Hoy vamos a continuar con el tema de Bavel y la confusión de lenguas, y nos vamos a centrar en el punto principal de este tema: LAS PALABRAS, o, para hablar con propiedad absoluta, LA PALABRA.
Todos
en la tierra tenían el mismo idioma y las mismas palabras. Y mientras emigraban
desde oriente, se encontraron un valle en la tierra de Shinar y se
establecieron allí. Se dijeron unos a otros: "Vengan, hagamos ladrillos y
cozámoslos". –El ladrillo les servía de piedra, y el asfalto les servía de
mezcla–. Y dijeron: "Vengan, edifiquémonos una ciudad, y una torre cuya
cúspide llegue al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por todo
el mundo". Bereshit 11:1-4
"Todos en la tierra tenían el mismo idioma y las
mismas palabras". Lo primero que se nos informa es que todos "tenían
el mismo idioma". Sin embargo, en el capítulo anterior, Bereshit 10, del
que hemos estado hablando acerca de la división de las tierras, nos dice varias
veces que había ya diferentes idiomas:
De estos las islas de los Gentiles fueron divididas en sus tierras, cada una de acuerdo a su lengua (LASHÓN), conforme a sus tribus en sus naciones. Bereshit 10:5
Estos son los descendientes de Jam, según sus clanes y lenguas (LASHÓN), por sus tierras y naciones. Bereshit 10:20
Estos
son los descendientes de Shem según sus clanes y lengua (LASHÓN), por sus
tierras, según sus naciones. Bereshit 10:31
Hay dos maneras de reconciliar las lenguas diferentes que aparecen en capítulo 10 con la única lengua que aparece en capítulo 11:
- La primera posibilidad es que capítulos 10 y 11 no aparezcan en orden cronológico, sino que el capítulo 11 vuelva hacia atrás y complemente al capítulo 10 desde otra perspectiva.
- La segunda posibilidad es que la gente tuviera lenguas diferentes (como en capítulo 10), pero que también tuvieran una lengua en común (como en capítulo 11).
Creo que esta última opción es la más probable. Debemos tener en cuenta cómo se habían multiplicado todos para la época de la división de las tierras (que sucede unos 150 años después del diluvio, en los tiempos de Péleg), y que había muchísimos "sub-grupos" tribales, de hecho, ya había setenta. No creo que las diferencias entre unos y otros fueran demasiado grandes para estos comienzos, pero basta que unos pronuncien "a" en vez de "e" para comenzar a hablar diferente, y los cambios irían aumentando gradualmente, gracias a la distancia entre unos y otros, algo básico que IMPIDE QUE TODOS ESTÉN DE ACUERDO ACERCA DE CÓMO LLAMAR A UNA COSA. Si estamos alejados unos de otros, no nos pondremos nunca de acuerdo. Cada uno de nosotros, en nuestra propia casa, elegirá un nombre diferente para llamar al mismo objeto, y cuando nos encontremos, tendremos palabras diferentes. En esto me refiero a cosas nuevas, porque hasta ese momento, todas las cosas "de antaño" mantenían los nombres originales. Por eso es probable que hubiera una lengua común, en la que buena o malamente, todos pudieran llegar a comunicarse entre sí, llegado el caso, pero que cada clan o tribu utilizaba su lengua propia, de la misma forma en que en la actualidad podemos ver sucede con los grupos específicos que desarrollan sus propias jergas, siendo los casos más ejemplificativos las gangues callejeras o la terminología "técnica" propia de una ciencia en particular, donde cada uno desarrolla su propio "idioma" que sólo comprenden los miembros del mismo grupo.
La palabra usada aquí es LASHON, lengua:
H3956 לָשׁוֹן lashón o לָשֹׁן lashón; también (en plural) femenino לְשֹׁנָה leshoná; de H3960; lengua (de hombre o animales), usada literalmente (como instrumento para lamer, comer o hablar), y figurativamente (habla, lingote, lengua de llama, entrada de
agua):- bahía, deslenguado, encantador, hablador, hablar, lengua, lenguaje,
lingote.
Pero la usada en el capítulo 11 es SAFÁ:
Así
que bajemos y confundamos allá sus labios (safá), de modo que ninguno entienda
el habla del otro. Bereshit 11:7
H8193 שָׂפָה SAFÁ o (en dual y plural) שֶׂפֶת sefet; probablemente de H5595 o H8192 mediante la
idea de terminación (Compárese con H5490); labio (como límite nat.); por impl. lenguaje; por anal. margen (de una vasija, agua, ropa,
etc.):- altilocuencia, boca, borde, costa, dicho, extremo, frontera, habla,
hablar, labio, lado, lengua, lenguaje, orilla, palabra, ribera, vacío.
Una es lengua, otra es labios, y las dos se
refieren figuradamente al habla, al idioma, la expresión hablada, pero la
diferencia puede ser que la lengua es el órgano del que "surgen" las
palabras que serán emitidas por los labios. Los dos trabajan juntos, pero la "intención"
(bondad o maldad) del contenido reside en la lengua, como si fuera el órgano
productor del idioma, mientras que los labios (safá) son los que se encargan de
emitir ese idioma, sea bueno o malo. Por cierto, una lengua inicua produce
labios inicuos, palabras inicuas, un idioma inicuo, pero labios inicuos no
afectan a la lengua.
Lo más probable, a todo lo que parece y por lo que
después veremos, toda la tierra hablaba sus lenguas y además mantenían una
lengua general original, la lengua que les venía a través de Adam, Y ESTA
LENGUA LES FUE QUITADA. Pero según la tradición judía, Éber se negó a ayudar en
la construcción de la Torre de Bavel, por lo que su lengua no fue motivo de
confusión. Así, él y su familia conservaron el idioma original, el hebreo, el
cual sería la lengua adánica. Sin embargo, con el paso del tiempo también este
idioma se perdió, ya que los judíos actualmente hablan yidish, que no es hebreo
por mucho que lo hayan rebautizado de esta forma. El hebreo como lengua hablada
fue recuperado por el sionismo a finales del siglo XIX, gracias al trabajo de,
entre otros, Eliezer Ben Yehuda, para servir de lengua nacional al futuro
Estado judío, PERO NO ES EL HEBREO ORIGINAL BÍBLICO.
La Lengua Es Un
Fuego
Y aquí tenemos que pasar a hablar acerca de la
importancia de la palabra hablada. Las Escrituras ponen mucho énfasis en las
cosas que los hombres dan escasa importancia, y una de las mayores es LA
PALABRA. No me refiero aquí de forma directa a Yahshua, sino a las palabras en
sí, aquel sonido que emitimos con nuestras bocas y gargantas y que conlleva una
serie de significados intrínsecos (porque tampoco me refiero a cualquier
ruidito gutural que podamos emitir, sino específicamente a las palabras que
usamos para comunicarnos).
Al parecer, nosotros los humanos no nos damos
cuenta de toda una serie de cosas que maravillan a los cielos y nos hacen
poseedores de ciertas características que para algunos de ellos han resultado
ser envidiables, al punto de arriesgarlo todo para tenerlas. Una de estas
características, como ya vimos, es nuestra capacidad de reproducción, de "prolongación"
de la propia existencia a través de otra existencia. Nosotros tomamos todas
estas cosas muy livianamente y sin medir con cuidado y respeto su profundidad,
que es kadosh como que son maravillas que nos fueron dadas por el propio Creador.
Las tomamos como cosas comunes y corrientes, como quien se toma un café o se
rasca la oreja. Pero son cosas santas, santísimas, y de gran misterio, y ya es
hora que les prestemos la debida atención con la debida predisposición de
ánimo, sólo para justificar que hayamos sido hechos A SU IMAGEN Y SEMEJANZA,
que eso nos interesa y que le damos su importancia, y que no Le sea una carga
tan pesada que nos deje caer como deshechos malformados.
Cuando Yahweh Elohim creó al mundo, LO HIZO A
TRAVÉS DE SU HIJO, LA DAVAR. Existe una poderosa fuerza creativa en la Palabra
del Altísimo, Él la colocó a propósito en Su palabra:
Todas
las cosas por medio
de Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho hubiera
sido hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la Luz de la humanidad. La Luz resplandece en la oscuridad, y la oscuridad
no prevaleció. Yohanan
1:3-5
Por eso el primer acto fue SEPARAR LA LUZ DE LAS
TINIEBLAS (Bereshit 1.4-5).
Agradó al Altísimo colocar en Él la Vida, que es la
Luz, por lo que tiene derecho de afirmar:
"YO
SOY EL CAMINO Y LA VERDAD Y LA VIDA; nadie viene al Padre, excepto a través de
mí. Yohanan 14:6
Y
"Yo
soy la luz del mundo; todo el que me siga, nunca andará en oscuridad, sino que
tendrá la luz que da vida." Yohanan 8:12
LUZ, VIDA,
PALABRA, SON PRINCIPIOS CREADORES.
Los veremos a lo largo de todas las Escrituras siempre como acción directa de
Yahweh y en contraposición a la acción de las tinieblas y la muerte, por eso
son auto-excluyentes, no pueden verse nunca (como la noche y el día), y donde
está una, no puede estar la otra. Y todos estos principios creadores FUERON
DEPOSITADOS EN YAHSHUA desde antes de la creación del mundo, para ser
utilizados a través de Él en la creación.
Todo lo que proviene del Padre es VIDA. Y si no hay
vida, si hay muerte, sabremos que eso no procede del Padre. Pero al haber caído
y estar nuestro ADN contaminado, además de cargar la semilla de la serpiente,
ya sabemos que cargamos con tantas "mutaciones" (alteraciones)
producidas porque los hombres han ido casándose sin tener demasiado en cuanta
la genética de la otra persona (la cual ciertamente no veremos con los ojos,
pero sí en los frutos), lo que produjo esta mezcolanza en la que yacemos en la
actualidad. En palabras simples, estamos contaminadísimos, y nuestra lengua no
escapa a esto.
Ahora bien, así como nosotros, habiendo sido hechos
a la imagen del Creador (su semejanza la adquiriremos) recibimos la misma
capacidad de GENERAR VIDA (reproducirnos)
Porque
como el Padre tiene vida en sí mismo, así también Él ha dado al Hijo el tener
vida en sí mismo. Yohanan
5:26
Los humanos también recibimos ese increíble don de DAR VIDA, de tener la vida en nosotros mismos, NO POR NOSOTROS MISMOS, sino porque nos fue depositada para que la transmitiéramos y nos multiplicáramos, así también nos fue dado el don del habla. Eso no quiere decir que los malajim sean mudos, sólo significa que nosotros también recibimos un don muy especial (que al parecer los animales también disfrutaban y cuando la caída, les fue quitado hasta que todo sea hecho nuevo). A lo que me refiero con lo de "especial" es a algo que también normalmente se nos escapa acerca de las fuentes de la vida:
La muerte y la vida están en poder de la lengua: Lo que escoja, eso comerá. Mishlei 18:21
A lo largo de todas las Escrituras se nos insta UNA
Y OTRA VEZ a tener cuidado con lo que decimos, a guardar nuestros labios y
nuestra lengua (algo que no se ve mucho en la actualidad, verdad?) porque
De
la misma boca sale bendición y maldición. Hermanos míos, estas cosas no deben
ser así. ¿Será posible que de un manantial brote agua dulce y amarga por la
misma abertura? Yaakov
3:10-11
La bendición es VIDA, la maldición es MUERTE. De
manera que cuando se bendice a alguien, SE LE OTORGA VIDA, y cuando se lo
maldice, se le otorga muerte. Balak lo sabía muy bien, por eso pidió a Bilaam
que maldijera al pueblo de Yisrael. Hoy la gente anda lanzándose improperios
unos a otros de forma liviana, a veces hasta por chiste (hay palabras que son
insultos y a veces son utilizadas como señales de "admiración" para
otra persona). Esto muestra la terrible ignorancia en que vivimos acerca del
poder de las palabras y del mal que causamos a otros y a nosotros mismos:
Pero
yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que
hablen. Porque por
tus palabras te justificarás, y por tus palabras te condenarás. MattitYah 12:36-37
Si esto no les suena lo suficientemente importante
como para por lo menos abrir los ojos y ver de qué se trata la cosa, es porque
la doctrina de "no importa lo que digas o lo que hagas, basta 'sentir' en
el corazón" ha calado demasiado hondo. Doctrina nefasta si las hay, que
mata y entierra a miles por día.
Todo esto es sólo la punta de un gran iceberg (a lo
largo del recorrido volveremos al tema en diferentes ocasiones porque se trata
de uno de los "temas-pilar" que sustentan la columna vertebral de las
Escrituras) que sólo quiero que comiencen a considerar (y cuanto antes, mejor)
acerca de la importancia de las palabras, las cuales no sólo tienen un impacto "simple"
así como creemos, algo que "se dice y se escucha". Existe también
todo un impacto a nivel de frecuencia vibracional sonora, algo que se ve muy
claramente en el uso de la música, que no es sino frecuencias sonoras (que
pueden alterar los estados de ánimo), y lo mismo sucede con lo que
decimos.
¿Quién Enseñó A Hablar A Adam?
¿De dónde surgió el idioma que usaban Adam y Javá
para comunicarse? Muchos han intentado diferentes tesis a lo largo del tiempo
para tratar de descubrir el origen de los idiomas, tratar de comprender cuál es
el nacimiento de lo que llamamos "lengua", y que todo ser humano del
planeta utiliza a fin de comunicarse. Sin embargo, la conclusión a la que
llegaron es que "en la actualidad no
hay lenguas primitivas en el sentido de que estén significativamente
cercanas a los orígenes del lenguaje" (Simpson, G. G., "The Biology of Natural Man",
Science 152 (1966), p. 477). O sea:
tratando de descubrir los orígenes del idioma a través de la ya más que
desgastada "evolución", descubrieron que todas las lenguas actuales
tienen un nivel de complejidad muy superior a lo que se consideraría el "grado
cero" de una lengua, y que inclusive los pueblos más "primitivos"
tienen idiomas mucho más complejos que los nuestros, de "civilizados".
Una mente menos "fanatizada" que la "científica" concluiría
que la evolución no lo explica todo y de que tal vez "alguien" haya
intervenido en el asunto, pero no podemos pedirle peras al olmo...
Para comprender la imagen arriba, necesitan
comprender (de forma muy simplista, por supuesto), cómo funciona el sonido en
relación con la materia:
Lo cierto es que el lenguaje es anterior a la
creación del hombre. Yahweh se comunicaba con su Hijo, y debió utilizarlo para
comunicarse con sus otros hijos celestiales. Por lo tanto, a aquel Hijo se le
llamó la "Palabra", Davar (Yahanan 1:1; Qolasiyim 1:15, 16; Hitgalut 3:14). ÉL ES SIEMPRE NUESTRO MEDIO PARA LLEGAR AL PADRE,
tanto para nosotros como para todo el universo.
En Bereshit 1 la expresión "DIJO ELOHIM"
aparece 10 veces; 8 para indicar cada acto creativo y 2 veces para indicar
órdenes determinativas.
Yahweh habla a sus criaturas angélicas en su "lengua",
y ellas "llevan a cabo su palabra":
Bendigan
a Yahweh, ustedes sus malajim, poderosas criaturas que cumplen sus órdenes,
siempre obedientes a sus mandatos... Mizmor 103:20
Todo esto nos indica que ya existía un lenguaje
previo a la creación del mundo, por medio del cual Yahweh comunicaba sus
órdenes a sus malajim, y este lenguaje era LA PALABRA. Esto es un tanto incomprensible a nuestros
conceptos limitados por nuestra materia, que alguien pueda emitir una palabra y
que esa palabra pueda llegar en un cierto momento a manifestarse en un cuerpo
humano, son cosas bastante "irracionales" a nuestra mente finita. Sin
embargo, la falta de comprensión del receptor no puede nunca descartar
como inválido lo que no se comprende o aprehende.
Quien habló primero a Adán fue Yahweh, que ya había
estado conversando acerca de él. Primero, Yahweh mismo le dio su nombre, Adam,
que revelaba su procedencia de la tierra. Un poco más adelante vemos que Adam
mismo fue el encargado ahora de dar nombre a todos y cada uno de los animales.
EL HOMBRE YA ESTABA REPRODUCIENDO UNA DE LAS ACCIONES DIVINAS: LA CAPACIDAD DE
DETERMINAR EL NOMBRE DE LAS COSAS.
Es interesante en este punto mencionar la leyenda
que la tradición judía y la islámica tienen acerca de los nombres dados por
Adam a los animales. Cuentan que en Edén, Yahweh preguntó a Samael:
"¿Serás tú el primero que dé nombres a
esos animales o será Adam?" Samael contestó: "Seré yo, pues soy el
mayor y el más sabio." Inmediatamente Elohim puso bueyes delante de él y
le preguntó: "¿Cómo se llaman?". Cuando Samael guardó silencio Yahweh
alejó a los bueyes. Luego le presentó un camello y después un asno, pero Samael
no pudo dar nombre a ninguno de ellos, Luego Elohim puso comprensión en el
corazón de Adam y le habló de manera que la primera letra de cada pregunta
indicaba el nombre del animal. Así tomó unos bueyes y dijo: "Bueno, abre
tus labios, Adán, y dime su nombre." Adán contestó: "Bueyes." A
continuación le mostró un venado y le dijo: "Ven, dime el nombre de
éste." Adán contestó: "Venado," Por fin Yahweh le mostró un
asno: "¿Aspiras a nombrar a éste?" Adán contestó: "Es un asno".
Cuando Samael vio que Elohim había instruido a Adán gritó indignado.
Lo interesante de esto no es la fábula en sí ni
tampoco la supuesta "supremacía" humana sobre haSatán, sino el hecho
de que se resalta que LAS COSAS TIENEN UN NOMBRE INTRÍNSECO. Samael estuvo
parado delante de los animales y no pudo darles nombre porque no lo sabía, o
sea, no podía decir cualquier cosa, TENÍA QUE SER EL NOMBRE ADECUADO. En fin,
esta es una fábula muy humana, ya que el hombre de la tierra proviene del mismo
Adam Primigenio.
Más allá de esto, los nombres en las Escrituras
siempre revisten gran importancia, y mucho más aún los títulos. Una misma
persona en la antigüedad podía tener un nombre que hubiera recibido al nacer,
pero además muchos "sobrenombres", apelativos que declararan ciertas
características, tanto positivas como negativas. Así vemos que sucede con los
falsos dioses a lo largo de la historia, y realmente este asunto tiene tanta
importancia que se "robaban" los títulos unos a otros, reivindicando
así el poder del otro. De la misma forma, la traducción de un sobrenombre de un
idioma a otro muchas veces producía un nombre-título completamente diferente al
original, creando la impresión de que se tratara de un dios diferente, pero
para quien conociera los dos idiomas sería muy simple saber que se estaban
declarando los mismos atributos en dos lenguas diferentes, pero para una misma
entidad.
La palabra hebrea NESHAMÁ (alma) se escribe con las
cuatro letras nun, shin, mem y hei. La palabra hebrea SHEM (nombre) que se
deletrea shin, mem, está contenida dentro de la palabra neSHAMá, indicando la
fuerte conexión entre el nombre y el alma o la esencia de uno. Esto es algo que
la cultura hebrea (y en general los pueblos antiguos todos también, en mayor o
menor medida), comprendieron: la importancia que el nombre tiene en cuanto a lo
que la persona es o puede llegar a ser. Por lo que vemos, dejando de lado las
leyendas que no aparecen en las Escrituras como simples anécdotas, Adam debe
haber tenido en cuenta las características de los animales a la hora de darles
sus nombres, algo que fue considerado tan importante como para que le llevaran
a su presencia a todos los especímenes, "para ver qué nombre les ponía" (Bereshit 2.19). Más adelante, Adam daría nombre a Javá,
su esposa, y no fue cualquier cosa, él dijo VIVIENTE, declaró alegremente que
ella estaba viva y no muerta.
Esta prerrogativa es de suma importancia, como
veremos en seguida y como las Escrituras no se cansan en repetirnos. Lo primero
que recibimos es la vida, y lo segundo, nuestro nombre, y ambas cosas nos
vienen de la misma fuente: nuestros padres, que las tienen porque les fueron
dadas por el Creador a través de sus padres y así sucesivamente hasta llegar a
Adam y Javá, que fueron los receptores originales de estas capacidades.
Mientras que la vida física la recibimos a través de la reproducción en
nuestros cuerpos materiales, y recibimos al mismo tiempo nuestras partes,
recibimos "vida espiritual" a través de nuestros nombres. Recibir un
nombre implica recibir una serie de características que ese nombre contiene y
que de alguna manera nos pertenecerán. Ya veremos a lo largo de las Escrituras
que a veces los nombres son cambiados por otros nuevos, Y ESO NO ES ALGO QUE SE
HAGA POR CAPRICHO (aunque también es bueno recordar que las Escrituras nos
muestran que, en todos los casos en que esto sucedió, FUE SIEMPRE YAHWEH EL QUE
DIO EL NUEVO NOMBRE).
Pero HACERSE un nombre implica recibir un título en
base a las propias obras, es como recibir un premio, como "Fulano, el más
fuerte de todos" o "Mengano, el más rápido", porque sus obras
son siempre de competición (ser "el más"). Y en esto también está la gran rebelión de
pretender hacerse un nombre que les sirva a sí mismos en lugar del Nombre sobre
Todo Nombre, al cual ellos rechazaron desde el primer día (pecado que no les
será perdonado).
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