en humo sobre el altar como había mandado Yahweh a Mosheh; y la carne y la piel se consumieron en el fuego fuera del campamento. Entonces inmoló la ofrenda quemada. Los hijos de Aharón le pasaron la sangre, y él la roció sobre todos los lados del altar. Ellos le pasaron la ofrenda quemada en secciones, así como la cabeza, y él las convirtió en humo sobre el altar. Lavó las entrañas y las patas, y las convirtió en humo sobre el altar junto con la ofrenda quemada. Vayikra 9:7-14
En este pasuk vemos que
Aharón debía hacer expiación por sí mismo y por el pueblo. Debemos entender la
diferencia entre la palabra "expiación" y la palabra "redención",
porque estas palabras no tienen el mismo significado, aunque tampoco tienen las
diferencias que el cristianismo les asigna. Busquemos entonces sus originales
hebreos.
"Redención" es GUEULÁ (H1353), derivada de GAAL (H1350), palabra que ya conocemos de cuando estudiamos el Pariente Redentor o Redentor de Sangre (Goel Ha'Dam). A veces es traducida también como "rescate". Pero nosotros necesitamos justamente rescatar el concepto, que implica que UN PARIENTE VIENE A SALVARNOS. Nos rescata de la situación caída en la que estamos, esto es lo que significa la redención. Muchas veces el mundo interpreta la redención como un acto de justificación de uno mismo, algo que alguien realiza para "redimirse" de alguna cosa mala que hizo. No es así en las Escrituras. Aquí nadie puede HACER NADA POR SÍ MISMO, se necesita un pariente redentor (para nosotros, obviamente es Mashíaj) que viene a redimirnos. Eso implica que nos "compra" de la esclavitud en la que estábamos y nos mantiene para sí mismo, con la idea de darnos libertad. Estas cosas las hemos estudiado también antes (ver CLE02 46 - El Sexto Mandamiento 01 - Culpa De Sangre 01). Esta es la situación en la que estamos nosotros: hemos sido redimidos (comprados del viejo dueño) pero aún no hemos sido liberados por completo. Eso sucederá en el séptimo año, cuando todos los esclavos debían ser liberados. Mientras tanto, estamos aquí como "sal y luz" para que el mundo no sea destruido, como pidió Yahshua. Por eso aún no hemos entrado en la liberación plena, que será al final del Milenio, para entrar en el octavo día (lo que hoy llamamos eternidad).
La redención fue consumada
por la muerte del Adón Yahshua en el madero, y este término debe usarse
únicamente para el B'rit Hadashá. Antes de que el Adón derramara Su sangre en
el madero, no existía tal cosa como la redención. Lo que vemos en el Tanaj es
la expiación: KAFÁR (H3722), que ya sabemos significa "cobertura". La
expiación se refiere al acto de apaciguar el conflicto existente entre dos
partes contrarias a fin de que se restablezca la armonía, la unidad, entre
ellas. La cobertura que la expiación colocaba en el Tanaj era la promesa de la
redención que Yahshua haría. LAS DOS SE BASAN EN LA SANGRE DE YAHSHUA. Aunque
vemos que la expiación en el Tanaj se apoya aparentemente en la sangre de
animales, SIEMPRE APUNTÓ A LA SANGRE DE MASHÍAJ, si somos humildes para ver que
estamos hablando del mismo Elohim, el mismo Padre, el mismo Hijo, el mismo
Plan, una continuidad lógica y bien visible para los que ven lo que el Ruaj les
muestra. Y así como ayer estaban bajo promesa, hoy también nosotros estamos
bajo la misma promesa, ya que AÚN NO HEMOS ENTRADO EN EL OCTAVO DÍA. Tanto los
yisraelitas del Tanaj como nosotros hoy estamos bajo la promesa, porque no
hemos aún recibido la plenitud de la misma. Por eso dice:
Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Yahshua ha Mashíaj fuese dada a los creyentes. GalutYah 3:22
Entonces, Shaúl continúa:
Pero antes de que viniera la fe, estábamos custodiados bajo un sistema de ley, reservados para la fe que había de revelarse. De manera que la Torah ha sido nuestro tutor para llevarnos al Mashíaj, para que se nos declare justos por la fe. GalutYah 3:23-24
Entonces, queda claro: SOMOS
JUSTOS POR LA FE, PORQUE AÚN ESTAMOS EN LA PROMESA. Lo que hemos recibido es la
promesa y seguimos andando en la fe, como los antiguos también anduvieron,
porque somos descendientes de Avraham por la fe, en ese mismo Cuerpo espiritual
que está esperando recibir su plenitud.
La expiación fue necesaria
mientras llegaba el cumplimiento de la promesa (Mashíaj como la manifestación
viva de la Torah) para alcanzar la redención de la humanidad, pero ahora, como
entonces, TODOS ESTAMOS BAJO PROMESA. Lo que ha avanzado es la Obra de Mashíaj,
no el Cuerpo de creyentes. Él ha cumplido ya todas las cosas EN EL PLANO
ESPIRITUAL, pero aquí, en nuestro plano material, siguen corriendo bajo
promesa. Podemos decir que ya hemos recibido la redención de nuestros pecados
porque Mashíaj cumplió Su Obra, pero no en plenitud porque el tiempo en nuestro
plano material no se ha cumplido aún ("hasta
que entren todos"). De manera que hoy estamos en las mismas
condiciones que nuestros antepasados en el Tanaj: estamos CUBIERTOS, aunque
ahora sabemos que la cobertura que hemos recibido (TANTO NOSOTROS COMO LOS DEL
TANAJ QUE MURIERON EN LA PROMESA) es la redención completa a través de Mashíaj.
Algunos dicen que los pecados
del Tanaj fueron cubiertos y eso es correctísimo, porque la palabra es KAFAR,
cubrir. Pero agregar que fueron "cubiertos pero no quitados" es un
grave error. En verdad, lo que se modifica es la obra de Mashíaj, no nosotros.
En SU TIEMPO EN EL PLANO ESPIRITUAL, Mashíaj vino a ocupar un tiempo en el
plano material, y cumplió con su Obra. LOS PECADOS FUERON QUITADOS. Pero en
nuestro tiempo relativo a cada uno de nosotros, ese cumplimiento PLENO continúa
en el "futuro", para nuestros términos terrenales, aunque ya es un
hecho en el plano espiritual. De hecho, NUESTROS NOMBRES ESTÁN INSCRITOS EN EL
LIBRO DE LA VIDA DESDE ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO. En un momento dado, a
causa de la caída, los tiempos de ambos planos se separaron, pero volverán a
unificarse cuando la muerte sea eliminada.
Entonces, tenemos que
comprender que, DESDE NUESTRA ÓPTICA TERRENAL, tanto nuestros pecados como los
del Tanaj son cubiertos: unos por la sangre de animales durante su tiempo
físico, todos ahora por la sangre de Mashíaj, pero aún están todos PENDIENTES:
serán presentados en el juicio. Los cristianos parecen convencidos de que los
únicos muertos que serán resucitados serán yahuditas muy antiguos, porque al
parecer no tienen en cuenta que muchos cristianos también han muerto, y serán
levantados en la segunda resurrección, y como todos, deberán responder según lo
que está escrito en los libros. La diferencia radica en que cuando recibamos la
plenitud será REDENCIÓN COMPLETA (además de la vida eterna). Por eso también
seremos entonces glorificados en nuevos cuerpos.
Como pecadores, teníamos un
problema con nuestro Elohim, quien es justo. Aunque Él nos amaba, algo injusto
se interponía entre Él y nosotros. En tanto que esta situación injusta no fuese
apaciguada, no podíamos ser uno con Él. Por lo tanto, en el Tanaj se usaron
animales temporalmente, y luego en el madero Mashiaj efectuó la redención por
nosotros. Mashiaj no sólo derramó Su sangre para efectuar la redención, sino
que en Su ascensión Él entró en los cielos y presentó Su sangre delante de
Elohim. Al presentar Su sangre, Él obtuvo, logró, eterna redención por nosotros
(Ivrim 9:12). Cuando creímos en Mashiaj, entramos en Él y recibimos esta
redención... EN PROMESA, leamos nuevamente: "para que LA PROMESA que es POR
LA FE en Yahshua ha Mashíaj fuese dada a los creyentes", GalutYah 3:22.
Dentro del Arca había dos
tablas, en cada una de las cuales estaban inscritos cinco de los Diez
Mandamientos. Los Diez Mandamientos condenaban a todo el que se acercaba a
Elohim. Pero la sangre de la ofrenda por el pecado, derramada en el Día de la
Expiación, era rociada sobre la tapa del Arca para que se hiciera expiación por
toda la nación, para todo el año. Por esta razón, a la tapa del Arca se le
conocía como la cubierta expiatoria.
En Vayikra 9:7 se le dijo a
Aharón que hiciera expiación por sí mismo y por el pueblo. Él tenía un problema
con Elohim y necesitaba hacer algo para apaciguar el conflicto existente a fin
de tener paz con Elohim.
Que Aharón ofreciese primero
la ofrenda por el pecado y el holocausto para hacer expiación por sí mismo
significa que él, un pecador, necesitaba tomar a Mashiaj como su ofrenda por el
pecado y como su holocausto para ser un sacerdote que sirviese a Elohim. Antes
de servir como sacerdote, Aharón debía apaciguar todo conflicto existente. Por
tanto, él necesitaba la ofrenda por el pecado y también el holocausto.
Que Aharón preparara la
ofrenda por el pecado y el holocausto también tipifica que Mashiaj se ofreció a
Sí mismo como ofrenda por el pecado para redimir al pueblo de Elohim y como
holocausto a favor del pueblo de Elohim para satisfacer a Elohim. Aharón tenía
que hacer ofrenda por sí mismo en primer lugar y Yahshua también tuvo que
hacerlo, no porque tuviera culpa alguna, sino porque había sido acusado. Porque
no tenía culpa fue encontrado inocente y perfecto en su obediencia, de manera
que consumó el sacrificio perfecto que la Ley requería, y fue elevado por
encima de todas cosas.
En la ofrenda por el pecado,
el Sumo Sacerdote era uno con el pueblo; así también, el pueblo de Elohim es
uno con Mashiaj; por tanto, somos redimidos en Él. Él obtuvo, logró, la
redención. Mientras seamos uno con Él, obtenemos redención. En el holocausto,
Mashiaj es uno con el pueblo de Elohim; por tanto, Él vive en nosotros para que
le vivamos y así satisfagamos a Elohim.
Hoy en día la ofrenda por el
pecado nos recuerda de muchas cosas negativas, y el holocausto nos recuerda que
debemos vivir absolutamente entregados a Elohim, pero que no lo hacemos.
Debemos tomar a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado para que Él nos
redima y nos traiga de nuevo a una condición de paz con Elohim, y debemos tomar
a Mashiaj como holocausto, como Aquel que lleva en nosotros y por nosotros una
vida de absoluta entrega a Elohim.
La ofrenda por el pecado
guarda relación con la muerte, y el holocausto guarda relación con la
resurrección. Somos uno con Mashiaj en Su muerte, y Él es uno con nosotros en
Su resurrección.
El
Sumo Sacerdote Hace Expiación Por El Pueblo
Luego trajo la ofrenda del pueblo. Tomó el chivo para la ofrenda por el pecado del pueblo, y lo inmoló, y lo presentó como ofrenda por el pecado, como el anterior. Trajo la ofrenda quemada y la sacrificó según el reglamento. Trajo entonces la ofrenda de comida y, tomando un puñado de ella, lo convirtió en humo sobre el altar –en adición a la ofrenda quemada de la mañana. Vayikra 9:15-17
Esto significa que Mashiaj se
ofreció a Sí mismo como nuestra ofrenda por el pecado para hacerse cargo de
nuestro pecado, como nuestro holocausto para satisfacer a Elohim y como nuestra
ofrenda de harina para ser tanto el alimento de Elohim como el nuestro. Cada
mañana debemos tomar a Mashiaj como estas ofrendas, para que Él sea nuestras
ofrendas y también nuestro Kohen Gadol, mientras nosotros aprendemos a
ministrar como sacerdotes, pidiendo: "Adón,
en este nuevo día te tomo como mi ofrenda por el pecado, como mi holocausto y
como mi ofrenda de harina a fin de vivir por Ti, contigo y en Ti, e incluso a
fin de vivirte para la satisfacción de Elohim".
Inmoló el buey y el carnero, el sacrificio de bienestar del pueblo. Los hijos de Aharón le pasaron la sangre –la cual roció contra todos los lados del altar– y las partes grasosas del buey y el carnero: la cola gorda, la cubierta (de grasa), los riñones, y las protuberancias del hígado. Pusieron estas partes grasosas sobre los pechos; y Aharón convirtió en humo las partes grasosas sobre el altar, y elevó los pechos y los muslos derechos como ofrenda elevada delante de Yahweh –como había mandado Mosheh. Vayikra 9:18-21
Aquí vemos que Aharón
presentó la ofrenda de paz en favor del pueblo. Esto significa que Mashiaj se
ofreció a Sí mismo como nuestra ofrenda de paz para que nosotros y Elohim
podamos disfrutarle como paz. Disfrutamos de esta paz al disfrutar a Mashiaj en
la mesa del Adón.
El deleite de Mashiaj como
ofrenda de paz, tal como se describe en los pasukim del 18 al 21, se basa en el
hecho de que Él es nuestra ofrenda por el pecado, nuestro holocausto y nuestra
ofrenda de harina, según consta en los pasukim del 7 al 17. Quizás ustedes se
pregunten por qué no se hace mención de la ofrenda por las transgresiones en
estos pasukim, y es que esta ofrenda es para las transgresiones que realizamos
durante el día, no para la purificación de consagración. Aquí la ofrenda por las
transgresiones está incluida en la ofrenda por el pecado. En esta consagración,
no fueron únicamente Aharón y sus hijos consagrados, sino también, A TRAVÉS DE
ELLOS, todo el pueblo. Por eso, la postura kadosh de los sacerdotes, en
santidad permanente, era la que mantenía levantada la consagración del pueblo
delante de Yahweh. Delante de Él, los sacerdotes se ocupaban de mantener
permanentemente encendido el holocausto sobre el altar, de día y de noche, a
favor de la nación entera.
Ésta era la primera vez en
toda la historia humana que se aplicaba a Mashiaj de esta manera y a tal grado.
En esta aplicación, Mashiaj es nuestra ofrenda por el pecado, nuestro
holocausto y después nuestra ofrenda de harina para nuestra vida diaria, con el
resultado de que entramos en la paz, la que es Mashiaj mismo. Éste es el inicio
de las ofrendas, las cuales apuntan al Mashiaj vivo, a quien disfrutamos y del
cual comemos cada día como nuestro alimento diario.
"Porque hoy se les aparecerá Yahweh"... Mosheh dijo: "Esto es lo que Yahweh les ha mandado hacer, para que se les aparezca la Presencia de Yahweh"... Aharón levantó sus manos hacia el pueblo y los bendijo; y se bajó después de presentar la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada, y la ofrenda de bienestar. Mosheh y Aharón entraron entonces en la Carpa de Reunión. Cuando salieron, bendijeron al pueblo; y la Gloria de Yahweh se le apareció a todo el pueblo. Salió un fuego de delante de Yahweh y consumió la ofrenda quemada y las partes grasosas sobre el altar. Y todo el pueblo lo vio, y gritó y cayeron sobre sus rostros. Vayikra 9:4, 6, 22-24
"La Gloria de Yahweh se le apareció a todo el pueblo". Elohim confirmó Su presencia al enviar fuego. Los
sacerdotes estaban allí, la ofrenda estaba allí, el Tabernáculo estaba allí, y
la nación estaba allí... PERO TODO ESTABA INCOMPLETO SIN EL FUEGO DE ELOHIM.
Cuidado, porque muchas veces los creyentes se conforman únicamente con estas
partes "que ven", pero no siempre el fuego desciende del cielo para
consumir lo que le han ofrecido.
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