Luka 12:50 dice: "De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!". La palabra griega traducida "angustiarse" tiene un significado muy maravilloso que es difícil de expresar en la traducción. El significado original de esta palabra se refiere a una persona que está confinada en una caja o que es puesta en un cajón y, por lo tanto, se siente constreñida y apretada, sin ninguna libertad ni espacio.
El Adón dijo que Él
tenía que ser bautizado de un bautismo y que se sentía presionado hasta que
éste se cumpliera. Este bautismo era Su muerte, la muerte en el madero. Muchos
que no conocen el misterio de la vida de Mashiaj piensan que el Adón Yahshua
temía morir en el madero. Sin embargo, este pasuk nos muestra que el Adón
estaba muy deseoso de morir en el madero. ¿Por qué? Porque en Él se hallaba
oculta una vida poderosa, ilimitada y eterna, y Su mayor deseo era poder
liberarla.
Los creyentes a
menudo usan el término "vida eterna", pensando que la palabra eterna
únicamente se aplica con respecto al tiempo. Es por eso que para ellos la vida
eterna únicamente denota la vida que dura para siempre. Sin embargo, según las
Escrituras, la palabra eterno significa "sin fin", no sólo en tiempo,
sino también en espacio. La vida eterna es la vida que no tiene fin. Esta vida
trasciende el factor del tiempo ya que el tiempo no puede contener ni medir
esta vida, que no tiene deterioro ni muerte. De igual manera, el espacio
tampoco puede contener esta vida debido a que es eterna e ilimitada. Así como
Elohim es infinito, también Su vida es infinita. Él trasciende el tiempo y el
espacio; Él trasciende todas las cosas ya que es el Elohim infinito.
Un día este Elohim
infinito entró en un pequeño hombre que, a diferencia de Elohim, era finito. El
hombre es ciertamente pequeño y limitado. Más aún, si alguien está en una
ciudad, no puede estar a la vez en otra. Estamos demasiado restringidos.
Recuerden que la condición finita del hombre es todo lo contrario de la
condición infinita de Elohim.
¿Qué es la
encarnación? Es Elohim mismo que entra en el hombre y se mezcla con él. Elohim
es infinito y el hombre es finito. La encarnación es la mezcla del Elohim
infinito con el hombre finito. Si me pusieran en un cajón en el cual cupiera mi
cuerpo, un cajón de muertos podemos imaginar, me sentiría constreñida, apretada
y presionada cada segundo que estuviera allí.
Aunque Elohim es el
Elohim infinito, un día entró en el Yahshua nazareno y se confinó a Sí mismo
dentro de este hombre finito durante treinta y tres años y medio. Ya que el
hombre es un ser de una condición baja, así también fue Su parecer. Antes de la
encarnación, Él era infinito e ilimitado, pero después de encarnarse llegó a
estar muy limitado dentro de Su carne humana. Mientras estaba en Galilea, no
podía estar en Judea; si estaba en la casa de Kefá, no podía estar en la casa
de Yaakov. Cada día Él estuvo muy restringido mientras estuvo en la tierra. En
principio, antes de encarnarse, Él trascendía el tiempo y el espacio, pero a
fin de entrar en el hombre, Él entró en el tiempo y en el espacio. Cada día que
vivió como hombre fue un día en que estuvo muy restringido. Fue por esto que
dijo que "de un bautismo tengo que
ser bautizado", lo cual se refería a Su muerte. Él se sentía
presionado para poder cumplir este asunto.
En Yahanan 12:24 el
Adón Yahshua dijo: "Si el grano de
trigo no cae en la tierra y muere, queda solo". La vida contenida en
un grano de trigo está oculta en el interior de la cáscara del trigo y se halla
confinada dentro de la cáscara exterior. Sin embargo, si el grano de trigo
muere, la muerte logrará que la vida del trigo sea liberada. Así siendo, el
Adón Yahshua dijo que cuando el grano de trigo cae en la tierra y muere,
empieza a crecer y luego lleva mucho fruto. Sin embargo, supongamos que ponemos
un grano de trigo en una cajita hermosa como muestra de honor y respeto. Si
este grano de trigo pudiera hablar, nos rogaría diciendo: "No me rindan honor ni respeto de esa forma. Al estar aquí me
siento muy atado. Preferiría que me pusieran en un entorno en el que pueda
morir. Estoy anhelando morir, porque la muerte es mi única salida. Sólo
mediante la muerte podrá brotar la vida que está dentro de mí".
Mientras el Adón
estaba en el madero, un soldado le traspasó el costado con una lanza, e
inmediatamente de su costado brotó sangre y agua (Yahanan 19:34). La sangre nos
indica que Él llevó nuestros pecados y nos redimió. Por lo tanto, la muerte del
Adón Yahshua fue una muerte redentora, como lo indica la sangre. Sin embargo,
en el madero no sólo brotó la sangre, sino también el agua. El agua alude a la
vida. La muerte del Adón no sólo logró que se efectuara la redención, sino que
también fuera liberada la vida. Para que Él, como grano de trigo, pudiera ser
multiplicado a treinta, a sesenta y a ciento por uno, tenía que pasar por la
experiencia de la muerte. Si no hubiese muerto, habría seguido siendo un sólo
grano, pero ya que murió, la vida contenida en este grano entró en muchos
granos. Él era una simiente que estaba llena de vida. Si no hubiese muerto, Su
vida habría permanecido solamente en Sí mismo y no habría podido entrar en
Kefá, Yaakov, Yahanan y los demás discípulos, y en todos aquellos que creyeron
en Él.
Si realmente
entendemos el carácter de la obra de Elohim, reconoceremos que el hombre
exterior constituye un gran impedimento para ésta. Digamos que Elohim se
encuentra restringido por el hombre; por lo tanto, los hijos de Elohim deben
entender la función de la congregación y la estrecha relación que ésta guarda
con el poder de Elohim y con Su obra.
Antes de la
encarnación las riquezas de Elohim no tenían límite, pero en la encarnación,
tanto Su obra como Su poder quedaron restringidos a esta carne en el hombre
Yahshua. No obstante, las Escrituras nos muestran que la encarnación, lejos de
limitar a Elohim, fue el medio por el cual Sus riquezas se manifestaron
plenamente. Elohim manifestó Sus riquezas en ese cuerpo de carne.
En la encarnación
Elohim se vistió de carne. En la actualidad Elohim se ha depositado en la
congregación. Todo Su poder y Su obra se encuentran en el Cuerpo. En las
Besoroth vemos que Elohim no hizo nada fuera de la carne, porque toda Su obra
estaba en las manos del Hijo; de la misma manera, hoy Él no hace nada aparte
del Cuerpo, de la congregación. Elohim no actúa en forma independiente, sino
exclusivamente por medio de la congregación. Desde el día de Shavuot hasta
ahora, la obra de Elohim se lleva a cabo por medio de la congregación. De la
misma manera que en las Besoroth se encomendó a Sí mismo sin reservas a una
persona, Mashiaj, así también en estos días, se ha encomendado sin reservas e
incondicionalmente a la congregación, a la cual Mashíaj le ha dado la
autoridad. ¡Cuán grande es la responsabilidad de la congregación ante Elohim!
porque ella puede limitar la obra y manifestación de Elohim.
Ahora Elohim ha
escogido al Cuerpo, a través de las congregaciones, para que sea Su recipiente
y ha depositado en él Su poder, Su obra y Su misma persona. Él desea fluir y
expresarse por medio de la congregación. Por lo tanto, hoy la congregación es
el medio por el cual Elohim manifiesta Su poder y lleva a cabo Su obra. Si la
congregación proporciona a Elohim la libertad para actuar, Él expresará Su
poder y efectuará Su obra por medio de ella. Pero si ella no lo hace, Elohim
será restringido.
Las enseñanzas
fundamentales de las Besoroth revelan que Elohim estaba en un hombre, mientras
que las de las epístolas manifiestan que Elohim está en la congregación. En las
Besoroth hallamos a Elohim en un sólo hombre, Yahshua ha Mashiaj, pero en las
epístolas lo encontramos únicamente en el Cuerpo, que es la suma de las congregaciones
verdaderas, y no en una organización o iglesia. Que nuestros ojos puedan ver
este hecho glorioso, que Elohim solamente se encuentra en el Cuerpo.
Una vez que veamos
esto, espontáneamente levantaremos nuestros ojos hacia el cielo y diremos:
"Elohim mío, ¡cuánto te hemos limitado!". Que Él tenga misericordia
de todos nosotros, y que dejemos de limitarlo para que venga Su Reino.
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