Después de haber creído en el Mashíaj, debemos
cultivar el hábito de confesar nuestras faltas y efectuar la restitución
correspondiente. Si hemos ofendido a alguien o hemos cometido alguna injusticia
en perjuicio de otra persona, debemos aprender a admitir nuestra falta delante
de dicha persona y a compensarla por los perjuicios que le hayamos causado, o
sea, debemos efectuar restitución. Por un lado, debemos confesar ante Elohim, y
por otro, debemos reconocer nuestras faltas ante los hombres y efectuar la
debida reparación. Si no confesamos ante Elohim, ni pedimos perdón o efectuamos
restitución al hombre, nuestra conciencia rápidamente se hará insensible. Una
vez que nuestra conciencia haya perdido su sensibilidad, se habrá generado un
problema serio y fundamental, a saber: que la luz de Elohim difícilmente podrá
resplandecer en nuestro ser. Por eso, uno tiene que cultivar el hábito de
confesar y de efectuar restitución a fin de mantener una conciencia sensible y
aguda delante del Mashíaj.
¿Cuándo fue la última vez que ustedes pidieron
perdón a otra persona? Si ha transcurrido un período muy prolongado, entonces
es probable que su conciencia se haya hecho insensible. Por lo regular,
ofendemos a los demás. Si después de haber ofendido a alguien uno no siente
remordimiento alguno, ese es un indicio de que su conciencia sufre alguna
enfermedad o deficiencia. El tiempo transcurrido desde su última confesión debe
indicarnos si existe un problema entre nosotros y Elohim. Si ha transcurrido un
largo período, obviamente carecemos de luz en nuestro ruaj. Si ese intervalo,
al contrario, es breve (es decir, si recientemente hemos confesado alguna
falta), eso prueba que nuestra conciencia continúa sensible. Pero cuidado,
porque "engañoso es el corazón", y nuestra carne también puede
escudarse detrás de una falsa actitud de "pedir perdón" TODO EL
TIEMPO POR UNA MISMA FALTA. Cuando no hay corrección y mudanza de
comportamiento, NO HA HABIDO ARREPENTIMIENTO y por lo tanto, eso no es pedir
perdón sino pedir disculpas. Como cuando se le pisa el pie a alguien, por
educación nada más. El perdón debe estar acompañado de genuino arrepentimiento
y un cambio radical de conducta.
A fin de vivir bajo la luz de Elohim, necesitamos
que nuestra conciencia permanezca sensible, y para eso, es necesario que
condenemos el pecado continuamente. Necesitamos confesar nuestras faltas ante
Elohim y también ante los hombres, y debemos efectuar la restitución apropiada.
Si hemos ofendido a Elohim, y la ofensa no afecta
específicamente a otras personas, entonces no es necesario confesar ante los
hombres. Evitemos caer en excesos. Si al haber ofendido a Elohim, un hermano no
ha ofendido a otras personas, entonces sólo necesitará confesar su pecado ante
Elohim; no hay ninguna necesidad de que confiese ante los hombres. Espero que
tengamos en cuenta este principio.
¿Qué clase de pecados ofenden a nuestro prójimo?
¿Cuál es la manera apropiada de pedir perdón a otros por haberlos ofendido?
¿Cómo debemos compensarlos por haber hecho tratos injustos? Si queremos estar
claros al respecto, debemos estudiar detenidamente dos pasajes de las
Escrituras.
La
Ofrenda Por Los Pecados
La ofrenda por los pecados tiene dos aspectos: uno se revela en Vayikra 5 y
el otro en 6. El capítulo 5 nos dice que debemos confesar nuestros varios
pecados ante Elohim, y ofrecer sacrificios por el perdón de los mismos. El
capítulo 6 nos dice que si hemos causado perjuicio a otra persona, no es
suficiente ofrecer sacrificio a Elohim, sino que, además, debemos efectuar la
debida restitución a la persona que hemos agraviado. Por lo tanto, EL SEXTO
CAPÍTULO DE VAYIKRA NOS DICE QUE SIEMPRE QUE HEMOS CAUSADO ALGÚN PERJUICIO
MATERIAL A OTRA PERSONA, DEBEMOS RESOLVER DICHO ASUNTO ANTE LOS HOMBRES. Por
supuesto, también debemos confesar ante Elohim y pedirle Su perdón, pero eso no
es suficiente. No podemos pedirle a Elohim que nos perdone en representación de
aquellos a quienes hemos perjudicado.
¿Cómo debemos resolver este asunto delante de los hombres? Consideremos la
ofrenda por los pecados descrita en Vayikra 6.
Algunos Pecados Son
Transgresiones Contra Los Hombres
Yahweh le habló a Mosheh, diciendo: Cuando una persona peque y cometa una ofensa contra Yahweh al tratar engañosamente con su prójimo en asunto de un depósito o una promesa, o al robar, o al defraudar a su prójimo, o al encontrar algo perdido y mentir sobre eso; si jura falsamente concerniente a cualquiera de las diversas cosas que uno puede hacer y pecar en eso– cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se le confió, o el objeto perdido que encontró, o cualquier otra cosa en la que haya jurado falsamente, pagará la cantidad principal y le añadirá la quinta parte. Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta de su culpa. Luego traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa. El sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable. Vayikra 6:1-7
Una persona que haya ofendido a alguien o le haya
causado perjuicio material, tiene la obligación de arreglar cuentas con los
hombres antes de poder ser perdonado. De lo contrario, no podrá ser perdonado.
En este pasaje bíblico podemos distinguir hasta
seis clases de transgresiones en contra de los hombres:
1) Engañar al prójimo
con respecto a un depósito que nos fuera encomendado: Esto se refiere a engañar
al propietario con respecto a bienes que él nos confió y procurar así retener
las porciones buenas y costosas mientras que devolvemos las de inferior
calidad. Esto es mentir, y es un pecado delante de Elohim. No debemos mentir
con respecto a lo que nos haya sido encomendado, sino que debemos resguardarlo
con toda fidelidad. Los hijos de Elohim deben guardar fielmente lo que se les
confíe. Si no podemos guardar algo, no lo debemos aceptar. Una vez que lo
aceptemos, debemos hacer lo posible por guardarlo. Si a causa de nuestra
negligencia algo le llega a suceder, habremos transgredido contra el hombre.
2) Engañar al prójimo
con respecto a lo dejado en nuestras manos: Esto se refiere a defraudar al
prójimo en cuestiones de negocios, o a mentir en transacciones comerciales, o a
lograr ganancias por medios deshonestos, o a valerse de maniobras legales o
comerciales para apropiarnos de lo que legítimamente pertenece a nuestro
prójimo. Delante del Mashíaj, eso constituye pecado y debe ser severamente
condenado.
3) Robar al prójimo:
Aunque tal vez esto no suceda entre santos, de todos modos debemos mencionarlo.
Nadie debe adquirir nada por medios ilícitos. Cualquiera que procure hurtar las
posesiones de otros valiéndose de su posición privilegiada, de su autoridad o
su poderío, comete pecado.
4) Explotar al
prójimo: Constituye pecado aprovecharse de otras personas, valiéndonos para eso
de la posición o el poder que tengamos. A los ojos de Elohim, Sus hijos jamás
deberían hacer tal cosa. Esta clase de conducta debe ser eliminada.
5) Encontrar un
objeto perdido y mentir al respecto: Los nuevos creyentes deben prestar
especial atención a este asunto. Muchas personas han mentido sobre las cosas
que otros han perdido. Hacer desaparecer algo, reducir la cantidad o reemplazar
algo bueno con algo malo equivale a mentir. Uno encuentra cierto objeto y niega
haberlo encontrado, o encuentra cierta cantidad y afirma que halló menos, o
habiendo encontrado algo en buen estado, afirma que está descompuesto o que no
sirve. Todo eso es mentir. Otros pierden algo y ustedes se aprovechan de ellos;
ustedes los despojan, buscando obtener alguna ganancia o beneficio a costa de
ellos; esto también es pecado. Un creyente no debe adueñarse de las posesiones
de otros. Si ustedes recogieron algo por equivocación, deben guardarlo bien y
devolvérselo al dueño. Si encontraron algo perdido QUE PUEDAN DESCUBRIR QUIÉN
ES SU DUEÑO, traten de devolverlo (si nadie reclama, se da realmente por
perdido y pueden darle el uso que deseen). Nunca declaren que un objeto que
encuentran es de ustedes. No es correcto quedarse con artículos perdidos, pero
es peor hurtar los bienes de otros por medios ilícitos. En verdad, no es
correcto adueñarse de las posesiones de otros por medio de cualquier método INJUSTO.
Un creyente no debe hacer ninguna cosa que le reporte beneficios a expensas de
otros.
6) Jurar en falso:
Constituye pecado jurar en falso con respecto a cualquier cosa material.
Ustedes saben algo, y sin embargo, dicen que no lo sabe. Han visto algo, pero
lo niegan. O se esconden para no tener que ser llamados a "declarar".
La mentira puede ser directa, negando una verdad, o puede ser indirecta, por
OMISIÓN, por ocultar una verdad. Todo el que jura en falso (afirmar cualquier
cosa en falso, no es necesario levantar juramento), peca.
"Por cualquier
cosa que haya hecho para hacerse culpable". Esto se refiere a
todas aquellas transgresiones que causan perjuicio material a otras personas.
Los hijos de Elohim deben aprender esta lección y recordarla siempre: no deben
apropiarse de lo que pertenece a otros. Jamás debemos usurpar aquello que
pertenece a otro. Todo el que jure falsamente con respecto a cualquiera de los
asuntos que acabamos de mencionar, habrá transgredido en contra de otras
personas, y ha pecado.
Hermanos y hermanas, si hay algo deshonesto en
cualquier cosa que hagan, si han adquirido algo a expensas de otros, o si han
obtenido algo por uno de estos seis medios, han pecado. Deben eliminar estos
pecados por completo.
Cómo Debemos Efectuar La
Restitución
Yahweh le habló a Mosheh, diciendo: Cuando una persona peque y cometa una ofensa contra Yahweh al tratar engañosamente con su prójimo en asunto de un depósito o una promesa, o al robar, o al defraudar a su prójimo, o al encontrar algo perdido y mentir sobre eso; si jura falsamente concerniente a cualquiera de las diversas cosas que uno puede hacer y pecar en eso– cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se le confió, o el objeto perdido que encontró, o cualquier otra cosa en la que haya jurado falsamente, pagará la cantidad principal y le añadirá la quinta parte. Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta de su culpa. Luego traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa. El sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable. Vayikra 6:1-7
Nuestra conducta debe ser
recta, y nuestra conciencia debe ser irreprensible delante de Elohim. La
Palabra de Elohim dice: "cuando uno haya pecado así y, al darse cuenta de
su culpa, devuelva lo que obtuvo mediante robo o fraude, o el depósito que se
le confió, o el objeto perdido que encontró" (pasuk 4). Aquí la palabra restituir
es muy importante. La ofrenda por los pecados tiene dos aspectos. Por un
lado, tenemos la necesidad de propiciar delante de Elohim, y por otro lado, es
necesario restituir a nuestro
prójimo lo que le quitamos. No debemos pensar que basta con ofrecer
propiciación delante de Elohim, sino que también debemos restituir a nuestro semejante aquello
de lo cual le privamos. De lo contrario, si no lo regresa, algo estará carente.
La ofrenda por el pecado, mencionada en Vayikra 5, se relaciona con los pecados
que no ocasionan perjuicios materiales a nuestro prójimo. Por supuesto, en
tales casos no es necesario devolver nada. Pero los pecados de los que habla el
capítulo 6 implican pérdidas materiales, en cuyo caso uno debe efectuar la
debida restitución. La propiciación por medio del sacrificio no era suficiente.
Uno debía restituir lo que había tomado. Todo lo adquirido por medios
pecaminosos debe ser devuelto. Se debe devolver lo obtenido por medio del robo,
el abuso, los falsos juramentos, el usufructo abusivo de los bienes que nos
fueron confiados o que nos encontramos, Y AÑADIRLE UNA QUINTA PARTE (un 20%).
Todo esto debe ser devuelto.
¿Cómo debe una persona devolver estas cosas? En
primer lugar, debemos efectuar una restitución completa. Es incorrecto no
efectuar restitución alguna, pero es igualmente incorrecto que nuestra
restitución sea incompleta o deficiente. Ninguno debe pensar que una disculpa
es suficiente. Mientras el objeto en cuestión siga en nuestras manos, eso
demuestra que todavía estamos errados y tenemos que efectuar completa
restitución.
En segundo lugar, Elohim desea que no sólo
devolvamos la cantidad completa, sino que también añadamos la quinta parte al
hacerlo. ¿Por qué debemos añadir la quinta parte? Según este principio, debemos
restituir abundantemente. Habiendo tomado lo que no nos pertenece, hemos
causado un prejuicio a la otra persona, y esa quinta parte está destinada a
cubrir ese daño. Si hemos tomado el dinero o las pertenencias de otros, Elohim
desea que añadamos una quinta parte a la cantidad total cuando la devolvamos.
Robar implica un principio de envidia y mezquindad que debe ser erradicado,
además de falta de confianza en la provisión del Padre. Por eso se requiere que
la devolución cueste un poco más a la persona, para que aprenda a ser generosa.
Algunos, lejos de añadir la quinta parte al
efectuar reparación, no devuelven ni siquiera la quinta parte de lo que deben.
Ellos se disculpan, diciéndole a la persona, por ejemplo: "Reconozco que en esta ocasión yo fui injusto, pero no siempre ha
sido así; al contrario, en muchas otras ocasiones, usted fue injusto conmigo". Lejos de constituir
una confesión apropiada, esto no es más que un ajuste de cuentas. Si ustedes
quieren reconocer su falta, no sean mezquinos al hacerlo. No importan las
injusticias que puedan o no haber cometido los demás, NUNCA JUSTIFICARÁN LAS
NUESTRAS. Es mejor excederse pidiendo disculpas, que no disculparse lo
suficiente. Después de todo, ¿no fueron ustedes los que pecaron? Ya que ahora
deberán efectuar reparación, procuren ser más generosos. Si quitaron a otros
sus posesiones, no pretendan devolver exactamente lo que hurtaron; porque tienen
que efectuar una reparación amplia y generosa.
Añadir una quinta parte a nuestra restitución debe recordarnos que ofender
a otros es un problema y que no debemos hacerlo de nuevo. Cuando un creyente
ofende a alguien, debe darse cuenta que, aunque por el momento haya obtenido
ganancia, al final sufrirá pérdida. Quizás haya sido fácil quitarle algo a alguien,
pero cuando lo tengan que devolver, no sólo devolverán todo lo que tomaron,
sino que además, deberán añadir la quinta parte de eso.
Después de la disculpa y
la restitución, todavía es preciso algo más. Vayikra 6:6-7 dice que tenemos que
acudir a Elohim y buscar su perdón por medio de la sangre del Mashíaj. Este es
un asunto muy serio. Si nos descuidamos, tomaremos ventaja de los demás y
pecaremos contra ellos. Los hijos de Elohim deben devolver lo que pertenece a
otros, y pedirle perdón a Elohim.
Los hijos de Elohim deben comportarse de una
manera que esté de acuerdo con la dignidad que ellos poseen. Incluso cuando
reconocemos nuestras faltas y las confesamos delante de los demás, debemos
hacerlo en concordancia con la dignidad que poseemos. Si pedimos disculpas y,
al mismo tiempo, tratamos de hacer un ajuste de cuentas, ciertamente no estamos
disculpándonos como corresponde a hijos de Elohim. Por el contrario, los hijos
de Elohim deben reconocer sus faltas con toda amplitud y añadir una quinta
parte cuando efectúen reparación. Cuando se trata de reconocer sus errores, no
debería haber ninguna renuencia al respecto, o a no estar dispuestos a efectuar
el menor sacrificio posible. SI AL PEDIR PERDÓN, LO QUE A USTEDES LES PREOCUPA
MÁS ES DETERMINAR CON EXACTITUD A CUÁNTO ASCIENDE SU DEUDA, ENTONCES NO ESTÁN
COMPORTÁNDOSE COMO CORRESPONDE A UN CREYENTE. Por ejemplo, hay quienes, al
pedir disculpas, dicen: "Al comienzo, yo no estaba enojado contra ti, pero
tus palabras me provocaron a ira y por eso te ofendí. Ahora que he confesado mi
culpa, te corresponde a ti confesar la tuya". Todo esto es propio de un ajuste de cuentas, no
de la admisión de nuestra culpa y la confesión de la misma. Si ustedes deben
reconocer su falta, deben caminar la segunda milla, deben hacerlo
generosamente. Reconozcan su falta sin reservas, procurando hacerlo con toda
amplitud. Ustedes no deben ocuparse de que la otra parte reconozca o no sus
faltas, deben ocuparse de las suyas propias en primer lugar.
En tercer lugar, debemos hacer nuestra confesión
y restitución lo más pronto posible. El pasuk 5 dice: "Se la pagará a su dueño cuando se dé cuenta
de su culpa". Si estamos en capacidad de devolver aquello que
habíamos retenido, o si el objeto en cuestión está todavía en nuestro poder,
entonces debemos efectuar la devolución en cuanto nos percatemos de nuestro
pecado. Por lo general, tenemos la tendencia a postergar esta clase de
devoluciones, pero cuanto más posterguemos efectuar la debida restitución, más
débil será el sentimiento que nos motiva a eso. Por eso, en cuanto seamos
iluminados al respecto, debemos actuar, es decir, debemos apresurarnos a
efectuar la reparación debida; si es posible, debemos hacerlo ese mismo día. Esperamos
que todos nuestros hermanos y hermanas opten por la senda correcta desde el
primer día en que se hacen creyentes. Nosotros jamás debemos aprovecharnos de
los demás, ni podemos ser injustos con nadie. El principio fundamental que rige
la conducta de los creyentes aquí en la tierra, debe ser el de no aprovecharse
de los demás. Siempre que nos aprovechemos que otros de la forma que sea,
estaremos cometiendo un grave error. No debemos tomar ventaja de nadie. En
lugar de eso, tenemos que actuar con rectitud desde el comienzo mismo de
nuestra vida creyente.
Tenemos que efectuar la restitución debida. Pero
eso no es todo. No debiéramos pensar que todo ha quedado resuelto una vez que
hemos pedido perdón y efectuado la reparación correspondiente. En realidad, eso
no basta para que el asunto quede resuelto: "Luego
traerá al sacerdote, como su sanción para Yahweh, un carnero sin tacha del
rebaño, o el equivalente, como ofrenda por la culpa" (pasuk 6). Después de haber reconocido nuestra falta y
efectuado la restitución correspondiente, todavía es necesario que acudamos a
Elohim procurando Su perdón. La ofrenda de la expiación, descrita en el
capítulo 5, concierne únicamente a Elohim, porque no se ha causado perjuicio
material a ninguna persona en particular. Pero la ofrenda descrita en el
capítulo 6 se relaciona con las transgresiones cometidas en contra de otras
personas. Por lo tanto, primero tenemos que retribuir a los hombres por el
perjuicio cometido, antes de acudir a Elohim en busca de Su perdón. Antes que
un asunto haya sido resuelto con los hombres, no podemos acercarnos a Elohim
para pedir perdón ¿Qué sucede después que nos hemos reconciliado con los
hombres y le hemos pedido perdón a Elohim? "El
sacerdote hará expiación en su favor delante de Yahweh, y será perdonado por
cualquier cosa que haya hecho para hacerse culpable" (pasuk 7). Esto es lo que el Mashíaj desea. Si hemos
cometido una transgresión en contra de alguien y le hemos causado algún
perjuicio, tenemos que esforzarnos por efectuar la reparación debida; sólo
entonces podremos acudir a Elohim y, basándonos en la sangre que Mashiaj
derramó en el madero, suplicar Su perdón.
Jamás deberíamos considerar este asunto como
trivial o insignificante. Una vez que adoptemos una actitud tan superficial, nos
aprovecharemos de los demás, y pecaremos contra ellos. Los hijos de Elohim
deben tener esto en cuenta y darle la debida importancia todos los días de su
vida. Siempre que hayan cometido alguna falta en contra de otros, deben
restituir lo que hayan retenido indebidamente, y deben acudir a Elohim en busca
de Su perdón.
"Si Tu
Hermano Tiene Algo Contra Ti"
De modo que si llevas tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve a reconciliarte primero con tu hermano, y después vuelve y presenta tu ofrenda. Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el último centavo. MattiYah 5:23-26
Este capítulo difiere de
Vayikra 6. El sexto capítulo de Vayikra trata de las transgresiones contra los
hombres con respecto a posesiones materiales, mientras que el quinto capítulo
de la Besorah de MattiYah va más allá de lo material.
El Mashíaj dice: "De modo que si
llevas tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo
contra ti...". Esto se refiere
específicamente a las contiendas que surgen entre los hijos de Elohim y entre
los hermanos. Si ustedes están presentando una ofrenda en el altar, es decir,
si le están ofreciendo algo a Elohim, y de repente se acuerdan de que su
hermano tiene algo contra ustedes, tal "recuerdo" representa la manera
en que nos guía Elohim en nuestro ruaj. Con frecuencia, el Ruaj haKodesh nos
dirige por medio de sugerirnos ciertos pensamientos o recordándonos lo que
debemos hacer. Cuando algo nos viene a la memoria, no desechen ni menosprecien
tal pensamiento. Por el contrario, en cuanto recuerden algo, deben atender a
eso con diligencia.
"Si te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti", quiere decir que ustedes han pecado contra él, no
necesariamente con respecto a posesiones materiales, sino tal vez actuando injustamente
con la otra persona. Lo que en este pasaje se recalca no son necesariamente las
cuestiones materiales, sino aquello que ustedes hayan hecho que causó que otros
se sintieran agraviados. Esto incluye si hemos ofendido a otro inclusive SIN
QUERER, por ignorancia o falta de comprensión de costumbres, o porque realmente
no fue nuestra intención, pero del otro lado interpretaron mal las cosas. En
estos casos, normalmente el ir a pedir disculpas PRECISAMENTE ARREGLA EL
ASUNTO, porque si fue un malentendido, la explicación disuelve cualquier
resentimiento mal habido.
Un nuevo creyente debe comprender que si ofende a
alguien y no ofrece disculpas ni pide perdón, se verá en problemas, porque eso podría
causar que Elohim ya no acepte su ofrenda ni su oración. No hagamos que un
hermano o hermana se queje o suspire delante de Elohim por causa nuestra,
porque tan pronto lo haga, estaremos acabados delante de Elohim. Si hemos
cometido alguna injusticia, o si hemos ofendido o lastimado a alguien, la parte
ofendida ni siquiera necesita acusarnos delante de Elohim. Todo lo que necesita
decir es: "¡Oh, fulano!"; o simplemente necesita decir: "¡Oh!", para hacer que
Elohim rechace nuestra ofrenda. Todo lo que necesita es dar un pequeño suspiro
por causa de nosotros delante de Elohim, para que todo lo que ofrezcamos sea
rechazado. No debemos darle a ningún hermano o hermana ninguna razón para que
suspiren delante de Elohim por causa de nosotros. Si hacemos que otros se
quejen, no podremos progresar espiritualmente y todos nuestros presentes a
Elohim serán anulados.
Si ustedes están presentando una ofrenda ante el
altar y se acuerdan que su hermano tiene algo contra ustedes o que han dado
motivos a su hermano para quejarse delante de Elohim, no ofrezcan su ofrenda.
Si desean ofrecer algo a Elohim, vayan a reconciliarse
primero "y después vuelve y
presenta tu ofrenda". Elohim desea la
ofrenda, pero ustedes primero deben reconciliarse con los que ha ofendido.
Aquellos que no se reconcilian con los hombres, no pueden presentar su ofrenda
ante Elohim. Dejen allí su ofrenda delante del altar y vayan a pedir perdón,
reconcíliese primero con su hermano, y entonces regresen y presenten su
ofrenda. ¿Comprenden lo que tienen que hacer? Primero deben ir y reconciliarse
con su hermano. ¿Qué significa ser reconciliado con su hermano? Significa
disipar el enojo del hermano. Posiblemente necesite disculparse o devolver
algo, pero lo más importante es satisfacer al hermano. Aquí no se trata de
añadir la quinta o la décima parte, sino reconciliarse. Reconciliarse implica
satisfacer las exigencias del ofendido.
Cuando ustedes ofenden a su hermano y pecan
contra él, hacen que él se irrite y le dan motivos para pensar que ustedes actuaron
injustamente con él; debido a lo cual su hermano se lamentará delante de
Elohim, y eso hará que se interrumpa la comunión de ustedes con Elohim, con lo
cual su porvenir espiritual se verá cortado. Si su actitud provoca enojo en su
hermano, ustedes estarán haciéndolo tropezar. También de eso debemos cuidarnos,
CON LOS DEBIDOS LÍMITES, EVIDENTEMENTE. Si la otra persona busca tener la razón
(objetivo de la carne que nosotros debemos aprender a dejar de lado) acerca de
un asunto en el cual NO PUEDEN NI DEBEN ceder porque eso sería transgredir la
obediencia a Yahweh, debería seguir el resto de los pasos: llevar el asunto
delante de otros hermanos más avanzados, delante de la congregación toda y
finalmente, caso no haya acuerdo, tratarlos como gentiles. Debemos buscar la
paz, PERO DENTRO DE LOS LÍMITES DEL ADÓN:
En cuanto sea posible, hasta donde dependa de ustedes, vivan en paz con todas las personas. Romaniyim 12:18
Es probable que ustedes no se hayan percatado de
encontrarse en tinieblas, y crean que todo está bien, pero SI HA HABIDO OFENSA
REAL A LOS OJOS DE YAHWEH (y no en la imaginación de la carne de los demás), la
ofrenda que presenten ante el altar SERÁ ANULADA. No podrán pedirle ni darlen
nada a Elohim. No podrán ofrecerle nada a Él, y mucho menos recibir respuesta
de parte de Él. Pueden haber ofrecido absolutamente todo en el altar, pero
Elohim no se complacerá en eso. Por lo tanto, ANTES de ir al altar de Elohim,
deberán reconciliarse primero con su hermano a entera satisfacción del ofendido
(nuevamente, DENTRO DE LO CORRECTO). Para dar un ejemplo que termine con
imaginaciones vanas, tenemos el caso de los apóstoles que fueron ordenados por
los miembros de sanedrín a no predicar a Yahshua, PERO ELLOS DESOBEDECIERON SUS
ÓRDENES Y PUSIERON POR ENCIMA DE ELLAS LAS ÓRDENES DEL PROPIO ELOHIM. En este
caso, ellos no podían "reconciliarse" porque hacerlo hubiera
implicado transgredir a Elohim, y no es algo aceptable. En todo, debemos tener
discernimiento. Aprendan a satisfacer tanto las justas exigencias de Elohim
como las de sus hermanos. Sólo entonces podrán presentar su ofrenda a Elohim.
Este asunto es de gran importancia.
Debemos cuidarnos de ofender a otros,
particularmente a los hermanos, porque si ofendemos a un hermano, caeremos de
inmediato bajo el juicio de Elohim, y no será fácil ser restaurados. En el
pasuk 25 el Mashíaj enfatizó:
"Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino". He aquí un hermano
que, por haber sido tratado injustamente por nosotros, ha perdido su paz
delante de Elohim. El Mashíaj nos habla en términos humanos y nos muestra que
nuestro hermano es como el demandante en un tribunal. La expresión mientras
vas con él por el camino es maravillosa. Hoy todavía estamos en el
camino. Nuestro hermano todavía no ha muerto y nosotros tampoco, todavía
estamos aquí. Él está en el camino, y nosotros también. Tenemos que
reconciliarnos con él cuanto antes. Es muy posible que un día de estos no
estemos aquí, como también es fácil que no estemos en el camino. O que nuestro
hermano no esté ni aquí ni en el camino. No sabemos quién se irá primero, pero
cuando uno de los dos esté ausente, ya no se podrá hacer nada. Mientras estamos
en el camino, es decir, mientras los dos partidos todavía estamos aquí, tenemos
la oportunidad de hablar y pedir perdón. Debemos reconciliarnos cuanto antes.
La puerta de la salvación no estará abierta para siempre; igualmente la puerta
de la confesión entre los hermanos no estará siempre abierta. Son muchos los
hermanos que tienen que lamentar haber perdido la oportunidad de confesar sus
ofensas unos a otros, debido a que la persona a la que ofendieron ya no se
encuentra en el camino. Si hemos ofendido a alguien, debemos aprovechar
cualquier oportunidad para reconciliarnos cuanto antes, mientras aún los dos
estemos en el camino.
¡Tenemos que comprender la seriedad que reviste
este asunto! No debemos ser negligentes ni podemos permanecer impasibles.
Mientras dura el día, ¡apresúrese a reconciliarse con su hermano! Si ustedes saben
que un hermano tiene una queja contra ustedes, deben resolver dicho asunto y
pedir perdón, no sea que después no tengan la oportunidad de reconciliarse.
Después de esto, el Mashíaj nuevamente se vale de
términos humanos para explicarnos: "no
sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en
la cárcel. En verdad te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el
último centavo". El asunto de ser
entregado al juez, al alguacil, y ser echado en la cárcel se lleva a cabo en esta
vida. El Juez es Mashíaj, el alguacil (fiscal) es el Acusador, y estar en la
cárcel equivale a "ser entregado a haSatán". Salir de allí, es decir, salir de la cárcel, se refiere a
ser perdonados sólo cuando hacemos
confesión y restitución completas, "hasta el último centavo", es
decir, debemos resolver aun el asunto más
insignificante. Así se ve lo estricta que es la nueva ley.
Debemos reconciliarnos con nuestro adversario antes de morirnos, antes de
que él se muera o antes de que el Mashíaj regrese. Si no resolvemos el asunto
ahora, tendremos que hacerlo en la edad venidera. No esperemos la era venidera,
porque en ese entonces la solución del asunto nos costará más. Debemos resolver
todos los problemas ahora, antes de morirnos o antes de que nuestro adversario
se muera. Mientras que ambos están vivos, tenemos la oportunidad de
reconciliarnos. Además, si esperamos, el Mashíaj podría regresar antes de que
nos reconciliemos. Por un lado, el regreso del Mashíaj será maravilloso. Por
otro, será algo muy serio, porque cerrará la oportunidad para resolver los
problemas en esta edad y nos obligará a resolverlos en la edad venidera. Por lo
tanto, es mucho mejor solucionar todos los problemas antes de la edad venidera.
Esto significa que debemos resolver cada problema antes de morirnos, antes de
que la otra persona se muera, o antes de que el Mashíaj regrese.
Esta es una lección que los hijos de Elohim
debemos aprender bien. Tenemos que efectuar restitución siempre que sea debido,
y tenemos que confesar cuando sea necesario. Debemos efectuar la debida
reparación y ofrecer las disculpas del caso, una y otra vez. No debiéramos
permitir que ningún hermano o hermana tenga quejas en contra de nosotros. Si
nuestra conciencia está limpia y resulta evidente que no somos nosotros los que
hemos hecho el agravio, entonces podemos estar en paz. De otro modo, si hemos
cometido alguna falta, debemos reconocerla. Tenemos que ser irreprensibles en
nuestra conducta. No debiéramos suponer siempre que son los demás los que están
equivocados y que nosotros siempre estamos en lo correcto. Ciertamente es
erróneo ignorar las quejas de los demás, y en lugar de eso, insistir en que
nosotros estamos en lo correcto.
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