21 de octubre de 2021

RYJ15 - La Ley Y La Gracia 03

 

Toda La Tierra Pertenece A Elohim

 

La ley del Jubileo está sujeta y depende de una ley más profunda, la cual mencionamos anteriormente. Se encuentra en Vayikra 25:23, en donde dice Elohim, "la tierra mía es". Por esta razón, no se podía vender perpetuamente, sino que tenía que regresar a los dueños originales en el año del Jubileo. Adam fue formado del polvo de la tierra (Bereshit 2:7). El hombre fue un elemento de la creación de Elohim y herencia de la tierra. La intención de Elohim fue edificar una casa para Sí mismo en la tierra, y esa casa es el hombre mismo.

 

Porque el hombre es un ser creado, él no es dueño de sí mismo. A Elohim le pertenece todo lo que Él ha creado. Toda la tierra le pertenece a Elohim. Es verdad que al hombre se le ha otorgado cierto nivel de autoridad, pero el hombre no posee ultimadamente la soberanía sobre su tierra, eso es, él mismo. Es por esta razón que se le permitió vender el derecho de sus tierras únicamente temporalmente. El hombre se puede vender al pecado por un tiempo, aun por toda su vida. Pero no se le ha otorgado el derecho de vender su tierra perpetuamente. Su tierra siempre tiene que volver a Elohim en el tiempo del Jubileo.

 

En otras palabras, aunque sea el pecador más grande que ha existido, será liberado en el año del Jubileo. Ningún hombre podrá entrar en una deuda tan inmensa que no pueda ser rescatado en el año del Jubileo. El hombre no posee ni la autoridad ni la habilidad de incurrir en una deuda que sea superior a lo que el año del Jubileo puede remediar. Esta es la ley de Elohim, no la ley del hombre.

 

Cuando el hombre pecó, la "tierra" fue vendida por su causa. Significa que Adam y sus hijos y todas sus posesiones fueron vendidos al pecado. En esencia, Elohim había perdido Su herencia en la tierra. Fue por esta razón que Yahshua ha Mashiaj vino al mundo a redimir Su herencia que se había perdido. Él llegó como el Pariente más cercano o próximo para poder asegurar el DERECHO de redención. Con su propia sangre pagó el precio total del pecado de todo el mundo, desde Adam hasta el final de los tiempos. La única pregunta restante es, si ama Yahshua lo suficientemente al mundo para tomar ventaja de TODOS sus derechos legales.

 

La respuesta se encuentra en Yahanan 3:16: "Porque de tal manera amó Elohim al mundo...". La pregunta en realidad es ésta: ¿Si Yahshua tuviera el poder para salvar a todos los hombres, lo haría? Ciertamente que lo haría, porque Él ama todo lo que creó. Afortunadamente, Yahshua tiene el poder y la sabiduría para salvar a todos los hombres. Su sangre (el precio o paga por el pecado del mundo) es más valiosa que toda la deuda-pecado que pudiera sumar toda la humanidad. Más que eso, la ley está de Su lado, porque Él posee el derecho de redención. Significa que Él puede redimir todo si así lo desea.

 

Supongamos que nosotros tenemos una familia de seres queridos que fueron vendidos a esclavitud. Si viniéramos, teniendo el derecho legal de redención y pagáramos el precio total por su redención, ¿ESTARÍAMOS SATISFECHOS SI EL VIEJO DUEÑO DE LOS ESCLAVOS RECIBIERA SU DINERO, PERO DESPUÉS SÓLO NOS ENTREGARA UNO O DOS DE ELLOS? Ciertamente que no. Si los amamos verdaderamente, demandaríamos todo aquello por lo que pagamos: toda la familia. Y aún si sus amados rechazaran ser redimidos, esto solamente atrasaría el proceso hasta el año del Jubileo. En ese momento serían obligados a regresar porque estarían completamente libres (y sus mentes también, y entonces comprenderían por sí mismos).

 

Aunque los gobernantes de hombres y de naciones han rechazado constantemente declarar el Jubileo sobre el pueblo, Elohim no es hombre para que mienta. Él siempre observará Su propia ley, sin tomar en cuenta el rechazo de los hombres a ser obedientes.

 

 

Cuando Yisrael conquistó la tierra de Kenaán, bajo el mando de Yahoshúa, éste repartió el territorio entre todas las familias en Yisrael. Esto fue su herencia en la tierra, y nadie (fuera del mismo Elohim) podía, legalmente, privarlos de esa herencia. Sin embargo, si la sequía asolaba los campos, o si ocurriera algún otro tipo de desastres (provocados por sus propias acciones), las familias podían perder sus tierras. Entonces podían ellos venderlas a otra persona, hasta que llegara el año del Jubileo.

 

El valor de la tierra era establecido de acuerdo a la forma en que en ella se producía la cebada, y un "OMER" de cebada era el precio fijo de 50 SICLOS de plata (Vayikra 27:16). Al vender la tierra, el comprador debía pagar un buen precio razonable de acuerdo con la cantidad de cebada que en ella se pudiera producir normalmente, desde el momento de la compraventa hasta el año del Jubileo. Desde luego, no se podían contar los años Sabáticos, cuando la tierra tenía que "descansar" y no podría producirse ninguna cosecha, porque no podía ser cultivada.

 

Cuando había sido calculado un precio justo, la venta se efectuaba, y el nuevo dueño empezaba a trabajar la propiedad. Los dueños anteriores generalmente encontraban empleo en otro lugar, a menos que fueron contratados como empleados en su propia tierra, con el fin de trabajar para el nuevo dueño. El original heredero de la tierra tenía el derecho de redimir su propiedad en cualquier momento, si tuviese la posibilidad de hacerlo así. Con cada año que pasaba, el precio de la tierra disminuía, proporcionalmente, porque, como queda dicho, la tierra no era valorada como tal, sino en razón del valor de las cosechas que en ella se producían. Este procedimiento eliminaba cualquier especulación inmobiliaria (o sea, compra o venta de la tierra, de una forma ilegal o fraudulenta).

 

La ley de Elohim prohibía que alguien vendiera, en condiciones injustas o maliciosas, las tierras heredadas, porque la tierra pertenece a Elohim. Toda venta de tierras era temporal (sólo por un tiempo determinado). En nuestros días podemos decir que ese tipo de venta era un arrendamiento (o alquiler).

 

Pero la tierra no debe venderse sin derecho a reclamo, porque la tierra es mía; ustedes no son más que extranjeros que residen conmigo. Por toda la tierra que poseas, debes proveer para la redención de la tierra. Si tu pariente está en estrechez y tiene que vender parte de su propiedad, su redentor más cercano vendrá y redimirá lo que su pariente ha vendido. Si un hombre no tiene a nadie que redima por él, pero prospera y adquiere suficiente para redimir, computará los años desde la venta, le reembolsará la diferencia al hombre a quien se la vendió, y volverá a su propiedad. Si le faltan suficientes medios para recobrarla, lo que vendió quedará en poder del comprador hasta el jubileo; en el año del jubileo será liberada, y él volverá a su propiedad. Vayikra 25:23-28

 

Ningún hombre podía perder, en forma permanente, la herencia de su tierra por ninguna deuda. Al tiempo del Jubileo, la propiedad debía serle regresada, y cualquier deuda pendiente tenía que ser cancelada o perdonada.

 


 

 

La Tierra Prometida

 

La Tierra Prometida no está en el cielo, sino en la tierra. Kenaán era una tierra llena de "gigantes" y "enemigos" de Elohim que tuvieron que ser conquistados y destruidos. Estos "gigantes", en tipología, representan las tendencias carnales de nuestra propia carne, las cuales nosotros somos llamados a dominar y conquistar. Esto es completamente correcto, pero la lección obvia es a menudo perdida. NUESTROS CUERPOS SON NUESTRA HERENCIA, PORQUE ES LA TIERRA (SOMOS POLVO) QUE HEMOS PERDIDO.

 

Como Kenaán, nuestros cuerpos están actualmente habitados por deseos rebeldes e impíos que nos gobiernan. Esto ha sido así desde Adam, cuyo pecado nos vendió todos a la muerte. Como vimos, Elohim primero creó a Adam como un ser de carne espiritual, como la que recibiremos nosotros, pero hubo una gran rebelión y el hombre cayó; entonces, había que re-crear al hombre, pero ahora rebajado; esta vez fue hecho del polvo de la tierra. Esta carne era su herencia. Pero por pecar, Adam incurrió en una "deuda" que él no podía pagar. Así él fue vendido a la esclavitud de la tierra:

 

A Adam le dijo: "Como hiciste lo que te dijo tu esposa y comiste del árbol del que te ordené que no comieras, el suelo queda degradado por tu culpa; con duro trabajo comerás de él todos los días de tu vida: espinos y abrojos te producirá. Pero tu alimento serán las plantas del campo; con el sudor de tu frente te ganarás el pan, hasta que vuelvas al suelo, del que fuiste formado. Pues polvo eres, y al polvo volverás".

El hombre llamó a su esposa Javá (Viviente), porque ella fue la madre de todos los que viven. Y Yahweh Elohim hizo ropa de pieles para Adam y para su esposa, y los vistió.

Luego Yahweh Elohim dijo: "Ahora que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal, si alarga la mano y toma del árbol de la vida y come, vivirá para siempre". Por eso Yahweh Elohim lo expulsó del huerto de Eden, para que labrara el suelo de donde lo había sacado. Bereshit 3:17-23

 

Fue vendido hasta el tiempo en el que un pariente redentor vendría a redimirlo. Adam perdió el maravilloso, glorificado cuerpo que había vestido en la luz de Elohim. Después de su pecado, él estaba desnudo y avergonzado, y Elohim los vistió con vestidos de piel (Bereshit 3:21).

 

La idea entera detrás del plan de salvación de Elohim es invertir los efectos del pecado de Adam en la creación. La ley y los profetas de Bereshit a Hitgalut nos muestran cómo el hombre es redimido y cómo recobra el glorificado cuerpo inmortal que es su herencia perdida. Y LOS DÍAS DE LAS FIESTAS NOS INFORMAN DE LOS TRES PASOS QUE DEBEMOS DAR PARA RECIBIR ESTA HERENCIA COMPLETA: JUSTIFICACIÓN, SANTIFICACIÓN, Y GLORIFICACIÓN. Nosotros somos justificados en nuestros espíritus, santificados en nuestras almas, y glorificados en nuestros cuerpos.

 

El primer modelo mayor de este proceso de salvación completa es encontrado en la jornada de desierto de Yisrael bajo Moshe. Después de Pésaj, Yisrael se convirtió en "la congregación en el desierto" (MaAseh 7:38), porque ellos fueron justificados por la fe. En el primer Shavuot, en el monte Sinay, a Yisrael le fue mostrado el Ruaj haKodesh. Sin embargo, ellos se negaron a oír Su voz, así que fueron guiados no por el testigo interior del Ruaj, sino por una columna externa de nube y fuego. Todas estas cosas son tipos de la negativa del hombre a recibir las cosas de lo alto. Describen la situación caída del hombre. Como consecuencia de esto, hubo mucha desobediencia y muchos cayeron. Finalmente, el Ruaj haKodesh fue entregado siglos más tarde, después de la resurrección de Mashíaj, como debía ser, porque hasta entonces el ruaj no había sido:

 

Esto dijo acerca del espíritu que iban a recibir los que creyeran en Él, PUES TODAVÍA NO SE HABÍA DADO EL ESPÍRITU, PORQUE YAHSHÚA AÚN NO HABÍA SIDO GLORIFICADO. Yahanan 7:39

 

Entonces, si Yisrael hubiera entrado en la Tierra Prometida en el momento indicado, como Kalev y Yahoshúa habían recomendado, ellos habrían recobrado la herencia que había sido perdida en Adam en aquel momento. Ellos habrían recibido la tierra que les pertenecía (porque había tocado a Shem en el sorteo, no a los hijos de Jam). Estoy segura de que estamos hablando de un jubileo, pero no voy a ponerme a hacer cuentas como hacen otros. Existen demasiadas controversias a respecto de cómo contar las cosas, al menos aún no hemos resuelto todos los detalles, y ya hemos visto y aprendido lo suficiente como para saber acerca de los diferentes calendarios, para preguntarnos cómo deberías realizar los conteos. Prefiero que sea el Padre el que lleve las cuentas.

 

Ciertamente era el tiempo favorable desde todo punto de vista, como hemos estado estudiando en otra serie. Los yisraelitas habrían sido liberados de la casa de esclavitud, y cada uno de ellos habría vuelto a su herencia. Ellos habrían heredado mucho más que solamente un pedazo de tierra en Kenaán. Por supuesto, esto no era para suceder, porque ese era sólo un modelo, era necesario que la realidad de las cosas viniera en carne en primer lugar, y que Mashíaj trajera la plenitud de la primera parte de Su Obra. No era posible para ellos heredar el cuerpo glorificado antes del madero. Ellos tenían que conformarse con una parcela de tierra, en lugar de la verdadera y última herencia, y representar su papel en la historia, siendo pintados en este cuadro, así como todos los demás han y hemos representado el nuestro. Pero esto sirve también para alertarnos de lo que perdemos cada vez que nos negamos a obedecer al Padre. Y esto no se refiere a "cometer pecaditos", sino a insistir en no querer seguir sus caminos: primero no querer salir de Egipto, después no querer entrar en la tierra, pedir todo el tiempo carne, cebollas, puerros, protestar y quejarnos, cargar nuestras viejas vidas sin dejarlas atrás...

 

La historia de Yisrael nos dice que nuestra herencia no es recibida en el cielo convirtiéndonos en espíritus alados, sino en la tierra, en un cuerpo glorificado. Nuestra esperanza, la "Tierra Prometida", no es abandonar la tierra e ir al cielo, sino que es que todo lo que nos llega a través de Mashíaj:

 

...también nosotros que tenemos el espíritu como primicia, gemimos interiormente, esperando la adopción como hijos, LA REDENCIÓN DE NUESTRO CUERPO. Romaniyim 8:23

 

Y también:

 

"Pues polvo eres, y al polvo volverás". Bereshit 3:19

 

Al hombre está ordenado morir y volver al polvo del cual fue formado, pero la redención de Yahweh INCLUYE LA REDENCIÓN DE LA TIERRA. Y eso incluye a todos los hombres.

 

Esta redención de nuestro cuerpo es recibir el tipo de cuerpo que Yahshua tenía después de Su resurrección. Es volver a recibir el cuerpo espiritual con el cual el hombre fue creado la primera vez, no el cuerpo de polvo que recibimos después. Es un cuerpo que es inmortal y glorificado. Es un cuerpo que tiene la autoridad en el cielo y en la tierra, porque tiene los genes de ambos reinos, así como el propio Yahshua tenía.

 

Yahjezquel 44 habla de esto cuando se refiere a "los hijos de Tsadoq" que tienen el derecho de atender a Elohim en el Santuario, pero también tienen el derecho de atender a las personas en el atrio exterior. Expresado en terminología del Tanaj, los profetas dejan claro que nosotros tenemos una Nueva Yahrushalayim aquí y ahora (en desarrollo, la Novia), y nuestros cuerpos son los verdaderos templos de Elohim (Qorintiyim Alef 3:16), las piedras del Templo del Cuerpo. Un cambio también ha sido hecho en el sacerdocio:

 

Ahora bien, si fuera posible lograr la perfección por medio del sacerdocio levítico (porque bajo éste recibió el pueblo la legislación), ¿qué necesidad habría aún de que surgiera otro sacerdote según el orden de Melki-Tsedeq, y no designado según el orden de Aharón? Cuando hay cambio en el sacerdocio, necesariamente ocurre también un cambio en la Torah. Ivrim 7:11-12

 

Los hijos de Tsadoq representan el Orden de Melki-Tsedeq, el nuevo sacerdocio bajo Yahshua ha Mashiaj, el Kohen Gadol de esta Orden (Ivrim 7:21).

 

Y así Yahjezquel 44 habla de estos "hijos de Tsadoq" cambiando sus vestidos cuando ellos dejan de ministrar a Elohim en el Santuario para ministrar a las personas en el atrio exterior.

 

Cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán con vestiduras de lino. Cuando sirvan en las puertas del atrio interior y dentro del templo, no se cubrirán con tela de lana. Tendrán turbantes de lino sobre sus cabezas y pantalones de lino sobre sus lomos. No se ceñirán nada que los haga sudar. Cuando salgan al pueblo, al atrio exterior, se quitarán las vestiduras con que habían servido y las dejarán en las cámaras del santuario. Luego se vestirán con otras vestiduras, no sea que con sus vestiduras transmitan santidad al pueblo. Yahjezquel 44:17-19

 

Yahshua nos da el primer ejemplo de cómo esto funciona. Después de Su resurrección, cuando Él se apareció a Miriam de Magdala, le dijo:

 

"No me toques, porque todavía no he regresado a mi Padre..." Yahanan 20:17

 

Mashíaj no había "cambiado sus vestiduras" aún, por eso Miriam no podía tocarlo. Él aún debía "ir al Padre", pero regresaría en breve, ya que ese mismo día se encontró con los discípulos. Él pudo incluso aparecer en medio de ellos cuando las puertas estaban cerradas con llave:

 

Por la noche ese mismo día, el primer día de la semana, cuando los talmidim estaban reunidos tras puertas cerradas por miedo a los yahuditas, Yahshúa vino, se paró en el medio de ellos, y dijo: "¡Shalom aleijem!". Yahanan 20:19

 

Mientras Él estaba en el Santuario en el cielo, Él estaba vestido figuradamente en vestidos de lino, Su justicia. Pero cuando Él sirvió a los discípulos en el atrio exterior (aquellos que todavía no estaban morando en cuerpos carnales glorificados), antes de bajar Él se vistió en otros vestidos (lana, es decir, su cuerpo de carne glorificada), para que Él pudiera aparecer como ellos, como una de la ovejas. Cuando Él lo hizo, Él se vistió en la carne y hueso y pudo comer la comida terrenal con los discípulos:

 

Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban que estaban viendo un espíritu. Pero él les dijo: "¿Por qué están turbados, y por qué se levantan tales pensamientos en sus corazones? Miren mis manos y mis pies, que soy yo mismo. Palpen y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo". (Al decir esto, les mostró las manos y los pies). Y como ellos todavía no lo creían por el gozo que tenían y porque estaban asombrados, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Entonces le dieron un pedazo de pescado asado. Él lo cogió y se lo comió delante de ellos. Luka 24:37-43

 

Mientras Él ministraba en el atrio exterior, Él se vistió en lana y NO ERA UN ESPÍRITU, como Él mismo aseguró y demostró. Pero cuando desapareció, Él cambió Sus "vestidos" para subir a servir en el Santuario.

 

Esto es lo que todos los "hijos de Tsadoq" pueden esperar cuando ellos recuperen la herencia perdida en Adam. Ellos ya no estarán atados por las limitaciones normales de la carne. Cuando el tiempo designado llegue, y cuando ellos reciban su herencia, ellos tendrán mil años para ministrar a aquéllos que todavía permanecen en su "atrio exterior". Ellos enseñarán a estas personas a conocer a Elohim. Entonces estarán cumplidas las profecías sobre todas las naciones caminando en la luz de Elohim y regocijándose ante Él. Yahweh usará este nuevo sacerdocio para hacer que el Reino de la Piedra crezca hasta que llene la tierra entera (Daniyel 2:35).

 

 

 

 

El Derecho Legal De La Redención

 

Si tu hermano está en estrechez y tiene que vender parte de su propiedad, su redentor más cercano vendrá y redimirá lo que su pariente ha vendido. Vayikra 25:25

 

Era la voluntad de Elohim que el pariente más cercano al deudor, fuera el que podía redimir (o recuperar) lo vendido por su hermano, cuando esto fuera posible. La palabra usada para redimir es gaal (H1350), de donde deriva goel, y significa redimir de acuerdo a la ley oriental de parentesco, es decir, comprar de vuelta la propiedad de un pariente, casarse con su viuda, etc. Estoy convencida de que esta ley no solamente es un documento de carácter moral, sino que también es profético, porque ésta es la ley que Yahshua cumplió de forma perfecta.

 

Esta es una profecía de cómo Yahshua ha Mashiaj, nuestro "Pariente-Redentor", vendría a comprar, para tenerlas de regreso, todas las cosas que fueron vendidas cuando Adam pecó. Las escrituras no pueden ser quebrantadas. Si el Redentor o el que redime algo, tiene el poder y la fuerza legal para hacerlo, la ley establece que éste es confirmado por la voluntad del Padre en el cielo, para que pueda redimir y rescatar lo que su hermano perdió.

 

Nosotros somos sus hermanos. Consecuentemente, la ley demanda que Yahshua ha Mashiaj redima todo lo que se perdió en Adam. Por lo tanto la ley, de esta forma, fue completamente compensada y cumplida en su totalidad.

 

La ley de la Redención estaba estrechamente asociada a la ley del Jubileo. Básicamente, la "redención" (o recuperación) de la herencia fue siempre posible antes del año del Jubileo. Si el deudor, en alguna forma, podía reunir el dinero suficiente o necesario redimirse a sí mismo, siempre tenía el derecho legal de hacerlo. Un pariente cercano también tenía el derecho legal de redimir al deudor, en cualquier tiempo.

 

Es muy importante que entendamos la ley de la redención, porque tiene mucho que ver con el plan de Elohim para la redención, tanto de Yisrael como para la redención del mundo. Un simple amigo no tiene derecho de redención; solamente un pariente cercano tiene ese derecho. Esto quiere decir que si un hombre se vende junto con su familia, para que todos ellos trabajen para otro hombre, su amigo podría redimirlo, pero sólo si el amo actual permitiera esto. El amigo no tiene el derecho de redención. Al contrario, el amo sí tiene el derecho de retener a los nuevos trabajadores o esclavos en su trabajo, en ese caso. Pero si un pariente cercano decide redimir al deudor, el patrón no puede objetar nada en este caso, porque el goel sí tiene el derecho legal de redención.

 

Yahshua vino al mundo redimir a Su pueblo, (Luka 1:68). Él no se mostró en la forma de un malaj, al contrario, nació como hombre, específicamente de el linaje o descendencia de Avraham. Él hizo esto para tener derecho legal de redención. Si él hubiera venido como un espíritu, la ley Divina tenía que decretar que él no era más que un "AMIGO" de los pecadores.

 

Yahshua fue, en verdad un amigo de los pecadores, pero Él escogió ser algo más que eso. Para poder tener el derecho de redención y rescatar a Yisrael, él que tuvo que ser más que un simple amigo. Él tuvo que nacer del linaje de Avraham. Para poder tener el "derecho" de redención para toda la humanidad, Él tuvo que ser más que un amigo espiritual. Él tuvo que nacer de carne y sangre.

 

Él calificó en las dos cosas, como podemos leer:

 

Pues tanto el que santifica como los santificados, todos provienen de Uno. Por esta razón, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: "Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Mizmor 22:22

 

Y otra vez: "Yo pondré mi confianza en él". Shemuel Bet 22:3

 

Y otra vez: "Aquí estoy yo con los hijos que me dio Yahweh". YeshaYah 8:18

 

Por eso, como los hijos han participado de una naturaleza mortal, de igual manera Él participó también de eso mismo, para destruir por medio de su muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (éste es el Acusador), y para librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a esclavitud. Porque la verdad es que Él no les tiende la mano a los malajim, sino a la descendencia de Avraham. Por eso tenía que hacerse en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Elohim, para expiar los pecados del pueblo. Pues, por haber pasado Él la prueba, puede socorrer a los que están bajo prueba. Ivrim 2:11-18

 

Podemos concluir, por lo tanto, que Yahshua Mashiaj nació de carne y sangre con el fin de tener el derecho legal de la redención de todo el mundo.

 

El nació, en forma específica de la descendencia de Avraham, para tener legalmente, el derecho de redención para la casa de Yisrael. Aquí hay promesas separadas, que están fundamentadas en la misma ley de redención.

 

Yisrael tenía que ser redimida o rescatada de las manos de sus enemigos (Asiria y Bavel) y habría de volver, finalmente, a Elohim. Habiendo sido expulsada a todas partes del mundo, Yahweh cumplió de esta forma Su promesa de que la descendencia de Avraham sería bendición a toda la tierra. El mundo de la carne y de la sangre, por la misma ley, debía ser redimido del último y final enemigo, la muerte, porque la muerte no posee el mismo derecho de redención y no tiene otra alternativa, sino poner en libertad a los prisioneros o cautivos, ante el pedido y la exigencia de Yahshua ha Mashiaj.

 

 

 

 

Los Redimidos Sirven A Un Nuevo Dueño

 

En la ley de la redención, los siervos y trabajadores que han sido redimidos no tienen el derecho legal de llegar a convertirse en sus propios dueños y forjadores de sus propios destinos, como dice lo ya citado:

 

Quedará bajo su autoridad como un obrero contratado por el año; no gobernarás con dureza sobre él a tu vista. Vayikra 25:53

 

Un redentor es alguien que paga el precio de la redención por el sirviente o trabajador. Es esencial que el que compra al trabajador del patrón que lo vende, el cual es un "extraño" o extranjero y quien posiblemente abusaría del sirviente haciéndolo víctima de opresión y malos tratos, sea un pariente. El pariente más inmediato es quien tiene la responsabilidad de redimir a su hermano, con la condición fundamental de que debe tratar al trabajador o sirviente en forma establecida por la ley, con bondad y consideración. Todo esto significa que el sirviente simplemente ha cambiado de dueño. REDENCIÓN NO SIGNIFICA QUE EL TRABAJADOR O SIRVIENTE ESTÁ YA EN LIBERTAD DE HACER SU PROPIA VOLUNTAD. El apóstol Shaúl pone en discusión este punto de la ley en Romaniyim 6, el capítulo en donde él discute en relación con el supuesto derecho de los creyentes que han sido redimidos, a continuar en el pecado, para que la gracia pueda abundar, como ya vimos:

 

¿Qué diremos, entonces? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo vamos a vivir todavía en él? (...) Pero gracias a Elohim porque, aunque ustedes eran esclavos del pecado, han venido a obedecer de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual se han dedicado; y una vez libertados del pecado, se han hecho servidores de la justicia. Romaniyim 6:1-2, 17-18

 

La discusión de Shaúl, se basa en la ley de la Redención. El sirviente o trabajador redimido estaba obligado por la ley Divina a servir al que lo redimió (o sea, trabajar para él). Yahshua es el Redentor, quien nos compró por el precio de Su sangre, y por esta razón, como nos dice Shaúl, nosotros hemos sido "libertados del pecado y esclavizados a Elohim" (pasuk 22).

 

Esto significa que el pecado no es más nuestro amo, pero ahora, Elohim es nuestro Amo. Lo que quiero decir es que ahora somos responsables de guardar Su ley y va a esperarse que seamos obedientes en todo lo que corresponde a Él. Yahanan dice que el pecado es infracción de la ley (Yahanan Alef 3:4); y también dice:

 

En esto sabemos que lo hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco" y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él. Yahanan Alef 2:3-4

 

Yahanan no está diciendo que la ley es lo fundamental para nuestra salvación. Él dice que NUESTRA OBEDIENCIA ES LA EVIDENCIA EXTERNA DE QUE HEMOS SIDO SALVADOS. De modo que si afirmamos que hemos sido redimidos pero nos negamos a ser siervos de Mashiaj, en realidad no le hemos conocido. El creyente que no obra de acuerdo con la ley, está violando la ley de la redención. Por esta razón Yahshua dice en referencia a esta gente, en MattiYah 7:23, "Nunca los conocí; apártense de mí, hacedores de maldad".

 

Los creyentes descarriados no perderán su salvación. Ellos van a ser salvos todavía por medio del fuego, así como expresado por el apóstol Shaúl en Qorintiyim Alef 3:15. Y desde luego, si alguien considera ser un creyente, pero no lo es en realidad (y Elohim juzga el corazón), esa persona tendrá que ser lanzada al lago de fuego, para una larga y extensa forma de purificación. Estos incrédulos, sin embargo, serán liberados, finalmente en ocasión del Gran Jubileo, al final de los tiempos, de acuerdo a Vayikra, que ya mencionamos.

 

El Jubileo es la ley de la gracia. No importa cuán "hundido" en deudas esté un individuo, el Jubileo lo hará libre de toda deuda. Aún en el caso de que ningún pariente lo redima, va a llegar un día en que será libre, con la libertad gloriosa de los hijos de Elohim.

 

Este es el motivo por el cual toda creación está en espera de ese día.

 

Pues la creación aguarda con ardiente anhelo que se manifiesten los hijos de Elohim. Porque la creación quedó sometida al fracaso, no por su propia voluntad sino por la del que la sometió; y la creación misma está en espera de que la liberten de la esclavitud de la corrupción, para entrar a la libertad gloriosa de los hijos de Elohim. Porque sabemos que toda la creación gime unida, y unida sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo la creación, sino también nosotros que tenemos el espíritu como primicia, gemimos interiormente, esperando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. Porque nos hemos salvado sólo en esperanza; y si algo esperado se viera no sería esperanza; ¿quién sigue esperando lo que ya se ve? Pero si esperamos algo que no vemos, con perseverancia lo aguardamos. Romaniyim 8:19-25

 

Toda la creación espera este Jubileo final, pero antes está aguardando que se manifiesten los hijos de Elohim, cuando los hijos de Elohim recibamos TODOS nuestros nuevos cuerpos, podremos finalmente funcionar en plenitud como el Cuerpo de Mashíaj, su Novia, para ocuparnos de la redención de la creación. Nosotros seremos los goelim que deberemos rescatar todo lo que falte.

 

La Ley del Jubileo dispone (o manda) la liberación de toda la creación en cierto momento de la historia. Esto sucederá en el fin del Milenio, cuando habrá "cielo nuevo y tierra nueva". Todo milenio consta de 20 jubileos (20 x 50 = 1000), y todo milenio termina con un Jubileo. De manera que la Semana de Milenios culmina en un jubileo, que será el Jubileo de la Creación. En ese año se declarará la liberación y el perdón de la creación, porque los creyentes en Mashíaj habrán sido ya todos perfeccionados y recibirán sus cuerpos glorificados. Eso es lo que aguarda la creación: "que se manifiesten los hijos de Elohim", porque en ese momento ellos recuperarán su tierra, tanto la personal (sus cuerpos) como la del mundo, que regresará al domino de sus manos. La tierra fue dada a Adam y debe regresar a las manos de los hombres, pero con una pequeña salvedad:

 

Si alguien consagra su casa a Yahweh, el sacerdote la tasará. Sea baja o alta, como el sacerdote la tase, así se quedará... Pero si no redime la tierra, y la tierra se le vende a otro, ya no será redimible: cuando se libere en el jubileo, la tierra quedará consagrada a Yahweh, como tierra proscrita; viene a ser propiedad del sacerdote. Vayikra 27:14,20-21

 

El sacerdote es, obviamente, Mashíaj, quien determinó que el precio de la creación era Su propia sangre. Adam cayó y la tierra pasó a manos de otro, de manera que ADAM (EL HOMBRE) YA NO PODÍA REDIMIRLA. Así, en el Jubileo la tierra quedará consagrada nuevamente a Yahweh (su verdadero dueño), Y SERÁ PROPIEDAD DEL SACERDOTE. Mashíaj la entregará a sus hijos, la Novia, para que se ocupen de redimir al resto de las uvas, porque él es EL NUEVO SACERDOTE DE LA NUEVA HUMANIDAD, DE LA ORDEN DE MELKI-TSEDEQ.

 

 

El Jubileo es el final de la historia y el propósito último de Elohim. La ley de Jubileo, en cualquiera de sus niveles, obtiene su fuerza o poder por medio de la sangre de Yahshua ha Mashiaj, en el madero, como podemos leer:

 

Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguno peca, tenemos un abogado delante del Padre, a Yahshúa el Mashíaj, el justo. Él es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, SINO TAMBIÉN POR LOS DE TODO EL MUNDO. Yahanan Alef 2:1-2

 

 




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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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