16 de diciembre de 2021

PE05-04 - Confesión Y Restitución 02

 


Entonces Zakay, puesto en pie, le dijo al Adón: "Mira, Adón, la mitad de mis bienes le doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado". Luka 19:8

 

Zaqueo (Zaqueo) hizo esto, no como reacción a alguna enseñanza doctrinal, sino en respuesta a la operación del Ruaj haKodesh en su ser. Si no hubiera sido así, él habría devuelto justamente lo que debía, ni más ni menos. Pero debido a que esto era fruto de la operación del Ruaj haKodesh, la suma de la compensación podía variar, podía haber sido un poco menos o un poco más. Zaqueo dijo: "Si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado". En realidad, devolver el doble habría sido más que suficiente. Por ejemplo, el principio fijado en el libro de Vayikra determina que se debe añadir una quinta parte a la cantidad original. Así, por una deuda de mil dólares, se tendría que pagar mil doscientos dólares. Pero Zaqueo estaba pensando que había DEFRAUDADO A ALGUNA OVEJA:

 

Cuando alguien robe un buey o una oveja, y lo mate o lo venda, pagará cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja. Shemot 22:1

 

De hecho, era exactamente lo que había hecho, porque había robado de sus hermanos, otras ovejas. Por eso determinó devolver cuadruplicado. No obstante, si el Ruaj del Mashíaj nos inspira a pagar más, podremos pagar tanto como ordene. Quizás uno sea inspirado a pagar cuatro veces o diez veces la cantidad que se retuvo, pero no es COSA DE CANTIDADES DE DINERO. En este pasaje se nos habla únicamente del principio que nos debe regir. En este caso, al leer las Escrituras tenemos que percatarnos de que no se nos está impartiendo una simple enseñanza; sino que se nos está mostrando el resultado que se produce cuando, como consecuencia de la operación del Ruaj haKodesh en el hombre, somos dirigidos por el Ruaj haKodesh.

 

Si antes de ser creyentes, ustedes extorsionaron, engañaron, hurtaron u obtuvieron algo por medios deshonestos, ahora que el Mashíaj opera en ustedes, tendrán que efectuar restitución de la manera más apropiada. Esto no se relaciona con el perdón de pecados que recibieron del Mashíaj, SINO CON SU TESTIMONIO.

 

Supongamos que antes de ser salvo yo haya hurtado mil dólares y no haya resuelto el asunto. ¿Cómo podría, una vez que yo he recibido al Mashíaj, predicar la Besorah a la persona de quien hurté? Mientras le predique, él estará pensando en el dinero que yo le quité y que nunca le devolví (o, si no lo sabe, YO ESTARÉ CON EL TEMA EN MI CABEZA, Y EL RUAJ INCOMODÁNDOME). No hay duda alguna de que recibí el perdón de Elohim, pero no tengo un testimonio apropiado delante de los hombres. No puedo decir: "Ya que Elohim ya me ha perdonado, no importa si devuelvo el dinero o no". No, este asunto está relacionado con mi testimonio delante de los hombres. Si es posible, debemos hacer restitución.

 

Recordemos que Zaqueo, por causa de su testimonio, devolvió cuadruplicado lo que había hurtado. En aquella oportunidad toda la gente podría haber murmurado: "¿Cómo puede posar el Mashíaj en casa de un pecador que ha extorsionado y defraudado a tanta gente?". Todos estarían indignados. Pero antes de que pudieran hablar, Zaqueo se puso de pie y declaró: "Si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado". Efectuar esta restitución cuádruple VOLUNTARIA Y ESPONTÁNEAMENTE no era un requisito para ser hijo de Avraham ni para que la salvación de Elohim llegara a la casa de Zaqueo. Esta clase de restitución fue EL RESULTADO de esa salvación y de llegar a ser hijo de Avraham, no ya sólo por linaje de sangre, SINO POR LA FE. La indemnización que hizo Zaqueo fue la base de su testimonio delante de los hombres.

 

Hermanos y hermanas, ¿han cometido alguna injusticia en contra de alguien antes de convertirse en creyentes? ¿Deben algo a alguien? ¿Se han llevado algo que no les pertenece? ¿Han adquirido algo de una manera deshonesta? Si es así, Y TIENEN LA POSIBILIDAD (no siempre es posible, porque ya no saben dónde está la persona, o porque ha muerto, o por diferentes causas), deben enfrentarse a eso de una manera responsable. El arrepentimiento que corresponde a los creyentes implica la confesión de sus delitos pasados, a diferencia del arrepentimiento que experimentan los incrédulos, el cual únicamente implica corregir su conducta actual. Por ejemplo, si yo soy una persona que tiene mal genio, lo único que necesito hacer es refrenar mi ira, pero, por ser creyente, además de refrenar mi mal genio, tengo que pedir perdón por haberme enojado. Además de contener mi ira delante de Elohim, también tengo que disculparme con los demás por la manera cómo me solía comportar con ellos. Sólo entonces este asunto puede considerarse definitivamente resuelto. Y por supuesto, DEBO CAMBIAR MI CONDUCTA DE AHORA EN ADELANTE. Dejar de enojarme, dejar de robar, etc.

 

El tema es que un delito tiene varias partes implicadas: un delincuente, una víctima y un juez. Los creyentes normalmente acostumbran dirigirse únicamente al juez (y a veces de manera muy superficial y engañosa, sin verdadero arrepentimiento siquiera), Y DEJAN A LA VÍCTIMA DE LADO. Pero no alcanza con recibir el perdón del juez (el perdón de la ley), TODAVÍA NOS FALTA PEDIR EL PERDÓN DE LA VÍCTIMA. Que ella lo otorgue o no ES IRRELEVANTE. Si nos perdona, bien, habremos restaurado una relación, pero si no nos perdona, ahora será ella quien mantenga una "causa abierta" con el Juez.

 

Supongamos que en el pasado ustedes hayan robado. Su problema queda resuelto ante Elohim siempre y cuando no sigan haciendo lo mismo; de la misma manera, si ustedes han obtenido cosas que no les pertenecen, su problema queda solucionado una vez que dejen de hacer eso. Sin embargo, AÚN NO HAN RESUELTO EL ASUNTO CON LAS VÍCTIMAS. Ante los hombres esto no es suficiente, ya que, aunque no hayan robado en años, muchos todavía le considerarán un ladrón. Esto es debido a las malas leyes humanas, porque en ellas NUNCA SE CONTEMPLA LA RESTITUCIÓN A LA VÍCTIMA. Como consecuencia de este mal ejemplo y enseñanza de nuestra sociedad, todos terminan creyendo que con resolver el asunto con el Juez alcanza. Pero no es así ante los tribunales celestiales. Después de creer en el Mashíaj, ustedes deberán testificar ante otros, deberán devolver lo robado (caso sea posible), y deberán, en general, RECTIFICAR TODOS SUS ERRORES DEL PASADO. Sólo así ustedes serán reivindicado EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.

 

Aquí se nos presenta un problema, y vamos a estudiarlo. ¿Qué hacer si en el pasado hurtaron diez mil dólares y ahora no tienen forma de devolverlos? En principio, se debe confesar este fraude a la persona perjudicada y decirle francamente que en este momento no le pueden pagar. Independientemente de si ustedes puedan pagar su deuda o no, deben confesar su culpa y dar testimonio ante la otra persona. Tenemos nuevamente el caso de Zaqueo. El Adón dijo que él era salvo en ese día, PERO ZAQUEO SE OCUPÓ DE SUS VÍCTIMAS. No dijo "ah, ahora que soy salvo, no le debo nada a nadie". Él tenía los recursos e hizo lo que debía hacer. Pero aún si no los tuviéramos, lo correcto es pedir las disculpas del caso.

 

No se olviden que en el curso de mantener el testimonio, es posible que se vean afectados por una serie de problemas personales. En tales circunstancias, no debemos ignorar tales problemas, sino que tenemos que enfrentarlos. Sólo podremos tener un buen testimonio ante los hombres cuando nos hayamos enfrentado responsablemente a tales problemas personales.

 

Algunos han cometido homicidio en el pasado. ¿Qué deben hacer ahora? En las Escrituras encontramos el caso de Shaúl. Él no estuvo involucrado directamente en ningún homicidio; sin embargo, consintió en la muerte de Esteban y guardó las ropas de los que le mataron. Después de que Shaúl fue salvo, no se menciona cómo rectificó este asunto.

 

En principio, yo creo que cuando un asesino cree en el Mashíaj, sus pecados quedan atrás. No hay un sólo pecado que la sangre no pueda lavar. Por lo tanto, si nos encontramos con personas que atraviesan una situación parecida, no debiéramos aumentar la tristeza de sus recuerdos, a menos, por supuesto, que Elohim mismo esté operando en sus corazones en tal sentido, por algún motivo. Sin embargo, yo creo que algunos no tienen paz en sus conciencias, no porque pesen sobre ellos acusaciones ordinarias, sino porque Elohim está operando en ellos. En tales casos, no debemos prohibirles que expresen su arrepentimiento a la familia de la víctima.

 

 

 

Algunas Consideraciones De Orden Práctico

 

En primer lugar, el ámbito que abarque su confesión deberá circunscribirse al ámbito que abarcó su ofensa. Háganlo todo en conformidad con la Palabra de Elohim, sin llegar a extremos ni exageraciones. Porque si uno se excede, quedará expuesto a los ataques de haSatán. No debemos agregar ni quitar. Si ustedes ofendieron a muchos, entonces deberán reconocer sus faltas ante todos ellos, pero si ustedes ofendieron a un individuo, basta con reconocer su error sólo ante dicha persona. Como dicen las Escrituras, si tenemos algo CONTRA un hermano, primero debemos tratarlo en privado. Y LO MISMO ES VÁLIDO PARA NUESTRA CONFESIÓN.

 

Ahora bien, si ustedes ofendieron a muchos, pero sólo piden disculpas a uno de ellos, eso no será suficiente. Pero si ofendió a una sola persona y confiesan su pecado ante muchos testigos (A MENOS QUE ESTEMOS HABLANDO DEL CUERPO), se estarán excediendo en su confesión. Realizar una confesión pública (como la que hizo el propio Zaqueo) no es ni bueno ni malo, SIEMPRE QUE PROCEDA DEL RUAJ. Pero si esa confesión ha procedido de la carne, GENERARÁ UN PROFUNDO RESENTIMIENTO, y no será verdadera. Por eso es necesario que los ancianos determinen si hacerla pública será bueno o no, INCLUSIVE PARA EL RESTO DE LA CONGREGACIÓN. El ámbito que abarque la confesión deberá estar determinado por la extensión del agravio que hayan cometido.

 

 

Ahora bien, otro factor que también resulta válido considerar es el ámbito que abarca nuestro testimonio. Hay ocasiones en las que ustedes han ofendido apenas a un individuo, pero debido a que desean dar testimonio ante los hermanos y hermanas de su congregación, siente que debe hacer su confesión ante ellos también. ACÁ DEBEMOS HACER UN ANÁLISIS MUY PROFUNDO DE NUESTRAS INTENCIONES. Ya dijimos que la carne es engañosa, cuidado con estos análisis, DEBEN SER REALIZADOS EN EL RUAJ. Si no están aún capacitados, deberían recurrir a los más ancianos para pedir ayuda. Puede ser una tentativa de la carne de "hacerse ver espiritual", y esto no debe ser aceptado. Pero también puede ser genuino arrepentimiento y haber una motivación provocada por el ruaj, y esto ya es distinto. Con la ayuda de los ancianos, decidan lo que el ruaj indique hacer.

 

En segundo lugar, nuestra confesión debe ser exhaustiva. No debemos ocultar nada buscando proteger nuestro prestigio ni nuestros intereses. Hay, por supuesto, ocasiones en las que debemos confesar ciertas ofensas con gran prudencia y mesura, debido a que si no lo hacemos así, podríamos perjudicar a otras personas. Así por lo tanto, a fin de proteger los intereses y el bienestar de las otras personas que podrían haber estado involucradas en dicha ofensa, tal vez tengamos que efectuar nuestra confesión únicamente a los ancianos y las víctimas, en círculo reducido. Nuevamente, si nos es difícil tomar esta clase de decisiones al vernos involucrados en una situación un tanto compleja, lo mejor es procurar tener comunión con algunos hermanos y hermanas de más experiencia, a fin de que ellos nos ayuden a hacer lo correcto. Tampoco podemos levantar ningún tipo de justificativa para nuestras acciones. Nuestra confesión debe ser completa y absoluta, hemos pecado y para eso no existen justificativas, NO EN LOS CIELOS. Debemos evitar esto a toda costa, o terminaremos transformando un pedido de perdón en un ajuste de cuentas, y no servirá de nada.

 

En tercer lugar, hay ocasiones en las que no se puede efectuar la debida restitución. Sin embargo, debemos saber distinguir entre nuestra capacidad para efectuar restitución y nuestro deseo de efectuar restitución. Quizás algunos no puedan efectuar restitución, pero por lo menos deben tener el sincero deseo de hacerlo. Si uno no puede efectuar inmediatamente la debida restitución, debe decirle a la parte ofendida: "Deseo recompensarle, pero no puedo por ahora, pero por favor espéreme, que lo haré en cuanto sea posible". Y entonces esforzarse en buscar algún modo de resolver el problema, con la ayuda del Adón.

 

En cuarto lugar, la ley del Tanaj dice que si la persona a quien debemos hacer restitución ha muerto y no tiene pariente al cual sea compensado el daño, se deberá dar la indemnización del agravio al sacerdote que sirve a Yahweh:

 

Si el hombre no tiene pariente a quien pueda hacérsele restitución, la suma devuelta irá a Yahweh para el sacerdote, en adición al carnero de expiación con el que se hace expiación en su favor. Bamidbar 5:8

 

Según este principio, si la persona a quien debemos efectuar restitución ha fallecido, la indemnización por el agravio deberá ser entregada a sus parientes; si ellos no están disponibles, entonces, debemos darlo a la congregación de creyentes, de alguna forma. Pero entendamos bien el orden: la indemnización por el daño causado se debe dar en primer lugar al perjudicado o a sus familiares. NO DEBE DARSE A LA CONGREGACIÓN DE CREYENTES SIMPLEMENTE PORQUE RESULTA MÁS CÓMODO. Ahora bien, en este caso, SI EL RUAJ NOS MUEVE A ESO, deberemos confesar nuestras faltas ante la congregación de creyentes.

 

En quinto lugar, después de confesar sus pecados, ustedes deben asegurarse de que su conciencia ya no lo acusa. Es posible que nuestra conciencia nos acuse reiteradamente, aún después de haber confesado nuestro error. Debemos discernir si la acusación proviene de nuestra carne (nuestro viejo hombre también tiene una conciencia) o de nuestro nuevo hombre. En tales casos, debemos tener bien en claro que nuestra conciencia ha quedado limpia en virtud de la sangre del Mashíaj. Su muerte nos ha dado una conciencia irreprensible delante de Elohim y nos hizo aptos para acercarnos a Elohim. Estos son hechos consumados. Sin embargo, debemos comprender que si queremos ser irreprensibles delante de los hombres, es necesario tomar medidas con respecto a nuestras muchas transgresiones. Tenemos, por lo tanto, que dejar resuelto todo asunto que implique algún agravio de índole material o moral, pero, al mismo tiempo, no debemos dejar que haSatán nos abrume con sus acusaciones.

 

En sexto lugar, la confesión está relacionada con la sanidad física. Por eso, Yaakov nos dice:

 

Así que confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para que se sanen. La ferviente oración del justo, obra eficazmente, y puede mucho. Yaakov 5:16

 

Con frecuencia, el resultado de confesar nuestras faltas es que Elohim puede restaurar nuestra salud. La enfermedad suele sobrevenir a los hijos de Elohim debido a que entre ellos han surgido faltas que le impiden a Elohim bendecirlos. Por eso, si confesamos nuestras faltas los unos a los otros, nuestras enfermedades serán sanadas.

 

Abrigamos la expectativa de que todos los hermanos y hermanas sean diligentes y minuciosos al reconocer sus faltas y efectuar la debida restitución; de este modo se conservarán puros. Si alguno ha cometido alguna transgresión en contra de los hombres, por un lado, debe confesar sus pecados ante Elohim, y por otro, debe tomar las medidas respectivas con toda seriedad. Sólo entonces su conciencia será valiente. Y cuando su conciencia es valiente, entonces tendrá un progreso considerable en su búsqueda espiritual.

 

 

En Cuanto A Resolver Todo Asunto Pendiente

 

Cuando una persona se salva, ciertamente tendrá muchos asuntos mundanos pendientes, lo cual es muy posible que no le permitan seguir al Mashíaj con entera libertad. ¿Qué debe hacer?

 

"Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos". MattiYah 8:22

 

Este es otro caso bíblico en el que se pone fin al pasado. He aquí un hombre que se acercó a Yahshua y le dijo: "Adón, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre" (pasuk 21). El Mashíaj le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos". La primera alusión a los muertos habla de quienes están muertos espiritualmente, mientras que la segunda se refiere al padre del que se acercó a Yahshua. A los ojos de Elohim, todos los que están en el mundo están muertos espiritualmente. El Mashíaj le dijo a este hombre que debía seguirlo y dejar que los muertos enterraran a su padre.

 

Este caso ha sido siempre malinterpretado, porque el joven no estaba pidiendo permiso para ir al velorio de su padre, sino para seguir en su casa, ocupándose de su padre (caso fuera una excusa real) HASTA QUE ÉL MURIERA. Lo cual, claramente, nadie sabe cuándo sucederá. Lo que esta persona estaba diciendo era que, así que su padre muriera, él seguiría al Adón. Si el padre viviera 20 años más...

 

Muchas personas desean primero resolver todos sus asuntos personales para entonces creer en el Mashíaj, pero si hacen esto, nunca tendrán la oportunidad de creer en Él. No debemos estar atados por los intereses que son propios de los muertos, más bien, debemos simplemente considerar que todos esos asuntos han sido resueltos. Si pretendemos resolverlos antes de seguir al Mashíaj, jamás lo lograremos. Hay que poner término a todo aquello relacionado con ídolos, objetos obscenos e impropios y deudas pendientes. En cuanto a los demás asuntos menores que se hallan pendientes, ¡simplemente olvidémoslos!

 

Con esto no estoy instando a los nuevos creyentes a que no hagan los arreglos funerales de sus padres. Lo que estoy diciendo es que los muertos deben enterrar a sus propios muertos. Debemos hacer nuestro este principio. NO DEBEMOS OBSESIONARNOS POR RESOLVER TODO ASUNTO QUE QUEDE PENDIENTE EN NUESTRAS VIDAS. Si esperamos hasta haber resuelto completamente tales asuntos para sólo entonces hacernos creyentes, ¡jamás tendremos la oportunidad! Hay miles y miles de asuntos familiares y personales que no han sido resueltos todavía. ¿Quién, entonces, podría hacerse creyente?

 

Así por lo tanto, en relación con la actitud que los nuevos creyentes deben adoptar con respecto a su pasado, en la palabra de Elohim únicamente podemos encontrar las cuatro categorías de cosas que acabamos de describir. En lo que se refiere a otros asuntos que puedan estar pendientes, debemos darlos por terminados. En lo que concierne a ciertas responsabilidades para con la familia, debemos dejar que los muertos entierren a sus muertos. Nosotros no tenemos tiempo para encargarnos de tales asuntos. Nosotros queremos seguir al Mashíaj. Tales asuntos no son asuntos que nos corresponda resolver a nosotros, sino que debemos dejar que los muertos se encarguen de eso. Debemos dejar que los que están espiritualmente muertos se encarguen de tales asuntos.

 





_________________________________________________________________________

Publicado por: Anunciadora de Sión


SOY CREYENTE EN YAHSHUA, MIEMBRO DE LA NOVIA, ÓRGANO DEL CUERPO, CO-EDIFICADORA DEL REINO

________________________________________________________________________

Lo que proviene del Ruaj pertenece al Cuerpo, porque el Ruaj no tiene Copyright.
Y si el hombre reivindica "derechos de autor", su mensaje proviene de la carne y no sirve.
_________________________________________________________________________




No hay comentarios.:

Publicar un comentario