4 de marzo de 2021

CLE03-45 - Tzara'at, La Inmundicia Procedente Del Interior Del Hombre 01

 


Tzara'at, Mucho Más Que Una Enfermedad Física

 

Cuando una persona tenga en la piel de su cuerpo una hinchazón, una erupción, o una decoloración, y se desarrolla como una afección escamosa en la piel de su cuerpo, se le informará a Aharón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. El sacerdote le examinará la afección en la piel de su cuerpo: si el vello en la parte afectada se ha vuelto blanco y la afección se ve más profunda que la piel de su cuerpo, es una afección leprosa; cuando el sacerdote la vea lo declarará impuro. 

Pero si es una decoloración blanca en la piel de su cuerpo que no se ve más profunda que la piel y el vello en ella no se ha vuelto blanco, el sacerdote aislará a la persona por siete días. Al séptimo día el sacerdote lo examinará, y si la afección ha permanecido sin cambio, el sacerdote lo aislará por otros siete días.

Al séptimo día el sacerdote lo examinará otra vez: si la afección ha cedido y no se ha extendido sobre la piel, el sacerdote lo declarará limpio. Es una erupción; lavará sus ropas, y será limpio. Pero si la erupción se ha extendido sobre la piel después de haberse presentado al sacerdote y haber sido declarado limpio, se presentará otra vez al sacerdote. Y si el sacerdote ve que la erupción se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es tzara'at. Vayikra 13:2-28

 

En Vayikra 11 vimos que necesitamos ejercer discernimiento en cuanto a la dieta, discernimiento en el comer; esto es, debemos tener cuidado con respecto a lo que contactamos y recibimos, no sólo en lo físico sino mucho más en el plano espiritual. Sabemos que los animales inmundos y puros representan personas, porque así lo mostró el Padre en la visión de Kefá, de manera que también esto nos implica no "comer" de lo que los "impuros" (paganos, incrédulos, fasos maestros, equivocados, etc.) pretendan darnos para que comamos. Es necesario tener discernimiento acerca de lo que entra por nuestros oídos y lo que aceptamos ("comemos"), porque eso afecta nuestra constitución. En el capítulo 12 vimos que el nacimiento humano conlleva inmundicia porque implica una cierta pérdida de sangre, que tiene vida, y que además es inmundo porque estamos transmitiendo la inmundicia satánica. Y que al nacer éramos la inmundicia misma. Ahora, en el capítulo 13 llegamos al asunto de la tzara'at.

 

El discernimiento en cuanto a la dieta guarda relación con lo que debemos contactar externamente y con lo que debemos recibir de nuestro entorno. En contraste, nuestro nacimiento en inmundicia no guarda relación con lo que contactamos externamente, sino con lo que somos interiormente. Nosotros somos la inmundicia misma por nacimiento. Esta inmundicia está dentro de nosotros. Nacimos pecadores. No llegamos a ser pecadores porque hubiéramos hecho algo pecaminoso o porque hubiéramos recibido algo de nuestro entorno que produjo un cambio en nuestra manera de ser o en nuestra constitución intrínseca. No, somos pecadores por nacimiento. Ya sea que tengamos contacto con algo que es limpio o inmundo, seguimos siendo pecadores. Ser pecador no tiene nada que ver con lo que contactamos externamente; más bien, ser pecador está relacionado con nuestro nacimiento.

 

Es difícil analizar la tzara'at. La tzara'at no es algo externo. La tzara'at es simplemente la manifestación de un estado interno, aunque la misma necesita de un "activador", por así decir, y eso proviene de una conjunción entre lo interno y lo externo. Si tratamos a la tzara'at como una enfermedad simplemente, nos vamos a perder el mensaje del Padre. Hay que entender de una buena vez que NADA, ABSOLUTAMENTE NADA de lo que hay en el mundo que conocemos ES CREACIÓN ORIGINAL DEL PADRE. Así que no podemos decir que "nadie tiene la culpa de enfermarse", o "nadie se contamina por esto o aquello", CUANDO EL PADRE HA DICHO QUE SÍ ES ASÍ. Decir que "nadie tiene la culpa de enfermarse" implica no sólo a llamar al Padre de mentiroso sino también TOMAR LA ENFERMEDAD COMO ALGO QUE ÉL CREÓ DE FORMA NATURAL. Aun habiendo entrado en el mundo como consecuencia de la caída, SIGUE SIN PODER SER CONSIDERADA COMO ALGO "NORMAL". Es común, pero no es normal. Aprendamos a mirar las cosas desde el punto de vista del Padre, no del nuestro.

 

Tenemos que dejar de ver ciertas cosas como si fueran "normales", a pesar de que el sistema satánico insiste en pretender mostrarlas de esa forma, y a pesar también de que el aumento y recurrencia de las mismas pareciera confirmarlo. Vamos a leer las Escrituras y entender lo que el Padre dice: EL HOMBRE NACE CONTAMINADO Y TIENE EN SU INTERIOR UNA RAÍZ DE PECADO QUE HACE QUE CONTAMINE TODO LO QUE TOCA. Esto no afecta únicamente a su descendencia, sino que ha afectado también a toda la creación. El Padre dio al hombre el dominio sobre la misma, y cuando el hombre se vendió a haSatán, le pasó el título de dominio. Miren a su alrededor y vean lo que esto ha producido... y dejen de preguntar "dónde estaba Elohim cuando pasaba esto o aquello?", PORQUE ESTABA EN EL MISMO LUGAR DONDE TODOS Y CADA UNO LO DEJARON: FUERA DEL CONTROL DE ESTE MUNDO. Si quieren reclamar, vayan con el que en verdad lo maneja, aunque por poco tiempo más.

 

Entonces, a los muchos que declaran que las cosas son como ellos quieren interpretarlas (así como también diluyen la Torah y eliminan sus partes), si el Padre declara que nuestra salud depende de nuestra obediencia, nosotros no podemos escuchar voces mentirosas que aseguran (aun con las mejores intenciones) que como cuando el pecado entró al mundo también la muerte y la enfermedad entraron; y que, aunque somos creyentes, no somos inmunes a la muerte ni a las enfermedades porque aún estamos en nuestros viejos cuerpos, no podemos decir que HAY UNA CLASE DE RELACIÓN ENTRE EL PECADO Y LA ENFERMEDAD. Esto es lo que algunos afirman, LEVANTANDO "CAUSAS NATURALES" PARA LO QUE FUE DECRETADO COMO CASTIGO.

 

Ciertamente no podemos levantar juicio sobre la persona, pero tampoco podemos dejar de ver las cosas. La humanidad entera está hoy bajo el peso final de toda la carga de pecado que ha ido acumulando CORPORATIVAMENTE, porque pertenecemos a la raza adámica (aunque algunos tenemos también una segunda ciudadanía).

 

Pero la casa de Yisrael se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos; más bien, rechazaron mis decretos, los cuales, el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Y profanaron gravemente mis Shabatot, por lo cual dije que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto, para acabar con ellos. Yahjezquel 20:13

 

Si un hombre es justo y practica el derecho y la justicia... camina según mis estatutos y guarda mis decretos para actuar de acuerdo con la verdad-, éste es justo; éste vivirá, dice Adonay Yahweh. Yahjezquel 18:5a, 9

 

Aunque, según como es señalado una y otra vez en las Escrituras, uno no puede y no debe hacer un juicio sobre los demás, tampoco vamos a negar la Palabra del Padre, que dice que Él trae la enfermedad sobre los que le desobedecen:

 

Pero si no obedeces a Yahweh tu Elohim para observar fielmente todos sus mandamientos y leyes que yo te ordeno hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y se realizarán... Yahweh hará que se te pegue la plaga, hasta que haya acabado contigo en la tierra en la que estás entrando para poseerla. Yahweh te herirá con tuberculosis, fiebre e inflamación, con calentura y sequía, con frustración y enmohecimiento; estos te perseguirán hasta que perezcas... Yahweh te herirá con la inflamación de Mitsráyim, con hemorroides, ampollas, y picazón, de las cuales nunca te recobrarás. Yahweh te herirá con locura, ceguera y desánimo... Yahweh te afligirá en las rodillas y los muslos con una severa inflamación, de la que nunca te recobrarás -desde la planta de tu pie hasta la coronilla de tu cabeza... Yahweh te infligirá plagas extraordinarias a ti y a tu linaje, plagas extrañas y duraderas, enfermedades malignas y crónicas. Volverá a traer sobre ti todas las dolencias de Mitsráyim que tanto temías, y se te pegarán. Además, Yahweh traerá sobre ti todas las otras enfermedades y plagas que no se mencionan en este libro de la Torah, hasta que quedes eliminado. Devarim 28:15, 21-22, 27-28, 35, 59-61

 

La enfermedad es uno de sus cuatro castigos:

 

Porque así ha dicho Adonay Yahweh: "¡Cuánto menos (escaparía alguien) ahora que yo envío contra Yahrushalayim mis cuatro castigos terribles: espada, hambre, fieras y plaga, para exterminar en ella a hombres y animales!". Yahjezquel 14:21

 

Y también los vemos para nuestros tiempos:

 

Y miré, y vi un caballo blanco. El que estaba montado sobre él tenía un arco, y se le dio una corona; y salió venciendo y para vencer... (BESTIAS/FIERAS)

Y salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado sobre él, se le dio poder para quitar la paz de la tierra y para que se matasen unos a otros. Y se le dio una gran ESPADA.

Y miré y vi un caballo negro, y el que estaba montado sobre él tenía una balanza en su mano... (HAMBRE)

Y miré, y vi un caballo pálido (PESTE); y el que estaba montado sobre él se llamaba Muerte; y la Fosa lo seguía muy de cerca. A ellos les fue dado poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada y con hambre y con pestilencia y por las fieras del campo.

Hitgalut 6:2, 4-5, 8

 

Todas estas cosas nos caen no por mano directa del Padre en el sentido de que Él no anda lanzando rayos ni maleficios, SINO QUE ENVÍA A SUS "SIERVOS" (los caldeos, por ejemplo). De manera que, sólo porque NO VEMOS LITERALMENTE SU MANO LANZANDO LAS ENFERMEDADES, y somos ciegos al hecho de que nos hemos retirado de debajo de Su cobertura protectora, colocándonos bajo el yugo de Faraón y siendo por lo tanto susceptibles a todo ataque, las enfermedades (y las guerras, los engaños y mentiras, el hambre, la explotación, la violencia, etc., etc.) sean cosas naturales.

 

Ahora bien, veamos que también explica que a veces PODÍA PARECER que se trataba de tzara'at pero finalmente se demostraba que era una simple erupción, otro tipo de enfermedad de la piel que, aunque proviene de nuestra posición caída, no es DIRECTA DE LA MANO DE YAHWEH. Esta es una diferencia que a nosotros puede confundirnos, pero no a los antiguos yisraelitas. La enfermedad entró con la caída, junto con la muerte, COMO SALARIO DEL PECADO, pero la tzara'at era separada de las demás enfermedades en el hecho de que era "colocada" sobre la persona por Yahweh de manera directa.

 

Entonces, la tzara'at y las demás enfermedades son simplemente manifestaciones externas de lo que el hombre tiene en su interior... Y QUE ÉL MISMO HA DECIDIDO MANIFESTAR, a través de un cierto comportamiento que lleva a Yahweh a manifestar Su rechazo, como podemos ver en los ejemplos de Miriam, con Giezi, el siervo de Elishá, y del rey Uzías, en los que vemos aparecer la tzara'at de forma instantánea, para que no nos quedaran dudas a los que "leemos estas cosas en el final de los tiempos" que este era un castigo del cielo. Claro que también esa tzara'at necesita del "estímulo externo", que proviene de tantos factores, siendo algunos, remitiéndonos simplemente a los ejemplos dados, la murmuración, la desobediencia y la soberbia. Estas cosas salen todas de la raíz de pecado, que es básicamente rebeldía; no provienen del exterior, y son los comportamientos que "activan" la tzara'at. Veamos lo que Él mismo advierte:

 

Cuando ustedes entren en la tierra de Kenaán que les doy como posesión, Y YO PONGA PLAGA DE TZARA'AT en alguna casa de la tierra de su posesión... Vayikra 14:34

 

Por supuesto, aquí Yahweh estaba pintando cuadros, y una vez pintados, deja de utilizar EL PLANO MATERIAL. Por eso los rabinos judíos reconocen que hace siglos que no hay casos de tzara'at... según ellos, claro, pero es porque todos se han vuelto metzorim a los ojos del Padre, en el plano espiritual. Las cosas que una vez se manifestaron físicamente, eran la forma de mostrarnos lo que CONTINÚA SUCEDIENDO ESPIRITUALMENTE. El mundo material ha sido creado para servir al mundo espiritual, no al revés. Pero nuestra falta de conexión nos hace creer que lo espiritual "no existe". Así el hombre se ha vuelto su propio dios, su propio ombligo y centro de su propio universo.

 

 

Entonces, debemos tener en cuenta tres asuntos: el discernimiento en cuanto a la dieta, el nacimiento humano con su inmundicia y la tzara'at. Estos tres asuntos abarcan todos nuestros problemas, y el hecho de llevar una vida kadosh está muy relacionado con todos ellos. Debemos reflexionar acerca de las cosas con las cuales tenemos contacto, sobre nuestro nacimiento y sobre la causa externa y el efecto interno de la tzara'at. Si no podemos resolver los problemas que tenemos en relación con estos asuntos, nos resultará imposible llevar una vida santa. ¿Cómo podríamos llevar una vida kadosh si tenemos contacto con las cosas equivocadas, si somos personas inmundas conforme al nacimiento y si somos afectados por la causa externa y el efecto interno que nos hacen metzorim? ¡Sería imposible! ¿Puede acaso un metzorá llevar una vida kadosh? ¡Ciertamente que no! Si debemos llevar una vida santa, tenemos que tomar medidas con respecto a lo que contactamos, con respecto a nuestro nacimiento y con respecto a nuestra condición leprosa.

 

 

 

 

La Tzara'at No Es Lepra

 

Antes de continuar, voy a aclarar un punto que es importante, porque la lepra como nosotros la conocemos existe y es una enfermedad llamada Enfermedad de Hansen. Esta es la enfermedad que DESDE HACE SIGLOS HA SIDO ASOCIADA CON LA TZARA'AT. Lamentablemente, esta asociación ha incrustado en nuestras mentes la idea de los leprosarios y toda una serie de cosas que ciertamente corresponden a enfermedades de la piel, PERO NO SON TZARA'AT. La tzara'at es una enfermedad espiritual, aunque con manifestación física (como tantos de los cuadros de Yahweh), y aquí en Vayikra vamos a ver las diferentes características que deben presentarse para considerar que estamos delante de un caso de tzara'at.

 

La palabra tzara'at es polivalente, ya que vamos a leer en la Torah que esta afección se manifestaba en formas muy distintas. Y así veremos que se llamará tzara'at a llagas o úlceras de la piel, caída del cabello, determinadas manchas en las ropas de lana, lino, u objetos de cuero, y también la veremos afectando las mismas paredes de las casas. De esto concluimos que tzara'at no se refiere a la lepra en su significado médico actual.

 

El término "lepra" proviene del griego (LEPRA (G3014) es literalmente la palabra en griego, que ha sido únicamente transliterada) y significa "escamoso". La palabra griega utilizada por los médicos griegos se refería a las lesiones aparecidas en la piel con aspecto escamoso, lo que hoy conocemos con el nombre de psoriasis. También llamaron este tipo de lesiones "psoriasis léuki", que significa lepra blanca. El hecho de que muchas veces se curaran los afectados implica que realmente no se trataba de la enfermedad de Hansen actual.

 

El problema surge aparentemente a causa de las traducciones de la Biblia, por un lado, y de otro por las versiones al árabe de las obras griegas. Así el término hebreo tzara'at, con el que se designaban las lesiones blanquecinas de la piel, es traducido por la palabra griega lepra, pero la tzara'at bíblica no es exactamente lepra sino un problema espiritual que afectaban tanto a el cuerpo, como a la casa, como inclusive a la ropa del individuó afectado.

 

En el judaísmo mayormente se interpreta que la plaga de tzara'at tiene como origen practicar lashón hará (hablar mal de alguien) y es cierto que en muchos casos bíblicos el origen fue por ese pecado, pero no en todas las circunstancias era resultado de esta falta, como veremos.

 

Según las tradiciones judías, cuando una persona habla lashón hará (malas lenguas), demuestra que no tiene idea del poder del habla. Demuestra que para él las palabras son insignificantes en comparación con los actos. Este es un concepto muy similar a colocar el plano espiritual por debajo del plano material (cuando no se lo hace desaparecer por completo). Al hablar las malas lenguas, se despierta al Acusador, no solamente contra el objetivo de su lashón hará, sino también contra la persona misma. Y para enseñar a los que hablan lashón hará el poder que tiene hasta una única palabra, la Torah ordena que el transgresor sea traído al Kohen. Pero, inclusive cuando va a ver al Kohen, con todo el cuerpo lleno de tzara'at, para que todos lo vean, hasta que el Kohen pronuncie la palabra "Impuro", se lo sigue considerando totalmente puro. Del mismo modo, no puede retornar a su antigua situación, a pesar de que la enfermedad se haya curado por completo, hasta que el Kohen pronuncie la palabra "Puro". Así, el transgresor aprende el poder que tiene hasta una sola palabra. Porque con una sola palabra, se lo segrega, y con una sola palabra, se lo redime.

 

 

Lo que debemos tener en cuenta es que, aunque definitivamente hay un aspecto médico en las reglas de Elohim en lo que respecta al tzara'at, el mismo no tiene que ver con proteger a la comunidad de enfermedades sino de MANTENERLA EN ESTADO DE PUREZA. Como hablamos de una enfermedad espiritual, aunque tuviera manifestación física, el asunto aquí no se refiere a curar enfermos (aunque vemos que ya había llegado a ser considerado de esta manera en la época de Yahshua) sino a PURIFICAR METZORIM, es decir, a limpiar a los hombres de sus pecados.

 

Entonces, el tzara'at no era una enfermedad necesariamente letal, PORQUE NO ESTAMOS HABLANDO DE LA LEPRA, que conlleva deformaciones que pueden ser horribles y muy dolorosas. Más bien tenía que ver con el ritual de pureza que con estar enfermo. Es decir, el mensaje era que la impureza de la tzara'at mantenía a la persona APARTADA DEL PUEBLO DE ELOHIM. Con todo, las consecuencias del tzara'at eran devastadoras en otras formas; una persona que era declarada impura por tener tzara'at era dejada fuera del campamento, lejos de su familia y la sociedad; y dependiendo de la condición, tal vez él o ella serían desaparecidos de por vida. Y esto no es sólo con referencia a la esposa o esposo, o los hijos, o la tribu; esta persona es separada de Elohim. Él es impuro... no apto para vida en la santa comunidad de Elohim y por lo tanto no apto para ser aceptado por Yahweh. Ha sido CORTADO.

 

En caso de tzara'at, sé muy cuidadoso en hacer exactamente como te instruyan los sacerdote levíticos. Ten cuidado de hacer como les he mandado. Recuerda lo que le hizo Yahweh tu Elohim a Mitsráyim en el camino después que ustedes salieron de Mitsráyim. Devarim 24:8-9

 

Nuestro Adón Yahshua curó a muchos metzoraim, y les instó a no dejar de cumplir la ley de la ofrenda:

 

Y vino un leproso y se postró ante él diciendo: “Maestro, si quieres, puedes limpiarme”. Yahshúa extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero. Queda limpio”. Y al instante quedó limpio de la lepra. Entonces Yahshúa le dijo: “Mira, no se lo digas a nadie; pero ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que mandó Mosheh, para testimonio a ellos”. MattiYah 8:2-4

 

En este texto no se habla de sanar una enfermedad sino de limpiar de la plaga de tzara'at. Yahshua no dijo: "sé sanado", sino "sé limpio". Yahshua no le sanó sino lo limpió. Esto nos da pie a pensar que no se trata de una enfermedad como las otras, sino de una plaga sobrenatural que viene sobre el que no se arrepiente a tiempo.

 

 

 

 

 

La Tzara'at Representa Todo Pecado Grave Procedente Del Interior Del Hombre

 

La tzara'at representa todo pecado grave que sale de la raíz de pecado del interior del hombre, tales como el pecado premeditado, el pecado de presunción o el de oponerse a Elohim resueltamente.

 

La tzara'at siempre es causada por la rebelión, que es el tronco principal de la raíz de pecado. Miriam se rebeló contra Moshe, quien era la autoridad delegada por Elohim. Su rebelión tenía una causa, la cual era que Moshe había contraído matrimonio con una mujer cusita. Como consecuencia de su rebelión, Miriam se volvió leprosa. Su tzara'at se debió a su rebelión.

 

Cuando estaban en Jatserot, Miriam y Aharón hablaron contra Mosheh por motivo de la mujer kushita con la que se había casado: "¡Se casó con una mujer kushita!". Además, decían: "¿Solamente por Mosheh ha hablado Yahweh? ¿No ha hablado por nosotros también?". Y Yahweh lo oyó. Ahora bien, Mosheh era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la tierra. De pronto Yahweh llamó a Mosheh, a Aharón y a Miriam: "Salgan, ustedes tres, a la Carpa de Reunión". Así que los tres salieron. Yahweh bajó en una columna de nube, se paró a la entrada de la Carpa, y llamó a Aharón y a Miriam. Ellos dos pasaron adelante; y él les dijo: "Tengan la bondad de escuchar mis palabras: Cuando se levanta entre ustedes un profeta de Yahweh, yo me le doy a conocer en una visión, le hablo en un sueño. No así con mi servidor Mosheh; él tiene la confianza de toda mi casa. Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, y él contempla la apariencia de Yahweh. ¿Cómo entonces no tuvieron reparos en hablar contra mi servidor Mosheh?". Enojado todavía con ellos, Yahweh se fue. Mientras la nube se retiraba de la Carpa, ¡allí quedó Miriam atacada de unas escamas blancas como la nieve! Cuando Aharón se volvió hacia Miriam, vio que estaba atacada de escamas. Bamidbar 12:1-10

 

Giezi, siervo de Elishá, se rebeló contra la manera de proceder de Elishá. Elishá no había querido recibir ninguna recompensa de parte de Naamán, un gentil que fue sano de tzara'at. Después de que Giezi recibiera regalos de parte del metzorá que había sido purificado, la tzara'at de éste se le pasó a Giezi. Giezi también contrajo tzara'at a causa de la rebelión y desobediencia.

 

Giezi, el criado de Elishá, el hombre de ha'Elohim, pensó: "Mi amo ha dejado ir a este aramita Naamán sin aceptar las cosas que trajo. ¡Por vida de Yahweh, que voy a correr tras él para conseguir algo de él!". Así que Giezi se apresuró a seguir a Naamán. Cuando Naamán vio que alguien venía corriendo tras él, se bajó del carro para recibirlo y le preguntó: "¿Está todo bien?". Él respondió: "Sí, pero mi amo me envía a decir: "Mira, en este momento han llegado a mí dos jóvenes de los discípulos de los profetas, de la serranía de Efrayim. Por favor, dame para ellos un talento de plata y dos vestidos nuevos". Naamán dijo: "Por favor, toma dos talentos". Él le insistió y ató en dos bolsas dos talentos de plata y dos vestidos nuevos, y los entregó a dos de sus criados para que los llevaran delante de él. Cuando (Giezi) llegó a la colina, él los tomó de sus manos y los guardó en casa. Entonces despidió a los hombres, y se fueron. Él entró y se puso de pie delante de su amo, y Elishá le preguntó: "¿De dónde vienes, Giezi?". Él respondió: "Tu siervo no ha ido a ninguna parte". Entonces (Elishá) le dijo: "¿No estuvo allí mi corazón cuando el hombre volvió de su carro a tu encuentro? ¿Es ésta una ocasión para aceptar dinero para comprar ropa, olivares y viñas, ovejas y bueyes, y siervos y siervas? Ciertamente, la tzara'at de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre". Y al salir (Giezi) de su presencia, estaba metzorá, blanco como la nieve. Melajim Bet 5:20-27

 

El rey Uzías se rebeló contra lo que Elohim había ordenado con respecto al sacerdocio. Según esta norma, el rey no podía participar en el sacerdocio. Pero Uzías se rebeló contra esta norma, fue soberbio y, como resultado de eso, se volvió metzorá. En cada uno de esos tres casos, la tzara'at primero entró en la persona que se rebeló y luego brotó de su interior. La raíz de pecado nace de la rebelión de haSatán.

 

Cuando se hizo fuerte, se puso tan arrogante que actuó corruptamente. Transgredió contra Yahweh su Elohim al entrar en la Casa de Yahweh para ofrecer incienso en el altar del incienso. El sacerdote AzarYah, con otros ochenta sacerdotes valientes de Yahweh, lo siguieron y, confrontando al rey UziYah, le dijeron: "No te corresponde a ti, UziYah, ofrecer incienso a Yahweh, sino a los sacerdotes aharonitas, que han sido consagrados para ofrecer el incienso. Sal del santuario, que has transgredido. Esto no te servirá de gloria delante de Yahweh Elohim". UziYah, que tenía en la mano un incensario para quemar incienso, se llenó de ira; pero al airarse contra los sacerdotes, le brotó tzara'at en la frente, en presencia de los sacerdotes en la Casa de Yahweh, junto al altar del incienso. Cuando el sumo sacerdote AzarYah y todos los sacerdotes lo miraron, vieron que tenía la frente leprosa, así que se apresuraron a sacarlo de allí; él mismo se apresuró a salir, porque Yahweh lo había azotado con una plaga. El rey UziYah quedó metzorá hasta el día de su muerte. Siendo metzorá, vivía en una casa aislada, porque había sido excluido de la Casa de Yahweh — mientras que su hijo Yotam tenía a su cargo la casa del rey y gobernaba a la gente del país. Dibrey haYamim Bet 26:16-21

 

Según el Tanaj, la tzara'at tiene una causa, y esta causa es rebelarse contra la autoridad de Elohim, contra la autoridad delegada de Elohim, contra las normas dispuestas por Elohim y contra la edificación de Elohim. Todos debemos reconocer que nos hemos rebelado contra la autoridad de Elohim y contra Su autoridad delegada. Además, a menudo nos hemos rebelado contra las normas dispuestas por Elohim. Por último, también nos hemos rebelado en contra de toda la edificación de Elohim. Por lo tanto, a los ojos de Elohim, todos nos volvimos metzorim. La tzara'at entró en nosotros y luego brotó de nuestro interior.

 

La tzara'at es pecado. En las Escrituras, el primer caso de pecado fue la rebelión de HaSatán. HaSatán se rebeló contra Elohim, y esa rebelión se convirtió en el pecado que ahora está presente en el universo. Antes de la rebelión de HaSatán no existía tal cosa como el pecado. El pecado fue algo inventado, no creado, por el rebelde Lucifer.

 

El pecado, entonces, es tzara'at. Es decir, en nuestro interior hay una raíz que nos viene desde el nacimiento, la raíz de pecado, la cual produce los pecados, en plural: la tzara'at, la tzara'at. En el sentido bíblico, el pecado es el fruto de la rebelión. Así que, el pecado es rebelión contra Elohim, contra la autoridad representativa de Elohim o delegada por Elohim, y contra el plan, arreglo, gobierno y administración de Elohim. En un sentido general, el pecado es rebelión contra la edificación de Elohim. Esta rebelión fue inventada, iniciada, por HaSatán mismo. Con el tiempo, el pecado entró en la humanidad.

 

"El pecado entró en el mundo por medio de un hombre" Romaniyim 5:12a

 

Este pecado, esta tzara'at, habiendo entrado en el hombre, produce muchas clases de pecados. Como consecuencia de eso, somos metzorim. Siempre que hacemos algo en contra de Elohim, nuestra tzara'at se agranda. Por lo tanto, vemos que la tzara'at representa a los pecados.

 

Cuando el Adón Yahshua descendió del monte donde decretó la constitución del Reino de los Cielos, lo primero que hizo fue limpiar a un metzorá (MattiYah 8:1-4). Este metzorá representa a los descendientes caídos de Adam, todos los cuales son metzorim. El pecado que fue inventado por HaSatán entró en la humanidad a través de Adam y nos constituyó a todos metzorim. Ahora la tzara'at produce muchas clases de pecados, es decir, diversas expresiones o manifestaciones propias de la rebelión.

 

Cuando una persona tenga en la piel de su cuerpo una hinchazón, una erupción, o una decoloración, y se desarrolla como una afección escamosa en la piel de su cuerpo, se le informará a Aharón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. Vayikra 13:2

 

"Hinchazón, erupción o decoloración en la piel de una persona", representan las manifestaciones externas en el hombre que consisten en indomabilidad, fricciones con otros, soberbia y exaltación propia. Las hinchazones, las erupciones y las manchas lustrosas en la piel del cuerpo son señales de tzara'at. En un sentido espiritual, éstas indican indomabilidad, ingobernabilidad, rebeldía. La indomabilidad es una especie de erupción. Una persona indomable es alguien que no está dispuesto a someterse a ninguna autoridad.

 

Fricciones con otros también son señal de tzara'at. No debemos pensar que las fricciones que se dan entre los hermanos son insignificantes. Las fricciones son una erupción que indica que la tzara'at está brotando del interior de una persona. Lo mismo es cierto con respecto a la soberbia y la exaltación propia. Todos éstos son síntomas, señales, de que uno está metzorá, que es un metzorá.

 

Entonces, la persona debe ser traída al sacerdote, es examinada por éste y es encerrada (recluida) por siete días. Esto significa ser traído, por un lado, al Adón y, por otro, a aquel que sirve a Elohim (la autoridad delegada), ser examinado por ellos y ser impedido de tener contacto con otros por un período completo de tiempo (7 días, el ciclo más básico). El Adón Yahshua y los que sirven a Elohim, es decir, los sacerdotes que sirven (no los que dicen que sirven pero no lo hacen), están capacitados para examinar a una persona y determinar si tiene tzara'at.

 

 

 



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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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