11 de julio de 2021

CAR13 - Los Deseos De La Carne 01

 

La palabra "carne" es BASAR en hebreo y SARX en griego. Es usada con frecuencia en las Escrituras y de diversas maneras. El sentido más significativo, observado y aclarado en los escritos de Shaúl, hace referencia a la persona no regenerada.

 

En términos muy amplios significa también el cuerpo humano tanto vivo como muerto. Según la última parte de Romaniyim 7 el pecado de la carne está relacionado con el cuerpo humano: "veo en mis miembros otra ley en guerra con la ley de mi mente que me hace cautivo de la ley del pecado que vive en mis miembros" (pasuk 23). Luego, el apóstol sigue en el capítulo 8 explicando que si queremos vencer a la carne debemos "dar muerte a las acciones del cuerpo" por medio del Ruaj:

 

Porque si siguen las inclinaciones carnales morirán; pero si por el ruaj hacen morir las prácticas carnales, vivirán. Romaniyim 8:13

 

Por eso las Escrituras usan la palabra SARX para indicar no sólo la carne psíquica sino también la carne física, porque tanto las sensaciones (aprehendidas por medio de los sentidos) como las acciones (realizadas por el cuerpo físico) son la interacción del cuerpo con el mundo. Son acciones EXTERIORES, contra las "acciones" del alma o del ruaj, que son interiores.

 

En tercer lugar, las Escrituras también utilizan "carne" refiriéndose a la totalidad de la humanidad. Todos los hombres de este mundo han nacido de la carne, y por consecuencia son carnales todos. Sin ninguna excepción las Escrituras considera a todos los hombres carne. Todo hombre es controlado por el compuesto del alma y del cuerpo que llamamos carne, y sigue los pecados de su cuerpo y del yo de su alma. Por eso siempre que las Escrituras hablan de todos los hombres, su frase característica es "toda carne". En consecuencia, BASAR o SARX se refieren a los seres humanos en su totalidad.

 

 

¿Cómo Se Vuelve Carne El Hombre?

 

"Lo que ha nacido de la carne, carne es". Yahanan 3:6

 

Así lo afirmó Yahshua a Nicodemo. Hay tres preguntas que quedan contestadas con esta concisa afirmación: 1) qué es la carne; 2) cómo se vuelve carne el hombre; y 3) cuál es su categoría o naturaleza.

 

1) ¿Qué es la carne?

¿Qué nace de la carne? El hombre. Por consiguiente el hombre es carne, y todo lo que el hombre hereda de sus padres pertenece a la carne.

 

No se hace distinción de si el hombre es malo, impío, estúpido, inútil y cruel. El hombre es carne, punto. Todo lo que tiene el hombre al nacer pertenece a la carne y se encuentra dentro de ese mundo. Todo aquello con que nacemos y lo que desarrollamos posteriormente queda incluido en la carne.

 

2) ¿Cómo se vuelve carne el hombre?

El hombre no se vuelve carnal aprendiendo a ser malo con una práctica progresiva del pecado, ni abandonándose a actos licenciosos, ávido de seguir el deseo de su cuerpo y de su mente hasta que finalmente todo él es vencido y controlado por las malas pasiones de su cuerpo. El Adón Yahshua afirmó con énfasis que UNA PERSONA ES CARNAL EN CUANTO NACE. Esto no es determinado ni por su conducta ni por su carácter. Hay una cosa que es decisiva en este punto: ¿de quién nació? Todo hombre de este mundo ha sido engendrado de padres humanos y por consiguiente Elohim considera que son de la carne. Según la palabra de Yahweh, un hombre es carne porque nace de sangre, de la voluntad de la carne y de la voluntad del hombre (Yahanan 1:13) y no por la forma en que viva él o sus padres.

 

3) ¿Cuál es la naturaleza de la carne?

No existe ninguna excepción ni distinción. Ni la educación, ni las mejoras, ni la cultura, ni la moralidad o la religión pueden hacer que el hombre deje de ser carnal. Ninguna acción o poder humano puede modificar este hecho. Si no es regenerado de la carne permanecerá como carne. Ningún sistema humano puede hacer que deje de ser lo que era al nacer. La carnalidad de un hombre no va determinada por él mismo sino por su nacimiento. Si nace de carne, todos los planes para su transformación serán infructuosos. No importa cómo cambie externamente; sea a través de un cambio diario o de cambios bruscos, el hombre sigue siendo carne tan firmemente como siempre.

 

 

El Creyente Carnal

 

El Adón Yahshua ha afirmado que cualquier persona no regenerada que sólo haya nacido una vez (es decir, nacida sólo de hombre) es carne y por consiguiente vive en el mundo de la carne. Cuando no éramos todavía regenerados vivíamos "en las pasiones de nuestra carne, siguiendo los deseos del cuerpo y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de la ira, como el resto de la humanidad", porque "los hijos de la carne no son los que son hijos de Elohim" (Efesiyim 2:3; Romaniyim 9:8). Un hombre cuya alma puede ceder a las pasiones del cuerpo y cometer muchos pecados indescriptibles puede estar tan muerto para Elohim que puede no tener conciencia de su pecaminosidad:

 

"...ustedes estaban muertos en sus delitos y pecados..." Efesiyim 2:1

 

"...ustedes estaban muertos en los delitos y en la incircuncisión de su carne..." Qolasiyim 2:13

 

Al contrario, puede incluso estar orgulloso, considerándose mejor que los demás. Hablando francamente: "...mientras vivíamos en la carne, nuestras pasiones pecaminosas, despertadas por la ley, trabajaban en nuestros miembros para llevar fruto para muerte..." por la simple razón de que éramos "carnales, atados al pecado". Por eso con nuestra carne "servíamos a la ley del pecado" (Romaniyim 7:5,14,25).

 

Aunque la carne es en extremo fuerte pecando y siguiendo el deseo egoísta, es extremadamente débil respecto a la voluntad de Elohim. El hombre no regenerado es incapaz de cumplir la voluntad de Elohim, siendo "debilitado por la carne". Y la carne es "hostil a Elohim; no se somete a la ley de Elohim, de veras que no puede" (Romaniyim 8:3, 7).

 

Sin embargo, esto no quiere decir que la carne sea ajena por completo a las cosas de Elohim. En ocasiones los carnales hacen todo el esfuerzo posible para observar la ley. Además, las Escrituras nunca hablan de los carnales como sinónimos de infractores de la ley, de donde se deduce claramente que HAY CARNALES CREYENTES. Simplemente determina que "por las obras de la ley ninguna carne será justificada" (GalutYah 2:16). Por supuesto que para los carnales el no observar la ley no es nada insólito. Simplemente prueba que son de la carne. Pero ahora que Elohim ha decretado que el hombre no será justificado por las obras de la ley sino por la fe en Yahshua (Romaniyim 3:28), los que intentan seguir la ley para su justificación (declararse justos por sus obras) sólo revelan su desobediencia a Elohim, procurando establecer su propia justicia en lugar de la justicia de Elohim (Romaniyim 10:3). Y esto revela que pertenecen a la carne. Para resumir, "los que están en la carne no pueden agradar a Elohim" (Romaniyim 8:8), y este "no pueden" sella el destino de los carnales.

 

Elohim considera a la carne totalmente corrompida. Está tan estrechamente ligada con las pasiones que las Escrituras frecuentemente se refieren a "las pasiones de la carne". Aunque su poder es grande, aun así Elohim no puede transformar la naturaleza de la carne en algo que le agrade. Elohim mismo afirma: "Mi ruaj no luchará en el hombre para siempre, porque es carne" (Bereshit 6:3). LA CORRUPCIÓN DE LA CARNE ES TAL QUE INCLUSO EL RUAJ HAKODESH DE ELOHIM NO PUEDE CONSEGUIR QUE DEJE DE SER CARNAL, POR ESO NO PUEDE "CONTENDER" MUCHO TIEMPO CON ELLA. Desgraciadamente, el hombre no comprende la Palabra de Elohim y por eso trata continuamente de mejorar y reformar su carne. Sin embargo, la Palabra de Elohim permanece para siempre. A causa de la tremenda corrupción de la carne, Elohim advierte a sus santos que odien "incluso el vestido manchado con la carne" (Yahudah 23).

 

Como Shaúl, todos los creyentes podemos ser llenos con el Ruaj haKodesh en el momento de creer y en el bautismo (ver MaAseh Shlichim 9:17-18). Por desgracia, la realidad que vemos es que muchos aún están controlados por la carne como si no hubieran muerto y resucitado. Éstos no han creído de verdad en el hecho consumado de la muerte y la resurrección de Mashiaj por ellos (o no les ha sido explicado correctamente y no lo han comprendido), o no han obrado sinceramente según el llamamiento del Ruaj haKodesh a seguir el principio de la muerte y la resurrección. Según la obra consumada de Mashiaj ya han muerto y han sido resucitados, y según su responsabilidad como creyentes deberían morir al yo y vivir para Elohim, pero en la práctica no lo hacen. Estos creyentes pueden ser considerados anormales. Sin embargo, no debemos pensar que esta anormalidad es exclusiva de nuestro tiempo. Hace muchísimo tiempo el apóstol Shaúl se había encontrado con una situación semejante entre creyentes. Los creyentes de Corinto eran un ejemplo. Veamos lo que les dijo:

 

Y yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Mashíaj. Les di a beber leche y no alimento sólido, porque todavía no podían recibirlo, y ni aún ahora pueden; porque todavía son carnales. Pues mientras haya celos y contiendas entre ustedes, son carnales y se portan como humanos. Qorintiyim Alef 3:1-3

 

Aquí el apóstol divide a todos los creyentes en dos clases: los espirituales y los carnales. Los creyentes espirituales no tienen nada de extraordinario: son simplemente normales. Son los carnales los que se salen de lo normal, los que son anormales. Los de Corinto eran creyentes de veras, pero eran carnales, no espirituales. Que esto quede más que claro, por favor, ESTAMOS HABLANDO DE PERSONAS QUE HAN ACEPTADO A YAHSHUA, no de incrédulos. Estamos hablando de personas que son creyentes y que por lo tanto SON SALVOS, pero cuya carrera de santificación está estancada, detenida, no avanzan y no obtendrán galardón. En este capítulo Shaúl afirma tres veces que eran hombres carnales.

 

La regeneración bíblica es un nacimiento por el que la parte más íntima del ser del hombre, el ruaj, profundamente oculto, es renovada y habitada por el Ruaj de Elohim. Pero tiene que pasar un tiempo hasta que el poder de esta vida nueva alcance el exterior, porque recibimos al Ruaj en semilla: es decir, hasta que se extienda desde el centro hasta la circunferencia y sea "visible" (frutos) en el exterior, que la gente vea el cambio real (y no sólo una emocionalidad momentánea). Por eso no podemos esperar encontrar la fuerza de "los jóvenes" ni la experiencia de "los padres" manifestadas en la vida de un bebé o un niño en Mashiaj. Aunque un creyente recién nacido pueda comportarse fielmente, amando a Yahweh y distinguiéndose con su celo, aún necesita tiempo para tener ocasión de saber más de la maldad del pecado que aún habita su carne muerta, y del yo y para saber más de la voluntad de Elohim y de los caminos del Ruaj. POR MUCHO QUE PUEDA AMAR A YAHWEH O AMAR A LA VERDAD, ESTE NUEVO CREYENTE AÚN ANDA EN EL MUNDO DE LOS SENTIMIENTOS Y LOS PENSAMIENTOS Y AÚN NO HA SIDO PROBADO NI REFINADO CON FUEGO. Un creyente recién nacido no puede evitar ser carnal. Aunque esté lleno del Ruaj haKodesh, aun así no conoce la carne. ¿Cómo puede alguien ser liberado de las obras de la carne si no reconoce que esas obras nacen de la carne? Por eso, considerando su auténtica condición, los creyentes que son niños recién nacidos son en general de la carne. 





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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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