24 de marzo de 2021

VCVO04 - Guerra Espiritual Contra Las Huestes Espirituales De Maldad


 

También debemos entender que la guerra espiritual no es una pelea que se libra en contra de los hombres, es decir, en contra de carne y sangre; más bien, luchamos contra las huestes espirituales, los espíritus malignos. Recuerden cuando el año retrasado comenzamos nuestros estudios acerca de la oración y la guerra espiritual. El enemigo nos atacó mucho por esto. Después de atravesar esos ataques, hemos aprendido que, si queremos ser el ejército del Adón y hablar de oración y guerra espiritual, necesitamos un buen cuerpo de soldados de oración que oren por nosotros día y noche. 
 
De lo contrario, habrá muchos ataques. Por tanto, ¡que el Adón nos cubra con Su sangre!, porque "huestes espirituales malignas" no son simplemente una doctrina o un término que usamos. En el universo existen tales huestes de maldad, las cuales son el reino de las tinieblas, los espíritus malignos. Incluso hoy quizás no comprendamos cuánto están trabajando los espíritus malignos para dañar el reino de Elohim, a fin de obstaculizar el cumplimiento del propósito de Elohim. Ésta es una verdadera lucha, y ese es nuestro caminar. Los que eligen el camino fácil no entrarán por la puerta angosta. Por tanto, debemos saber que no luchamos contra carne y sangre, sino que luchamos contra los espíritus malignos, los cuales se apoyan en la carne de los hombres, incluyendo la nuestra. Nuestro enemigo no es el hombre; más bien, nuestro enemigo son las huestes de las tinieblas, que se manifiestan a través de hombres y carne.

¿Qué debemos hacer? ¿Debemos considerar que nuestros enemigos son aquellos que han sido usados por el enemigo para divulgar rumores en contra nuestra? Si hacemos esto, erramos. El verdadero enemigo no son las personas; nuestro verdadero enemigo son las huestes malignas que se ocultan detrás de dichas personas. Las personas simplemente son títeres que el enemigo manipula. No debemos pelear contra tales personas; más bien, debemos pelear en contra de las fuerzas malignas que manipulan a dichas personas. La manera de pelear contra las fuerzas malignas no es combatir valiéndonos de la carne, sino por el Ruaj, en el Ruaj y por medio de la oración. La única manera en la que podemos luchar contra el enemigo que se oculta detrás de ciertas personas, es por medio de la oración, apelando al trono que está en los cielos, el cual es la autoridad más elevada. Por tanto, es necesario que oremos corporativamente, de una manera real y prevaleciente. La congregación tiene que reunirse para orar, y no para combatir contra ninguna persona. He aprendido la lección que siempre que haya un rumor, no debemos enfrentarnos con él directamente. Si corre un rumor en contra de la congregación, no debemos hablar con la gente ni explicarle las cosas. Cuanto más explicamos, más rumores se producen. Simplemente debemos ir al Adón y apelar a la autoridad más elevada. Por medio del trono combatimos contra las fuerzas malignas que se ocultan detrás de sangre y carne. Debemos aprender esto y practicarlo.

Debemos revestirnos de toda la armadura de Elohim, pero además, tenemos dos armas. La primera consiste en ejercitarnos para contactar la palabra por medio del Ruaj (pasuk 17b). Debemos leer la Palabra con oración, de modo que sea viviente, poderosa y prevaleciente a nosotros. Debemos tomar la Palabra como poder viviente, y no como letras muertas. Podemos blandir la palabra como espada viviente para atacar al enemigo. Ésta es nuestra arma ofensiva.

La segunda arma es la más importante, a saber, la oración (pasukim 18-19). Esto no consiste simplemente en orar por nuestros pequeños asuntos personales. Muchos buenos santos oran día a día, pero sólo oran por sus pequeños asuntos, tales como su hogar y sus mascotas. El Adón nos dijo que nuestro Padre sabe todo lo que necesitamos; más bien, debemos orar por el reino, por la Besorah, por la congregación y por los intereses del Adón.

El pasuk 18 dice: "Con toda oración y petición orando en todo tiempo en el ruaj, y para eso velando con toda perseverancia y petición por todos los santos".

Nuestro deseo es poner en práctica la verdadera vida de congregación, pero esto conlleva muchas cosas. Por tanto, debemos dejar de chismear y de hablar sueltamente, y debemos ser positivos y activos en la oración. Debemos ir al Adón y orar personalmente y también orar con otros dos o más. Debemos estar apoyados sobre el terreno y la posición de la congregación, identificarnos con la Cabeza celestial y orar de manera prevaleciente por la congregación. Si vemos que alguien tiene cierta debilidad, no debemos hablar acerca de eso. Si vemos que algunos de los que llevan la delantera no son aptos, no debemos criticarlos. En cambio, debemos ir a la Cabeza que está en el trono y orar. Entones el Adón solucionará el problema o lo quitará de en medio.

No debemos señalar a nadie criticándolo. Al criticar a otros de esa manera, dañamos la vida de congregación y le abrimos la puerta al enemigo para que entre y ataque la congregación e introduzca muerte en el Cuerpo. Si hacemos esto, ya hemos sido derrotados por el enemigo. Perderemos nuestra posición y causaremos mucho daño a la congregación. Lo único que debemos hacer es llevar este asunto a la Cabeza y orar: "Adón, ten misericordia de nosotros y ten misericordia de este hermano. Adón, Tú decide lo que tengas que hacer". El Adón honrará nuestra oración. Si oramos de esta manera, seremos aquellos que se mantienen firmes en la puerta para cerrarle el camino al enemigo, para que no entre y ataque al Cuerpo ni le cause daño. Simplemente debemos ir al Adón y orar. Si otros ven lo mismo que nosotros, debemos unirnos e ir al Adón para orar. Nuestra arma es orar por los asuntos que vemos y por los siervos del Adón.

Debemos estar firmes sobre el terreno apropiado, el cual consiste en permanecer en la congregación, en Mashiaj, en el Ruaj y en los lugares celestiales. Además, no estamos peleando contra seres humanos, sino que estamos combatiendo contra las huestes malignas de las tinieblas, contra el reino del enemigo. Éste es nuestro verdadero enemigo. También debemos echar mano de nuestras defensas, que son: ceñirnos con la verdad, portar la coraza de justicia, calzar nuestros pies con la Besorah, usar el escudo de la fe y ponernos el yelmo de la salvación. Además, debemos aprender a ejercitarnos en la palabra y en el ruaj de una manera viviente, y debemos aprender a orar y a hacer peticiones. Frecuentemente debemos orar con toda clase de oración y petición.

La vida de congregación es una vida de oración. Les ruego especialmente a los que toman la delantera entre los santos, que lleven una verdadera vida de oración. Los hermanos que están en el liderazgo deben reunirse para orar con frecuencia, y deben orar mucho. De esta manera ayudarán a todos los santos a que aprendan a llevar una vida de oración. La congregación debe llevar una vida de oración, y los que están en el liderazgo deben ser los que toman la delantera respecto a tal vida de oración. Todos estos elementos componen la armadura que necesitamos para pelear la batalla. En estos días, la batalla no es algo pequeño. No es insignificante hablar sobre el propósito eterno de Elohim, sobre Su pensamiento central, sobre la vida de congregación, sobre el testimonio y sobre la restauración del testimonio. No podremos tener éxito sólo con palabras y la predicación; tenemos que experimentar estos asuntos mediante la lucha y la oración.

Aquí hay muchas lecciones que tenemos que aprender. Si el Adón nos concede Su gracia para que aprendamos las lecciones de experimentar la vida del Cuerpo y la verdadera guerra espiritual, ciertamente tendremos suficiente. Con esto nos ejercitaremos y seremos disciplinados, gobernados y regidos por el Adón en el ruaj. Aprenderemos todas las lecciones espontáneamente y no habrá necesidad de disciplinas exageradas, porque estas lecciones nos guiarán en el Ruaj. Ésta es la única manera en la que podemos experimentar la vida de congregación y obtener una verdadera restauración del testimonio del Adón sobre la tierra. Oremos y busquemos al Adón para que haga real estas cosas a nosotros, de modo que cada uno de nosotros pueda experimentar la vida de congregación y la verdadera guerra espiritual, con miras a que se establezca el reino del Adón.





_________________________________________________________________________

Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

________________________________________________________________________

Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
_________________________________________________________________________





No hay comentarios.:

Publicar un comentario