16 de diciembre de 2021

PE05-03 - Confesión Y Restitución 01

 


Después de haber creído en el Mashíaj, debemos cultivar el hábito de confesar nuestras faltas y efectuar la restitución correspondiente. Si hemos ofendido a alguien o hemos cometido alguna injusticia en perjuicio de otra persona, debemos aprender a admitir nuestra falta delante de dicha persona y a compensarla por los perjuicios que le hayamos causado, o sea, debemos efectuar restitución. Por un lado, debemos confesar ante Elohim, y por otro, debemos reconocer nuestras faltas ante los hombres y efectuar la debida reparación. Si no confesamos ante Elohim, ni pedimos perdón o efectuamos restitución al hombre, nuestra conciencia rápidamente se hará insensible. Una vez que nuestra conciencia haya perdido su sensibilidad, se habrá generado un problema serio y fundamental, a saber: que la luz de Elohim difícilmente podrá resplandecer en nuestro ser. Por eso, uno tiene que cultivar el hábito de confesar y de efectuar restitución a fin de mantener una conciencia sensible y aguda delante del Mashíaj.

 

¿Cuándo fue la última vez que ustedes pidieron perdón a otra persona? Si ha transcurrido un período muy prolongado, entonces es probable que su conciencia se haya hecho insensible. Por lo regular, ofendemos a los demás. Si después de haber ofendido a alguien uno no siente remordimiento alguno, ese es un indicio de que su conciencia sufre alguna enfermedad o deficiencia. El tiempo transcurrido desde su última confesión debe indicarnos si existe un problema entre nosotros y Elohim. Si ha transcurrido un largo período, obviamente carecemos de luz en nuestro ruaj. Si ese intervalo, al contrario, es breve (es decir, si recientemente hemos confesado alguna falta), eso prueba que nuestra conciencia continúa sensible. Pero cuidado, porque "engañoso es el corazón", y nuestra carne también puede escudarse detrás de una falsa actitud de "pedir perdón" TODO EL TIEMPO POR UNA MISMA FALTA. Cuando no hay corrección y mudanza de comportamiento, NO HA HABIDO ARREPENTIMIENTO y por lo tanto, eso no es pedir perdón sino pedir disculpas. Como cuando se le pisa el pie a alguien, por educación nada más. El perdón debe estar acompañado de genuino arrepentimiento y un cambio radical de conducta.

 

A fin de vivir bajo la luz de Elohim, necesitamos que nuestra conciencia permanezca sensible, y para eso, es necesario que condenemos el pecado continuamente. Necesitamos confesar nuestras faltas ante Elohim y también ante los hombres, y debemos efectuar la restitución apropiada.

 

Si hemos ofendido a Elohim, y la ofensa no afecta específicamente a otras personas, entonces no es necesario confesar ante los hombres. Evitemos caer en excesos. Si al haber ofendido a Elohim, un hermano no ha ofendido a otras personas, entonces sólo necesitará confesar su pecado ante Elohim; no hay ninguna necesidad de que confiese ante los hombres. Espero que tengamos en cuenta este principio.

 

¿Qué clase de pecados ofenden a nuestro prójimo? ¿Cuál es la manera apropiada de pedir perdón a otros por haberlos ofendido? ¿Cómo debemos compensarlos por haber hecho tratos injustos? Si queremos estar claros al respecto, debemos estudiar detenidamente dos pasajes de las Escrituras.

 

 

La Ofrenda Por Los Pecados

 

La ofrenda por los pecados tiene dos aspectos: uno se revela en Vayikra 5 y el otro en 6. El capítulo 5 nos dice que debemos confesar nuestros varios pecados ante Elohim, y ofrecer sacrificios por el perdón de los mismos. El capítulo 6 nos dice que si hemos causado perjuicio a otra persona, no es suficiente ofrecer sacrificio a Elohim, sino que, además, debemos efectuar la debida restitución a la persona que hemos agraviado. Por lo tanto, EL SEXTO CAPÍTULO DE VAYIKRA NOS DICE QUE SIEMPRE QUE HEMOS CAUSADO ALGÚN PERJUICIO MATERIAL A OTRA PERSONA, DEBEMOS RESOLVER DICHO ASUNTO ANTE LOS HOMBRES. Por supuesto, también debemos confesar ante Elohim y pedirle Su perdón, pero eso no es suficiente. No podemos pedirle a Elohim que nos perdone en representación de aquellos a quienes hemos perjudicado.

 

¿Cómo debemos resolver este asunto delante de los hombres? Consideremos la ofrenda por los pecados descrita en Vayikra 6.

 

 

Algunos Pecados Son Transgresiones Contra Los Hombres

 

Yahweh le habló a Mosheh, diciendo: Cuando una persona peque y cometa una ofensa contra Yahweh al tratar engañosamente con su prójimo en asunto de un depósito o una promesa, o al robar, o al defraudar a su prójimo, o al encontrar algo perdido y mentir sobre eso; si jura falsamente concerniente a cualquiera de las diversas cosas que uno puede hacer y pecar en eso– cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se le confió, o el objeto perdido que encontró, o cualquier otra cosa en la que haya jurado falsamente, pagará la cantidad principal y le añadirá la quinta parte. Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta de su culpa. Luego traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa. El sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable. Vayikra 6:1-7

 

Una persona que haya ofendido a alguien o le haya causado perjuicio material, tiene la obligación de arreglar cuentas con los hombres antes de poder ser perdonado. De lo contrario, no podrá ser perdonado.

 

En este pasaje bíblico podemos distinguir hasta seis clases de transgresiones en contra de los hombres:

 

1) Engañar al prójimo con respecto a un depósito que nos fuera encomendado: Esto se refiere a engañar al propietario con respecto a bienes que él nos confió y procurar así retener las porciones buenas y costosas mientras que devolvemos las de inferior calidad. Esto es mentir, y es un pecado delante de Elohim. No debemos mentir con respecto a lo que nos haya sido encomendado, sino que debemos resguardarlo con toda fidelidad. Los hijos de Elohim deben guardar fielmente lo que se les confíe. Si no podemos guardar algo, no lo debemos aceptar. Una vez que lo aceptemos, debemos hacer lo posible por guardarlo. Si a causa de nuestra negligencia algo le llega a suceder, habremos transgredido contra el hombre.

 

2) Engañar al prójimo con respecto a lo dejado en nuestras manos: Esto se refiere a defraudar al prójimo en cuestiones de negocios, o a mentir en transacciones comerciales, o a lograr ganancias por medios deshonestos, o a valerse de maniobras legales o comerciales para apropiarnos de lo que legítimamente pertenece a nuestro prójimo. Delante del Mashíaj, eso constituye pecado y debe ser severamente condenado.

 

3) Robar al prójimo: Aunque tal vez esto no suceda entre santos, de todos modos debemos mencionarlo. Nadie debe adquirir nada por medios ilícitos. Cualquiera que procure hurtar las posesiones de otros valiéndose de su posición privilegiada, de su autoridad o su poderío, comete pecado.

 

4) Explotar al prójimo: Constituye pecado aprovecharse de otras personas, valiéndonos para eso de la posición o el poder que tengamos. A los ojos de Elohim, Sus hijos jamás deberían hacer tal cosa. Esta clase de conducta debe ser eliminada.

 

5) Encontrar un objeto perdido y mentir al respecto: Los nuevos creyentes deben prestar especial atención a este asunto. Muchas personas han mentido sobre las cosas que otros han perdido. Hacer desaparecer algo, reducir la cantidad o reemplazar algo bueno con algo malo equivale a mentir. Uno encuentra cierto objeto y niega haberlo encontrado, o encuentra cierta cantidad y afirma que halló menos, o habiendo encontrado algo en buen estado, afirma que está descompuesto o que no sirve. Todo eso es mentir. Otros pierden algo y ustedes se aprovechan de ellos; ustedes los despojan, buscando obtener alguna ganancia o beneficio a costa de ellos; esto también es pecado. Un creyente no debe adueñarse de las posesiones de otros. Si ustedes recogieron algo por equivocación, deben guardarlo bien y devolvérselo al dueño. Si encontraron algo perdido QUE PUEDAN DESCUBRIR QUIÉN ES SU DUEÑO, traten de devolverlo (si nadie reclama, se da realmente por perdido y pueden darle el uso que deseen). Nunca declaren que un objeto que encuentran es de ustedes. No es correcto quedarse con artículos perdidos, pero es peor hurtar los bienes de otros por medios ilícitos. En verdad, no es correcto adueñarse de las posesiones de otros por medio de cualquier método INJUSTO. Un creyente no debe hacer ninguna cosa que le reporte beneficios a expensas de otros.

 

6) Jurar en falso: Constituye pecado jurar en falso con respecto a cualquier cosa material. Ustedes saben algo, y sin embargo, dicen que no lo sabe. Han visto algo, pero lo niegan. O se esconden para no tener que ser llamados a "declarar". La mentira puede ser directa, negando una verdad, o puede ser indirecta, por OMISIÓN, por ocultar una verdad. Todo el que jura en falso (afirmar cualquier cosa en falso, no es necesario levantar juramento), peca.

 

"Por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable". Esto se refiere a todas aquellas transgresiones que causan perjuicio material a otras personas. Los hijos de Elohim deben aprender esta lección y recordarla siempre: no deben apropiarse de lo que pertenece a otros. Jamás debemos usurpar aquello que pertenece a otro. Todo el que jure falsamente con respecto a cualquiera de los asuntos que acabamos de mencionar, habrá transgredido en contra de otras personas, y ha pecado.

 

Hermanos y hermanas, si hay algo deshonesto en cualquier cosa que hagan, si han adquirido algo a expensas de otros, o si han obtenido algo por uno de estos seis medios, han pecado. Deben eliminar estos pecados por completo.

 

 

Cómo Debemos Efectuar La Restitución

 

Yahweh le habló a Mosheh, diciendo: Cuando una persona peque y cometa una ofensa contra Yahweh al tratar engañosamente con su prójimo en asunto de un depósito o una promesa, o al robar, o al defraudar a su prójimo, o al encontrar algo perdido y mentir sobre eso; si jura falsamente concerniente a cualquiera de las diversas cosas que uno puede hacer y pecar en eso– cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se le confió, o el objeto perdido que encontró, o cualquier otra cosa en la que haya jurado falsamente, pagará la cantidad principal y le añadirá la quinta parte. Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta de su culpa. Luego traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa. El sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable. Vayikra 6:1-7

 

Nuestra conducta debe ser recta, y nuestra conciencia debe ser irreprensible delante de Elohim. La Palabra de Elohim dice: "cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se le confió, o el objeto perdido que encontró" (pasuk 4). Aquí la palabra restituir es muy importante. La ofrenda por los pecados tiene dos aspectos. Por un lado, tenemos la necesidad de propiciar delante de Elohim, y por otro lado, es necesario restituir a nuestro prójimo lo que le quitamos. No debemos pensar que basta con ofrecer propiciación delante de Elohim, sino que también debemos restituir a nuestro semejante aquello de lo cual le privamos. De lo contrario, si no lo regresa, algo estará carente. La ofrenda por el pecado, mencionada en Vayikra 5, se relaciona con los pecados que no ocasionan perjuicios materiales a nuestro prójimo. Por supuesto, en tales casos no es necesario devolver nada. Pero los pecados de los que habla el capítulo 6 implican pérdidas materiales, en cuyo caso uno debe efectuar la debida restitución. La propiciación por medio del sacrificio no era suficiente. Uno debía restituir lo que había tomado. Todo lo adquirido por medios pecaminosos debe ser devuelto. Se debe devolver lo obtenido por medio del robo, el abuso, los falsos juramentos, el usufructo abusivo de los bienes que nos fueron confiados o que nos encontramos, Y AÑADIRLE UNA QUINTA PARTE (un 20%). Todo esto debe ser devuelto.

 

¿Cómo debe una persona devolver estas cosas? En primer lugar, debemos efectuar una restitución completa. Es incorrecto no efectuar restitución alguna, pero es igualmente incorrecto que nuestra restitución sea incompleta o deficiente. Ninguno debe pensar que una disculpa es suficiente. Mientras el objeto en cuestión siga en nuestras manos, eso demuestra que todavía estamos errados y tenemos que efectuar completa restitución.

 

En segundo lugar, Elohim desea que no sólo devolvamos la cantidad completa, sino que también añadamos la quinta parte al hacerlo. ¿Por qué debemos añadir la quinta parte? Según este principio, debemos restituir abundantemente. Habiendo tomado lo que no nos pertenece, hemos causado un prejuicio a la otra persona, y esa quinta parte está destinada a cubrir ese daño. Si hemos tomado el dinero o las pertenencias de otros, Elohim desea que añadamos una quinta parte a la cantidad total cuando la devolvamos. Robar implica un principio de envidia y mezquindad que debe ser erradicado, además de falta de confianza en la provisión del Padre. Por eso se requiere que la devolución cueste un poco más a la persona, para que aprenda a ser generosa.

 

Algunos, lejos de añadir la quinta parte al efectuar reparación, no devuelven ni siquiera la quinta parte de lo que deben. Ellos se disculpan, diciéndole a la persona, por ejemplo: "Reconozco que en esta ocasión yo fui injusto, pero no siempre ha sido así; al contrario, en muchas otras ocasiones, usted fue injusto conmigo". Lejos de constituir una confesión apropiada, esto no es más que un ajuste de cuentas. Si ustedes quieren reconocer su falta, no sean mezquinos al hacerlo. No importan las injusticias que puedan o no haber cometido los demás, NUNCA JUSTIFICARÁN LAS NUESTRAS. Es mejor excederse pidiendo disculpas, que no disculparse lo suficiente. Después de todo, ¿no fueron ustedes los que pecaron? Ya que ahora deberán efectuar reparación, procuren ser más generosos. Si quitaron a otros sus posesiones, no pretendan devolver exactamente lo que hurtaron; porque tienen que efectuar una reparación amplia y generosa.

 

Añadir una quinta parte a nuestra restitución debe recordarnos que ofender a otros es un problema y que no debemos hacerlo de nuevo. Cuando un creyente ofende a alguien, debe darse cuenta que, aunque por el momento haya obtenido ganancia, al final sufrirá pérdida. Quizás haya sido fácil quitarle algo a alguien, pero cuando lo tengan que devolver, no sólo devolverán todo lo que tomaron, sino que además, deberán añadir la quinta parte de eso.

 

Después de la disculpa y la restitución, todavía es preciso algo más. Vayikra 6:6-7 dice que tenemos que acudir a Elohim y buscar su perdón por medio de la sangre del Mashíaj. Este es un asunto muy serio. Si nos descuidamos, tomaremos ventaja de los demás y pecaremos contra ellos. Los hijos de Elohim deben devolver lo que pertenece a otros, y pedirle perdón a Elohim.

 

Los hijos de Elohim deben comportarse de una manera que esté de acuerdo con la dignidad que ellos poseen. Incluso cuando reconocemos nuestras faltas y las confesamos delante de los demás, debemos hacerlo en concordancia con la dignidad que poseemos. Si pedimos disculpas y, al mismo tiempo, tratamos de hacer un ajuste de cuentas, ciertamente no estamos disculpándonos como corresponde a hijos de Elohim. Por el contrario, los hijos de Elohim deben reconocer sus faltas con toda amplitud y añadir una quinta parte cuando efectúen reparación. Cuando se trata de reconocer sus errores, no debería haber ninguna renuencia al respecto, o a no estar dispuestos a efectuar el menor sacrificio posible. SI AL PEDIR PERDÓN, LO QUE A USTEDES LES PREOCUPA MÁS ES DETERMINAR CON EXACTITUD A CUÁNTO ASCIENDE SU DEUDA, ENTONCES NO ESTÁN COMPORTÁNDOSE COMO CORRESPONDE A UN CREYENTE. Por ejemplo, hay quienes, al pedir disculpas, dicen: "Al comienzo, yo no estaba enojado contra ti, pero tus palabras me provocaron a ira y por eso te ofendí. Ahora que he confesado mi culpa, te corresponde a ti confesar la tuya". Todo esto es propio de un ajuste de cuentas, no de la admisión de nuestra culpa y la confesión de la misma. Si ustedes deben reconocer su falta, deben caminar la segunda milla, deben hacerlo generosamente. Reconozcan su falta sin reservas, procurando hacerlo con toda amplitud. Ustedes no deben ocuparse de que la otra parte reconozca o no sus faltas, deben ocuparse de las suyas propias en primer lugar.

 

En tercer lugar, debemos hacer nuestra confesión y restitución lo más pronto posible. El pasuk 5 dice: "Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta de su culpa". Si estamos en capacidad de devolver aquello que habíamos retenido, o si el objeto en cuestión está todavía en nuestro poder, entonces debemos efectuar la devolución en cuanto nos percatemos de nuestro pecado. Por lo general, tenemos la tendencia a postergar esta clase de devoluciones, pero cuanto más posterguemos efectuar la debida restitución, más débil será el sentimiento que nos motiva a eso. Por eso, en cuanto seamos iluminados al respecto, debemos actuar, es decir, debemos apresurarnos a efectuar la reparación debida; si es posible, debemos hacerlo ese mismo día. Esperamos que todos nuestros hermanos y hermanas opten por la senda correcta desde el primer día en que se hacen creyentes. Nosotros jamás debemos aprovecharnos de los demás, ni podemos ser injustos con nadie. El principio fundamental que rige la conducta de los creyentes aquí en la tierra, debe ser el de no aprovecharse de los demás. Siempre que nos aprovechemos que otros de la forma que sea, estaremos cometiendo un grave error. No debemos tomar ventaja de nadie. En lugar de eso, tenemos que actuar con rectitud desde el comienzo mismo de nuestra vida creyente.

 

Tenemos que efectuar la restitución debida. Pero eso no es todo. No debiéramos pensar que todo ha quedado resuelto una vez que hemos pedido perdón y efectuado la reparación correspondiente. En realidad, eso no basta para que el asunto quede resuelto: "Luego traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa" (pasuk 6). Después de haber reconocido nuestra falta y efectuado la restitución correspondiente, todavía es necesario que acudamos a Elohim procurando Su perdón. La ofrenda de la expiación, descrita en el capítulo 5, concierne únicamente a Elohim, porque no se ha causado perjuicio material a ninguna persona en particular. Pero la ofrenda descrita en el capítulo 6 se relaciona con las transgresiones cometidas en contra de otras personas. Por lo tanto, primero tenemos que retribuir a los hombres por el perjuicio cometido, antes de acudir a Elohim en busca de Su perdón. Antes que un asunto haya sido resuelto con los hombres, no podemos acercarnos a Elohim para pedir perdón ¿Qué sucede después que nos hemos reconciliado con los hombres y le hemos pedido perdón a Elohim? "El sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable" (pasuk 7). Esto es lo que el Mashíaj desea. Si hemos cometido una transgresión en contra de alguien y le hemos causado algún perjuicio, tenemos que esforzarnos por efectuar la reparación debida; sólo entonces podremos acudir a Elohim y, basándonos en la sangre que Mashiaj derramó en el madero, suplicar Su perdón.

 

Jamás deberíamos considerar este asunto como trivial o insignificante. Una vez que adoptemos una actitud tan superficial, nos aprovecharemos de los demás, y pecaremos contra ellos. Los hijos de Elohim deben tener esto en cuenta y darle la debida importancia todos los días de su vida. Siempre que hayan cometido alguna falta en contra de otros, deben restituir lo que hayan retenido indebidamente, y deben acudir a Elohim en busca de Su perdón.

 

 

"Si Tu Hermano Tiene Algo Contra Ti"

 

De modo que si llevas tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve a reconciliarte primero con tu hermano, y después vuelve y presenta tu ofrenda. Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el último centavo. MattiYah 5:23-26

 

Este capítulo difiere de Vayikra 6. El sexto capítulo de Vayikra trata de las transgresiones contra los hombres con respecto a posesiones materiales, mientras que el quinto capítulo de la Besorah de MattiYah va más allá de lo material.

 

El Mashíaj dice: "De modo que si llevas tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti...". Esto se refiere específicamente a las contiendas que surgen entre los hijos de Elohim y entre los hermanos. Si ustedes están presentando una ofrenda en el altar, es decir, si le están ofreciendo algo a Elohim, y de repente se acuerdan de que su hermano tiene algo contra ustedes, tal "recuerdo" representa la manera en que nos guía Elohim en nuestro ruaj. Con frecuencia, el Ruaj haKodesh nos dirige por medio de sugerirnos ciertos pensamientos o recordándonos lo que debemos hacer. Cuando algo nos viene a la memoria, no desechen ni menosprecien tal pensamiento. Por el contrario, en cuanto recuerden algo, deben atender a eso con diligencia.

 

"Si te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti", quiere decir que ustedes han pecado contra él, no necesariamente con respecto a posesiones materiales, sino tal vez actuando injustamente con la otra persona. Lo que en este pasaje se recalca no son necesariamente las cuestiones materiales, sino aquello que ustedes hayan hecho que causó que otros se sintieran agraviados. Esto incluye si hemos ofendido a otro inclusive SIN QUERER, por ignorancia o falta de comprensión de costumbres, o porque realmente no fue nuestra intención, pero del otro lado interpretaron mal las cosas. En estos casos, normalmente el ir a pedir disculpas PRECISAMENTE ARREGLA EL ASUNTO, porque si fue un malentendido, la explicación disuelve cualquier resentimiento mal habido.

 

Un nuevo creyente debe comprender que si ofende a alguien y no ofrece disculpas ni pide perdón, se verá en problemas, porque eso podría causar que Elohim ya no acepte su ofrenda ni su oración. No hagamos que un hermano o hermana se queje o suspire delante de Elohim por causa nuestra, porque tan pronto lo haga, estaremos acabados delante de Elohim. Si hemos cometido alguna injusticia, o si hemos ofendido o lastimado a alguien, la parte ofendida ni siquiera necesita acusarnos delante de Elohim. Todo lo que necesita decir es: "¡Oh, fulano!"; o simplemente necesita decir: "¡Oh!", para hacer que Elohim rechace nuestra ofrenda. Todo lo que necesita es dar un pequeño suspiro por causa de nosotros delante de Elohim, para que todo lo que ofrezcamos sea rechazado. No debemos darle a ningún hermano o hermana ninguna razón para que suspiren delante de Elohim por causa de nosotros. Si hacemos que otros se quejen, no podremos progresar espiritualmente y todos nuestros presentes a Elohim serán anulados.

 

Si ustedes están presentando una ofrenda ante el altar y se acuerdan que su hermano tiene algo contra ustedes o que han dado motivos a su hermano para quejarse delante de Elohim, no ofrezcan su ofrenda. Si desean ofrecer algo a Elohim, vayan a reconciliarse primero "y después vuelve y presenta tu ofrenda". Elohim desea la ofrenda, pero ustedes primero deben reconciliarse con los que ha ofendido. Aquellos que no se reconcilian con los hombres, no pueden presentar su ofrenda ante Elohim. Dejen allí su ofrenda delante del altar y vayan a pedir perdón, reconcíliese primero con su hermano, y entonces regresen y presenten su ofrenda. ¿Comprenden lo que tienen que hacer? Primero deben ir y reconciliarse con su hermano. ¿Qué significa ser reconciliado con su hermano? Significa disipar el enojo del hermano. Posiblemente necesite disculparse o devolver algo, pero lo más importante es satisfacer al hermano. Aquí no se trata de añadir la quinta o la décima parte, sino reconciliarse. Reconciliarse implica satisfacer las exigencias del ofendido.

 

Cuando ustedes ofenden a su hermano y pecan contra él, hacen que él se irrite y le dan motivos para pensar que ustedes actuaron injustamente con él; debido a lo cual su hermano se lamentará delante de Elohim, y eso hará que se interrumpa la comunión de ustedes con Elohim, con lo cual su porvenir espiritual se verá cortado. Si su actitud provoca enojo en su hermano, ustedes estarán haciéndolo tropezar. También de eso debemos cuidarnos, CON LOS DEBIDOS LÍMITES, EVIDENTEMENTE. Si la otra persona busca tener la razón (objetivo de la carne que nosotros debemos aprender a dejar de lado) acerca de un asunto en el cual NO PUEDEN NI DEBEN ceder porque eso sería transgredir la obediencia a Yahweh, debería seguir el resto de los pasos: llevar el asunto delante de otros hermanos más avanzados, delante de la congregación toda y finalmente, caso no haya acuerdo, tratarlos como gentiles. Debemos buscar la paz, PERO DENTRO DE LOS LÍMITES DEL ADÓN:

 

En cuanto sea posible, hasta donde dependa de ustedes, vivan en paz con todas las personas. Romaniyim 12:18

 

Es probable que ustedes no se hayan percatado de encontrarse en tinieblas, y crean que todo está bien, pero SI HA HABIDO OFENSA REAL A LOS OJOS DE YAHWEH (y no en la imaginación de la carne de los demás), la ofrenda que presenten ante el altar SERÁ ANULADA. No podrán pedirle ni darlen nada a Elohim. No podrán ofrecerle nada a Él, y mucho menos recibir respuesta de parte de Él. Pueden haber ofrecido absolutamente todo en el altar, pero Elohim no se complacerá en eso. Por lo tanto, ANTES de ir al altar de Elohim, deberán reconciliarse primero con su hermano a entera satisfacción del ofendido (nuevamente, DENTRO DE LO CORRECTO). Para dar un ejemplo que termine con imaginaciones vanas, tenemos el caso de los apóstoles que fueron ordenados por los miembros de sanedrín a no predicar a Yahshua, PERO ELLOS DESOBEDECIERON SUS ÓRDENES Y PUSIERON POR ENCIMA DE ELLAS LAS ÓRDENES DEL PROPIO ELOHIM. En este caso, ellos no podían "reconciliarse" porque hacerlo hubiera implicado transgredir a Elohim, y no es algo aceptable. En todo, debemos tener discernimiento. Aprendan a satisfacer tanto las justas exigencias de Elohim como las de sus hermanos. Sólo entonces podrán presentar su ofrenda a Elohim. Este asunto es de gran importancia.

 

Debemos cuidarnos de ofender a otros, particularmente a los hermanos, porque si ofendemos a un hermano, caeremos de inmediato bajo el juicio de Elohim, y no será fácil ser restaurados. En el pasuk 25 el Mashíaj enfatizó: "Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino". He aquí un hermano que, por haber sido tratado injustamente por nosotros, ha perdido su paz delante de Elohim. El Mashíaj nos habla en términos humanos y nos muestra que nuestro hermano es como el demandante en un tribunal. La expresión mientras vas con él por el camino es maravillosa. Hoy todavía estamos en el camino. Nuestro hermano todavía no ha muerto y nosotros tampoco, todavía estamos aquí. Él está en el camino, y nosotros también. Tenemos que reconciliarnos con él cuanto antes. Es muy posible que un día de estos no estemos aquí, como también es fácil que no estemos en el camino. O que nuestro hermano no esté ni aquí ni en el camino. No sabemos quién se irá primero, pero cuando uno de los dos esté ausente, ya no se podrá hacer nada. Mientras estamos en el camino, es decir, mientras los dos partidos todavía estamos aquí, tenemos la oportunidad de hablar y pedir perdón. Debemos reconciliarnos cuanto antes. La puerta de la salvación no estará abierta para siempre; igualmente la puerta de la confesión entre los hermanos no estará siempre abierta. Son muchos los hermanos que tienen que lamentar haber perdido la oportunidad de confesar sus ofensas unos a otros, debido a que la persona a la que ofendieron ya no se encuentra en el camino. Si hemos ofendido a alguien, debemos aprovechar cualquier oportunidad para reconciliarnos cuanto antes, mientras aún los dos estemos en el camino.

 

¡Tenemos que comprender la seriedad que reviste este asunto! No debemos ser negligentes ni podemos permanecer impasibles. Mientras dura el día, ¡apresúrese a reconciliarse con su hermano! Si ustedes saben que un hermano tiene una queja contra ustedes, deben resolver dicho asunto y pedir perdón, no sea que después no tengan la oportunidad de reconciliarse.

 

Después de esto, el Mashíaj nuevamente se vale de términos humanos para explicarnos: "no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el último centavo". El asunto de ser entregado al juez, al alguacil, y ser echado en la cárcel se lleva a cabo en esta vida. El Juez es Mashíaj, el alguacil (fiscal) es el Acusador, y estar en la cárcel equivale a "ser entregado a haSatán". Salir de allí, es decir, salir de la cárcel, se refiere a ser perdonados sólo cuando hacemos confesión y restitución completas, "hasta el último centavo", es decir, debemos resolver aun el asunto más insignificante. Así se ve lo estricta que es la nueva ley.

 

Debemos reconciliarnos con nuestro adversario antes de morirnos, antes de que él se muera o antes de que el Mashíaj regrese. Si no resolvemos el asunto ahora, tendremos que hacerlo en la edad venidera. No esperemos la era venidera, porque en ese entonces la solución del asunto nos costará más. Debemos resolver todos los problemas ahora, antes de morirnos o antes de que nuestro adversario se muera. Mientras que ambos están vivos, tenemos la oportunidad de reconciliarnos. Además, si esperamos, el Mashíaj podría regresar antes de que nos reconciliemos. Por un lado, el regreso del Mashíaj será maravilloso. Por otro, será algo muy serio, porque cerrará la oportunidad para resolver los problemas en esta edad y nos obligará a resolverlos en la edad venidera. Por lo tanto, es mucho mejor solucionar todos los problemas antes de la edad venidera. Esto significa que debemos resolver cada problema antes de morirnos, antes de que la otra persona se muera, o antes de que el Mashíaj regrese.

 

Esta es una lección que los hijos de Elohim debemos aprender bien. Tenemos que efectuar restitución siempre que sea debido, y tenemos que confesar cuando sea necesario. Debemos efectuar la debida reparación y ofrecer las disculpas del caso, una y otra vez. No debiéramos permitir que ningún hermano o hermana tenga quejas en contra de nosotros. Si nuestra conciencia está limpia y resulta evidente que no somos nosotros los que hemos hecho el agravio, entonces podemos estar en paz. De otro modo, si hemos cometido alguna falta, debemos reconocerla. Tenemos que ser irreprensibles en nuestra conducta. No debiéramos suponer siempre que son los demás los que están equivocados y que nosotros siempre estamos en lo correcto. Ciertamente es erróneo ignorar las quejas de los demás, y en lugar de eso, insistir en que nosotros estamos en lo correcto.

 





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Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

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Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
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