27 de marzo de 2021

QHELR08 - Yahweh Limita La Fuerza Del Hombre Exterior

 

Supongamos que un padre le pide a su hijo que haga algo. El padre le da órdenes, pero el hijo responde: "Estoy ocupado; lo haré cuando termine lo que estoy haciendo". Antes de que el padre le hiciera su petición, el hijo se encontraba ocupado. Todos tenemos nuestras ocupaciones. Cuando seguimos al Adón, las cosas en las que estamos ocupados nos estorban. Sentimos la obligación de prestar atención primero a nuestras ocupaciones, y esto hace que se demore la realización de la tarea que Elohim nos asigna. 
 
Es difícil encontrar a alguien que no tenga ninguna ocupación. Antes de que Elohim nos hable y de que el hombre exterior sea quebrantado, por lo general ya tenemos nuestras ocupaciones, y lo que tratamos de hacer es de "encajar" a Elohim en medio de ellas, en algún hueco. El hombre exterior siempre está activo en muchos asuntos, trabajos y actividades, de tal manera que cuando el Ruaj de Elohim actúa en nuestro ruaj, al hombre exterior le resulta imposible cumplir lo que Elohim exige. Nuestras ocupaciones nos impiden ser útiles espiritualmente de una manera eficaz.

 

Elohim limita la fuerza de nuestro hombre exterior. Supongamos que un hermano no es muy fuerte y sólo puede levantar cincuenta kilos. Si ya tiene cincuenta kilos sobre sus hombros, no se le pueden añadir diez más. Su fuerza tiene un límite. Su capacidad para cargar tiene un límite máximo de cincuenta kilos; y esta carga es lo que lo mantiene ocupado. Esta es una analogía. La fuerza de nuestro hombre exterior es limitada, del mismo modo que lo es la de nuestro cuerpo.

 

Mucha gente está consciente de que la fuerza de su cuerpo es limitada, pero no entiende que la fuerza de su hombre exterior también lo es, y como resultado desperdicia la fuerza de su hombre exterior. Supongamos que alguien entrega todo su amor a sus padres. No le quedará fuerza para amar a los hermanos ni a todos sus semejantes. Así, al agotar su fuerza, no le queda nada para los demás. Esta también es una analogía.

 

La fuerza mental del hombre también es limitada. Nadie posee una capacidad ilimitada de energía mental. Si alguien dedica mucho tiempo a algo, esto es, si su mente se ocupa completamente en algún asunto, no tendrá fuerza para pensar en nada más. Romaniyim 8 nos dice que la ley del Ruaj de vida nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte. ¿Por qué entonces la ley del ruaj de vida no opera en algunas personas? Las Escrituras también nos muestran que la justicia de la ley se cumple en aquellos que andan conforme al ruaj. En otras palabras, la ley del Ruaj de vida SÓLO TIENE EFECTO EN AQUELLOS QUE SON ESPIRITUALES, LOS QUE PONEN SU MENTE EN LOS ASUNTOS ESPIRITUALES Y NO EN LA CARNE. Sólo quienes no se ocupan de la carne pueden atender a los asuntos espirituales. La expresión poner la mente puede traducirse "prestar atención" o "tener cuidado".

 

Supongamos que una madre sale de su casa y encarga su pequeña hija al cuidado de una amiga, a la que le dice: "Por favor, cuida a mi niña". ¿Qué significa cuidar a un niño? Significa ponerle atención todo el tiempo. Una persona sólo puede atender a una cosa a la vez; no puede ocuparse de dos cosas al mismo tiempo. Si alguien encomienda un niño a nuestro cuidado, no podemos cuidarlo y, aparte, cuidar a las ovejas y a las vacas que están en un monte. Si cuidamos al niño, no podemos hacer otra cosa. Sólo aquellos que no atienden a su carne pueden atender a su ruaj, y sólo los que atienden a su ruaj reciben el beneficio de la ley del Ruaj. Nuestra fuerza mental es limitada. Si la desperdiciamos en asuntos carnales, no tendremos suficiente energía mental para dedicarla a las espirituales. Si ponemos nuestra mente en la carne, no nos quedará fuerza para poner nuestra mente en el ruaj.

 

Debemos ver este asunto claramente: la fuerza de nuestro hombre exterior está limitada de la misma manera que la fuerza de nuestros brazos. Por lo tanto, si ya tenemos nuestras ocupaciones, no podemos dedicarnos a las cosas de Elohim. NUESTRAS OCUPACIONES SON INVERSAMENTE PROPORCIONALES AL PODER CON EL QUE SERVIMOS A ELOHIM. Eso que nos ocupa es un gran obstáculo y un gran impedimento.

 

Supongamos que un hombre tiene muchas ocupaciones emocionales. Tiene todo tipo de deseos, anhelos y expectativas que lo distraen y lo mantienen ocupado. Tiene muchísimas ocupaciones. Cuando Elohim le pide algo, no le quedan emociones, porque están agotadas. Si en los últimos dos días ha agotado sus emociones, con seguridad en los siguientes dos días no podrá sentir nada ni responder al Adón. Nuestras emociones tienen un límite, y por eso no debemos emplearlas como si fueran inagotables.

 

Algunas personas tienen una voluntad férrea; tienen mucha determinación. Podría pensarse que su voluntad tiene una fuerza ilimitada. Pero aun la persona más fuerte tiene una voluntad oscilante cuando se trata de tomar una decisión delante del Adón. Se preguntará si una alternativa será tan buena como la otra. Puede aparentar ser una persona fuerte, pero cuando una situación exige el genuino ejercicio de la voluntad en relación con los intereses de Elohim, su voluntad flaquea. A mucha gente le gusta expresar sus opiniones. Para todo tienen una opinión. En un momento piensan de una manera y al siguiente cambian. Nunca les faltan opiniones. Pero cuando se trata de tomar una posición en cuanto a la voluntad de Elohim, vacilan. Se confunden y no son capaces de decidir debido a que su hombre exterior se encuentra muy ocupado. Hay muchos asuntos que los mantienen ocupados y los absorben por completo, de tal modo que la fuerza de su hombre exterior se agota.

 

Debemos ver que la fuerza de nuestro hombre exterior es limitada. Tan pronto como nos ocupamos en algo, nuestro hombre exterior queda limitado. Gloria al Padre por eso, porque siempre nos deja abusar de esta fuerza para que nos demos cuenta de que no podemos hacerlo todo, y que lo que debemos hacer es quebrantar ese hombre exterior y ENTRAR EN SU REPOSO (que no quiere decir no hacer nada, como muchos abusan, sino trabajar desde Él).

 





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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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