Los Resultados De La Consagración Del Sacerdocio
1.
Baja Fuego Del Cielo
Las
Escrituras nos dan siete ejemplos donde Elohim mostró aceptación del sacrificio
con fuego del cielo:
· Hevel (Bereshit 4:4)
· Aharón (Vayikra 9:24)
· Guidón (Shoftim 6:21)
· Manóaj (Shoftim 13:19-23)
· David (Dibrey ha Yamim Alef 21:28)
· Shlomó (Dibrey ha Yamim Bet 7:1)
· EliYah (Melajim Alef 18:38).
El fuego a
menudo está asociado con la presencia y obra de Elohim. Devarim 4:24 nos dice: "Porque Yahweh tu Elohim es fuego
consumidor, Elohim celoso". Yahanan el Inmersor prometió que Yahshua
bautizaría con el Ruaj haKodesh y fuego (MattiYah 3:11). El Ruaj haKodesh
manifestó Su presencia en el día del Shavuot por lengüetas de fuego (MaAseh
2:3). Yahshua dijo: "Fuego vine a
echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?" (Luka
12:49). El fuego indica la presencia de Elohim.
A pesar de
que esta ceremonia de consagración tiene una aplicación espiritual para
nosotros, obviamente no necesitamos repetir estos pasos literales ni
disfrazarnos para ser consagrados para el sacerdocio, y en parte esto es porque
NO PERTENECEMOS A LA MISMA ORDEN SACERDOTAL. Sin embargo, nuestro sacerdocio es
real y esta trazado por el patrón del sacerdocio de Yahshua, quien nunca
participó de esta ceremonia. El sacerdocio de Yahshua estaba basado en un
juramento superior:
A los otros los hicieron
sacerdotes sin juramento, mientras que a éste lo hicieron por el juramento del
que le dijo: "Juró Yahweh y no se arrepentirá: "Tú eres sacerdote
para siempre, según el orden de Melki-Tsedeq". Por lo tanto, a Yahshúa se
lo constituyó fiador de una alianza superior. Ivrim 7:21-22
Nosotros
también somos hechos sacerdotes, no por una ceremonia, sino por un juramento
—la promesa de Elohim—, al igual que Yahshua. Cuidado, porque las versiones
mesiánicas omiten esta parte: "Según
el orden de Melki-Tsedeq", ya que así sustentan su teoría personal de
que la orden de Leví continuará ejerciendo su sacerdocio en el supuesto tercer
templo, ignorando el libro de Yahjezkel, que es un tipo en el cual Yahweh da
las instrucciones a Yahshua (el verdadero Hijo del Hombre) acerca de lo que Él
deberá llevar a cabo, y será levantar un nuevo sacerdocio:
Y los levitas que se
apartaron de mí cuando Yisrael se alejó de mí, yéndose tras sus ídolos,
llevarán su iniquidad. Y servirán en mi santuario como porteros a las puertas
de la casa y sirvientes en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima
para el pueblo, y estarán ante él para servirle. Por cuanto les sirvieron
delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Yisrael por tropezadero de maldad;
por tanto, he alzado mi mano y jurado, dice Adonay Yahweh, que ellos llevarán
su iniquidad. No se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se
acercarán a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que
llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron. Pero los pondré a cargo
de las tareas del templo, en todo su servicio y en todo lo que se ha de hacer
allí. Sin embargo, los sacerdotes levitas hijos de Tsadoq, que guardaron el
ordenamiento del santuario cuando los hijos de Yisrael se apartaron de mí,
ellos se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán para
ofrecerme la grosura y la sangre, dice Adonay Yahweh. Ellos entrarán en mi
santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas.
Yahjezquel 44:10-16
No se dejen
engañar por interpretaciones que dejan de lado siquiera un pasuk de las
Escrituras.
Este fuego
significa que la santidad de Elohim como fuego consumidor acepta nuestras
ofrendas al incinerarlas. Todo lo que concuerda con la naturaleza santa de
Elohim, la santidad de Elohim lo acepta consumiéndolo. Pero todo aquello que no
satisfaga los requisitos de la santidad de Elohim será juzgado por la santidad
de Elohim mediante el fuego. En tal caso, el fuego representa al Elohim que es
fuego consumidor (Ivrim 12:29). El fuego de Yahweh consume todo: lo que acepta
lo transforma en humo agradable, y lo que no acepta, es consumido por su ley de
fuego, pero nunca en Su altar.
Después que
hayamos disfrutado la presencia de Elohim, la aparición de Su gloria y la
bendición del Adón, debemos estar preparados para recibir el fuego consumidor.
Es una ley espiritual que el fuego consumidor de las aflicciones siempre viene
después de la bendición de Elohim. Este fuego es una señal de que Él ha
aceptado lo que le ofrecimos en Mashiaj y con Mashiaj.
Para
nosotros hoy en día, el fuego consumidor puede ser una señal de que Elohim ha
aceptado nuestro ofrecimiento a Él, o puede ser el juicio de Elohim a causa de
nuestras ofensas. ¿Cómo sabemos si el fuego consumidor es señal de que Elohim
nos acepta o si es el juicio de Elohim? Podemos discernirlo por la situación en
que nos encontremos. Si disfrutamos a Mashiaj y lo ofrecemos a Elohim, el fuego
consumidor será la señal de que Elohim nos ha aceptado; pero si hemos cometido
alguna ofensa contra el gobierno de Elohim, el fuego que nos sobrevenga será el
juicio de Elohim por haber tocado Su gobierno. Éste es un asunto serio.
2. Trae La Gloria De Yahweh
Ahora centraremos
nuestra atención en el fruto, el resultado, de nuestro servicio sacerdotal. Es
difícil hablar del resultado de nuestro sacerdocio porque dicho resultado no es
material, sino espiritual, misterioso, celestial y divino. El resultado del
servicio sacerdotal del B'rit Hadashá es la aparición de Elohim a nosotros
(pasuk 4), la aparición de la gloria de Elohim a nosotros (pasukim 6, 23b), la
bendición divina (pasukim 22-23) y el fuego consumidor (pasuk 24). Consideremos
ahora cada uno de estos asuntos.
La aparición
de Elohim a nosotros guarda relación con el hecho de tomar a Mashiaj como las
ofrendas. Al confesar nuestros errores, fracasos y malas acciones,
espontáneamente tomamos a Mashiaj como nuestra ofrenda por el pecado y como
nuestra ofrenda por las transgresiones. Esto puede llevarnos a tomarlo como
nuestro holocausto. Sólo de esta forma estaremos de pie, recubiertos y
revestidos de Mashíaj, para poder ejercer nuestro sacerdocio diario. ¿Qué es
ejercer el sacerdocio diario? Es caminar por nuestras vidas, en todos los
ámbitos (laboral, familiar, escolar, etc.), en los pies de Mashíaj.
Como
resultado de tomar a Mashiaj en calidad de todas estas ofrendas, la presencia
de Elohim estará con nosotros, "bajará su fuego" y se manifestará Su
Gloria. Ésta es la aparición de Elohim a nosotros. No podemos verlo ni tocarlo
físicamente, pero tenemos la certeza de que Él se nos ha "aparecido",
ha aprobado las ofrendas de Mashíaj y está con nosotros. Ya que no podemos
negar la sensación de que Elohim se nos ha aparecido, desearemos adorarle,
ofreciéndole nuestras alabanzas y acciones de gracias. Ésta es la manera en que
experimentamos la aparición de Elohim, la cual es resultado de nuestro servicio
sacerdotal. Debemos tener esta experiencia no sólo temprano por la mañana, sino
también durante el día.
Cuando
servimos a Elohim en nuestro ruaj, disfrutando a Mashiaj según las normas de
Elohim, disfrutaremos de la aparición de Elohim, que a menudo viene acompañada
de la aparición de la gloria de Elohim. La gloria de Elohim es Elohim mismo
expresado. Cuando Elohim es expresado, eso es la gloria.
Y si el ministerio de
muerte grabado con letras en piedras, vino con tal gloria que los hijos de
Yisrael no podían fijar la vista en el rostro de Mosheh a causa de la gloria de
su rostro, la cual se desvanecía ¡cómo no será con mayor gloria el ministerio
del Ruaj! Porque si hay gloria con respecto al ministerio de condenación, mucho
más abunda en gloria el ministerio de la justicia. Qorintiyim Bet 3:7-9
En el caso
de Moshe, quien tenía el ministerio del Tanaj, un ministerio de muerte y de
condenación, la gloria —una gloria física— se manifestó en su rostro. Nosotros,
los que tenemos el ministerio del B'rit Hadashá del Ruaj y de la justicia, tenemos una gloria en
vida y en ruaj. Y el punto es que AMBOS SON GLORIOSOS, porque ambos
manifiestan, cada uno como le fue determinado, la Gloria de Yahweh.
Las
reuniones creyentes son maravillosas y misteriosas porque tienen que ver con
Elohim. El Adón Yahshua dijo: "Donde
están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos"
(MattiYah 18:20). Creemos que el Adón está con nosotros en cada reunión, pero
Él manifiesta Su presencia de distintas maneras y, dependiendo de nuestra
condición en la reunión, Él nos da diversas sensaciones con respecto a la
reunión. Por ejemplo, algunas veces Él permite que tengamos una sensación de
muerte a fin de mostrarnos que estamos mal. Otras veces, Él despierta a todos
los que están en la reunión, y todos tienen la sensación de que Elohim los ha
despertado. Este despertar es totalmente divino, y es en tales circunstancias
que Elohim se nos aparece en Su gloria, en Su expresión.
La aparición
de la gloria de Elohim en las reuniones de la congregación está relacionada con
el deleite que tenemos de Mashiaj como las ofrendas. Si en una congregación de
doscientos santos, sesenta de ellos disfrutaran a Mashiaj como las ofrendas
durante el día, la aparición de Elohim y la expresión misma de Elohim estaría
entre ellos por la noche a la hora de reunirse. La expresión de Elohim se ve en
el hecho de que ellos se reúnan en el nombre de Mashiaj. Sin embargo, si ningún
santo disfrutara a Mashiaj como las ofrendas, la situación sería todo lo
contrario. Esa reunión no expresaría a Elohim.
La atmósfera
de las reuniones indica lo que somos para con Elohim. Nadie puede aparentar
nada. La reunión es verdaderamente una exhibición de nuestra vida creyente y,
en particular, del grado en que disfrutamos a Mashiaj en nuestra vida privada y
en nuestra vida familiar. Nuestras reuniones son una exhibición del verdadero
deleite que tenemos de Mashiaj. Si disfrutamos a Mashiaj, la reunión será una
exhibición de las riquezas de Mashiaj. Si no disfrutamos a Mashiaj, no habrá ninguna
exhibición de las riquezas de Mashiaj en la reunión. En ese caso, de nada
servirán nuestros gritos y alabanzas, ya que la reunión no está bajo nuestro
control. El punto aquí es que nuestra experiencia de Mashiaj afecta las
reuniones; en particular, afecta —e incluso determina— la atmósfera de las
reuniones de la congregación.
La atmósfera
de las reuniones es un indicio de la aparición de la gloria de Elohim, y esta
aparición depende de que ministremos Mashiaj como las ofrendas. Cuando ministramos
Mashiaj como las distintas ofrendas a otros, lo disfrutamos a Él, y aquellos a
quienes les ministramos también lo disfrutan. Esto afectará la atmósfera de las
reuniones porque el resultado de eso será la aparición de la gloria de Elohim.
3. Trae La Bendición
"Cuando salieron, bendijeron al pueblo". El corazón de
Aharón estaba para con el pueblo. Él deseaba bendecirles, y así que alzó Aharón
sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Su lavamiento, santificación,
justificación, consagración, su identificación con el pueblo, y humildad, cada
cosa le puso el deseo de bendecir al pueblo más que a sí mismo. Este es el
resultado de la verdadera consagración: PREPARARNOS PARA EL SACERDOCIO DEL
SERVICIO. Aquellos que no se disponen a servir a los demás, que nunca tienen
tiempo y que se centran más en el mundo, no han sido consagrados para el
servicio sacerdotal. Son creyentes, ciertamente, y son salvos, pero no son
sacerdotes.
Esto también
tipifica a nuestro Adón, nuestro Sumo Sacerdote, después de Su muerte en el
madero, quien nos bendijo en Su resurrección:
Entonces los llevó afuera
hasta Bet-Hiní (Betania), y alzando sus manos los bendijo. Luka 24:50
El Adón en
Su resurrección está con nosotros todos los días, hasta la consumación del siglo:
Yo estoy con ustedes todos
los días, hasta el fin del mundo. MattiYah 28:20b
La presencia
del Adón con nosotros equivale a Su bendición. Mientras tengamos Su presencia,
estamos bajo Su bendición. Por eso las Escrituras declaran que la bendición y
la maldición son asuntos de POSICIÓN, más que de obediencia externa. Estar
alineados con Yahweh nos otorga bendición, estar desalineados trae la
maldición. Más que castigo, es consecuencia. Por eso también, cuando Su
bendición está con nosotros (CUANDO ESTAMOS ALINEADOS CON ÉL, aún tropezando en
nuestra carne), HASTA NUESTROS ERRORES SE TORNAN EN BENDICIONES. Pero sin Su
presencia, aun cuando estemos bien en todo, estamos bajo maldición. Bendición y
maldición no es una cuestión de sensación de placer o bienestar sino una
cuestión de estar o no en Su presencia. Aunque nuestro Sumo Sacerdote se fue a
los cielos, Él sigue presente con nosotros y en nosotros, y Su presencia es una
bendición no sólo en la vida de congregación, sino también en nuestra vida
familiar y en nuestra vida cotidiana.
La presencia
del Adón como bendición nuestra viene a nosotros cuando aplicamos a Mashiaj en
calidad de todas las ofrendas. Cada día debemos aplicar a Mashiaj como nuestra
ofrenda por el pecado, nuestro holocausto, nuestra ofrenda de harina y nuestra
ofrenda de paz. Si lo aplicamos como tales ofrendas, tendremos Su bendición, la
cual es Su presencia. No estamos aquí hablando de ritualizar estas cosas ni de
espiritualizarlas en cuanto a repetir fórmulas o cualquier tontería semejante, sino
a COMER LITERALMENTE DE MASHÍAJ COMO NUESTRAS OFRENDAS.
Yahanan 3:16
dice que Elohim amó al mundo de tal manera, que dio a Su Hijo unigénito. ¿De
qué manera nos dio Elohim a Su Hijo? Él nos lo dio en calidad de todas las
ofrendas. Cuando tomamos la ofrenda por el pecado, tomamos un aspecto de
Mashiaj; cuando tomamos el holocausto, tomamos otro aspecto de Mashiaj; y
cuando tomamos la ofrenda de harina y la ofrenda de paz, tomamos otros aspectos
de Mashiaj.
Muchos
creyentes entienden Yahanan 3:16 de una manera muy general. ¿Cómo podemos
aceptar a Mashiaj como la gran dádiva que Elohim nos dio, si no lo aplicamos
como las ofrendas? La mayoría dice tener la certeza de la salvación pero su "gracias"
es apenas un balbuceo, y no saben muy bien de qué o para qué fueron salvos,
mucho menos la magnitud del precio pagado. Si lo entendieran, NO TRATARÍAN TAN
NEGLIGENTEMENTE AL QUE DEJÓ SU TRONO Y DESCENDIÓ A BUSCAR A SUS PERDIDOS. Si
debemos disfrutar a esta persona que lo incluye todo, debemos aplicarlo diariamente
como nuestra ofrenda por el pecado, nuestro holocausto, nuestra ofrenda de
harina y nuestra ofrenda de paz. Entonces disfrutaremos de Su presencia, la
cual será una bendición para nosotros en todo sentido.
"Moshe y Aharón
entraron en la Tienda de Reunión. Después salieron y bendijeron al pueblo".
Vayikra 9:23a
Esto
significa que Mashiaj, como nuestro Príncipe y Sumo Sacerdote, entró en los
cielos para ser nuestro Sacerdote real y saldrá de los cielos para bendecirnos:
A éste, Elohim lo ensalzó
con su diestra para ser Príncipe y Salvador... MaAseh 5:31
Así que, teniendo un gran
sumo sacerdote que ha atravesado el cielo, Yahshúa el Hijo de Elohim... Ivrim
4:14
Tanto Moshe
como Aharón tipifican a Mashiaj. Moshe era el líder, el príncipe, y Aharón era el
sumo sacerdote. Hoy Mashiaj es nuestro Príncipe y nuestro Sumo Sacerdote.
Cuando Él viene a nosotros, viene con bendiciones, y el hecho de que esté con
nosotros es la bendición que incluye todo que necesitamos. Podemos disfrutar
esta bendición sólo al aplicar a Mashiaj como las ofrendas. Si aplicamos a
Mashiaj como la ofrenda por el pecado, el holocausto, la ofrenda de harina y la
ofrenda de paz, recibiremos la bendición que necesitamos. A través de ese
camino es que podemos entrar en el Lugar Santísimo.
El B'rit
Hadashá nos dice que bendigamos a otros y que no los maldigamos (Luka 6:28;
Romaniyim 12:14). Aun cuando seamos aborrecidos, perseguidos y difamados,
debemos bendecir a los que nos persiguen y orar para que el Adón los perdone.
El sentir nuestro debe ser que ninguna persona esté bajo maldición.
El Fuego Consumidor
En los
capítulos del 1 al 9 de Vayikra, hemos visto las ofrendas y sus respectivas
leyes, la consagración de Aharón y de sus hijos, el inicio del servicio
sacerdotal y el resultado de dicho servicio. El resultado del servicio
sacerdotal incluye la aparición de Elohim, la manifestación de la gloria de
Elohim, la bendición dada al pueblo y el fuego que sale de delante de Elohim y
que consume el holocausto. Este fuego consumidor, que representa la santidad de
Elohim, lo usa Elohim en dos casos distintos, como dijimos, uno positivo y otro
negativo. En el caso positivo, cuando tenemos algo que presentarle a Elohim y
se lo ofrecemos, Él lo acepta consumiéndolo por fuego. Esta acción de consumir
es positiva; eso significa que Elohim ha aceptado lo que somos, lo que hacemos
y lo que tenemos para Él. En el caso negativo, el fuego santo viene de parte de
Elohim como juicio. Este caso negativo —el caso de Nadav y Avihú— se encuentra
en Vayikra 10:1-11, la sección que consideraremos a continuación:
Ahora bien, los hijos de Aharón, Nadav y Avihú trajeron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, y le pusieron incienso; y ofrecieron delante de Yahweh fuego extraño, que él no les había mandado. Y salió un fuego de Yahweh y los consumió; así murieron a instancias de Yahweh. Entonces Mosheh le dijo a Aharón: "Esto fue lo que quiso decir Yahweh cuando declaró: En los que se me acercan me muestro santo, y me cubro de gloria delante de todo el pueblo". Y Aharón se quedó callado. Mosheh llamó a Mishael y a Eltsafán, hijos de Uziel el tío de Aharón, y les dijo: "Acérquense y llévense a sus parientes del frente del santuario a algún lugar fuera del campamento". Ellos se acercaron y los sacaron del campamento por sus túnicas, como había ordenado Mosheh. Y Mosheh le dijo a Aharón y a sus hijos Elazar e Itamar: "No se pelen la cabeza ni desgarren sus ropas, no sea que mueran y que la Ira arremeta contra toda la comunidad. Pero sus parientes, toda la casa de Yisrael, llorarán la quema que ha provocado Yahweh. Así que no salgan de la entrada de la Carpa de Reunión, para que no mueran, que el aceite de la unción de Yahweh está sobre ustedes". Y ellos hicieron como había encargado Mosheh. Y Yahweh le habló a Aharón, diciendo: "No bebas vino ni nada embriagante, ni tú ni tus hijos, cuando entren a la Carpa de Reunión, para que no mueran. Esta es una ley perpetua por las edades, porque ustedes deben distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo impuro y lo limpio; y deben enseñarles a los yisraelitas todas las leyes que Yahweh les impartió mediante Mosheh. Vayikra 10:1-11
El caso de Nadav
y Avihú descrito en 10:1-11 concuerda con los eventos relatados en el capítulo
anterior. Pareciera que este triste incidente ocurrió el mismo día en que "salió fuego de delante de Yahweh y
consumió el holocausto y las grosuras que estaban sobre el altar"
(9:24).
Nadav y Avihú,
hijos de Aharón, hicieron algo que aparentemente era bueno: ellos ofrecieron
algo a Elohim. No obstante, ofrecieron "fuego extraño" (10:1), esto
es, fuego común, no el fuego que viene de los cielos. Elohim juzgó el
ofrecimiento del fuego extraño consumiendo a los dos sacerdotes que lo
ofrecieron. Esto nos muestra, por una parte, que Elohim es misericordioso y
benévolo, y por otra, que Él es muy severo y estricto. Después de las
bendiciones de aquel excelente y glorioso día descrito en el capítulo 9, el día
en que Elohim dio inicio a la aplicación de Mashiaj para el deleite de Su
pueblo, probablemente nosotros habríamos tolerado el error relatado en el
capítulo 10. Pero Elohim no lo toleró. Inmediatamente después de bendecir,
Elohim vino a juzgar. Esta es una severa advertencia para los que aseguran que
Yahweh es sólo bondad pero sin justicia. NO LO CONOCEN QUIENES ASÍ HABLAN DE
ÉL, como tampoco lo conocen los que aseguran que es cruel y vengativo (o ya
habrían sido destruidos).
El fuego
celestial que consumió las ofrendas fue totalmente positivo. Este fuego
consumidor fue una clara confirmación de que Elohim es el Elohim vivo y
verdadero, y que Él estaba con Su pueblo, el pueblo de Yisrael. Además, este
fuego consumidor era una confirmación de lo que Moshe había hecho y de lo que
había dicho al pueblo respecto a Elohim. Antes de aquel momento, los yisraelitas
quizás se preguntaban qué clase de Elohim tenían, porque aunque habían oído
hablar de Él por medio de Moshe, no lo habían visto, con excepción de la
experiencia en el Sinay, que tampoco les resultó del todo agradable. Ahora
habían tenido un día especial, un día formal y oficial, en que se dieron toda
clase de leyes, normas y ofrendas. En ese día apareció la gloria de Elohim, y
Su bendición descendió sobre Su pueblo; más aún, en aquel día hubo la
aceptación divina de las ofrendas. Esta aceptación vino en forma de fuego
consumidor. Este fuego descendió del cielo; no provenía de la tierra, ni se
había originado en los hijos de Yisrael. Cuando el fuego descendió del cielo a
un lugar específico —al altar—, donde estaban las ofrendas, y consumió dichas
ofrendas, todos los del pueblo lo vieron, dieron un grito resonante y se
postraron sobre sus rostros (9:24b).
Pero poco
después el fuego consumidor apareció de nuevo, aunque esta vez en forma
negativa. En lugar de mostrar aceptación, el fuego santo juzgó. En el capítulo
9, el fuego santo consumió en señal de aceptación; en el capítulo 10, el fuego
santo consumió en señal de juicio. Refiriéndose a Nadav y Avihú, 10:2 dice: "Salió fuego de delante de Yahweh y los
consumió, y murieron delante de Yahweh". Aquí muchos se retirarían
meneando la cabeza, asegurando que no podrían tener nada que ver con un "dios
inestable", porque les parecería que ven a alguien que es tan capaz de dar
vida como de destruir al menor error, con minutos de diferencia. Esto, porque
no conocen la ofensa ni entienden la importancia de los cuadros. Moshe perdió
la entrada a la Tierra Prometida por un error, y estos jóvenes sacerdotes
serían las figuras que retratarían a las generaciones futuras la forma en que
los sacerdotes no debemos tomar las cosas kadoshim.
Algo semejante
a esto ocurrió en MaAseh. En el día de Shavuot, la gloria de Elohim descendió
del cielo (MaAseh 2:1-4), pero no mucho después, una pareja engañó al Ruaj
haKodesh y murió como consecuencia de eso, JananYah y Safira (5:1-11). En el
caso de Vayikra 10, el ofrecimiento de algo no santificado, un fuego común y
mundano, acarreó juicio. El fuego santo y celestial consumió a Nadav y Avihú, y
éstos murieron.
Cuanto más
consideramos el caso de Nadav y Avihú, más nos percatamos de que Elohim no sólo
es misericordioso, sino también kadosh, y que Él no sólo es benévolo, sino
también severo. Por lo tanto, no debemos ser descuidados en nuestro servicio a
Él ni tampoco en la manera en que tratamos las cosas divinas.
"No bebas vino ni nada embriagante, ni tú ni tus hijos, cuando entren a el Ojel Moed, para que no mueran. Esta es una ley perpetua por las edades, porque ustedes deben distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo impuro y lo limpio"... Vayikra 10:9-10
Esta orden
indica que la razón por la que Nadav y Avihú ofrecieron fuego extraño podría
haber sido que ellos se habían embriagado con vino. Fue por eso que actuaron a
la ligera, descuidadamente y sin ningún temor. Como resultado, ellos sufrieron
el juicio santo de Elohim. De cualquier manera, como ya hemos estado viendo,
para que el castigo fuera la muerte, los cargos debían ser especialmente
graves, y esto daría explicación al caso.
Tanto en el
Tanaj como en el B'rit Hadashá, este mismo principio se aplica con respecto al
resultado de servir a Elohim y tocar las cosas divinas descuidadamente. En el
caso de Nadav y Avihú, y en el de JananYah y Safira, el resultado fue la
muerte. Esto nos muestra que tocar los asuntos divinos descuidadamente es algo
muy serio y que puede acarrear muerte. Conforme al B'rit Hadashá, esta muerte
quizás no sea física, sino espiritual.
Consideremos
ahora más detalladamente las consecuencias del caso de Nadav y Avihú.
La Lección Para Los Sacerdotes
01
Nadav y
Avihú fueron consumidos probablemente al final del día de gloria y bendición
descrito en el capítulo 9. Lo que les sucedió a estos dos hijos de Aharón sin
duda constituye una lección para nosotros hoy.
Ahora bien, los hijos de Aharón, Nadav y Avihú trajeron cada uno su incensario, pusieron fuego en él, y le pusieron incienso; y ofrecieron delante de Yahweh fuego extraño, que Él no les había mandado. Vayikra 10:1
En primer
lugar, ellos presentaron "fuego extraño". Esto, como también se
explica en el pasuk, se trataba de algo que "ÉL
NO LES HABÍA MANDADO". Esto representa el entusiasmo natural, el
afecto natural, la fuerza natural y la capacidad natural del hombre, ofrecidos
por éste a Elohim. Ellos quisieron hacer las cosas a su manera, el viejo método
de Qayin, QUE SIEMPRE ES RECHAZADO.
Nadav y
Avihú fueron juzgados no porque hubieran hecho algo que no era para Elohim,
sino porque actuaron en conformidad con la vida natural. Ellos hicieron algo
para Elohim, pero de una manera natural. Quizás amaban a Elohim, pero lo amaban
de una manera natural.
Debemos ser
ardientes y fervorosos por el Adón; no obstante, nuestro fervor no debe ser
natural, sino espiritual. La manera en que dejamos de ser personas naturales y
avanzamos para ser personas espirituales consiste en tomar el camino del
madero. El madero debe eliminar todo lo que somos en la vida natural. El hombre
natural ya fue clavado en el madero juntamente con Mashiaj. Ahora en nuestra
vida y andar creyentes debemos tener la actitud de que nuestro hombre natural
ya fue clavado en el madero y que debe ser desechado. Ya que la vida natural ya
fue condenada, nosotros debemos condenarla hoy. Debemos comprender que nuestro
hombre natural ya fue juzgado por Elohim en el madero y que, por tanto, no
debemos estimarlo ni tenerlo en cuenta.
Servir en la
congregación y testificar en las reuniones puede hacerse fácilmente de manera
natural. Si hablamos en las reuniones de una manera natural, ofreceremos fuego
extraño, fuego común, y esto acarreará muerte espiritual. Cada vez que testificamos
de una manera natural, nuestro ser cae en muerte, y la reunión con su atmósfera
también cae en muerte.
Todos
debemos aprender a no tocar las cosas santas de Elohim valiéndonos de la vida
natural. No sólo lo que hacemos debe ser apropiado, sino también la manera en
que lo hacemos. No basta simplemente con hacer lo correcto. Debemos hacer lo
correcto en la manera correcta. Ofrecer fuego extraño a Elohim es hacer lo
correcto en la manera incorrecta, y esto acarrea el juicio de muerte. Esto contradice
el 99% del servicio de los creyentes en la actualidad. Las Escrituras son
claras en cuanto a que es Él quien determina la forma en que debemos adorarlo,
pero la carne siempre "sabe" o "siente" mejor que Él
mismo...
No es fácil
ser purificados de nuestra condición natural. Muy a menudo ejercitamos nuestro
entusiasmo, afecto, fuerza y capacidad naturales. No obstante, todo lo natural
que hay en nosotros debe ser puesto a muerte.
La vida de
Moshe es un buen ejemplo de lo que es dar muerte al hombre natural. Moshe dijo
que "los días de nuestros años son
setenta años, y son ochenta años si hay vigor" (Mizmor 90:10). Según
su entendimiento, la edad de ochenta años marca el fin de la vida humana. Es
muy significativo, por tanto, que Moshe fuese llamado por Elohim a la edad de
ochenta años. Esto indica que la vida natural de Moshe había llegado a su fin y
que todo cuanto él hizo para Elohim, lo hizo en resurrección. A la edad de
ochenta años, Moshe tuvo un nuevo comienzo, y a partir de entonces no actuó según
su vida natural, sino conforme a un ruaj de resurrección.
Independientemente
de cuál sea nuestra edad, todos debemos aprender a no hacer ni decir nada
valiéndonos de nuestra fuerza, capacidad o afecto naturales. Debemos considerar
todo lo natural como una serpiente, un veneno.
El fuego que
ofrecieron Nadav y Avihú era un fuego común; no era el fuego procedente del
altar. El fuego del altar, por haber provenido de lo alto, era santo y estaba
santificado. Sin embargo, Nadav y Avihú, en lugar de ofrecer el fuego
santificado y que santifica, ofrecieron un fuego común. Dicho fuego no provenía
de Yahweh, sino del hombre; no provenía de los cielos, sino de la tierra, y no
tenía la expiación como fundamento. Sin expiación, la situación entre el hombre
y Elohim no puede ser apaciguada; más bien, los problemas entre el hombre y
Elohim aún permanecen.
Debido a la
influencia del catolicismo y del protestantismo, hoy en día muchos creyentes
actúan a la ligera y descuidadamente con respecto a la adoración y el servicio
que le rinden a Elohim. No toman la adoración y el servicio con la debida
seriedad y, por eso, ejercitan la vida natural, lo cual les acarrea muerte
espiritual.
Y salió un fuego de Yahweh y los consumió; así murieron delante de Yahweh. Vayikra 10:2
El fuego del
pasuk 2 sirve también para que Elohim sea santificado en aquellos siervos Suyos
que se acercan a Él ("En los que a
mí se acercan me santificaré", pasuk 3a). La muerte de Nadav y Avihú
santificó a Elohim. La muerte de ellos nos muestra que Elohim no es común, sino
santo, y que no debemos ofrecerle a este Elohim santo nada que sea común. De la
muerte de Nadav y Avihú aprendemos que Elohim debe ser honrado como Elohim
santo que es. Si no tomamos en serio las cosas con Él, seremos juzgados, y Él será
santificado en el juicio infligido sobre nosotros. Su santidad prevalecerá.
El fuego del
pasuk 2 sirve también para que Elohim sea glorificado ante Su pueblo ("en presencia de todo el pueblo seré
glorificado", pasuk 3b). Tal vez para Aharón y el pueblo este fuego
consumidor no hubiera sido más que un castigo y juicio, pero para Elohim, este
fuego estaba relacionado con Su glorificación.
Mosheh llamó a Mishael y a Eltsafán, hijos de Uziel el tío de Aharón, y les dijo: "Acérquense y llévense a sus parientes del frente del santuario a algún lugar fuera del campamento". Ellos se acercaron y los sacaron del campamento por sus túnicas, como había ordenado Mosheh. Vayikra 10:4-5
Esto
significa que la muerte resultante de la falta de santidad debe ser mantenida
lejos de la esfera de la santidad de Elohim y también de la congregación, la comunión, del pueblo de Elohim. La muerte
no sólo no puede tener contacto con el Elohim Kadosh, sino tampoco con el
Cuerpo. Todo lo que sea muerte contamina, y si estamos contaminados no podremos
permanecer en Su presencia, de manera que debemos huir de todo tipo de muerte,
que se genera por provocar transgresiones del tipo de las que tienen ese
castigo, no sólo andar evitando tocar insectos muertos. Tocar un insecto muerto
no me contamina, pero tener comunión con un hermano/a que está en abierta
rebeldía, sin duda lo hace. No se trata de ir a juzgarlo, sino de apartarlo de
la congregación, como tantas veces nos dan el ejemplo tanto el Tanaj como el
B'rit Hadashá... Claro que los creyentes normalmente tienden a pensar de sí
mismos como más misericordiosos que el propio Yahweh, y así lo desobedecen,
insistiendo en mantener comunión donde hay transgresión SIN ARREPENTIMIENTO
(donde hay arrepentimiento hay perdón, y deja de existir la transgresión). El
problema también es que muchas veces la gente no comprende que la transgresión
puede no ser una acción sino simplemente un mal comportamiento: resistencia,
rebeldía, negativa de perdón, insistencia en una determinada actitud,
negligencia en las cosas santas, etc. Muchas veces ni siquiera se han visto
interiormente, y no permiten que el Ruaj los exponga.
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