Algunos eruditos
bíblicos nos señalan que en el griego se emplean tres palabras diferentes para
designar "la vida":
1) Bios
2) Psujé
3) Zoé
Todas describen la
vida, pero comunican significados muy diferentes.
- Bios hace referencia al medio de vida o sustento, a una manifestación física de la vida (de ella derivan las palabras que comienzan con "bios", vida: biología, bioquímica, biosfera, etc.). Nuestro Salvador Yahshua usó esta palabra cuando elogió a la mujer que echó en el tesoro del templo todo su sustento.
- Zoé es la vida más elevada, la vida del ruaj. Siempre que las Escrituras hablan de la vida eterna utilizan esta palabra.
- Psujé se refiere a la vida animada del hombre, a su vida natural o vida del alma. Las Escrituras emplean este término cuando describen la vida humana.
Observemos ahora que
las palabras "alma" y "vida del alma" en las Escrituras son
una y la misma en el original. En el Tanaj la palabra hebrea para
"alma" —néfesh— se utiliza también para "vida del alma".
Por consiguiente, el B'rit Hadashá usa la palabra griega PSUJÉ para
"alma" y "vida del alma". Por eso sabemos que "el
alma" no sólo es uno de los tres elementos del hombre, sino que también es
la vida del hombre, su vida natural, la vida de la carne y del cuerpo. En
muchos lugares de las Escrituras se traduce "alma" por
"vida".
"Solamente que no coman la carne con su
vida (néfesh), es decir, su
sangre" (Bereshit 9:4-5).
"La vida (néfesh) de la carne está en la sangre"
(Vayikra 17:11).
"Los que han buscado la vida (néfesh) del hijo han muerto" (MattiYah 2:20).
"¿Es lícito en el sábado salvar la vida
(psujé) o destruirla?" (Luka
6:9).
"Los que han arriesgado sus vidas (psujé) por nuestro Adón Yahshua ha Mashiaj"
(MaAseh Shlichim 15:26).
"Para dar su vida (psujé) como un rescate por muchos" (MattiYah
20:28).
"El buen pastor sacrifica su vida (psujé) por las ovejas" (Yahanan 10:11,15,
17).
Reconocer que el alma
es la vida del hombre es un hecho importantísimo porque tiene mucho que ver con
la clase de creyentes que lleguemos a ser: espirituales o anímicos.
Ya que el alma es la
sede de nuestra personalidad, el órgano de la voluntad y la vida natural,
podemos deducir fácilmente que esta alma es también el "auténtico
yo", el yo mismo. Nuestro yo, entonces, es el alma, en cuanto a la
personalidad única de cada individuo.
Cuando decimos que el
alma es la vida natural del hombre, queremos decir que es el poder que nos
preserva vivos en la carne. Nuestra alma es también nuestra vida, la chispa de
vida, el aliento de vida. La palabra original empleada en Bereshit 1:21 y 24
para indicar "criatura viva" es "alma" (jái néfesh, literalmente
"almas vivientes"), porque esta alma es la vida que los seres humanos
y otras criaturas vivas también comparten esta función de vida. Éste es el
poder que poseemos de modo natural y por el cual vivimos antes de nuestra
regeneración; es la vida que tiene todo hombre.
Esta vida es
enteramente distinta de la nueva vida que el Ruaj haKodesh nos da con ocasión
del nuevo nacimiento. Lo que imparte el Ruaj haKodesh es la vida increada de
Elohim, la semilla del Ruaj de Yahshua ha Mashiaj; esta otra es sólo la vida
creada del hombre. El Ruaj haKodesh nos concede un poder sobrenatural; la otra
es meramente la natural. El Ruaj haKodesh da la Zoé; la otra es la Psujé.
La vida del alma proporciona
la energía para ejecutar todo lo que se manda. Si el nuevo ruaj gobierna, el
alma será dirigida por él a ejercer sus actos de voluntad, o decidir, u obrar
en conformidad con el deseo del ruaj de Mashíaj; sin embargo, si reina el
pecado en el cuerpo, el alma se verá arrastrada por el pecado a usar su
voluntad para decidir o hacer lo que el pecado desea. El alma obra según su
amo, porque su función es la ejecución de órdenes. Aunque el alma se cree la
"reina", en verdad no es más que una esclava, de uno u otro dueño: si
del pecado para pecar, o de Elohim para salvación, en ambos casos su función es
la de obedecer, y eso hace aunque a veces cree que es "libre" y está
ejecutando su propia decisión. Antes de la caída del hombre, se ponía a
disposición del ruaj para ser dirigida; pero después de la caída, respondió
completamente a la presión del pecado. Como el hombre se volvió un ser carnal,
este pecado, que después reinó en el cuerpo, pasó a ser la naturaleza del
hombre, esclavizando al alma y la vida del hombre y obligándoles a andar tras
el pecado. De esta forma el pecado pasó a ser la naturaleza del nombre, en
tanto que el alma pasó a ser la vida del hombre.
Todo hombre natural
posee un alma, porque el alma es la vida común compartida por todos los hombres
naturales. Antes de la regeneración, todo lo que forma parte de la vida —sea el
yo, la vida, la fuerza, el poder, la decisión, el pensamiento, la opinión, el
amor, el sentimiento— pertenece al alma. En otras palabras, la vida del alma es
la vida que un hombre hereda al nacer. Todo lo que esta vida posee y todo lo
que pueda llegar a ser se encuentra en el reino del alma. Si reconocemos
claramente lo que es anímico, entonces nos será más fácil reconocer más
adelante lo que es espiritual.
Y será posible
separar lo espiritual de lo anímico.
Las Funciones Del Alma
Además de poseer un
ruaj que le permite tener una comunicación íntima con Elohim, el hombre también
tiene un alma, la consciencia de sí mismo. La operación del alma le hace ser
consciente de su existencia. Es la sede de nuestra personalidad. Los elementos
que nos hacen humanos pertenecen al alma. El intelecto, los ideales, el amor,
la emoción, la capacidad de elegir, la decisión, etc., no son sino diferentes
experiencias del alma.
El alma está formada
por:
1) La mente: el alma
piensa, razona, sabe. Nuestra mente expresa lo que pensamos. En la mente se
producen nuestros pensamientos y razonamientos.
2) La voluntad: el
alma desea, anhela, decide. La voluntad expresa lo que queremos. La voluntad
del hombre puede ser considerada como su verdadero yo. Cuando declaramos:
"Yo quiero" es, en realidad, nuestra voluntad la que quiere. Cuando
decimos: "Yo decido" es nuestra voluntad la que decide.
En este punto es
bueno recordar otra vez que el hombre, por mucho que pueda elegir entre cosas
de acuerdo a su gusto (colores o sabores, por ejemplo) o inclusive entre
conceptos como "bien y mal", SIEMPRE ESTÁ EJERCIENDO SU VOLUNTAD
DENTRO DEL VIEJO HOMBRE, DE ACUERDO AL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL
MAL. El bien y el mal son conceptos que se oponen PERO QUE PERTENECEN AL MISMO
ÁRBOL DE LA CAÍDA. En el Árbol de la Vida no hay opuestos: sólo hay Vida. Por
lo tanto, el hombre no tiene en sí mismo un REAL LIBRE ALBEDRÍO, ya que no
tiene la capacidad de elegir por la Vida, porque la carne aborrece todo lo que
viene del Ruaj.
3) Las emociones: el
alma siente, aprecia, considera. Lo que pensamos, lo que queremos y lo que
sentimos afecta nuestro cuerpo. Muchas veces se enfatiza que debemos cuidar lo
que pensamos, pero también nuestras emociones son muy importantes, de hecho, lo
que sentimos afecta las decisiones que tomamos. Nuestras emociones pueden ser
influenciadas por Elohim o por el enemigo.
En estas
observaciones sobre las diversas emociones del hombre podemos descubrir que
nuestra alma es capaz de amar y de odiar, de desear y de aspirar, de sentir y
de percibir. Todas estas acciones no son necesariamente malas, desde que sean
subordinadas al gobierno del ruaj. Ellas nos fueron dadas por Elohim para que
experimentemos cabalmente tanto el mundo espiritual (el alma en contacto con el
ruaj) como el mundo material (el alma en contacto con el cuerpo).
LA
VOZ DE NUESTRO RUAJ |
LA
VOZ DE NUESTRA ALMA |
Está en acuerdo con
la Palabra de Yahweh |
No está en acuerdo con la Palabra de Elohim |
Está influenciada
por la Palabra y el Ruaj haKodesh |
Está
influenciada por el mundo y haSatán |
Produce fe y
confianza |
Produce duda y temor |
Su motivación es el
amor |
Su
motivación es el egoísmo |
Nos persuade
pacientemente |
Nos fuerza metiéndonos prisa |
Trae paz |
Trae
confusión |
Edifica |
Destruye |
Glorifica a Elohim |
Busca
su propia gloria |
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