El hombre fue creado con dos propósitos. Por el lado positivo, el hombre fue creado para expresar a Elohim, y por el lado negativo, fue creado para darle fin al enemigo de Elohim; esto tiene que ver con la imagen de Elohim y con Su autoridad. En el B'rit Hadashá, especialmente en Efesiyim —el libro que más se relaciona con la congregación—, podemos ver la imagen y la autoridad de Elohim, es decir, la manera de expresar a Elohim corporativamente y de pelear la batalla contra el enemigo de Elohim corporativamente.
Casi todas las enseñanzas del B'rit Hadashá se componen de estos dos elementos: la imagen de Elohim, para expresar a Elohim en Mashiaj mediante el Ruaj, y la autoridad de Elohim, para pelear la batalla y darle fin al enemigo de Elohim. Éstos son los dos componentes principales del plan eterno de Elohim así como también los dos temas principales de toda la enseñanza contenida en las Escrituras, especialmente en el B'rit Hadashá.
En Efesiyim podemos ver la imagen de Elohim, especialmente en 4:22-24, donde dice que nos despojemos del viejo hombre y nos vistamos del nuevo, esto es, que nos vistamos de la creación nueva y corporativa hecha en Mashiaj, la cual fue creada conforme a la imagen del Creador, es decir, de Elohim mismo. No se trata únicamente de nuestro nuevo hombre individual, sino del Nuevo Hombre Corporativo, formados por la suma de todos los nuevos hombres de todos los creyentes, y muy especialmente de los de nuestra congregación. La congregación como nueva creación tiene la imagen de Elohim a fin de que exprese a Elohim en Mashiaj por medio del Ruaj haKodesh. Finalmente, en el último capítulo de Efesiyim, vemos la batalla, la guerra, la lucha espiritual que se libra para darle fin a las huestes malignas del reino de las tinieblas, es decir, para destruir al enemigo de Elohim. Si realmente somos la congregación victoriosa, si ponemos en práctica la verdadera vida de congregación, entonces el Adón será expresado por medio de nosotros, de modo que verdaderamente tendremos Su imagen, así como la autoridad celestial para pelear la guerra espiritual y derrotar al enemigo de Elohim.
Los dos aspectos de la comisión divina de la congregación son: expresar a Elohim en Mashiaj por medio del Ruaj y darle fin al enemigo de Elohim. El propósito de los mensajes contenidos en este libro no es simplemente ayudarnos a conocer algunas verdades, doctrinas o enseñanzas; más bien, es ayudarnos a que llevemos la vida genuina de un creyente, la cual es la verdadera vida de congregación, la vida victoriosa y corporativa del Cuerpo, a fin de expresar a Mashiaj y derrotar al enemigo de Elohim. Por el lado positivo, debemos impartir Mashiaj a las personas, exhibir a Mashiaj, glorificarlo y expresar Su imagen divina. Por el lado negativo, tenemos que pelear la batalla, vencer al enemigo, atar al hombre fuerte y expulsar las huestes de las tinieblas. Ésta es la comisión divina que el Adón le confió a la congregación. ¿Para qué estamos aquí? Por el lado positivo, para exhibir y expresar a Mashiaj, y por el lado negativo, para pelear la guerra espiritual a fin de darle fin al enemigo de Elohim.
La congregación es el Cuerpo de Mashiaj, que expresa, exhibe y glorifica a Mashiaj en la imagen divina y, además, la congregación pelea la batalla para introducir el reino venidero, darle fin al enemigo de Elohim y expulsar las huestes malignas de las tinieblas.
La Guerra Espiritual Se Realiza Corporativamente
Efesiyim 6:10-20 es el pasaje más claro del B'rit Hadashá en cuanto a la guerra espiritual. La guerra espiritual no se lleva a cabo individualmente. Muchos de nosotros fuimos enseñados que somos guerreros, y aunque ciertamente lo somos, JAMÁS FUIMOS ENSEÑADOS A SER EJÉRCITO. Ese guerrero es el Cuerpo entero de Mashíaj, la cabeza es Yahshua. Tenemos también otras partes en el libro de Efesiyim, que representan también entidades corporativas: el Cuerpo (en el capítulo 1), el Nuevo Hombre, la casa de Elohim y el edificio (en el capítulo 2), la congregación como misterio de Mashiaj (en el capítulo 3), el Cuerpo y el nuevo hombre (en el capítulo 4) y la novia como esposa (en el capítulo 5). Estos pasajes no hablan de personas individuales, sino de una persona corporativa, la cual es la congregación para nuestra vivencia actual. La suma de las congregaciones es el Cuerpo, el cual está siendo levantado en las muchas congregaciones que el Adón está disciplinando y entrenando. La congregación es el Cuerpo corporativo de Mashiaj, el nuevo hombre corporativo, el edificio corporativo, el misterio corporativo, la esposa corporativa y el guerrero corporativo. Por tanto, la guerra espiritual no es librada por santos individualmente, sino por la congregación. Si no llevamos la vida de congregación, no tenemos base alguna para pelear la guerra espiritual. Si no estamos en la realidad de la vida del Cuerpo, no tenemos base para pelear la batalla; es decir, ya hemos sido derrotados. Sin la vida de congregación, estamos derrotados, y es imposible que una persona derrotada luche contra el enemigo.
La base y la posición para que luchemos contra el enemigo es la congregación, y la congregación está en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales. Por una parte, si alguien ha sido salvo, ciertamente está en Mashiaj, aunque sea un creyente derrotado. SIN EMBARGO, SI ESA PERSONA NO PARTICIPA EN LA REALIDAD DE LA VIDA DEL CUERPO, ENTONCES, CONFORME A LA EXPERIENCIA, NO ESTÁ EN MASHIAJ DE UNA MANERA CONCRETA. Por lo tanto, para pelear la guerra espiritual, debemos participar en la vida de congregación, y de manera activa y constante, además, no esporádicamente, cuando nos venga en ganas o nuestras muchas ocupaciones nos den el tiempo.
En las fuerzas armadas, es absurdo que un soldado pelee solo. Para pelear la batalla, debemos formar un ejército. Si no formamos un ejército, no hay posibilidad de pelear la batalla. En Yahjezquel 37, cuando los huesos muertos fueron avivados, TODOS SE UNIERON. Cuando estaban muertos, estaban dispersos, yacían en una muerte completa y absoluta, PERO CUANDO FUERON AVIVADOS, LLEGARON A SER MIEMBROS QUE SE UNIERON PARA FORMAR UN CUERPO VIVIENTE. Eso es lo que el Adón está haciendo hoy, levantando un Cuerpo, no muchas células sueltas, ni muchos huesos sueltos. Según el contexto de este capítulo, este cuerpo viviente es la casa de Yahweh, el edificio, la morada de Elohim y el ejército. Este cuerpo es el edificio y el ejército. Todo esto es un buen cuadro de la vida que es propia del Cuerpo. ¿Podrían algunos huesos separados y dispersos pelear la batalla? Eso es absurdo. Debemos entender que no importa qué tan fuertes nos sintamos, no somos aptos para pelear la batalla por nosotros mismos. Es el Cuerpo el que pelea la batalla. Debemos ser juntamente edificados. Debemos estar en unidad y armonía, como el Cuerpo viviente, el edificio viviente y la casa viviente de Elohim. Entonces podemos ser el ejército.
Si leemos todo Efesiyim, desde el primer capítulo hasta el sexto, veremos que es el Cuerpo de Mashiaj el que pelea la batalla, y el Cuerpo es una nueva creación en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales. Primero debemos llevar la vida del Cuerpo y, luego, podemos pelear la batalla. Si no llevamos la vida que es propia del Cuerpo, simplemente no somos aptos para pelear la batalla. Para pelear la batalla debemos estar en la realidad de la vida del Cuerpo. Para pelear por los Estados Unidos, se debe estar en las fuerzas armadas estadounidenses. Nadie puede ir al campo de batalla solo; nadie sería tan insensato como para hacer esto. Primero, uno debe unirse al ejército y ser entrenado, ser edificado y formar parte del ejército. Ocurre exactamente lo mismo con respecto al Cuerpo de Mashiaj. ¿Por qué está la guerra espiritual en el último capítulo de Efesiyim y no en el primero, el segundo o incluso en el quinto capítulo? Porque la guerra tiene que ver con el Cuerpo, el cual está en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales.
En Efesiyim podemos ver la imagen de Elohim, especialmente en 4:22-24, donde dice que nos despojemos del viejo hombre y nos vistamos del nuevo, esto es, que nos vistamos de la creación nueva y corporativa hecha en Mashiaj, la cual fue creada conforme a la imagen del Creador, es decir, de Elohim mismo. No se trata únicamente de nuestro nuevo hombre individual, sino del Nuevo Hombre Corporativo, formados por la suma de todos los nuevos hombres de todos los creyentes, y muy especialmente de los de nuestra congregación. La congregación como nueva creación tiene la imagen de Elohim a fin de que exprese a Elohim en Mashiaj por medio del Ruaj haKodesh. Finalmente, en el último capítulo de Efesiyim, vemos la batalla, la guerra, la lucha espiritual que se libra para darle fin a las huestes malignas del reino de las tinieblas, es decir, para destruir al enemigo de Elohim. Si realmente somos la congregación victoriosa, si ponemos en práctica la verdadera vida de congregación, entonces el Adón será expresado por medio de nosotros, de modo que verdaderamente tendremos Su imagen, así como la autoridad celestial para pelear la guerra espiritual y derrotar al enemigo de Elohim.
Los dos aspectos de la comisión divina de la congregación son: expresar a Elohim en Mashiaj por medio del Ruaj y darle fin al enemigo de Elohim. El propósito de los mensajes contenidos en este libro no es simplemente ayudarnos a conocer algunas verdades, doctrinas o enseñanzas; más bien, es ayudarnos a que llevemos la vida genuina de un creyente, la cual es la verdadera vida de congregación, la vida victoriosa y corporativa del Cuerpo, a fin de expresar a Mashiaj y derrotar al enemigo de Elohim. Por el lado positivo, debemos impartir Mashiaj a las personas, exhibir a Mashiaj, glorificarlo y expresar Su imagen divina. Por el lado negativo, tenemos que pelear la batalla, vencer al enemigo, atar al hombre fuerte y expulsar las huestes de las tinieblas. Ésta es la comisión divina que el Adón le confió a la congregación. ¿Para qué estamos aquí? Por el lado positivo, para exhibir y expresar a Mashiaj, y por el lado negativo, para pelear la guerra espiritual a fin de darle fin al enemigo de Elohim.
La congregación es el Cuerpo de Mashiaj, que expresa, exhibe y glorifica a Mashiaj en la imagen divina y, además, la congregación pelea la batalla para introducir el reino venidero, darle fin al enemigo de Elohim y expulsar las huestes malignas de las tinieblas.
La Guerra Espiritual Se Realiza Corporativamente
Efesiyim 6:10-20 es el pasaje más claro del B'rit Hadashá en cuanto a la guerra espiritual. La guerra espiritual no se lleva a cabo individualmente. Muchos de nosotros fuimos enseñados que somos guerreros, y aunque ciertamente lo somos, JAMÁS FUIMOS ENSEÑADOS A SER EJÉRCITO. Ese guerrero es el Cuerpo entero de Mashíaj, la cabeza es Yahshua. Tenemos también otras partes en el libro de Efesiyim, que representan también entidades corporativas: el Cuerpo (en el capítulo 1), el Nuevo Hombre, la casa de Elohim y el edificio (en el capítulo 2), la congregación como misterio de Mashiaj (en el capítulo 3), el Cuerpo y el nuevo hombre (en el capítulo 4) y la novia como esposa (en el capítulo 5). Estos pasajes no hablan de personas individuales, sino de una persona corporativa, la cual es la congregación para nuestra vivencia actual. La suma de las congregaciones es el Cuerpo, el cual está siendo levantado en las muchas congregaciones que el Adón está disciplinando y entrenando. La congregación es el Cuerpo corporativo de Mashiaj, el nuevo hombre corporativo, el edificio corporativo, el misterio corporativo, la esposa corporativa y el guerrero corporativo. Por tanto, la guerra espiritual no es librada por santos individualmente, sino por la congregación. Si no llevamos la vida de congregación, no tenemos base alguna para pelear la guerra espiritual. Si no estamos en la realidad de la vida del Cuerpo, no tenemos base para pelear la batalla; es decir, ya hemos sido derrotados. Sin la vida de congregación, estamos derrotados, y es imposible que una persona derrotada luche contra el enemigo.
La base y la posición para que luchemos contra el enemigo es la congregación, y la congregación está en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales. Por una parte, si alguien ha sido salvo, ciertamente está en Mashiaj, aunque sea un creyente derrotado. SIN EMBARGO, SI ESA PERSONA NO PARTICIPA EN LA REALIDAD DE LA VIDA DEL CUERPO, ENTONCES, CONFORME A LA EXPERIENCIA, NO ESTÁ EN MASHIAJ DE UNA MANERA CONCRETA. Por lo tanto, para pelear la guerra espiritual, debemos participar en la vida de congregación, y de manera activa y constante, además, no esporádicamente, cuando nos venga en ganas o nuestras muchas ocupaciones nos den el tiempo.
En las fuerzas armadas, es absurdo que un soldado pelee solo. Para pelear la batalla, debemos formar un ejército. Si no formamos un ejército, no hay posibilidad de pelear la batalla. En Yahjezquel 37, cuando los huesos muertos fueron avivados, TODOS SE UNIERON. Cuando estaban muertos, estaban dispersos, yacían en una muerte completa y absoluta, PERO CUANDO FUERON AVIVADOS, LLEGARON A SER MIEMBROS QUE SE UNIERON PARA FORMAR UN CUERPO VIVIENTE. Eso es lo que el Adón está haciendo hoy, levantando un Cuerpo, no muchas células sueltas, ni muchos huesos sueltos. Según el contexto de este capítulo, este cuerpo viviente es la casa de Yahweh, el edificio, la morada de Elohim y el ejército. Este cuerpo es el edificio y el ejército. Todo esto es un buen cuadro de la vida que es propia del Cuerpo. ¿Podrían algunos huesos separados y dispersos pelear la batalla? Eso es absurdo. Debemos entender que no importa qué tan fuertes nos sintamos, no somos aptos para pelear la batalla por nosotros mismos. Es el Cuerpo el que pelea la batalla. Debemos ser juntamente edificados. Debemos estar en unidad y armonía, como el Cuerpo viviente, el edificio viviente y la casa viviente de Elohim. Entonces podemos ser el ejército.
Si leemos todo Efesiyim, desde el primer capítulo hasta el sexto, veremos que es el Cuerpo de Mashiaj el que pelea la batalla, y el Cuerpo es una nueva creación en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales. Primero debemos llevar la vida del Cuerpo y, luego, podemos pelear la batalla. Si no llevamos la vida que es propia del Cuerpo, simplemente no somos aptos para pelear la batalla. Para pelear la batalla debemos estar en la realidad de la vida del Cuerpo. Para pelear por los Estados Unidos, se debe estar en las fuerzas armadas estadounidenses. Nadie puede ir al campo de batalla solo; nadie sería tan insensato como para hacer esto. Primero, uno debe unirse al ejército y ser entrenado, ser edificado y formar parte del ejército. Ocurre exactamente lo mismo con respecto al Cuerpo de Mashiaj. ¿Por qué está la guerra espiritual en el último capítulo de Efesiyim y no en el primero, el segundo o incluso en el quinto capítulo? Porque la guerra tiene que ver con el Cuerpo, el cual está en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales.
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Publicado por: Anunciadora de Sión
SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO
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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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