5 de junio de 2021

QHELR28 - El Resultado Del Quebrantamiento

 

Elohim quebranta al hombre exterior de diferentes maneras en distintas personas, y por eso el Ruaj haKodesh aplica diferentes clases de disciplina, según la necesidad del individuo. Si la característica predominante de uno es el amor propio, el Ruaj trabaja de manera específica quebrantando ese amor. Cuando el problema es el orgullo, prepara una y otra vez circunstancias diseñadas específicamente para quebrantar ese orgullo. 


A las personas cuya fuerza radica en su inteligencia humana, Elohim permite que cometan errores constantemente, para enseñarles a no confiar en su capacidad y llevarles a confesar: "Mi vida no depende de mi perspicacia, sino de la misericordia de Elohim". En ocasiones el problema radica en que uno es demasiado susceptible; en dado caso, Elohim ordena circunstancias que acaben con ese problema, así como lo hace para poner fin a las muchas opiniones de los que siempre están llenos de ideas y conceptos.

 

Las Escrituras dicen: "Yo soy Yahweh... ¿habrá algo demasiado difícil para mí?" (YirmeYah 32:27). Hay personas que creen que para ellos no hay nada difícil. Nada se les dificulta, y no encuentran un obstáculo lo suficientemente difícil como para hacerles ver su ignorancia e incapacidad. En el caso de éstos, el Ruaj del Adón usa toda clase de situaciones para derrotarlos y tiene que golpearlos repetidas veces para lograr que se humillen y reconozcan que a pesar de su autosuficiencia, son absolutamente incapaces. Son confrontados con cosas que para ellos eran fáciles, pero se les salen de las manos y los dejan avergonzados y humillados. En pocas palabras, el Ruaj opera sabiamente en cada persona de diferente manera, según la necesidad de ésta.

 

También existe una variación en la frecuencia con que el Ruaj haKodesh aplica Su disciplina. En el caso de algunos, el Adón usa Su vara cuando es necesario, castigándolos en forma intensa y constante. Con otros, aplica Su disciplina por un tiempo, concediéndoles luego períodos de respiro. Pero una cosa no cambia: EL ADÓN AZOTA A TODO AQUEL QUE AMA. Entre los hijos de Elohim deberíamos encontrar las heridas producidas por la corrección del Ruaj haKodesh. Aunque Elohim aplica Su castigo en diferentes áreas, el fin es el mismo, y ya sea que toque algún aspecto externo o interno, siempre causará alguna herida en la persona. Cuando Elohim vea necesario tocar el amor propio, el orgullo, la sabiduría o la sensibilidad de alguien, lo hará procurando herir y debilitar al hombre natural. Algunos pueden ser tocados en su parte emotiva y otros en su intelecto, pero el resultado siempre será el quebrantamiento de la voluntad. No importa el área en que uno sea golpeado, esto siempre afectará directamente al yo y a la voluntad. Por lo general, el hombre es necio y su voluntad es obstinada. Esta es impulsada por la mente, las opiniones, el egoísmo, los afectos o la inteligencia. La necedad puede apoyarse en muchas cosas, pero en cada una de ellas se manifiesta una voluntad férrea. De igual manera, los golpes, los castigos y el quebrantamiento del Ruaj haKodesh pueden variar, pero a la postre, la obra intrínseca del Ruaj tiene el único objeto de herir el yo y doblegar la voluntad.

 

Por lo tanto, todo aquel que es subyugado mediante la revelación o la disciplina del Ruaj haKodesh, muestra una característica: la docilidad. Esta es la señal de una persona quebrantada. Todo aquel que ha sido quebrantado por Elohim, es dócil ante Él. La cáscara que nos rodea es dura y hermética debido a que hay muchos elementos en nosotros que la fortalecen. Nosotros somos como una casa sostenida por muchas columnas. Pero cuando Elohim derriba las columnas una por una, la casa entera se derrumba. Una vez eliminada la estructura exterior, el yo interior puede salir.

 

No debemos pensar que quienes hablan de un modo suave o sumiso no son obstinados. En muchos casos los de voz más apacible resultan ser los más inflexibles interiormente. Esa dureza se relaciona con el carácter, no con el tono de voz. Muchos que aparentan ser dóciles y tímidos, ante Elohim son tan necios, duros, orgullosos y autosuficientes como los demás. Los elementos que sostienen la estructura de ellos pueden variar, pero la estructura interna es la misma. En estos casos, Elohim tiene que quitar de en medio los elementos de soporte y quebrantarlos uno por uno, y debe aplicar Su disciplina las veces que sean necesarias. Por Su gracia, después de repetidos golpes, Él logrará derribar lo que se resiste a Su obra. Este severo castigo producirá en nosotros el temor de hacer o decir lo mismo una vez más. Ya no tendremos tanta libertad de hablar sin restricción. Puede parecer que la disciplina del Adón sólo afecta el aspecto externo, pero la realidad es que todo nuestro ser se vuelve más dócil y sumiso ante la mano de Elohim, y podemos abandonar por completo las prácticas naturales ya juzgadas. Al menos en esas áreas no nos atreveremos a desobedecer más al Adón ni a defender nuestras ideas. Por temor a Elohim, no nos atreveremos a actuar por nuestra cuenta, ya que en esa área hemos llegado a ser dóciles. Cuanto más disciplina recibimos, más dóciles y manejables somos. Esta docilidad o flexibilidad indica que la obra de quebrantamiento que Elohim realiza se amplía en nosotros y gana terreno en nuestras vidas.

 

Hay casos en los que un hermano puede tener mucho carisma o aun dones espirituales, pero cuando tenemos comunión con él, percibimos la falta de quebrantamiento en su vida. Hay muchos creyentes en esta condición: tienen dones, pero no han sido quebrantados. Cualquiera puede percibir el carácter áspero que tienen, pero después de que son quebrantados, se vuelven dóciles y tratables, se transforman en verdaderos siervos del Adón. Es fácil reconocer la falta de quebrantamiento por la dureza de la persona. Cuando alguien ha sido disciplinado en cierta área de su vida, será liberado de la vanagloria, el orgullo, el abandono y el desenfreno; además, se conducirá con temor y docilidad en tal área.

 

Las Escrituras usan muchos símbolos para referirse al Ruaj haKodesh, como por ejemplo, el fuego y el agua. El fuego denota el poder del Ruaj, mientras que el agua habla de Su pureza. Otro bello símbolo del Ruaj es la paloma. La naturaleza del Ruaj es como la de la paloma, que es dócil, pacífica y mansa, y no expresa dureza alguna. Mientras que el Ruaj de Elohim forja Su naturaleza en nuestro ser poco a poco, vamos adquiriendo la naturaleza de la paloma. El hecho de que nos volvemos dóciles y sumisos como resultado de nuestro temor santo, es una señal de la obra de quebrantamiento en nuestro ser.

 





_________________________________________________________________________

Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

________________________________________________________________________

Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
_________________________________________________________________________




No hay comentarios.:

Publicar un comentario