29 de noviembre de 2021

CLE01-19 - Las Consecuencias De La Primera Caída Del Hombre 01

 


En el mensaje anterior, estudiamos la primera caída del hombre y consideramos su causa, su proceso y su resultado. Vimos cuán horrible fue la causa, cuán arduo el proceso, y cuán terrible el resultado. Pero Bereshit 3 no sólo revela la causa, el proceso y el resultado de la primera caída del hombre, sino también la manera en que Elohim afronta esa caída. Lo hace trayendo la salvación, y su mensaje son las buenas nuevas. La primera predicación de las buenas nuevas se narra en el capítulo tres de Bereshit. Aunque este capítulo empieza con el maligno, la serpiente insidiosa y astuta, fue ésta la que preparó el camino para que viniera la simiente de la mujer...

 

 

Ahora debemos considerar la manera en que Elohim afronta la primera caída del hombre. Elohim no juzgó al hombre. Inmediatamente después de la caída, tanto Adam como Javá se dieron cuenta de que no eran buenos. Se condenaron a sí mismos, se escondieron y usaron hojas de higuera para cubrirse (Bereshit 3.7-8). Adam y Javá se escondieron de la presencia de Elohim. Sabían que habían violado la prohibición de Elohim de no comer el fruto del árbol del conocimiento y que el resultado de su transgresión había de ser la muerte. Por consiguiente, se escondieron de la presencia del Mashíaj, esperando la condena a muerte. SIN EMBARGO, ELOHIM NO VINO A CONDENARLOS A MUERTE, SINO A PREDICARLES LAS BUENAS NUEVAS. ELOHIM NO PRONUNCIÓ LA SENTENCIA DE MUERTE; ÉL ANUNCIÓ LAS BUENAS NUEVAS.

 

 

1. Buscó Al Hombre

 

¿Saben ustedes cuál fue la primera palabra de la predicación de ese evangelio? Fue la pregunta hecha en Bereshit 3.9: "¿Dónde estás?". Esta pregunta no es la sentencia de un juicio; es la primera proclamación de las buenas nuevas.

 

Después de la caída, el hombre dejó de ser sincero y honesto. Si Adam hubiera sido honesto cuando Elohim le preguntó dónde estaba, habría confesado inmediatamente su transgresión, pero no lo hizo. Sin embargo, en su respuesta él reconoció que estaba desnudo (pasuk 10). Entonces Elohim le preguntó: "¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?". Adam debía haber confesado el asunto con franqueza. Sin embargo, en lugar de confesar inmediatamente su propia transgresión, aún en esta segunda oportunidad él se quitó la responsabilidad y la echó sobre la mujer. Adam dijo: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (pasuk 12). Con su respuesta le echaba la culpa a Elohim por haberle dado a la mujer que le dio el fruto del árbol. Sólo entonces reconoció haberlo comido. No obstante, Elohim no lo reprendió, porque no había venido para juzgar sino para salvar. Elohim vino al hombre en el huerto de la misma manera que Su Hijo había de venir muchos siglos más tarde: Él vino a salvar, y no a juzgar:

 

Porque Yahweh no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Yahanan 3.17

 

Entonces Elohim se volvió a la mujer, y le preguntó: "¿Qué es lo que has hecho?". Así como Adam, Javá tampoco confesó inmediatamente su culpa. Ella dijo: "La serpiente me engañó, y comí". Desde la primera caída del hombre, los seres humanos han actuado de esta manera. Cuando los niños no se comportan correctamente, nunca confiesan su falta, sino que siempre le echan la culpa a alguien o a algo. Y los adultos no se comportan de manera muy diferente.

 

Queda claro que mientras Elohim afrontaba la primera caída del hombre, buscaba al hombre perdido como Su Hijo lo iba a hacer muchos años más tarde en Su deseo de salvar al hombre (Luka 19.10). Elohim no buscaba al hombre para condenarlo, sino para predicarle las buenas nuevas.

 

 

2. Juzgó A La Serpiente

 

Cuando Yahweh se presentó a Adam y a Javá, Él les hizo preguntas, pero cuando se dirigió a la serpiente no hizo ninguna pregunta. EL CONDENÓ INMEDIATAMENTE A LA SERPIENTE. Cuando habló con Adam le hizo tres preguntas, pero ninguna a la serpiente, porque Él ya sabía quién había incitado todo. Yahweh hizo todas estas preguntas a Adam y Javá no porque tuviese la intención de condenarlos, sino para incitarlos a confesarse. Sin embargo, cuando Elohim se dirigió a la serpiente no le preguntó nada. Le dijo: "Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida" (pasuk 14). Este fue el juicio de Elohim sobre la serpiente.

 

a) Se Arrastra Sobre El Pecho: Fue Limitada A Moverse En La Tierra

 

Andar sobre el pecho y comer del polvo todos los días de su vida fue indudablemente una maldición. En esta maldición pronunciada sobre la serpiente, hay algo escondido e implícito. Con el juicio que Elohim pronunció sobre la serpiente, limitó la actividad y el mover de haSatán a la tierra. Un ave está libre y puede elevarse por los aires cada que lo desee. Pero la serpiente no tiene esa libertad, sino que está restringida a la tierra. Cuando estamos por encima de la tierra, la serpiente, o sea, el diablo, haSatán, no puede tocarnos. Cuando trascendemos esta esfera, estamos por encima de Él. Pero si también nos arrastramos sobre la tierra, estaremos donde él está. Seremos su compañero y nos arrastraremos con él y con todas las demás cosas rastreras.

 

b) Come Del Polvo: Fue Limitada A Comer Cosas Terrenales

 

La serpiente fue limitada a comer solamente el polvo; éste fue el segundo aspecto de la maldición pronunciada sobre la serpiente. La comida de la serpiente es el polvo. Y los hombres fuimos hechos del polvo. SI SOMOS TERRENALES, Y VIVIMOS DE UNA MANERA TERRENAL, NOS CONVERTIMOS EN LA COMIDA DE LA SERPIENTE Y ÉSTA NOS DEVORARÁ (Kefá Alef 5.8).

 

 

Al condenar a la serpiente, Elohim limitó a haSatán: la serpiente no puede moverse por encima del nivel de la tierra y sólo puede comer polvo. Es importante entender que cuando aquí se habla de "tierra" se refiere a la esfera terrestre, que incluye nuestro cielo. Es aquí adonde fue condenado en ese momento el "príncipe de la potestad del aire". Ahora bien, Elohim creó al hombre con ruaj, alma y cuerpo. El cuerpo y el alma son terrenales, pero el ruaj no lo es, por eso es el contacto con el mundo espiritual. Después de la caída, entró la muerte en el hombre, y por ese motivo Yahweh ya no pudo utilizar ese canal: quedó corrompido. Yahweh es vida, y no puede tocar nada que sea muerte.

 

Así que, cuando entró la muerte, EL VIEJO HOMBRE (nuestro hombre adámico) MURIÓ. Nuestro ruaj, por no ser terrenal, no es comida para haSatán, pero sí es el canal de comunicación. Adam y Javá lo utilizaron al escuchar a la serpiente, y hoy la humanidad continúa decidiendo si lo usa o no para esa finalidad. Eso es lo que tantos creyentes han hecho ANTES DEL DERRAMAMIENTO DEL RUAJ HAKODESH: ellos confiaron en las promesas de Yahweh, y eso les fue contado por justicia (ver capítulo 11 de Ivrim). Aún hoy, ANTES de recibir a Mashíaj como nuestro Salvador y así recibir el Ruaj y nuestro nuevo hombre, CREEMOS EN EL VIEJO HOMBRE, es decir, elegimos NO escuchar a los demonios y a la carne. Esa fe inicia en el viejo hombre, pero es traída por el Ruaj haKodesh que "revolotea sobre las aguas".

 

A la serpiente sólo se le permite comer del polvo. Nuestro cuerpo y alma caídos constituyen la comida de haSatán, pero con quienes hemos recibido el nuevo ruaj y el nuevo corazón, es diferente. Nuestro nuevo hombre no es alimento de haSatán. Con todo, aún persiste el hecho de que debemos decidir cada día dónde nos posicionaremos: CADA VEZ QUE ESCUCHAMOS LAS TENTACIONES DE LOS DEMONIOS USAMOS NUESTRO RUAJ CORROMPIDO, CADA VEZ QUE ANDAMOS EN NUESTRA CARNE NOS CONVERTIMOS EN UNA SUCULENTA COMIDA PARA HASATÁN, Y CADA VEZ QUE SOMOS ANÍMICOS SOMOS ALIMENTO PARA EL DIABLO. NO OBSTANTE, CADA VEZ QUE NOS VOLVEMOS AL NUEVO RUAJ, A NUESTRO NUEVO HOMBRE, OLVIDANDO EL VIEJO, HASATÁN NO TIENE NADA QUE COMER. Cuando nos volvemos al ruaj, haSatán queda limitado.

 

No tenemos que arrastrarnos sobre la tierra y tampoco tenemos que ser terrenales. La "serpiente" está limitada a la tierra y sólo puede comer cosas terrenales. Si nosotros llevamos una vida centrada en el ruaj y sometemos nuestras almas al poder del madero, la serpiente no tendrá alimento de nosotros. Si queremos aplastar a haSatán debemos estar por encima de él. Si nos encontramos debajo de él, ¿cómo puede Elohim aplastarlo debajo de nuestros pies?

 

El Elohim de la paz aplastará en breve al Satán bajo de los pies de ustedes. Romaniyim 16:20

 

 

3. La Promesa Hecha Al Hombre

 

En Bereshit 3.15 vemos la promesa que Elohim hizo al hombre después de la caída:

 

Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te golpeará la cabeza, y tú le herirás el talón.

 

Ciertamente esta promesa es una buena nueva. En aquel tiempo, el hombre temía a Elohim, y esperaba su sentencia de muerte (pasukim 8, 10). Sin embargo, Elohim no lo condenó. El juzgó a la serpiente (pasuk 14).

 

En Bereshit 3.15 Elohim dijo a la serpiente: "Pondré enemistad entre ti y la mujer...". Él determinó que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente, y que la serpiente heriría el talón de la simiente de la mujer. Bereshit 3.15 nos muestra que la simiente de la mujer destruirá la serpiente, y que la serpiente sólo puede herir el talón de la simiente de la mujer.

 

Adam y Javá esperaban la muerte, pensando estar bajo sentencia de muerte. Por consiguiente, la mención de una simiente que traería salvación vino como buenas nuevas para ellos. Pensaban que les era imposible tener una simiente porque creían que estaban destinados a morir inmediatamente. Cuando Adam oyó que la mujer iba a traer simiente, él le dio a su esposa el nombre de Javá, que en hebreo significa "viviente". Mientras Adam y Javá esperaban la condena a muerte con temor, vino la buena nueva: esta mujer tendría una simiente, y Adam dijo espontáneamente: "Viviente, no estás muriendo, estás viva. Tu nombre es Javá. Estás viviendo". Él comprendió que, a pesar de estar muertos, les era permitido mantener en su interior la chispa de vida y transmitirla a futuras generaciones. Finalmente Adam tuvo una reacción correcta: EL CREYÓ, por eso proclamó que su esposa era Javá, Viviente.

 

La simiente de la serpiente es el pueblo que sigue a haSatán. Las Escrituras usan varios términos para describirlos. En MattiYah 3.7 son llamados "generación de víboras". En MattiYah 13.38 son designados "hijos del maligno". En Yahanan 8.44 Yahshua ha Mashíaj se refirió a ellos y dijo que pertenecían a su padre, el diablo. El apóstol Yahanan dijo que todo aquel que practica el pecado es del diablo (pasuk 8); él también usó la expresión "los hijos del diablo" (pasuk 10). Todos estos títulos indican que quienes siguen a haSatán son la simiente de la serpiente. El significado es el mismo, y son enemigos de los creyentes de Yahshua ha Mashíaj.

 

La simiente de la mujer es, en primera instancia, Yahshua ha Mashíaj, la solución que Yahweh preparó para el problema de la humanidad.  Él es la simiente profetizada en las buenas nuevas que Elohim mismo proclamó en Bereshit 3.15. Él es Aquel que hirió la serpiente. Existe una gran enemistad entre los que siguen a haSatán y Yahshua ha Mashíaj.

 

¿Quiénes son los vencedores? Como ya hemos visto, la mujer de Bereshit 3.15 es, en primer lugar, Javá y, en segundo lugar, todo el pueblo de Elohim. Por consiguiente, la simiente de la mujer es principalmente Yahshua ha Mashíaj, pero también es el hijo varón, el cuerpo de los vencedores que tienen en sí mismos la semilla de Mashíaj. La mujer universal que se describe en Hitgalut 12 tiene dos partes: la parte exterior, que es la mujer misma, y la parte interior, o sea, el hijo varón. La parte exterior, la mujer, es la parte débil; la parte interior, el hijo varón, es la parte fuerte. El pueblo de Elohim en su totalidad constituye la mujer, quien es bastante débil, pero entre todo el pueblo de Elohim se encuentra una parte fuerte, el hijo varón, los vencedores.

 

La enemistad que hay entre la serpiente y la simiente de la mujer mencionada en Bereshit 3.15 se manifiesta plenamente en Hitgalut 12. En Hitgalut 12 vemos que la serpiente antigua hace todo lo posible por perjudicar al hijo varón y a la mujer (pasukim 4,13-17). Así que la enemistad de Bereshit 3.15 se cumple cabalmente.

 

 

 

 

Las Consecuencias

 

1. El Hombre Recibe Disciplina Con Los Sufrimientos

 

Como ya vimos, después de que el hombre cayó, Elohim no vino a condenarlo, sino a buscarlo y a juzgar a la serpiente. Al condenar a la serpiente, Elohim proclamó la promesa en cuanto a la simiente de la mujer (Bereshit 3.15). No obstante, ése no fue el fin. Pero aunque Elohim había proclamado la promesa de Su salvación, el hombre aún estaba en una situación confusa. No sólo se hallaba en una situación difícil, sino que un elemento pecaminoso había sido activado en su naturaleza. Por consiguiente, el hombre es pecaminoso exteriormente y corrupto interiormente. Estas cosas debían recibir restricción (que nosotros llamamos castigo) y una solución. Nosotros sólo vemos lo externo y lo inmediato, entonces nada de eso nos gusta, pero es como un tratamiento médico: la humanidad ha sido colocada "en cuarentena" y está recibiendo su tratamiento, a través del cual el Padre recuperará todo lo que fue perdido.

 

En realidad, los sufrimientos designados por Elohim son nuestra salvaguarda y protección. Jamás olvidemos que el hombre tiene un elemento corrupto en su naturaleza como resultado de las dos caídas. Tiene el elemento satánico por formación, y tiene la corrupción y la muerte porque las "activó" al pecar y desobedecer. Elohim le dio una única orden, y cuando la transgredió, "adquirió" el castigo implicado: "ciertamente morirás".

 

Más allá de eso, Elohim ama al hombre y lo trata con amor, aunque en la naturaleza de éste todavía haya un elemento satánico. Es probable que inmediatamente después de la caída, el hombre no haya entendido su verdadera condición; sin embargo, Elohim comprendía el problema, y por eso le explicó los sufrimientos que les sucederían como consecuencia del pecado. No fueron castigos que Yahweh le impuso, fueron CONSECUENCIAS. Como consecuencia de pecar, entró la muerte. Es lo mismo que decir que, como consecuencia de meter la mano en el fuego, se quemará. La quemadura es una consecuencia, no un castigo. Es inevitable y obedece a una ley física. La entrada de la muerte por la desobediencia es una  ley espiritual. Ambas son inamovibles, aunque al hombre le parezca que "Elohim puede hacer lo que quiera", en verdad Él está limitado por su propia esencia, y no puede desobedecer sus propias leyes, QUE SON SU PROPIA NATURALEZA. Sería como ordenarle al fuego que no quemara: sería contrario a la naturaleza ardiente del fuego, dejaría de ser fuego. Si Elohim transgrediera su propia ley, DEJARÍA DE SER ELOHIM. Y se acabaría el universo.

 

Las consecuencias del pecado para el hombre fueron que debería trabajar para conseguir su alimento, que antes la tierra le daba libremente, porque la tierra también fue degradada por culpa de su pecado. Ahora el hombre sudaría para conseguirlo. Por eso la contrapartida y solución de este castigo es el shabat, el reposo perfecto.

 

 

2. La Mujer Recibe Sufrimientos En Los Embarazos

 

En cuanto a la mujer, Elohim dispuso que experimentara sufrimientos o dolores en los partos (Bereshit 3.16). Elohim no había dispuesto que esto fuera así antes de la caída; pero debido a la caída, Él determinó sufrimiento para la mujer, que fue la primera en caer. Elohim primero determinó los sufrimientos para la mujer y después para el hombre, porque la mujer fue la primera en transgredir la prohibición de Elohim. Por tanto, Elohim empezó por ella.

 

A pesar de que la mujer podía llevar vida, eso sería para ella un sacrificio, no un placer. ¿Por qué algunas mujeres limitan su reproducción? Porque quieren disfrutar de una vida libre. Esto es un concepto muy moderno, que surgió sobre todo a partir de comienzos del siglo XX, con el surgimiento del feminismo. Como podemos ver, se trata de una tentativa más del enemigo de hacer que la gente se rebele contra Yahweh. La forma en que se desarrollan los embarazos y después los dolores de parto son una tipología del Plan de Yahweh. Este proceso es un tipo de la gestación del nuevo hombre que Yahweh implantaría en nosotros para resolver todos los problemas. Ese nuevo hombre no "nace adulto" COMO ADAM Y JAVÁ FUERON CREADOS (y, por cierto, como las leyendas de las antiguas "civilizaciones de oro" cuentan que nacían los hombres de aquellas antiguas razas: ya bastante maduros, hablando y andando, con mayores capacidades). Nuestro nuevo hombre es engendrado bebé prácticamente como nuestros bebés y demora mucho más que 9 meses en desarrollarse. Todo lo incómodo del embarazo y los dolores de parto simbolizan la dura tarea que Yahweh realiza en el hombre para engendrar su nuevo hombre, nuevamente a Su imagen y semejanza, luchando contra el hombre mismo.

 

Estos castigos son en verdad restricciones que Yahweh coloca para protección del hombre. Las limitaciones ayudan a que el hombre restringa su carne, que lo destruiría mucho más rápido si se lo permitiera. De hecho, según las Escrituras, tenemos la promesa de que el buen comportamiento es "premiado" (en verdad, es una CONSECUENCIA también) con una vida larga y buena salud. La verdad es que SI OBEDECEMOS LOS LINEAMIENTOS DEL CREADOR, HAREMOS MEJOR USO DE LOS RECURSOS DE VIDA QUE AÚN RESTAN EN NUESTROS CUERPOS Y VIVIREMOS MÁS Y MEJOR. No se trata de premio y castigo, se trata de leyes espirituales tanto o más firmes que las leyes de nuestra física: la obediencia a Elohim trae salud, porque es una de las características intrínsecas de Elohim. El Hombre que anda según los caminos de Elohim automáticamente ANDA EN VIDA. Alarga su propia vida, como consecuencia, no como premio. De cada uno de nosotros depende.

 

 

3. La Mujer Queda Bajo El Señorío Del Marido

 

El Mashíaj también le dijo a Javá que su marido se enseñorearía de ella. Esto significa que toda esposa debe estar bajo el mando de su marido. ¿Por qué cayó Javá? Por no acudir a su marido y asumir el liderazgo. Por consiguiente, Elohim parecía decirle: "Javá, de ahora en adelante nombro a Adam para que tenga dominio sobre ti". Esto establece el principio de "jerarquía" del mundo espiritual. Como ya hemos dicho, no hablamos de "hombres y mujeres" sino de dos partes, una de las cuales debía estar sometida a la otra por naturaleza y decisión propia, pero precisamente la parte que debía someterse se rebeló. El principio "femenino", espiritualmente hablando, no tiene nada que ver con el sexo y sí tiene que ver con la obediencia y la sumisión. Por eso la mujer es creada como AYUDANTE IDÓNEA, es decir, la ayudadora PERFECTA para el hombre, su complemento PERFECTO, la parte que COMPLETA. No debía tratar de hacer lo que no le correspondía. Por lo tanto, esta fue la condena del Adam Primigenio: él es esa parte femenina rebelde, y el Padre pintó los cuadros a través de todas estas cosas.

 

Al hombre (sobre todo al moderno, y mucho más a las mujeres modernas), esto le resulta difícil de aceptar. Las Escrituras nos enseñan que la mujer debe estar sujeta al marido, porque esto es símbolo de la parte femenina estar sujeta a la masculina, en cuanto a principios espirituales. Todos nosotros debemos aceptar esto como una salvaguardia y una protección. El señorío del esposo es una verdadera salvaguardia para la esposa. Por supuesto, así como la mujer debe someterse a su esposo para representar el papel que le corresponde, el hombre también debe representar correctamente el suyo, representar a Mashíaj como la parte masculina. Lamento decir que ambas partes han fallado horriblemente, y esto se debe a que los cuadros han sido pintados con hombres y mujeres AMBOS FORMADOS DEL MISMO POLVO CORROMPIDO.

 

La mujer fue SACADA del hombre, separada de él en el sentido de que muchas funciones que antes estaban unidas, ahora fueron depositadas en la mujer, y es necesario que ambos sean "una sola carne" para volver a ser completos (no una unión sexual, sino una unión de vida completa). Sólo así puede ser su compañera idónea. Esto implica que su función dentro de la célula-familia, que se conforma inicialmente por el esposa y la esposa, es la de caminar junto a su esposo y ser su principal colaboradora. En el caso humano, todos somos caídos, y una mujer puede ayudar a su esposo mostrándole errores, por ejemplo. Sin embargo, el cabeza de la familia es el hombre, y esto es así porque esto es sombra de Mashíaj y la Novia (Efesiyim 5:31-33). En la familia, el hombre es Mashíaj, y en ese sentido también debe esforzarse por representarlo correctamente, sin abusar ni ser tiránico.

 

 

4. Sudor Y Fatiga Durante Toda Su Vida

 

Elohim le dijo al hombre que sufriría sudor y fatiga durante toda su vida (Bereshit 3.19). Por tanto, el hombre debe laborar, sudar y sufrir. Al perder la conexión con la fuente de la Vida (es decir, al transgredir, se cortó la conexión con Yahweh), la primer consecuencia es LA MUERTE. La muerte, con todo, no es instantánea, implica el deterioro y degradación del cuerpo, el cual comenzará a "gastar sus reservas de vida" sin opción a reponerlas. Por lo tanto, cansancio y dolores son consecuencias, no un castigo adicional. Sin embargo, la fatiga y el trabajo constituyen una protección para el hombre caído. Si un hombre no está ocupado en un trabajo determinado, le resulta fácil caer en pecado. Normalmente no caemos en tentación cada vez que estamos ocupados, sino cada vez que estamos descansando, relajados, o con tiempo de sobra. Todos los hombres deben estar ocupados en alguna labor a fin de evitar cometer pecados.

 

 

5. Volvería A La Tierra

 

Después de la caída, Elohim ya sabía que la muerte había entrado en el hombre, de manera que ordenó que al morir, volviera a la tierra. No obstante, esto no significa que el hombre debe perecer, porque Elohim, en Su relación con él, le ha proporcionado la manera de ser salvo. En las consecuencias de la caída del hombre hay sufrimientos, pero no necesariamente la perdición, y para resolver eso, Yahweh ha levantado Su Plan.

 

Y a pesar de que a ninguno de nosotros nos gusta la muerte, debemos recordar que si el hombre no pudiera morir, NO SERÍA CAPAZ DE NACER DE NUEVO.

 



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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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