18 de marzo de 2021

QHELR06 – Un Hombre Exterior No Quebrantado Impide El Fluir


 
Veamos algunos asuntos prácticos importantes. En primer lugar, tomemos la predicación. Muchas veces predicamos de una manera formal, persuasiva y lógica, pero interiormente estamos como un témpano de hielo. Tratamos de convencer a otros, pero la realidad es que no nos convencemos ni a nosotros mismos. El hombre exterior se encuentra activo, pero el interior no participa; no trabajan en equipo, no actúan al unísono. Mientras el hombre exterior se encuentra entusiasmado, el interior permanece completamente frío. 
 
Aunque estemos predicando de la grandeza del amor de Elohim, interiormente no tenemos ni el más mínimo sentir de dicho amor. Podemos hablar de los padecimientos del Adón en el madero, pero al volver a nuestra habitación, podemos reírnos como si nada. Es desesperante cuando el hombre interior y el exterior no actúan unidos. El hombre exterior puede estar trabajando mientras que el interior se encuentra totalmente inactivo. Esta es la primera condición: la mente y la parte afectiva se encuentran activas, mas no el ruaj. El hombre exterior actúa, pero el interior no responde. Es como si el hombre interior sólo fuera un espectador de las acciones del hombre exterior. El hombre exterior sigue siendo el mismo, y el interior también, pero no están en armonía.

 

En otras ocasiones, el hombre interior puede encontrarse muy desesperado y con deseos de gritar, pero no puede emitir ni una palabra, porque lo que quisiera expresar rebota contra la barrera. Cuanto más desesperado se encuentre el hombre interior, más frío estará el exterior. Puede tratar de hablar, pero no sale ni una palabra. Cuando se acerca a un pecador quisiera llorar, pero las lágrimas no brotan. Esto es muy angustioso. Semejante frustración se debe a que el hombre exterior no ha sido quebrantado y, por lo tanto, el hombre interior no puede liberarse. Dicho sea de paso, ÉSTE ES EXACTAMENTE EL SENTIMIENTO DE YAHSHUA CUANDO NO PUEDE USAR SU CUERPO PORQUE SUS HIJOS SON DESOBEDIENTES Y PIENSAN EN SUS COSAS. Mientras la cáscara exterior permanezca intacta, el hombre exterior no aceptará órdenes del hombre interior. Cuando el hombre interior llora, el exterior no lo sigue; cuando el interior está afligido, el exterior no lo está. El hombre interior puede tener mucho que decir, pero no cuenta con los pensamientos del hombre exterior para expresarse. El hombre interior puede tener muchos sentimientos, pero no es capaz de expresarlos, porque no puede romper la cáscara exterior.

 

La descripción anterior corresponde a la condición de una persona cuyo hombre exterior no ha sido aún quebrantado. O su ruaj no reacciona y su hombre exterior actúa solo, o su ruaj está activo, pero el hombre exterior no le da paso. Por lo tanto, la primera lección que debe aprender todo aquel que desea dedicarse a servir al Adón es el quebrantamiento del hombre exterior. Todo siervo de Elohim necesita aprender la lección fundamental de permitir que su hombre interior se abra paso a través de su hombre exterior. Ningún verdadero siervo del Adón debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el ruaj pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Adón será muy limitada. Que el Adón nos conduzca al quebrantamiento del hombre exterior y nos muestre la manera de ser quebrantados ante Él.

 

Una vez que somos quebrantados, todas nuestras ACCIONES cesan. Ya no estaremos emocionados exteriormente e indiferentes interiormente. Cuando tengamos los sentimientos y expresiones adecuados en nuestro interior, exteriormente actuaremos de acuerdo con ellos. Tampoco volveremos a tener la experiencia desconcertante de que nuestro hombre interior quiera llorar mientras el exterior no sea capaz de derramar ninguna lágrima. Ni nos volveremos a quejar de que en nuestro interior tenemos algo que decir y, aunque le demos vueltas desesperadamente, seamos incapaces de expresarlo. No volveremos a carecer de pensamientos ni a tener necesidad de usar veinte palabras para decir algo que puede decirse con dos. Nuestra mente ayudará a nuestro ruaj en lugar de estorbarle. Nuestras emociones también pueden ser una cáscara muy dura. Muchas personas cuando quieren regocijarse no pueden, y cuando quieren llorar tampoco encuentran la forma de hacerlo. Su hombre exterior no responde. Pero cuando el Adón golpee con fuerza su hombre exterior, ya sea por medio del quebrantamiento o de la iluminación del Ruaj haKodesh, podrán regocijarse cuando deban hacerlo y llorar cuando sea necesario. Su ruaj será liberado totalmente.

 

El quebrantamiento del hombre exterior nos conduce a la liberación del ruaj, la cual no sólo es imprescindible para nuestro trabajo, sino también muy provechosa para nuestra vida espiritual. Si nuestro ruaj es liberado, podemos permanecer en la presencia de Elohim, tocar el ruaj de la Palabra, recibir revelación espontáneamente, tener poder al testificar y al compartir la Palabra de Elohim como ministros suyos. Todo esto es fruto de la liberación y el ejercicio de nuestro ruaj. Además, si nuestro ruaj es liberado, tocaremos el ruaj de otros con el nuestro. Cuando alguien hable con nosotros, podremos discernir su condición; sabremos qué clase de persona es y la actitud que tiene, la clase de vida creyente que lleva y cuál es su necesidad. Nuestro ruaj podrá tocar el suyo. Si nuestro ruaj es liberado, será fácil que otros lo puedan tocar, porque estará más accesible. En el caso de algunas personas, sólo podremos tener contacto con sus pensamientos, sus emociones y su voluntad, pero no con su ruaj. Aunque seamos creyentes y pasemos varias horas hablando, aun así, no lograremos tocar su ruaj. Su cáscara exterior es tan dura que nadie llega a tocar su condición interior. Cuando el hombre exterior es quebrantado, el ruaj se abre y fluye libremente hacia otros, y cuando esto sucede, los demás pueden tocarlo fácilmente.

 

 

Salir De La Presencia De Yahweh Y Regresar A Ella

 

Si el hombre exterior es quebrantado, el ruaj espontáneamente permanece en la presencia del Adón. Para ocuparnos de la presencia de Elohim es necesario primero resolver el asunto del quebrantamiento del hombre exterior. La naturaleza de las emociones es diferente a la naturaleza de Elohim, al grado que nunca pueden unirse. Lo mismo podemos decir de nuestra mente. Yahanan 4 nos muestra que la naturaleza de Elohim es Ruaj. Solamente nuestro ruaj es de la misma naturaleza que Elohim, y sólo nuestro ruaj puede estar en armonía con Elohim para siempre. Si tratamos de retener la presencia de Elohim con nuestra mente, la perdemos tan pronto como perdemos el absoluto control de nuestra mente. Si tratamos de mantener la presencia de Elohim con nuestras emociones, sucederá lo mismo: Su presencia desaparecerá tan pronto perdamos el completo control sobre nuestras emociones. En ocasiones cuando nos sentimos felices pensamos que tenemos la presencia de Elohim, pero esta felicidad no dura mucho. Cuando termina, sentimos que hemos perdido la presencia de Elohim. Además, podemos creer que tenemos Su presencia cuando lloramos, pero no podemos llorar todo el tiempo. Tarde o temprano nuestras lágrimas se extinguirán, y cuando esto suceda, sentiremos que también Su presencia se extingue. Tanto la función de nuestra mente como la de nuestro corazón son simplemente actividades, y ninguna actividad puede durar para siempre. Si tratamos de mantener la presencia de nuestro Elohim por medio de actividades, ésta se desvanecerá tan pronto como nuestras actividades cesen.

 

Dos sustancias pueden mezclarse solamente cuando son de la misma naturaleza. Por ejemplo, el agua se puede mezclar con el agua, y el aire con el aire. Sólo cosas que tengan la misma naturaleza pueden integrarse. El hombre interior tiene la misma naturaleza que Elohim; por lo tanto, puede percibir la presencia de Elohim por medio de Su Ruaj. El hombre exterior vive constantemente en la esfera de la actividad, lo cual constituye un obstáculo para el hombre interior. El hombre exterior no es una ayuda, sino un impedimento. El hombre interior se librará de distracciones únicamente cuando el hombre exterior sea quebrantado.

 

Elohim puso en nosotros un ruaj capaz de responderle. En cambio, el hombre exterior sólo responde a estímulos externos. El hombre pierde la presencia y el deleite de Elohim porque su hombre exterior constantemente responde a estímulos del mundo. No podemos evitar el contacto con las cosas, pero sí podemos ser quebrantados. Diariamente suceden millones de cosas en el mundo que están fuera de nuestro control. Si el hombre exterior no ha sido quebrantado, reaccionaremos cuando suceda algo en el mundo. No podremos disfrutar la presencia del Adón tranquila y continuamente debido a que el hombre exterior siempre está reaccionando a su entorno. La presencia de Elohim depende del quebrantamiento del hombre exterior.

 

Si Elohim tiene misericordia de nosotros y quebranta nuestro hombre exterior, manifestaremos las siguientes características: nuestra antigua curiosidad terminará; antes nuestras emociones eran muy activas, porque nos conmovía fácilmente el amor o la ira cada vez que algo sucedía; reaccionábamos de inmediato a todo y nos enredábamos con eso. Como resultado, perdíamos la presencia de Elohim. Pero si Elohim tiene misericordia de nosotros y quebranta nuestro hombre exterior, el hombre interior ya no será afectado por todo lo que suceda alrededor. Tendremos calma, y la presencia de Elohim permanecerá en nosotros.

 




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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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